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Las planificaciones del aula tienen que dar respuesta al grupo como tal y a cada estudiante dentro del mismo.
Es decir, hay que lograr el mayor grado posible de interacción y participación de todos los estudiantes sin perder
de vista las necesidades concretas de cada uno para alcanzar los aprendizajes esperados (Blanco, R. 1999). Esto
requiere avanzar hacia planificaciones de aula más diversificadas en las que de entrada se consideren los
diferentes niveles, ritmos y estilos de aprendizaje, los distintos intereses y motivaciones y las características
socioculturales de los estudiantes, como su lengua materna, valores o concepciones del mundo y de las
relaciones.
El diseño universal de aprendizaje (DUA), se fundamenta en la idea de que la diversidad es la norma, no la
excepción, por lo que las programaciones y las situaciones de aprendizaje se diseñan desde el principio (“a
priori”) para satisfacer las diferencias de aprendizaje de manera que gran parte de las adaptaciones posteriores
puedan ser reducidas o eliminadas.
Los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje aplicados a la planificación del aula son:
Proporcionar formas múltiples de presentación y representación. Considera diversas modalidades
sensoriales, estilos de aprendizaje, intereses, preferencias y múltiples inteligencias.
Proporcionar formas múltiples y variadas de expresión y ejecución. Considerar diferentes formas de
comunicación/expresión, y utilizar estrategias cognitivas y meta cognitivas, que permitan a los estudiantes
responder según sus preferencias y estilo para aprender y demostrar lo que han aprendido.
Proporcionar formas múltiples de motivación para dar respuesta a variados intereses y preferencias; se
consideran los principios de autonomía, motivación, personalización, variedad.
Se trata en definitiva de promover un currículo y una pedagogía inclusiva o accesible a todos, a través de una
enseñanza multinivel y la creación de “contextos de aprendizaje enriquecedores” considerando una diversidad
de estrategias que den respuesta a los diferentes niveles, ritmos y estilos de aprendizaje, los múltiples intereses y
motivaciones de los estudiantes, la variedad de códigos de comunicación, los diferentes valores y concepciones
de las culturas de origen de los estudiantes, y las necesidades educativas especiales que los estudiantes pueden
presentar de manera permanente o transitoria.
La creación de situaciones de aprendizaje accesibles a todos supone un amplio conocimiento de cada estudiante;
sus fortalezas y dificultades, los factores que facilitan su aprendizaje, sus preferencias y estilos de aprendizaje y
sus necesidades educativas más específicas o especiales en algunos casos. Esto implica una intensa interacción y
comunicación con ellos, una observación constante de sus procesos de aprendizaje, y una revisión de la
respuesta educativa que se les ofrece para identificar en qué medida se ajusta a sus necesidades y características
y qué ayudas y apoyos requieren para tener éxito en su aprendizaje y participar en las actividades educativas
(Blanco, R. 1999).
¿Cómo se pueden enriquecer los materiales de apoyo compartido con los principios del Diseño Universal?
El plan de Apoyo Compartido es un dispositivo cuya principal finalidad es apoyar a los establecimientos en la
planificación de los procesos necesarios para lograr que los estudiantes alcancen los aprendizajes establecidos
en los programas de estudio de los sectores de Matemática y de Lenguaje y comunicación.
Los y las docentes tienen que contextualizar y enriquecer el material entregado por plan Apoyo Compartido y
complementarlo y articularlo con otras experiencias e iniciativas, tanto del MINEDUC como del propio
establecimiento, para dar respuesta la diversidad de su alumnado y a las características de su contexto. Los
principios del diseño universal de aprendizaje, anteriormente mencionados, son un recurso muy valioso para
ayudar a los docentes en la tarea de diversificar los diferentes componentes de plan Apoyo Compartido,
ofreciendo distintas posibilidades para que el currículo y las situaciones de aprendizaje sean accesibles a todos.
La idea es ir incorporando en la programación anual y en las tres etapas de las unidades didácticas los principios
del diseño universal (ver siguiente tabla), de manera que todos los estudiantes tengan cabida a priori, y reducir
así la necesidad de hacer planificaciones o adecuaciones individuales a posteriori, que con frecuencia terminan
en un trabajo paralelo al de su curso.
especialmente en el caso de los estudiantes con menor progreso o con una historia de fracaso.
