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MI VIDA

CASI

NORMAL

ESCRITO POR:
Devora Kim

INTRODUCCIÓN

Abrí la puerta de mi nuevo hogar, un apartamento pequeño pero muy limpio. Así
empiezo mi vida otra vez…
Bueno empezare desde el principio. Me llamo Vanessa Huerta. Estoy en la etapa
de rebeldía pero ¿la verdad?, no tengo a quien rebelarme… ¿la razón?, porque no tengo
padres desde que tengo 12. Sufrieron un accidente automovilístico cuando estaba en mi
concierto de piano. Había esperado ese día tanto. Largas horas de practica, sin salir y
tanta determinación que me sorprendía porque era una chica muy mimada por unos
padres ricos. No hacia nada por mi cuenta hasta este día. Les había insistido a mis
padres que vengan aun cuando estaban muy ocupados. Les dije que si no llegaban a
tiempo para ver mi presentación los odiaría. Pero ahora me arrepiento con mi vida por
haberles dicho eso, porque estaban un poco atrasados y trataron de llegar lo más rápido
posible que los llevó directamente a su muerte…

LA TORTURA

Nunca olvidare esa noche cuando estaba sentada ante un piano enfrente de un
publico sofisticado tocando las teclas con ira, porque no llegaron mis padres hasta que
mi profesora camino hacia mi y me susurro con lagrimas en la cara, “Tus padres
tuvieron un accidente, tienes que ir al hospital.” Al principio no lo podía creer, pensaba
que era una broma cruel pero mirando la cara de mi profesora supe que no era ni una
broma.

Mi profe me tomo de la mano y salimos corriendo hacia mi chofer y leal amigo Cristian.
Al parecer él también sabía lo que había ocurrido porque me abrazo y me dijo que todo
estaría bien. Nos subimos al auto y nos dirigimos al hospital. Las lágrimas no cesaban
hasta llegar al cuarto en donde se encontraba mi papá… Mi papá estaba echado con los
ojos morados y con muchas cortaduras en la cara.

“Papá dime algo!!! Lo que sea!! Por favor no me dejes, no te odio!!!” lo estaba agitando
histéricamente pero no obtenía una respuesta en cambio Cris me jaló para que deje de
agitarlo. Es decir que no me escuchaba. La enfermera trató de tranquilizarme pero me
puse peor y salí corriendo del cuarto y empecé a gritar:
“Mamá! Mamá! ¿Dónde estas?”

Estaba golpeando todas las puertas hasta que Cris y un doctor me agarraron. Luché
como nunca en mi vida y miré a Cris con dolor. ¿Por qué no me ayuda? Luché hasta ya
no poderme mover más.

Finalmente me tranquilicé un poco pero no dejaba de llorar. Pregunte con una voz débil
y temblorosa,
“¿Dónde está mi mamá? ¿Por qué no la encuentro?”
El doctor me miro a los ojos y me dijo,
“Tu mamá aún está en la sala de cirugía. Lamento decírtelo pero hay muy poca
esperanza de que sobreviva.”
No podía creer lo que me decían…
“¿Por qué? ¿Qué está tan mal?”
“durante la colisión las costillas se rompieron penetrando un pulmón. Se le hace muy
difícil respirar.”
Empecé a llorar amargadamente en forma similar a un gato mientras es torturado. Ya no
lo aguantaba más y al final lo ultimo que recuerdo es que antes de que todo oscureciera
Cris me atrapó…

Abrí mis ojos después de haber dormido sin sueños. Me senté y mire a mí
alrededor. Estaba en una cama y a mi lado estaba Cris dormido en una silla… Sonreí
por medio segundo hasta que me acordé de que mis papas estaban mal. Salí de la cama
y abrí la puerta con mucho cuidado para no despertar a Cris. Me dirigí hasta el escritorio
enorme de recepción y ahí estaba una señora vieja que olía a medicamentos pero que
tenía una cara amigable. “Disculpe, ¿dónde es la habitación de la señora Ximena García
de Huerta?”
Me miro y me sonrió diciendo “Un momento mamita.” Buscó en su registro y por fin
me dijo, “Está en la habitación número 501.”
“Muchas gracias.” Estaba en el mismo piso que el cuarto de mi papá.
Me dirigí al ascensor con el corazón pesado. Se cerró la puerta y mi dedo que estaba
temblando apretó el número 5.

