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UNIDAD 2

Manifestaciones de la
violencia sexual
contra niños, niñas y
adolescentes (NNA)
en contexto de
migración forzada
Contenido
....................................................................................................................................................... 1
Unidad 2: Manifestaciones de la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes (NNA) en
contexto de migración forzada. .................................................................................................... 3
Tema 1: Abuso sexual como una relación de poder. .................................................................... 3
Tema 2: Adultocentrismo y patriarcado ....................................................................................... 4
Tema 3: Movilidad Humana .......................................................................................................... 8
Material de estudio sugerido. ..................................................................................................... 13

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Unidad 2: Manifestaciones de la violencia sexual contra niños,
niñas y adolescentes (NNA) en contexto de migración forzada.
Objetivos de aprendizaje:

Se espera que con el abordaje de esta unidad los participantes logren:

Reconocer la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes (NNA) como un abuso
de poder.
Identificar los efectos de la violencia sexual en NNA.
Identificar las violencias en el entorno digital.
Conocer los conceptos asociados a la movilidad humana.
Reconocer la condición de movilidad como un factor de riesgo para la violencia sexual.

Para iniciar la Unidad: Manifestaciones de la violencia sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes
en contexto de migración forzada, se sugiere ver y analizar el video “Abuso Sexual Infantil” con
aportes de la Dra. Cynthia Carofilis. Disponible en el aula virtual.

Tema 1: Abuso sexual como una relación de poder.

Corresponde al involucramiento de un niño o niña en una actividad sexual que no


comprende, y para el cual, de acuerdo a su nivel de desarrollo u otra circunstancia, no puede
dar su consentimiento. Este fenómeno viola las leyes o tabúes sociales y corresponde a una
actividad sexual entre un niño, niña y un adulto u otro niño o niña, quienes se encuentra en una
relación asimétrica de responsabilidad, confianza o poder y busca satisfacer las necesidades de
la persona que se encuentra en la posición de privilegio (p.15)

El centro de esta definición es la relación asimétrica de poder, dado que la infancia se


encuentra en relación de dependencia con los adultos o personas a cargo de su cuidado. Si
bien, las infancias y adolescencias están al cuidado de los adultos, explotar ese vínculo necesario
e indispensable para sostener cualquier vida humana es el origen de la violencia (Butler, 1991).

Para Bell Hooks (2017):

La violencia patriarcal en el hogar se basa en la creencia de que es admisible que un


individuo con más poder controle a los demás mediante distintas formas de fuerza
coercitiva. (p.87)

Para la autora esta creencia supone la violencia y la humillación que luego darán paso a
otras formas de abuso. Además, nos señala que la violencia hacia la infancia suele ser ejercida
por varones, cuestión que demuestra las relaciones de poder entre los cuerpos de varones
adultos y de las niñeces.

El poder de los hombres es algo incuestionable porque en la cultura dominante es a ellos


a quienes se atribuye la fuerza, la autoridad, la protección y la competencia. Las concepciones

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patriarcales se traducen en el hecho clínico de que la mayoría de los abusadores de niños son
hombres, casi todos convencidos profundamente de sus derechos sobre los miembros de su
familiar (Barudy, 1998, p. 170).

Tema 2: Adultocentrismo y patriarcado

Detrás de las relaciones de poder entre adultos y niñeces y adolescencias está el


Adultocentrismo, es decir, el dominio de la adultez, pues en nuestras sociedades se resaltan los
valores asociados a la adultez blanca, masculinizada y propietaria (Morales, 2022).

Algunos elementos del adultocentrismo son:

• La infancia y adolescencia son concebidas como estados de camino a la adultez, que


no tienen valor en sí mismos sino como semilla de futuro.

• Imposición de la autoridad de los adultos, no se escucha a las niñeces, ni adolescencias.


Se les impone el poder mediante el castigo y la violencia.

• Las representaciones de la juventud caen en estereotipos que restan validez a sus


posiciones y argumentos (la juventud es vaga, es una generación de cristal, es muy frágil,
es apática etc.).

Para Claudio Duarte (2015), el adultocentrismo es una extensión del dominio patriarcal,
donde las relaciones de género fueron arraigando simultáneamente relaciones generacionales
de superioridad- inferioridad. Este dominio tiene consecuencias claras en situaciones de
violencia sexual. Para las sociedades adultocéntricas, el niño o la niña no puede o no debe ser
actor sino hasta que lo haya demostrado en su camino hacia la adultez. La denuncia, por lo tanto,
dependerá de si este dispositivo validador de pensamientos y conductas, abren la posibilidad de
considerarlo como tal (Duarte, 2012).

