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La pequeña memoria y
lo irrepresentable
Usos de la memoria en la obra de Christian Boltanski
María José Melendo A principios de 2004, comencé a trabajar en una propuesta de exhibi-
ción para el Museo de la Shoá de Buenos Aires (Fundación Memoria del
1) Se avienen a esta pos- Holocausto) a raíz de una invitación realizada por su curadora, Irene
tura autores como Elie Jaievsky.
Wiesel y George Steiner. Elegí dos lugares de investigación desde los cuales iniciar un proyecto
2) En Dialéctica Negativa sin rumbo preestablecido: mi casa, expandida a partir de mails de ami-
Adorno se refiere a la si- gos y colaboradores que me hacían llegar comentarios y reflexiones en
tuación de la cultura des- relación a sus propios hogares; y la biblioteca de la fundación, en don-
pués de Auschwitz en de estuve recopilando innumerables relatos sobre las condiciones de
estos términos: “Toda la habitat durante la guerra.
cultura después de Ausch- El resultado de este proceso definió un espacio conjugado que envuel-
witz, junto con la crítica ve dos tiempos, dos lugares, dos situaciones diferentes que dan cuenta
contra ella es basura. [...] del enigma territorial que les dio origen. En estas circunstancias han sur-
quien defiende la conser- gido, no sé como llamarlos, dos objetos que integran la fachada de es-
vación de la cultura, radi- te proyecto: un texto y una instalación, productos de la misma práctica.
calmente culpable y gas- En relación al texto que se incluye a continuación, creo que a su vez
tada, se convierte en cóm- subyace una hipótesis de trabajo bidireccional, es decir: puede pensar-
plice; quien la rehúsa fo- se como el resultado de una práctica específica en un espacio deter-
menta inmediatamente la minado o también como una propuesta de realización para futuras ins-
barbarie que la cultura talaciones. En todo caso, ambos movimientos, ejecutados en forma si-
reveló ser. Ni siquiera el si- multánea, generan una zona de equivalencias entre escritura y realiza-
lencio libera de este círcu- ción, que define la topología de espacios presentada.
lo” en: Dialéctica Negativa,
Taurus, Madrid, 1975. La discusión en torno a la inexpresabilidad: el problema de la repre-
3) Véase la conferencia sentación
editada por Paidós de Gün- Durante décadas la emblemática frase de Theodor Adorno referida a la
ter Grass, Escribir después imposibilidad del arte después de Auschwitz, operó como estandarte de
de Auschwitz; allí el pre- las denominadas “retóricas de la inexpresabilidad o del silencio” (1).
mio Nobel analiza la men- Adorno expresó dicha sentencia en una conferencia emitida por la radio
cionada frase de Adorno de Hesse el 18 de abril de 1966; luego fue publicada en su libro Consig-
desde la necesidad de nas, bajo el título “La educación después de Auschwitz”.(2) Se ha criti-
buscar una vía alternativa cado el sentido con que fue interpretada dicha frase, advirtiendo que la
de acceso al pasado, intención de Adorno no era que no se puede escribir después de Ausch-
pues según su decir, de- witz sino que urge hacerlo desde otro horizonte cultural, ya que el ante-
be de ser posible escribir rior llevó, precisamente, a Auschwitz, al límite de lo expresable (3). No
después de Auschwitz. nos detendremos aquí a analizar y exponer cuál fue el sentido que Ador-
4) Cf. Mario Presas: La no quiso adjudicarle a sus palabras; tomaremos su sentencia como una
verdad de la ficción, Bs suerte de icono de la problemática inherente a la posibilidad de repre-
As, Almagesto, 1997, p. 7. sentación estética del Holocausto.