Pasaron solo unos segundos pero sentía que era una eternidad. Se abrió la puerta y
camine lentamente hacia el pasillo… La primera puerta que vi y decía 501… ‘Aquí
estamos’ pensé pero no podía llegar a abrir la puerta.

‘¿Cómo estará mi mamá?’ La verdad no se cuanto tiempo pasó hasta que me atreví a
abrir la puerta. Ahí echada en la cama como una muñeca delicada de porcelana estaba
mi bella madre. Estaba conectada a millones de tubitos con maquinas. No aguantaba
verla así, quería sacar esos tubos y abrazarla, pero ni podía acercarme. Las lágrimas
empezaron a brotar en mis ojos. “Dios mío por favor no te lleves a mi mamá… Aún no,
porque yo la necesito…” Escuché la puerta abrirse, me limpie los ojos y me di la vuelta.
Ahí estaba parado Cris. Era el único que quedaba para cuidarme porque hasta donde yo
sabía no tenía tíos, tías, abuelos ni nadie.

Era la misma situación con Cris. Vino a trabajar con nosotros cuando tenía 18 para
ahorrar dinero para poder ir a la universidad. Ahora tiene 20 y me consideraba su
hermanita, y yo lo consideraba mi hermano/guardaespaldas que siempre me cuidaba.
Siempre va conmigo a todas partes. Era parte de mi pequeña familia. Mis papás lo
trataban como a un hijo más. Por lo tanto decidieron pagar las pensiones de su
universidad. Cris nunca me contó acerca de su familia… Cada vez que le preguntaba me
miraba con una sonrisa triste y una mirada perdida. Odiaba verlo así por eso dejé de
molestarlo con el tema…

AL CIELO

De repente las maquinas empezaron a hacer unos sonidos alarmantes. Miré con
los ojos grandes a las maquinas y luego a Cris. El me abrazo y salio gritando,
“ENFERMERA!” y lo escuchaba alejarse… Sabía que mi mamá estaba muriendo por
eso no podía seguir viéndola así, parecía estar sufriendo… Fui a su lado y le dije
susurrando con lagrimas cayendo incesablemente, “Mamita perdón por decirte todo eso,
perdóname por se tan malcriada después de todo lo que pasaste por cuidarme. Mami te
amo pero no te puedo ver así, tu cara esta lleno de dolor… Estoy dispuesta a dejarte ir
para no verte sufrir…” Ya no podía hablar más porque mis lágrimas me ahogaban.
“Mi bebé.” Me dijo apenas mi mamá… “Cuánto haz crecido….”
“Mamá por favor no me dejes sola…” le dije llorando.
“¿Pero qué dices? Si siempre estaré contigo…” y cerró los ojos.

En ese momento Cris entró y me dijo apresuradamente “Tu papá también esta sufriendo
un ataque!” Salí corriendo hacia el final del pasillo al cuarto 506 donde se encontraba
mi papá. Las enfermeras y los doctores corrían de un lado para el otro revisando para
ver que era el problema. Por mas que revisaban mas se confundían. Al parecer mi papá
no tenia mayores problemas como mi mamá pero su corazón estaba dejando de latir. El
monitor que señalaba el pulso empezaba a sonar con intervalos más largos.

Ya no entendía las palabras que me estaban diciendo. Todo era una gran confusión. Solo
se escuchaba ruidos y veía todo en cámara lenta. Salí caminando muy despacio al
pasillo. Mis piernas ya no me aguantaron y caí al suelo. Hasta este momento no creía
realmente que se morirían mis padres. Muy dentro de mí corazón sabía que era verdad
pero me negaba a creerlo.

Después de una hora o algo así salieron las enfermeras y los doctores de ambos cuartos.
Sin que me lo digan sabía lo que había pasado. Un doctor que atendió a mi papá dijo
“Hora de muerte: 02:16 a.m.” y otro doctor que atendió a mi mamá dijo “ Hora de
muerte: 02:16 a.m.”
‘Por lo menos se fueron al cielo juntos…’ Eso fue lo único que se me ocurría en ese
momento.

