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Prescripción Extintiva. Noción
Prescripción Extintiva. Noción
Exp. 2013-000398
Magistrado Ponente: Luis Antonio Ortiz Hernández
serán tomadas en cuenta para decidir, al ser el último día del lapso para
de Procedimiento Civil.
200 eiusdem.
RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
-I-
incongruencia negativa.
Expresa la formalizante:
“...CAPITULO III
INFRACCIONES DE FORMA
PRIMERA DENUNCIA DEL VICIO DE
INCONGRUENCIA OMISIVA
Al amparo de lo normado en el ordinal 1° del artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción
del artículo 12 y del ordinal 5° del artículo 243 del mismo
texto adjetivo civil, por adolecer el fallo recurrido del vicio
de incongruencia omisiva, también denominado
incongruencia negativa.
Con relación a ello, el ordinal 5° del artículo 243 del Código
de Procedimiento Civil, establece los presupuestos para que
la sentencia llene el requisito de la congruencia, entre ellos,
que la decisión debe ser con arreglo a la pretensión
deducida, y el artículo 12 ejusdem, (sic) consagra que el
juez debe atenerse a lo alegado y probado.
Respetables Magistrados, la demandante en el petitum de su
libelo señaló que demanda a mi poderdante 1) (omissis) “… a
los fines de obtener la unanimidad que establece la Ley
para reformar parcialmente el citado Documento de
Condominio…” (omissis) y 2) (omissis) “…para que
convenga en la Nulidad parcial de la cláusula Quinta del
referido Documento de Condominio, quedando redactada
dicha cláusula…” (omissis)
El fallo recurrido obvia pronunciamiento alguno respecto a
la acción mero declarativa de (omissis) “…obtener la
unanimidad que establece la Ley para reformar
parcialmente el citado Documento de Condominio…”
(omissis), al extremo que en el dispositivo de ese fallo,
nada señala respecto a esa acción.
En efecto, al juzgado A quo en el fallo recurrido, omite
pronunciamiento respecto a la acción mero declarativa de
obtener la citada unanimidad, al extremo que señala
reiteradamente en el cuerpo de dicho fallo que el juicio de
actas es por NULIDAD PARCIAL DE DOCUMENTO DE
CONDOMINIO y fue precisamente esa omisión de
pronunciamiento respecto a la citada acción mero declarativa
la causa determinante para que la demanda fuese declarada
con lugar, porque de haberla analizado habría concluido ex
oficio sobre la inadmisibilidad de la demanda propuesta por
inepta acumulación de pretensiones, ex artículos 78 y 341
del Código de Procedimiento Civil, en orden a que fueron
acumuladas ineptamente dos pretensiones principales así: la
mero declarativa in comento, y la de nulidad también citada,
sin señalarse una como subsidiaria de la otra, con el
agravante que en el mismo libelo se pretendió la redacción
de la reforma del documento de condominio, como suerte de
otra acción mero declarativa de certeza.
Por lo expresado, la omisión de pronunciamiento o ausencia
de decisión conforme a todas las pretensiones acumuladas en
el libelo, y que en el caso en concreto, es sobre la pretensión
relativa a obtener la unanimidad que establece la ley para
reformar parcialmente el citado Documento de Condominio,
da lugar a una incongruencia entre lo peticionado al órgano
jurisdiccional y la producida por éste, ya que estaba obligado
el sentenciador a decidir de acuerdo con lo solicitado por la
actora (artículo 243, ordinal 5° del Código de Procedimiento
Civil), declarando así, algo distinto a lo reglado en la ley, ya
que fue proferidas la sentencia de marras con prescindencia
total de pronunciamiento respecto a esa acción mero
declarativa de certeza, y esa omisión configura el vicio de
incongruencia omisiva, conocido también como vicio de
incongruencia negativa y así solicito se aprecie y declare.”
(Destacados de lo transcrito).-
siguiente:
“...el constituyente de 1999 acorde con las tendencias de otros
países consagró el derecho a una justicia, accesible, imparcial,
oportuna, autónoma e independiente, y estos aspectos integran la
definición de la tutela judicial efectiva por parte de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), cuyo
artículo 8 dispone que el derecho de acceso a los órganos de justicia
consiste en “...la determinación de sus derechos y obligaciones de
orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter...”. Es
decir, la tutela judicial efectiva comprende, no sólo el acceso a
una vía judicial idónea para la resolución de los conflictos
surgidos entre los ciudadanos a través de la aplicación objetiva del
derecho mediante una sentencia justa, sino también la garantía de
que gozan las partes para ejercer oportunamente los medios
recursivos contra las providencias jurisdiccionales, a fin de que
puedan ser revisadas en un segundo grado de la jurisdicción...”.
(Negrillas y subrayado de la Sala).
“…La jurisprudencia de la Sala de Casación Civil ha ido
delimitando esas áreas que en el campo del proceso civil
interesan al orden público , y en tal sentido ha considerado
que encuadran dentro de esta categoría, entre otras:
1.- Las materias relativas a los requisitos intrínsecos de
la sentencia,
2.- Las materias relativas a la competencia en razón de la
cuantía o la materia,
3.- Las materias relativas a la falta absoluta de citación
del demandado, y
4.- Las materias relativas a los trámites esenciales del
procedimiento…” (Fallo N° RC-640 del 9-10-2012, Exp.
