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Rodríguez Rojas, Pedro (2009). La LOE: ¿Una ley para la educación socialista?
EDUCERE, 13 (47), pp. 1037-1043. Recuperado el 9 de marzo de 2011 en:
http://www.saber.ula.ve/ bitstream/123456789/31492/1/articulo14.pdf.
Una adecuada formación de los docentes constituye un factor clave para la calidad de
los procesos académicos de la universidad, la excelencia profesional y humana de sus
egresados, que influye, entre otros aspectos, en el desarrollo económico, social y
cultural del país. La universidad del nuevo siglo exige, tanto del docente como del
estudiante, la adopción de nuevos roles que se expresan en la condición del docente
como formador y del estudiante como sujeto activo en el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Ahora bien, dicha actitud debe ser entendida como resultado de un nuevo contexto
socio-cultural y económico que agobia al hombre contemporáneo, donde el profesor
universitario puede ser un elemento de comprensión y cambio de la visión actual de lo
humano. Se insiste en la necesidad de la educación permanente del profesorado
universitario y su formación pedagógica. Un elemento esencial para las instituciones de
enseñanza superior es una enérgica política de formación del personal. Se deberían
establecer directrices claras sobre los docentes de la educación superior, que deberían
ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a sus alumnos a aprender y a tomar
iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de ciencia. Deberían tomarse medidas
adecuadas en materia de investigación, así como de actualización y mejora de sus
competencias pedagógicas mediante programas adecuados de formación del personal,
que estimulen la innovación permanente de los planes de estudio y los métodos de
enseñanza y aprendizaje, que aseguren condiciones profesionales y financieras
apropiadas a los docentes a fin de garantizar la excelencia de la investigación y la
enseñanza
La educación a lo largo de toda la vida exige que el personal docente actualice y mejore
sus capacidades didácticas y sus métodos de enseñanza, incluso más que en los sistemas
actuales, que se basan principalmente en periodos cortos de enseñanza superior y en
establecer estructuras, mecanismos y programas adecuados de formación del personal
docente El diagnóstico de necesidades formativas del profesorado universitario puede
ser el punto de partida para el diseño de estrategias de formación docente, también, debe
considerar la autoformación y el intercambio de conocimientos y experiencias entre los
profesores universitarios, con lo cual se potencia su labor pedagógica
El gusto por la enseñanza no es tan generalizado en la universidad como el que pueda
desprenderse de los profesores de nuestro estudio, todos ellos viven la docencia como
una parte importante de su vida y “ser profesor” forma parte de su identidad profesional.
Bajo la expresión “identidad profesional”, podemos encontrar diferentes ideas que
hacen referencia a la noción de permanencia, a la constancia, la unidad y el
reconocimiento de uno mismo. La noción de identidad profesional nos remite a aquellos
aspectos que identifican a los sujetos con su profesión y que les permiten reconocerse.
La noción de identidad, a diferencia de la idea de rol, introduce la dimensión personal
vivida, psíquica, pero también la visión social. En este sentido, lo personal y lo social se
entremezclan y se construyen constantemente.
Hemos dado muchos avances pero aún nos falta mucho por profundizar en la educación,
la cultura, la ciencia, la tecnología, la conciencia, la ideología, los valores…hay que
demoler los viejos valores del individualismo, del capitalismo, del egoísmo. Hay que
crear nuevos valores y esto sólo se logra a través de la educación, del ejemplo”. Hugo
Chávez Frías. Enero 2007.
PRINCIPIOS
• La libertad de conciencia de todos sus miembros
• La constante y sincera apertura al diálogo con todas las corrientes ideológicas
• La libertad académica de enseñanza e investigación, sin más límites que las normas
supremas de la Moral y el Derecho conforme a un concepto cristiano del ser humano
• La autonomía real de las funciones universitarias, sin dependencia ni sujeción a
intereses económicos o políticos extrauniversitarios
• El sentido profundo y operante de justicia social que tiende al desarrollo integral de las
comunidades humanas, en especial de los sectores menos favorecidos.
Esta casa de estudio se entrelazan, a su vez, con la Misión Alma Mater, que busca la
soberanía tecnológica para fortalecer el nuevo modelo de producción socialista. Las
normas de estos espacios son la solidaridad, la cooperación y la lucha contra todas las
formas de explotación, exclusión y dominación.
Las Universidad Politécnicas son instrumentos del pueblo venezolano para contribuir al
desarrollo integral y sustentable de cada uno de los territorios, en el marco de la
construcción del Socialismo Bolivariano, a través de la formación integral liberadora.
Estas instituciones fortalecen la generación y la apropiación social del conocimiento y la
vinculación activa con los proyectos de desarrollo, empresas socialistas y comunidades,
en función de las líneas estratégicas del Proyecto Nacional Simón Bolívar. Las UPT
fortalecen la nueva geopolítica nacional y la democracia protagónica. Es decir, una de
sus principales funciones es acompañar la conformación de las Comunas, como entes
del nuevo Estado Revolucionario.
OBSTÁCULOS PARA SEMBRAR VALORES
Una persona que no es estable en sus relaciones con los demás termine siendo inestable en
otros aspectos de su vida. Para crecer la persona necesita raíces emotivas y raíces históricas de
pertenencia a una proceso que comenzó hace mucho y que seguirá adelante. La familia, con la
confianza que propicia y que le es propia, permite ese arraigo básico que todos necesitamos.
Sin embargo, la confianza, aún cuando es la característica más importante para crear las
condiciones de arraigo, puede ser complementada por muchas otras cosas. Por ejemplo, una
persona está muy influida por la disposición física de los objetos en su casa: la foto del
abuelito, una receta de alguna tía, etc. Estos objetos le muestran a los miembros de la familia
que ellos son parte de una trayectoria. Por otra parte, los hijos salen al mundo y encuentran en
él obstáculos y desilusiones. Al volver a sus hogares, aunque se quejen de éstos, necesitan
encontrar la seguridad de la aceptación de sus padres y de la estabilidad de las relaciones
familiares, mismas que quedan plasmadas en algunos detalles, como puede ser la
permanencia de esos objetos de adorno, que crean en parte el ambiente específico de esa
familia, lo no repetible de cada hogar.
Por eso podemos afirmar que, en la familia, cada miembro tiene posibilidades de desarrollarse
con un estilo personal; no decimos que llevado al azar por influencias externas, sino
convencido por el descubrimiento de los distintos valores que se traducen en criterios o en
formas de comportamiento. El árbol, mientras más raíces echa, más crece, algo similar le
sucede a la persona: ésta, para crecer, necesita echar raíces.
Raíces emotivas. Se refieren a la necesidad de saberse amado y de saber que ese amor es para
siempre. Ello da la confianza básica para la seguridad personal.
Raíces histórica. Aluden a la necesidad de saber de dónde procedemos, la cual se satisface por
medio de las tradiciones familiares que se van heredando de generación en generación y que
ayudan a la persona a tener una identidad más definida y a ir desarrollando un estilo personal.
El hombre desarraigado y despojado de una finalidad no puede madurar. Somos los testigos de
una cultura que nació hace cinco siglos, pero que hoy sufre un lento deterioro debido al
atractivo que ejercen sobre ella ciertos anti valores y la influencia de una cultura moderna que
se ha centrado en lo material.
Educar en valores es participar en un auténtico proceso de desarrollo y construcción
personal. Una participación que en lenguaje educativo consiste en crear condiciones
pedagógicas y sociales para que dicha construcción se lleve a cabo de una forma
óptima.