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El enfoque sistémico y el aporte a la psicología

El pensamiento sistémico ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de la


psicología como disciplina, brindando un enfoque integral y holístico para comprender los
complejos fenómenos y procesos psicológicos. A través de sus axiomas y principios, el
pensamiento sistémico motiva a ver a los individuos y a los fenómenos psicológicos como
parte de sistemas interrelacionados, en constante interacción con su entorno y con una
trascendencia mayor para poder comprender todos los procesos psicológicos posteriores a un
diagnóstico (Montenegro y Schroeder, 2020; Segredo et al., 2015; Montes, 2006; Espinal et
al., 2019; Montoya y Montoya, 2011; Stanton y Welsh, 2012). Así entonces, en este ensayo,
se abordará de qué manera el pensamiento sistemático impacta en la psicología de forma
positiva ampliando su alcance y nivel de trascendencia en la sociedad, examinando cómo su
enfoque en la interconexión, la comprensión de los sistemas y subsistemas, la totalidad y la
función permite abordar de manera más comprensiva los desafíos y las complejidades de la
experiencia humana.

En primera medida, conviene relacionar el pensamiento sistémico con una teoría


dentro de la psicología que comprende en su totalidad el enfoque integral y holístico que el
pensamiento sistémico le da a la fenómenos y procesos psicológicos, la cual es la teoría de
los axiomas. La teoría de los axiomas juega un papel crucial en el pensamiento sistémico y su
relevancia en la psicología. Los axiomas, como principios fundamentales, proporcionan los
cimientos sobre los cuales se construye el enfoque sistémico en psicología. Estos axiomas nos
instan a considerar a los individuos y los fenómenos psicológicos como elementos
interdependientes de sistemas más amplios (Montenegro y Schroeder, 2020; Segredo et al.,
2015; Montes, 2006; Espinal et al., 2019; Montoya y Montoya, 2011; Stanton y Welsh,
2012). Al reconocer la interrelación y la interacción constante entre los componentes del
sistema, se puede comprender de manera más profunda la influencia del entorno en los
procesos psicológicos y cómo estos procesos se ven afectados por los demás elementos del
sistema.

La trascendencia de los axiomas radica en su capacidad para ampliar el alcance de la


psicología, permitiendo un enfoque más completo y comprensivo de los desafíos y las
complejidades de la experiencia humana. Al considerar la totalidad del sistema y la función
de cada uno de sus componentes, se pueden obtener perspectivas más integradoras y
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enriquecedoras para abordar la comprensión y el tratamiento de los problemas psicológicos.


En resumen, la teoría de los axiomas desempeña un papel crucial en el enfoque sistémico de
la psicología, proporcionando una base sólida para comprender las interrelaciones y la
trascendencia de los fenómenos psicológicos en un contexto más amplio.

Lo anterior se relaciona con el alcance y la aplicación del pensamiento sistémico en la


psicología, el cual tiene gran acogida dentro de este campo de estudio para comprender a
individuos como la persona, la familia, las organizaciones, entre otros más. En ese orden de
ideas, autores como Segredo et al., (2015) exponen que:

El pensamiento sistémico hace más claro el mundo de los sistemas, donde el todo es siempre
mayor y es además menor que la suma de sus partes. Es mayor porque la interacción entre las
partes genera propiedades que no existen en ninguna de ellas en particular, y es menor porque
cada una de las partes se queda limitada por la influencia del todo, sin poder realizar el cien
por ciento de su potencialidad. Los que aprenden a pensar sistémicamente buscan las
interacciones que ayudan a comprender la dinámica del todo a partir de la comprensión de
ciertos conjuntos de relaciones que generan propiedades emergentes, que son propiedades
sistémicas. Pensar de forma sistémica implica reconfigurar los modelos mentales para
desaprender las reglas del pensamiento lineal y aprender las reglas del pensamiento sistémico.
(Pág. 121).

Así entonces, en psicología, el pensamiento sistémico se aplica en diversos contextos,


como la terapia familiar y de pareja, la psicología organizacional y la psicología comunitaria
(Montenegro y Schroeder, 2020; Segredo et al., 2015; Montes, 2006; Espinal et al., 2019;
Montoya y Montoya, 2011; Stanton y Welsh, 2012). Precisamente su aplicación se da debido
a que permite comprender cómo las interacciones entre los miembros de un sistema influyen
en el bienestar individual y colectivo, así como en la dinámica de los sistemas sociales más
amplios. Además, el enfoque en los subsistemas y la comprensión de las relaciones entre
ellos brinda herramientas para analizar y abordar los problemas desde una perspectiva global.

En el ámbito de la psicología, estos axiomas tienen implicaciones significativas. El


reconocimiento de que todo sistema es un subsistema de un suprasistema implica que los
individuos y los fenómenos psicológicos no existen en aislamiento, sino que están
influenciados por factores contextuales más amplios. Por ejemplo, el comportamiento
individual puede ser moldeado por normas culturales, estructuras sociales y sistemas de
creencias.
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El axioma de que todo sistema está constituido por al menos dos componentes resalta
la naturaleza interdependiente de los procesos psicológicos. Los individuos no existen de
forma aislada, sino que interactúan con otros individuos y con el entorno. El estudio de las
relaciones interpersonales, por ejemplo, se basa en la comprensión de cómo los componentes
individuales se influyen mutuamente y cómo las interacciones afectan el bienestar
psicológico.