En segundo lugar, el esencialismo (Duarte, 2012) coloca el tiempo de los niños y niñas
conjugados en futuro porque la retahíla de que son el futuro de la patria los despoja de presente.
Por lo que, a la violencia sexual se la comprende por una generadora de consecuencias
posteriores, en un tiempo lejano al presente hasta que la persona haya alcanzado las
características universales del ser humano, es decir, hasta que deje de ser niño y se convierta en
adulto. Aquí opera un dispositivo opresor evidente, la postergación de la satisfacción de
necesidades de niños y niñas víctimas de violencia y la consecuente negación de que la violación
pudiera haber generado consecuencias inmediatas sobre las cuales hay que operar en el
presente. Asimismo, cuando el acto de violencia sexual es denunciado, por lo general, quien es
el violentador es un sujeto que cuenta con esas características universales y que esencialmente
es dueño de las decisiones del presente, lo que consecuentemente plantea un conflicto con un
sujeto validado y ciudadano completo.

En tercer lugar, la estigmatización (Duarte, 2012) de la infancia, produce un halito de


incertidumbre en la posibilidad de que exista violencia sexual en contra de niños y niñas. Como
la denuncia muy difícilmente es inmediata, la existencia de la violencia no es una verdad dada
porque se cuestiona la veracidad del hecho inclusive, porque el niño es ingenuo o porque es
inocente o porque no puede discernir la realidad de su entorno.

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Los datos empíricos basados en las denuncias corroboran que los agresores: suelen ser
personas conocidas para la víctima que efectivamente ejercen algún tipo de relación de poder
(familiares mayores, profesores, amigos cercanos a la familia). Por otro lado, investigaciones
desde las ciencias sociales nos remiten a que las características psicosociales de los agresores
son más cercanas a la población general que a la población con patologías (Lira Mendiguren et
al., 2017; Segato, 2003).

Esto da cuenta de la utilidad de un modelo que explique el abuso sexual dentro de una
estructura patriarcal y adultocéntrica que lo permite, en lugar de buscar las explicaciones dentro
del campo de la psicopatología.

Consentimiento

La violencia sexual surge cuando no hay consentimiento. De acuerdo a la RAE (2023):


Consentir tiene que ver con la capacidad de manifestar la propia voluntad, de decidir por sí
mismos. En este sentido, sabemos que, durante la infancia, las niñeces no pueden consentir ya
que “no pueden comprender el sentido radical de estas actividades”. La asimetría de poder
impide al niño, niña participar de un verdadero intercambio, las niñeces tienen en relación a los
adultos experiencias, grados de madurez y finalidades muy diferentes respecto a la sexualidad
(Barudy, 1998). Ya sea porque una persona es mayor de edad y se le impone una relación sexual
en contra de su voluntad o porque en el caso de la niñez y adolescencia no tienen criterio para
otorgar consentimiento.

Desde una perspectiva legal en Ecuador (el Código Integral Penal) todo menor de 14
años no puede dar consentimiento para una relación sexual. Es decir, todo contacto sexual con
un menor de 14 años es abuso o violación.

Los delitos sexuales no siempre se conocen o son denunciados. En un contexto donde la


sexualidad sigue siendo tabú, tienen un halo de secreto que los mantiene en la impunidad. La
cultura del silencio implica que tanto las víctimas como sus familiares mantengan un pacto tácito
de no denuncia. Mientras las voces de las niñeces no se consideran legítimas, muchas veces sus
familias terminan defendiendo al agresor. Los abusos contra la infancia se sostienen en la cultura
patriarcal y adultocéntrica, que no logra proteger a la infancia y que justifica los abusos sexuales
o los deja impunes. En el caso del incesto, la justificación de los abusos sexuales muchas veces
se sostiene en la culpabilización de la madre de la víctima en lugar del agresor. El incesto es un
reflejo del abuso de poder que un padre establece con su víctima, aprovechando su autoridad y
la impunidad que le permiten ejercerla (Pávez Soto, 2016). Para Freud (1913/1980), la
prohibición del incesto es estructurante de nuestra vida psíquica y social. También Levi Strauss,
consideró que el tabú del incesto ha sido el mecanismo cultural que ha permitido organizar la
reproducción de los seres humanos y que nos diferencia de los animales (Strauss citado en
Pávez, 2015). Sin embargo, este tabú no ha logrado proteger a las víctimas del incesto, pero ha
logrado mantener el tema del incesto en un tabú del que nadie quiere escuchar (Capella citado
en Pávez, 2015).