Fui a despedirme por última vez. Primero al cuarto de mi papá. Lo besé y le miré la cara
y juro haber visto una sonrisa. “Adiós mi queridísimo papá, por siempre te amaré y
recordaré…” Pensé que ya no podía llorar más pero estaba equivocada, no pude
soltarlo…

Cris vino y me dijo con mucho dolor “Ven Vane estas débil no comiste o dormiste bien
por tres días seguidos.”
“No puedo Cris, no puedo soltarlo. Dime que estoy soñando.”
“Te entiendo pero si sigues llorando sin descansar bien, capaz de que me vayas tu
también.”
“¿Cris que voy a hacer? Siento que me muero.”
“Tranquila yo te voy a cuidar, no te preocupes.”

Luego fui al cuarto de mi mamá para despedirme. Era más difícil de lo que podía
imaginar. La besé y noté que en su cara había una inmensa tranquilidad y paz. En sus
delicados labios, al igual que mi papá tenia una sonrisa sincera como si supiera un
secreto entretenido.
“Vamos Vane mejor que descanses…”
“Ya voy Cris solo dame cinco minutos más.”
Mi vestido carísimo que me compraron para mi presentación no era más que trapos
después de tres días seguidos sin cambiarme. Había elegido el más caro y el más bonito
de toda la tienda. Cuantos vestidos así daría para volver a ver a mis papás…

EL JUICIO
Después de tres largos años desde esa noche fría y lluviosa pasaron muchas
cosas….
Esa noche volvimos a la casa y llore hasta quedarme dormida. Así fue por un mes. La
casa tan grande y elegante se volvió fría y sin vida. Ya no aguantaba el colegio privado
porque todos sabían lo que había pasado y no me gustaba la atención que me daban que
era de simpatía y pena. Caminaba por los pasillos y todos empezaban a murmurar y a
apuntar. Finalmente explote cuando los profesores trataron de consolarme. Cuando de
costumbre Cris me vino a recoger yo estaba de muy mal humor…

“¿Cómo te fue hoy?”


“Lo odio! Todos hablan de mi, ya no lo aguanto!!!”
“…”
“Me puedo ir a otro colegio? A uno publico… Porfa!!!!! En donde nadie me conozca!!”
“Bueno si es eso lo que quieres…”
“De verdad?!?!?!? Eres lo máximo Cris te amo!!!!!! Muac!!”

Pero después nada se volvió fácil. Casi me llevan a una casa adoptiva porque aun era
menor de edad y sin padres. Cris lucho por mí hasta que legamos a la corte. Antes de
entrar Cris me explico que mi opinión y decisión eran importantes. Entramos a la sala y
todo empezó…

“¿Señor Cristian Quevedo por qué cree que es indicado para cuidar de la Señorita
Vanessa Huerta?”
“Porque trabaje con su familia por 5 años y también porque sus papás me hicieron jurar
que cuidaría de ella.”
“¿Como sabríamos si la cuida bien? ¿Siendo usted soltero?”
“La defendería con mi vida sin importar lo que pasara… La considero mi hermana.”
“Bueno ahora llamaremos a la Señorita Huerta que pase adelante.”

Con esa frase se me congelo el alma pero sabía que era un momento crucial en donde
mi opinión definiría mi vida. Con el corazón pesado pasé adelante. Me hicieron jurar
con una Biblia de que no mentiría dentro del salón…

“¿Señorita Huerta, usted cree que el joven Quevedo puede cuidar de usted?”
“Si Señoría.”
“¿Por qué cree eso?”
“Porque cuido de mi hasta ahora.”
“¿Usted quiere estar con el joven Quevedo?”
“Claro que sí porque lo considero mi hermano mayor. No puedo pensar en nadie mas
quien me pueda cuidar.”
“Muy bien, esta sesión se levanta hasta el día de mañana a las quince horas.”

Por fin!!!!!! Respiro otra vez. No fue tan difícil de lo que creí. Cris me abrazo y me dijo
que todo resultaría bien. Salimos y fuimos a comer a Burger King. No me di cuenta de
que moría de hambre hasta que olí las papas!!!!