N° 2011-31). (Destacados del fallo citado).-
La doctrina de esta Sala tiene establecido, que los requisitos
intrínsecos de la sentencia contemplados en el artículo 243 del Código
de Procedimiento Civil, son de estricto orden público . En este sentido,
se ha señalado que los errores in procedendo de que adolezca una
sentencia de última instancia, constituyen un síntoma de injusticia que
debe reprimirse por medio de la nulidad de la sentencia, pues los errores
de tal naturaleza se traducen en violación del orden público , por lo cual
esta Sala de Casación Civil, en sentencia Nº 830 del 11 de agosto de
2004, caso Pedro Alejandro Nieves Siso y otros, contra Carmen Díaz de
Falcón y otros, expediente Nº 2003-1166, señaló lo siguiente:
“...Esta Sala de Casación Civil, en sentencia Nº 435 de fecha 15 de
noviembre de 2002, caso José Rodrígues Da Silva contra Manuel
Rodrígues Da Silva, expediente Nº 99-062, señaló lo siguiente:
La Sala ha indicado de forma reiterada el carácter de orden
público de los requisitos formales de la sentencia, por lo que, al
detectarse una infracción en este sentido, le es dable ejercer la
facultad consagrada en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, para casar de oficio el fallo recurrido.
En tal sentido, la Sala en sentencia Nº 72, de fecha 5 de abril de
2001, Exp. 00-437, en el caso de Banco Hipotecario Venezolano,
C.A., contra Inversiones I.L.L.C.C., C.A., ratificó el siguiente
criterio, que hoy nuevamente se reitera:
‘...Los requisitos intrínsecos de la sentencia contemplados en el
artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, como se ha
establecido en numerosos fallos de esta Sala, son de estricto orden
público. En este sentido, se ha señalado ‘que los errores in
procedendo' de que adolezca una sentencia de última instancia,
constituyen -como atinadamente expresa Carnelutti- ‘un síntoma de
injusticia que debe reprimirse por medio de la rescisión de la
sentencia’, en cuanto que los errores de tal naturaleza se traducen en
violación del orden público, por en fin de cuentas reconducirse en la
vulneración de alguna ‘de las garantías no expresadas en la
Constitución’. (Sentencia de fecha 13 de agosto de 1992, caso
Ernesto Pardo Morales contra Carlos Lanz Fernández, expediente Nº
91-169, Sentencia Nº 334)...’.
El artículo 12 ibídem preceptúa:
“Los Jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán
conocer en los límites de su oficio. En sus decisiones el Juez debe
atenerse a las normas del derecho, a menos que la Ley lo faculte para
decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo alegado y probado
en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera de éstos, ni
suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni probados. El
Juez puede fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se
encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas de
experiencia. En la interpretación de contratos o actos que presenten
oscuridad, ambigüedad o deficiencia, los Jueces se atendrán al propósito
y a la intención de las partes o de los otorgantes, teniendo en mira las
exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe.”
formalizante.
En tal sentido cabe señalar, que la legitimidad de la recurrente no
Así las cosas, constituye criterio pacífico y reiterado de esta Sala
tratadistas en la materia:
“….Legitimación para recurrir.- Que las partes en el proceso deben ser
legítimas, es precepto tradicional en la teoría de la legitimidad, pero en
casación se requieren otras condiciones formales que, si bien implícitas
en el proceso de instancia, se hacen más evidentes en el juicio de
casación: a) Es necesario haber sido parte en la instancia, o sea, haber
actuado en primero o segundo grado; b) Es indispensable tener interés, y
esta condición parece esencialmente adherida a la legitimación para
obrar, aun cuando sea posible advertir algunas diferencias entre ambos
conceptos; c) Es necesario que haya un perjuicio, es decir, una parte
vencida, total o parcialmente, y una parte triunfadora total o
parcialmente. En síntesis, para ser recurrente se requiere legitimación
activa en el perdidoso y, para ser recurrido, legitimación pasiva en el
triunfador…” (Cuenca, Humberto; Curso de Casación Civil, Ediciones
de la Biblioteca, Caracas, 1980, pp. 433 y 434).
“…No cabe acceder a la casación si se agrava la situación jurídica del
recurrente; y que nadie puede erigirse en defensor de un interés que, por
no ser propio, sólo puede ser defendido por la parte que en el pleito lo
ventilaba…” (vide: De la Plaza, Manuel; Derecho Procesal Civil
Español, Volúmen 2, Madrid, 1955, p. 809). (Subrayado de la Sala).
“…A un litigante no le incumbe la defensa de su adversario ni la de otro
litigante…” (Taboada Roca, Manuel; Los requisitos de Procedibilidad en
la Casación Española, Editorial Montecorro S.A., Madrid, 1980, p. 26)
…”. (Subrayado de la Sala).
alegato nuevo hecho por primera vez ante esta Sala, dado que revisada
En tal sentido cabe señalar, que existe una evidente falta de
hizo.
Bolivariana de Venezuela.
Al respecto, esta Sala en su fallo N° RC-271 del 2-5-2007, Exp. N°
2006-741, dispuso lo siguiente:
“Ahora bien, la Sala observa que el alegato de la interrupción de la
prescripción es un hecho nuevo que los recurrentes han formulado
por primera vez en el escrito de formalización del recurso de
casación, lo que le impide a esta Sala su conocimiento.
En efecto, de conformidad con las normas que regulan las funciones
de esta Sala en el conocimiento del recurso de casación, resulta
evidente la naturaleza de tribunal de derecho que le es atribuida, sin
que pueda constituirse en una tercera instancia, lo cual impide
cualquier posibilidad de que ante ella se aleguen por primera vez
hechos, que han debido ser objeto de debate y prueba en las
instancias del proceso.
Un ejemplo de ello está contenido en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, de conformidad con el cual “En su sentencia
del recurso de casación la Corte Suprema de Justicia, se
pronunciará sobre las infracciones denunciadas, sin extenderse al
fondo de la controversia, ni al establecimiento ni apreciación de los
hechos que hubiesen efectuado los jueces de instancia…”, lo cual
constituye la norma rectora y el principio general de que la Sala debe
velar por la correcta interpretación y aplicación de la ley.
