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LIDERAZGO

El liderazgo es un conjunto de habilidades que sirven para influenciar en la manera de


pensar o de actuar de otras personas.

Sin embargo, este término tampoco debe enfocarse nada más que en el hacer cambiar de
parecer a las personas. Porque un líder también tiene la capacidad de tomar la iniciativa
y proporcionar ideas innovadoras, y no solo de dar órdenes.

El liderazgo tampoco equivale a una distribución desigual de poder. Y aunque sea el


líder el que tenga la última palabra, es el trabajo en equipo el que da los mejores
resultados.

El liderazgo es la clave para que una empresa, departamento o proyecto de cualquier


ámbito funcione. Sin embargo, encontrar a personas que desarrollen su liderazgo de
forma acertada en un equipo no es una tarea fácil.

Líder

El término Líder proviene del inglés leader, y hace referencia a conducir, guiar, dirigir,
dirigente o jefe. Un líder es el individuo de un grupo que ejerce una mayor influencia en
los demás, se le considera jefe u orientador, éste presenta la habilidad de convencer a
otros de que trabajen con entusiasmo para lograr los objetivos definidos.

En la mayor parte de los grupos (partido político, religioso, sociedad, club deportivo,
etc.) existe un líder, que se caracteriza por ocupar la posición más elevada dentro del
grupo.

Aunque las funciones que ejerce un líder son de distinto tipo, destacan entre ellas las
funciones ejecutivas y de dirección. Asimismo, el líder planifica las actividades del
grupo, representa a éste de cara al exterior, media en los conflictos y, cuando es
necesario, estipula premios y castigos.

Se ocupa también de introducir nuevas ideas en el grupo con el fin de mantenerlo vivo,
busca nuevas perspectivas y es quien elabora los balances y síntesis del grupo. Por lo
general, el líder no asume todas estas funciones, sino que delega algunas de ellas en
otras personas cercanas a él.
Importancia del liderazgo

La importancia del liderazgo es más que evidente en muchos ámbitos de la vida, incluso
más allá del liderazgo empresarial. Puesto que el líder es el responsable de la
consecución de los objetivos de una manera mucho más efectiva y rápida.

El liderazgo no es plano, y dependiendo del contexto en donde se desarrolle puede


determinar la clase de transformación social de la que es capaz. Tiene, por tanto, una
función dentro de la organización, comunidad o sociedad que destaca por su relevancia
e influencia.

Es así como las organizaciones dependen para crecer y perdurar del liderazgo, he allí
donde recae su gran importancia. Un líder será capaz de establecer una buena
comunicación y mejorar la capacidad de integración de los miembros, todo con el fin de
lograr un objetivo en común.

El liderazgo también puede ser interpretado como una forma de ser, una manera de
dirigir y ver cómo las cosas que se van moldeando con el paso de los años. Es un
proceso de interacción entre los miembros de un grupo interesado en el progreso de la
organización para la que se trabaja.

En pocas palabras, la importancia del liderazgo recae en que es la pieza clave para la
supervivencia de cualquier organización. Más si se toma en cuenta que la capacidad
para saber guiar y dirigir es el centro de la misma.

Por ejemplo, una organización puede que tenga un control óptimo, una planeación
adecuada, los recursos de primera calidad, no podrá sobrevivir a la falta de un líder que
sea apropiado para sus metas.

Características de un buen líder

No importa si estás en la cúspide de una gran empresa o si tienes por el contrario un


grupo pequeño de personas a tu cargo. Existen ciertas habilidades de un líder que no
pueden ser desestimadas. Son estas habilidades las responsables de potenciar y producir
los mejores cambios en una organización.

