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VII.

LA OBLIGACIÓN MORAL DE COMUNICAR


LA VERDAD
Con frecuencia los profesionales que trabajan en el mundo de los
negocios se encuentran frente a situaciones en que, según ellos, se ven
forzados a mentir. Los argumentos que usan para justificarse incluyen:

"Todo el mundo lo hace. Ya se ha hecho costumbre."

"Mi jefe me ha dicho que debo decir eso."

"Si no lo hago, pierdo el negocio; o peor aún, me despiden


del trabajo.”

"Sé que el otro me está mintiendo, así que le pago con la


misma moneda."

"Si le digo la verdad a la primera, no me va a creer."

La mayoría de estos argumentos, y otros parecidos, son típicos de


personas que manifiestan una conciencia laxa frente al tema de la
comunicación de la verdad. Sin embargo, a los profesionales no les
falta algo de razón al querer justificarse. Si bien es cierto que cualquier
profesional tiene la obligación moral de comunicar la verdad a las
personas que tienen el derecho de saberla, no es menos cierto que en el
mundo de los negocios la comunicación de la verdad es un proceso
complejo. Tiene sus propias reglas de juego. En este capítulo, se
examinan algunas de ellas. La pregunta que se intenta contestar es:
¿Cómo suelen lograr comunicar la verdad los profesionales en el mundo
de los negocios?

1. El principio básico: la obligación moral de comunicar la verdad

El principio básico con referencia a este tema podría formularse de


la siguiente manera: cualquier profesional debe comunicar la verdad en
forma oportuna a las personas que tienen el derecho de saberla, y que
se encuentran en condiciones de asimilarla. Se parte así de un principio
182 Eduardo Schmidt

que reúne las condiciones mencionadas en el capítulo dos. Habrá que


examinarlo por partes.

En primer lugar, el principio afirma que existe la obligación moral


de comunicar la verdad. Como se verá en el siguiente inciso, habrá que
comprender bien qué se quiere decir por la palabra comunicar. Además,
no se trata aquí de mi verdad o la parte de la verdad que me conviene
comunicar.

En segundo lugar, esta verdad debe ser comunicada a las personas


que tienen el derecho de saberla. Esto implica que no se dice todo a
cualquier persona. No es suficiente saber que algo es verdad para
poder diseminarla sin discreción. Lamentablemente, en nuestro medio
se cree que con tal que algo sea verdad, una persona puede decirlo a
cualquiera. Se nota esta tendencia sobre todo cuando es cuestión de
hablar de la falta de una persona. Por ejemplo, es verdad que un
empleado que descubre que un compañero suyo está hurtando cosas de
la empresa debe comunicar esta verdad a alguien. Pero ese alguien es
una persona de autoridad encargada de controlar tales faltas. No es
lícito contar algo así a una persona que no tenga nada que ver con el
asunto.

Esta segunda parte del principio moral enunciado también implica


que existe la obligación moral de comunicar la verdad acerca de
determinadas cosas a los clientes, al gobierno e incluso al público en
general. En otros capítulos de este libro se hablará acerca de lo que se
debe comunicar y a quién. Por ahora, es suficiente notar que por
principio existe esta obligación.

En tercer lugar, según este principio moral, la verdad debe ser


comunicada en forma oportuna. Esto quiere decir que no se justifica un
retraso deliberado en la transmisión de información que podría afectar
las decisiones que tome un profesional. Por ejemplo, supongamos que
en una fábrica se haya producido un incendio que ha quemado parte
del techo. El gerente se acuerda de un amigo suyo que es contratista
en la rama de construcción civil. Le llama por teléfono para pedir su
ayuda. El contratista le asegura que puede hacer la reparación y a buen
precio. Por la amistad que existe entre los dos, no se menciona ningún
La obligación moral de comunicar la verdad 783

monto específico. A] buscar materiales, el contratista se da con la


sorpresa que cuestan el doble de lo que había pensado, y se dice a sí
mismo: "Si le digo a mi amigo, el gerente, que el precio va a ser mucho
mayor de lo que se considera como normal, seguro que no me contrata.
Mejor le digo el precio una vez que haya comenzado el trabajo.”
Comienza las obras, y recién cuando está por terminarlas, va a hablar
con el gerente. Confía que le va a pagar de todas maneras gracias a su
amistad. En este ejemplo, el contratista no cumplió con su deber de
comunicar la verdad en forma oportuna al gerente. Le enganchó,
confiando que gracias a la amistad que existía entre los dos, él podría
sacar lo suyo adelante.

