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Índice
Primeros años
Carrera política hasta 431 a. C.
Entrada en política
El ostracismo de Cimón
Pericles dirige Atenas
Primera Guerra del Peloponeso
Batalla final con los conservadores
El gobierno de Atenas sobre la alianza
La Guerra contra Samos
Ataques personales
La Guerra del Peloponeso
Preludio
Primer año de guerra (431 a. C.)
Últimas acciones militares y muerte
Vida privada
Opiniones
Liderazgo político
Logros militares
Habilidades oratorias
Legado
Comentarios
Véase también
Referencias
Bibliografía
Fuentes primarias (griegas y romanas)
Fuentes secundarias
Otros
Enlaces externos
Enlaces en inglés
Primeros años
Pericles nació alrededor del 495 a. C., en el demo (demarcación) de Colargos, justo al norte de Atenas. Era
hijo del político Jantipo, quien, si bien había sido condenado al ostracismo durante los años 485 o
484 a. C., volvió a Atenas para dirigir el contingente ateniense en la victoria griega de la Batalla de Mícala
solo cinco años después. La madre de Pericles, Agarista, era parte de la poderosa familia de los
Alcmeónidas, y sus conexiones familiares jugaron un papel crucial en el comienzo de la carrera política de
Jantipo. Agarista era bisnieta del tirano de Sición, Clístenes, y sobrina del reformista ateniense Clístenes,
otro alcmeónida.4
Según Heródoto y Plutarco, Agarista soñó, algunas noches antes del nacimiento de Pericles, que daba a luz
un león.5 6 Una interpretación de esta anécdota es que el león es el símbolo tradicional de la grandeza,
aunque la historia también puede estar haciendo alusión al tamaño inusual del cráneo de Pericles, que se
convirtió en el objetivo habitual de los comediantes contemporáneos,6 7 llegando a recibir el apelativo de
«cabeza de albarrana» (una especie de cebolla). Si bien Plutarco asegura que esta deformación era el
motivo por el que Pericles siempre era representado con casco, este no era exactamente el motivo, sino que
el casco era el símbolo de su rango oficial como estratego (general).8
Pericles pertenecía a la tribu local de Acamantis y sus primeros años fueron silenciosos. Un joven
introvertido que huía de apariciones en público y prefería dedicar su tiempo a los estudios.9
La nobleza de su familia y su nivel económico le permitieron proseguir su inclinación hacia los estudios.
Aprendió música de los maestros de su tiempo (Damón o Pitocleides podrían haber sido sus profesores)10
11 y se considera que fue el primer político en atribuir una gran importancia a la filosofía.9 Disfrutó de la
compañía de los filósofos Protágoras, Zenón de Elea y Anaxágoras. Anaxágoras particularmente llegó a
convertirse en un buen amigo y le influyó enormemente.10 12 La forma de pensar de Pericles, así como el
carisma que tenía en su retórica podrían haber sido en parte una consecuencia del énfasis filosófico en la
calma emocional al enfrentarse a los problemas, y del escepticismo sobre el fenómeno divino.4 Su calma y
autocontrol proverbial también se contemplan como parte de la influencia de Anaxágoras.13
El ostracismo de Cimón
Incluso después del ostracismo de Cimón, Pericles continuó llevando a cabo y promocionando una política
republicana con gran carga social.21 Primero propuso un decreto que permitía a los pobres acudir a ver las
obras de teatro sin tener que pagar, siendo el estado el que cubriría el coste de su admisión. Mediante otros
decretos redujo los requisitos de propiedad necesarios para formar parte del arcontado e introdujo el pago
de unas generosas cantidades de dinero para aquellos ciudadanos que sirviesen como jurados en la Heliea
(la corte suprema de Atenas).25 Sin embargo, la medida que más controversia creó fue la ley del año
451 a. C., que limitaba la ciudadanía ateniense a aquellos que fuesen nacidos de ciudadanos atenienses por
ambos lados.26
Tales medidas impulsaron a los críticos de Pericles, que le veían como el responsable de la degeneración
gradual de la república ateniense. Constantino Paparrigópulos (1815-1891), uno de los más importantes
historiadores griegos modernos, argumenta que Pericles buscaba la expansión y estabilización de todas las
instituciones republicanas.27 Por ello, impulsó una legislación que garantizaba a las clases más bajas el
acceso al regímen político y a los oficios públicos, de los cuales habían sido apartados anteriormente debido
a sus medios limitados o a su humilde condición.28 De acuerdo con Samos, Pericles creía que era
necesario elevar al Demos, en el que veía la fuente del poder ateniense y un elemento crucial en el dominio
militar de Atenas.29 La flota, sin duda la espina dorsal del poder de Atenas desde los días de Temístocles,
estaba compuesta casi en su totalidad por miembros de las clases inferiores.30
Cimón, por el otro lado, parece que ya había dejado de creer que existiera espacio para la evolución
republicana. Estaba seguro de que la república había llegado a su punto álgido y que las reformas de
Pericles llevaban a la instauración de la democracia, degenerando el régimen establecido. Según
Paparrigopoulos, la historia acabó dando la razón a Cimón, puesto que Atenas, a partir de la muerte de
Pericles, se hundió en un abismo de turbulencia política y democracia. Paparrigopoulos mantiene que cayó
sobre la ciudad una regresión sin precedentes, y que su gloria fue muriendo como resultado de la muerte de
Pericles el republicano.27 Según otro historiador, Justin Daniel King, la república benefició al pueblo
individualmente, pero hirió al estado.31 Otros autores, como Donald Kagan defienden que las medidas
republicanas de Pericles llevadas a efecto supusieron la base de una fuerza política inexpugnable.32
Después de todo, Cimón acabó aceptando la república, y no se opuso a la ley de ciudadanía tras su retorno
del exilio en el año 451 a. C.33
El asesinato de Efialtes en el año 461 a. C. preparó el camino para que Pericles consolidara su autoridad. A
falta de una oposición fuerte tras la expulsión de Cimón, el indiscutible líder del partido republicano se
convirtió en el gobernante de Atenas. Se mantuvo en el poder casi de forma ininterrumpida hasta su muerte
en el otoño (septiembre a diciembre) del año 429 a. C.. Según el historiador Tucídides,
Pericles, que poseía gran autoridad por su prestigio e inteligencia y era inaccesible
manifiestamente al soborno, contenía a la multitud sin quitarle libertad, y la gobernaba en
mayor medida que era gobernado por ella; y esto, debido a que no hablaba de acuerdo con su
capricho para buscarse influencia por medios indignos, sino que, gracias a su sentido del
honor, llegaba a oponerse a la multitud. Así pues, cuando se daba cuenta de que los
atenienses ensoberbecidos tenían una confianza injustificada, con sus palabras los contenía,
atemorizándolos, y cuando sin razón temían, les devolvía la confianza. Y era aquello
oficialmente una democracia; pero, en realidad, un gobierno del primer ciudadano.34
A mediados de la década de 450 a. C. los atenienses lanzaron un ataque fallido para ayudar a la revuelta
egipcia contra Persia, que llevó a un prolongado asedio de una fortaleza persa situada en el delta del Nilo.
