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La importancia del cómo Argumentar
La posibilidad de autoevaluación frecuente, es sin duda el mayor óbice a la hora de encarar una
mejora en la capacidad argumentativa, pues muchos hemos creído erróneamente que el solo
hecho de estudiar dogmática jurídica, teoría del derecho y las estructuras normativas, traerá
aparejada la posibilidad automática de argumentar. Nada más erróneo.
Tanto en el terreno práctico, como en el terreno especial jurídico que nos ocupa en la presente
lección, debemos entender que cada vez que argumentamos, lo hacemos para resolver
problemas. En palabras de Manuel Atienza “Lo que da sentido a hablar de argumentación es el
planteamiento de un problema que requiere una solución, en favor de la cual deben aportarse
Razones” (Atienza, 2013).
De acuerdo a lo brevemente expresado y más allá del rol que ocupe en el terreno jurídico (juez;
operador jurídico; estudiante de derecho) es esencial entender que existe un objetivo común
cada vez que Usted actúa dentro de este terreno: resolver problemas. El propósito mismo de la
presente lección pretende solucionar un problema.
Véase a continuación el lugar que le otorga Miguel Carbonell al aprendizaje activo y al enfoque
argumentativo del derecho.
“El gran desafío el gran reto es enseñarles a los alumnos de derecho, por medio del
aprendizaje activo, el alumno tiene que aprender a aprender solo, no le sirve de
nada que se aprendan una ley administrativa que el día de mañana puede cambiar,
o un procedimiento penal (articulado en etapas) que el día de mañana se diseñarán
de otra manera. Ellos necesitan ser capaces de tomar un caso, tomar un problema
y aportar la mejor solución” (Carbonell, 2022).
El enfoque argumentativo del derecho es hoy en día una necesidad. Cada materia del derecho
requiere hoy en día este enfoque argumentativo. Ya en la práctica profesional el cliente de un
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profesional abogado no pregunta conceptos, pregunta la forma y el plazo para resolver sus
problemas de orden jurídico.
Partiendo del análisis filosófico de Manuel Atienza en su libro “Curso de argumentación jurídica”
podemos mencionar de forma simple y básica que la argumentación es toda actividad que media
entre un inicio (el problema) hasta su conclusión o final (solución del problema).
Una vez determinado un problema jurídico, jueces y operadores jurídicos aplican, a su turno,
diferentes procesos argumentativos en las diferentes etapas del procedimiento. Los
argumentos, considerados de forma particular o como un conglomerado denominado línea
argumentativa, aparecerán dentro del proceso argumentativo a manera de: enunciados
informativos, comprobando hechos, explicando las causales de un hecho o finalmente
elaborando predicciones sobre un estado de cosas.
Figura 1: Argumentación
El mismo autor advierte que la propuesta no es lineal o secuencial, sino que las fases interactúan
entre sí dependiendo del contexto y los objetivos de la argumentación. En este sentido, el
proponente (del argumento) debe mantener los hilos o líneas argumentativas conectadas a
través de los argumentos utilizados. Esta acción hace que estructura del discurso argumentativo
se parezca a un tejido, donde cada hilo en su interrelación con otros, otorgue la solidez que la
argumentación jurídica requiere.
Si bien en 6.1 el proponente del discurso ha lanzado una idea básica de solución del conflicto,
toca en esta etapa plantear la idea con la mayor precisión y objetividad posibles.
Jueces y operadores de justicia, van resolviendo en esta etapa las particularidades sobre las que
recae una solución final, por ejemplo, decir que hay argumentos sólidos para sostener que el
hecho H ha quedado probado o proponer que la norma N debe ser interpretada en el sentido
N’; etc (Atienza, 2013).
Toca en esta etapa analizar la(s) propuesta(s) de solución planteadas. Para hacerlo el juez o los
operadores jurídicos deberán estratégicamente plantear los contraargumentos plausibles que
podrían oponerse a las soluciones planteadas en 6.2.
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Para Arantxa Capdevila (2022) la intellectio es una etapa previa de construcción del discurso y tiene un
carácter eminentemente pragmático. En esta el orador analiza el contexto y perfila los puntos básicos del
discurso. El inventio (invención) busca en la realidad circundante, las ideas más adecuadas para persuadir.
Para Atienza (2013) inventio en el terreno jurídico es la determinación del estado del proceso,
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Si los contraargumentos tienen un peso suficiente como para desbaratar las soluciones
planteadas en 6.2, es el momento que los jueces y los operadores jurídicos encuentren
soluciones alternativas que desbaraten finalmente los contraargumentos planteados en la
presente fase. Ante la posibilidad de que la solución quede frustrada por los contrargumentos,
debe nuevamente plantearse una nueva solución.
En esta etapa se distinguen dos subetapas de la tradición retórica (la dispotio y la elocutio),
mismas que pasamos a describir.
Una que hemos detectado el qué decir y cuándo hacerlo, pasamos a describir en el presente
punto el cómo hacerlo. Cómo utilizar el lenguaje (recurso) para lograr los objetivos de la
argumentación.
Los siguientes consejos son de utilidad al momento de ejecutar el discurso (Atienza, 2013).
a. Escriba de forma correcta, de forma técnica y de forma jurídica, utilizando todas las
técnicas disponibles.
b. Escriba de forma legible.
c. Redacte de forma llana (palabras claras, concisas y coherente) a fin de ser eficaz.
d. De ser posible evite ambigüedad y vaguedad (falta de claridad, precisión o exactitud).
e. Organice las ideas en párrafos, no atomice o concentre sus argumentos o ideas.
f. Establezca el orden de los componentes de una frase.
g. Escriba frases eficientes eligiendo palabras adecuadas.
h. Puntúe correctamente y evite errores gramaticales.
Para el mismo autor tres claros principios o reglas fundamentales de la retórica son: claridad,
precisión y concisión (brevedad y economía de medios en el modo de expresar un concepto con
exactitud.
Una argumentación con un texto extenso puede considerarse como una mala argumentación,
ya que dificulta la racionalidad de las argumentaciones jurídicas.
Las siguientes preguntas están direccionadas a reforzar los objetivos de la presente unidad.
8. Bibliografía
Alexy, Robert (1989), Teoría de la argumentación jurídica. La teoría del discurso racional como
teoría de la fundamentación jurídica, trad. De M. Atienza e I. Espejo, CEC, Madrid.
Capdevila, Arantxa (2022), La retórica del objeto Las partes retóricas como modelo para generar
significados. En: file:///C:/Users/DELL/Downloads/29846-Article%20Text-29757-1-10-
20060309.pdf
Moreno, Rodolfo, (2012). Argumentación jurídica, por qué y para qué. En:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-86332012000100006