Está en la página 1de 10

BLOQUE 2: SOCIEDAD Y CULTURA

TEMA 1. Las clases sociales. Conflictos sociales


La sociedad romana era jerárquica, pero había múltiples jerarquías sociales que se solapaban entre sí. La
posición social del individuo venía determinada por diversos factores:

Nacimiento Patricios
Plebeyos
Ordo Senadores
Caballeros
Ciudadanos ordinarios
Clientela Patronos
Clientes
Libertad Hombres libres
Libertos
Esclavos
Ciudadanía Ciudadanos completos
Ciudadanos no completos
No ciudadanos

Ofrecemos a continuación un panorama general de las clases sociales en Roma. Sin embargo, se debe tener en
cuenta que el estatus social de estos estamentos fue cambiando, en dignidad y costumbre, a lo largo de la
historia.

1
1. Patricios y plebeyos
Los patricios. Parece que fueron las primeras familias que se asentaron en Roma y que luego crecieron
indefinidamente. Estaban agrupados en gentes con un antepasado, un culto y un nombre comunes (gentilicio).
Ya desde el principio, según se cree, habían acaparado con sus rebaños la mayor parte de las tierras. Se
encuadraron en tribus, de las que existían tres en un principio, número que fue creciendo. Según la tradición,
al final de la época de la monarquía el territorio romano estaba dividido en dieciséis tribus locales, cada una de
las cuales llevaba el nombre de una gens patricia.
Son, en los primeros tiempos, los únicos ciudadanos con derechos políticos. Ostentan en exclusiva los cargos
públicos y dirigen, en todos sus aspectos, la vida de Roma.
Los plebeyos. Eran, en su origen, descendientes de poblaciones vencidas y anexionadas o trasplantadas a la
fuerza a territorio romano, así como extranjeros domiciliados en Roma. Pequeños propietarios, artesanos,
comerciantes y obreros eran «simples espectadores de la vida pública». No tenían derechos políticos ni
sociales, ni organización, ni asambleas, ni culto, ni matrimonio legal.
Luchas entre patricios y plebeyos. Toda la historia de Roma de los primeros siglos está llena de los
esfuerzos de los plebeyos por igualarse con los patricios ante la ley. Los principales hitos de esta progresiva y
penosa igualación son los siguientes:
a) El tribunado de la plebe. En el año 494 a. C. los
plebeyos, irritados por las promesas nunca
cumplidas de los patricios, organizaron una especie
de huelga general, retirándose al Monte Sacro, con
lo que paralizaron la vida de Roma; y, además,
amenazaron con fundar una nueva ciudad. Los
patricios, que de ningún modo podían prescindir de
ellos, claudicaron y accedieron a la creación de
tribunos de la plebe, magistrados de grandes
prerrogativas, encargados de velar por los intereses
de los plebeyos. Fue el primer triunfo importante de
la plebe. A los tribunos deberán todos los logros
posteriores.
b) Ley de las Doce Tablas. Roma no tenía aún leyes escritas. Sólo existía la costumbre, plasmada en fórmulas
jurídicas de transmisión oral. Pero los patricios, que monopolizaban la administración de la justicia,
interpretaban según sus conveniencias dichas fórmulas. Los plebeyos eran, pues, objeto de todas las
arbitrariedades jurídicas, sin posibilidad de reclamación. Exigieron, por tanto, la redacción y publicación de un
código escrito. Los patricios se resistieron encarnizadamente, ya que para ellos era mucho más beneficiosa la
aplicación discrecional de un derecho no escrito. Al fin tuvieron que ceder, y en los años 451-449 a. C. se
redactó un Código civil, que fue grabado sobre doce tablas de bronce y expuesto en el Foro para conocimiento
de todo el pueblo. Es la llamada Ley de las Doce Tablas.
e) Ley Canuleya. La ley prohibía los matrimonios entre patricios y plebeyos, prohibición apoyada
enérgicamente por los primeros, tanto por orgullo de casta corno por razones políticas, pues el levantamiento
de tal prohibición llevaría consigo la mezcla de sangre entre ambos estratos sociales, con la consiguiente
equiparación de derechos. Los hijos, por ejemplo, de padre patricio y madre plebeya, aun siendo patricios, se
inclinarían a favorecer la clase social de su madre. Pero una vez más los patricios tuvieron que ceder. En el
año 445 a. C. el tribuno Canuleyo consiguió que se aprobara una ley que concedía a los plebeyos el derecho al
matrimonio legal con los patricios.

