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Teoría alternativa: Los desafíos del duelo.

Autor: Robert A. Neimeyer

El ser humano necesita de los vínculos para crecer y desarrollarse. Cuando algunos de esos
vínculos se rompen, surge un periodo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo.

Desde el propio nacimiento, como la primera dolorosa separación, la vida de cada uno de
nosotros, de nosotras, es un continuo de pérdidas y separaciones, hasta la última y
probablemente más temida, que es la de la propia muerte y la de nuestros seres queridos.

Todas las pequeñas o grandes separaciones que vamos viviendo, no solamente nos recuerdan
la provisionalidad de todo vínculo, sino que nos van preparando para el gran y definitivo adiós.

Cada pérdida acarreará un duelo, y la intensidad del duelo no dependerá de la naturaleza del
objeto perdido, sino del valor que se le atribuye, es decir, de la inversión afectiva invertida en
la pérdida (Cabodevilla, 1999)

Podemos, pues, considerar que el duelo es producido por cualquier tipo de pérdida, y no sólo
es aplicable a la muerte de una persona. Por lo tanto el proceso de duelo se realiza siempre
que tiene lugar una pérdida significativa, siempre que se pierde algo que tiene valor, real o
simbólico, consciente o no para quien lo pierde (Baratas, 2002)

¿Qué es el duelo?

Duelo es un término que, en nuestra cultura, suele referirse al conjunto de procesos


psicológicos y psicosociales que siguen a la pérdida de una persona con la que el sujeto en
duelo, el deudo estaba psicosocialmente vinculado (Tizón, 2004)

Neimeyer considera también el duelo como un proceso activo y aunque su planteamiento es


muy similar al de Worden reformula las “tareas” de éste como “desafíos”, añadiendo algunos
elementos que lo diferencian del anterior. Estos desafíos que la persona ha de superar, los
superará de forma diferente en función de los recursos de que disponga y de la naturaleza de
la pérdida. Según Neimeyer estos desafíos no se superan en un orden determinado ni se
resuelven todos totalmente para el resto de la vida. (Neimeyer, 2002).

La persona que sufre una pérdida debe desarrollar una serie de tareas referidas como los
desafíos del duelo.

● Reconocer la realidad de la pérdida


Necesidad de entender el daño que hemos sufrido, el cambio que atravesamos y todos
aquellos aspectos implicados y que contribuían en la definición de nuestra identidad.
El reconocimiento de la realidad de la pérdida tiene implicaciones que van más allá de un nivel
individual, ya que no sólo sufrimos la pérdida como individuos, sino también como miembros
de sistemas familiares y/o sociales.
● Abrirse al dolor
El dolor que conlleva el duelo puede llevar a la persona a emplear estrategias de evitación.
Neimeyer enfatiza en la necesidad de lograr un equilibrio entre expresar a nivel emocional el
duelo y, por otra parte, intentar sobreponerse y prestar atención a otros aspectos de nuestra
vida. El duelo suele constituir un proceso que fluctúa entre el sentir y el hacer.

● Revisar nuestro mundo de significados


Las profundas revisiones que exige la invalidación de nuestro mundo de creencias pueden
tener amplias consecuencias sobre nuestra actitud o nuestros valores. En cierto sentido, se
trata de integrar la pérdida en nuestro sistema de significados dando lugar a una narrativa
más o menos coherente.

● Reconstruir la relación con lo que se ha perdido


En el caso de la muerte de un ser querido, se trataría de transformar sus recuerdos, de
convertir una relación basada en la presencia física en otra basada en la conexión simbólica.
En el caso de una ruptura o divorcio, esta transformación a veces se relacionaría con el paso
de una relación de pareja a otro tipo de relación.

● Reinventarnos a nosotros mismos


Trata el cambio interior que sufrimos a partir de la pérdida y la consiguiente reconstrucción
en los significados más nucleares, aquellos que afectan a nuestra identidad.

De manera personal ¿qué te pareció la teoría que investigaron en comparación con la revisada en
clases?

Opiniones:
Alan: Considero que estos procesos nos pueden conducir a un estado de mejoría, ayudándonos a
adaptarnos a nuevos entornos después de las pérdidas y llevarnos a una nueva realidad que se
considera como alternativa para integrarnos a nuestro nuevo mundo.

César: El proceso de duelo es una constante cuando se trata de pérdidas. Las personas somos
seres apegados a creencias e ideales, pero también somos apegados a otras personas, sobre
todo cuando son más cercanas, así que esta etapa es necesaria para poder aceptar dicha pérdida.

Brida: El duelo es cualquier tipo de pérdida por la cual una persona va a pasar en determinados
momentos de su vida, estas pérdidas estarán presentes en todo el transcurso de nuestra vida
pues constantemente formamos vínculos y de acuerdo a la intensidad afectiva de estos, será la
intensidad del duelo, aunque tenemos que recordar que al enfrentar cada uno de estos duelos nos
servirá para crecer y desarrollarnos mejor como personas. Y tras haber tenido una pérdida, se
empezarán a tener “desafíos” para poder sobrellevar dichas pérdidas, de tal modo que estos
desafíos van a ser superados de manera distinto por cada persona dependiendo de la intensidad
de su pérdida y de su relación con el entorno.
¿Hubo algún integrante que no participó?

Los 3 integrantes del equipo participaron.

Bibliografía.

- Cabodevilla I. Vivir y morir conscientemente, Desclée de Brouwer. Bilbao 1999.


- Baratas M.D. El duelo: una perspectiva general, en Rev. Cuadernos de Terapia Familiar
nº 51, Madrid 2002.
- Tizón JL. Pérdida, pena, duelo. Paidós, Barcelona 2004.
- Cabodevilla, I. (2007). Las pérdidas y sus duelos. In Anales del sistema sanitario de
Navarra (Vol. 30, pp. 163-176). Gobierno de Navarra. Departamento de Salud.
- ARBELOA, V. ADSUARA, L. REYNA, N. (2008, 12 noviembre). Intervención Individual
de Duelo.
https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion/
manuales/duelo/duelo12.pdf
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