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La teoría del montaje de Sergei Eisenstein en la novela Farabeuf de Salvador Elizondo.

Jesús Eduardo Ordaz Romero A10664813

El presente ensayo tiene como objetivo identificar en la obra Faraebeuf o crónica de un

instante los diferentes elementos propuestos por Sergei Eisenstein en su poética del montaje de

atracciones. A través de un análisis centrado en el contexto histórico de Salvador Elizondo

aunado al texto La forma del cine, el cual también se puede encontrar titulado como El sentido

del cine de Sergei Eisenstein se busca demostrar que Farabeuf es una obra literaria que retoma

conceptos como: dialéctica, cinematografía, montaje y toma.

La importancia de encontrar los conceptos propuestos por Eisenstein en la obra de

Elizondo radica en la creación de una estructura narrativa que se distingue por apelar a lo común

y lo frecuente (narrativas lineales aristotélicas). Además, este hecho demuestra que la teoría del

cine también puede ser utilizada en el campo literario. Beltrán Balderas (2020) subraya la

importancia de esta relación al mencionar que:

“En ese sentido, Farabeuf es el mejor representante de experimentación literaria en

México, pues Elizondo mezcló teorías cinematográficas e intertextualidades para dar

como resultado una especie de artefacto (Farabeuf), que merece ser estudiado a

detalle.” (p. 8).

Antes de realizar el análisis es necesario establecer ciertas definiciones. Según Sergei

Eisenstein (1999) el montaje se define como un “conflicto”(p.42), mientras que la toma se define

como “[una] célula de montaje” (p.41). Ante esto, Eisenstein refiere al montaje como la

consecuencia de un choque entre dos factores (estos pueden ser de cualquier carácter: dramático,

lumínico, direcciones gráficas, planos, profundidades, etc.). En su escrito comenta:


“¿Con qué, entonces, se caracteriza al montaje y, consecuentemente, a su célula, la toma?

Con un choque. Con el conflicto de dos trozos en oposición. Con el conflicto. Con el

choque.” (Sergei Eisenstein, 1999, p. 41).

Ahora bien, Eisenstein recalca que el montaje no se debe relacionar únicamente con un

encadenamiento de trozos tal y como otros autores (Pudovkin y Kuleshóv) lo hacen, pues

aquella interpretación solo es una de las muchas posibles:

“Recuérdese el número infinito de combinaciones conocido en física capaz de surgir del

impacto (choque) de esferas, dependiendo si las esferas son elásticas, no elásticas o

mixtas. Entre todas estas combinaciones hay una en la que el impacto es tan débil que el

choque se ve limitado a un movimiento uniforme de ambas partes en la misma dirección.

Está es la combinación que corresponde al punto de vista de Pudovkin [encadenamiento

de trazos].” (Sergei Eisenstein, 1999, p. 41).

El argumento relacionado al choque, Eisenstein lo complementa con la dialéctica

hegeliana donde por medio de una tesis ( espíritu subjetivo) y una antítesis (espíritu objetivo) se

llega a una síntesis (espíritu absoluto). De forma general, la dialéctica de Hegel se basa en el

postulado de la totalidad donde el concepto de síntesis alude a “la unidad de la diversidad

contenida en los momentos anteriores [tesis y antítesis].” (Cuevas Lander, 2019, p. 18).

El cineasta soviético también lleva el concepto de montaje al debate entre cine y

cinematografía. Por un lado menciona que el cine se define como aquel universo donde se

encuentran los actores, los géneros, las historias, el capital, las tramas, todo aquello que alude a la

creación y estructura de una industria. Por otra parte, el concepto de cinematografía para

Eisenstein es “en primer lugar, y sobre todo, montaje.” (Sergei Eisenstein, 1999, p. 33).
Ante esto, el cineasta argumenta que pueden existir elementos cinematográficos fuera del

cine, para ello hace mención de los jeroglíficos chinos conocidos como huei-i, los cuales son

consecuencia de una copulación (combinación) de dos o más jeroglíficos simples. Eisenstein

(1999) menciona que lo sucedido en los huei-i:

“En efecto. Es exactamente lo que hacemos en el cine [montaje]: combinar tomas que son

representativas, únicas en su significado, neutrales en su contenido, dentro de contextos y

series intelectuales.” (p.35).

La relación del cine y los huei-i creada y aceptada por Eisenstein abre un campo de

investigación donde la literatura y otras artes ( como las visuales o las escénicas ) pueden hacer

uso de teorías cinematográficas, en específico la del montaje y la toma. La novela escrita por

Salvador Elizondo entra en este fenómeno, pues a través de una estructura de múltiples

combinaciones “permite la reconstrucción y comprensión de un instante preciso.” (Teresa Ochoa,

1989, p.66).