Ordenamos nuestra comida y llevamos las bandejas a un rincón. Empezamos a comer y


las papas estaban deliciosas y crujientes… Luego nos pusimos a hablar pero era una
conversación con nuevas confesiones y verdades…
LA CONFESIÓN

“Vane te tengo que confesar algo…”


“Dime….”
“La noche de tu presentación…”
“Cris por favor no me hagas eso… Dime que no tiene nada que ver con mis papás…”
“La verdad sí peor creo que es algo importante.”
“Bueno… Te escucho…”
“Antes de entrar para ver tu presentación sonó mi celular, pensé que tu papá llamaba
para decir que estaba por llegar pero cuando escuché mucho ruido sabía que algo
andaba mal…”

Ya no me apetecían las papas y la hamburguesa que no fue tocado…

“Tu papá estaba susurrando, apenas podía escuchar lo que me decía, pero al final se me
ocurrió grabarlo…”

Entonces sacó su viejo celular de su bolsillo. Viejo y gastado pero bien usado… Apretó
unos botones y finalmente pude escuchar la voz débil de mi papá.

“Cris… Dile a la Vane… que la amo… y que lamento no haber ido… (suspiro
agonizado) pero… que siga con el… piano porque la estaremos escuchando… desde
arriba…” tu tu tu. La línea murió…

Juré no volver a tocar el piano y a llorar por mis padres… Pero ahora rompí mis
juramentos. Las lágrimas volvieron a caer. Le pedí a Cris que volvamos a la casa. En
cuanto llegamos corrí directo a mi cuarto y busqué debajo de mi colchón por la cajita en
donde estaba la llave que me esperó pacientemente por tres años…

Lentamente caminé hacia el salón que diseñaron mis papás solamente para mí. Metí la
llave en el hueco y di vuelta… Escuché que se abrió el seguro y di la vuelta a la
manija… Suspiré y miré el salón.
‘Aquí estoy de nuevo después de haber jurado no volver.’
El cuarto que tanto amaba en donde alguna vez entraba una brisa delicada por las
ventanas decoradas con cortinas rosadas ahora estaban con muchas capas de polvo viejo
que se fue amontonando junto con el tiempo.

Caminé hacia el gran piano que me compraron cuando cumplí 10 años. Era muy
especial porque fue pedido y hecho especialmente para mí. Era un gran piano blanco
bordado con oro y con mi nombre grabado también con oro elegantemente. Se veía algo
así:
Vanessa
Me senté frente al piano y pase mis dedos por las teclas cubiertas por polvo.
“Tantos años…”
Cerré los ojos y empecé a tocar ‘Cuatro Estaciones’ compuesto por Vivaldi. Era la
canción preferida de mis padres por sus melodías que describían las cuatro estaciones
del año con música. Sin que me de cuenta lágrimas acariciaban mis mejillas como
tratando de consolarme pero yo ya no estaba en este mundo. Me perdí junto con mis
pensamientos en mis recuerdos… Tenía 10 años otra vez… Estaba practicando el piano
y mis papás entraban con una sonrisa enorme y cubriéndome con besos… Daría mi
alma para volver a sentir esos labios.

Al final empecé a tocar Moonlight Sonata compuesto por el grandioso músico


Beethoven, era más deprimente con un toque tenebroso… Ya no daba mas, me agache
encima del teclado y lloré incontrolablemente, lloré como la niña que perdió a sus
padres. Mi vida pasaba frente a mis ojos como una película vieja que nadie mas quería
ver…

MI NUEVO HERMANO

Próximo día a las 02:15 p.m.

Dentro del auto camino hacia la corte no decía nada. Miré por la ventana con mis ojos
hinchados…
“Vane, te tengo que confesar otra cosa… Lo pensé mucho y creo que es hora de que te
enteres por mi a que te enteres en la corte.”
“Cris dime de una vez dime todo y no me sigas torturando.”
“Lo que pasa es que yo también tenia familia…”

Hasta este instante nunca me había contado de su vida personal sin que yo lo moleste
para que me cuente. Lo miré con asombro pero él estaba concentrado conduciendo pero
seguía hablándome…

“Yo no dudo de que la corte acepte que vivas conmigo pero creo que ya eres madura
para entender lo que hice…”

Yo pensaba ‘Dios que no sea muy duro lo que me va decir.’