Estereotipos de género sobre las víctimas de violencia sexual

Dado que los estereotipos de género construyen como vemos las conductas sexuales de
hombres y mujeres, hay una tipología de víctima que hace que exista un modelo de víctima ideal
de la violencia sexual y una víctima que en cambio es culpabilizada del daño recibido. La víctima
ideal es una persona débil y vulnerable, que no puede defenderse.

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Según de Lamo (2023) existe una mitología contemporánea de la violación, a
continuación, algunos elementos de dicha mitología:

• Mito de la iniciativa femenina: la víctima desea la agresión y ha provocado la violación:


en nuestro país podríamos ejemplificarlo con el término: “niñas brinquillas”, aquellas
púberes que se representa como las Lolitas (aludiendo a la novela del ruso Nabokov).

• Mito de que las mujeres utilizan la sexualidad para obtener ventaja. Por ejemplo, las
estudiantes con sus docentes, obtienen mejores notas si acceden a ciertos pedidos del
profesor. Este mito les resta credibilidad a las estudiantes, a la hora de denunciar
violencia sexual.

• Mito de la víctima heroica (la víctima no dejarse violar, debe pelear hasta las últimas
consecuencias). Este mito contribuye a la incredulidad social si una víctima no muestra
signos visibles de haber sido atacada, de haber forcejeado o de haber intentado evitar
la violación.

• Mito de la víctima rota (la víctima debe mostrarse siempre triste y devastada para que
se le pueda creer). Este mito es perjudicial pues muchas niñeces no logran comprender
el abuso y no muestran los signos que se esperan de ellos y ellas.

Efectos del abuso sexual infantil

Respecto a las consecuencias psicológicas del abuso sexual infantil se encuentran:


depresión, ideación y conducta suicida, trastorno por estrés postraumático y los problemas en
el área de la sexualidad, como la revictimización y la transmisión intergeneracional del abuso
sexual (Villanueva Sarmiento, 2013).

Al parecer, los efectos durante la infancia son somatizaciones como la enuresis- micción
involuntaria mientras se duerme (a una edad en la que se espera que el niño ya no se orine),
encopresis -evacuación de heces, de consistencia normal o anormal, de forma repetida,
involuntaria o voluntaria, en lugares no apropiados para este propósito-, dolores de cabeza y
dolores estomacales-, también se denotan retrasos en el desarrollo, ansiedad, retraimiento y,
puntualmente, con énfasis, existe trastorno de estrés post-traumático y conducta sexualizada
como la masturbación excesiva o en público (Mellon, Whiteside y Friedrich, 2006, citado en
Cantón y Cortez, 2015).

Con niños y niñas que oscilan entre los 6 y 12 años de edad, también se pueden
encontrar problemas socioemocionales conductas sexuales inapropiadas y problemas
aparejados a la ansiedad, depresión y retraimiento. Sin embargo, conforme avanza en edad el
sujeto que ha sido víctima de abuso sexual, emergen problemas de agresiones y conductuales,
trastornos disociativos, dificultades variadas en iniciar y sostener relaciones con sus pares,
efectos en el rendimiento escolar y trastornos psicobiológicos –desregulaciones de los niveles
de cortisol, por ejemplo (Cantón y Cortez, 2015).

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Manifestaciones de la violencia sexual

Desde 2014 hasta 2020, 4221 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de violencia
sexual en el sistema educativo según los registros del Ministerio de Educación desde el 2014,
hasta el 2020. En todos los casos presentados, las personas agresoras son integrantes de la
comunidad educativa entre los que se cuentan docentes, conductores, administrativos y
personal de aseo, compañeros, entre otros (Human Rigths Watch, 2020).

Una vez hemos indicado que el denominador común de las violencias es el sometimiento
en contra de la propia voluntad, o la imposición de una sexualidad (de mayor edad) sobre un
menor de edad, vamos a entrar en las especificidades de los tipos de violencia sexual que se
pueden encontrar en entornos educativos:

Acoso sexual. -Práctica verbal, escrita u oral, física o gestual, de contenido sexual, no
consentida ni deseada por la persona acosada. La finalidad de este tipo de violencia de género
es el ejercicio de poder o la satisfacción sexual del agresor. Genera malestar, intimidación o
incomodidad (Guarderas et al., 2016).