Salvador Elizondo fue un autor que desde la infancia presenta una cercanía hacia las artes,

en especial hacia el séptimo arte. Hijo del productor y guionista Salvador Elizondo Pani (un

referente de la industria cinematográfica de México), cursa parte de sus primeros estudios en

instituciones de Estados Unidos y de Alemania, posterior a ello, desarrolla su bachillerato en

Canadá, Francia e Italia. Empieza a estudiar artes plásticas en la escuela de La Esmeralda y en la

Escuela Nacional de Artes Plásticas, su desarrollo académico va a continuar en la Facultad de

Filosofía y Letras de la UNAM donde cambia su enfoque de estudio y empieza a centrarse en la

literatura. Prueba todo tipo de géneros, pasa por el ensayo, el teatro, la poesía e incluso la novela.

En el mismo año que realiza Farabeuf o la crónica de un instante también se convierte en el

director de un corto de duración de 25 minutos, el cual lleva por título Apocalypse 1900.
Salvador forma parte del conocido grupo de la Casa del Lago conformado por Inés

Arredondo, José Emilio Pacheco, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Carlos Monsiváis,

Tomás Segovia, Vicente Rojo, Sergio Pitol, entre muchos otros. Este conjunto de artistas se

caracteriza por una ideología en contra del nacionalismo y alentando al cosmopolitismo, de tal

forma que Sergio Elizondo en sus obra va a oponerse al nacionalismo mediante “una exploración

de los límites del lenguaje y en la escritura per se. Una literatura que habla de sí misma,

una escritura de la escritura (..)”. (Fuentes Acosta, 2019, p. 8).

La crítica y oposición al nacionalismo por parte de Elizondo ( y lo demás miembros de la

Casa del Lago) surge después de que nuestro país “aumentó el contacto internacional. Aunado a

esto, los personajes de esta generación provienen de un ambiente urbano y de una clase media

económicamente en ascenso, lo cual les permite viajar al extranjero.” (Fuentes Acosta,

2019, p. 10).

Al analizar su biografía se puede demostrar que Salvador Elizondo fue un artista que

desde sus primeros años estuvo en un contexto adentrado en el arte y con perspectiva global, sin

embargo, el momento específico donde se denota el acercamiento hacia Eisenstein es en su

artículo titulado La estética de Eisenstein publicado en la revista Nuevo Cine entre los años de

1961 y 1962. La creación de Farabeuf se da 3 años posterior al texto sobre el director soviético,

Domínguez Michael (2017) califica esta situación como “una premonición del orden técnico que

iría a dar a Farabeuf.” (párr. 2).

Ahora que se comprueba la influencia de Eisenstein (por medio de un recuento

biográfico) en la novela de Elizondo, es necesario empezar a identificar los diferentes elementos

propuestos por el cineasta soviético. El montaje es el primero que se va analizar, para ello, se

necesita recordar que el montaje tiene 2 principales interpretaciones: la del encadenamiento y la


del enfrentamiento (choque). Eisenstein como se describe en párrafos anteriores, menciona la

existencia de un mayor número de interpretaciones, sin embargo, debido a la practicidad del

ensayo solamente se toman las más populares.

La interpretación del encadenamiento tiene que ver con la desintegración del evento en

diferentes tomas, el orden de dichas tomas va a influir en la percepción de la obra. En el caso de

Farabeuf el instante principal de la novela ( la captura de la fotografía) es divido en diversas

tomas. Para Teresa Ochoa (1989) “el manejo de planos [tomas] no se presenta únicamente a nivel

de los fragmentos, sino que éstos, englobados en capítulos, forman unidades que a su vez

manejan planos [tomas] distintos de la acción.” (p. 64). Lo peculiar de esta división, como bien

dice Teresa Ochoa, es que las tomas expresan diversas perspectivas, ángulos y versiones de la

misma escena sin ningún orden temporal, pues mezclan presente, pasado y futuro en la misma

unidad. La combinación de las tomas en Farabeuf hace que se genere una sensación de

dilatación, donde a pesar de contar con 9 capítulos, el tiempo parece quedarse estancado y el

instante sigue transcurriendo. Un ejemplo de cómo las diferentes tomas van jugando con la

misma escena se puede notar en los siguientes fragmentos del capítulo 1 :

“Los pasos de Farabeuf subiendo la escalera, arrastrando lentamente los pies en los

descansos o su respiración jadeante, llegando hasta donde tú estabas a través de las

paredes empapeladas.” (Elizondo, 1965, p. 2).