2
d) El derecho de los plebeyos al consulado. La máxima magistratura del Estado, el consulado, se la reservaron
desde su creación, como es lógico suponer, los patricios, El mismo tribuno Canuleyo intentó que se
reconociera el derecho legal de los plebeyos a esta magistratura, pero los patricios se opusieron rotundamente.
Y sólo unos ochenta años después, tras una larga y sistemática obstrucción de las propuestas de los tribunos,
los patricios transigieron, en circunstancias críticas de política exterior, cuando la plebe presionó con
amenazas de muy graves consecuencias. Es en el año 387 cuando los tribunos Licinio Estolón y Lucio Sextio
consiguen la aprobación de la correspondiente ley, siendo este último el primer cónsul plebeyo.
e) Ley Hortensia. Ya sólo les quedaba a los plebeyos, para la total equiparación legal con los patricios, poder
dictar leyes en sus asambleas; leyes que obligaran a todos, incluso a los patricios. Y también esto lo
consiguieron a fuerza de tesón. Primero lograron que los plebiscitos, o acuerdos emanados de las asambleas de
la plebe presididas por un tribuno, tuvieran fuerza de ley, pero sólo después de haber sido ratificados por el
Senado. Luego, en el año 287, al aprobarse la ley propuesta por el tribuno Hortensio, se suprimió dicha
ratificación y las asambleas del pueblo gozaron en adelante de facultades legislativas sin límites.
Con esto los plebeyos estaban ya totalmente igualados, de derecho, a los patricios. Pero nunca consiguieron
estarlo de hecho. Los patricios tenían las riquezas y los medios para seguir acaparando los puestos clave desde
donde dirigir la vida pública. Por ejemplo, por lo que se refiere al consulado, un historiador de finales de la
República romana, Salustio, nos dice que, a pesar de la equiparación ante la ley, “la nobleza se pasaba el
consulado de mano en mano”. Son, en efecto, pocos los plebeyos que logran el consulado, como Mario y
Cicerón.

Actividad 1. Lee y comenta los siguientes textos:


Tito Livio, Ab Urbe Condita I 31-33
Tito Livio, Ab Urbe Condita III 32-34

2. Senadores y Caballeros
Al equipararse políticamente patricios y plebeyos, la antigua nobleza de sangre perdió gradualmente su
importancia y dejó paso a la nobleza originada por los cargos públicos y la capacidad económica.
Augusto creó el orden senatorial (ordo senatorius), como categoría jurídica cerrada y
de carácter hereditario, que daba acceso al senado. Solo podían pertenecer a este
orden los ciudadanos, patricios o plebeyos, cuyos antepasados hubieran desempeñado
una magistratura del cursus honorum (cuestor, edil, pretor o cónsul), y que tuvieran
un patrimonio de un millón de sestercios. El plebeyo que conseguía llegar a edil curul
se convertía en homo novus, y fundaba la nobilitas de su familia. Con el paso de los
siglos las promociones al orden senatorial se fueron abriendo a los ciudadanos
mediante diferentes prerrogativas y procedimientos. Los senadores tenían derecho a

vestir el laticlavus como símbolo de su prestigio.

El orden ecuestre (ordo equester) integró una rica burguesía dedicada a las
actividades económicas y judiciales. Su prestigio social estaba basado en su poder
económico, ya que para pertenecer a este ordo era necesario estar en posesión de 400.000
sestercios. Los equites recibían como símbolo de su posición social un anillo de oro y
tenían derecho a vestir el angusticlavus.