 Tener un pensamiento positivo: De todas las características de un líder quizás


el ser positivo es una de las más primordiales. Esto porque al comprender el
potencial de la psicología positiva, se entenderá la mejor forma de implementar
un aprendizaje en cualquier situación que se presente.
 Ser honesto: La verdad siempre debe ser la mayor arma de un líder. Si bien la
realidad puede ser muchas veces dolorosa o molesta, esconder ciertas cosas
puede complicar muchas situaciones.
 Saber delegar: Un líder no puede hacer todo solo. Pensar esto, es algo irrealista.
Por lo que un buen líder necesita dejar solos y confiar en sus colaboradores para
que el trabajo en equipo sea eficiente.
 Incentivar una buena comunicación: La falta de comunicación es la
responsable del fracaso de muchas operaciones en las empresas. Así que
incentivar una de utilidad es una de las maneras más sensatas de cultivar el
éxito.
 Inspirar al grupo: Un grupo estará desanimado si se encuentra frente a la falta
de motivación. El rol del líder está diseñado en parte, para inspirar y transmitir
pasión a sus colaboradores.
 Establecer estrategias para una vida equilibrada: Una persona que vive solo
para trabajar, nunca dará el 100% de lo que es capaz en el trabajo. Esto porque
carecerá de energía. En cambio, aquellas personas que logran un correcto
equilibrio pueden aumentar su productividad a grandes niveles. Es así como un
líder debe asegurarse de que su equipo sea capaz de vivir un buen equilibrio
entre su trabajo, vida personal o social. Puedes aprender a hacerlo poniendo en
práctica el método 80/20.
 Alinear al equipo: Un equipo debe estar enfocado en una meta a largo plazo
(misión), pero marcando objetivos realizables a corto plazo. Es el líder
nuevamente el encargado de esta tarea.
 Dar créditos cuando corresponda: Las personas que hacen bien su trabajo o
que alcanzan metas deben ser recompensadas, dárles crédito para que se sientan
motivadas y su confianza aumente.
 Apreciar los logros: Para que un líder aprecie un logro no tiene que ser uno
colosal, sino que también aquellos logros pequeños deben ser reconocidos.
Aunque sea pequeños o modestos es bueno hacer esto.
 Fomentar el crecimiento: Un buen líder debe fomentar el crecimiento y
desarrollo profesional y personal de sus colaboradores. Como resultado
conseguirá aumentar la productividad del trabajo.
 Ser el guía: Un líder nunca deberá actuar como un jefe, mucho menos ejercer
influencia usando el poder y la intimidación como herramientas principales. Hay
que saber diferenciar entre guiar e imponer.
 Fomentar los buenos hábitos: Para que un proyecto sea exitoso, hace falta que
sus colaboradores también sean felices y productivos, y la clave está en el
fomento de los buenos hábitos de vida. Ayudarlos a que tengan una vida más
sana y estable siempre.
 Mantener una posición neutral: Los favoritismos no deben existir en un
ambiente sano de trabajo, mucho menos por parte del líder. Es por esto que uno
debe enfocarse siempre en demostrar qué a todos los colaboradores se les trata
por igual, sin ninguna clase de distinción.

Tipos de Liderazgo
1. Liderazgo natural

Se dice que es ese líder que no es reconocido como tal con un título pero que representa
ese “rol” a la perfección. Tanto es así, que nadie lo cuestiona, sino que se toman sus
recomendaciones y guías como algo que hay que cumplir. Gracias a su buen hacer y el
día a día se convierte en los líderes naturales del equipo.

Son personas que ejercen un tipo de liderazgo muy apreciado por el grupo y más que
aceptado.

2. Liderazgo autoritario – autocrático

Como su propio nombre indica se basa en la autoridad del supuesto líder, y decimos
supuesto porque una figura así, a la cual no se le discute ninguna de sus decisiones
simplemente por el cargo que ostenta es más parecido a la figura del antiguo jefe
autoritario que a un líder actual.
En este tipo de liderazgo está marcado por la falta de libertad comunicacional y de
movimientos en el grupo. Todo recae sobre el líder (el triunfo de los buenos actos), y
también la responsabilidad de los errores (aunque en este caso suele derivarla sobre los
empleados).

3. Liderazgo carismático

Es el más común o habitual de encontrar en las organizaciones actuales. El liderazgo


carismático también es uno de los más reconocidos dentro de las organizaciones, y es
que genera y trabaja mucho sobre sentimientos y sensaciones positivas dentro del grupo.

