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CIVILIZACIÓN OLMECA: Considerada la primera gran civilización.

Se ubicó en el
actual estado de Veracruz y Tabasco. (Tierra caliente y húmeda, llana y baja). Sus
principales centros urbanos fueron La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo.

Fases:

1. Olmeca I
2. Olmeca II: se subdivide en dos fases, San Lorenzo y La Venta.
3. Olmeca III

San Lorenzo, en el Río Chiquito, tiene un grupo ceremonial principal, formado por
montículos dispuestos linealmente y patios cerrados, sobre una gran plataforma
artificial que se eleva una decena de metros sobre la llanura circundante. En esta
especie de meseta se localizan también cerca de veinte pequeñas lagunas,
aparentemente estanques, para almacenar agua y grandes conductos de basalto
que drenan tanto las plazas como alguno de los estanques.

Se estima que su población estaría en torno a los mil individuos, que


presumiblemente soportaban y dependían de un pequeño grupo de élite que vivía
en el propio centro. Desapareció hacia el 900 a.C, no solamente como centro de
poder, sino incluso físicamente, y tal desaparición está marcada por la destrucción
de su escultura monumental. Alguna de las grandes cabezas fue llevada a La
Venta.

La Venta es precisamente el centro que toma el relevo de San Lorenzo y fue


ocupada entre el 1300 y 600 a.C, marcando el apogeo de la civilización olmeca.
Se localiza en una isla, sobre un pantano del río Tonalá, lejos de los terrenos
cultivables. Aquí se ha encontrado una gran cantidad de esculturas monumentales
y también de ofrendas.

En tanto, Tres Zapotes se localiza al oeste del macizo de los Tuxtlas, y se conoce
pobremente a excepción de su escultura. La cerámica del lugar indica que fue
contemporáneo De La Venta y de San Lorenzo en el periodo Olmeca II.

Los tres sitios representan restos del temprano horizonte Ocós u Olmeca I, y San
Lorenzo es el único lugar que proporciona una información adecuada sobre los
cambios y los estímulos dinámicos producidos en las comunidades campesinas
que condujeron a las innovaciones que comenzaron hacia el 1300 a.C.

La economía y la sociedad: la agricultura era la base económica fundamental. Las


tierras más favorables se encontraban a las orillas de los ríos que se inundaban
periódicamente. Esto permitía la obtención de dos o más cosechas al año. Entre
los cultivos se encontraban el maíz, calabazas, el chile y frijoles.

Las familias que controlaban las mejores tierras a lo largo de las orillas de los ríos
serian las familias que se convertirían en los linajes cerrados de la clase de élite.

Por otro lado, también estaba la caza de venados, pecarís, tlacuaches y pescados.

Arte: los olmecas se destacaron en el ámbito artístico, tanto en la escultura como


en la pintura, pero principalmente se plasmaron en el primero, ya que sobresalen
las quince cabezas colosales encontradas a lo largo de su territorio. Ocho en San
Lorenzo, cuatro en La Venta y tres en Tres Zapotes, estas pueden alcanzar los
tres metros de altura y otros tanto de diámetro, rondando 65 toneladas de peso.
Representaban individuos de sexo masculino, con nariz ancha y poco saliente, y
labios grueso de comisuras caídas.

Además de grandes escultores, los olmecas fueron también magníficos lapidarios.


Labraron “hachas” de jadeíta, venturina, basalto, caliza, diorita y serpentina.

Se puede considerar dos tendencias principales dentro de las manifestaciones


artísticas olmecas:

• Profano: de estilo naturalista, cuyo tema central es el ser humano.


• Religioso: de estilo más estilizado, cuyo tema central parece ser el del
jaguar.

Arte y Sociedad: Los grandes jefes de los más importantes centros olmecas
aparecerían representados en cabezas colosales, en las figuras emergentes de
los nichos de los “altares”, en los bajos relieves de esos mismos elementos, en las
estelas y en otras esculturas de bulto redondo.
Arte y Religión: La religión olmeca es politeísta, marcada por una pluralidad de
Dioses que tienen que ver principalmente con la agricultura y con los elementos
íntimamente relacionados con ella: la tierra, el agua, el sol, los volcanes, el cielo,
la vegetación, la fertilidad.

En el centro de sus creencias se encontraba el jaguar, animal que tiene una


especial importancia en su arte. Las representaciones solían mostrarlo con la
boca característica de las esculturas olmecas, con el labio superior muy grueso y
el inferior hacia abajo.

Otros animales que adquirieron categoría divina fueron el dragón y los sapos.

Es también una religión dinástica, cuyos dioses se encuentran en íntima relación


con los grandes jefes, los cuales toman sus poderes sobrenaturales y se creía que
descienden de esos mismos dioses.

EL FORMATIVO MESOAMERICANO DE INFLUENCIA OLMECA .

En el periodo Formativo, se halla las raíces de la riqueza de la variedad las altas


culturas mesoaméricas, que se irán acentuando cada vez más, sobre todo entre
las culturas que sucederán a los olmecas y entre sus contemporáneas.

Región del Istmo, altos de Guatemala y el Pacífico

En el Formativo temprano una serie de rasgos cerámicos que hacen su aparición


por primera ves en Mesoamérica parecen de indudable origen ecuatoriano, la
existencia de elementos tales como el cacao, la sal y ciertos tipos de conchas
atrajeron desde muy pronto a diferentes pueblos , entre ellos a los olmecas; y en
el formativo tardío es notoria la existencia de una serie de estilos artísticos que
representan claramente la transición de elementos culturales olmecas a mayas.

