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Palabras de ánimo por fallecimiento :

Es difícil afrontar una pérdida de tal magnitud como lo es el fallecimiento de un ser


querido. Lamentablemente el paso por la vida es tan corto que sentimos que el tiempo no
nos es suficiente para hacer lo que queremos o para expresar todo nuestro afecto a las
personas que más queremos.

El perder a un ser querido es un hecho que no se puede remediar, pero sí podemos optar por
mantener una buena actitud ante la vida, por ello es importante que los amigos siempre
estén al tanto de uno, para darle ánimos de seguir y afrontar el reto por venir. En seguida te
dejamos algunas frases que puedes usar para enviar a tus amigos en esos momentos de
tristeza.

 - La vida sigue, y tú debes reponerte ante tal pérdida, nosotros, tus buenos amigos, siempre
estaremos a tu lado para que juntos podamos ir en busca de nuestros sueños. Ánimo ante la
adversidad.
- Sabemos que no es nada fácil dejar ir a una persona tan valiosa, pero el reto es grande y la
vida continúa, por ello hoy te venimos a decir que no te eches para atrás, querido amigo.
Sigue tu camino sin mirar al pasado.
- En un soplo se va la vida, pero son las disposiciones de nuestro Divino Creador. Tú debes
ser fuerte y ver las cosas tal como son. Tu destino sigue, y debes continuar en pie. Ánimo.

- Las cosas pasan por algo, es lo que nos dice la fe. Ahora que nuestro gran amigo está en el
cielo es preciso que sepas comprender que su misión fue cumplida con gran devoción. Es
momento de que tú sigas el camino y cumplas la tuya. Ánimo en estos días de tristeza. Te
queremos.

 - Nunca pensamos en el momento de la partida hasta que se da, es por eso que siempre
debemos ser expresivos y hacerle saber a nuestros seres queridos cuánto los queremos. Tú
eres fuerte, y debes continuar. Ánimo, amigo, que la vida para ti apenas comienza.
- Somos seres destinados a un futuro lleno de dicha. Nuestro gran amigo, ya vivió ese
momento, ahora te toca a ti vivir tu vida. Ánimo y fuerzas para seguir. Te enviamos buenas
vibras.
- El mundo ha dejado ir a una persona incomparable. Nuestro amigo ha partido hacia el otro
plano, pero su memoria será guardada por siempre, pues nos enseñó el valor de la amistad y
el coraje para luchar por nuestros sueños. Ánimo, que es momento de iniciar una nueva
etapa.

- Lamentamos mucho la gran pérdida, pero sabemos que tú la sabrás sobrellevar, porque
eres una persona fuerte y con muchas ganas de vivir. Sigue tu vida y verás las grandes
sorpresas que ésta deparará para ti.

- Amiga querida, una gran persona ha dejado de vivir, pero sabemos que estará feliz si por
fin te viera sonreír luego de su partida. No desistas. Que todo será alegría, al saber que él
está en el cielo, pero tú sigues llenando tu vida de sabiduría.

Cuando aprendí muchas cosas de ti me sentía la persona más afortunada de este


mundo, feliz, te aprecie como a nadie fuiste mi gran amiga, consejera, siempre
fuiste mi cajita de secretos, la más pura de las almas de Dios que he conocido en mi
vida, ahora no estas aquí conmigo me siento vacía y triste solo cierro mis ojos y te
recuerdo como siempre fuiste y las palabras que me decías solo te tengo en mis
recuerdos, mis pensamientos y mis sueños ya no te puedo tocar pero si te puedo
escuchar por los recuerdos que dejastes reflejados en mi corazón. Te amare por
siempre.

Ruego al altísimo que guarde su alma y que a ti te de la fuerza para enfrentar esta
adversidad, animo amigo que si ella tuvo la fortaleza de criar un hijo con tantas
virtudes, mi Dios solo hiso su santa voluntad de llevarla al seno de. Abraham.
Ánimo en estos días de tristeza. Te queremos.