Tiene una fuerte personalidad, pero no imperativa sino constructiva, y toda gira en torno
a este líder lo que puede traer la contraindicación de que si el líder desaparece (porque
se marcha de la empresa), la estructura se tambalea incluso hasta caer.

4. Liderazgo participativo – democrático

En este tipo de liderazgo, como su propio nombre indica, todos participan, y es un tipo
de relación muy saludable porque todos los miembros del grupo aportan sus puntos de
vista e intervienen en las decisiones a tomar.

Hay una colaboración activa por parte de todos los integrantes y el líder es un modelo
de referencia, así como de admiración, pero todos se sienten libres de participar en
igualdad de condiciones.

La premisa más importante es que hay un diálogo constante entre todos que favorece la
consecución de los objetivos marcados y por ende, a la empresa.

5. Liderazgo liberal - “laissez-faire”

Dejar hacer o dejar que pasen (las cosas) sería la traducción real de esta frase en francés.
Y es que, en este tipo de liderazgo, lo primordial es la absoluta libertad de todos los
“subordinados” en cuanto a la toma de decisiones se refiere. Cada uno puede hacer y
decidir lo que considere oportuno, y la función del líder es la de proveer de recursos y
herramientas. Esto ocurre porque el líder así lo considera oportuno dado el perfil de
colaboradores con los que cuenta (personas muy autónomas e independientes,
perfectamente capacitadas para tomar decisiones). El problema de este tipo de liderazgo
es que tiene que estar absolutamente convencido de que los miembros del equipo
poseen dichas destrezas.
6. Liderazgo transformacional – el más completo

Se considera el liderazgo más completo y es que los líderes que actúan bajo este
esquema son los llamados “auténticos líderes”, ya que trabajan desde su auténtico poder
de motivación e inspiración hacia el grupo ¡Permanente!

Su objetivo y sus premisas son transformar, innovar y motivar al equipo, y de ahí,


crecer. Son realmente muy valorados y buscados para ocupar puestos de responsabilidad
en las organizaciones.

7. Liderazgo burocrático

Su base, la de este líder, es cumplir a rajatabla las normas de la empresa por encima de
lo que es más conveniente para el grupo o lo que cada uno necesita para poder llegar a
los objetivos marcados.

La política de la empresa es su guía más estricta, lo que conlleva a una rigidez absoluta
en el modelo de gestión. Está bien cuando se trata de decisiones económicas o
empresas, por ejemplo, con materiales peligrosos, pero hay que tener cuidado con este
liderazgo y sus consecuencias.

8. Liderazgo “pro las personas” – orientado a ellos

Lo fundamental en este tipo de liderazgo son las personas, lo que se puede sacar de
ellas, dónde pueden llegar y hasta dónde pueden crecer en la compañía con lo que
lleguen a aportar. Este líder sabrá identificar las personalidades de los miembros de su
equipo, agruparlas según necesidades y hacerlas crecer exponencialmente.

9. Liderazgo orientado a la tarea

Este caso es el contrario al anterior ya que no priman las personas ni hacerlas crecer,
sino que lo más importante es aquello que hay que hacer, la tarea que hay que ejecutar,
y hacerla de la forma más rápida, económica y eficiente posible, conlleve ello o no, el
crecimiento de las personas y del equipo en sí mismo.

10. Liderazgo “de la curva”

Este último tipo de liderazgo nos ha gustado mucho siempre porque se basa en la “curva
de la felicidad”. Si todo funciona bien, si el equipo se siente motivado, si la
productividad es muy elevada y todo el entorno es satisfactorio es lo más parecido a la
felicidad que podemos encontrar en el trabajo, y la felicidad siempre se relaciona con
una curva. De ahí, el nombre del liderazgo de la curva.

Son liderazgos basados en construir en positivo todo lo que puede afectar al grupo, al
trabajo y al desarrollo de las labores. Son líderes muy bien cualificados y que trabajan
por el éxito del equipo.