En cuarto lugar, este principio básico sobre la comunicación de la


verdad afirma que se debe comunicar la verdad a las personas que
están en condiciones de asimilarla. Supongamos que el gdrente general
de una empresa cuya situación financiera es muy delicada haya sufrido
un infarto del corazón. Después de salir de cuidados intensivos, recibe
en el hospital la visita de su contador. El contador sabe que las cosas
se han empeorado. Pero si le dice eso al gerente, lo más probable es
que éste regrese a cuidados intensivos. No es éste el momento de
hablarle acerca de la situación de la empresa. Además, es probable que
el médico le haya prohibido al gerente hablar de tales temas.

Decir que el profesional tiene la obligación moral de comunicar la


verdad, implica que no puede esconderse detrás del sentido literal de
las palabras. En situaciones en que existe la obligación de comunicar
la verdad, debe usar los medios que suelen usarse en su profesión para
lograr una comunicación adecuada y oportuna.

2. La distinción entre decir y comunicar la verdad

La obligación moral del profesional es comunicar la verdad. Si bien


es cierto que a veces la mejor manera de cumplir con esta obligación es
decir literalmente lo que es cierto, hay situaciones en el mundo
profesional en que una verdadera comunicación exige mucho más. La
palabra decir hace referencia sólo a lo que uno mismo hace. En cambio,
la palabra comunicar implica un proceso mediante el cual dos personas
logran entenderse. En este proceso de comunicación los profesionales
184 Eduardo Schmidt

usan expresiones faciales, gestos, entonación y modismos o códigos


conocidos por las dos partes para comunicar la verdad dentro del
contexto en que están conversando,

A veces, la misma frase puede usarse en diferente contextos para


comunicar dos realidades contrarias. A modo de ejemplo, la frase "sí,
sí - cómo no" puede usarse tanto para comunicar una respuesta
afirmativa como una respuesta negativa. Si una persona dice esta frase
al contestar a su amigo con una sonrisa cuando le pide un favor, es
obvio que la respuesta es afirmativa. Hay coincidencia entre el sentido
literal de las palabras y la verdad que se logra comunicar. En cambio,
si un profesor, irritado por la presión de un alumno que le pide cambiar
su nota sin ninguna razón válida, responde con esta misma frase y en
tono molesto, el alumno entiende que su respuesta es negativa. El
mensaje que el profesor comunica es contrario al sentido literal de las
palabras. Por el contexto y el modo en que contesta el profesor, le ha
comunicado al alumno un enfático ¡NO! Y los dos entienden muy bien
el mensaje.

Cada profesional debe aprender cómo se logra comunicar la verdad


en su propio trabajo. Sólo así podrá librarse de su dependencia
exagerada del sentido literal de las palabras. Sólo así podrá comunicar
la verdad con una conciencia tranquila, sin sentir la necesidad de
justificarse mediante argumentos que no tienen validez y que son
peligrosos como precedentes para otras áreas de su vida profesional.'

3. La utilización de modismos o códigos para comunicar la verdad

En el mundo de los negocios existen una serie de modismos o


códigos que los profesionales pueden y deben utilizar en determinadas
situaciones para comunicar la verdad. Por ejemplo, cuando una
secretaria dice por teléfono que su jefe 110 está, por lo general cualquier
persona sabe que esta frase es un modismo o código que quiere decir
que no le va a ser posible comunicarse con él en ese momento. Puede
ser que el jefe esté muy ocupado. A lo mejor no desea conversar con la
persona. O puede ser que literalmente, no se encuentra en su oficina.
Al escuchar la frase no está, la persona que llama entiende muy bien el
mensaje: no va a poder hablar con la persona a quien ha llamado en ese
La obligación moral de comunicar la verdad 185

