Está en la página 1de 37

I.- LA JURISDICCIÓN.

-
Se define la jurisdicción como la potestad pública de conocer y fallar los
asuntos conforme a ley, o sea la facultad atribuida al poder judicial para
administrar justicia.
En concreto es la facultad que tiene el Estado de administrar justicia,
sometiendo a proceso conductas humanas expresadas en faltas y delitos.
Este poder está sustentado en el artículo 139.1 de la Constitución de 1993
que describe los principios y derechos de la función jurisdiccional, siendo
uno de estos la unidad y exclusividad de la función.
La jurisdicción penal, de acuerdo a la naturaleza de las infracciones
tiene límites pues no pueden intervenir en el procesamiento conforme al
artículo 18 del C.P.P., de los delitos de función previstos en los artículos 173
de la Constitución y los hechos punibles cometidos por adolescentes. En
este último caso, se tiene un trámite propio regulado por el Código de los
Niños y Adolescentes.
La justicia ordinaria tampoco tiene competencia en hechos punibles en
los casos previstos en el artículo 149 de la Constitución.
II.- CARACTERISTICAS.-

La jurisdicción tiene las siguientes características:


▪ Es Exclusiva.
▪ Es pública.
▪ Es autónoma.
▪ Es indelegable.
2.1.- ES EXCLUSIVA.-
Es la facultad que tiene los jueces de administrar justicia directamente y
no pueden delegar esta función a otro tipo de órgano fuera del poder
judicial.
Es autorizada por la ley, pero no a particulares.
2.2.- ES PUBLICA.-

Se ejerce a partir del Estado, es decir, el poder es originariamente


estatal. La justicia se aplica de acuerdo a las garantías constitucionales .
2.3.- ES AUTÓNOMA.-
El Poder Judicial no está sometido a la intervención de los poderes del
Estado cuando se trata de resolver conflictos. (Teoría de la separación de
poderes).
El Poder Judicial emite una solución al conflicto, aplicando la
imparcialidad. De otro lado, todo juez tiene jurisdicción como poder
genérico; pero, para resolver conflictos dentro de un territorio y en
determinada materia, debe contar con competencia, por ejemplo, un juez
penal no puede resolver un proceso de divorcio por razón de la materia,
tampoco puede decidir sobre un tema contencioso-administrativo. Las
excepciones podemos verlas en órganos jurisdiccionales mixtos, esto es,
que ven diversas materias en razón que, por la carga procesal, no se
justifica crear órganos especializados exclusivos.
III.- POTESTAD JURISDICCIONAL.-
Es el reconocimiento de la facultad de administrar justicia a las
instancias del Poder Judicial; que, en materia penal, son las siguientes: La
Sala Penal de la Corte Suprema; las Salas Penales de las Cortes Superiores;
los Juzgados Penales, constituidos en órganos colegiados o unipersonales,
según la competencia determinada por la gravedad del delito; los Juzgados
de Investigación Preparatoria; los Juzgados de Paz Letrado en el tema de
faltas, con las excepciones previstas por la ley para los Juzgados de Paz.
(art. 16 del C.P.P.)
3.1.- ESTRUCTURA JERÁRQUICA
JURISDICCIONAL.-
 La potestad jurisdiccional del Estado en materia penal se ejerce por:
 1. La Sala Penal de la Corte Suprema.
 2. Las Salas Penales de las Cortes Superiores.
 3. Los Juzgados Penales, constituidos en órganos colegiados o
 unipersonales, según la competencia que le asigna la Ley.
 4. Los Juzgados de la Investigación Preparatoria.
 5. Los Juzgados de Paz Letrados, con las excepciones previstas por la Ley
 para los Juzgados de Paz.
IV.- IMPRORROGABILIDAD DE LA JURISDICCIÓN
PENAL.-
La organización judicial regulada por su Ley Orgánica, en razón de la
materia penal, tiene una jurisdicción para esta, es decir, en la que se
ventilen las pretensiones del Ministerio Público en delitos de naturaleza
pública y de los particulares en los casos de delitos privados. Esta
jurisdicción que abarca delitos y faltas es improrrogable, lo que significa
que no se puede ventilar en la jurisdicción civil ni en la contencioso-
administrativa. No se puede delegar, por ejemplo, a la jurisdicción militar
que es distinta o la jurisdicción comunal.
I.- LA COMPETENCIA.-

