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SAENZ
Nos aporta Claudia Soto “escenario es una forma privilegiada para enseñar a los más
pequeños porque la propuesta de los juegos heurísticos de exploración, juegos de
construcción, de dramatización, necesitan de escenarios que inviten, convoquen,
desafíen a la participación e interés por parte de los niños.”. Esta autora nos desafía a
pensar en propuestas creativas que permita ampliar los horizontes de la imaginación de
nuestros niños y niñas.
Por otra parte, desde nuestro nuevo diseño, se nos invita a los docentes a desarrollar una
pedagogía del cuidado y de la hospitalidad, y es desde este marco teórico que
podríamos plantear la importancia de recibir a los “recién llegados” y alojarlos en un
clima de cuidado y hospitalidad que genere la magia del aula, en palabras de Daniel
Brailovsky (2020), que genere ese espacio “sagrado” en el que el mundo puede
habitarse desde otras sensibilidades y la apertura de nuevos escenarios.
También podríamos pensar desde Graciela Montes, que los es escenarios lúdicos son la
“gran ocasión” para propiciar un espacio y tiempo de creación, imaginación y disfrute.
INSTITUTO SUPERIOR PBRO. DR. A. SAENZ
Tengamos en cuenta que, cuanto más rico sea el despliegue lúdico, más serán los
caminos alternativos que se habiliten para crear estrategias de acción, lograr entablar y
afianzar vínculos afectivos y sociales enriquecedores (Ayuso- Guardia, 2004)
Ahora bien, sabemos que es a partir del juego, en tanto práctica lúdica, que las niñas y
niños van construyendo su subjetividad, establecen lazos sociales y se incorporan a una
cultura. Por lo tanto, estos espacios lúdicos, facilitan múltiples posibilidades para dar
rienda suelta a una aventura plena, además de habilitar diversos caminos por donde
transitar, por donde descubrir, por donde inventar…Dejan inaugurados mundos
imaginarios, posibles, de ficción, creados a partir de sus deseos, sus ganas de hacer e
interpelar …
Como aclaramos en el comienzo de la ficha, estos juegos tienen que darse siempre en el
marco de prácticas de cuidado para que el acto educativo sea posible.
Hay disfrute en los niños, pero también hay disfrute en el docente, el disfrute es tuyo,
pero también mío…
Además, desde Ruiz de Velasco (2019), podemos afirmar que estas instalaciones
lúdicas ofrecen un lugar de encuentro donde la infancia puede expresar y compartir los
3 registros que permiten el desarrollo de su psiquismo, estos son: el real, el imaginario y
el simbólico. Son ambientes lúdicos que proponen ir más allá de lo puramente
manipulativo, perceptivo o sensorial, para ir en pos de lo simbólico, narrativo o
relacional. Los lugares de símbolo transmiten la idea de ser espacios seguros que
ofrecen la oportunidad de ser transformados para reinventar nuevos órdenes y contener
las emociones más primigenias como el miedo, el enfado, el acuerdo, el valor o el
cuidado, etc. Todos ellos son una profunda expresión de las necesidades que habitan el
interior de cada persona ya desde la infancia
Acordamos con que todo tiempo sin jugar en la infancia es tiempo perdido que no
regresa nunca y que educar no es enseñar, sino acompañar en el camino de la
humanización. Entonces, la primera función del juego es posibilitar el ingreso en una
cultura simbólica y favorecer la expresión del imaginario infantil que debe alimentarse
de relatos que los niños y las niñas escuchan en las narraciones de los cuentos y de
aquellos que sugieren a través de sus acciones. Así, desde los primeros años de vida el
juego es fundamental para el desarrollo del psiquismo, porque en él confluye la
dimensión socioemocional y cultural del ser humano transmitida por el entorno familiar
y escolar a través del afecto y del lenguaje
Para finalizar, les contamos que algunos autores sostienen que la concepción y
propuesta originaria de una instalación de juego no debería ser temática, ni
excesivamente descriptiva, pues los niños y las niñas no necesitan espacios
excesivamente llenos u ornamentados con detalles superfluos, sino sencillos,
polisémicos y múltiplemente transformables. Estos autores proponen, pues espacios
abiertos a la posibilidad, que actúen como telón de fondo para que el imaginario infantil
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sea el verdadero protagonista o figura, y no el proyecto artístico. Por todo ello, estos
lugares de juego no deberían ser realistas o abstractos, permanentes o efímeros, ni
representar lugares concretos denominados de antemano.
Por nuestra parte, nosotras, como docentes del Campo de la Práctica pero sobre todo
como educadoras que han habitado durante muchos años las salas de los jardines,
creemos que todas las variables de espacios lúdicos son valiosos, que en la diversidad
de ellos está la riqueza, que no compramos ningún autor en particular, y entonces desde
nuestro modesto lugar las invitamos a experimentar, a explorar y construir propuestas
diversas que potencien la creatividad y la acción de nuestras infancias.
Bibliografía