La campaña culminó con un desastre a gran escala: las fuerzas de asedio fueron derrotadas y destruidas.40
En 451-450 a. C. los atenienses mandaron tropas a Chipre. Cimón derrotó a los persas en la Batalla de
Salamina, pero murió de enfermedad en el año 449 a. C. Se dice que Pericles comenzó ambas expediciones
en Egipto y Chipre,41 aunque algunos investigadores, como por ejemplo Karl Julius Beloch, argumentan
que el envío de una flota de tal magnitud está más de acuerdo con el espíritu de la política de Cimón.42
Para complicar aún más el relato de este período tan complejo, se añade la controversia sobre la Paz de
Calias, que supuestamente terminó con las hostilidades entre griegos y persas. La misma existencia de este
tratado está muy discutida, y los detalles de la negociación son también ambiguos.43 Ernst Badian cree que
la paz entre Atenas y Persia se ratificó por primera vez en el año 463 a. C. (haciendo que las intervenciones
atenienses en Egipto y Chipre fuesen violaciones del tratado), y renegociado a la conclusión de la campaña
en Chipre, tomando fuerza de nuevo entre los años 450 y 449 a. C., como resultado del cálculo estratégico
de Pericles de que el conflicto con Persia estaba debilitando la posibilidad ateniense de esparcir su
influencia en Grecia y el Egeo.43 Kagan cree que Pericles usó a Calias, un cuñado de Cimón, como
símbolo de unidad, y que le empleó en varias ocasiones para negociar acuerdos importantes.44
En la primavera de 449 a. C., Pericles propuso el Decreto de Congreso, que llevó a una reunión (congreso)
de todos los estados griegos para considerar la cuestión de reconstrucción de los templos destruidos por los
persas. El congreso no tuvo éxito por culpa de Esparta, pero las verdaderas intenciones de Pericles todavía
no están claras.45 Algunos historiadores piensan que quería promover una especie de confederación con la
participación de todas las ciudades griegas, y otros que quería fomentar la preeminencia ateniense.46 De
acuerdo al historiador Terry Buckley, el objetivo del Decreto de Congreso era un nuevo mandato para la
Liga de Delos y para la recaudación de phoros (impuestos).47
Durante la Segunda Guerra Sagrada Pericles dirigió a la Sin embargo, la admiración de las eras
armada ateniense contra Delfos y reinstauró a Fócida en actuales y de las que nos sucedan
sus derechos soberanos sobre el oráculo.48 En 447 a. C. recaerá sobre nosotros, dado que no
hemos dejado nuestro poder sin
Pericles se involucró en la campaña por la cual se le testigos, y lo hemos mostrado mediante
admira más, la expulsión de los bárbaros de la península numerosas pruebas; y más allá de
tracia de Gallípolli, con el fin de establecer colonos necesitar a Homero para nuestro
panegírico, o de alguno cuyos versos
atenienses en la región.4 49
Para entonces, sin embargo, pudieran lucir durante un momento para
Atenas se encontraba seriamente amenazada por una serie dar la impresión de que se derretirían al
de revueltas entre sus aliados (o, para ser más exactos, sus contacto con los hechos, hemos
obligado a todos los mares y tierras a
subordinados). En 447 a. C. los oligarcas de Tebas ser la carretera de nuestro atrevimiento,
conspiraron contra la facción democrática. Los atenienses y en todas partes, ya sea para bien o
demandaron su rendición inmediata pero, tras la Batalla para mal, hemos dejado monumentos
de Coronea de ese año, Pericles se vio obligado a admitir imperecederos a nuestras espaldas.
la pérdida de Beocia con el fin de recuperar a los Discurso fúnebre de Pericles tal y
como lo recogió Tucídides (II, 41 (http://
prisioneros atenienses tomados en esa batalla.9 Con perseus.mpiwg-berlin.mpg.de/cgi-bin/pte
Beocia en manos hostiles, Fócida y Lócrida eran xt?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.02
incontrolables y poco a poco fueron cayendo en manos 00&layout=&loc=2.41)).
