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PRESENTACIÓN
Desde este enfoque, el Ministerio de Educación Superior, como rector del Sistema, presenta
estas propuestas, de cara a la innegable necesidad de transformación de la educación
superior venezolana y al proceso de cambios emprendido en el año 1999.
El texto ha sido elaborado por una comisión designada por el Ministerio de Educación
Superior, conformada por profesores y estudiantes de universidades, institutos y colegios
universitarios, así como por funcionarios y consultores de este Ministerio. Esta comisión
tuvo a su cargo la recopilación, análisis y discusión de un significativo número de
planteamientos sobre la educación superior, realizados desde distintas perspectivas y por
una diversidad de actores nacionales e internacionales. Se ha conformado así un cuerpo
articulado de proposiciones que responden al conjunto de retos que se plantean a la
educación superior venezolana, tanto desde el escenario global como desde los
requerimientos del país.
Estas propuestas tienen la intención de alimentar el debate, con especial énfasis entre los
universitarios, sector social que por razones históricas cuenta con grandes recursos para el
análisis y la participación. Pero ésta es también una discusión que concierne a toda la
sociedad y, por tanto, el Ministerio de Educación Superior convoca a todos los sectores
sociales sin hacer ningún tipo de distinción a incorporarse a este gran debate y consulta, con
la seguridad de alcanzar el objetivo de dotar al país de una Ley de Educación Superior,
producto del aporte de todos, de modo tal que se supere el vacío existente de una
legislación acorde con las necesidades de este nivel educativo.
La invitación es a ejercer e impulsar el protagonismo que la Constitución establece como
principio fundamental de la democracia, propiciando los espacios para el análisis, el
intercambio de puntos de vista y la generación de proposiciones. Es el momento oportuno
para que las instituciones de educación superior debatan públicamente y ejerzan el
pensamiento crítico, reafirmando su papel en la sociedad, de modo que la nueva Ley sea
expresión de una voluntad colectiva, en correspondencia con una visión de largo plazo de la
educación superior.
El presente documento se inicia con la exposición del marco desde el cual se plantea la
transformación de la educación superior venezolana, resaltando que se requieren abordajes
complejos para una realidad compleja, donde se entrecruzan dimensiones epistemológicas,
sociales, culturales, políticas, éticas, tecnológicas y organizativas.
Inmediatamente se expone el conjunto de propuestas, numeradas en forma continua para
facilitar su identificación y organizadas en seis capítulos, a saber:
I. La Educación Superior: Definiciones,
II. El Sistema Nacional de Educación Superior,
III. Las Instituciones de Educación Superior,
IV. Sobre las Profesoras y los Profesores,
V. Sobre las y los Estudiantes
VI. Leyes Complementarias.
Consideraciones Previas
En la actualidad persisten las más diversas críticas que tienen como objeto la educación
superior en Venezuela; críticas cuyas expresiones cuestionan no sólo la concreción de sus
desarrollos de más de cuatro décadas en lo que respecta a su expansión, su diversificación y
a su marcada tendencia de privatización, sino también lo concerniente a sus aristas
académicas, administrativas y de inserción social. Tal persistencia tiene, sin duda, su
arraigo en la prolongada crisis que afecta a la educación superior y al conjunto de sus
instituciones: en sus modos de relación con los saberes y de organización de éstos, en sus
procesos y prácticas de enseñanza e investigación, en sus responsabilidades -como ámbito
de lo público- ante la sociedad, en sus modelos de gestión académica, en su modos de
entender y practicar la autonomía, en sus modelos de gobierno, en sus sentidos ético-
políticos, entre otros.
