Laura María Restrepo Palomino – 202013289 – Ingeniería de Sistemas y Computación

El Internet según Castells: libertad, seguridad y control

Manuel Castells, destacado sociólogo español, es el autor del artículo titulado

“Internet, libertad y sociedad: una perspectiva analítica”, publicado en el año 2003 en la

revista Polis. Castells opta por una postura liberal para abordar los temas principales del

texto, que son el control en Internet y la constante lucha entre libertad y seguridad en esta

plataforma, en los que Castells toma una postura liberal. Para ello, se divide el texto en cuatro

secciones denominadas: “Internet: ¿una arquitectura de libertad? Libre comunicación y

control del poder”, “La cultura de libertad como constitutiva de Internet”, “Hackers, crackers,

libertad y seguridad” y “Encriptación”.

En la primera sección se abordan las cuestiones del control en Internet. Este control,

ejercido por los estados y/o empresas, establece una “arquitectura de libertad” (Castells,

2003, p. 5), en la cual se puede vigilar a los usuarios. Esto se da al permitir un libre uso de

Internet que, sin embargo, es sancionado si es inadecuado según los criterios de cada entidad.

Castells establece, entonces, que las tecnologías de identificación y seguridad (como las

contraseñas, cookies o procedimientos de autenticidad) le permiten al prestador del servidor

acceder en cualquier momento a esta información, lo que resulta en un oculto control de los

actos de los usuarios.

En la segunda sección se describe la historia de Arpanet, el antepasado más directo de

Internet. Arpanet fue inspirado en la libertad y apertura de la red para facilitar la comunicación

entre las universidades de los creadores. Se establece, entonces, la relación y diferencia que

tiene Arpanet con Internet, puesto que el segundo es la transformación del primero en un

negocio, que “puso en manos de la gente el poder de procesamiento informático y de

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comunicación en red” (Castells, 2003, p. 11). Además, gracias a la introducción de Arpanet, se

demuestra cómo fue viable la libertad en la red, y cómo debería serlo ahora.

En la tercera sección se aclara la diferencia entre los términos hackers y crackers. Los

hackers se encargan de la programación y desarrollo de “formas nuevas de procesamiento de

información y comunicación electrónica” (Castells, 2003, p. 11), justificados en la

innovación y libertad en la red. Los crackers, por el otro lado, son aquellos que perturban

procesos informáticos con fines autocomplacientes y egoístas. Como cierre, se establece el

debate entre seguridad y libertad, manifestado en la “regulación político-jurídica de la red [y]

(…) la autoprotección tecnológica” (Castells, 2003, p. 15) y la relación de este debate con

los hackers, crackers y la encriptación.

Por último, en la cuarta sección se establece la importancia de la encriptación en la

privacidad de los usuarios de Internet. La encriptación permite “la protección de la privacidad

[y] (…) el ejercicio de la libertad en la red” (Castells, 2003, p. 21), pero, al estar en el espacio

de Internet, sufre consecuencias como la comercialización, lo que la deja bajo el control de

empresas y, por ende, de estados. Por consiguiente, esto resulta en la falta de lo que Castells

denomina como “verdadera privacidad”, “verdadero control” y “verdadera libertad” (2003,

p. 24), y a su vez demuestra que “ninguna tecnología asegura la libertad” (Castells, 2003, p.

25).

Después de haber analizado cada sección del artículo, es pertinente afirmar que el

texto de Castells es iluminador e informativo, debido a que aclara y da a conocer conceptos

y parámetros de seguridad por los cuales se rige Internet. Estos parámetros tienen como

consecuencia la supresión de la supuesta libertad y privacidad brindada a los usuarios. Esta

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afirmación es, sin embargo, fácilmente contradicha por el economista Paul Rubin, quien ve

varios beneficios, en términos sencillos, en el uso de las cookies, al proporcionar una

información publicitara más acercada a los intereses del usuario. No obstante, es claro,

gracias a lo expuesto por Castells, que las cookies y otros métodos de identificación son solo

un negocio más del cual se aprovechan los estados para ejercer un control a los usuarios

mediante el acceso a su información, justificado en seguridad y mejor aprovechamiento de

Internet. Es, por lo tanto, una libertad limitada, que en últimas no es libertad. Se ofrece un

Internet libre, pero se le otorga al Estado y/o empresas otra oportunidad para ejercer control

sobre la población.

En suma, Castells presenta un artículo bastante relevante, puesto que expone le verdad

detrás de la seguridad, control y libertad en Internet. Se concluye, entonces, que Internet es

más complejo de lo que aparenta ser, y que lleva a cuestionamientos realmente profundos.

Internet, luego, no debe subestimarse, dado que es la plataforma más amplia y accesible para

conocer a la sociedad y tomar cualquier tipo de medidas a partir de ello.