de los oligarcas enemigos.50 En 446 a. C. se produjo un
levantamiento aún más peligroso: Eubea y Megara se levantaron en armas. Pericles cruzó hasta Eubea con
sus tropas, pero fue obligado a volver cuando un ejército espartano invadió Ática. Mediante sobornos y
negociaciones, Pericles logró ahuyentar el peligro inminente, y los espartanos volvieron a su ciudad.51
Cuando Pericles fue investigado más tarde por la utilización de dinero público no pudo justificarse
suficientemente un gasto de 10 talentos, dado que los documentos oficiales solo se referían a que ese dinero
fue utilizado para «un muy serio propósito». En cualquier caso, el «serio propósito» (el soborno) era tan
obvio que los auditores aprobaron el gasto sin nombrarlo oficialmente y sin ni siquiera investigarlo en
profundidad.52 Una vez que la amenaza espartana fue eliminada, Pericles cruzó de nuevo a Eubea para
aplastar la revuelta. Infligió un severo castigo a los propietarios de tierras en Calcis, que perdieron sus
propiedades. Los habitantes de Histiea, por su parte, que habían masacrado a la tripulación de un trirreme
ateniense, fueron desarraigados y sustituidos por 2000 colonos de Atenas.52 La crisis terminó oficialmente
con la Paz de los Treinta Años (invierno de 446 a. C. - 445 a. C.), en la cual Atenas renunciaba a una buena
parte de sus posesiones e intereses en el interior de Grecia que había ido adquiriendo desde 460 a. C., y
tanto Atenas como Esparta acordaban no intentar conquistar ninguno de los estados aliados del otro.50
En el año 444 a. C. la facción democrática y la conservadora se enfrentaron en una nueva y feroz lucha. El
nuevo y ambicioso líder conservador, Tucídides (no hay que confundirlo con el historiador del mismo
nombre), acusó a Pericles de derrochar el dinero público, criticando la forma en que Pericles utilizaba el
dinero en el plan de construcción que se estaba llevando a cabo. Tucídides consiguió en un principio poner
a la Ekklesía de su parte, pero cuando Pericles tomo la palabra eclipsó completamente a los conservadores.
Pericles respondió proponiendo, si era necesario, rembolsar a la ciudad todos los gastos con su propiedad
privada, bajo la condición de que haría las inscripciones y dedicatorias a su propio nombre.53 Su propuesta
fue acogida con un gran aplauso y Tucídides se encontró con
una derrota inesperada. En el año 442 a. C., los atenienses
condenaron a Tucídides al ostracismo durante 10 años, y
Pericles volvió a convertirse en el líder político sin rival de
Atenas.53
Fue del tesoro de la alianza de donde Pericles sustrajo los Acordaos, también, de que si vuestro
fondos necesarios para llevar a cabo su ambicioso plan de país tiene el nombre más grande de
construcción, centrado en la Acrópolis de Pericles, que todo el mundo, es porque nunca se ha
doblegado frente a un desastre; porque
incluía los Propileos, el Partenón y la estatua de oro de ha gastado más vida y esfuerzo en la
Atenea Promacos, esculpida por Fidias, amigo de guerra que cualquier otra ciudad, y ha
Pericles.60 En el año 449 a. C. Pericles propuso un ganado para sí misma un poder mayor
que cualquier otro conocido, memoria
decreto que permitía el uso de 9000 talentos para de lo cual descenderá hasta la
financiar la reconstrucción masiva de los templos posteridad.
atenienses.47 Angelos Vlachos, un académico griego, Tercer discurso de Pericles tal y como
apunta que la utilización del tesoro de la alianza, iniciada la recogió Tucídides (II, 64 (http://perseu
s.mpiwg-berlin.mpg.de/cgi-bin/ptext?doc
y ejecutada por Pericles, es una de las más grandes
=Perseus%3Atext%3A1999.01.0200&lay
apropiaciones indebidas de la historia. Esta apropiación out=&loc=2.64)).
financió, sin embargo, algunas de las más maravillosas
creaciones artísticas del mundo antiguo.61
La Guerra contra Samos fue el último evento militar significativo antes de la Guerra del Peloponeso.
Después del ostracismo de Tucídides, Pericles se encontró en una situación en la que era reelegido
anualmente para el puesto de strategos (general), único cargo que llegó a ocupar oficialmente. Sin
embargo, su influencia política era tal que le convertía en el gobernante de hecho del Estado. En el año
440 a. C. la isla de Samos se encontraba en guerra con Mileto por el control de Priene, una antigua ciudad
de Jonia en el pie de las colinas de Mícala. Mileto estaba perdiendo la guerra, y acudió a Atenas para que
les ayudasen en su conflicto con Samos.62 Cuando Atenas ordenó a ambas partes detener las hostilidades
y someter el caso al arbitraje de Atenas, Samos se negó.63 En respuesta, Pericles hizo promulgar un
decreto enviando una expedición a Samos, «alegando ante su gente que, si bien había sido conminados a
detener su guerra contra Mileto, no estaban cumpliendo». En una batalla naval la flota ateniense dirigida
por Pericles y otros nueve generales derrotó a las fuerzas de Samos e impuso en la isla una administración
de su agrado.63 Cuando Samos se levantó contra el gobierno ateniense, Pericles obligó a los rebeldes a
rendirse tras un duro asedio de ocho meses que acabó provocando un descontento bastante importante de
los marinos atenienses.64 Pericles entonces terminó con una revuelta en Bizancio y, cuando volvió a
Atenas, pronunció un discurso fúnebre en honor a los soldados que habían muerto en la expedición.65
Entre los años 438 y 436 a. C. Pericles dirigió a la flota ateniense en el Ponto Euxino (Mar Negro) y
estableció relaciones amistosas con las ciudades griegas de la región.66 Pericles también se centró en
proyectos internos, tales como la fortificación de Atenas (construyendo la muralla interna alrededor del año
440 a. C.), y en la creación de nuevas colonias, como Andros, Naxos y Turios (444 a. C.), así como
Anfípolis (437–436 a. C.).67
Ataques personales
Pericles y sus allegados no fueron inmunes a los ataques de las facciones
rivales, puesto que la preemeniencia en la democracia ateniense no era
equivalente a un mando absoluto.68 Justo antes de que estallara la Guerra
del Peloponeso, Pericles y dos de sus socios más cercanos, Fidias y su
compañera, Aspasia de Mileto, se enfrentaron a una serie de ataques
personales y judiciales.