“Dime…” Era el momento de la verdad…
“Hace 12 años cuando tenia 11 me escapé de mi casa porque mis papás eran exitosos y
ricos pero no aguantaba esa vida. Quería ser un niño normal que asistía a un colegio
normal con ropa normal y no elegante pero mis papás insistieron diciéndome que
debería ser sofisticado y tener todo lo mejor, ya no lo aguantaba… Por eso me fui para
no volver…”
“¿Y tu familia? ¿Tenias hermanos?”
“Sí, una hermanita adorable que tenia tres añitos cuando me fui.”
“La volviste a ver?”
“Sí porque busqué a mi familia que se había mudado después de haberme ido y la
encontré cuando tenía 18.”
“¿Cuando empezaste a trabajar con nosotros?”
“Ese mismo día…”
“¿Pero como?”

Lo miré y me di cuenta de que REALMENTE era mi hermano!!! Con razón sabia que
algo de el se me hacia familiar… Porque había visto fotos de mi “hermano mayor” pero
nunca me acorde de cómo era él y cuando les preguntaba a mis papás se ponían raros y
ya no les preguntaba mas. Pegué un grito tremendo y me impulsé para abrazarlo. Cris se
sorprendió y casi nos chocamos contra otro auto.

Me miró y me preguntó confundido “¿ No estás enojada?”


“Claro que no!! Sabía que era algo sospechoso cuando te dieron un cuarto y te
aceptaron tan rápidamente, pero ¿cómo viviste estos años, y tu apellido?
“Mamá y papá lo arreglaron todo porque insistieron que volviera cuando llamaba de vez
en cuando pero parece que no estaba listo para volver a tener esa clase de vida. También
insistieron en que te diga pero la verdad me daba mucha vergüenza por eso les rogué
que me dejaran “trabajar” para ellos y estar cerca de ti.”
“Cris ahora estamos solo los dos…” dije con un tono de tristeza y pena.
“Claro que no porque mamá y papá siempre nos cuidan.” Dijo apuntando al cielo…

Ya habíamos llegado a la corte. Tenia esperanzas nuevamente. Sentía que poco a poco
volvía mi vida otra vez. Ya no me sentía sola y deprimida porque sabía que tenía un
hermano que cuidaría muy bien de mí y que me quería un montón. Pararme ante el juez
era pan comido… y tal como lo predijo Cris todo salio excelente en cuanto a la
custodia.

MI VIDA CASI NORMAL

Un año después era una adolescente feliz que vivía con su hermano en otro país en
donde nadie conocía si trágica vida como si fuese una novela. Tenia muchos amigos que
no se interesaban en mi solo por lo que tenia o por mi hermano… (hablo de las chicas
viciosas). Mas bien eran mis amigos por la persona que era. Hasta encontré mi media
naranja. ‘¿Por qué será que le dicen media naranja?’ En fin se llama Sebastián Acosta
tiene 18, una sonrisa deslumbrante y me trata como si fuera alguien importante.
Me ayudó mucho cuando era nueva en el barrio. De paso es mi vecino!! ¿Podía ser más
perfecto? Bueno… recuerdo es día cuando llegamos y estuvimos descargando nuestras
cosas, vino Sebastián a ofrecernos ayuda. Yo era tímida y no podía mirarlo bien pero el
me sonrió y empezó a alzar cajas y a llevarlos dentro de la casa. Cuando por fin
terminamos de descargar todo nos sentamos los tres con latas frías de Coca-Cola debajo
del gran árbol frente a la nueva casa.

“¿Y como te llamas?” me preguntó sin dejar de clavar su mirada en mi rostro.


“Vanessa, pero todos me llaman Vane…”
“Que bonito nombre.”
‘Ay Dios mío me voy a desmayar!! Que bella sonrisa!!!!’ (esto fue lo que pensé)
“Eh… Um… Gracias…” mis manos estaban temblando y sentía que me ponía roja.

