Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Amistad de Bichos
Amistad de Bichos
En un hermoso jard{in de pasto verde, lleno de flores y con el sol acariciando las
hojas; empieza un nuevo día. Los animalitos despiertan y con gran alegría
contemplan la primera mañana de primavera. Felices empiezan sus labores:
Afanadas, las hormigas, buscan las provisiones para el hormiguero. Los gusanos
caban sus cuevas subterráneas. Las arañas, apresuradas, tejen sus telarañas. Las
mariquitas, con sus colores, adornan el jardín. Los caracoles, esforzados, llevan sus
casas en sus espaldas. Las mariposas vuelan felices por todo el jardín, mostrando
los espléndidos colores de sus alas. Muy organizadas, las abejas, empiezan a
chupar el delicioso nectar de las flores; que anuncian una nueva primavera.
Una araña llamada Abril, se encuentra con su amigo de la infancia, el gusano Gary;
y juntos, charlando amenamente, caminan por el jardín.
Por otro lado, Haydee conoce a Mery la mariquita, y por la afinidad que tenían se
hacen amigas. Caminando por el jardín, que era muy grande, buscaban alguien que
las acompañe, les de protección y las guíe por ese lugar. Después de buscar y
buscar, encuetran a un caracol llamado Carlos, quien les hizo compañía y así se
hicieron amigos.
Los dos grupos de amigos caminaban por el jardín, hasta que se encuentran.
Haydee la hormiga habla con Gary el gusano, de tal forma que parecían ya haberse
conocido antes. Y gracias a ellos todos empezarona a conocerse y forjar una linda
amistad. Gary era uno de esos gusanos analítico y por cierto muy inteligente. Mery
era una mariquita muy simpática que confiaba mucho en Dios, lo que ella no sabia
es que podía volar. Abril era tranquila y generosa, también era un chica que
disfrutaba de la comida. Haydee era la más divertida y alegre del grupo, por cierto
muy entretenida. Carlos aparentaba ser un chico serío y maduro, pero en realidad
era inicente y pensaba como un niño.
Y sin perder más tiempo Gary fué a buscar comida, pero empezaba a oscurecer; así
que Abril empezó a tejer unas camas para proteger del frío al quinteto. Carlos y
Mery construyeron una pequeña carpa de palos y hojas, que había en el jardín para
que sea su refugio. Poco despues, Gary regreso con comida, y todos se
juntaronpara compartir. Mery antes de comer agradeció a Dios por las provisiones
y por haber conocido a tan lindos amigos. Todos con reverencia apoyaron la
oración y disfrutaron de la comida. Ya satisfechos, fueron a descansar a la pequeña
carpa.
Al día siguiente, Gary hizo despertar a todos y siguieron con el recorrido. Mery y
Gary iban a la cabeza charlando con alegría; mientras Haydee, Abril y Carlos iban
detrás de ellos hablando pero también reían en algunos momentos, debido a los
chistes del caracol. Todo iba muy bien pero pasaría algo muy triste...
- La primera vez que vine, vi una hermosa rosa roja; pero no pude acariciar sus
hermosos pétalos, ni sentir su delicado aroma- se lamentó Gary, y agregó – pero
ahora siento que lo lograré.
- Sí con la ayuda de Dios y con nuestro apoyo, lo lograrás – le animo Mery.
Tres abejas que volaban cerca de ellos escicharo la conversación. Se acercvaron, y
muy arrogantes, le dijeron a Gary:
- ¿Acaso no oí bien?, ¿ realmente crees que tú podsrás alcanzar esa rosa roja? –
dijo una.
- Esa rosa no es para un gusano como tú, solo es para las distinguidas abejas –
dijo otra.
- ¿Por qué no puede ser para mí? – preguntó Gary, y añadió – Yo la alcansaré.
- Eso si que no lo creo – dijo la última, y continuo – recuerda que eres un gusano
y te arrastras por el suelo, mientras nosotras podemos volar.
- Lamento decirte esto; pero las únicas que acariciaremos sus hermosos pétalos y
sentiremos su aroma, somos nosotras – dijo la más orgullosa, y agregó – Y ahora
nos vamos, no queremos perder el tiempo contigo.
- Adiós, nos vamos hacia la rosa roja, porque nosotras si podemos volar – dijeron
las otras dos abejas, y luego se fueron.
Lo que acababa de suceder dejó muy herido a Gary, y viendo Mery lo que pasaba
dijo:
- Sabes, no te sientas mal, porque si lo haces les darás toda la razón a ellos. Dios
nos hizo a cada uno especial y todos somos importantes para él. Las personas
que son orgullosas, no le agradan a Dios; y en su palabra dice que el que se
enaltece será humillado y el que se humila será enaltecido. Ya verás, Dios te
levantará más alto que a ellas, el esstu gloria y el que levanta tu cabeza. Yo sé
que sucederá.
- Sí, pero ellos tienen razón, yo no puedo volar. Me siento incapaz e inferior.
El resto del quinteto no sabía con detalle lo que había pasado; pero se dieron
cuenta pues ten{ian una idea de lo ocurrido.
- Vamos, no lees hagas caso – dijo Carlos.
- Sí, nosotros sabemos que lo lograrás – agregó Haydee.
De esta forma los amigos alentaron a Gary, y él recuperó los ánimos.
Ya en el fin del atardecer, los amigos lograron llegar al otro lado del jardín. Cuando
llegaron vieron, una hermosa rosa roja que estaba muy alto. El deseo de todos los
animalitos era llegar a ella. La noche cayó y todos descansaron con ese anhelo ensu
corazón. Pero durante la noche algo especial ocurriría con Gary...
Al día siguiente, Gary no aparec{ia por ning{in lado. Todos lo buscaban muy
preocupados, hasta que una hermosa mariposa se acerca a ellos y les dice:
- ¡Hola chicos!, soy yo.
- ¿Eres tú, Gary? – preguntaron todos asombrados.
- Sí amigos, ¡ahora soy una mariposa y puedo volar! – dijo, con emoción, Gary.
- Te lo dije, Dios cumple su palabra, con él todo es posible – dijo Mery, muy
alegre.
- Entonces no eras un gusano, ¡eras una oruga! – dijo Haydee.
- Sí – dijo Gary, y continuo - ¡ahora juntos alcanzaremos la rosa roja!
Todos los amigos estaban muy contentos por lo que había pasado y se ayudaron
mutuamente para lograr su objetivo. Abril tejió una telaraña a lo largo de la rosa,
por la cual subieron hacia la rosa, Haydee y ella. Carlos pudo subir por las hojas de
la rosa, aunque le costó mucho; mas por el aliento de Abril y Haydee, lo consiguió.
La única que quedó atrás fue Mery la maraquita, así que Gary le dijo:
- Vamos, tú puedes hacerlo.
- Pero no puedo hacerlo, ¿por qué me pides que lo haga? – preguntó Mery.
- Ahí esta, porque tú si puedes hacerlo – respondió Gary.
- ¿Cómo lo hago?- insistió Mery.
- Vuela, vuela conmigo y vamos a la rosa, los chicos nos esperan – le dijo Gary.
- ¡Pero yo no puedo volar!
- Tú puedes hacerlo. Solo extiende tus alas y vuela...
Mery la mariquita descubrió que también podía volar, y junto a su amigo Gary,
volaron hacia la rosa roja; donde los esperaban Carlos, Abril y Haydee.
Cuando llegaron, los otros chicos se alegraron; y se escuchó un grito:
- ¡¡¡ Lo logramos!!!