Fidias, que había estado al cargo de todos los proyectos de construcción fue
acusado en primer lugar de la apropiación indebida de oro destinado a la
estatua de Atenea y más tarde de ofensa moral. Esta última se basaba en
que al crear la batalla de las amazonas en el escudo de Atenea, dibujó una
figura que se parecía a él mismo en la forma de un viejo hombre calvo, y
también insertó a alguien que se parecía a Pericles luchando con una
Amazona.69 Los enemigos de Pericles también encontraron un testigo
Aspasia de Mileto (469–
(posiblemente falso) en su contra, llamado Menon.
406 a. C.), compañera de
Pericles.
Aspasia, que era conocida por su gran capacidad como conversadora y
consejera, fue acusada de corromper a las mujeres de Atenas con el fin de
satisfacer las perversiones de Pericles.70 71
Aspasia era probablemente una
hetaira que llevaba un burdel, aunque esto es algo que los estudiosos modernos discuten.74 75
72 73 Estas
acusaciones probablemente no fueron más que demandas sin fundamento, pero la experiencia en sí supuso
un trago muy amargo para el líder ateniense. Aunque Aspasia fue absuelta gracias a uno de los escasos
arranques emocionales de Pericles, su amigo Fidias murió en prisión y otro amigo suyo, Anaxágoras, fue
atacado por la Ekklesia por sus creencias religiosas.
Además de estas persecuciones iniciales, la Ekklesia atacó a Pericles mismo, demandando una justificación
por su ostensible derroche y mala administración de dinero público.71 Según relata Plutarco, Pericles
estaba tan asustado por el juicio que no permitió a los atenienses hacer concesiones a los lacedemonios.71
Beloch también opina que Pericles trajo deliberadamente la guerra para proteger su posición política.76
Con ello, al comienzo de la Guerra del Peloponeso, Atenas se encontró en la difícil situación de tener que
confiar su futuro a un líder cuya preeminencia se acaba de haber visto amenazada por primera vez en más
de una década.9
Valerio Máximo cita una curiosa anécdota según la cual un triste y meditabundo Pericles recibió la visita de
su sobrino Alcibíades. Este le preguntó qué le perturbaba, a lo que Pericles contestó que, habiéndole
encargado a la ciudad edificar los Propíleos de la Acrópolis, había gastado tal cantidad de dinero que no
sabía cómo rendir cuentas de su gestión. Entonces le dijo Alcibíades:
Así pues, Pericles, colmado de honores pero eventualmente irresoluto, siguiendo el consejo de su joven y
temerario sobrino, implicó a los atenienses en una guerra contra sus vecinos, de modo que no tuvieran
ocasión de pedirle cuentas (431 a. C.).
Preludio
Después de consultar con sus aliados, Esparta envió una comitiva a Atenas para exigir una serie de
concesiones, tales como la expulsión inmediata de la familia Alcmeónida, incluyendo a Pericles, y la
derogación del decreto de Megara, amenazando con la guerra si no se atendiese a sus demandas. El obvio
propósito de estas condiciones era instigar una confrontación entre Pericles y el pueblo de Atenas. Esto
acabó ocurriendo unos pocos años más tarde,81 pero en este caso los atenienses siguieron sin dudarlo las
instrucciones de Pericles. En el primer discurso legendario que Tucídides relata, Pericles aconseja a los
atenienses no plegarse ante las demandas espartanas, puesto que ellos eran militarmente más fuertes.82
Pericles no estaba preparado para hacer concesiones unilaterales, creyendo que «si Atenas hacía
concesiones en ese tema, entonces Esparta seguramente saldría con nuevas exigencias».83
Consecuentemente, Pericles pidió a los espartanos un quid pro quo: En intercambio por la derogación del
decreto de Megara, los atenienses exigían a Esparta abandonar su práctica de la expulsión periódica de los
extranjeros de su territorio (xenelasia) y reconocer la autonomía de sus ciudades aliadas, exigencia que
implicaba que la hegemonía espartana tampoco era tal.84 Los términos fueron rechazados por los
espartanos y, al no estar ninguna de las dos partes dispuestas a echarse atrás, los dos bandos se prepararon
para la guerra. De acuerdo con los autores Athanasios G. Platias y Constantinos Koliopoulos, profesores de
estudios estratégicos y política internacional, «en lugar de plegarse a exigencias coercitivas, Pericles eligió
la guerra».83 Otra consideración que podría haber influenciado a Pericles era la posibilidad de que las
revueltas en el imperio comenzasen a estallar en el momento en que Atenas se mostrase débil.85
En cualquier caso, viendo como sus granjas fueron sometidas al saqueo, los atenienses se indignaron, y
pronto comenzaron a dirigir su descontento contra su líder, a quien muchos consideraban como el causante
de haber traído la guerra. Sin embargo, incluso sometido a tanta presión, Pericles no cedió a su exigencia de
emprender acciones inmediatas contra el enemigo o de revisar la estrategia inicial. También evitó convocar
a la Ekklesía, temiendo que el pueblo pudiera decidir de forma apresurada enfrentarse a los espartanos en
campo abierto.91 Como las reuniones de la asamblea se hacían a discreción de los presidentes de turno, los
prytaneis, Pericles no tenía un control formal sobre su agenda. Sin embargo, el respeto que tenían a Pericles