Aunado a ello es oportuno indicar que si bien el artículo 320 del
Código de Procedimiento, establece algunas excepciones que
permiten a la Sala controlar el error en el juzgamiento de los hechos,
sea de derecho o de hecho, ello sólo es posible si el juez de instancia
se ha equivocado al juzgar las pruebas y fijar los hechos que
hubiesen sido oportunamente alegados y demostrados en el proceso,
bien porque cometió un error en el establecimiento o valoración de
los hechos y de las pruebas, o incurrió en algunos de los casos de
suposición falsa. No obstante, se repite, en esos casos existe un
pronunciamiento del juez sobre los hechos, por haber sido alegados
oportunamente en el proceso y, por ende, sometido a su
consideración, y la parte considera que dichos hechos fueron
erróneamente juzgados, esto es: los hechos fueron alegados
oportunamente en las instancias procesales, en las cuales la otra parte
tiene oportunidad de ejercer su derecho de defensa y contradicción y,
por ende, fueron incorporados oportunamente para la consideración y
decisión del juez.
Por el contrario, no es posible permitir la alegación de hechos
nuevos en casación, por cuanto ello implica la negación del
derecho de defensa de la otra parte, y es opuesto a la naturaleza
propia de esta Sala, la cual no podría entrar a considerar hechos
nuevos que no fueron juzgados por los jueces de instancia, por no
haber sido presentados con anterioridad en el proceso y, por ende,
no formar parte del tema que fue sometido a consideración del juez
que dictó la sentencia recurrida.”
Esto no puede ser entendido como una demanda mero declarativa,
inmueble, como condómino y que este asuma las obligaciones que tiene
-II-
inmotivación.
Señala la formalizante:
“…SEGUNDA DENUNCIA, VICIO DE INMOTIVACIÓN
Con sujeción a lo dispuesto en el ordinal 1° del artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción
del artículo 12 y del ordinal 4° del artículo 243 del mismo
texto adjetivo civil, por adolecer el fallo recurrido del vicio
de inmotivación.
El vicio de inmotivación se configuró en la sentencia
recurrida, porque las razones expresadas por el juzgado a
quo no guardan relación con la pretensión deducida, ni las
defensas aducidas, en cuyo supuesto fáctico, los motivos
aducidos en dicho fallo, a causa de su manifiesta
incongruencia con los términos en que quedó circunscrita la
litis, deben tenerse jurídicamente como inexistentes, tal y
como de seguidas detallo.
La demandante en el petitum del mismo señaló que demanda
a mi poderdante 1) (omissis) “…a los fines de obtener la
unanimidad que establece la Ley para reformar
parcialmente el citado Documento de
Condominio…” (omissis) y 2) (omissis) “…para que
convenga en la Nulidad parcial de la cláusula Quinta del
referido Documento de Condominio, quedando redactada
dicha cláusula…” (omissis)
Mi representada adujo en su descargo en el escrito de litis
contestación, que el documento de condominio sólo puede
ser modificado a través del procedimiento establecido en la
Ley de Propiedad Horizontal, requiriendo la unanimidad de
los condóminos y siguiendo con los mismos trámites y
requerimientos para el registro del documento de condominio
modificado.
El juzgador de la recurrida – como si se tratase de un recurso
de amparo constitucional y no una acción de nulidad-
consideró que era cierta esta defensa, pero que por la
naturaleza y fundamentos de la pretensión, en virtud de
denunciarse la violación de un derecho constitucional, ese
tribunal debía analizar la cláusula del documento de
condominio que se pretendía anular, para determinar la
procedencia o no de la demanda incoada, concluyendo que la
cláusula quinta del documento de condominio se encontraba
afectada de nulidad parcial, sin señalar argumento alguno
que permitiese modificar el documento de condominio con
prescindencia del procedimiento establecido en la Ley de
Propiedad Horizontal, y sin la unanimidad de los
condóminos, limitando su pronunciamiento al respecto en
que esa cláusula quinta se encontraba afectada de nulidad
parcial, por contener infracciones de orden constitucional y
que por ello, forzosamente debía declarar con lugar la
demanda de nulidad.
Resulta incongruente esta motivación de la recurrida, porque
la misma no guarda relación con la pretensión de obtener la
unanimidad que establece la Ley para reformar parcialmente
el documento de condominio, ni con la defensa relativa a que
la reforma de ese documento solo se puede hacer a través del
procedimiento establecido en la Ley de Propiedad
Horizontal, requiriendo la unanimidad de los condóminos y
siguiendo con los mismos trámites y requerimientos para el
registro del documento de condominio modificado, y ello se
corrobora aún más en el texto del fallo recurrido, porque
declaró la nulidad parcial del documento de condominio, con
base en presuntas infracciones de orden legal y
constitucional, reformándolo y redactando el nuevo
contenido de la cláusula quinta del documento (sic)
condominio sin el procedimiento a ese fin dispuesto en la
Ley de Propiedad Horizontal, cuyo trámite requiere, entre
otros requisitos, la decisión unánime de la asamblea de los
condóminos.
En derivación configurada en la recurrida el vicio de
inmotivación, solicito a este máximo tribunal, que así lo
aprecie y lo declare.” (Destacados de la denuncia).
“...El requisito de la motivación del fallo se fundamenta en el principio
de legalidad de los actos jurisdiccionales. La tutela judicial eficaz
requiere respuestas de los órganos de administración de justicia, que
estén afincadas en motivos razonables, por lo que es necesario que toda
sentencia contenga los motivos de hecho y de derecho en que apoye su
dispositivo para el conocimiento y la comprensión de los litigantes,
como condición y presupuesto para el control de la legalidad del
pronunciamiento, mediante la proposición de los recursos ordinarios y
extraordinarios que la ley otorgue a las partes que tengan legitimación
para oponerlos. Si no consta en el acto jurisdiccional la motivación
sobre los supuestos de hecho o la cuestión de derecho, se configura el
vicio de inmotivación o falta de fundamentos, cuya consecuencia es, se
insiste, la obstaculización para la verificación del control de la legalidad
del dispositivo de la sentencia.
