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CUENTO DE PRIMAVERA

En una ocasión, Padre Sol cabalgaba alegremente por el cielo azul mientras pensaba:
- Ya es hora de que llegue la Primavera. Madre Tierra y yo hemos de crear juntos la Primavera.
Entonces llamó abajo:
-Madre Tierra, mira hacia arriba, ha llegado el momento de la Primavera. Tenemos mucho que
hacer.
Madre Tierra miró hacia arriba desde su retiro invernal y respondió:
-Si, Padre Sol, realmente ya es hora de que llegue la Primavera. Derrama tus rayos resplandecientes
sobre la tierra. Entonces podremos crear juntos la Primavera.
El sol brilló cálidamente, mientras Madre Tierra iba de un lado a otro, y allí donde ella sacudía su
mano aparecían verdes retoños; más tarde, miles de capullos de colores como pequeñas estrellas
se irguieron hacia la luz del sol.
Las pequeñas orugas salieron de sus huevos y empezaron a comerse las hojas de las plantas. A las
plantas no les importaba- !tenían tantas hojas!- y las orugas crecieron gordas trabajando
activamente.
Una oruga acudió a Madre Tierra y empezó a refunfuñar:
-No está bien-dijo-las plantas tienen flores que pueden mecerse al viento y mirar al sol. Y yo he de
permanecer a la sombra de las hojas. ¿Por qué no puedo yo ser una flor y adorar al sol?
-Eres demasiado gorda-dijo Madre Tierra- tan sólo piensas en comer y en tu propio bienestar.
-Pero sé correr muy deprisa-dijo la oruga-.Dime cómo puedo convertirme en mosca. !Yo también
quiero adorar al sol!
-Tienes grandes ideas, pequeña larva- dijo Madre Tierra.
Entonces habló lenta y solemnemente:
-Existe una manera de llegar a ser distinto, pero es difícil y peligrosa. Aquel que vino del sol y trajo
nueva vida a la tierra fue quien enseñó cómo conseguirlo.
-!Dime, dime!-gritó la oruga- ¿qué es lo que debo hacer?
-Tienes que ser muy valiente y estar dispuesta a morir- dijo Madre Tierra-.
Primero tienes que hilar para ti misma un vestido de seda blanco. Debes ceñirlo bien apretado
alrededor de tu grueso y pequeño cuerpo, y después recostarte muy quieta y esperar. El vestido de
seda se pondrá completamente tieso, y te sentirás como si estuvieses cautiva. Tu cuerpo se
desvanecerá lentamente, y creerás que vas a morir. Mas cuando apenas quede algo dentro de ti,
un ángel vendrá del sol y moldeará tu nueva forma dentro de tu pequeña celda. Lentamente tu
nuevo y delicado cuerpo empezará a formarse, y con él podrás adorar al sol.
-Lo intentaré- dijo humildemente la oruga, y empezó a hilar el blanco vestido de seda.
Cuando el tejido que le envolvía se puso duro, se recostó muy quieta, esperando y esperando. El
tiempo se hizo muy largo. La oruga sintió que se desvanecía y se preguntó si moriría. Pero el ángel
vino del sol con su nueva forma y se la ajustó.
Poco a poco su nuevo cuerpo, mucho más delicado y hermoso, fue creciendo dentro de su
prisión...Finalmente, ésta se abrió con fuerza, y la oruga surgió a la luz del sol. Se dio cuenta de que
tenía alas doradas y de que podía volar hacia el sol.
Alegremente gritó:
-!Soy una flor que puede volar! Gracias Madre Tierra, gracias Padre Sol. Ahora realmente puedo
adorar al sol.
Así, la oruga que se había convertido en mariposa voló de flor en flor, cantando alegremente al Sol.
"Cuentos Infantiles" Ed. Rudolf Steiner
El hada primavera
Ana Gpe Perez Lomeli
Hace miles de años luz en cierta galaxia no muy lejana existia un planeta árido sin vegetacion. En
este planeta vivian miles de personas en una gran esfera que les protegia de los intensos rayos
solares y les fabricaba oxigeno En este planeta habia una pequeña niña a la que le gustaba mucho
leer cuentos de hadas y se deleitaba una y otra vez en la biblioteca astral observando tantas bellas
ilustraciones. ¡Que hermoso debió haber sido tantos colores, tanta vida! Cierto día pudo llegar a
donde nadie podía ir a la bodega astral y no podia creer lo que sus ojos veían, un libro único. Qué
podría contener se preguntó. Tanta fue su curiosidad que corrió al instante a tomarlo y al abrir su
primer página encontró una pequeña flor marchita y aun así le pareció hermosa, la acercó a su
rostro y pudo percibir el amor. ¡ Qué hermosa, y que rico huele! ¿Qué clase de flor podria ser
aquella?
- Es una rosa, le contesto una viejecita que se encontraba en esos momentos pasaba por ahí. La
niña derramó una lágrima y dijo como me gustaria poder verla viva. - Te gustaria eso, preguntó la
viejecita al momento en que se convertía en una hermosa hada. Sí, lo deseo con todo mi corazon,
exclamó la niña.
Bien entonces desde hoy en adelante tu serás la encargada de velar por la naturaleza, los árboles y
las flores. Desde hoy tú seras La Primavera.