• Centrarse en las competencias más que en las carencias y reforzar a los estudiantes por el esfuerzo que
realizan y no sólo por los resultados que alcanzan. Es importante conocer a qué atribuyen su éxito o fracaso,
como se ven a sí mismos como aprendices y cuál es el impacto de esas atribuciones en el aprendizaje y en su
vida escolar. Hay que ser conscientes que los docentes pueden influir en el auto-concepto y las atribuciones
de los estudiantes mediante los mensajes y valoraciones que hacen de ellos, o los sistemas de incentivos que
se utilizan.
• Contar anécdotas o aprovechar acontecimientos de la vida de los estudiantes para que se motiven por el
aprendizaje.
• Generar un clima de confianza en el que se estimula asumir riesgos, aunque se equivoquen,
considerando los errores como elemento de aprendizaje y no como motivo de sanción.
1.1.2 Utilizar diversas estrategias para conocer el punto de partida de todos los estudiantes respecto
de los nuevos aprendizajes o temas que se van a abordar.
La construcción de nuevos aprendizajes requiere poner en juego una serie de estrategias y capacidades
(razonamiento, memoria, análisis, síntesis, lenguaje oral y escrito, etc.) que van a determinar el grado de
comprensión y realización de las tareas.
Cada vez que se inicie un nuevo proceso de aprendizaje es necesario conocer los conocimientos previos de los
estudiantes y las habilidades que poseen para enfrentar los nuevos aprendizajes con el fin de ajustar el proceso
de enseñanza a las características y posibilidades de cada uno. Puede ocurrir que los conocimientos previos sean
pobres o erróneos o que las habilidades sean insuficientes para abordar el nuevo aprendizaje, lo cual implicará
replantearse el objetivo, ajustar el nivel de exigencia de los aprendizajes o realizar algunas actividades iniciales
para que adquieran las conocimientos y competencias necesarias para enfrentarse a los nuevos aprendizajes, lo
cual significará más tiempo para el logro de los objetivos propuestos.
Para explorar los conocimientos previos se pueden utilizar diferentes estrategias que dependerán de la edad y
características de los estudiantes y del tipo de aprendizaje que se va a abordar:
• Animar a los estudiantes a que expresen oralmente lo que saben del tema haciéndoles preguntas abiertas o
cerradas, o que lo comenten con un compañero o en un pequeño grupo y luego lo presenten al conjunto de la
clase.
• Proponer un debate o un dilema sobre un tema en el que los estudiantes expresen sus puntos de vista.
• Plantear un problema para que los estudiantes intenten resolverlo con los conocimientos que tienen en ese
momento.
• Realizar organizadores gráficos y mapas conceptuales.
• Expresar lo que saben a través de dibujos o dramatizaciones.
Hay que ser conscientes que no es posible conocer todo lo que saben los estudiantes por lo que es necesario
seleccionar muy bien lo que queremos explorar y cómo lo vamos a hacer. En este momento de la clase se trata
de utilizar variadas estrategias para lograr que los niños y niñas se dispongan de manera favorable al
aprendizaje.
actividades cotidianas, situaciones de simulación, o, que los estudiantes puedan explicar o demostrar
a otros lo que han aprendido.
Es necesario hacer un seguimiento para identificar cuando los estudiantes han alcanzado el suficiente
nivel de aprendizaje que les permita trabajar de forma autónoma o con menos supervisión y ayuda.
Combinar distintas formas de agrupamiento. Para la realización de las actividades; trabajo en gran grupo,
individual, en parejas o en pequeños grupos. Cuando se trabaja en grupos es importante privilegiar que
sean sólo favorece el rendimiento académico sino también el desarrollo de competencias esenciales para
la formación ciudadana; respeto y valoración de las diferencias, comprensión mutua, la cooperación y la
resolución pacífica de conflictos. No obstante, en algunos momentos también puede ser necesario hacer
grupos más homogéneos en función de intereses compartidos o por niveles similares de competencia,
teniendo precaución en que éstos no sean fijos y estáticos por la estigmatización que puede suponer
para los estudiantes y los efectos negativos en su autoestima y autoconcepto. En esta línea, es
conveniente que cuando se trabaje con las lecturas niveladas no se organicen siempre los mismos grupos
por niveles de comprensión lectora. Una posibilidad es organizar grupos en los que se mezclen
estudiantes de los tres niveles, y después de la lectura individual cada estudiante cuente al resto del
grupo un resumen del texto que ha leído. Otra opción es que construyan un relato que integre las
historias de los diferentes niveles y luego se presente a toda la clase de forma oral, a través de un comic
o una dramatización.