3
Actividad 2. Busca el significado de los siguientes términos: homo novus, cursus honorum, laticlavus y
angusticlavus.

3. Patronos y clientes
Al principio, clientes son los ciudadanos pobres, muchos de ellos extranjeros, que están ligados a ciertas
familias patricias. El jefe de la familia es el patronus, que presta a su cliente protección y ayuda tanto material
como jurídica. A cambio el cliente le debe respeto y tiene una serie de obligaciones para con el patrono, como
no pleitear ni votar contra él. Otras de estas obligaciones era la salutatio. Desde la mañana, los clientes debían
hacer cola frente a la casa del patronus. Los individuos se estratificaban según su categoría social y su
relación con el patronus: unos eran saludados, otros saludaban y los más no tenían ni siquiera el privilegio de
saludar ni ser saludados. Todos recibían la sportula, recompensa económica o en especie.
Al final de la República se incrementa enormemente la clientela. La clase media se arruina por las guerras, se
llena de deudas y muchos de sus miembros terminan buscando hombres ricos que los protejan, y hasta los
mantengan, a cambio de estar prácticamente a su servicio; tienen obligación de visitar a sus patronos, ir a
saludarles de mañana, acompañarlos cada vez que se lo pidan, votar por ellos, etc. A diferencia de los
primitivos clientes, éstos ya no tienen vínculo legal ni hereditario con sus patronos. Muchos de ellos son
simples parásitos, para quienes la clientela es una forma de vivir sin trabajar, aunque tengan que soportar los
caprichos del patrono.

Actividad 3. Lee y comenta los siguientes textos

Contexto: Quinto Tulio Cicerón escribe a su hermano Marco sobre cómo actuar a la hora de presentarse a
unas elecciones. Entre las recomendaciones que hace se encuentra la de qué hacer con respecto a los
clientes que uno tiene y cómo contar con ellos. Para ello distingue tres clases de clientes: los que vienen a
saludarte a tu casa, los que llevas al foro y los que te siguen a todas partes, y aconseja contar con tantos
como se pueda, porque el número de clientes que acompaña a un candidato determina su reputación.

“Y, ya que se menciona, también ha de cuidarse que hagas uso del acompañamiento cotidiano de cada
género y orden y edad; pues por su misma abundancia se podrá conjeturar cuántas fuerzas te apoyarán. Tres
clases de clientes tendrás: una, la de los saludadores que vienen a casa; la segunda, los conductores, que tú

4
llevas al foro; la tercera, los acompañadores. Entre los saludadores –que son más vulgares y, por esta
costumbre que ahora hay, vienen a más–, ha de hacerse esto: que este mismo mínimo oficio de ellos
parezca que te es gratísimo. A quienes vengan a tu casa, signifícales que tú lo adviertes (muéstralo a sus
amigos, para que lo cuenten a aquéllos; a menudo díselo a ellos mismos). Porque los hombres a menudo,
cuando frecuentan a más competidores, y ven que hay uno solo que aprecia mayormente esos oficios, se le
entregan; abandonan a los demás; insensiblemente se convierten de sufragantes comunes en propios; de
fingidos en firmes.
Tendrás en cuenta que este oficio de los conductores (los que te acompañan al foro) es más grato para ti, en
cuanto es mayor que el de los saludadores, y, siempre que puedas irás al foro en ciertas ocasiones. La
costumbre en conducir conlleva magna opinión, magna dignidad.
Habrás de cuidar la abundancia de los acompañantes. A los voluntarios les harás entender que, por su
beneficio, tú quedarás obligado con ellos para siempre. Pero a los que están obligados, les deberás exigir su
presencia. A los que por su edad y negocio pudieran acompañarte, que lo hagan y a quienes no pudieran
ellos mismos, que envíen a sus parientes.”
Cicerón, Commentariolum Petitionis IX 34-37

Contexto: Sorpresa de Juvenal por el hecho de que Trebio acepte una cena de Virrón, su patronus, a cambio
de humillaciones sin cuento. Se sirven diferentes platos en la cena, durante la cual el patrón traza una nítida
línea entre sus ricos invitados y los clientes pobres.