Para un desarrollo de los En este sentido, la generación de artistas post-Holocausto ha tenido co-
vínculos entre arte y mo- mo eje central en su obra la reflexión sobre este dictum que se ve cris-
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talizada en las decisiones procedimentales de las que se sirven toda vez ral desde el lugar de la
que se disponen a abordar el pasado. Dicho abordaje supone otorgar al catarsis, véase: Aristóte-
arte -y más precisamente a la experiencia estética que generan ciertas les, Poética, Bs As, Barlo-
manifestaciones artísticas- la facultad de ser una insustituible vía de ac- vento, 1977;G. W. Hegel,
ceso a la realidad, que permite reflexionar sobre el pasado y evocar la Lecciones de Estética ,Bar-
catarsis en el espectador. (4) celona, Península, 1997.
Esta preocupación por el “futuro” del pasado a partir de la cual trabajan 5) Para una ampliación
dichos artistas, supone la incorporación de la deliberación en torno a los de este 'fervor de memo-
medios de representación. Actualmente se multiplican los monumentos, ria' véase: Andreas Huys-
instalaciones, y demás intervenciones estéticas sobre el Holocausto, sen, En busca del futuro
que son corolarios de la discusión en torno a las políticas de la memoria perdido, México, FCE, 2002.
a las que asiste occidente (5); discusión que en su dimensión estética Oscar Terán, “Tiempos de
tiene que ver con la determinación del potencial simbólico de ciertas memoria” en revista Pun-
obras para referirse al pasado. Por ello, en el presente trabajo intentare- to de vista, nº 68, 2000.
mos mostrar que lo importante hoy, ya no es si es posible representar Leonor Arfuch, “Arte me-
Auschwitz, sino cómo hacerlo, desplegando de este modo, la pregunta moria y archivo” en: re-
por el procedimiento.(6) De allí nuestro interés en la obra del artista fran- vista Punto de vista, nº
cés Christian Boltanski, en la medida en que su exploración de ciertos 68, 2000, pp. 34-37.
materiales: archivos, fotografías anónimas, inventarios, vitrinas, se entrela- 6) Cf. “Sostendré que los
zan con los fundamentos simbólicos que se pueden extraer de las obras, problemas con los que se
generando una “construcción” en el presente que connota el pasado. enfrentan las representa-
En su libro Caught by history Ernst van Alphen divide el acceso a la me- ciones del Holocausto de-
moria en dos, por un lado habla de una “aproximación histórica a la me- ben ser ubicados en el
moria”, por otro, de una “aproximación imaginativa” a la misma, propia proceso y en los mecanis-
de ciertos abordajes estéticos; a su vez, él prefiere hablar de “efectos mos de representación en
del Holocausto” en lugar de “representaciones del Holocausto”, pues sí misma” Ernst van Alphen,
una representación es una mediación, en la cual el acontecimiento se Caught by history, Stand-
hace presente a través de la referencia al mismo, mientras que al hablar ford University Press,
de “efectos” quiere expresar el lugar del espectador, desde el cual es 1997, p. 12 (la traducción
posible experimentar directamente ciertos aspectos del acontecimiento; es nuestra).
no se trata de una re-presentación sino de una re-construcción (7), otor- 7) Cf. Ernst Van Alphen,
gando jerarquía a la idea de artificio. Encontramos esta distinción muy Caught by history, ob.
provechosa para reparar en las singularidades de las prácticas estéticas cit., p. 10.
y su modo alternativo de pensar el Holocausto desde la aproximación 8) Ibid., p., 13.
imaginativa a la memoria del mismo. 9) Cf. Andreas Huyssen,
En busca del futuro per-
La memoria en el arte dido, ob. cit.