momento y su secretaria le está invitando a dejar un recado que será


comunicado oportunamente a su jefe. Pero qué ocurre si la persona que
llama insiste, diciendo algo así como: "¿Pero de verdad no se encuentra,
señorita?" En este caso, pide información más específica. Ya no se trata
de un modismo o código. Si la secretaria contesta con la misma frase
de antes, pretende inducir al otro al error. Por este motivo, si bien es
cierto que en determinadas circunstancias se puede justificar la
utilización de la frase no está, sería mejor que responda de otra manera.
Puede decir, por ejemplo, que su jefe se encuentra ocupado, que no le
puede atender en ese momento, etc. Pero si la secretaria utiliza el
modismo o código no está como manera de decir que no va a ser posible
comunicarse con su jefe, es importante que comprenda que es una
forma de comunicar la verdad y no una mentira blanca. De lo contrario
corre el riesgo de deformar su conciencia moral, lo cual le puede llevar
a cometer faltas más serias en el ejercicio de su profesión/

En la negociación de la compra y venta de cualquier bien o servicio


existen una serie de modismos o códigos que suelen ser utilizados para
comunicar la verdad referente al precio y las condiciones de compra/-
venta. Por ejemplo, si dos personas están negociando la compra/venta
de un terreno, saben que el precio inicial no es el precio definitivo. Si
una de las dos partes comete el error estratégico de dar como su
primera oferta lo que en realidad es su precio definitivo, corre el riesgo
de engañar a la otra parte, precisamente por decir la verdad. En este
ejemplo se ve por qué es tan importante en el mundo de los negocios
distinguir entre decir la verdad y comunicarla.

Se justifica la utilización de un modismo o código para comunicar


la verdad en el mundo profesional cuando se cumplen dos condiciones:

La intención de la persona que utiliza el modismo o código


debe ser comunicar la verdad en forma oportuna a las
personas que tienen el derecho de saberla y que se encuen­
tran en condiciones de asimilarla.

Debe ser razonable suponer que tanto la persona que usa el


modismo o código como la persona que le escucha sabe qué
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quiere decir ese modismo o código en el contexto en que


están conversando.

Estas dos condiciones excluyen la utilización de un modismo o


código con la finalidad de engañar a la otra persona. Además, implican
que pueden existir situaciones en las que no es suficiente decir la verdad
para cumplir con el principio enunciado.

4. La comunicación de la verdad a lo largo de un proceso de


negociación

Muchas veces en el mundo profesional la comunicación de la


verdad es algo que se realiza a lo largo de un proceso. Cuando una
persona desea comprar algo, en muchos países se ha hecho costumbre
regatear el precio. En los ambientes en que esta costumbre existe y tanto
el comprador como el vendedor sabe de ella, el vendedor tiene el
derecho moral de establecer un precio original que le dé la posibilidad
de entrar en este proceso. Por ejemplo, el empleado en una tienda de
artesanía puede darse un margen para negociar el precio de lo que
vende al tratarse de clientes nacionales que saben cómo regatear. Pero
para comunicarse con turistas del extranjero que no saben de esta
costumbre, debe usar otro procedimiento para comunicar el verdadero
precio. Por ejemplo, cuando sabe que un turista viene de un país en
que no existe el regateo, puede decirle el precio definitivo en respuesta
a la pregunta acerca de cuánto cuesta cualquier objeto.

La negociación del contrato colectivo de trabajo es un caso especial


en el cual se comunica la verdad a lo largo de todo un proceso conocido
por las dos partes. Cada empresa y sindicato tienen su propia historia
de relaciones laborales que condiciona la manera en que pueden
cumplir mejor con este principio moral en un momento determinado.
Además, influyen en este proceso el momento que se está viviendo en
el país, la situación de la empresa, y la situación política dentro del
mismo sindicato. En una empresa con una historia tranquila de
relaciones laborales, la primera oferta será más cercana a la definitiva
que en una empresa que tiene una historia de relaciones laborales
turbulentas. La razón es que se prevé que el proceso de negociar un
nuevo contrato laboral será más largo y más duro en la segunda
La obligación moral de comunicar la verdad 187

empresa. Por lo tanto, las dos partes tienen que darse mayor margen
para negociar.