El procesalista Leopoldo Márquez Añez explicó que el requisito de la
motivación se incorporó en nuestra legislación desde la promulgación
del Código de Procedimiento Judicial de 12 de mayo de 1836 (Código
de Aranda). Asimismo, aludió al hecho de que en nuestras primeras
constituciones existió una norma de carácter procesal. Sobre el
particular comentó que:
El requisito de la motivación se consagró por primera vez en la
Constitución de 15 de agosto de 1819, cuyo artículo 12, Sección
Tercera, exigía que “Todo tribunal debe fundar sus sentencias con
expresión de la ley aplicable al caso”. Esta consagración constitucional
de la motivación representó un hito en la historia de las instituciones
procesales en Venezuela, tanto más destacado y relevante, cuanto que
ello significó la ruptura radical con el derecho español, que había
eliminado el requisito de motivación de las sentencias desde 1778. En
efecto, por Real Cédula de 23 de junio de 1778, Carlos III mandó
derogar la práctica de motivar las sentencias, con la siguiente
justificación: "Para evitar los perjuicios que resultan con la práctica… de
motivar sus sentencias, dando lugar a cavilaciones de los litigantes,
consumiendo mucho tiempo en la extensión de las sentencias, que
vienen a ser un resumen del proceso, y las costas que las partes se
siguen; mando, cese en dicha práctica de motivar las sentencias,
ateniéndose a las palabras decisorias...”. (Motivos y Efectos del Recurso
de Forma en la Casación Civil Venezolana, Colección de Estudios
Jurídicos n.° 25, págs., 31-33)
Igualmente, esta Sala Constitucional en reciente decisión n.° 889/2008
del 30 de mayo, y que hoy se reitera, señaló respecto a la necesidad de
motivación de la sentencia lo siguiente:
...la motivación del fallo debe estar constituida por las razones de hecho
y de derecho que expresan los jueces como fundamento de su
dispositivo; las primeras están formadas por el establecimiento de los
hechos con ajustamiento a las pruebas que los demuestran y, las
segundas, por la aplicación a éstos de los preceptos y los principios
doctrinarios atinentes; por tanto, el vicio de inmotivación en el acto
jurisdiccional consiste en la falta absoluta de afincamientos, que es
distinto de que los mismos sean escasos o exiguos, lo cual no debe
confundirse con la falta absoluta de motivación, que puede asumir varias
modalidades: a) que la sentencia no presente materialmente ningún
razonamiento; b) que las razones que haya dado el sentenciador no
guarden relación alguna con la pretensión o la excepción, de modo que
deben tenerse por inexistentes jurídicamente; c) que los motivos se
destruyan los unos a los otros por contradicciones graves e
irreconciliables y; d) que todos los motivos sean falsos.
También ha sostenido esta Sala, atenida a los diuturnos, pacíficos
y consolidados criterios doctrinales y jurisprudenciales reiterados
que, ad exemplum , se vierte a continuación, que la falta absoluta de
motivos puede asumir varias modalidades, a saber:
d) Que todos los motivos son falsos. Caso en que los motivos sean
tan vagos, generales, inocuos, ilógicos o absurdos que impiden a la
alzada o a la casación conocer el criterio jurídico que siguió el juez para
dictar su decisión, caso éste también que se equipara a la falta de
motivación. (Véase sentencia Nº 83 del 23/3/92, caso: Juan Nazario
Perozo, contra Freddy Victorio Escalona Cortez y otros, reiterada
mediante fallo Nº RC-182 del 9/4/08, Exp. 2007-876, entre otras, caso:
Marlene Evarista Revete Abreu y otros, contra la Asociación Civil Unión
de Conductores del Oeste).
edificio.
Esto no puede ser entendido como una demanda mero declarativa,
inmueble, como condómino y que este asuma las obligaciones que tiene
los gastos comunes de un inmueble, del cual tiene una obligación como
cual sea compelido para que exponga y pruebe los motivos por los cuales
-III-
indeterminación de la controversia.
Por vía de argumentación, la formalizante expresa:
“…TERCERA DENUNCIA VICIO DE INDETERMINACIÓN DE
LA CONTROVERSIA.
Al amparo de lo normado en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 12 y ordinal
3° del artículo 243 del mismo texto adjetivo civil, por adolecer el fallo
recurrido del vicio de indeterminación de la controversia.
Este vicio se configura cuando el juez incumple con su deber de señalar
en el cuerpo de la decisión, la forma en que quedó planteada la
controversia, mediante el establecimiento de los hechos y la
fundamentación del derecho, exponiendo con sus palabras en que
sentido y como quedó trabada (sic) el asunto sometido a su
consideración.
Consta en el libelo de la demanda, que la demandante en
el petitum del mismo señaló que demanda a mi poderdante 1)
(omissis) “…a los fines de obtener la unanimidad que
establece la Ley para reformar parcialmente el citado
Documento de Condominio…” (omissis) y 2) (omissis) “…
para que convenga en la Nulidad parcial de la cláusula
Quinta del referido Documento de Condominio, quedando
redactada dicha cláusula…” (omissis)
El fallo recurrido incumplió con el deber de realizar una síntesis, clara,
precisa y lacónica de los términos en que quedó planteado el asunto a
resolver, por no incluir dentro del thema decidendum, análisis sobre la
acción mero declarativa de (omissis) “…obtener la unanimidad que
establece la Ley para reformar parcialmente el citado Documento
de Condominio…” (omissis), ya que tal y como consta en el punto
“QUINTO” del fallo recurrido, intitulado “DE LAS
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR”, el juez estableció los límites
de la controversia a la defensa de fondo, relativa a la falta de interés
jurídico de la parte actora, para que pueda ser considerada y analizada la
procedencia de su pretensión de nulidad, con base en existir una vía
idónea establecida en la Ley de Propiedad Horizontal para efectuar la
modificación del documento de condominio, y que la parte actora alegó
que era falso que no tuviese interés jurídico y actual, puesto que de actas
se desprendía de la cláusula quinta del documento de condominio que
dicha cláusula lesionaba intereses patrimoniales y jurídicos de los
condóminos.