Analizaremos la obra de Boltanski procurando mostrar cómo en sus ins- 10) Didier Semin, “Bol-
talaciones se encuentra latente la consideración de que todo acto de re- tanski: From the imposi-
construcción del pasado supone una construcción en el presente. ble life to the exemplary
Van Alphen destaca a propósito de la deliberada utilización en Boltanski de life” en: Didier Semin, Ta-
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mar Garb, Donald Kuspit, materiales (vitrinas, retratos, utensilios, archivos) que son compartidos
Christian Boltanski, Lon- por la historia pues personifican la promesa de la presencia del pasado;
dres, Phaidon, 1997, p. 49. no obstante, la apropiación que el artista hace de estos géneros utiliza-
11) Numerosos son los dos por la historia, manifiesta algo distinto pues “sus actos de recons-
ejemplos, de este tipo de trucción, de hacer presente, nos enfrentan con la conciencia de que lo
intervenciones materiales que está siendo reconstruido está también perdido.”(8) Esta presencia
sobre el Holocausto. Ca- del pasado estaría dada por una textura indiscernible de memoria y ol-
be destacar el trabajo de vido, pues la memoria es siempre presente aunque su contenido sea el
Horst Hoheisel, quien el pasado (9); dicha consideración por la memoria se manifiesta en la in-
27 de enero de 1997 pro- tención de Boltanski de hacer de la arqueología de los objetos el acce-
yectó la inscripción que so a su genealogía, objetos muertos en tanto están descontextualizados,
se encuentra en la puerta y a los que Boltanski dará un sentido alternativo re-contextualizándolos.
de Auschwitz Arbeit Macht Otro elemento desarrollado por el artista que nos resulta particularmen-
Frei, en la emblemática te significativo es la indagación en torno a “la ejemplaridad de lo banal”
Puerta de Brandeburgo (10), cristalizada en el concepto de “pequeña memoria” acuñado por el
en Berlín. A su vez, los artista que guarda relación con la exploración de objetos cotidianos a
denominados “Lugares partir de la mediación estética.
de recuerdo” de los artis- Cabe señalar que si bien las tres instalaciones que se analizarán: The
tas alemanes Renata Stih missing House, High School Chases, y Canada aluden explícitamente al
and Frider, quienes fue- Holocausto, en otras instalaciones el artista sin referirse al aconteci-
ron convocados en 1993 miento, reflexiona acerca de él; precisamente, esta indagación constan-
por la comisión del me- te sobre la muerte, la cosificación del sujeto, el borramiento de la iden-
morial de Berlín para que tidad, los objetos personales -tópicos omnipresentes en su obra- son los
conciban 80 carteles re- que encontramos interesantes, para pensar el Holocausto.
versibles que fueron co-
locados en un recorrido El arte después de Auschwitz
urbano; dichos carteles Es preciso advertir que la generación de artistas post-Holocausto a la
contenían de un lado sím- que hicimos referencia, ha compartido su menosprecio por las formas
bolos creados por los ar- convencionales de representación, de allí su interés por las manifesta-
tistas y del otro ciertos con- ciones urbanas efímeras, esto es, intervenciones que sólo están en el
tenidos históricos tales espacio urbano por un determinado período; dichas instalaciones usual-
como un fragmento del mente están al alcance del espectador, de modo que la experiencia es
texto de la ley que redu- inmediata (11) pero también volátil, pues estas manifestaciones sólo se
cía durante el nazismo exhiben durante un tiempo determinado, y en un espacio preciso, y ése
los derechos y los privile- es precisamente su modo de existencia.(12) Dicha generación de artis-
gios de los no arios, es tas de la memoria concibe lo que en términos de James Young son sus
decir, de los judíos. contramonumentos (13) desde un posicionamiento a la vez material y te-
12) En este sentido, ca- órico respecto del Holocausto.
be destacar la instalación Sin embargo, Boltanski ha expresado insistentemente que su obra no es
Advento (1995) que Bol- sobre el Holocausto sino que su arte es post-Holocausto. (14) No hay
tanski realizó en la iglesia una deliberada opción por la reflexión en torno al Holocausto, sino una
de Santo Domingo de evocación poética de ese pasado, a partir de la mediación del arte. De es-
Bonaval en Santiago de te modo, el problema planteado por Adorno -que toda esta generación
Compostela (España), don- ha intentado resolver- tiene en Boltanski matices originales pues no par-
de 'intervenía' el espacio ticipa en la discusión sobre la representación, sino que despliega obra
con la performance vol- concebida para generar experiencias en el espectador (15) que respon-
viendo intransitables ciertas de “materialmente” a la pregunta por el arte después de Auschwitz. Como
zonas, con el objeto de indica van Alphen, (16) Boltanski produce “efectos del Holocausto” recons-
que la obra sea en sí truyendo el hecho sin pretender enfrentarse directamente con él. (17)
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Esta reivindicación de la memoria como la instancia que permite rein- misma gracias a la con-
troducir el ámbito de lo subjetivo, supone el menosprecio por la valora- templación del espectador.