¿Qué ocurre si, sin querer, una de las dos partes no logra
comunicar la verdad a la otra a lo largo de este proceso? Supongamos,
por ejemplo, que la empresa haya sobreestimado la fuerza del sindicato
en una negociación. Además, supongamos que se llegue a un momento
en que el sindicato está dispuesto a aceptar un aumento menor de lo
que por justicia la empresa debería conceder. Si la empresa quiere
cumplir con su obligación moral de pagar un sueldo justo, tiene varias
maneras de hacerlo. Por ejemplo, al cerrar el trato, puede conceder otros
beneficios o el aumento que sería justo como signo de buena voluntad
frente al sindicato. De esta manera cumple con su obligación de pagar
un sueldo justo, sin perder imagen frente al sindicato.
r

5. Abusos que son frecuentes en nuestro medio

Algunos abusos que se cometen con cierta frecuencia en nuestro


medio, con referencia a la comunicación de la verdad son:

Esconderse detrás del sentido literal de las palabras cuando


se sabe que la otra persona no va a entender las palabras en
este sentido.

Supuestas rebajas que realmente no representan ningún


ahorro para el consumidor.

Publicidad diseñada para engañar al público.

La falta de claridad en los términos de crédito al vender


productos a plazos.

Cláusulas oscuras acerca de las garantías ofrecidas con la


venta de determinados productos.

Éstos, y otros abusos, revelan la intención de engañar a personas


que tienen el derecho moral de saber la verdad. Por lo tanto, son una
falta de ética profesional.
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Caso de "Rosa la Mentirosa"

NARRADOR

La señorita Rosa trabaja como Secretaria Ejecutiva de! Gerente General de


la Empresa Industrial "Fábrica de Armatostes y Recámaras, S.A." (FARSA).
Lleva cinco años trabajando en la empresa y se esmera en cumplir todas las
órdenes de su jefe al pie de la letra. Es estimada como una secretaria eficiente,
muy lea] a su jefe.

Hace poco ha comenzado a trabajar como su asistente la señorita Juana,


quien recién terminó sus estudios en una academia de renombre. Por ser su
primer trabajo, Juana desea aprender de Rosa todo lo que debe saber una
eficiente secretaria ejecutiva. Por lo general, comprende bien lo que dice Rosa.
Pero últimamente se ha dado cuenta que Rosa hace una serie de cosas que no
le parecen bien. Por ejemplo, muchas veces el Gerente le dice a Rosa que
debería cuidarle las espaldas cuando llaman ciertos clientes, diciéndoles que su
jefe no está. Además, en varias oportunidades, cuando los pedidos de los
clientes no salían a su debido tiempo, Rosa les decía por teléfono que ella estaba
haciendo todo lo posible para que salieran mañana. Luego avisaba a su jefe que
el cliente había llamado.

Un día, a la hora del café, Juana comienza a expresar sus dudas a Rosa,
preguntándole si todo eso está bien. Frente a sus inquietudes, Rosa responde
de la siguiente manera:

ROSA
"Mira Juanita, como secretarias, tenemos que cuidar las espaldas de nuestros
jefes. Para eso estamos. Hay clientes muy fastidiosos y nuestro jefe no puede
perder su tiempo escuchando sus quejas. Así que les digo que no está.
Además hay otros momentos en que el jefe tiene un trabajo urgente y no
quiere que nadie lo moleste. En estas ocasiones le digo a cualquier persona
que llame al señor Gerente que él no está, porque bien sé que no quiere que
le interrumpan.”

JUANITA (CON SORPRESA)

"Pero Rosa, ¿cómo puedes hacer eso? Tú sabes muy bien que el Gerente está
en su oficina. Si haces eso, ¡eres una mentirosa! ¿Qué diría tu mamá?"
La obligación moral de comunicar la verdad 189

ROSA (UN TANTO MOLESTA)

"Mira, Juani, el Gerente me ha dado órdenes muy claras para estos casos. Hay
que cumplirlas. Cuando le digo a alguien que él no está, estoy usando un
modismo o código que todo el mundo entiende. Es parte de mi trabajo como
secretaria. Además, como comprenderás, todas nosotras tenemos que hacer
algunas cosas que a lo mejor no nos agradan. En fin, es parte de nuestro
trabajo. Con el tiempo irás aprendiendo cómo son las cosas."