De ello emerge afirmar que no formó parte del thema decidendum la
acción mero declarativa de obtener la unanimidad que establece la Ley
para reformar parcialmente el citado Documento de Condominio,
configurándose así el vicio de indeterminación de la controversia,
infracción esa que fue determinante en el dispositivo del fallo, ya que de
haber sido analizada, se habría concluido sobre la inadmisibilidad de la
demandada, por haber sido ineptamente acumulada a la pretensión de
nulidad parcial del documento de condominio, así como acumulada a la
acción mero declarativa de “redacción” de esa reforma parcial del
documento de condominio.
Tal y como se explicitó ut supra, se configuró en la recurrida el vicio de
indeterminación de la controversia, por no incluirse dentro del thema
decidendum, el análisis y decisión sobre la procedencia de la acción
mero declarativa relativa a la obtención de la unanimidad para reformar
parcialmente el documento de condominio y así solicito a este máximo
tribunal se aprecie y declare.” (Destacados de lo transcrito).-
La Sala para decidir, observa:
de pretensiones.
fallo, por haberse infringido el citado ordinal 3° del artículo 243 del
partes conocer las razones que ha tenido el juez para adjudicar los
intereses comprometidos”.
expediente N° 2012-778).
QUAESTIO IURIS
-I-
falta de aplicación.
Expresa la formalizante:
“...CAPITULO III (sic)
INFRACCIÓN DE LEY
PRIMERA DENUNCIA ERROR DE JUZGAMIENTO POR
FALTA DE APLICACIÓN DE NORMA
Al amparo de lo normado en el ordinal 2° del artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción
de los artículos 78 y 341 del mismo texto adjetivo civil, y
los artículos 49 y 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, por su falta de aplicación.
Tal y como in extenso se ha referido en este recurso, la parte
actora en su libelo acumuló ineptamente dos pretensiones
principales, sin que una sea subsidiaria de la otra, lo cual se
evidencia de su dicho vertido en el petitorio al demandar 1)
“…a los fines de obtener la unanimidad que establece la
Ley para reformar parcialmente el citado Documento de
Condominio…” (omissis) y 2) (omissis) “…para que
convenga en la Nulidad parcial de la cláusula Quinta del
referido Documento de Condominio, quedando redactada
dicha cláusula…”
Esta inepta acumulación de pretensiones no fue advertida ni
por el juez de la recurrida, ni por la juzgadora de la primera
instancia, al momento de la admisión de la demanda (…) lo
cual se corrobora aún más, por el hecho relativo a que ambos
operadores de justicia consideraron a los fines de sus
decisiones, que la acción incoada lo era solo por nulidad
parcial de documento de condominio, quedando en un limbo
jurídico el pronunciamiento atinente a la acción mero
declarativa de demandar para obtener la unanimidad que
establece la ley para reformar parcialmente el citado
documento de condominio, en contravención a la garantía
al debido proceso y la seguridad jurídica.
En efecto, tal y como está dispuesto en el artículo 78 del
Código de Procedimiento Civil, solo es posible acumular en
un libelo dos o más pretensiones principales, cuando su
acumulación es para que sean resueltas una como subsidiaria
de la otra. Por ello, el artículo 341 ejusdem, (sic) ordena
inadmitir una demanda cuando sea contraria al orden
público, a las buenas costumbres o a alguna disposición
expresa de la ley.
(…omissis…)
Una cosa es decretar la nulidad parcial del documento de
condominio y otra es reformar ese documento a través de una
sentencia sin previa asamblea de condóminos en la cual
unánimemente se acuerde esa reforma.” (Destacados de lo
transcrito).-
documento de condominio.
Al respecto cabe señalar, que dicho aspecto ya fue resuelto en este
que evidencia una clara omisión a las reglas que caracterizan una
Sala.
-II-
Señala la formalizante:
“...SEGUNDA DENUNCIA. ERROR
DE JUZGAMIENTO
POR FALTA DE APLICACIÓN DE NORMA
Al amparo de lo normado en el ordinal 2° del artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción
de los artículos 1346 y 1351 del Código Civil por su falta de
aplicación.
El documento de condominio objeto de la acción de
nulidad, fue protocolizado (…) en fecha primero de junio
de mil novecientos setenta y seis (01.06.1976) (sic)
(…). La demanda fue admitida en fecha 15 de diciembre
de 2009.
Al realizar un simple cálculo relativo al tiempo discurrido
desde la protocolización del documento de condominio, hasta
la fecha en que fue admitida esta demanda, se evidencia
que transcurrieron entre ambas fechas más de veintitrés (23)
años. Y ello aunado a que los condóminos al momento en que
adquirieron sus respectivas propiedades en ese condominio,
declararan expresamente conocer el documento de
condominio, lleva a la convicción sin lugar a equívocos, que
su inacción en el tiempo a los fines de la pretendida nulidad
caducó por efecto del transcurso del tiempo.
Por otra parte, y a los mismos fines de esta denuncia, resulta
pertinente destacar que, tratándose que el documento de
condominio y su normativa solo atañe a los condóminos, sus
regulaciones no son materia de orden público, sino de
derecho privado, y por ello, si alguna de sus normativas
internas contravienen la ley especial que lo regula, la acción
de nulidad ha debido ser ejercida in tempore para su
procedencia, esto es, dentro del lapso fatal de cinco (5) años,
tal y como está reglado en el artículo 1346 del Código Civil,
so pena de considerarse la caducidad para el ejercicio de la
acción, la cual si es atinente al orden público y por ello,
declarable incluso de oficio por el operador de justicia.