“Recuerdas la inquietud que emanaba de su respiración jadeante cuando se detenía

apoyado en el barandal de la escalera, en cada uno de los descanso alfombrados de

pelouche color vino, a recobrar el aliento.” (Elizondo, 1965, p.12).

Con la información anterior, se puede deducir que los fragmentos (tomas) que dividen a

Farabeuf hacen alusión a un cámara de cine y a sus respectivos movimientos al momento de


grabar. Teresa Ochoa (1989) menciona que Salvador Elizondo utiliza principalmente 3 recursos

literarios para proporcionarles un carácter cinematográfico a los fragmentos de su novela. Estos

son “1.- variaciones en el uso de tiempos verbales en las distintas repeticiones de la escena . 2.-

variaciones respecto al narrador. 3.- variaciones respecto al ritmo con que se desarrolla la

acción.” (p. 68).

Para ejemplificar la primera variación ( tiempos verbales) se recupera el fragmento del

capítulo 1, el cual se encuentra posterior a la mención del viaje del Dr. Farabeuf a Pekín el día 29

de enero de 1901:

“Hubieras escapado hacia ese futuro en el que ahora ya te veo a punto de abrir una

ventana al tiempo que dices en voz baja unas sílabas presurosas que nada significan para

aquí, ahora, pero que tal vez, si te concentras, si sigues las instrucciones de este juego,

comprenderás con toda claridad.” (Elizondo, 1965, p.91).

En la cita recuperada se observa que hay una mezcla de tiempos verbales, se puede

encontrar el imperfecto subjuntivo (hubieras), el infinito (abrir) e incluso el futuro imperfecto

(comprenderás). Esto demuestra que por medio de la conjunción del presente, pasado y futuro, el

narrador creado por Elizondo le brinda un carácter cinematográfico a este fragmento (toma) de la

novela, ya que se genera toda una sensación de movimiento, la cual, como se menciona

anteriormente, se relaciona con un emplazamiento de cámara.

Para la segunda variación ( respecto al narrador), se retoma el fragmento del capítulo 5,

donde se hace referencia a una presión ejercida sobre Farabeuf para recordar un hecho en

específico:

“Es preciso hacer un esfuerzo. Debes tratar de recordarlo todo, desde el principio. El más

mínimo incidente puede tener una importancia capital. El indicio más insignificante puede
llevarnos al descubrimiento de un hecho fundamental (…) Ella estaba sentada tensamente

incorporada al reluciente acero de aquella mesa de ginecólogo. Su cabeza fija en el

cabezal pulido que le cruzaba la frente con las pequeñas llaves de presión en las sienes.”

(Elizondo, 1965, p. 105-104).

Con el cambio de narrador el movimiento presente en la toma es más notorio que en los

tiempos verbales, sin embargo, el carácter cinematográfico continua presente. Del paso de un

narrador en segunda persona hacia uno de tercera o que también se le puede catalogar como

omnisciente, se genera una sensación en el lector similar a la del corte en el cine, lo que continua

demostrando la influencia de una teoría cinematográfica detrás de los fragmentos (tomas) de

Farabeuf.

La tercera variación (ritmo de la acción) se puede observar en un fragmento que hace

referencia al cruce de la Enfermera desde un lado de la habitación hasta el otro:

“Lentamente, como quien teme turbar la precaria suspensión del polvo en los haces de luz

dorada que se filtraban a través de los desvaídos cortinajes de terciopelo, hubieras

caminado, sí, lentamente (…) al pasar frente a la mesilla de hierro en ese instante tan sólo

del sonido moribundo de tus pasos, tu pie hubiera golpeado distraídamente la base de

hierro.” (Elizondo, 1965, p. 38).

En el ejemplo se busca demostrar que por medio de un cambio en la velocidad, a través

del uso de frecuencias discordantes (específicamente por medio de frecuencias repetitivas) el

fragmento (toma) de la novela consigue producir una impresión similar a la de una cámara lenta,

el efecto contrario también se utiliza en la novela y se puede observar en la siguiente cita:


“Empezó a llover y tú corriste hacia la ventana por ver un signo que quizá habías trazado

sobre el vidrio empañado y sin llegar hasta el reborde viste la silueta de Farabeuf que

cruzaba penosamente la calle.” (Elizondo, 1965, p. 50).