era suficiente para persuadirles de hacer lo que él quería.92 Mientras que el ejército espartano permanecía
en Ática, Pericles envió una flota de 100 naves a saquear las costas del Peloponeso y encargó a la caballería
la protección de las granjas saqueadas próximas a las murallas de la ciudad.93 Cuando el enemigo se retiró
y finalizó el pillaje, Pericles propuso un decreto mediante el cual las autoridades de la ciudad deberían
apartar 1000 talentos y 100 naves para el caso de que Atenas fuera atacada por fuerzas navales. Según la
provisión más drástica de dicho decreto, la simple proposición de un uso distinto del dinero o de las naves
conllevaría la pena de muerte. Durante el otoño de ese año, Pericles dirigió las fuerzas atenienses que
invadieron Megara y, unos meses más tarde (invierno de 431-430 a. C.), pronunció su monumental y
emocional Discurso fúnebre, honrando a los atenienses que murieron por su ciudad.94
En 430 a. C., el ejército de Esparta saqueó Ática por segunda vez, pero Pericles no cedió y rechazó revisar
su estrategia inicial.95 Pericles no deseaba un enfrentamiento con el ejército espartano en una batalla a
campo abierto, por lo que volvió a dirigir una expedición naval para saquear la costa del Peloponeso, esta
vez llevándose 100 naves atenienses con él.96 Según Plutarco, justo antes de partir las naves hubo un
eclipse lunar que asustó a las tripulaciones, pero Pericles utilizó los conocimientos astronómicos que había
adquirido de Anaxágoras para calmarles.97 En el verano de ese mismo año se desencadenó una epidemia
que diezmó a los atenienses.98 Los detalles exactos de la enfermedad se desconocen y han sido objeto de
extensos debates. En cualquier caso, la epidemia provocó un nuevo descontento general en la ciudad, y
Pericles se vio obligado a defenderse en un discurso final muy emocional (Véase Discurso fúnebre de
Pericles), del cual Tucídides nos relata una parte.99 A este discurso se le considera una oración
monumental, que demuestra las virtudes de Pericles y, al mismo tiempo, su amargura frente a la ingratitud
de sus compatriotas.9 Temporalmente logró con ello calmar el resentimiento popular y capear el temporal,
pero sus enemigos internos salieron con una última apuesta para derrocarle: lograron quitarle el generalato e
imponerle una multa estimada de entre 15 y 50 talentos.100 Las fuentes antiguas mencionan a Cleón, un
político naciente de la escena política ateniense durante la guerra, como fiscal en el juicio de Pericles.100
En cualquier caso, en solo un año, en 429 a. C., los Puesto que los héroes tienen toda la
atenienses no solo perdonaron a Pericles sino que le tierra para su tumba; y en tierras lejanas
reeligieron de nuevo como Strategos. Fue reinstaurado en a la suya, en donde la columna con su
epitafio lo declara, hay brillante en el
el mando del ejército ateniense y dirigió todas sus pecho de los hombres un grabado no
operaciones militares de ese año, teniendo de nuevo bajo escrito sin una placa que lo preserve,
su control a las principales instituciones atenienses.9 En excepto la del corazón.
ese año, sin embargo, Pericles fue testigo de la muerte en Discurso fúnebre de Pericles tal y
la epidemia de sus dos hijos legítimos nacidos de su como la recogió Tucídides (II, 43 (http
s://web.archive.org/web/2009120911124
primera esposa, Jantipo y Paralos, en el plazo de cuatro 4/http://perseus.mpiwg-berlin.mpg.de/cgi
días. Con su moral bajo mínimos, rompió a llorar y ni -bin/ptext?doc=Perseus:text:1999.01.02
siquiera su compañera, Aspasia, pudo consolarle. Sin 00))
embargo, no permitió que su pesar se transluciera en su
semblante, y siguió hablando ante el pueblo con su fogosa elocuencia. Su gran fortaleza de ánimo le valió
el título de Olímpico.
Él mismo murió por causa de la epidemia en otoño de 429 a. C. y, justo antes de su muerte, sus amigos se
concentraron alrededor de su cama, enumerando sus virtudes durante la paz y subrayando sus nueve trofeos
militares. Pericles, aunque moribundo, les escuchó y les interrumpió, señalando que habían olvidado su
mayor y más importante título para ser admirado, «que ningún ateniense vivo jamás ha tenido que llevar
luto por mi culpa».101 Pericles vivió durante los primeros dos años y medio de la Guerra del Peloponeso y,
de acuerdo a Tucídides, su muerte fue un desastre para Atenas, puesto que sus sucesores fueron inferiores a
él. Prefirieron instigar los malos hábitos de la gente y siguieron una política inestable buscando la
popularidad en lugar de servir a la utilidad pública.102 Con estos comentarios tan amargos, Tucídides no
solo lamenta la pérdida de un hombre al que admiraba, sino que anuncia el comienzo del fin de la gloria y
grandeza de Atenas.
Según un estudio publicado a principios del 2006, llevado a cabo por la Universidad de Atenas, la peste
antes mencionada fue una fiebre tifoidea, pues el ADN extraído de unos dientes hallados en un entierro
griego, en el cementerio de Cerámico, donde se hallaron 150 cuerpos, vasijas y ofrendas, es semejante al de
la Salmonella entérica serotipo Typhi (organismo causante de esta fiebre).