Las siete cualidades de liderazgo más importantes

1. Fijar metas y expectativas es imprescindible para que los equipos trabajen


unidos con un objetivo común.

Una persona que se dirige hacia una meta clara y fija, se aplicará con mayor
determinación porque sabe lo que se espera de él. Por eso, se vuelve imprescindible que
un líder le trasmita a sus equipos cuál es la misión, la visión y la estrategia. Puedes
empezar estableciendo una meta ambiciosa a largo plazo y, poco a poco, segmentando
tareas más pequeñas con resultados más inmediatos que motivarán a tu equipo y harán
que no desvíen la mirada del objetivo.

2. Invertir en las personas.

El talento humano es la variable más importante y valiosa de cualquier organización.


Por eso, si quieres gente preparada, debes invertir en su formación y capacitación. En
primer lugar, debes seleccionar a aquellos perfiles que crees que tienen potencial en
aquellas áreas y divisiones que te van a ayudar a alcanzar la meta y, una vez que forman
parte de tu equipo, invertir en ellas para que sigan evolucionando, para que crezcan
profesionalmente y, con ellos, hagan crecer a la organización hacia el objetivo marcado.
Las personas con cualidades de liderazgo son capaces de reconocer las habilidades
especiales y saben cómo utilizarlas en beneficio de la empresa.  

3. Potenciar el talento.

Es importante crear planes de carrera para cada una de las personas que trabajan
contigo. Haz con ellos evaluaciones del desempeño y da un feedback sincero sobre
cuáles son sus puntos fuertes y sus áreas de mejora. Por otro lado, las personas
talentosas suelen ser, a la vez, ambiciosas, por lo que no siempre es fácil retenerlas. Por
esa razón es imprescindible cuidar y motivar al empleado con talento. Otro ingrediente
fundamental es el compromiso, y este únicamente se logra con una buena comunicación
entre la dirección y los trabajadores. Esto hará que se sientan motivados y satisfechos.

4. La comunicación, clave para liderar de forma efectiva.

Es imprescindible trabajar la comunicación como elemento esencial para transmitir los


valores a tu equipo. La clave es comunicar con transparencia, de manera clara y concisa.
Sin embargo, este flujo de comunicación e información no puede ser unilateral. Los
buenos líderes siempre tienen un oído abierto hacia las preocupaciones de sus
empleados. Comunicación y liderazgo van de la mano cuando hablamos de los líderes
de hoy... y los del mañana.

5. Escucha activa.

La escucha activa implica observar y preguntar, flexibilidad y confianza, apertura y


firmeza. Ya no se trata solo de saber qué necesidades tienen los equipos, sino también
de escucharlos activamente, es decir, reunir todas sus ideas y aportaciones y llevarlas a
la práctica. Cuando hay una escucha activa en el equipo, los integrantes entienden y
comprenden mejor la razón de su trabajo. Amplían su visión y dirección acorde a sus
estrategias y metas.

6. El entusiasmo y el espíritu de superación

Son valores esenciales en cualquier líder que busca ser una persona de referencia dentro
de sus equipos. Para ello es necesario que crees un grupo de trabajo sano, optimista,
divertido y, a su vez, ambicioso y retador. Motivar e inspirar a sus empleados y
fomentar su entusiasmo por los proyectos es una de las habilidades más importantes y la
clave del éxito. Los empleados motivados son buenos empleados. Cuanto más
consciente seas de tus propias capacidades y más abierto esté a ellas, más éxito tendrás
como líder.

7. Predicar con el ejemplo.

Albert Einstein dijo que “el ejemplo no es la mejor manera de enseñar, es la única” y,
esta frase, cobra especial sentido cuando se habla de la relación entre un líder y su
equipo. Debes ser el primero en trabajar duro, en tomar las responsabilidades que
amparan tu posición y, a su vez, hacerlo con honestidad, ética y autenticidad. No
pretendas ser lo que no eres. La habilidad de liderazgo también puede verse como la
capacidad de entregar responsabilidad y delegar tareas. Aquellos que trasladan
responsabilidad a sus empleados los motivan y garantizan su lealtad.

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