Nunca había pensado, cuanto dolor causa la muerte de un ser querido, hasta que lo
he vivido en carne propia, es muy difícil ver a esa persona que parece que duerme,
pero que en realidad no es así. Ver como lloran los demas, ver el lugar donde ella
estará para siempre es muy difícil. Solo DIOS puede darte la fuerza, y el ánimo de
seguir adelante,
y sabiendo que esa persona siempre estará en tu vida y en tus recuerdos, aunque ella
no esté presente…

que sientes por el familiar que ha mue

La mejor forma de superar la muerte de un ser querido, es aceptar que aunque físicamente
ya no está con nosotros, espiritualmente seguirá acompañándonos, seguirá estando vivo/a
en nuestro pensamiento, en nuestro recuerdo, en nuestro quehacer diario. Recordar con
cariño todos los momentos vividos puede ser nuestro mejor homenaje y nos ayudará a
aceptar su partida de una forma gradual. No existe un tiempo prefijado para vivir el duelo.
Cada cual necesitará el suyo, a pesar de que muchas veces nuestros familiares y amigos nos
apremien porque quisieran vernos mejor.

Integrar el duelo es todo un proceso que conlleva reconocer el dolor que nos produce la
pérdida, aceptar que nos duele, aceptar las ausencias, aceptar que ha muerto, llorar, llenar
espacios vacíos, recordarle con cariño, e iniciar progresivamente el camino de regreso a la
realidad y a nuestro propio orden de las cosas.

El duelo pasa por las siguientes etapas:

- Negación: No creemos que sea cierto, esto nos permite amortiguar el dolor ante una
noticia tan traumática como puede ser la muerte de un ser querido. Esta defensa provisional
pronto podrá ser sustituida por una aceptación parcial de la realidad.

- Ira: La negación es sustituida por la rabia y el resentimiento, surgen todos los porqué… la
ira se desplaza en todas direcciones y nos quejamos sistemáticamente. De forma injusta la
consecuencia de esta “ira” la sufren los seres que tenemos al lado. Más tarde, llega de
nuevo el dolor y las lágrimas, la culpa, la vergüenza… Es importante que la familia y los
amigos no tomen esa ira como algo personal, ya que esto podría fomentar actitudes hostiles
que agravarían la situación.

- Negociación: Surge la necesidad de llegar a un acuerdo con la gente y con Dios, que nos
ayude a superar el trauma.

- Depresión: Cuando termina la fase de negación, nos debilitamos, adelgazamos, aparecen


otros síntomas y nos sentimos invadidos por una profunda tristeza. Es un estado en general
transitorio que nos prepara para la aceptación de la realidad. Es contraproducente que
intenten animarnos cuando estamos en esta fase, ya que lo que necesitamos es expresar
nuestro dolor y sentirnos aceptados y comprendidos. Es una etapa en la que se necesita
mucha comunicación y acercamiento. Tal vez nos transmitan más si acarician nuestra mano
o si permanecen en silencio a nuestro lado.

- Aceptación: Si hemos pasado por las distintas etapas anteriores, contemplaremos el


devenir con más tranquilidad. Pero la aceptación no es una etapa feliz, en un principio está
casi desprovista de sentimientos. Empezamos a sentir paz y ya no sentimos tanta necesidad
de hablar de nuestro dolor. La vida se va imponiendo. Ayuda el buscar una actividad
gratificante que nos permita ocupar nuestro tiempo.

Pasados unos tres o cuatro meses, si nuestro estado de ánimo persiste y nos sentimos
incapaces de seguir con nuestras actividades y enfrentar la vida, conviene buscar ayuda
psicológica.

Es importante recordar que existen motivos para estar alegres, no vaya a ser que a fuerza de
sentirnos amargados, vayamos aprendiendo la técnica y la practiquemos cada vez más,
convirtiéndonos en unos “expertos amargados”, ya que como todas las técnicas, ésta
también se aprende y se va instalando en nosotros hasta hacerse crónica.
Tendemos a centrarnos en las personas que faltan y sentirnos desdichados pero en medio
del dolor que nos producen los recuerdos del pasado, olvidamos disfrutar los momentos
presentes con los seres que tenemos al lado. Puestos a pensar, seguro que no tardamos en
darnos cuenta de que existen numerosas razones para agradecer. También ésta es una
técnica que podemos aprender, y generar así emociones más saludables y positivas.

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