La secuencia se inicia con la fase Barra ( 1400-1300) a.C., que se caracteriza por
una cerámica muy sofisticada y distinta de cualquiera otra de Mesoamérica en las
mismas fechas. Sus técnicas decorativas presentan fuertes afinidades con la
cerámica de la costa del Ecuador . Se encuentran también una serie de
fragmentos de figurillas que se consideran como la más temprana aparición de
este rasgo en el sur de Mesoamérica, figurillas que inician una tradición
manifestada en San Lorenzo y en Ocós y que son antecedentes de los de Oaxaca.

Más significativa es la fase Ocós ( 1500-1150) a. C., elaboración de la fase


anterior, pero con una creciente variedad de atributos decorativos en su cerámica
que en su mayoría proceden del norte del Ecuador. La importancia de las figurillas,
que representan probablemente un culto peculiar, se acrecienta también en esta
fase.

Con alguna excepción temprana, la generalización de las evidencias de


construcciones que se puedan considerar como públicas no aparecen hasta el
Formativo medio, con cuya fase:

 Fase Conchas ( 800-600 a. C. ) se manifiestan, a lo largo de la costa del


Pacífico, plataformas de arcilla y montículos piramidales. Al avanzar este
periodo, la arquitectura se asiste a un proceso de complejidad creciente,
encontrándose, tanto en la costa como en zonas de Chiapas, estructuras
piramidales, largos montículos en forma de plataformas e incluso juegos de
pelota, lo que es índice también de la creciente complejidad y diferenciación
de la sociedad.

Es evidente que el istmo de Tehuantepec constituye una vía natural de


comunicación entre la llanura costera del Golfo de México y la vertiente pacífica de
Guatemala. Esta ruta debió ser aprovechada desde el formativo temprano por las
poblaciones asentadas a tales regiones que establecieron una serie de relaciones
y que se mantuvieron incluso en tiempos posteriores a los olmecas.

Las culturas del Formativo tardío de la zona están enlazadas por un estilo peculiar,
expresado principalmente a través de la escultura , que se denomina Izapa por el
sitio epónimo donde aparecen gran cantidad de monumentos característicos,
aunque no es el sitio más importante del grupo. De hecho, en esta época (300 a.
C. – 100 d. C.) se da ya una situación muy característicamente mesoamericana ,
con una serie de comunidades locales que interactúan entre sí.
 Cerro de Las Mesas puede ser uno de los sitios de más temprana afiliación
con Izapa, hecho que puede remontarse hasta el 600 a. C.

Ejemplo:

 Escondrijo con piezas de jade y piedra, una magnifica concha de tortuga


tallada y también esculturas, reflejo del estilo de la transformada herencia
olmeca, con figuras de jefes sedentes o de pie asociados con símbolos
religiosos de poder.

Cruzando el Istmo hacia la costa del Pacífico se encuentran el importante sitio de


Izapa, donde aparecen los mejores exponentes de la escultura de la transición de
lo olmeca o lo clásico. Sus comienzos son en 1500 a. C. Su crecimiento fue
continuo y durante el formativo tardío llegó a ser un importante centro político y
religioso. Su localización, en la llanura costera del Pacífico, rica en cacao, fue
indudablemente uno de los factores causantes de su importancia. El cacao se
representará en su escultura.

Kaminaljuyú, en las tierras altas de Guatemala, se encuentran prácticamente


debajo de la moderna capital del país. El sitio suministra una información de gran
importancia, ya que es exponente de una larga secuencia iniciada son escultores
aparentemente locales y representado hombres gordos. Se datan al final de
olmeca II. La etapa de escultura Izapa en Kaminaljuyú fue un centro ceremonial
regional que se fue desarrollando lentamente en el fértil valle de Guatemala y
alcanzará uno de sus períodos de apogeo al final del período Clásico.

Otros sitios que fueron influidos por la cultura olmeca, fueron :

 Chalchapa
 Chiapa de Corzo.

LAS TIERRAS MAYAS : se caracterizan por su gran variedad y entre tipos de flora
y fauna, que conforman entorno de sus habitantes son muy acusadas, sobre todo
si consideramos sus puntos extremos en el norte de la península de YUCATAN o
de PETÉN guatemalteco. Tanto en época clásica como en estos tiempos temprano
formativo, los grandes ríos existentes en las tierras bajas del sur fueron atractivos
para los asentamientos humanos y constituyeron importantes vías de
comunicación.

OAXACA: Es una alta área montañosa a 1.550 metros de altitud sobre el nivel del
mar y de unos 3.375 kilómetros cuadrados de extinción, en Oaxaca nos
encontramos con vida aldeano establecida de diferentes comunidades una más
dosificada que la otra y las primeras evidencias de estructuras públicas como por
ejemplo el poblado epónimo de tierra larga, era una pequeña aldea que ocupaba
una extinción de media a una hectárea y estaba habitada por una población de 12
a 48 personas.

LAS TIERRAS ALTAS DEL CENTRO DE MEXICO: Las primeras comunidades de


carácter agrícola se asientan en la sur también el clima es favorable para la
agricultura por la menor incidencia de las heladas. También fue una aldea muy
sencilla cuyo habitantes se dedican también a la caza y a la pesca, su cerámica
tiene semejanza con la temprana fase Barra del Istmo.

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