Si todavía no te avergüenzas del plan que llevas y tu actitud es la misma,


a saber, considerar el sumo bien vivir de las migajas ajenas,
si eres capaz de aguantar lo que no habría soportado ni Sarmiento
ni el vendido de Gaba1 en la mesa discriminatoria del César,
aunque me lo jures, tendría miedo de confiar en tu testimonio.
(...) ¿Tanto aprecias una cena insultante?
(...) Si al patrono a los dos meses le viene en gana invitar a su olvidado cliente
para que no quede libre el tercer cojín en su lecho vacío,
y te dice: «Vamos a comer juntos.» El colmo de tus deseos. ¿Qué más
puedes pedir? Trebio tiene ya motivos para interrumpir su sueño
y dejar sueltos sus cordones, preocupado de que la turbamulta
entera de clientes haya terminado ya la ronda de saludos
cuando las estrellas se difuminan o a la hora en la que
el Carro helado del perezoso boyero completa una órbita.
¡Y sin embargo qué cena! (...)
A ti no se te confían recipientes de oro,
y si alguna vez te los sirven, allí mismo tienes pegado un vigilante
para contar las piedras preciosas y mantener a raya tus uñas afiladas.
Juvenal, Sátiras V 1-41

Contexto: Marcial se queja de que le sirvan comida de diferente calidad, pues ya no es un cliente.

Cum vocer ad cenam non iam venalis ut ante, Siendo invitado a la cena ya no como antes, en calidad de cliente
Cur mihi non eadem, quae tibi, cena datur? pagado, ¿por qué no me sirven la misma cena que a ti?
Ostrea tu sumis stagno saturata Lucrino, Tú tomas ostras engordadas en el lago Lucrino,
Sugitur inciso mitulus ore mihi: yo sorbo un mejillón habiéndome cortado la boca.
Sunt tibi boleti, fungos ego sumo suillos: Tú tienes hongos boletos, yo tomo hongos de los cerdos;
Res tibi cum rhombost, at mihi cum sparulo: tú te peleas con un rodaballo, en cambio yo, con un sargo.
Aureus inmodicis turtur te clunibus implet, A ti te llena una dorada tórtola de enormes muslos;
Ponitur in cavea mortua pica mihi. a mí me ponen una picaza muerta en su jaula.
Cur sine te ceno, cum tecum, Pontice, ¿Por qué ceno sin ti, Póntico, cenando contigo?

1
Sarmiento y Gaba son bufones de Augusto y Mecenas. Sarmiento aparece en una sátira de Horacio (I 5, 52 ss.)

5
cenem? Que sirva de algo la desaparición de la espórtula: cenemos lo mismo”.
Sportula quod non est, prosit: edamus idem.
Marcial, Epigramas III 60

a) ¿En qué consistía la salutatio? ¿Qué era la sportula?

b) ¿Qué beneficios obtenían los clientes de la relación de clientela con su patrono? ¿Qué beneficios obtenía el
patrono?

