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Debe comunicarse el pronóstico que se espera y las posibilidades en torno a la intervención, así
como los recursos y entidades disponibles, de esta forma se minimiza la incertidumbre. No se
recomienda dar demasiados detalles, ya que se corre el riesgo de aportar información errónea, lo
que puede generar confusión y desconfianza, tampoco deben darse falsas esperanzas.
Son servicios para atender a la infancia de 0 a 6 años con trastornos del desarrollo o en riesgo de
presentarlos. Son el principal recurso que lleva a cabo las intervenciones de Atención Temprana.
Tienen su origen en los años 70 y han ido evolucionando constantemente, ya que las
necesidades y demandas de la población a la que se dirigen se han ido transformando. Esta
evolución ha sido provocada por la aparición de otros tipos de servicios y entidades. Ejemplo:
el sanitario o el social. Su finalidad principal es la de promover una atención integral para toda
la infancia con trastornos del desarrollo o en riesgo de presentarlos.
Se ubican en lugares de fácil acceso, próximos a servicios como centros educativos, centros
sanitarios o servicios sociales. Para las familias es más sencillo acudir a los mismos y la
proximidad favorece que se desarrollen estrategias colaborativas entre los/as profesionales que
intervienen en los centros. Es importante que exista proximidad entre el entorno del niño/a y el
centro, ayudando a conocer sus necesidades y su situación individual y familiar. El espacio de
los CDIAT es compartido con otros servicios y se debe señalizar y diferenciar, teniendo en
cuenta la atención a la diversidad mediante pictogramas y otros sistemas aumentativos y
alternativos de la comunicación.
Esta sensibilización y prevención está dirigida a diversos colectivos, entre ellos las familias (las
que ya lo son, las que van a serlo y las que podrían serlo en un futuro). Los/as profesionales que
intervengan con familias o con infancia también deben ser formadas, realizando programas
dirigidos a las mismas.
Acciones que se realizan para mejorar el bienestar y el desarrollo del niño/a. El tipo de
actuaciones, la forma de llevarlas a cabo y la duración de las mismas, dependerán de la
situación y las características de la persona a la que se dirigen. Se centran en la infancia, su
familia y su entorno.
- Objetivos.
- Acciones.
- Temporalización.
- Recursos.
- Evaluación.
Tal y como afirma el Libro Blanco de la Atención Temprana (2005, p. 27), se entiende la
evaluación como “El proceso integral a partir del cual se valoran los cambios producidos
en el desarrollo del niño y en su entorno, la eficacia de los métodos utilizados. Su finalidad
es verificar la adecuación y efectividad de los programas de actuación en relación a los
objetivos planificados.” Debe llevarse a cabo una evaluación continua, que permita la
adaptación del programa a los cambios, imprevistos y necesidades que vayan surgiendo a
medida que avanza el mismo.
3. INVENTARIO DE DESARROLLO Y ATENCIÓN TEMPRANA (IDAT)
Escala que incluye todas las áreas del desarrollo para evaluar el nivel de la infancia según su
edad. El cuestionario establece una serie de ítems para cada tramo de edad. Ejemplo: de 30 a 36
meses, de 36 a 48 meses, etc. Hay que cubrir cada apartado conforme el niño/a realiza o no esa
actividad o si tiene esa capacidad. Es una forma de comprobar si las habilidades adquiridas a
nivel general a la edad cronológica del menor coinciden con las que ya posee.
Hay muchas diferencias interindividuales con respecto al desarrollo, ya que cada niño/a avanza
a su propio ritmo, lo que no implica que exista un trastorno o alguna dificultad. Para hablar de la
existencia de un trastorno tiene que haber un diagnóstico elaborado por varios/as profesionales.
Según Alfonso Hernández (2016, p. 23), “el Inventario de Desarrollo en Atención Temprana
mide acciones, capacidades o habilidades, de tipo cognitivo, motriz y socio-afectivo de los
niños”. Algunos de los ítems que se pueden encontrar en el IDAT son:
Existen múltiples clasificaciones sobre los trastornos del desarrollo empleadas a nivel mundial
por diversos profesionales. Cabe destacar el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos
Mentales, (DSM-V), elaborado por la American Psychiatric Association, la Clasificación
Estadística Internacional de Enfermedades, Traumatismos y Causas de Defunción, (CIE-
11), publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El DSM-V realiza una especificación de los trastornos mentales en la población infantil, pero no
es aplicable a menores con edades por debajo de los 3 años. La CIE no incluye especificaciones
relativas a la infancia. Estas dos clasificaciones de trastornos no son de utilidad en el campo de
la Atención Temprana, ya que su aplicación a menores de 6 años en un caso y de menores de 3
años de edad en el otro no es posible. En 1994, surge la Clasificación Diagnóstica de la Salud
Mental y los Desórdenes en el Desarrollo de la Infancia y la Niñez Temprana (la traducción
al castellano se retrasó hasta 1998). Esta clasificación sí tenía en cuenta a la infancia de menos
de 3 años y sí que sería de utilidad para la Atención temprana.