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FRAUDE EN REFICAR

“Antecedentes:

“El gobierno nacional vio la necesidad de modernizar la refinería de Cartagena, así que, en el
año 2006, mediante subasta pública, buscó un accionista mayoritario para esta empresa, con
el objetivo de administrar y ejecutar el proyecto de renovación de la refinería. Tomando estas
medidas, el riesgo del Estado sería menor y se transferiría al inversionista privado; fue así
como se eligió a la compañía Glencore International AG.

“Glencore y Ecopetrol con 51% y 49% de participación accionaria, respectivamente,


constituyeron la sociedad Refinería de Cartagena S.A. (REFICAR), encargada de ejecutar el
proyecto de modernización.

“Más adelante, en el 2007, bajo la administración de Glencore, Reficar eligió a Chicago Bridge
& Iron Company (CB&I) – para hacer la ingeniería, las compras y la construcción de la refinería
a través de un contrato de EPC (Enginering, Procurement andConstruction).

“En el 2009, Glencore se ve en la obligación de vender sus acciones a Ecopetrol, alegando la


incapacidad de conseguir los recursos que demandaba la obra.

“Tras incumplimientos de más de 6 años, la refinería de Cartagena obtuvo su primera


producción de destilados con una carga de 90.000 barriles. En noviembre de 2015, las pérdidas
por corrupción ascenderían a más de $4.000 millones de dólares, por conceptos señalados en
el artículo:

 “Pago de facturación por bienes o servicios no prestados al proyecto,


 “Pago por subcontrataciones no autorizados por Reficar,
 “Pago por gastos suntuosos y extravagantes, no relacionados con el proyecto,
 “Pago duplicado de costos, pago por equipos que no prestaron servicio al
proyecto. (Rodríguez, 2017)

“Involucrados: Los resultados de la auditoría realizada en el primer semestre de 2017 a la


Refinería de Cartagena S.A., desarrollada por la Contraloría General de la República, evidencia
en comunicado de prensa No. 126 del 25 de agosto:

“Las pérdidas en el 2016 de $2.960 millones se tomaron del estado de resultado


integrales, suscritos por el representante legal de la empresa, el contador y la firma
Ernts & Young como revisor fiscal y toda la fuente primaria de información en la misma
Refinería con la confianza legítima de que la información suministrada no es otra que
la real y fiel reflejo del desempeño económico del negocio” (Martínez Fernández y
Peñaloza Suárez, 2018, pp. 14-15).

Responsabilidad tributaria y comercial:


En este caso se evidencia una responsabilidad fiscal, la cual este integrada por el daño
patrimonial causado por la empresa, donde se presentan irregularidades de contratación, al
igual que la falta de planeación por parte de CB&I como experto en la construcción de plantas
de refinación, diseño, adquisición de bienes y la construcción.
Actos que no fueron alineados y que presentaron varias inconsistencias, donde se suponía que
esta firma contaba con el conocimiento y la experiencia para poder ejecutar proyectos de esta
índole, motivo por el cual hizo que el estado dejara de recibir USD$1.936 millones de dólares.

De igual forma, la empresa tuvo una revisión fiscal deficiente, pues se encontraron pago de
llamadas telefónicas y costos de mini bar no justificados por USD$7.947 por parte de CB&I,
gastos que no tenían soporte alguno para su reconocimiento y pago legal.

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