Del mismo modo, dado que las disposiciones del documento
de condominio objeto de la acción de nulidad, s ejecutaron
voluntariamente en los términos allí fijados por los
condóminos, durante todo el tiempo de su vigencia, ello
implicó renuncia a los medios y a las excepciones que podían
oponerse a ese documento de condominio, porque
conociendo el documento de condominio, de antigua data,
cada uno de los condóminos ejecutó voluntariamente su
obligación en el transcurso del tiempo, tal y como está
dispuesto en el artículo 1351 del Código Civil.
En derivación, erró el juez de la recurrida por inaplicación
de las normas contenidas en los artículos 1346 y 1351 del
Código Civil, en orden a que el ejercicio de la acción de
nulidad había caducado por el transcurso de más de 23 años
desde la protocolización del documento de condominio y los
condóminos convalidaron la cláusula que hoy pretenden
anular, por virtud de haber ejecutado voluntariamente las
obligaciones allí contenidas en la forma y modo allí también
establecida, lo cual implicó renuncia a los medios y
excepciones que pudieron haber opuesto, y así solicito se
aprecie y declare.” (Destacado de lo transcrito).-
infracción de los artículos 1346 y 1351 del Código Civil, por falta de
siguiente forma:
“...Considera la Sala que está en presencia del principio IURA NOVIT
CURIA, del cual esta Corte ha dicho:
“...Conforme al principio admitido IURA NOVIT CURIA, los jueces
pueden, si no suplir hechos no alegados por éstos, si elaborar argumentos
de derecho para fundamentar su decisión, pues a ello se contrae su deber
jurisdiccional. Aplicar el derecho alegado o no por las partes, a los
hechos que sí lo deben ser siempre por éstas”.
“...Ahora bien, según la enseñanza derivada del magisterio del insigne
Piero Calamandrei, “el principio ‘IURA NOVIT CURIA’, en virtud del
cual el Juez, en la aplicación del derecho al hecho, está desvinculado de
la iniciativa de las partes, desaparece en este juicio de casación, en el cual
la Corte no es libre para plantearse de oficio todas las cuestiones de
derecho que pudiera plantearse en relación con la parte dispositiva de la
sentencia denunciada, sino que tiene que mantenerse rígidamente (sin la
libertad de indagaciones que tiene el reichsgerischdt alemán con
su revisionspraxis) dentro de los limites de aquella única cuestión en la
cual el recurrente ha indicado la sede específica del denunciado error
iuris”. (Casación Civil; Ejea, Buenos Aires, 1959, pp. 56 y 57).
(Sentencia del 30 de abril de 1969, G.F. Nº 64, Pág. 470, reiterada en
decisión de fecha 9 de octubre de 1996, en el juicio de Maritza Denis
Lugo contra el Banco de Venezuela C.A., expediente Nº 94-795,
sentencia Nº 331, ratificada en fallo de fecha 12 de agosto de 1998, en el
juicio de José Daniel Mijoba en contra de Hatel Jesús Mijoba Juárez.,
expediente Nº 97-338, sentencia Nº 686, y reiterada en fallo N° RC-307
del 3 de junio de 2009, expediente N° 2008-487, este último con
ponencia del mismo Magistrado que con tal carácter suscribe el
presente fallo).
Baptista Acosta, contra Mirtha Josefina Olivares Lugo, al señalar que el
declaró lo siguiente:
“...Ahora bien, ciertamente como lo señala el Juzgador, tanto la
prescripción como la caducidad implican la consolidación o extinción de
una posibilidad jurídica debida al transcurso del tiempo; y concretamente
en el caso de la prescripción extintiva, no se hace siempre sencillo
distinguir, en los supuestos en que la ley establece un plazo para
determinada actuación, si dicho término ha de ser reputado de
prescripción extintiva o de caducidad. El interés de la distinción, es con
todo, real, por cuanto en el supuesto de la prescripción extintiva, fenece
la acción para reclamar un derecho aunque no el derecho mismo –ya que
la obligación correlativa, antes de extinguirse, pasa a adquirir los
caracteres de la obligación natural- en tanto que la caducidad, establecida
siempre ésta, cuando es legal, por razones de orden público, ninguna
posibilidad queda ya a las partes de obtener un cumplimiento. En materia
de caducidad, cesan tanto la acción como el eventual derecho a cuya
protección se refiere la misma.
Existen varios criterios para determinar, ante un plazo extintivo fijado
por la ley, si el mismo puede reputarse de prescripción o de caducidad.
En primer lugar, evidentemente, habrá que aceptar la propia calificación
que le dé el legislador en la manera de expresar la norma, y así, son
indiscutiblemente prescripciones los lapsos que están calificados como
tales en el propio texto legal, o incluidos dentro de los capítulos de una
ley que se refiere específicamente a la prescripción de las acciones
correspondientes. Cuando falta dicha calificación expresa, de todos
modos es preciso indagar si el legislador no expresó su voluntad de algún
otro modo, por ejemplo, señalando la posibilidad de que la actuación del
interesado interrumpiera el plazo –lo cual sucede sólo en materia de
prescripción- o supeditado el inicio del lapso al momento en el cual se
tuviera la capacidad de ejercicio necesaria para accionar, como ocurre en
el presente caso. El interés protegido también ha de tomarse en cuenta
para la determinación del lapso, por cuanto indiscutiblemente el mismo
sería de caducidad, cuando estuvieran involucradas situaciones de orden
público.
En el caso de autos, el propio artículo 1.346, al establecer la duración
para pedir la acción de nulidad de una convención, se refiere, en primer
lugar, al ejercicio de la acción y no al derecho correspondiente; luego,
prevé la suspensión del lapso cuando el titular es un entredicho o
inhabilitado y supedita el inicio del cómputo, en caso de menores, al
momento en que alcance la mayoridad; de otra parte, no hay en la
protección a un interés colectivo o general sino sólo la atribución de una
facultad a cada una de las partes de una convención frente a la otra parte,;
por todo esto la Corte ya en oportunidades anteriores ha calificado el
lapso prescriptivo...”.
ejercite su reclamo.
del interés sustancial, razón por la que no podría declararse in limine
166).