Vida privada
Pericles, siguiendo la costumbre ateniense, se casó en primer lugar con una mujer de entre sus familiares
más cercanos, con la que tuvo dos hijos: Jantipo y Paralo. Este matrimonio, sin embargo, no era un
matrimonio feliz y, en algún momento del año 445 a. C., Pericles se divorció de su mujer y se la ofreció a
otro marido, con el acuerdo favorable de sus parientes masculinos más cercanos.103 El nombre de su
primera esposa se desconoce; la única información de que se dispone es que era la esposa de Hipónico
antes de estar casada con Pericles, y la madre de Calias, hijo de este primer matrimonio.104
La mujer a la que realmente amó fue Aspasia de Mileto. Puesto que los hombres pueden
Se convirtió en la amante de Pericles y comenzaron a aguantar oír como se elogia a otros solo
vivir juntos igual que si estuviesen casados. Esta relación mientras que se pueden persuadir a sí
mismos de su propia habilidad de
provocó muchas reacciones e incluso el propio hijo de igualar las acciones ensalzadas: cuando
Pericles, Jantipo, que tenía sus propias ambiciones se supera este punto, la envidia
políticas, no dudo en utilizarla para atacar a su padre.105 aparece, y con ella la incredulidad.
En cualquier caso, estas críticas no doblegaron la actitud Discurso fúnebre de Pericles tal y
como la recogió Tucídides (II, 35 (http
de Pericles, si bien tuvo que romper a llorar para proteger s://web.archive.org/web/2009120911124
a su amada Aspasia cuando fue acusada de corromper a la 4/http://perseus.mpiwg-berlin.mpg.de/cgi
sociedad de Atenas. Su gran tragedia personal fue la -bin/ptext?doc=Perseus:text:1999.01.02
muerte por culpa de la epidemia de su hermana y de sus 00))
dos hijos legítimos, tragedia de la que nunca llegó a
sobreponerse.
Justo antes de su muerte los atenienses permitieron un cambio en la ley de 451 a. C. que convertía a
Pericles el Joven, su hijo con Aspasia (de sangre ateniense solo por parte de su padre), en un ciudadano y
un heredero legítimo,106 una decisión sorprendente teniendo en cuenta que fue el propio Pericles quien
propuso en un principio la ley que limitaba la ciudadanía a aquellos que naciesen tanto de padre como de
madre ateniense.107
Opiniones
Pericles dejó su huella en una era e inspiró juicios de valor conflictivos sobre sus decisiones más
significativas, lo cual es algo normal para una personalidad política de esta magnitud. El hecho de que fuera
a la vez un importante político, general y orador hace que el objetivo de analizar sus acciones sea todavía
más complejo.
Liderazgo político
Algunos de los historiadores contemporáneos, como por ejemplo
Sarah Ruden, consideran que Pericles era un populista, un
demagogo y un halcón,108 mientras que otros admiran su
liderazgo carismático. Según Plutarco, después de asumir el liderato
de Atenas, «no era ya el mismo hombre que era antes, ni tampoco
sometido al pueblo ni dispuesto a dejarse llevar por los deseos de la
multitud».109 Se dice que, cuando su oponente político, Tucídides,
fue preguntado por el rey de Esparta, Arquidamo, quién era mejor
luchador, si lo era él o Pericles, Tucídides respondió sin vacilar que
Pericles, porque incluso cuando estaba derrotado era capaz de
convencer a la audiencia de que había ganado.9 En cuestión de Un ostracon con el nombre de
carácter, Pericles estaba por encima de cualquier reproche en los Pericles escrito en él.
ojos de los historiadores antiguos, puesto que «se mantuvo
incorruptible, aunque no era indiferente a la idea de ganar
dinero».16
Tucídides, un admirador de Pericles, mantiene que Atenas era «una democracia de nombre pero, de hecho,
estaba gobernada por su primer ciudadano».102 A pesar de este comentario, el historiador ilustra lo que
percibe como el carisma de Pericles para dirigir, convencer y, en ocasiones, manipular. Aunque Tucídides
menciona la multa a Pericles, no menciona las acusaciones contra el político, sino que se centra en la
integridad del personaje.102 Por un lado, Platón rechaza la glorificación de Pericles en uno de sus diálogos
y cita a Sócrates diciendo: «Hasta donde yo sé, Pericles convirtió a los atenienses en gente perezosa,
avariciosa y chismosa, al comenzar el sistema de pagos públicos».110 Por otro lado, el alumno de Platón,
Aristóteles, admiró a gobernantes como Pericles «porque son capaces de ver lo que es bueno para ellos y
para los hombres que ellos gobiernan».111 Plutarco menciona otras críticas sobre el liderazgo de Pericles:
«Muchos otros dicen que la gente primero le siguió por las colocaciones de tierras públicas, los festivales y
los pagos por servicios públicos, y por ello cayendo en malos hábitos, convirtiéndose en amantes del lujo
por la influencia de sus medidas, en lugar de frugales y autosuficientes».21
Tucídides argumenta que Pericles «no era arrastrado por el pueblo, sino que era él quién los guiaba».102
Su juicio no se discute (algunos críticos del siglo XX como Malcolm F. McGregor y John S. Morrison,
proponen que podría haber sido una cara carismática actuando como abogado de las propuestas de sus
consejeros, del propio pueblo.112 113
). Según King, al incrementar el poder del pueblo, los atenienses se
encontraron sin un buen líder autoritario. Durante la Guerra del Peloponeso, la dependencia de Pericles del
apoyo popular para gobernar resultó obvia.31
Logros militares
Estas glorias pueden incurrir en la
Durante más de 20 años Pericles dirigió numerosas censura de los lentos y poco
expediciones, principalmente de carácter naval. Demostró ambiciosos; pero en el corazón de
ser muy cauteloso, y nunca se enzarzó por su propia energía despertarán la emulación, y
iniciativa en alguna batalla que supusiese demasiada esos que deben permanecer sin ellas
las recordarán envidiosos. El odio y la
incertidumbre o peligro, y nunca accedió a los «vanos impopularidad han caído en este
impulsos de los ciudadanos».114 Basó su política militar momento sobre todos los que han
en el principio de Temístocles de que la predominancia de aspirado a dirigir a otros.