Pero para mi suerte Sebastián tenia una hermana que tenia mi edad. Se llama Stella y
ahora es mi mejor amiga. Tiene cabello largo, lacio y castaño. Unos ojos color almendra
y un parecido inmenso a Sebastián. Se puede decir que es muy bonita pero mas que eso
era una persona increíble. Tenía una sonrisa TODO el tiempo por eso parecía que sus
dientes perlados estuviesen pintados. Ya se imaginan como es, no?

Algo me decía que empezaba una nueva etapa en mi vida en donde no todo es tan malo.

LA HOGUERA

Primer día en la preparatoria… No pude dormir muy bien por los nervios. Me levanté a
las 05:30 a.m. y me metí al baño para darme un baño relajante de burbujas. Cerré los
ojos y simplemente disfruté de las fragancias y aromas de las diferentes sales que metí
en la tina. Después de un rato me quedé dormida…

Estaba en la casa grande en donde había crecido. Todo era perfecto otra vez… Pero de
repente empezó a llover fuerte como una tormenta, estaba tocando el piano cuando se
apagaron todas las luces y los relámpagos parecían atacarme y los truenos golpeaban
contra las ventanas como declarándome la guerra. Todo estaba girando y BOOM!!!! Se
rompieron los vidrios de la ventana y empecé a gritar.

“VANE!!! VANE!!! Que esta pasando?!?!?!?!?” me gritó mi hermano mientras


golpeaba la puerta del baño.

Me di cuenta de que solamente era una pesadilla y que el agua alguna vez llena de
burbujas y caliente, estaba tibio pero más frió que caliente y con una capa fina de
espuma.
“No pasó nada! Es que vi una araña… Ahora salgo…”

Mis manos parecían pasas. Recogí la toalla que había tirado al entrar al baño con mis
manos aún temblando del susto y me sequé…

“Apúrate que llegarás tarde en tu primer día!!!”


‘Gracias por recordármelo.’ pensé con rencor…
Al instante me olvide de mi pesadilla y me puse nerviosa con el tema de ir a un nuevo
colegio. ¿Los chicos aquí me tratarán bien? ¿Si no les caigo bien? Las dudas caían sobre
mí como la lluvia en el verano… Pero la peor y más temible duda era ¿si alguien se
entera de mis papás? Cris empezó a golpear la puerta de nuevo. Ya no tenía tiempo para
estar pensando en tonterías. Me vestí con unos pantalones negros y un canguro rojo…
Me miré en el espejo y tenia miles de razones para no ponerme eso pero ya era muy
tarde…

“Vaneeeeeeeee! Ya estamos media hora tarde!”


“Ya voy, ya voy!!”

Corrí abajo y casi me caigo de jeta en las gradas. Salí corriendo por la puerta y salté
dentro del auto y cerré la puerta.

“Vamos!!”

Esto era el momento de la verdad, sentía que caminaba hacia la hoguera. Ya puedo
imaginar lo que sentían las “brujas” de Salem. La adrenalina estaba fluyendo por mis
venas a mil kilómetros por hora y me dolía la cabeza, mis piernas perdían fuerzas…
“Vane, de veras quieres estar aquí?”
‘De veras quiero estar aquí?’ di un suspiro y con una sonrisa le dije:
“Si Cris esto fue decisión mía y creo que me va ir muy bien no crees?”
“Claro yo estoy seguro de que te va ir muy bien.”
Y fue tal como lo predijo…

NOTAS DE AMOR

Tenía muchas amigas y me hice amigos con los profesores. Peor mas que a nadie
adoraba a mi profesora de música. Era alta, muy delgada y siempre se ponía capas de
capas de maquillaje. A pesar de sus apariencias era una persona encantadora y única,
siempre me alentaba cuando me equivocaba al tocar el piano. Hasta me convenció en
hacer una presentación en el show de talentos!!