¿Cómo Nació La Primavera?

Hace tiempo en la triste y fría comarca de Grisálida se convocó a un concilio de hadas del mundo,
asistían desde las más ancianas hasta las niñas hadas recién recibidas...
El hadaabuelamadrina dio la bienvenida y la consigna del día:
¡Necesitamos una comarca alegre!....Todas a poner ideas....
Casi todas dieron ideas pero ninguna convencía......
Hasta que una tímida niña hadita recién graduada levantó a mano y dijo:
¡Tenemos que inventar los colores, los gustos, las fragancias...
Y su primo el duende Verano dijo:
Y que todos se enamoren y no haga tanto frío...
Todas gritaron ¡SIII !!! Y aplaudieron.....
Esa madrugada en círculo todas tomadas de la manos, juntaron sus poderes e invocando las
palabras mágicas, de todas las varitas surgió un hermoso arco iris que inundó la comarca y parte
del mundo… y a los pájaros, a las flores, a las frutas y todo se llenó de bellísimos colores, trinos,
gustos y fragancias exquisitas, el clima se templó y todos andaban con las mejillas rosadas con
caras de enamorados.
Y así en agradecimiento de la hadita primavera y del duende Verano quedó el nombre de la nueva
estación: PRIMAVERA.

¿Cómo Nació La Mariposa?