Significa porción donde el Juez ejerce su jurisdicción. Por la


competencia se precisa e identifica a los órganos jurisdiccionales que
deben conocer un proceso, o la dirección de una etapa procesal del mismo
(investigación preparatoria e intermedia o juzgamiento).
Cuando un juez, por la naturaleza y por el valor del pleito, por las
funciones que se le piden, por sede en la que se encuentra, es capaz de
resolver un pleito, llámese competente.
Es una expresión de la jurisdicción, la concreción del poder del juez para
avocarse a una causa. Una primera regla territorial es el lugar de la
comisión del ilícito, el mismo que debe ser determinado por razón del
principio de ubicuidad previsto en el artículo 5 del Código Penal, por el
lugar donde el autor o partícipe ha actuado u omitido la obligación de
actuar, o en el que se producen sus efectos.
Frecuentemente se confunden los dos conceptos, de jurisdicción y de
competencia, pero debe entenderse que la jurisdicción es la potestad de
que se hallan revestidos los jueces para administrar justicia, y la
competencia, la facultad que tienen para conocer de ciertos negocios, ya
por la naturaleza misma de las cosas, o bien por razón de las personas.
Son absolutos e improrrogables los limites derivados del criterio
funcional. No se puede omitir un grado de jurisdicción y acudir
directamente al Juez de apelación.
II.- FORMAS DE DETERMINACION DE LA
COMPETENCIA.-
Se reconocen varias formas de determinación de la competencia bajo
los siguientes criterios:
1. La competencia por conexión.
2. Competencia objetiva.
3. Competencia territorial.
2.1.- COMPETENCIA POR CONEXIÓN.-

* CONCEPTO.- La regla general que implícitamente consagra el CPP es la


unidad de objeto de los procesos penales: un hecho punible debe dar lugar
a un proceso penal. Desde luego la definición de unidad o unicidad del
hecho punible, sobre todo en los casos de concursos de delitos, delitos
permanentes o delitos de hábito o profesionales, que presuponen varios
actos desde una perspectiva fenomenológica o natural, corresponde al
derecho penal material.
Las reglas sobre conexión procesal están definidas en el artículo 31 CPP.
Son taxativas, ya que hacen que con relación a la causa que se tramita
siguiendo las reglas de competencia objetiva y territorial de otra, no rijan
las suyas propias. Esta presupone la existencia de dos o más delitos —
perspectiva material— y se resuelve, desde el punto de vista procesal, en
su enjuiciamiento conjunto; ese es el efecto procesal de hechos conexos.
Puede definirse la conexidad en materia penal, entonces, como el
conjunto de reglas legales que, ante la existencia de un fenómeno de
pluralidad delictiva susceptible de un tratamiento unitario por razones
objetivas, subjetivas y causales o analógicas —así como también de
reciprocidad—, determinan en qué casos dicho fenómeno puede ser
reconducido al enjuiciamiento de todas las conductas en un único proceso
penal, y cuál va a ser la jurisdicción y el órgano jurisdiccional objetiva y
territorialmente competente para conocer del mismo.
La primera razón práctica justificadora de la competencia por conexión
que exige el simultaneus processus es la necesidad de hacer posible la
acumulación de causas, que es un criterio de economía procesal que evita
la multiplicidad de actuaciones tendientes a un idéntico fin y favorece, a su
vez, la prontitud en la resolución de las causas —idea de racionalización de
la actividad jurisdiccional—.
Por otra parte, existe un fundamento jurídico trascendental: la acumulación
favorece una armónica aplicación de la ley, evitando muchos procedimientos y
sentencias contradictorias sobre hechos vinculados, así como permite la
coordinación de las pruebas, la distribución de responsabilidades y la unificación
y equilibrio de las penas. De todos ellos, empero, el más importante es el acierto
en la calificación jurídica de los hechos y en la determinación de la pena, que en
última instancia condiciona la obligatoriedad de la acumulación, aunque la ley
reconoce una serie de vicisitudes procesales que desaconsejan la acumulación y,
en su caso, autoriza la desacumulación (vid.: artículos 47.2, 50 y 51 CPP).
El artículo 31 CPP reconoce cuatro supuestos de conexidad procesal:
conexidad subjetiva, conexidad objetiva, conexidad mixta o analógica y
conexidad por reciprocidad:
1. Conexidad subjetiva.
2. Conexidad objetiva.
3. Conexidad mixta o analógica.
2.1.1.- CONEXIDAD SUBJETIVA.

