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Este capítulo abarca la metodología de optimización de cada una de las etapas del
proceso de mantenimiento. Aunque los resultados del diagnóstico habrán puesto de
relieve las áreas de interés para el esfuerzo de mejora, recomendamos examinar cada
paso del proceso para "afinarlo". Conseguir lo básico en una fase temprana del
proceso ayudará a mantener las mejoras de las fases posteriores.
El enfoque de mejora presentado en este capítulo y en los siguientes consiste en una
serie de talleres de mejora realizados con un grupo representativo de participantes de
la organización, por ejemplo, supervisores, operarios, técnicos, ingenieros y
planificadores. El objetivo de los talleres es siempre conseguir mejoras rápidas,
pragmáticas y visibles en el proceso. En este capítulo aprenderá a estructurar y facilitar
este tipo de talleres. Los capítulos siguientes le darán la oportunidad de probarlo usted
mismo.
Moderador o Facilitador
El facilitador tiene la función de dirigir la comunicación dentro del grupo de trabajo.
Tiene que garantizar que el grupo se dirija de forma cooperativa hacia el mismo
objetivo. El objetivo de los moderadores es fomentar la creatividad de los participantes
en el taller, compartir sus ideas en el pleno y obtener conjuntamente resultados y
decisiones, que sean aceptados por todos y finalmente se lleven a la práctica.
Para alcanzar este objetivo, la moderación tiene que crear una dinámica de grupo,
implicar, motivar y activar a todos en el pleno. Para crear este impulso, el moderador
tiene que crear una atmósfera de apertura incluso para las posiciones divergentes.
Mirar a cada lado del tema garantiza los mejores resultados posibles en los proyectos
de mejora.
En algunos entornos, el facilitador malinterpreta su papel de forma que dirige e influye
en la discusión en una dirección especial; ésta no es la parte de moderación o
facilitación que se necesita en estos talleres. En los talleres propuestos en este libro, el
moderador debe motivar y activar a cada participante para que contribuya a alcanzar
un entendimiento común y una solución sostenible.
Mientras que los participantes son responsables del contenido de la reunión, el
moderador tiene que asegurarse de que realmente haya un resultado. Para ello, debe
tener en cuenta la estructura, el calendario y la documentación de los resultados del
taller.
Dado que los problemas que ha descubierto durante la fase de diagnóstico suelen
estar relacionados con cuestiones interpersonales, es probable que algunos temas
abordados durante los talleres de mejora estén cargados de conflictos. Nuestros
conocimientos empíricos demuestran que, especialmente en este tipo de entornos, los
conflictos en las relaciones interpersonales se argumentan sin una base factual. Por
ello, las discusiones pueden estancarse fácilmente. Se pierde un valioso tiempo de
trabajo. Para evitarlo, el facilitador debe dirigir el debate en torno a los hechos,
aplicando algunas técnicas de facilitación.
Su principal técnica es el interrogatorio. Con preguntas concretas o planteando
hipótesis, apoya el debate y mantiene al grupo en torno a un tema común. Por último,
consolida los resultados en declaraciones claras y fáciles de seguir.
Resumiendo, las tareas de un moderador o facilitador son:
Crear un taller
Al planificar un taller, el animador debe pensar en el objetivo del mismo. Hay
diferentes tipos de talleres, adecuados para diferentes metas y objetivos. He aquí
algunos ejemplos.
Durante los proyectos de mejora, el taller más común será un taller de resolución de
problemas. En este caso, la estructura más habitual es la siguiente:
Define el alcance del área que quieres desarrollar. Tenga claro lo que está y lo
que no.
¿Cuál es el objetivo del taller? ¿Qué proceso hay que desarrollar? ¿Cuáles son
los límites?
Una vez establecido el ámbito, haga que el grupo defina opciones sobre cómo
podrían alcanzarse los objetivos podrían alcanzarse.
Tras esta fase de definición, se consolidarán y puntuarán las opciones, y se y se
decidirá el enfoque final. De nuevo, con quién, qué, cuándo, etc.
Si ya ha creado algunas ideas y quiere tomar una decisión sobre cómo proceder,
debería organizar un taller de toma de decisiones.
Estructurar el Taller
En la sección anterior, ya ha encontrado una breve descripción de los distintos
enfoques de los talleres. Partiendo de esta base, ahora queremos profundizar un poco
más.
Los objetivos de todo taller deben ser examinar el proceso y encontrar oportunidades
de mejora que puedan aplicarse rápidamente sin inversiones. Sería demasiado fácil
echar la culpa de todo al lento sistema informático o a las viejas máquinas. Sin duda
pueden suponer un reto, pero no deben ser una excusa para no actuar. Como verá, la
mayor parte de la mejora de los procesos procede de una mejor comunicación, una
mejor formación (en el puesto de trabajo) y disciplina. Por tanto, por definición, la
mayoría de sus talleres serán talleres de resolución de problemas, que incluyen los
siguientes pasos:
Reuniones de Seguimiento
Como ya hemos dicho, para mejorar el rendimiento hay que probar, probar y probar.