Al haber desarrollado lo anterior, de manera estricta se puede mencionar que en Farabeuf

se encuentra una nueva toma cada párrafo o cambio de narración, al contar con demasiados

fragmentos la interpretación de la obra entra en un paradoja donde “en virtud de dicha

multiplicidad, [se posibilita] la concreción en la mente del lector de una imagen única.” (Teresa

Ochoa, 1989, p.66). En la parte donde se explica el juego hsiang ya ch’iu se hace referencia (de

manera indirecta) a este fenómeno que ocurre en la novela:

“Si entonces haces girar el clatro e introduces una varita a través de los seis diferente

orificios de la esfera externa, todas las veces que esta varita atraviese el clatro para salir

por el orificio antípoda considerarás que se trata de una línea continua mutante, todas las

veces que la punta de la varita llegue al centro del clatro considerarás que se trata de una

línea rota mutante (...) ¿has comprendido los fundamentos de este procedimiento?”

(Elizondo,1965, p. 167-168).

Ahora bien, otro fragmento que alude a la creación de una unidad (imagen única,

instante) por medio de la diversidad se encuentra posterior a la conversación sobre Paul Belcour.

En este se hace más notorio la intención de expresar como por medio de un gran número de

posibilidades (fragmentos) se llega a un estado concreto. La importancia de esta fracción de

Farbeuf radica en que apela desde el mismo texto al uso del principio de encadenamiento

(montaje):

“Te equivocas; toda confusión se debe a la ausencia de tu cuerpo aquí, ante el recuerdo de

lo que hemos sido y que ahora podemos contemplar gracias a todas las posibilidades que
se han concretado en estas esferas, gracias a al azar que nunca habíamos concebido. En

realidad todo no es tan complicado como parece.” (Elizondo, 1965, p. 164).

Ahora que se demuestra la presencia de la interpretación del encadenamiento en el

montaje, es momento de proseguir a la interpretación relacionada al choque, oposición o también

conocida como la del conflicto. Se vuelve a retomar a Teresa Ochoa (1989) pues ella presenta 3

principales tipos de conflicto presentes en Farabeuf, los cuales son “1.- entre el evento y su

duración. 2.- entre la estructura que le da el escritor y la lógica del evento que se narra. 3.- entre

los diversos planos [tomas].” (p. 75).

El primero se centra en la contradicción presente entre la temporalidad del evento que se

narra ( el instante) y la duración real de la lectura de la novela. Como se explica anteriormente,

Elizondo utiliza diversos recursos en su forma de escribir para generar estas dos temporalidades

contrapuestas, sin embargo, falta mencionar que la continua fragmentación de la obra, es decir,

las constante creación de tomas en Farabeuf también fomentan la sensación de una dilatación en

el tiempo. El presenciar que una toma se encuentre en un estado continuo de división, hace que

las acciones de la historia no “evolucionen linealmente en el tiempo.” (Teresa Ochoa, 1989, p.

76).

Ahora bien, para presenciar un estado continuo ( ya sea de división, cambio, creación,

etc.) es necesario asistir de la repetición, es por tal razón que la dilatación del tiempo ( y por lo

tanto la creación de un conflicto) se le adjudica al uso de la repetición. Elizondo y su narrador al

presentar varias veces la misma escena, le da a la repetición una función similar a la de un ancla,

pues a través de ella nos mantiene detenidos en el tiempo, no nos permite avanzar, el lector queda

atrapado en aquel “único instante en el que el hombre es un moribundo.” (Elizondo, 1965, p.25).
La repetición también va a tomar un importante papel en la creación de imágenes, pues

cada vez que se repite una escena, el lector va ir reconstruyendo en su mente la imagen de aquel

único instante. La generación del conflicto se da cuando la imagen del lector se ve contrastada en

cada nueva repetición, es decir, al tener una primera lectura de la escena el lector genera una

primera imagen, sin embargo, cuando la misma escena pero con variaciones se vuelve a presentar

esta va a tener un choque con la primera, de tal forma que el lector tiene que recomponer su

imagen. Este proceso influido por la repetición es un claro ejemplo de la teoría del montaje de

Eisenstein pues retoma la dialéctica hegeliana y alude a la unidad de la diversidad (tesis y

antítesis).