Al principio no estaba muy segura de mi misma pero mis amigas me apoyaron pero más
que nada estaba mí querido hermano. El es mi pilar de confianza porque cuando no
estaba segura de poder hacerlo él me dijo:
“Los tres te estaremos escuchando…”
“Tu y quien mas?” Pero me di cuenta antes de que me respondiera de qué hablaba de
mis papás…
“Ya, lo voy a tratar.”
“Esa es la Vane que conozco…”

Volví a practicar como nunca. Me esforcé para que salga a la perfección la pieza que iba
presentar. Era una mezcla de muchas composiciones y con partes que yo compuse.
Después de 5 meses de trabajo duro llegó el día que había esperado… Stella me diseñó
un vestido color lila cremoso, que era simple pero sofisticado con un tono femenino. Mi
cabello crespo castaño estaba suelto abrazando mi cuello con delicados rulos. Hace
mucho tiempo que no me veía tan elegante.
Me miré en el espejo y al principio no podía reconocer la figura que estaba ante mí peor
luego sentí una satisfacción enorme. Bajé por las gradas y ahí estaban los dos galanes de
mi vida, mi hermano y Sebastián. Me puse tan nerviosa pero me reí al ver que sus ojos
casi se salen. Mi hermano me sonreía y Sebastián me ofrecía su brazo y cuando lo tome
me dijo: “Te ves hermosa… Casi no te reconozco!!”
“ja ja ja gracias…” me sentía en las nubes!!!

Los tres nos subimos al auto y fuimos hacia la preparatoria. Los dos se hablaban pero no
escuchaba nada, estaba perdida en mi mundo otra vez… Mientras más avanzábamos
mas me ponía nerviosa. Me estaba mareando hasta que por fin llegamos a la prepa.

“Vane estas bien?” me preguntó Sebastián.


“Si, si estoy bien.”
“Segura?”
“Si, te lo prometo.”
“Bueno… Yo se que lo vas a hacer de maravilla.”
Con eso me dio un beso en la frente y me sonrió.

Entramos con las manos bien agarradas y todos me empezaron a saludar…


“Hola Vane!!”
“Que te vaya bien!”
“Buena suerte!”
“Te ves fantástica!!”
Con todo lo que me decían no podía decir nada y sonreía pero por dentro me armaba de
confianza y de valor. Pero para el colmo yo cerraba el programa. Al principio no quise
pero todos dijeron que era mejor. Habían muchas presentaciones en los cuales estaban
un monologo, comedia, canto, ventriloquia y mucho mas. Con cada acto que terminaba
me sentía más nauseabunda.

“Ahora el momento que todos esperaban… Denle una calida bienvenida y un fuerte
aplauso para la señorita Vanessa Huerta!!!”

Todo el público gritaba, silbaba y aplaudía. Parecía un público que estaba viendo un
emocionante partido de fútbol. Salí al escenario y me senté frente al gran piano… Todos
y todo se callaron. No se podía escuchar ni una mosca volando.

‘Bueno mamá y papá esta va para ustedes… Espero que les guste.’

Empecé a tocar y cerré los ojos. Tanto había cambiado en los últimos años. Crecí y
debía aceptarlo, ya no era mas una niña sin padres e indefensa. Perdí a dos familiares
pero conseguí un nuevo hermano y muchos amigos que ya formaban gran parte de mi
corazón. Tenía una vida CASI normal.

Cuando terminé, todos me alentaban y me apoyaban. Era un momento muy importante


y especial para mi, no porque había tocado bien sino porque había tocado notas de
amor…

EPÍLOGO
Después de todo esto sucedió que mi hermano encontró el amor de su vida y se casó con
Carla. Era una chica muy linda por fuera y por dentro. Estaba llena de alegría y era
alguien muy completa. Tuvieron un hijo muy lindo que se llamaba Martín con la sonrisa
más adorable de todo el mundo…

Yo? Me mudé a un apartamento pequeño pero muy limpio y obtuve una beca para la
Universidad de las Bellas Artes en Barcelona como aspirante pianista. Lo cual
significaba que tenía que mudarme a España.

Era un “adiós” muy duro para mis amigos y en especial a Sebastián pero para la
sorpresa de mi vida Sebastián consiguió un trabajo como ayudante de un famoso
arquitecto y Stella como diseñadora en Barcelona!!!! Stella y yo compartimos el
apartamento y después de un año más o menos estamos planeando nuestra boda con
Sebastián!!

Así comienza nuevamente mi vida CASI normal…

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