Por eso, no tendrá éxito con un solo taller de mejora. Necesitará al menos un taller de
seguimiento para evaluar los resultados. Si los resultados medidos son los deseados,
puede despedir al equipo, al menos para este tema. Si no es así, tendrá que
perfeccionar el enfoque o probar una alternativa.
Si no tiene éxito, que no cunda el pánico. Empiece de nuevo y prepare un nuevo taller
de resolución de problemas.
Métodos
Técnicas de Moderación
Dirigir un debate no consiste sólo en hablar, sino también en visualizar. Los
pensamientos escritos se hacen tangibles. Por eso queremos ofrecerte un breve
resumen de técnicas valiosas.
Una herramienta que siempre debes tener a mano es un rotafolio o una pizarra blanca.
Puede utilizar un rotafolio para presentar, por ejemplo, los resultados del diagnóstico,
o para documentar o dirigir el flujo de la discusión. Mientras desarrollas los resultados
conjuntamente con los participantes en el taller, anotas los temas debatidos. Este
desarrollo interactivo del contenido aumentará la atención y creará un sentimiento de
implicación. Las anotaciones son permanentes. Una vez llena la hoja de papel, puedes
colgarla en la pared y permanecerá visible durante toda la sesión del taller. Una lista
de tareas por escrito puede llevarse a una reunión de seguimiento.
Un par de palabras sobre el uso del rotafolio: La regla más importante para un
presentador de rotafolios es "Primero hablar, segundo escribir". Si escribes primero,
arrastras la atención de los oyentes de ti a la palabra escrita, y probablemente los
perderás. Incluso si eres muy hábil en la multitarea -cosa que honestamente
dudamos-, escribir y hablar en paralelo significaría que hablarías hacia el rotafolio. Esto
hará que tu voz sea menos audible, y estarás de espaldas al público mientras les
hablas. No temas el silencio después de hablar. Esta pequeña pausa dará al público un
tiempo valioso para reflexionar sobre lo que se ha dicho. Esto aumenta la calidad del
debate (siempre que anotes sólo las palabras clave y no las novelas).
Debes entrenarte escribiendo en un rotafolio. Por regla general, escribe en
mayúsculas, con cada letra más o menos a la altura de tu dedo meñique. No escribas
en el borde de la pizarra, deja un borde alrededor. De este modo, las palabras escritas
parecerán ordenadas.
Si quieres presentar los resultados en un rotafolio, elabora y esboza los diagramas o
dibujos durante la preparación del taller. Piensa en una historia que contar, cuando la
dibujes delante de tu público. Si necesitas un boceto más complicado, puedes esbozar
primero la imagen o el diagrama con un lápiz y dibujarlo con un rotulador de color
durante la reunión. Por último, no olvides utilizar colores diferentes. Dan vida al dibujo
y atraen la atención.
Otra herramienta de moderación muy útil es el uso de tarjetas de moderación. Al
utilizarlas, puede crear contenido de una manera muy flexible y dinámica. Es
irrelevante si utiliza tarjetas de moderación propiamente dichas con agujas o
simplemente notas adhesivas. Estas últimas tienen la ventaja de que están disponibles
en casi todas las oficinas. Y no necesitas un tablón especial para utilizarlas. Una pared
lisa, una pizarra blanca, un rotafolio o simplemente una ventana funcionan igual de
bien.
Hay muchas maneras de utilizar las tarjetas de moderación. Vamos a exponer
brevemente dos de ellas:
Consulta de tarjetas: En este caso, se distribuyen tarjetas a cada participante y se les
pide que anoten sus ideas sobre un tema determinado. Primero lo anotarán y, al cabo
de un rato, pedirás a todos que presenten sus tarjetas y las peguen en la pizarra. Más
tarde, puedes agrupar las ideas buscando similitudes. De este modo, obtendrás un
buen puñado de ideas, afirmaciones, etc., sobre las que trabajar. Otra forma de llegar
a lo mismo puede ser que pidas ideas al grupo. Cuando alguien tiene una idea, la
escribe en una tarjeta y la expone en la pizarra. La diferencia entre ambos enfoques es
que las personas más introvertidas probablemente se quedarán calladas en la segunda
opción. En la primera opción, no pueden retraerse.
Una vez que las tarjetas estén agrupadas en el tablero, puedes utilizarlas para tomar
decisiones. Puedes dejar que la gente las vote. Para ello, puedes darles unas pegatinas
y pedirles que las distribuyan en el tablero, según sus prioridades. Una buena regla es
darles tantas pegatinas como el número de opciones posibles dividido por tres.