Atenas dependía de su poderío naval, y creía que los Tercer discurso fúnebre de Pericles
tal y como la recogió Tucídides (II, 64 (ht
peloponesios eran un pueblo prácticamente invencible en tp://perseus.mpiwg-berlin.mpg.de/cgi-bi
tierra firme.115 Pericles trató también de minimizar las n/ptext?doc=Perseus%3Atext%3A1999.
ventajas de Esparta reconstruyendo las murallas de 01.0200&layout=&loc=2.64))
Atenas. De acuerdo a Josiah Ober, profesor de clásicas en la Universidad de Princeton, la estrategia de
reconstruir las murallas alteró radicalmente el uso de la fuerza en las relaciones internacionales griegas.116
Durante la Guerra del Peloponeso, Pericles inició una «gran estrategia» defensiva cuyo objetivo era el
desgaste del enemigo y la preservación del statu quo.117 De acuerdo a Platias y Koliopoulos, Atenas, en el
papel de facción más fuerte, no necesitaba vencer a Esparta militarmente y «decidió evitar el plan espartano
para vencer» evitando la confrontación directa (motivo por el cual urgió a los atenienses a no revocar el
Decreto de Megara) y evitando tener que cubrir áreas demasiado extensas. Según Kagan, la insistencia en
que no hubiera expediciones de diversión podría también haber surgido de la amarga experiencia en la
campaña de Egipto, que había apoyado.118 Su estrategia se dice que fue «inherentemente impopular»,
pero Pericles consiguió persuadir al público para seguirla.119 Por esta razón Hans Delbrück dijo de él que
había sido uno de los mayores políticos y líderes militares de la historia.120 Aunque sus compatriotas se
involucraron en varias acciones agresivas poco después de su muerte,121 Platias y Koliopoulos
argumentan que los atenienses se mantuvieron fieles a la estrategia fundamental de Pericles de tratar de
preservar, no expandir, el imperio, y no la dejaron hasta la expedición a Sicilia.119 Por su parte, Ben X. de
Wet concluye que su estrategia habría tenido éxito si hubiese vivido más tiempo.122
Las críticas contrarias a su estrategia, sin embargo, han sido tan numerosas como las que las han apoyado.
Una crítica muy común es que Pericles siempre fue mejor político y orador que estratega.123 Donald
Kagan llamaba a su estrategia «una forma de pensamiento lleno de deseos que falló», mientras que Barry S.
Strauss y Josiah Ober han llegado a decir que «como estratega era un desastre y merece una parte de la
culpa por la gran derrota de Atenas».124 125 Kagan critica la estrategia en cuatro partes: primero, que
rechazar pequeñas concesiones trajo la guerra; segundo, que fue imprevisto por el enemigo y que por tanto
no tenía credibilidad; tercero, que era demasiado débil para explotar cualquier oportunidad; y cuarto, que
dependía de Pericles para su ejecución y que por ello estaba condenada a ser abandonada tras su
muerte.126 Kagan estima el gasto de Pericles en su estrategia militar en alrededor de 2000 talentos anuales,
y basándose en esta cifra concluye que solo habría tenido dinero para mantener la guerra durante tres años.
Afirma que como Pericles debía saber esta limitación debió planear probablemente una guerra mucho más
corta.127 Otros, como Donald W. Knight, concluyen que su estrategia era demasiado defensiva, y que no
podía tener éxito.128
En el otro lado, Platias y Koliopoulos rechazan estas críticas y subrayan que «los atenienses perdieron la
guerra solo cuando revirtieron dramáticamente la gran estrategia de Pericles que explícitamente
desaconsejaba más conquistas».129 Es una conclusión muy común la de que aquellos que le sucedieron no
tuvieron su habilidad y su carácter.130
Habilidades oratorias
Kagan afirma que Pericles adoptó una forma elevada de oratoria, lejos de los trucos vulgares de los
oradores para la muchedumbre y, según Diodoro de Sicilia, «sobresalió sobre todos sus compatriotas en
capacidad oratoria».131 132
Según Plutarco, evitó utilizar mímica en sus discursos, al contrario que el
apasionado Demóstenes, y siempre hablaba con calma y de forma tranquila.133 El biógrafo apunta que, en
cambio, el poeta Ion de Quíos informó de que el estilo de hablar de Pericles era «una forma presuntuosa y
algo arrogante de dirigirse, y que en su arrogancia había una gran cantidad de desdén y falta de respeto por
los demás».133 Gorgias, en el diálogo de Platón del mismo nombre, utiliza a Pericles como ejemplo de
oratoria poderosa.134 En Menexeno, en cambio, Sócrates se burla de la fama oratoria de Pericles, diciendo
irónicamente que puesto que el político fue educado por Aspasia, profesora de muchos oradores, debería
ser superior en retórica que alguien educado por Antífono.135 También atribuye la autoría de la oración
fúnebre a Aspasia y ataca la veneración que sus contemporáneos tenían a Pericles.136
Los escritores de la antigua Grecia llaman a Pericles «Olímpico» en honor a sus talentos, y llevando las
armas de Zeus en sus discursos.137 Según Quintiliano, Pericles siempre se habría preparado para sus
discursos y, antes de presentarse ante el público, habría rezado a los dioses para no emitir una palabra
equivocada.138 139
Sir Richard C. Jebb concluye que «único como político ateniense, Pericles debió haber
sido también único como orador; primero, porque ocupó una posición de importancia política que no había
logrado ningún hombre antes que él; segundo, porque sus ideas y su moral le ganaron tanto renombre por
su elocuencia que nadie jamás lo obtuvo de los atenienses».140
Legado
Comentarios
1. La fecha exacta de nacimiento de Pericles se desconoce. No podría haber nacido más
tarde de 492-1 y haber tenido edad para hacer frente a los persas en 472. Visto que
Pericles no aparece en ningún escrito habiendo tenido
parte en la Guerra con Persia de 480-479, algunos
historiadores argumentan que no habría nacido antes de
498, pero este argumento ex silentio también se ha
descartado.