Violación. -Se define como la penetración vaginal, anal y/u oral por una parte corporal
del perpetrador u otro objeto y los espacios en donde se puede darse esta acción lesiva son las
propias aulas, baños, oficinas administrativas, callejones y en otros lugares en donde existan las
condiciones de privacidad y que permita el sometimiento o dominación desde el agresor hacia
la persona agredida (Acuña-Navas, 2014).

Incesto. -Se lo define como la actividad sexual entre miembros de la misma familia.
Dicha actividad comprendería desde caricias inadecuadas hasta el coito.

En nuestro país, no existe un delito tipificado en este sentido, sino que la circunstancia de las
relaciones de parentela se convierte en un agravante cuando se ha conjugado algún tipo penal
como el abuso o la violación sexual.

Estupro. - Según el artículo 167 del Código Integral Penal (2014): La persona mayor de
dieciocho años que recurriendo al engaño tenga relaciones sexuales con otra, mayor de catorce
y menor de dieciocho años, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.

Violencias en el entorno digital

Sexting: En inglés: El intercambio de mensajes con contenido sexual, fotos, vídeos o


contenido escrito. Para las adolescentes, el sexting se ha convertido en una forma de chantaje
sexual, por ejemplo, al publicar fotos enviadas previamente sin su consentimiento. Este chantaje
para las chicas tiene consecuencias catastróficas, ya caen en los estereotipos de género de la
mujer “mala”: aquella que no tiene valor, y que, por lo tanto, no puede ser violentada, pues
siempre está dispuesta a tener una relación sexual. En algunos casos la divulgación de este tipo
de contenido de carácter sexual ha tenido como consecuencia el suicidio.

Grooming. -El grooming es una práctica o estrategia delictiva de un adulto quien, a


través de diversos medios, en este caso, a través de plataformas telemáticas, redes sociales u
otro medio digital, capta la atención de un niño o niña o adolescente, con la finalidad de
vincularle en una actividad de índole sexual (Save the Children, 2019).

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Sobreexposición o sharenting. - Aunque este no es un tipo de violencia, si se considera
como una actividad de riesgo. El sharenting que proviene de la fusión de share (compartir) y
parenting (crianza), es la práctica cada vez más habitual de madres y padres, en la que exponen
pública y constantemente la vida de sus hijas e hijos en la red. En principio, puede parecer una
costumbre inofensiva, pero debemos ser conscientes de las consecuencias que puede tener para
las vidas de las niñas y los niños (Save the Children, 2019).

Pornografía infantil. - De acuerdo con el artículo 103 del COIP:

Pornografía con utilización de niñas, niños o adolescentes. - La persona que fotografíe,


filme, grabe, produzca, transmita o edite materiales visuales, audiovisuales, informáticos,
electrónicos o de cualquier otro soporte físico o formato que contenga la representación visual
de desnudos o semidesnudos reales o simulados de niñas, niños o adolescentes en actitud
sexual; será sancionada con pena privativa de libertad de trece a dieciséis años. Si la víctima,
además, sufre algún tipo de discapacidad o enfermedad grave o incurable, se sancionará con
pena privativa de libertad de dieciséis a diecinueve años. Cuando la persona infractora sea el
padre, la madre, pariente hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, tutor,
representante legal, curador o pertenezca al entorno íntimo de la familia; ministro de culto,
profesor, maestro, o persona que por su profesión o actividad haya abusado de la víctima, será
sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años. (COIP, 2014, art. 103)

Los conceptos de sexting y prostitución infantil se solapan, cuando hablamos de niños y


niñas, el sexting tiene ambages, porque solicitar imágenes o videos con contenido sexual a
personas menores de 18 años por parte de adultos, es un tipo penal descrito en el COIP como
pornografía.

Para resumir, podemos concluir que:

•El abuso sexual se define por la relación asimétrica de poder sustentadas en el


adultocentrismo y el patriarcado.
•Los estereotipos de género hacen que no se les crea fácilmente a las víctimas.
•La cultura del silencio hace difícil la denuncia.
•En el espacio digital se reproducen las violencias patriarcales.