Está prevista en los incs. 2 y 3. Se refiere a los delitos cometidos


simultáneamente por dos o más personas —supuestos de
codelincuencia—, y a una pluralidad de delitos cometidos por dos o más
personas vinculadas entre sí por una misma voluntad criminal —existencia
de concierto—, y en tiempos y lugar diferentes.
2.1.2.- CONEXIDAD OBJETIVA.

Está prevista en el inc. 4. Obedece a motivos estrictamente teleológicos.


Comprende los supuestos de:
a) comisión mediata: delitos cometidos para facilitar otro delito, como
medio de su comisión ulterior; y
b) comisión para impunidad: delitos cometidos para asegurar o procurar la
impunidad.
2.1.3.- CONEXIDAD MIXTA O ANALÓGICA.

Está prevista en el inc. 1. Comprende los diversos delitos cometidos por


una persona. Se requiere que estos delitos tengan analogía o relación
entre sí; esto es, delitos semejantes, unidad de bien jurídico violado,
homogeneidad en el modo de actuar del agente y relación de
temporalidad, atendidas las circunstancias del caso. Conexidad por
reciprocidad. Está prevista en el inc. 5. Comprende las imputaciones
recíprocas. Se basa en la reciprocidad delictiva.
Como tal aporta una gran economía jurisdiccional en los hechos en los
que los imputados asumen entre sí, y simultáneamente, el doble carácter
de víctimas y victimarios —lesiones recíprocas, injurias o difamaciones
recíprocas—, a la vez que logra un efecto disuasivo para los casos en los
que el personal investigador se excede en sus funciones (por ejemplo:
violación de domicilio cometida por un policía comisionado para la
investigación de un robo o la incorporación de elementos falsamente en un
acta de incautación).
2.2.- COMPETENCIA TERRITORIAL.
Según los supuestos de conexidad procesal, cuando se trata de hechos
conexos ocurridos en diversos momentos y ámbitos territoriales, se
procederá a una alteración de las disposiciones sobre la competencia
territorial. El artículo 32 CPP fija las reglas correspondientes.
El principio que rige la determinación de la competencia en todos los
supuestos, salvo en el caso de la conexidad subjetiva por codelincuencia
(artículo 31.2 CPP), es aquel de carácter lógico según el cual lo mayor atrae
a lo menor: la competencia corresponde al juez que conoce del delito con
pena más grave —se entiende, la penalidad conminada en abstracto por el
tipo legal, no la pena concreta, de imposible o muy difícil delimitación
antes del fallo—.
En el supuesto del artículo 31.2 CPP: varias personas aparecen como
autores o partícipes del mismo hecho punible, que por diversas razones
dan lugar a distintos procesos, rige el principio fundamental de la gravedad
del hecho punible —aplicable, claro está, cuando se incluyan circunstancias
específicas del hecho, según las descripciones contenidas en las
respectivas Disposiciones de Formalización de la Investigación
Preparatoria, que den lugar a subtipos agravados—.
En defecto de este principio fundamental se introducen —como anota
el inc. 2 del artículo 32 CPP— tres reglas subsidiarias:
a) fecha de comisión del delito,
b) turno en el momento de la comunicación de la Disposición de
Formalización de la Investigación Preparatoria,
c) el que tuviera el proceso más avanzado.
Estas reglas, que son secuenciales, una en defecto de otra, comenzando
por la primera, rigen cuando se trata de procesos incoados en un mismo
distrito judicial. Si se trata de procesos incoados en distintos distritos
judiciales, el criterio parte de las reglas que definen la competencia
territorial: los fueros previstos en el artículo 21 CPP (el fuero preferente es
el del lugar de comisión del delito; tiene primada el lugar donde se realizó
la conducta de los autores, frente al lugar de ejecución de la conducta de
los partícipes).
En algunos ordenamientos la conexión, incluso, puede alterar las normas relativas a
la jurisdicción penal. Puede ser el caso, por ejemplo, cuando exista relación de
conexidad entre un delito de función militar policial y un delito común u ordinario. La
legislación española, por ejemplo, autoriza que el conocimiento de ambos delitos pase
a conocimiento de la jurisdicción que tiene atribuida el conocimiento del delito más
grave. Nuestra legislación no lo considera así, y asume una concepción, por cierto, más
restringida del ámbito de actuación de la jurisdicción militar policial: según el artículo II
del Título Preliminar de la Ley n.º 29182, la competencia de la jurisdicción militar
policial comprende exclusivamente el ámbito penal militar y policial, y conforme al
artículo 9.1 del Código de Justicia Militar Policial, las acciones u omisiones dolosas o
culposas son delitos de función militar policial y son sancionadas por dicho Código.

También podría gustarte