2. Plutarco dice que su mujer era «nieta» de Clístenes,
pero esto es cronológicamente implausible y existe
consenso en que era la sobrina de Clístenes.
3. Tucídides recoge una serie de discursos que atribuye a
Pericles, pero Tucídides también reconoce que «era en
todos los casos difícil plasmarlos palabra por palabra en
la memoria, por lo que mi costumbre ha sido hacer a los
oradores decir lo que era mi opinión, aunque
adhiriéndome lo más posible al sentido general de lo
que realmente dijeron».
4. Plutarco dice que Idomeneo afirmaba que Pericles mató
a Efialtes, pero no le cree al entender que iría en contra
del carácter de Pericles. Según Aristóteles, quien mató a
Efialtes fue Aristódico de Tanagra. Estatua erigida a Pericles en Atenas
5. Según Plutarco, se cree que Pericles atacó a Samos (Grecia).
para gratificar a Aspasia de Mileto.
6. Vlachos mantiene que la narración de Tucídides da la
impresión de que la alianza de Atenas se había convertido en un imperio autoritario y
opresivo, si bien no hace comentarios sobre el mismo tipo de control ejercido por Esparta.
Vlachos subraya, sin embargo, que la derrota de Atenas podría traer un gobierno de Esparta
todavía más cruel, algo que realmente ocurrió. Por ello, el comentario del historiador de que
la opinión pública griega apoyaba las demandas espartanas para liberar Grecia parecen
tendenciosas. Geoffrey Ernest Maurice de Ste Croix, por su parte, argumenta que el imperio
de Atenas fue bienvenido y evaluado por la estabilidad de la democracia en toda Grecia.
Según Fornara y Samons, «cualquier visión que apoye que la popularidad o su contrario
pueden inferirse simplemente de consideraciones ideológicas estrechas es superficial».
7. Según Platias y Koliopoulos, la política de Pericles se guiaba por cinco principios: a)
Equilibrar el poder con el del enemigo, b) Explotar ventajas competitivas y neutralizar las
del enemigo, c) Parar al enemigo mediante la negación de su éxito y el uso de la venganza,
d) Desgastar el poder internacional básico del enemigo, e) Modelar el ambiente doméstico
del enemigo en beneficio propio.
8. Según Vlachos, Tucídides debía tener unos 30 años de edad cuando Pericles pronunció su
famoso Discurso fúnebre, y debió estar entre el público.
9. Vlachos apunta que no sabe quién escribió el Discurso fúnebre, pero que «esas son las
palabras que debieron decirse a finales de 431 a. C.». Según Sir Richard C. Jebb, los
discursos de Tucídides dan una idea general del pensamiento de Pericles con una fidelidad
en lo esencial. Es posible que puedan tener dichos suyos, «pero es seguro que no pueden
tomarse como forma de la oratoria del político». John F. Dobson cree que «aunque el
lenguaje es el del historiador, algunos de los pensamientos podrían ser los del político».
C. M. . Sicking argumenta que «estamos oyendo la voz real de Pericles», mientras que
Ioannis T. Kakridis defiende que el Discurso fúnebre es una creación casi exclusiva de
Tucídides, dado que «la audiencia real no consiste en los atenienses al comienzo de la
guerra, sino de la generación de 400 a. C., que sufre las repercusiones de la derrota».
Gomme está en desacuerdo con Kakridis, e insiste en la fiabilidad de Tucídides.
10. Según la Enciclopedia Suda del siglo XX, Pericles habría sido el primer orador en escribir
sistemáticamente todos sus discursos. Cicerón habla de los escritos de Pericles, pero
recalca que no deben verse como verdaderos. Muy probablemente, otros escritores usaron
su nombre.
11. Ioannis Kalitsounakis argumenta que «ningún lector puede mirar por encima la suntuosa
rima del Discurso fúnebre como un todo y la correlación singular de la emoción impetuosa y
el maravilloso estilo, atributos que Tucídides adscribe a ningún otro orador salvo a
Pericles». Según Harvey Ynis, Tucídides creó el legado retórico de Pericles que ha
dominado desde entonces.
Véase también
Siglo de Pericles.
Discurso fúnebre de Pericles.
Guerra del Peloponeso.
Historia de la Guerra del Peloponeso, de Tucídides.
Aspasia de Mileto.
Plaga de Atenas.
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MARTIN, Thomas R.: An Overview of
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índice electrónico, en el Proyecto
Perseus.
Véanse este apartado y los
siguientes: The Citizenship Law of
Pericles (http://www.perseus.tufts.ed
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t%3A1999.04.0009%3Achapter%3D
9%3Asection%3D3%3Asubsection%
3D1) (La ley de ciudadanía de
Pericles).
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