Había una vez un gusanito, que se llamaba Mario. Él era muy simpático, pero también vago y
travieso. Tenía muchos amigos, y él siempre los visitaba ó iban ellos a jugar con él. Mario dijo: Hoy
voy a ir a visitar a mi amiga, la rosa. -Pero Mario- le dijo la mamá: - ¡ Ya es tarde, además la radio
dijo que iba a llover, y la rosa vive muy lejos. -¡Mamá!- dijo Mario- No pasa nada. Ya soy grande. -
Hijo, pero apenas tienes dos semanas, tienes que atravesar el bosque, cuidarte que no te coman
los pájaros, está lleno de sapos. -¡No pasa nada mami! ¡Yo soy un capo! - Andá y vuelve rápido, por
favor- suplicó, la madre preocupada. Y Mario salió cantando, saludando a todos los amigos que
encontró en el camino, y cuando entró en el bosque, iba por debajo de las hojas para que los sapos
y los pájaros no lo descubrieran. Llegó a la planta donde estaba su amiga, la flor de rosa. Empezó a
subir despacito y cuidando de no pincharse con las espinas. Y llegó hasta la flor. -¡Hola rosa! ¿Cómo
estás? - ¡Qué sorpresa Mario!- dijo la rosa - ¡Te esperaba más temprano.! - Mira, lo que pasa es que
me quedé charlando y jugando con los amigos. ¡Pero .....¿No estás contenta de que te vine a
saludar? - No, no es eso, me encanta, lo que pasa es que es tarde, son las cinco de la tarde, y a las
seis oscurece y de noche te puede comer la lechuza. ¡Además está por llover!: - dijo la rosa. ¡Mira
como se viene el cielo todo blanco! - Parece una gran tormenta. Tu familia debe estar muy
preocupada. - ¡ No pasa nada! – dijo Mario. En eso empezaron a caer las primeras gotas. Y se hizo
de noche. - ¡Mario!- dijo la rosa. - ¡Si te vas ahora te va a agarrar la lluvia y te puedes ahogar. ¿Por
qué no te quedas a dormir aquí. Yo te tapo con mis pétalos. Mario asustado, dijo - Bueno. Y fue una
gran tormenta, y era de plasticola, por eso se veía todo blanco. Pasó la noche, la tormenta y vino el
día. La rosa despertó a Mario, y le dijo: - Arriba Mario, tienes que irte, porque en tu casa deben
estar preocupados. - ¡Bueno! - dijo Mario, y quiso salir. -Hum…Hum…Hum… (Hizo fuerza y no
pudo). - Ah!, ya sé - dijo la rosa. - ¡Fue la tormenta de plasticola y quedaste pegado a mis pétalos!. ¡
Dale, has fuerza para salir! - Hum…Hum…Hum… De la gran fuerza que hizo salió despedido de la
flor, pero con dos pétalos pegados. - ¡ Meeee caiiigo! ¡ Meee vooooy a maaaaatar!- gritó Mario -
Esss muuuy aaaalto. - ¡Muévete! - ¡dijo la rosa. Y Mario se empezó a mover y se movieron los
pétalos, y Mario empezó a planear. ¡Vuelo! ¡Vuelo! ¡Vuelo! - dijo Mario. Y moviendo los pétalos, se
fue volando hasta su casa. Mario se enamoró de una gusanita normal, se casó y sus hijitos nacieron
con alas ¡Así nacieron las mariposas! les quedó el nombre de mari por Mario, rosa por la flor, pero
como mi impresora andaba mal no salía la R completa, le faltaba una patita y salía P, y quedó
MARIPOSA para siempre. Y como quedó grabado genéticamente, las mariposas visitan siempre a
las rosas.
 
CUENTO: Dos flores orgullosas
(Adaptación del cuento de Carlos Asorey)

 En primavera el campo se llenó de flores de todos los colores.


-¡Cómo me gusta la primavera! –exclamó una margarita-. Gracias a nosotras, las margaritas, el
campo está precioso.
A su lado había una hermosa amapola que le dijo:
-El campo está precioso en primavera, pero gracias a nosotras, las amapolas.
- No digas tonterías –replicó la margarita, ofendida-. Yo soy más guapa que tú, con mi corazón
amarillo y los pétalos blancos.
-De eso nada. Yo soy mucho más guapa. Tengo unos grandes pétalos rojos y muy buen olor.
Siguieron peleándose sin llegar a ningún acuerdo. Finalmente la amapola dijo:
-Te desafío a contar cuántas abejas se posan en cada una de nosotras. La que consiga más abejas
será la flor más bella.
Las dos dijeron que habían ganado y siguieron discutiendo y tirándose de los pétalos.
De pronto una lagartija que tomaba el sol en una piedra dijo:
- ¿Queréis callaros?. No puedo descansar con vuestros gritos.
-Dinos, lagartija, -le dijeron las dos flores- ¿quién es la más bonita de las dos?
- Las dos erais bonitas antes, pero ahora estáis horribles con los pétalos arrancados.
Las flores oyeron un extraño ruido: Ia, ia, ia,…
- ¿Qué ruido es ese?
- Es el rebuzno de un burro –contestó la lagartija.
-¡Qué animal más feo!
- Pues tened cuidado- dijo la lagartija- porque los burros comen flores y cuanto más bonitas más le
gusta comérselas.
 El burro se acercó a las flores.
- Oye, burro, si tienes hambre cómete a la amapola.
- No le hagas caso. ¡Cómete a la margarita!, que ella dijo que era más bonita.
- Estas flores parecen deliciosas- dijo el burro-. Voy a comerme a las dos.
De repente, una abeja picó al burro en una oreja y se fue al galope.
- ¡Qué suerte!. –exclamó la margarita- nos hemos salvado por los pelos, digo por los pétalos.
- Hemos sido tontas. No debemos pelear más ni ser tan orgullosas.
Desde entonces las dos flores fueron muy buenas amigas.

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