En los alcances y profundidad de tal crisis convergen, sin duda, condiciones tanto de orden
mundial y nacional como propiamente institucional, que han sido motivo de diversos
estudios y reflexiones en los que no sólo se busca caracterizar tales condiciones, sino
también trazar propuestas, que al tiempo de reanimar el debate sobre la naturaleza de la
crisis, llaman la atención sobre la necesidad de poner en escena ambiciosos procesos de
reforma. Los temas son, como las discusiones mismas, diversos: la necesaria
democratización de la educación superior, la búsqueda y definición de su calidad, las
formas de articulación intra e interinstitucional, la participación en la construcción de un
proyecto nacional, la exigencia de superación de modelos de producción de conocimientos
anclados en el paradigma cientificista, la forzosa revisión de las prácticas de enseñanza, la
necesidad de replantear la formación en la perspectiva de la formación integral, la
indispensable redefinición de los modelos de gestión institucional, el imperativo de
transformar el clima institucional para que sea favorable a las interacciones, propuestas y
participación de sus actores.
Sin duda, asuntos como los reseñados conciernen a las respuestas que debe ofrecer la
educación superior frente a lo que suele plantearse como sus retos ineludibles. Así como
debe concernirles la compleja situación nacional, en la que están en juego fuertes
transformaciones de orden socio-político.
Esas transformaciones tienen facetas distintas, unas que pueden ser leídas como señales de
emergencia, no sin conflictos, de una nueva lógica política y de una nueva cultura política
democrática; otras como peligrosas señales de violencia socio-política que alcanza la vida
cotidiana. En ambos casos, la redefinición del papel de la educación superior, en sus
dimensiones ético-políticas, resulta vital, pues allí se juega en gran parte su
corresponsabilidad en la consolidación de la democracia, basada en la justicia social y en el
ejercicio de la participación ciudadana, haciéndose partícipes de las luchas contra las
diversas formas de exclusión social, indudable fuente de la violencia en todas sus formas.
Por una parte, porque la versión dominante de la misma pone de manifiesto la política de
expansión transnacional del capital y su exigencia de un ordenamiento totalmente funcional
a dicha política, no sólo en lo atinente a las condiciones político-estatales sino también a las
culturales y educativas. A ello responde la importancia atribuida tanto a la educación como
a los medios de comunicación como espacios en y desde los cuales construir formas
homogeneizadas de pensar, de conocer y de hacer, y sus pretensiones de anulación de
movimientos sociales de carácter reivindicativo y político.
Por otra, porque debería constituir parte esencial de la vida de las instituciones, plantear y
dar respuestas a cuestiones tales como los mecanismos que se utilizan para favorecer
programas neoliberales en los procesos de integración, el papel que juegan al respecto la
educación y los medios de comunicación, la construcción de rutas distintas a la impuesta
por las políticas neoliberales para la integración latinoamericana, el papel de las
instituciones de educación superior en dicha construcción y el tipo de formación que
necesitamos para ello.
Estas cuestiones, entre otras, abren un amplio abanico de posibilidades de acción asociadas
a los procesos y prácticas de investigación y enseñanza con indudable incidencia hacia las
instituciones mismas y hacia el terreno educativo y cultural en general.
Ello implica la ruptura con el discurso y las prácticas que hacen de las exigencias
económicas y de la formación de “recursos humanos” el foco central de atención.
Sobremanera, porque allí se pone en juego la racionalidad instrumental que estructura la
concepción, el diseño y el desarrollo de la educación superior como empresa que produce
recursos humanos a ser “entrenados” como tales durante toda su vida productiva, para
adecuarse a las exigencias cambiantes del mercado.
Es por ello, que resulta vital preguntarse acerca de las prácticas que contrarresten esta
concepción y sus efectos en las instituciones educativas, de los desafíos que ello plantea en
el ámbito de la formación, en el campo de la producción intelectual y académica, y de las
acciones a promover en el sentido de experiencias formativas asociadas a la formación
integral. Especialmente si asumimos que ésta tiene como dimensión fundamental la
educación ético-política anudada a la re-creación permanente de la vida democrática que,
indudablemente, constituye el mayor de los retos planteados a la educación en nuestros
días, pues se trata de reinventar maneras de mirar el mundo y a nosotros mismos en él, de
reinventar las relaciones con los otros y con nosotros mismos.