4. Esclavos
Condición y origen. Las clases sociales a las que nos hemos referido estaban compuestas por hombres libres,
aunque fuera muy distinta su posición en la sociedad. Frente a ellos, como algo aparte, estaban los esclavos.
El esclavo es una cosa. Hasta su nombre primitivo, mancipium, tiene género neutro, el propio de los seres
inanimados. Como cosa, no es sujeto de ningún derecho. El dueño tiene todos los derechos sobro él: puede
castigarle o darle muerte sin que nadie le pida cuentas: azotes, grilletes, cadenas, torturas diversas, echarlo a
las fieras del circo, quemarlo vivo, crucificarlo, etc. Seis mil esclavos fueron crucificados a lo largo de la Vía
Apia cuando las legiones romanas aplastaron la rebelión de Espartaco (año 73-71 a. C).
La condición de esclavo se adquiere en Roma principalmente de una de estas dos maneras:
- por nacimiento, por ser hijo de una esclava;
- por derecho de conquista: los prisioneros de guerra.
Desarrollo de la esclavitud en Roma. El número de esclavos fue creciendo en Roma sin cesar, a medida que
crecía su expansión militar. De todas las partes del mundo afluían esclavos prisioneros de guerra. Sólo César
llevó a Italia un millón de esclavos de la Galia como botín de guerra.
Se vendían en público, al aire libre o en tiendas, con un cartel colgado al cuello en el que figuraban sus
aptitudes (titulus). Los precios eran muy variados. Se sabe de un grammaticus (un profesor) que fue comprado
por 700,000 sestercios, toda una fortuna.
En la época del Imperio cualquier familia, por humilde que fuera, consideraba deshonroso no tener unos
cuantos esclavos. Los muy ricos tenían cientos de ellos, y hasta miles. Los empleaban en los oficios más
diversos. Los grandes latifundios absorbían gran cantidad de ellos; llevaban una vida dura, hasta el punto de
que se consideraba un castigo ser trasladado de la ciudad al campo. En la ciudad se les destinaba a porteros,
cocineros, limpieza de la casa y de las cuadras, camareros, músicos. Si eran ilustrados, podían ser secretarios,
médicos, pedagogos, etc.
La situación de los esclavos fue mejorando con el tiempo, sobre todo por influencia del estoicismo, primero, y
luego del cristianismo. Ya en el siglo II de nuestra era el emperador Adriano suprimió el derecho de vida o
muerte sobre el esclavo.
De todos modos, el trato que recibía el esclavo dependió siempre de la humanidad del dueño. Algunos, como
Tirón, secretario de Cicerón, son muy queridos por sus dueños y colaboran con ellos, A muchos se les permite
reunir dinero (peculium) con el que pueden comprar otro esclavo. El esclavo del esclavo se llama vicarius. Y
el dueño puede, naturalmente, concederles la libertad, emanciparlos, con lo que se convierten en libertos.

6
Actividad 4. Lee y comenta los siguientes textos:
- Séneca, Epístolas morales V 47
- Valerio Máximo, Hechos y dichos memorables VI 8

5. Libertos
La emancipación de un esclavo, llamada manumissio, podía hacerse:
- per vindictam: ante dos magistrados y un testigo. Se tocaba al
esclavo en la cabeza con una varita (vindicta) y se le declaraba libre;
- por la simple inscripción en el censo de los ciudadanos, censo
que se realizaba cada cinco años;
- por testamento, cuando el dueño especificaba así su última
voluntad.
Luego se introducen formas más sencillas, menos solemnes, tales como
una simple declaración en presencia de amigos, una carta notificando la
intención de manumitirle, etc.
El dueño permanecerá toda su vida corno patrono de sus libertos. Estos
toman el praenomen y el nomen de sus dueños y suelen tener como
cognómen su nombre de esclavo.
El liberto no es un ciudadano como los demás, con plenos derechos, pero
trabaja ya por su cuenta y sus hijos son ya hombres totalmente libres.
En la época Imperial hay libertos que logran ser hombres ricos y
poderosos, caballeros, senadores, etc. Algunos llegan a ser la mano
derecha del emperador.
Actividad 5. Lee el siguiente textos y contesta las preguntas.

Contexto: El rico liberto Trimalción relata su ascenso social durante un suntuoso banquete
Vos rogo, amici, ut vobis suaviter sit. Nam ego Os lo ruego, amigos: divertíos. Pues también yo fui
quoque tam fui quam vos estis, sed virtute mea ad lo que vosotros sois ahora, pero por mis méritos
hoc perveni. (...) llegué a esta posición. (...)

Tam magnus ex Asia veni, quam hic candelabrus Cuando vine de Asia, no era yo más alto que ese
est. Ad summam, quotidie me solebam ad illum candelabro. En pocas palabras, todos los días me
metiri, et ut celerius rostrum barbatum haberem, solía medir con él, y para que brotase más pronto mi
labra de lucerna ungebam. Tamen ad delicias femina barba, me frotaba la cara con el aceite de una
ipsimi domini annos quattuordecim fui. Nec turpe lámpara. Sin embargo, durante catorce años fui la
est, quod dominus iubet. Ego tamen et ipsimae querida de mi señor; no es algo vergonzoso, pues lo
dominae satis faciebam. Scitis, quid dicam: taceo, ordenaba mi amo. Yo, por mi parte, hacía las
quia non sum de gloriosis. delicias de ama. Sabéis lo que quiero decir: y me
callo, pues no soy vanaglorioso.