Por lo cual, y con base en todo lo antes expuesto, dado que el
-III-
procedencia de la impugnación.
los Piratas A.C., con ponencia del mismo Magistrado que con tal
“…Al respecto de la estimación de la cuantía y su
impugnación, esta Sala en su fallo de fecha 5 de agosto de
1997, reiterado en decisión N° RC-22 de fecha 3 de febrero
de 2009, expediente N° 2008-377, caso: Helgo Revith Latuff
Díaz y otra, contra Wagib Coromoto Latuff Vargas, con
ponencia del mismo Magistrado que con tal carácter suscribe
el presente fallo, estableció lo siguiente:
“…Ahora bien, el artículo 38 del Código de Procedimiento
Civil, le otorga al demandado la facultad para que al
momento de contestar al fondo la demanda, éste pueda
rechazar la estimación de la cuantía cuando la considere
exagerada o insuficiente.
Sin embargo, ha sido criterio reiterado de esta Sala que en
los casos de impugnación de la cuantía por insuficiente o
exagerada, debe el demandado alegar necesariamente un
hecho nuevo, el cual debe probar en juicio , so pena de
quedar firme la estimación hecha por el actor.
En este sentido se pronunció esta Sala de Casación civil, en
sentencia N° 12 del 17 de febrero de 2000, caso: Claudia
Beatriz Ramírez c/ María de los Ángeles Hernández de
Wohler y otro, expediente: 99-417, que señaló:
“…Se acusa la infracción en que incurre el fallo recurrido en la
aplicación de los artículos 38 y 506 del Código de Procedimiento Civil,
en vista de que exige una carga probatoria no requerida por las normas
cuya falsa aplicación se denuncia.
Esta Sala en fallo de fecha 5 de agosto de 1997 (Caso Zadur Elías Bali
Azapchi contra Italo González Russo), procedió a revisar su doctrina
sobre el particular, dejando sentado que en los casos en que el
demandado impugnase la cuantía, éste sólo podía proceder a hacerlo
alegando al efecto lo exagerado o insuficiente de la estimación, por
expresarlo así el propio texto del artículo 38 del Código de
Procedimiento Civil. En función de ello, se dejo sentado que en los
casos de impugnación de cuantía el demandado tenía la carga
alegatoria de sostener lo exagerado o insuficiente de la estimación de
la demanda, y por consiguiente la subsecuente carga de demostrar
tal afirmación. Así, en el referido fallo se indicó:
“Aclarado lo anterior conviene revisar si efectivamente la doctrina
anotada supra es aplicable bajo la vigencia del actual Código de
Procedimiento Civil, y para ello procederá la Sala a efectuar un análisis
de cada uno de los supuestos de la doctrina en comento; así:
c) Si el actor estima la demanda y el demandado contradice pura y
simplemente.
En este supuesto la Sala se rigió por el principio general que establece
que la carga de la prueba incumbe a quien alega un hecho , y no al que lo
niega, el actor debe probar su afirmación.
En consecuencia, si el actor no prueba debe declararse que no existe
ninguna estimación.
Con respecto a esta afirmación la Sala revisa la veracidad de lo
expuesto y observa que el artículo 38 es categórico al indicar que el
demandado puede rechazar la estimación cuando la considere
insuficiente o exagerada.
Es decir, se limita la facultad del demandado a alegar un nuevo
hecho, que la cuantía es reducida o exagerada y los motivos que lo
inducen a tal afirmación; pudiendo, si lo considera necesario,
sostener una nueva cuantía.
No pareciera posible, en interpretación del artículo 38 del Código de
Procedimiento Civil, que el demandado pueda contradecir la
estimación pura y simplemente, por fuerza debe agregar el elemento
exigido como es lo reducido o exagerado de la estimación, en
aplicación a lo dispuesto textualmente que ‘el demandado podrá
rechazar la estimación cuando la considere insuficiente o exagerada.’
Por tanto, el demandado al contradecir la estimación debe
necesariamente alegar un hecho nuevo, el cual igualmente debe
probar en juicio, no siendo posible el rechazo puro y simple por no
estar contemplado en el supuesto de hecho de la misma.
Así, si nada prueba el demandado, en este único supuesto, queda
firme la estimación hecha por el actor”. (Negrillas y subrayado de este
fallo)
De lo anterior se colige que ciertamente el juez superior
incurrió en un error de interpretación respecto al contenido y
alcance de los artículos 38 y 506 del Código de
Procedimiento Civil, al dictaminar que correspondía a los
demandantes probar en juicio la cuantía señalada, en razón
de la impugnación hecha por el demandado.
Lo conducente es, analizar las pruebas aportadas por el
impugnante que demuestren por qué es exagerada la cuantía,
pues es éste quien tiene la carga de la prueba, y en caso de
no haber aportado ninguna prueba que justifique su alegato,
el juez deberá dejar sin efecto la impugnación efectuada y
decretar la firmeza de la estimación hecha por la parte
demandante.
En razón de los anteriores señalamientos, esta Sala declara
procedente la denuncia formulada, por errónea interpretación
de los artículos 38 y 506 del Código de Procedimiento Civil.
Así se decide.” (Destacados de la sentencia transcrita).
De igual forma en sentencia N° RH-496 de fecha 14 de
agosto de 2009, expediente N° 2009-399, caso: Emilda Rosa
Cortez De Gómez y otros, contra Rosa Margarita Pérez
Nacar, con ponencia del mismo Magistrado que con tal
carácter suscribe el presente fallo, estableció lo siguiente:
“De modo que, esta Sala en atención al criterio
jurisprudencial supra parcialmente transcrito, señala que el momento que
debe ser tomado en cuenta para verificar el cumplimiento del requisito de
la cuantía necesaria para acceder en casación, será aquel en que fue
presentada la demanda; por ello, sí la cuantía exigida es la establecida en
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, deberá calcularse el
valor de la unidad tributaria para el momento en el cual fue interpuesta la
misma.