Tema 3: Movilidad Humana

Para empezar el tema es necesario revisar el video “Movilidad humana, derechos y deberes” del
Dr. Juan Villalobos. El material está disponible en el aula virtual.

Ahora, revisemos algunos conceptos claves:

La Movilidad Humana es un fenómeno que se ha dado a lo largo de la historia de la


humanidad. Esta se entiende como la

[…] movilización de personas de un lugar a otro en ejercicio de su derecho a la libre


circulación. Es un proceso complejo y motivado por diversas razones (voluntarias o forzadas),
que se realiza con la intencionalidad de permanecer en el lugar de destino por periodos cortos
o largos, o, incluso, para desarrollar una movilidad circular. Este proceso implica el cruce de los

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límites de una división geográfica o política, dentro de un país o hacia el exterior. (OIM, 2012,
pág. 17)

Por lo tanto, este fenómeno es más complejo de lo que parece, teniendo las siguientes
características:

• Es un proceso humano, en tanto que el principal actor del mismo son los seres humanos;
• Expresa el derecho humano de la libre circulación;
• Es multicausal, puesto que existe una multiplicidad de causas que llevan a los sujetos a
movilizarse de un lugar a otro (por ejemplo, por condiciones laborales, económicas,
conflictos, estudios, familiares, climáticas, de salud, etc.). Es importante tomar en
cuenta que además este fenómeno puede ser de manera voluntaria o de manera
forzada;
• El tiempo de permanencia en un lugar puede variar, teniendo las personas la intención
de estar por un corto plazo o un plazo extendido en un lugar;
• Implica el desplazamiento entre diferentes divisiones políticas y geográficas. (OIM,
2012)

Estas características nos permiten ver que la movilidad humana es un fenómeno multicausal
y complejo, puesto que cada experiencia migratoria será completamente distinta, no solo por
las causas que llevan a las personas a abandonar un lugar y ubicarse en otro, sino también por
la condiciones en el lugar de recepción: si esta pertenece o no a un grupo de atención prioritaria;
las condiciones del traslado; factores económicos, políticos y sociales tanto del lugar de salida
como del lugar de llegada; estereotipos y estigmas sobre el proceso y la nacionalidad de las
personas, así como sobre su identidad sexual, edad, etc.; garantías jurídicas; tiempo de
permanencia; marco jurídico; voluntariedad en el desplazamiento, etc.. 1

En el caso del Ecuador, este es considerado como un país con una doble característica,
puesto que por una parte es considerado como un país expulsor, es decir, un país desde el cual
salen ciudadanos con destino a otros países (no se deben olvidar los procesos migratorios a lo
largo de la historia, por ejemplo, el primer éxodo de población ecuatoriana con destino a EEUU
en la década de los 70; el proceso migratorio que se dio desde el año 2000 debido al feriado
bancario en el país y que tuvo como destino principalmente España e Italia; y el proceso
migratorio que se ha ahondado durante el año 2023), y como país receptor de personas de otras
nacionalidades (durante la historia han llegado personas de distintas nacionalidades de la
región, por ejemplo, durante los años 70 llegó población que salió de Chile debido a la dictadura
de Augusto Pinochet; desde el 2000 en adelante población colombiana huyendo del conflicto
social de su país; población haitiana a partir del terremoto que azotó la isla en el año 2010; y en
los últimos años la llegada de población venezolana que ha llegado al país).

Comprendidas estas características del contexto es importante que podamos definir


conceptos vinculados con la Movilidad Humana, los cuales son de uso cotidiano. A continuación,
encontrará una lista con los conceptos específicos y sus definiciones.

• Emigrante: es aquella persona que se traslada desde su país de origen o su país de


residencia habitual para afincarse en otro lugar (OIM, 2019). Es importante tomar en

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1 Con el fin de profundizar se recomienda revisar el documento “Módulo II: Movilidad humana Gestión
fronteriza integral en la subregión andina” elaborado por OIM. Disponible en
https://peru.iom.int/sites/g/files/tmzbdl951/files/Documentos/Modulo2.pdf

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cuenta que hablamos de emigrantes cuando nos referimos desde el país o lugar desde
el que sale, por ejemplo, cuando hablamos de aquellos que han salido de Ecuador hacia
otros destinos nos referimos a ellos como emigrantes.