Mapeo de procesos: Esta aplicación muestra lo versátil que puede ser el uso de tarjetas
de moderación. Muy a menudo es necesario trazar una secuencia de tareas, investigar
un incidente o un proceso. Con las tarjetas de moderación o las notas adhesivas,
puedes escribir un paso en cada tarjeta y "arrastrarlas y soltarlas" en el tablón de
anuncios o en la pared. Durante el debate, reorganizarás las tarjetas en el orden
correcto. Imagínate que lo haces en una pizarra o en un rotafolio. Perderías mucho
papel o tiempo en limpiar la pizarra. También puedes utilizar las tarjetas para elaborar
un organigrama o similar.
Técnicas de Interrogatorio
Si quieres mejorar las cosas, primero tienes que entender los problemas subyacentes.
Para conseguirlo, hay que hacer preguntas. Como hay muchas técnicas diferentes para
hacer preguntas, queremos destacar las más importantes.
Preguntas Abiertas
En primer lugar, hay preguntas abiertas. Este tipo de pregunta abre la posibilidad de
obtener una amplia gama de respuestas. El encuestado le contará sus deseos,
opiniones, observaciones, etcétera. Este tipo de pregunta es importante, sobre todo al
principio de una conversación. Las respuestas ayudan a comprender mejor el tema y la
percepción de la persona que responde. Por otro lado, puedes perder el control de la
conversación. La persona que responde tiene la oportunidad de empujar la
conversación en una dirección determinada.
Una ventaja de las preguntas abiertas es que muestran a la otra persona que te
interesa su opinión. Esto es útil para tender puentes. Con preguntas bien escogidas,
puedes mostrar empatía hacia una persona e interés por su contribución.
Las preguntas abiertas suelen ir acompañadas de interrogativos especiales, como qué,
cuándo, cómo, quién y con quién. Una vez que recibas una respuesta, lo más probable
es que te quedes en ella e indagues más haciendo preguntas de seguimiento para
aclarar lo que se ha dicho o profundizar en los detalles.
Debes ser consciente de que responder a preguntas abiertas a veces es complicado.
Lleva tiempo encontrar las palabras. Y como no todo el mundo puede articular sus
pensamientos en palabras inmediatamente, es posible que tengas que dar tiempo a la
persona que responde para que conteste. Tienes que soportar este pequeño lapso de
tiempo en el que nadie dice una palabra. Para superarlo, puedes asegurar a tu
interlocutor con tu lenguaje corporal que esta pausa te parece bien.
Preguntas Cerradas
A diferencia de las preguntas abiertas, las preguntas cerradas limitan las posibles
respuestas. Las respuestas suelen estar predefinidas, por ejemplo, sí o no. También
pueden nombrarse opciones. Las preguntas cerradas pueden utilizarse para obtener
una decisión o una aprobación.
El tipo más sencillo de pregunta cerrada es el que sólo tiene las opciones sí o no:
"¿Va a asistir a esta reunión?"
"¿Cumplió el objetivo de su indicador clave de rendimiento?".
Por encima de esto, puedes utilizar preguntas cerradas de sí o no para evitar malas
interpretaciones. Preguntando: "¿Le he entendido bien al decir...?" se obtiene una
aprobación de lo que se ha dicho antes, se fija el resultado como un entendimiento
común y se toma como base para una pregunta siguiente. Esta técnica de
interrogación también se conoce como parafraseo.
Aunque las técnicas anteriores ofrecen una visión más genérica de cómo plantear
preguntas, a continuación, se presentan dos enfoques creativos para fomentar la
creatividad y el pensamiento creativo, sobre todo cuando las discusiones parecen
estancarse.
La técnica de inversión del problema le da la vuelta al problema. En lugar de preguntar
cómo solucionar un problema, preguntas "cómo empeorarlo". Por supuesto, después
debes "volver a traducir" las respuestas a tu pregunta original. Un ejemplo sobre
cooperación es
Infraestructura
Para facilitar los talleres, debe pensar en un montaje adecuado. Es importante que el
taller se celebre en un entorno tranquilo. Una reunión en una oficina al aire libre está
totalmente descartada. Por tanto, no olvides reservar una sala adecuada.
Junto a la ubicación. Piensa también en las herramientas de moderación. Como has
visto antes, es útil disponer de un buen surtido de tarjetas, notas adhesivas, pizarras
blancas, rotafolios, tablones de anuncios, etc. No necesitas todas y cada una de estas
herramientas, pero al menos debes ser consciente de que existen y podrían servirte de
ayuda. La mayoría de estas herramientas se pueden organizar fácilmente.
Para asegurar los resultados, piensa en guardarlas. Dado que todos los talleres deben
fomentar una mentalidad práctica, no se pretende que escribas informes que
contengan docenas de páginas. Pero si utilizas bien las herramientas de visualización
que tienes a mano, puedes simplemente hacer fotos de los rotafolios, las pizarras,
etcétera. Guarda las fotos como impresión en un archivo de papel o como archivo
digital en un sistema de archivos compartido. Presta atención a un nombre
significativo para las imágenes. Piense en la fecha, el tema y el contenido (por ejemplo,
problema, observaciones, causas fundamentales, ideas, solución y lista de acciones).