En tal sentido, esta Sala, constata de la revisión de las actas que
conforman el expediente, que para el 18 de enero de 2007, fecha en que
fue interpuesta la presente demanda tal y como, se desprende de los
folios 1 al 10, ambos inclusive, de la única pieza que conforma el
expediente, se evidencia que en dicha oportunidad, la pretensión fue
estimada en la cantidad de treinta y nueve millones cuatrocientos
cincuenta mil bolívares (Bs.39.450.00,00), hoy treinta y nueve mil
cuatrocientos cincuenta bolívares fuertes (Bs.F.39.450,00), conforme se
establece en el Decreto Nº 5.229 con Rango, Valor y Fuerza de la Ley de
Reconversión Monetaria, publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 38.638 del 6 de marzo de 2007. Dicha
cantidad fue impugnada por exagerada de manera pura y simple.
Sobre este asunto, cuando el demandado impugna la cuantía estimada en
la demanda en forma pura y simple, por considerarla exigua o exagerada,
esta Sala, en sentencia Nº RH.01353, de fecha 15 de noviembre de 2004,
expediente Nº AA20-C-2004-870, caso: Jesús Manuel Ruiz Estrada y
otros, contra Pablo Segundo Bencomo y otros, estableció lo que a
continuación se transcribe:
“…De la revisión de las actas que conforman el expediente se evidencia
que la demanda intentada en el presente juicio fue estimada por los
demandantes en la cantidad de setenta millones de bolívares
(Bs.70.000.000,00), la cual fue impugnada por los demandados por
excesiva, en la oportunidad de la contestación de la demanda.
Sobre este asunto, cuando el demandado impugna la cuantía estimada en
la demanda, por considerarla exigüa o exagerada, esta Sala, en decisión
de fecha 24 de septiembre de 1998, (María Pernía Rondón y otras contra
Inversiones Fecosa, C.A. y otras), estableció:
‘...se limita la facultad del demandado a alegar un nuevo hecho, que la
cuantía es reducida o exagerada y los motivos que lo inducen a tal
afirmación; pudiendo, si lo considera necesario, sostener una nueva
cuantía. No pareciera posible, en interpretación del artículo 38 del
Código de Procedimiento Civil, que el demandado pueda contradecir la
estimación pura y simplemente por fuerza debe agregar el elemento
exigido como es lo reducido o exagerado de la estimación, en aplicación
a lo dispuesto textualmente que ‘el demandado podrá rechazar la
estimación cuando la considere insuficiente o exagerada’.
Por lo tanto, el demandado al contradecir la estimación debe
necesariamente alegar un hecho nuevo, el cual igualmente debe
probar en juicio, no siendo posible el rechazo puro y simple por no
estar contemplado en el supuesto de hecho de la
misma’…”. (Negrillas y subrayado del texto).
Del criterio jurisprudencial precedentemente transcrito, se desprende que
cuando el demandado rechace la estimación de la demanda, por
considerarla insuficiente o exagerada, deberá aportar un hecho nuevo y
elementos de prueba que fundamenten dicha impugnación, pues en caso
contrario, quedará firme la estimación realizada por la parte demandante
en su escrito libelar, ya que el rechazo puro y simple no está contemplado
en la norma del artículo 38 del Código de Procedimiento Civil.
Aplicando el referido criterio jurisprudencial al caso bajo análisis, —hoy
reiterado por la Sala—, se evidencia que el demandado impugnó la
cuantía del juicio por considerarla exagerada, de manera pura y simple,
no aportando un hecho nuevo capaz de probar en juicio. En
consecuencia, el interés principal del presente proceso quedó establecido
en la cantidad de (Bs.39.450.000,00), hoy equivalentes a treinta y nueve
mil cuatrocientos cincuenta bolívares sin céntimos (Bs.F.39.450,00).
En virtud de lo antes expresado, esta Sala constata que para el día 18 de
enero de 2007, ya se encontraba en vigencia la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, en cuyo aparte segundo del artículo 18, se establece
que para acceder a la sede casacional se exige una cuantía que exceda de
las tres mil unidades Tributarias (3.000 U.T.), la cual, para la precitada
fecha ya había sido reajustada por el Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), a razón de treinta y
siete mil seiscientos treinta y dos por unidad tributaria (Bs.37.632 x
U.T.), conforme se evidencia de la Providencia Administrativa N° 0012,
de fecha 12 de enero de 2007, publicada en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela N° 38.603 de la misma fecha, cuya
sumatoria alcanza la cantidad de ciento doce mil ochocientos noventa y
seis bolívares fuertes (Bs F.112.896,00), lo cual conlleva a establecer,
que en el sub iudice, la Sala constata de la revisión de las actas, que no se
cumple con el precitado requisito de la cuantía, de impretermitible
cumplimiento para acceder a sede casacional y consecuencialmente, la
declaratoria de inadmisibilidad del recurso de casación anunciado y
formalizado, tal como se declarará de manera expresa, positiva y precisa
en el dispositivo de este fallo. Así se decide.
“Por tanto, el demandado al contradecir la estimación
debe necesariamente alegar un hecho nuevo, el cual
igualmente debe probar en juicio, no siendo posible el
rechazo puro y simple por no estar contemplado en el
supuesto de hecho de la misma.
Así, si nada prueba el demandado, en este único supuesto,
queda firme la estimación hecha por el actor”.
Por lo cual, y atención a la doctrina de esta Sala, no encuentra esta
D E C I S I Ó N
(10) días del mes de diciembre de dos mil trece Años: 203º de la
Presidenta de la Sala,
__________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta,
_______________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
Magistrado-Ponente,
____________________________
LUIS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ
Magistrada,
______________________
AURIDES MERCEDES MORA
Magistrada,
__________________
YRAIMA ZAPATA LARA
Secretario,
________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
Exp. AA20-C-2013-000398.-
Nota: Publicada en su fecha a las ( )
Secretario,