Utilizar una amplia gama de materiales didácticos que permitan diferentes formas de utilización, así
como el tratamiento de determinados temas con distinto nivel de complejidad. La pertinencia cultural
de los materiales y textos en la lengua materna de los estudiantes son elementos claves para atender la
diversidad, así como la provisión de materiales y equipamientos específicos o adaptados para los
alumnos con necesidades educativas especiales. Es preciso también utilizar las TICs para ampliar y
mejorar las oportunidades de aprendizaje para los estudiantes.
Organizar el espacio del aula de forma que se favorezca la autonomía de los estudiantes y se pueda
adaptar a los distintos tipos de actividades y agrupamientos. Los estudiantes con mayores dificultades
habrán de ubicarse donde tengan un mayor acceso a la información y puedan comunicarse y
relacionarse mejor con sus compañeros y el docente. Si en el aula hay niños con discapacidades
sensoriales o motoras es necesario crear condiciones adecuadas de luminosidad, accesibilidad y
sonorización (Blanco, R. 1999).
Privilegiar las estrategias de aprendizaje cooperativo. Los niños no aprenden solo de los adultos sino
también de sus pares, incluso muchas veces lo que no han comprendido con la explicación del
docente pueden entenderlo trabajando con otro niño. La organización del aula en grupos heterogéneos,
utilizando estrategias de aprendizaje cooperativo que permitan aprender con y de los otros, es una
Pensar muy bien los criterios para agrupar a los estudiantes y el tamaño de los grupos en función de la
actividad a desarrollar, de modo de lograr una adecuada interacción y todos se sientan bien en grupo,
participen y hagan una contribución. De esta forma se evitará que el trabajo lo hagan uno o dos miembros del
grupo. Los criterios fundamentales para agrupar a los estudiantes son el nivel de competencias, los estilos de
aprendizaje y el tipo de relaciones. En cierto modo, cada equipo debe reproducir las características del grupo
clase. En cuanto a la capacidad y rendimiento, se procura que en cada grupo un estudiante tenga un
rendimiento- capacidad alto, dos estudiantes un rendimiento mediano, y otro estudiante un rendimiento más
bajo (Pere, Pujolás. 2011).
- Realizar actividades específicas para que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para
trabajar de forma cooperativa: escuchar activamente, planificar y evaluar las tareas, distribución de
responsabilidades, ponerse en el punto de vista del otro, resolución pacífica de conflictos, entre otras.
- Utilizar procedimientos de evaluación que combinen la valoración de los aportes individuales al trabajo
colectivo, como la evaluación del producto grupal.
- Evaluación rigurosa del proceso para identificar los factores que favorecen o dificultan el trabajo
cooperativo e introducir las mejoras necesarias.
Algunas técnicas de aprendizaje cooperativo son:
Grupos de apoyo. Estos grupos funcionan en cada clase y se reúnen periódicamente para determinar de qué
manera se pueden dar más apoyo mutuo, para que su curso se convierta en una comunidad de aprendizaje cada
vez más acogedora. Todos los estudiantes del curso se turnan para formar parte de la comisión.
Tutoría entre pares. La investigación ha demostrado que cuando estudiantes muy hábiles trabajan con
estudiantes con menor habilidad, ambos se benefician. A la hora de elegir los tutores es importante considerar
no sólo el nivel de competencia sino también las capacidades para relacionarse, comunicar y transmitir la
información. También es necesario cautelar que los estudiantes con menor rendimiento puedan ser tutores en
algunas ocasiones, lo cual implica conocer muy bien las fortalezas y debilidades de cada estudiante. Es
importante, trasmitir a los estudiantes que todos tenemos diferentes fortalezas y debilidades, necesidades de
apoyo que podemos afrontar de mejor manera con la ayuda de las y los compañeros. La tutoría entre pares es
muy útil para apoyar a los estudiantes con menor progreso en las áreas de lenguaje y matemáticas y también
para ayudar a los nuevos estudiantes a integrarse en la vida de la escuela.