Las respuestas a este reto se vuelven urgentes cuando constatamos las condiciones sociales
e institucionales en que se plantea.
En efecto, la vida académica está severamente afectada por las condiciones económicas y
socio-políticas que impactan profundamente tanto las prácticas de investigación como las
de enseñanza-aprendizaje.
Pero también lo está por las inercias institucionales tanto académicas como administrativas
que predominan en muchas de las instituciones de educación superior, con efectos de
desarraigo e irresponsabilidad devenidos en patrones de comportamiento de una parte
significativa de sus integrantes.
No obstante, estos esfuerzos son poco reconocidos y apoyados, tal vez porque se sitúan al
margen de las lógicas prevalecientes y de los circuitos que en ellas tienen mayor peso y
legitimidad. Pese a ello, es indudable la importancia de propiciar la articulación de estos
esfuerzos, de consolidarlos, ampliarlos y situarlos en formas culturales e intelectuales de
integración nacional e internacional.
Llegados a este punto, podemos advertir que las reformas sustanciales en la educación
superior han de ponerse en escena en un contexto del que forman parte serias limitaciones
pero que, a la vez, plantea impostergables respuestas a desafíos de diverso orden.
Es en este contexto donde resulta fundamental trazar los sentidos de las reformas que
atañen a los campos de saber, a los procesos de producción intelectual y de organización de
saberes y, en consecuencia, al tipo de relación con el saber; tanto como al carácter de la
formación, a los modelos de gobierno y de gestión, a la democratización de las instituciones
tanto desde el punto de vista de la equidad social como desde el ángulo de sus modelos de
gobierno y de gestión, a las articulaciones intra e interinstitucionales, a sus
responsabilidades frente a la sociedad, especialmente, frente a las persistentes raíces y
formas de exclusión social, y a las fuentes y expresiones de violencia política que atentan
contra la creación permanente de formas de vida democrática.
Estas consideraciones, sin duda, exigen la construcción de una agenda en común que
permita establecer un diálogo permanente entre el Estado y las instituciones, cuya misión
involucra hacerse cargo de desafíos como los aquí enunciados.
Los temas de esta agenda, como propuesta para un nuevo marco legal para la educación
superior apuntan a:
· Reafirmar el carácter público de todas las instituciones de educación superior y lo que ello
implica en términos de sus responsabilidades sociales, de sus relaciones con el Estado y la
sociedad, y de la democratización de sus formas de gestión como ámbitos de lo público.
I. LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Definiciones generales
7. Los estudios de educación superior pueden ser abiertos o conducentes a título. Los
grados, títulos y certificados de competencia que otorguen y expidan las instituciones de
educación superior oficiales serán reconocidas por el Estado para todos los efectos legales.
Los grados, títulos y certificados de competencia que otorguen y expidan las instituciones
de educación superior de carácter privado sólo producirán efectos legales al ser refrendados
por el Ministerio de Educación Superior.
9. El nivel de formación de grado está compuesto por dos tipos de carreras: las conducentes
al título de técnico superior universitario, que tendrán una duración de al menos dos años; y
las conducentes a los títulos de licenciado o equivalente, con estudios no menores de cuatro
años.
10. El nivel de educación avanzada comprende los estudios de postgrado y otras formas de
educación continua para egresados de la educación superior. La educación de postgrado
comprende los estudios selectivos y sistemáticos (de uno o más años de duración) que
realizan profesionales con título profesional (de licenciado o equivalente o de técnico
superior universitario) y están dirigidos tanto a la especialización profesional como a la
creación intelectual (científica, técnica o humanística). La educación avanzada también
comprende los procesos permanentes de superación profesional o personal no conducentes
a título, abiertos a todos los profesionales, los cuales podrán ser reconocidas por las
instituciones de educación superior.