• Inmigrante: “[…] persona que se traslada a un país distinto al de su nacionalidad o de


residencia habitual, de manera que el país de destino se convierte efectivamente en su
nuevo país de residencia habitual.” (OIM, 2019, pág. 109). Es importante tomar en
cuenta que hablamos de inmigrantes desde el país o lugar al que llega, por ejemplo,
cuando hablamos de la población peruana que está en Ecuador nos referimos a ellos
como inmigrantes.

• Refugiado: “Persona que, debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de
raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones
políticas, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, a causa de dichos
temores, no quiere acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de
nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país
donde antes tuviera su residencia habitual, no puede o, a causa de dichos temores, no
quiere regresar a él.” (OIM, 2019, pág. 190).

• Solicitante de refugio: es aquella persona que ha llegado de otro país y ha solicitado al


Estado ecuatoriano que le sea conferido el status de refugiado, sin embargo, el trámite
aún se encuentra en proceso.

• Migrante en situación irregular: es aquella persona que se encuentra en el país de


destino y no posee una visa, permiso o condición de refugiado, por lo tanto, se
encuentra en condición irregular en el país. Generalmente a esta condición se la llama
cotidianamente como migrantes ilegales, sin embargo, no hay ilegalidad en el hecho de
desplazarse de un lugar a otro puesto que es un derecho humano, por lo tanto, la forma
correcta de expresarse es migrante irregular.

• Migrante en situación regular: proceso migratorio que se realiza por pasos oficiales
habilitados entre los países como pueden ser aeropuertos, puertos o pasos terrestres, y
contando con la documentación necesaria para mantener en dicho país.

• Migrante internacional: “Cualquier persona que se encuentre fuera de un Estado del


que sea ciudadano o nacional o, en el caso de los apátridas, de su país de nacimiento o
residencia habitual. El término incluye a los migrantes que tienen la intención de
trasladarse de forma permanente o temporal, a los que se trasladan de forma regular o
con la documentación requerida, y a aquellos que se encuentran en situación irregular.”
(OIM, 2019, pág. 136).

• Migrante Interno: “Cualquier persona que se desplaza o se ha desplazado dentro de un


país con el propósito de establecer en él una nueva residencia temporal o permanente
o debido al desplazamiento.” (OIM, 2019, pág. 137).

• Derechos de personas en situación de Movilidad Humana: al ser la movilidad humana


un derecho humano se considera que “Se reconoce que las personas en situación de
movilidad humana son titulares de derechos, por lo tanto, pueden ejercer tal condición
a la hora de acceder a distintos derechos tales como: salud, trabajo, educación, entre
otros. (Consejo de protección de Derechos del Distrito Metropolitano de Quito, 2020).

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• Desplazados: “Personas o grupos de personas que se han visto forzadas u obligadas a
escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular como
resultado de los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia
generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes naturales o
provocadas por el ser humano, o bien para evitar dichos efectos.” (OIM, 2019, pág. 60).

• Desplazados Internos: “Personas o grupos de personas que se han visto forzadas u


obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular
como resultado de los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia
generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes naturales o
provocadas por el ser humano, o bien para evitar dichos efectos, y que no han cruzado
una frontera estatal internacionalmente reconocida.” (OIM, 2019, pág. 60).

• Migración de retorno: “En el contexto de la migración internacional, movimiento de


personas que regresan a su país de origen después de haberse marchado de su lugar de
residencia habitual y haber cruzado una frontera internacional.” (OIM, 2019, pág. 125).

“En el contexto de la migración interna, movimiento de personas que regresan a su lugar de


residencia habitual después de haberse marchado de él.” (OIM, 2019, pág. 125)

Personas en situación de Movilidad Humana y vulnerabilidad

Es importante tomar en cuenta que, como hemos visto anteriormente, existen múltiples
caras o facetas de la Movilidad Humana, por lo tanto, las causas o razones de salidas de los
países de origen o de establecimiento no son iguales. En el caso de aquellos que se han visto
obligados a salir de su país por conflictos internos o crisis sociales y económicas las condiciones
de vulnerabilidad de los mismos aumentan. Muchas de estas personas toman la decisión de
abandonar estos lugares debido a la imposibilidad de satisfacer sus necesidades básicas o bien
frente a la amenaza directa sobre sus vidas, razón por la cual, estas condiciones de
vulnerabilidad se terminan reflejando en el proceso migratorio.