Rompecabezas. Se descompone un tema en varios subtemas de forma que cada grupo trabaje uno de ellos y
luego se integran las partes para tener una idea del conjunto. Por ejemplo, para trabajar los diferentes tipos de
texto (carta, cuentos, textos informativos, etc.); cada grupo trabaja en uno de ellos. Leen y analizan sus
características, producen colectivamente un texto y luego presentan su trabajo en gran grupo o bien se forman
nuevos grupos integrados por representantes de los grupos anteriores, comparten sus
producciones y realizan un trabajo que integre los diferentes tipos de texto estudiados por los grupos.
Grupos de investigación o métodos de proyectos. Se elige un tema, se planifican los objetivos y las tareas
y se distribuyen las responsabilidades entre los diferentes miembros del grupo. Seguidamente, cada grupo
realiza la búsqueda de información y se hace un análisis y síntesis de la información obtenida. Se
concluye con una presentación al resto de la clase y una evaluación del trabajo realizado.
Grupos de discusión. Es una técnica muy útil para debatir temas u opinar sobre ciertas propuestas o
problemas que pueden ser controvertidas. Se plantean una serie de preguntas y reflexiones que se debaten
en grupo y luego se comparten las conclusiones en el gran grupo. Una variación de esta estrategia es que
unos grupos tienen que argumentar a favor de una determinada propuesta o postura y otros en contra.
Tormenta de ideas y técnica nominal. Esta dinámica es útil para la discusión y solución de problemas y
para llegar a consensos. Permite que los estudiantes expresen sus puntos de vista sobre un tema o
problema, qué han aprendido sobre un tema o para establecer las normas de convivencia.
2.2.3 Proporcionar múltiples medios de expresión y ejecución.
Cada estudiante tiene sus propias preferencias, estilo y niveles de expresión oral y escrita para realizar las tareas
y expresar lo que saben, o lo que han aprendido, es decir no hay un único medio de expresión y ejecución que
sea valioso para todos. Algunos pueden expresarse bien de forma escrita y otros de forma oral, otros prefieren
hacerlo a través de medios artísticos como el dibujo o la expresión corporal. En el caso de estudiantes con
discapacidades sensoriales o motoras es necesaria la utilización de medios alternativos o complementarios del
lenguaje oral y escrito, o el uso de ayudas técnicas como por ejemplo simuladores de teclado. Los estudiantes de
pueblos originarios han de tener la oportunidad de expresarse en su lengua materna.
Algunas estrategias que se pueden utilizar en la planificación y desarrollo de las clases son las
siguientes (MINEDUC, U. Central. 2009):
• Modalidades alternativas de ejecución y presentación de las tareas: textos escritos, exposición oral, debates,
ilustraciones, manipulación de materiales, recursos multimedia, música, artes visuales, expresión corporal.
• Apoyar la ejecución de las tareas a través de ayudas verbales, físicas, mostrando diferentes estrategias o
procedimientos, modelado, etc.
• Modos alternativos de respuesta física: frecuencia, momento, amplitud y variedad de la acción motora
requerida para llevar a cabo la actividad e interactuar con los materiales educativos. Algunos estudiantes
por diferentes razones se pueden cansar fácilmente por lo que es necesario dosificar el ritmo e intensidad de
las tareas.
• Medios alternativos de uso de materiales y TICs: como simuladores de teclado, textos en braille, imanes en
puzles, ampliación de letras, etc.
2.3 Cierre de la actividad o clase
En esta etapa se trata de sintetizar y analizar el proceso seguido y lo que han aprendido, y por lo general se realiza
en gran grupo. Este momento permite a los estudiantes tomar distancia y reflexionar sobre las acciones realizadas
y a los docentes conocer en qué medida se han logrado los aprendizajes que se pretendían.