Principios
12. Tanto el conocimiento que crean, recrean y comunican las instituciones de educación
superior, como la formación que ellas brindan, constituyen un bien social común. El
carácter público de la educación superior reafirma el compromiso colectivo de estas
instituciones con los intereses de la sociedad venezolana, con independencia de sus fuentes
de financiamiento, oficiales o privadas.
Es tarea indeclinable del Estado garantizar el servicio que prestan las instituciones de
educación superior y velar por su calidad, equidad y pertinencia.
Calidad e innovación
13. La calidad académica es un reto del día a día de las instituciones de educación superior
y debe ser consustancial a la transformación de dichas instituciones, visualizada desde la
perspectiva del importante papel que deben cumplir en:
a. el desarrollo sustentable del país y su inserción creativa en un mundo que se
transforma vertiginosamente;
b. la creación científica, tecnológica y humanística;
c. la formación integral de personas y profesionales capaces de pensar y actuar
críticamente, valorando social y éticamente sus
propias acciones;
d. la consolidación de una cultura política democrática y el fortalecimiento del ejercicio
de la ciudadanía;
e. la revitalización del pensamiento crítico e innovador;
f. la recuperación crítica de nuestra memoria colectiva y el análisis y comprensión del
presente;
g. la valoración del patrimonio cultural en sus diversas expresiones y en sus dimensiones
tanto nacionales como universales;
h. los procesos de integración latinoamericana y caribeña, referidos a los ámbitos
científicos, tecnológicos, humanísticos, culturales y educativos.
Equidad
Pertinencia social
Formación integral
18. La educación a lo largo de toda la vida se reconoce como una necesidad insoslayable
ante las rápidas mutaciones económicas, sociales, políticas, tecnológicas y culturales; como
un imperativo democrático que procura el acceso múltiple a oportunidades formativas para
toda la población y como componente esencial de una formación integral entendida como
proceso continuo de reconformación de lo humano.
Autonomía
Articulación
20. La educación superior se configura como un sistema que articula las instituciones y
programas que la conforman. La articulación se expresa en:
a) La generación y consolidación de sólidos vínculos entre instituciones y programas de
la educación superior;
b) el diseño y realización de programas conjuntos en los ámbitos de docencia,
investigación y extensión;
c) el uso racional de los recursos;
d) la movilidad de estudiantes entre distintas instituciones;
e) la movilidad y traslado de docentes en condiciones homogéneas;
f) el incremento de las posibilidades de prosecución de estudios;
g) la generación de oportunidades para la formación a lo largo de toda la vida;
Cooperación internacional
Definición
28. El Consejo Nacional de Educación Superior será una instancia que cumplirá funciones
de concertación de políticas entre el Estado, las instituciones y comunidades de educación
superior, de coordinación de relaciones entre las instituciones, y de éstas con la sociedad. El
Consejo estará presidido por el Ministro de Educación Superior, estará integrado por:
- los rectores de las universidades y los directores de institutos y colegios universitarios,
oficiales y privados,
- representantes estudiantiles y profesorales,
- representantes del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, el Ministerio de
Ciencia y Tecnología y de la Asamblea Nacional.
Subsistemas
29. Para el cumplimiento de los propósitos del Sistema Nacional de Educación Superior se
crean los siguientes subsistemas:
- El Subsistema de Estudios Avanzados y de la Creación Científica, Técnica y
Humanística.
- El Subsistema de Evaluación y Acreditación Institucional.
- El Subsistema de Carrera Académica como mecanismo para la unificación de criterios
académicos y mecanismos para el ingreso, permanencia, prosecución, ascenso,
desincorporación y reingreso del profesorado
- El Subsistema de Calidad de Vida Estudiantil
- El Subsistema para el Mejoramiento del Desempeño Estudiantil.
- El Subsistema Nacional de Admisión.
- El Subsistema de Apoyo a la Inserción Social y Productiva del Egresado.
- El Subsistema de Información de la Educación Superior.
- El Subsistema de Financiamiento de la Educación Superior.
