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com - 05-01-03)
(Adaptado por la Cátedra)

Serguei M. Eisenstein

EL ACORAZADO POTEMKIN

“La Escalera de Odesa” es una de esas secuencias del cine que nadie debería dejar de ver.

LA REPRESIÓN

TRES MADRES

LA MASA

SIEMPRE HAY EMOCIÓN...

...GRACIAS AL MONTAJE DE ATRACCIONES

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Eisenstein realizando el montaje manual de una de sus películas.

EL TEXTO CINEMATOGRÁFICO EISENSTENIANO.

Se comentan a continuación algunos de los aspectos más característicos de los textos


cinematográficos de Eisenstein, que se basaron en sus teorías.

El doble rechazo de la Narración y de la Representación. De esta manera, rechaza el


artificio escenográfico, la interpretación y los personajes. En su lugar construye el texto como
montaje de huellas fotográficas.

El montaje de atracciones: al hablar de cine, S.M. Eisenstein ponía el montaje en el primer


lugar. El rodaje, el trabajo del operador, autónomo o determinado por la voluntad del director, le
parecían sólo el primer paso; el enfrentamiento, la fusión, ya eran arte. El enfrentamiento entre los
fragmentos, entre los hechos, era el primer paso en la creación de una obra de arte.

Del montaje de atracciones afirmaba el propio Eisenstein: "el montaje libre de acciones
(atracciones) elegidas, independientes (incluso fuera de la composición dada y del entrelazamiento
narrativo de los personajes), pero con una orientación precisa hacia un determinado efecto temático
final. Éste es el montaje de atracciones."

El montaje de atracciones se hace visible como acto de enunciación porque renuncia a ser
narrativo para articular los enunciados más abstractos, los comenarios más subjetivos. Podemos
decir que en el texto de Eisenstein el montaje desempeña las siguientes funciones:

a) se hace cargo de los movimientos más abstractos y de sus configuraciones


plásticas más informalistas (por ejemplo, el amanecer con niebla ante el
cadáver de Vakulinchuk);

b) también desempeña una tarea decisiva en la economía global del texto, dando a
los procedimientos y enunciados una gran fuerza;
c) la construcción de un espacio que no es narrativo, pero que tampoco es abstracto
ni singular: es un espacio ceremonial.

Por su parte, la teoría del patetismo acentuará la importancia del componente emotivo.
Eisenstein postula una experiencia de éxtasis en que la emoción y la conceptualización se
iluminarían en su mutua asociación. Dice Eisenstein: "El principal índice de la composición
patética es un constante "frenesí", una constante "salida fuera de si" - un constante salto de una
cualidad a otra de cada elemento aislado o de cada signo sintomático de la obra, y esto a medida
que aumenta cuantitativamente la intensidad, sin cesar creciente, del contenido emocional de la
secuencia, del episocio, de la escena, de la obra en su totalidad (...) El esquema de una "reacción en
cadena": tensión acumulada -explosión- saltos de explosión en explosión -da el cuadro estructural
más neto de los saltos de un estado a otro, tan característicos de los éxtasis parciales sumándose en
lo patético total (...) Los fundamentos mismos de la naturaleza patética: una idéntica fusión -en un
único impulso- de las esferas de la afectividad y de la consciencia del hombre atrapado por el
éxtasis."

En el caso de El acorazado Potemkin, es destacable el hecho de que el mundo entero ha


aplaudido las cualidades patéticas de esta película. El filme muestra una escritura patética que
altera el equilibrio del espectador y su condición presente para hacerle pasar a una condición
nueva. En particular, Eisenstein ilustró este metodo con el análisis minucioso de la secuencia de la
escalinata de Odessa.

Es importante considerar la situación del héroe en las películas de Eisenstein. En El


acorazado Potemkin el héroe se encuentra ahí, pero muere en seguida. Su muerte es su destino, el
precio de la llamada a la sublevación. Esta situación ya se encontraba en La Huelga: en ambas
películas existe un cadáver excepcional y, en torno a él, una creciente corriente de masas. En
ambos casos los que mueren son, justamente, los que han sido individualizados, aquellos que se
encontraban en posición de protagonistas e incluso habían tenido acceso al primer plano. En el
texto de Eisenstein parece que el único héroe posible es el muerto. Tras la muerte de Vakulinchuk
en El acorazado Potemkin nadie ocupa su lugar.

Eisenstein expresa su adhesión a la causa revolucionaria proclamando su interés por el


"protagonismo colectivo de las masas". Pero tanto en La Huelga como en El acorazado Potemkin,
como en Octubre las masas padecen, pero no protagonizan nada; más bien lo que hacen es
participar de un vértigo cuyo sentido se les escapa. Podríamos puntualizar así diciendo, como
afirma González Requena, que las masas eisenstenianas son procesos dinámicos, vibrantes, pero no
entidades protagonistas. Cada uno de los planos de los individuos que componen esas masas
propiamente las componen en el sentido musical del término: dotan al segmento de montaje de
múltiples vibraciones que generan la más insólita música plástica que ha conocido el arte en el
siglo XX. Sin embargo, en el cine de Eisenstein no hay lugar para personajes, es decir, personas
dotadas de discurso. De los individuos interesa a Eisenstein sus experiencias, pero ni su discurso ni
su conciencia. Este hecho es coherente con su teoría del "montaje de atracciones".

FILMOGRAFÍA

La huelga (1924)
El acorazado Potemkim (1925)
Octubre (1927)
La línea general
¡Que viva México! (1931)
Alejandro Nevski (1937)
Iván el Terrible (1944)
La conjura de los boyardos (1946)
BIBLIOGRAFÍA SOBRE S.M. EISENSTEIN.

 DUCA, Lo: Historia del cine, Ed. Universitaria de Buenos Aires, Argentina, 1975.
 FERNÁNDEZ, Dominique: Eisenstein. El hombre y su obra, Aymá, S.A. Editora,
Barcelona, 1976.
 GONZÁLEZ REQUENA, Jesús: S.M. EISENSTEIN, Editorial Cátedra, Madrid, 1992.
 GUBERN, Román: Historia del cine, Editorial Lumen, Barcelona, 1989.
 JEANNE, René y FORD, Charles: Historia Ilustrada del cine. Tomo I. El cine mudo
(1895- 1930), Alianza Editorial, Madrid, 1981.
 LUENGOS, J.: Cine-Cien, UCM, 1995.
 ROMERO, Vicente: Joyas del cine mudo, Editorial Complutense, Madrid , 1996.
 RUIZ, Luis Enrique: Obras maestras del cine mudo [Época dorada (1918-
1930)], Ediciones Mensajero, S.A., Bilbao, 1997.
 SKLOVSKI, Víctor: Eisenstein, Editorial Anagrama, Barcelona, 1973.
 AA.VV.: Cien años de cine, RBA Editores, S.A., Barcelona, 1995.
 AA.VV.: Historia del cine, Euroliber, S.A., 1994.

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