Ceterum, quemadmodum di volunt, dominus in Al fin, según quisieron los dioses, llegué a ser amo
domo factus sum, et ecce cepi ipsimi cerebellum. de mi casa y me convertí en su mismo cerebro. ¿Qué
Quid multa? coheredem me Caesari fecit, et accepi más? Pues que me nombró su heredero junto con
patrimonium laticlavium. Nemini tamen nihil satis César y obtuve un patrimonio de senador. Pero nada
est. Concupivi negotiari. Ne multis vos morer, es nunca suficiente; se me antojó comerciar. En fin,
quinque naves aedificavi, oneravi vinum. (...) para no cansaros: construí cinco navíos que cargué

7
de vino. (...)

Uno cursu centies sestertium corrotundavi. (...) En un solo viaje, gané diez millones de sestercios.
Quicquid tangebam, crescebat tanquam favus. (...) Todo lo que tocaba crecía como la espuma.
Postquam coepi plus habere, quam tota patria mea Después que llegué a tener más dinero que toda mi
habet, manum de tabula: sustuli me de negotiatione patria, me aparté de los negocios y comencé a dar
et coepi libertos faenerare. (...) préstamos a los libertos (...)

Interim dum Mercurius vigilat, aedificavi hanc Mientras, con la protección de Mercurio, he
domum. Ut scitis, casula erat; nunc templum est. construido esta casa. Antes, como sabéis, no era más
Habet quattuor cenationes, cubicula viginti, porticus que una choza; ahora es un templo: tiene cuatro
marmoratos duos, susum cellationem, cubiculum in comedores, veinte dormitorios, dos pórticos de
quo ipse dormio, viperae huius sessorium, ostiarii mármol; y en el piso superior, la habitación en la
cellam perbonam; hospitium hospites capit que duermo, la de esta víbora, y además una bonita
habitación para el conserje y dormitorios para mis
huéspedes.

Petronio, Satiricón 75-77

a) ¿En qué ha consistido el progreso social de Trimalción?

b) ¿Por cuál de los tres procedimientos de manumissio parece haber sido liberado Trimalción?

6. Los ciudadanos romanos


Las clases sociales enumeradas podemos encuadrarlas, en cuanto a la ciudadanía, en el siguiente esquema:

Ciudadanos completos Ciudadanos no completos No ciudadanos


Patricios
Plebeyos Libertos Esclavos
Clientes

En un principio los únicos ciudadanos son los patricios. Pero desde la época del rey Servio Tulio los plebeyos
acceden también a la ciudadanía. Este rey divide a los ciudadanos (patricios y plebeyos), según sus riquezas,
en cinco clases. Lógicamente las primeras clases (los más ricos) las llenaban los patricios. Los que no poseen
nada, los proletarii, están fuera de estas cinco clases. No tienen obligación de hacer el servicio militar (en el
que el ciudadano tenía que pagarse su equipo) ni, por supuesto, de pagar impuestos. Pero no participan para
nada en el gobierno de la ciudad.
El derecho de ciudadanía, cuando es completo, consta de:
ius suffragii: derecho a votar
Derechos públicos ius honorum: derecho a ser votado para cargos públicos
(iura publica) ius provocationis: derecho a apelar al pueblo contra la sentencia de un magistrado

Derechos privados ius commercii: derecho a poseer bienes, comprar, vender...


(iura privata) ius connubii: derecho a contraer matrimonio legal

Cuando es incompleto, faltan algunos derechos. Por ejemplo, los libertos carecen del ius honorum y del ius
connubii.