- El Subsistema de Desarrollo de Planta Física
- El Subsistema de Planificación y Promoción del Desarrollo Institucional
Alcances de la autonomía
Reglamentos institucionales
35. Los estudios de formación de grado serán gratuitos en las instituciones oficiales.
Requisitos de Ingreso
36. Para cursar estudios de formación de grado se requiere el Título de Bachiller y estar
inscrito en el Sistema Nacional de Admisión. Las instituciones de Educación Superior
podrán autorizar por vía de excepción la inscripción en determinadas carreras de personas
que no tengan el Título de Bachiller y reglamentarán especialmente esta disposición.
En los estudios de postgrado, junto a los estudios propios de los ámbitos disciplinarios, se
privilegiarán los enfoques y proyectos de carácter interdisciplinario y transdiciplinario.
40. Según sean sus propósitos específicos, los estudios de postgrado se clasifican en dos
categorías: a) Estudios de especialización, conducentes a los títulos de Especialista o
Magíster, según el énfasis (profesional o académico) de los estudios que se realicen; y b)
Estudios doctorales.
El desempeño estudiantil
El Plan de Desarrollo Institucional tendrá una duración de cinco años e incluirá el análisis
de las situaciones institucionales, la definición de objetivos y cursos de acción prioritarios
en cuanto al menos las siguientes áreas:
- el desempeño estudiantil y la admisión;
- el desarrollo académico de sus profesores, con clara incorporación de la formación en
la teoría y la práctica de los procesos educativos universitarios;
- los estudios avanzados y la creación científica, humanística y tecnológica, ligada a la
constitución y consolidación de comunidades de pensamiento
- las vinculaciones y relaciones de colaboración con el entorno social en general y en
particular con los otros niveles educativos;
- la integración de sus egresados a labores de producción social y estudios avanzados;
- las articulaciones con otras instituciones de educación superior;
- la cooperación internacional y su desarrollo sustentado en proyectos de carácter
institucional; y
- la organización académica y administrativa y el funcionamiento de la institución.
49. Las autoridades de las instituciones de educación superior serán electas por la
comunidad académica respectiva en forma directa y secreta. Para optar o ejercer el
rectorado o los vicerrectorados de las universidades o ser directivo de institutos o colegios
universitarios es requisito indispensable el grado de doctor.
52. Para la elección de autoridades tendrán derecho al voto las profesoras y profesores de
carrera académica y las y los estudiantes, en condiciones contenidas en los reglamentos
correspondientes. El voto de las profesoras o profesores jubilados será ponderado, de
manera que no exceda el 10% del universo electoral.
54. En cada institución de educación superior existirá una Defensoría del Universitario, la
cual tendrá a su cargo la promoción, defensa y vigilancia de los derechos y garantías de la
comunidad universitaria, conforme a lo establecido en la Constitución, las leyes y
reglamentos institucionales. La defensoría atenderá tanto a los derechos individuales, como
a la defensa de intereses legítimos, colectivos o difusos, en provecho de su promoción,
consolidación y ampliación, así como contra las omisiones, arbitrariedades, desviaciones de
poder y errores que puedan afectar tales derechos. A estos efectos, podrá supervisar todas
las actividades universitarias, siempre con el respeto debido a los derechos y libertades de
las personas en el marco del procedimiento y la legislación vigente
La participación estudiantil
DOCUMENTOS REVISADOS
CASTRO, Z.; PARRA, .N. y POZO, M. (1995) III Congreso Nacional Universitario sobre
Tradición y Cultura Popular (Memorias). Pedagógico de Maracay. Maracay.
COMISIÓN DE ELABORACIÓN DEL PROYECTO DE LEY DE EDUCACIÓN
SUPERIOR – USB (S/F) Informe de la subcomisión de sistema universitario.
Decreto con Rango y Fuerza de Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación. Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Ordinaria N° 37.291 de fecha miércoles
26 de septiembre de 2001.
LANZ, R. (2002) ¿Quién le teme a las reformas? Quadernos. Question, 1, 22-23. Caracas.