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La guerra contra el narcotráfico.

Es un problema grave que enfrenta nuestro país. Las consecuencias de este conflicto entre

civiles, las fuerzas armadas y la delincuencia organizada, están presentes en la vida diaria de los

mexicanos. La problemática está presente desde el siglo pasado. Las medidas tomadas por los

gobiernos de México y Estados Unidos, han logrado debilitar las organizaciones delictivas. Sin

embargo, hasta que se decida cómo erradicar estos grupos, la población mexicana padecerá a

causa de estos grupos.

Porque si bien, el gobierno de México entró en conflicto contra los grupos delictivos

desde el 2006. La corrupción del gobierno y las fuerzas armadas ha sido beneficiosa para el

narcotráfico. A menudo se cree que este conflicto es reciente, pero no es así. México siempre ha

sido una ruta comercial para el narcotráfico de América del Sur. De esta manera, el crimen

organizado fué evolucionando hasta cobrar fuerza en el país.

Hasta ahora, se han presenciado situaciones críticas. Mientras los grupos paramilitares se

hacen con armamento pesado. Los civiles son daños colaterales de conflictos, por parte de los

“cárteles” en busca dominar territorios de venta. Los medios de comunicación retratan a los

miembros de estas organizaciones “cárteles de droga” como un estilo de vida favorable.

Incentivan a los jóvenes, adolescentes, a formar parte de los “cárteles”; mostrando a las fuerzas

armadas del gobierno de manera débil e ineficiente.

Muchos ven una oportunidad, una salida de sus problemas. Aquella vida desmedida y

lujosa no existe. Incluso los menores que son reclutados terminan bajo tierra en 2 años como

mucho. “Juanito Pistolas” y “El Pirata de Culiacán” son ejemplo de los tantos menores que se

vuelven sicarios; sin duda, es una vida que no vale la pena vivir.
En los últimos años la guerra se ha intensificado, las ciudades viven con temor a que

algún día la paz se termine. La presencia de sicarios aumenta, asimismo, se han desplegado el

ejército y fuerzas armadas. Aunado a esto, muchos civiles han decidido crear “autodefensas”

para combatir con mano propia a los cárteles. Sin embargo, esto no es una solución al problema.

Hasta que exista la necesidad de erradicar a los cárteles de droga, será el momento de cambio en

el país.

Los habitantes de aquellos estados asolados por el conflicto, han presenciado la

capacidad de destrucción de estos grupos armados. Así ocurrió en el 2019, con la captura de

Ovidio Guzmán López. Se desató el infierno en Sinaloa, el llamado “jueves negro” pasó a ser el

episodio más violento en la entidad. La población nunca olvidará ese día, temen a aquel tiempo

de guerra y sangre.

En conclusión, la población se encuentra confundida y conformista. Cada vez el problema

se hará más grande como para evadirlo. El gobierno está parcialmente corrupto y nosotros no

podemos hacer mucho para reducirlo. Así, la problemática seguirá y las consecuencias serán

cada vez peores…

“El narcotráfico ya forma parte de una cultura que se originó a partir de los antepasados.

Y no solo en México, sino en todo el mundo”. – Joaquín Guzmán Loera.

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