8
El derecho de ciudadanía se adquiere por nacimiento o por decreto de un magistrado, y luego de los
emperadores. Se pierde cuando se cae prisionero de guerra, en cuyo caso la pérdida es total. O cuando se es
condenado al destierro, caso éste en que la pérdida se limita a la privación del ius suffragii y del ius honorum.
El derecho de ciudadanía se fue extendiendo con el tiempo, de acuerdo con las siguientes etapas:
- Antes de Servio Tulio sólo lo tenían los patricios.
- Desde Servio Tulio lo tienen también los plebeyos de Roma.
- Luego se extiende a las ciudades vecinas del Lacio y se concede individualmente a algunos
ciudadanos de Italia o de las provincias,
- El año 89 a. de C. se extiendo a toda la Italia del sur del Po y el año 49 también al otro lado del
Po,
- Finalmente, el año 212 de nuestra era, el emperador Caracalla lo concede a todos los habitantes
del Imperio. Desde entonces, prácticamente, todo el mundo es ciudadano rumano, con lo que deja
de ser un privilegio.

Actividad 6. Lee y comenta el siguiente texto

Contexto: Reconstrucción de la Constitutio Antoniniana


"Imperator Caesar Marcus Aurelius Seuerus El emperador César Marco Aurelio Severo
Antoninus Augustus dicit: Antonino Augusto declara:
Ahora en efecto [...] conviene que, eliminadas las
Nunc uero (...) potius oportet querellis et libellis quejas y querellas, intente manifestar mi
sublatis quaerere quomodo diis immortalibus gratias agradecimiento a los dioses inmortales que me han
agam, quod ista uictoria (...) me seruauerunt. protegido con esta victoria [...].

Itaque existimo sic magnifi ce et religiose maiestati Y así considero que puedo servir a su grandeza
eorum satisfacere me posse, si peregrinos, quotiens magnífica y religiosamente, si a los peregrinos, que
cumque in meorum hominum numerum ingressi con frecuencia han ido entrando a formar parte del
sint, in religiones (?) deorum inducam. número de mis súbditos, los hago participar en el
culto de los dioses.

Do igitur omnibus peregrinis, qui in orbe terrarum Por ello concedo a todos los peregrinos que están
sunt, ciuitatem Romanorum, manente omni genere sobre la tierra la ciudadanía romana, salvaguardando
ciuitatum, exceptis dediticiis. los derechos de las ciudades, con la excepción de los
dediticios.

Oportet enim multitudinem non solum omnia (...) Pues es legítimo que el mayor número no sólo esté
sed etiam uictoria circumcingi. Praeterea hoc sometido a todas las cargas, sino que también esté
edictum augebit (?) maiestatem populi Romanorum asociado a mi victoria. Este edicto será [...] la
cum facta sit eadem aliorum (?) peregrinorum ?) soberanía del pueblo romano.
dignitas. (...)"

Contexto: El Codex Theodosianus es una compilación de las leyes vigentes en el Derecho Romano durante
el Bajo Imperio. En este texto se recoge lo relativo a los colonos fugados.

Imp. Constantinus a. ad provinciales. El emperador Constantino augusto a los provinciales:


Apud quemcumque colonus iuris alieni fuerit Cualquier persona en cuyos dominios se halle un colono
inventus, is non solum eundem origini suae que pertenece a otro, no sólo habrá de devolver el
restituat, verum super eodem capitationem mencionado colono a su lugar de nacimiento, sino que
temporis agnoscat. habrá de asumir la capitatio de este hombre por el tiempo

9
que estuviere con él.

Ipsos etiam colonos, qui fugam meditantur, in Los colonos que piensen huir deberán ser atados con
servilem condicionem ferro ligari conveniet, ut cadenas y reducidos a la condición servil, de modo que en
officia, quae liberis congruunt, merito servilis virtud de su condena a la esclavitud, se vean compelidos a
condemnationis compellantur implere. realizar las obligaciones propias de los hombres libres.
Pacatiano et Hilariano coss. Año 332
Código Teodosiano V 17 1

10

También podría gustarte