Muchos de quienes migran por las causas explicitadas anteriormente, al llegar a los
países de destino o muchas veces en los países de tránsito, no tienen acceso a trabajo, salud,
educación, es decir, aumentan sus condiciones de vulnerabilidad. Esto se da muchas veces por
la imposibilidad de acceder a procesos de regularización migratoria por ejemplo (obtención de
una visa que le permita trabajar), por lo tanto, la posibilidad de garantizar el acceso a
condiciones mínimas para una vida digna se dificulta. Esto trae consigo además otro tipo de
problemáticas, como estar en mayor condición de vulnerabilidad frente a situaciones de
violencia. Una de las situaciones características que se dan con relación a esto es el sin número
de propuestas que se realizan a distintas personas en situación de movilidad humana de acceder
a favores sexuales a cambio de elementos que le permitan garantizar el acceso a bienes y
servicios que garanticen sus necesidades básicas.

No solamente el estatus migratorio (tener o no visado) implica ser más vulnerable o no


en ciertas situaciones, sino que muchas veces aspectos como estereotipos y estigmas que se van
generando sobre personas de nacionalidades distintas a la del país de acogida, las cuales han
sido alimentadas no solamente a lo largo de la historia, sino también por el rol que van jugando
los medios y los discursos que se van generando y transmitiendo en distintos niveles de la

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sociedad. Esto no solo va generando visiones específicas sobre una población específica, sino
que también va ternizando y naturalizando situaciones de violencia y exclusión, las cuales se
manifiestan de diversas formas en la cotidianidad.

“Ecuador es el destino de grandes flujos migratorios de personas que se han


desplazado, desde varios países, en busca de protección y nuevas oportunidades. El país ha
acogido y brindado protección a miles de personas, convirtiéndose en el mayor receptor de
personas refugiadas de Latinoamérica, con casi 70.000 reconocidos hasta julio de 2020.”

Entre enero y julio de 2022, Ecuador reconoció a 1.857 personas como refugiadas. Al
mes de septiembre, el país acogía a más de 500.000 migrantes y refugiados venezolanos. La
mayoría de los solicitantes de asilo son de nacionalidad venezolana.” (ACNUR, 2021)

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Material de estudio sugerido.
Acuña-Navas, M. (2014). Abuso sexual en menores de edad: generalidades, consecuencias y
prevención. Med. leg. Costa Rica [online],31, 1, pp. 57-69. ISSN 2215-5287.

ACNUR. (2021) Monitoreo de Protección. Disponible en


https://www.acnur.org/noticias/press/2021/8/610816354/el-82-de-las-personas-en-movilidad-
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Barudy, J. (1998). El dolor invisible de la infancia. Una lectura ecosistémica del maltrato infantil.


Paidós.

Consejo de Protección de Derechos del Distrito Metropolitano de Quito. (2020). Ruta de Protección
de Derechos de Personas en situación de movilidad humana en el DMQ. Quito: CPD.
Duarte Quapper, C. (2012). Sociedades adultocéntricas: sobre sus orígenes y
reproducción. Última década, 20(36), 99-125.

Guarderas Albuja, Paz. 2016. Silencios y acentos en la construcción de la violencia de género como
un problema social en Quito (Temas) o Silences and Accents in the Construction of Gender Violence
as a Social Problem in Quito o Silêncios e ênfases na construção da violência de gênero como um
problema social em Quito. Iconos. Revista de Ciencias Sociales, 20/2(55):191-213.

Hooks, b. (2017). El feminismo es para todo el mundo. Traficantes de sueños.

Human Rigths Watch. (2020, diciembre 9). “Es una lucha constante” La violencia sexual en
instituciones educativas y los esfuerzos de jóvenes sobrevivientes por obtener justicia en Ecuador.
Obtenido de https://www.hrw.org/es/report/2020/12/09/es-una-lucha-constante/la-violencia-
sexual-en-instituciones-educativas-y-los

Human Rigths Watch. Ecuador. Eventos de 2022. Disponible en https://www.hrw.org/es/world-


report/2023/country-chapters/ecuador

Lamo Velado, I. (2023). Mitología contemporánea de la violación.: Una revisión sobre la


presencia de estereotipos de género en los tribunales españoles. iQual. Revista de
Género e Igualdad, (6).

Lamas, M. (1994). Cuerpo: diferencia sexual y género. Debate Feminista, 10.


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