El papel de los docentes es crucial en el cierre de la actividad, haciendo preguntas guiadas que orienten el
proceso de análisis y síntesis. ¿Qué se ha aprendido? ¿Qué relación tiene con lo aprendido en clases
anteriores? ¿Qué proceso siguieron para aprender? ¿Qué estrategias utilizaron? ¿Cuáles son las conclusiones
más importantes respecto del tema abordado? ¿Qué les ha resultado más fácil? ¿Cuáles han sido las principales
dificultades que se han encontrado? entre otros aspectos.
En este momento del proceso se pueden plantear actividades de ampliación que pueden servir tanto para
profundizar, cuando los estudiantes han logrado o están por encima de los aprendizajes esperados, o para
trabajar determinados aspectos en el caso de aquellos estudiantes que aún están en proceso de alcanzar los
objetivos propuestos.
Estas actividades deberían formar parte de la práctica cotidiana y sería oportuno ofrecer un abanico de
posibilidades para que los estudiantes puedan elegir diversas actividades que pueden ser individuales, en pareja
o en pequeños grupos. Es probable que algunos estudiantes requieran más ayudas para seguir progresando y
lograr los aprendizajes y sean necesarias otras instancias de apoyo y/o la
En el cierre de la clase también son muy útiles las estrategias de aprendizaje cooperativo. El “Mapa
conceptual a cuatro bandas” y “la cadena de preguntas” (Pujolás. 2011) son dos técnicas que pueden servir
para este propósito. Al finalizar un tema cada grupo elabora un mapa conceptual que sintetice lo que se ha
trabajado en clase, dividiendo entre cada uno de los miembros del grupo una parte del mapa o esquema e
integrando después cada una de las partes. Seguidamente cada equipo expone al resto de la clase su mapa
conceptual y se realiza un mapa que sintetice los de todos los equipos.
En la cadena de preguntas, cada grupo piensa en una pregunta sobre el tema que se ha trabajado y se la
plantea al equipo que se encuentra a su lado siguiendo la dirección de las agujas del reloj. El portavoz de un
equipo plantea la pregunta al siguiente, el cual la responde, y, seguidamente, el portavoz de este equipo hace la
pregunta al equipo que viene a continuación, y así sucesivamente. Cada equipo tiene dos portavoces: uno para
hacer la pregunta que han pensado entre todos y otro para dar la respuesta que han pensado entre todos.
2.4 Tareas para la casa
La planificación de las clases en plan Apoyo Compartido finaliza con tareas para la casa que no debieran
consumir demasiado tiempo. Si bien se establece que ha de tener una duración de 5 minutos, obviamente esto es
flexible y dependerá del tipo de tarea, de las características de los niños y de sus familias. Las tareas para la casa
son un medio para involucrar a las familias en los procesos educativos de sus hijos y permiten contextualizar y
generalizar los aprendizajes. Estas actividades pueden servir también de insumo para iniciar la siguiente clase.
En este caso es importante tener en cuenta las características y posibilidades de las familias, con el fin de que las
actividades planteadas sean pertinentes y respetuosas con la diversidad de situaciones familiares.
Bibliografía
Blanco, R. (1999). La atención a la diversidad en el aula y las adaptaciones del currículo. En A.
Marchesi; C. Coll y J. Palacios (comps.). Desarrollo psicológico y Educación III. Necesidades
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Johnson, D.W.; Johnson, R.T.; I Holubec, E.J. (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Paidós,
Buenos Aires.
Melero, M.A.; Fernández, P. (1995). “El aprendizaje entre iguales: el estado de la cuestión en Estados
Unidos”. En Fernández, P., Melero, M.A. (comps.): La interacción social en contextos educativos.
Madrid: Ed. Siglo XXI.
Ministerio Educación de Chile - Universidad Central de Chile (2009). Estudio sobre Criterios y
orientaciones de flexibilización del curriculum para atender la diversidad en los distintos niveles y
modalidades de enseñanza. Duk, C., Loren, C. y Fuenzalida, I.
Pujolás, P. (2011). Aprendizaje Cooperativo y Educación Inclusiva: una forma práctica de aprender
juntos alumnos diferentes. En VI Jornadas de Cooperación Educativa con Iberoamérica sobre Educación
Especial e Inclusión Educativa: Estrategias para el desarrollo de escuelas y aulas inclusivas, pp 17-90.