JUANITA (CON DOLOR EN SU ROSTRO)

"Yo no sé. Rosita. Discúlpame, pero todo eso me choca. Siempre me han dicho
que debo decir la verdad. No me gusta engañar a la gente. Además..."

ROSA (INTERRUMPE, IMPACIENTE)

"Además, Juani, hay gente aquí que hace cosas mucho peores. Por ejemplo el
Gerente de Relaciones Industriales miente cada vez que se presenta a negociar
un pliego de reclamos. Como gerente que es, sabe muy bien que la empresa
puede pagar más de lo que ofrece al comienzo. Pero siempre comienza
diciendo al sindicato que la empresa no puede pagar más por no encontrarse
en mejores condiciones económicas. Ese señor, ¡sí: es mentiroso! Pero las cosas
que decimos nosotras no pasan de ser mentiritas blancas."

JUANITA (DECEPCIONADA)

"Pero Rosita. ¡Qué decepción! Yo creía que todos en esta empresa eran
honrados. ¡Pero resulta que no es así! ¡Parece que todos son unos mentirosos!"

ROSA

"No te preocupes Juani. También todo esto me chocó a mí al comienzo. Pero


con el tiempo, te irás acostumbrando y te darás cuenta de que hay cosas peores
en este mundo. En fin, tenemos que adaptarnos a nuestra realidad. De lo
contrario, ¡mejor nos metemos de monjas de clausura!"
190 Eduardo Schmidt

Preguntas para discusión:

1. ¿Está bien que Rosa diga a los clientes que ella está haciendo todo
lo posible para que sus pedidos salgan mañana? ¿Por qué?
2. ¿Es moralmente aceptable que Rosa diga a algunos de los clientes
que su jefe no está, sabiendo que él se encuentra en su oficina?
¿Qué opinan ustedes del argumento que usa Rosa para justificarse
al proceder de esta manera? (Favor de examinar los siguientes
puntos):
a. Su jefe no quiere que nadie le moleste.
b. Hay que cumplir órdenes.
c. Todos tenemos que hacer algunas cosas que no nos agradan
porque es parte de nuestro trabajo.
d. Hay gente que hace cosas peores.
e. Con el tiempo irás aprendiendo cómo son las cosas.
3. ¿Tiene razón Juanita al decir que siempre se debe decir la verdad?
¿Por qué?
4. ¿Qué opinan ustedes del hecho de que el gerente de relaciones
industriales mienta cada vez que se presenta a negociar un pliego
de reclamos? ¿Por qué?
5. ¿Rosa tiene razón al decir que las cosas que ellas dos dicen no
pasan de ser mentiritas blancas? ¿Por qué?
La obligación moral de comunicar la verdad 191

Selección de Lecturas

Bowie, Norman E., "Does it Pay to Bluff in Business?", en Beauchamp, Tom L.


y Norman E. Bowie (Eds.), Etílica! Titean/ and Business, 3a. ed., Englewood
Cliffs, NJ: Prentice Hall, 1988, pp. 443-448. Content: business bluffing and
the nondisclosure of information are usually counterproductive in terms
of long-term profit.
Carr, Albert Z., ”ls Business Bluffing Ethical?", en Beauchamp, Tom L. y
Norman E. Bowie (Eds.), Etílica! Theory and Business, 3a. ed., Englewood
Cliffs, NJ: Prentice Hall, 1988, pp. 438-442. Content: business bluffing as
a strategy for communicating the truth.
Franca, Ornar y Jorge Galdona, Introducción a la etica (profesional), Montevideo:
Universidad Católica del Uruguay Dámaso A. Larrañaga, 1992, pp. 160-
169. Tema: la regla de veracidad.
Peinador Navarro, Antonio, Tratado de moral profesional, Madrid: La Editorial
Católica, 1962, pp. 166-172. (= Biblioteca de Autores Cristianos, Sección
II: Teología y Cánones, No. 215). Tema: mentira y ocultación de la
verdad.
Sánchez Gil, M., Deontologia de ingenieros y directivos de empresas, 2a. ed.,
Madrid: Aguilar, 1961, pp, 300-314. Tema: mando y comunicación.
Wirtenberger, Henry, Morality and Business, Chicago: Loyola University Press,
1962, pp. 120-135. Content: veracity in human Communications.

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