El axioma de que toda modificación o acción de un sistema afecta a los demás destaca
la importancia de la retroalimentación y la interdependencia. En la psicología clínica, por
ejemplo, los terapeutas reconocen que los cambios en un individuo pueden tener efectos en
las dinámicas familiares y viceversa. Este enfoque sistémico permite comprender cómo los
problemas y los desafíos individuales pueden estar influenciados y enraizados en sistemas
más amplios.

El axioma de que los sistemas se comportan de manera jerárquica reconoce la


existencia de niveles de organización en los sistemas psicológicos. Por ejemplo, en el estudio
de la personalidad, se pueden identificar diferentes niveles de características, desde rasgos
individuales hasta patrones de comportamiento más amplios y estilos de afrontamiento. El
análisis de estos niveles jerárquicos ayuda a comprender cómo los componentes individuales
se integran en sistemas más grandes y cómo los cambios en un nivel pueden tener impactos
en los niveles inferiores o superiores.

Ahora bien, las características de los axiomas y del pensamiento sistémico se


relaciona con el isomorfismo desde la psicología, los cuales están estrechamente
relacionados, ya que ambos conceptos se centran en la idea de encontrar similitudes y
patrones entre diferentes sistemas o contextos, dando características al individuo desde el
análisis psicológico que pueda decirse.

En ese orden de ideas, el isomorfismo se refiere a la capacidad de transferir o aplicar


conceptos, principios o estructuras de un sistema a otro sistema aparentemente diferente. Es
una herramienta utilizada en el pensamiento sistémico para explorar y comprender las
relaciones y las dinámicas entre diferentes sistemas.

En el contexto de la psicología, el isomorfismo implica la búsqueda de similitudes en


los patrones de comportamiento, las estructuras y las interacciones entre individuos, grupos o
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sistemas. Permite identificar y comprender cómo las mismas dinámicas o principios


subyacentes pueden estar presentes en diferentes contextos.

Por ejemplo, en el estudio de la familia y las organizaciones, el isomorfismo podría


utilizarse para encontrar similitudes en las dinámicas de comunicación, los roles o las
jerarquías de poder. Al reconocer que existen patrones similares en diferentes sistemas, se
pueden aplicar conocimientos o estrategias de un contexto a otro para comprender y abordar
los desafíos o problemas que puedan surgir.

El isomorfismo también puede ayudar a generar nuevas ideas, soluciones o enfoques


al permitir la transferencia de conocimientos y perspectivas entre diferentes dominios. Al
identificar similitudes estructurales o funcionales, se pueden realizar analogías y analogías
que permitan abordar problemas desde una perspectiva más amplia y holística.

En conclusión, el pensamiento sistémico ha desempeñado un papel fundamental en la


evolución de la psicología como disciplina, al proporcionar un enfoque integral y holístico
para comprender los complejos fenómenos y procesos psicológicos. Los axiomas y principios
del pensamiento sistémico han motivado a ver a los individuos y los fenómenos psicológicos
como parte de sistemas interrelacionados, en constante interacción con su entorno y con una
trascendencia mayor. Esto ha permitido ampliar el alcance de la psicología y abordar de
manera más comprensiva los desafíos y las complejidades de la experiencia humana.

El enfoque en los axiomas ha sido relevante para comprender las interrelaciones y la


influencia del entorno en los procesos psicológicos. La teoría de los axiomas ha
proporcionado los cimientos para el enfoque sistémico en psicología, destacando la
interdependencia de los elementos del sistema y la importancia de considerar los sistemas
más amplios en los que están inmersos los individuos.

El pensamiento sistémico se aplica en diversos contextos de la psicología, como la


terapia familiar, la psicología organizacional y la psicología comunitaria. Permite comprender
las interacciones entre los miembros de un sistema, la influencia del sistema en el bienestar
individual y colectivo, y la importancia de analizar los problemas desde una perspectiva
global.

El isomorfismo, estrechamente relacionado con el pensamiento sistémico, facilita la


búsqueda de similitudes y patrones entre diferentes sistemas o contextos. Permite transferir
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conocimientos y perspectivas entre dominios, generando nuevas ideas y enfoques. El


isomorfismo se utiliza para identificar similitudes en las dinámicas y estructuras de sistemas,
lo que ayuda a comprender y abordar los desafíos que puedan surgir en diferentes contextos.

En resumen, el pensamiento sistémico y el isomorfismo en la psicología han ampliado


el alcance y la trascendencia de la disciplina al proporcionar un enfoque integral y holístico.
Estos enfoques destacan la interdependencia, la influencia del entorno, las interacciones entre
los sistemas y la importancia de considerar los sistemas más amplios en el análisis
psicológico. Al adoptar estas perspectivas, la psicología puede comprender de manera más
profunda y completa los fenómenos y procesos psicológicos, contribuyendo así a una mejor
comprensión y abordaje de la experiencia humana.
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