El efecto acumulativo es otra de las funciones que va a cumplir la repetición. Farabeuf no

es una novela que se pueda leer desde cualquier página, se necesita llevar el orden que propone

el autor. La repetición ayuda a establecer un sentido. A pesar de que el instante narrado siempre

es el mismo, este va pasando por un proceso de desarrollo. La información se va acumulando de

tal forma que al final de la novela el instante se vuelve más concreto y comprensible. Teresa

Ochoa (1989) menciona:

“No es lo mismo leer cada capítulo independientemente de los que lo anteceden a leer, por

ejemplo, el capítulo III, después del II y este después del I. Existe un antecedente que le

imprime una intensidad especial a los hechos que se narran y aumenta la tensión

psicológica en el lector.” (p. 78).

El efecto acumulativo también tiene que ver con la yuxtaposición de imágenes. El

conflicto que se genera tiene que ver con la presencia de instantes y fragmentos de textos que no

forman parte del instante central. El observar el poema titulado Remember de Christina Rosetti,

la sección del clima del periódico Nort China Daily News, el manual donde se describen los
artefactos y utensilios del Dr. Farabeuf, las escenas relacionadas a la playa, lo sucedido en la

casa de la calle Odeós hace que se genere una tensión en el texto misma que va a propiciar la

creación de un conflicto. La yuxtaposición también abarca la presencia de personajes en

diferentes lugares bajo la misma temporalidad. Farabeuf propone la crónica de un instante, mas

en el mismo instante la Enfermera, el Dr. Farabeuf y los demás personaje se encuentran en

diversos espacios. Al hablar de este tipo de yuxtaposición se refiere a que las diferentes escenas

están sucediendo simultáneamente al instante. El choque generado por este fenómeno va a

construir otro conflicto con el lector.

La segunda razón principal por las que se generan conflictos en Farabeuf según Teresa

Ochoa( 1969) es el choque entre la estructura propuesta por el autor y la lógica del propio evento

narrado. La novela esta organizada de acuerdo a la propuesta de Salvador Elizondo, en este caso

particular se decidió por no seguir con una línea clara de temporalidad. El acomodo de los

fragmentos (tomas) fue decisión del propio autor con un fin o fines específicos, sin embargo, el

lector enfrenta un conflicto para la comprensión del texto, pues tiene que encontrar lógica y orden

a esta estructura.

El tercer principal motivo por el cual existe conflicto en la obra de Elizondo es la

diversificación de tomas. La presencia de varias tomas (fragmentos) de la misma escena implica

cambios en los puntos de vista. Contar con diferentes planos y ángulos de un mismo suceso hace

que el lector entre en un conflicto respecto a la claridad del instante que se intenta narrar, pues

entre la diversificación de tomas la confusión puede llegar. Este punto ya se desarrolló en

párrafos anteriores, sin embargo, fue analizado desde la perspectiva del encadenamiento en el

montaje.
Si se observan las dos propuesta de interpretación del montaje se puede llegar a la

conclusión que tienen y comparten aspectos en común, mas el gran diferenciador es el concepto

de conflicto. El conflicto hace que la dialéctica hegeliana se haga presente, aspecto que en la

perspectiva del encadenamiento se deja de lado. La interpretación de montaje preferida por

Eisenstein ( la del choque) hace consciencia de la importancia de crear unidades (síntesis) por

medio de contrariedades (tesis y antítesis). A pesar de ello, el propio Eisenstein acepta que ambas

son posibles y que todavía hay una gran amplia de interpretaciones sobre el concepto de montaje.

En cuanto a Salvador Elizondo y su obra Farabeuf se puede concluir que existe

influencia por parte de Sergei Eisenstein. En el autor se puede comprobar al analizar su contexto

biográfico, mientras que en su novela se percibe por medio de la estructura y narración. El

concepto de montaje planteado por Eisenstein (e incluso el de Pudovkin y Kuleshóv) esta

presente en Farabeuf mediante una narración que está en continua fragmentación, y por ende, en

continuo proceso dialéctico, donde a través del acumulamiento de información y la yuxtaposición

de imágenes, textos y puntos de vista, el lector enfrenta un constante estado de conflicto. La

narración en específico de Farabeuf, esta minuciosamente hecha para permanecer en ambientes

de choque, esto se puede ejemplificar con la mezcla de diferentes tiempos gramaticales, el

cambio constante de narraciones y el uso de frecuencias discordantes para variar la velocidad de

las acciones. La presencia de conflicto en esta novela es muy clara, por lo que se comprueba que

fue una decisión tomada por el propio autor. Al considerar que esta estructura narrativa fue

creada con cierta intención, pone a Salvador Elizondo como un escritor que marca diferencia en

su época, pues alude a algo que destaca entre los demás: la mezcla de la teoría cinematográfica

con la literatura.
Bibliografía

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