ción de metáforas totalizadoras del pasado (18), a las que alude el di- 13) Cf: James Young, At
rector de cine Claude Lanzmann con su expresión la “obscenidad del Memory 's Edge, Esta-
por qué”; las respuestas efímeras del artista plástico parecen adecuar- dos Unidos, Yale Univer-
se con su idea de instalación de artefacto móvil, perecedero a esta idea sity Press, 2000, p. 7 y
de memoria, de testimonio cuya empatía con el arte es evidente; la idea ss. Allí Young expresa que
de “pequeña memoria” tiene que ver con la eficacia de esta recreación los 'contramonumentos'
del pasado cuyo estatus es parcial, recortado, finito. En tal sentido, pa- son espacios de memo-
ra Boltanski la memoria es aquello que se manifiesta en el modo de la ria auto conscientes con-
ausencia, y por tanto el artista es un exégeta que da vida a ese conteni- cebidos para desafiar la
do para que pueda ser inteligido: el arte hace visible la ausencia, y jus- idea de monumento, don-
tamente esta concepción de memoria como intervención imaginativa su- de los artistas exploran
pone pensar que no hay una memoria entendida como narrativa, sino tanto la necesidad de
múltiples relatos, versiones del pasado. memoria, como su inca-
Por ello, la “pequeña memoria” da cuenta del rechazo hacia pretensio- pacidad de recordar he-
nes holistas omniabarcadoras, ya que para Boltanski el arte no tiene re- chos que no experimen-
al poder sino “pequeño poder” para cambiar las cosas. (19) taron directamente, dada
En relación a este último aspecto, es interesante comparar la entrevista la inexorable brecha ge-
que le hace Lanzmann al historiador Raúl Hilberg en el filme Shoah don- neracional.
de éste expresa que “en toda mi obra nunca he comenzado haciendo 14) Cf: Didier Semin, Ta-
las grandes preguntas pues he temido encontrarme con pequeñas res- mar Garb, Donald Kuspit,
puestas. Para Lanzmann hay más verdades en las palabras del maqui- Cristian Boltanski, ob.
nista de la locomotora (aludiendo a una escena de la Shoah) que en el cit., pp. 19-23. Tanto re-
supuesto gran pensamiento sobre el mal. (20) pitió Boltanski esta frase
El futuro de la memoria está dado por desplegar esos microrelatos, de que le ha dado algunos
allí la importancia de la “pequeña memoria”, como espacio cotidiano de matices. “Mi trabajo no
no olvido, de reflexión en torno a lo banal, de evocación permanente pa- es sobre XXXXX, es des-
ra que el pasado nunca deje de existir. En tal sentido, la obra de Bol- pués de XXXXX” en una
tanski es una reflexión sobre el pasado entendido como corpus que ad- entrevista realizada por
quiere sentido a partir de los múltiples modos de hacer memoria. Georgia Marsh en 1990,
citada por van Alphen en
El arte de la memoria su libro Caught by his-
Los artefactos estéticos concebidos por Boltanski permiten desplegar tory, ob. cit., p. 93.
“pequeñas memorias” que expresan un vacío, sin intentar agotar sus 15) Cf.Didier Semin,
sentidos sino enfatizando su apertura y su fragilidad, procurando “resu- “Boltanski: From the im-
citar” lo muerto. Boltanski cuenta que para él hay una íntima relación en- posible life to the exem-
tre una foto, una ropa o un zapato (21) y un cuerpo muerto, alguien exis- plary life” en: Didier Se-
tió adentro del zapato, por ello, deliberadamente trabaja con objetos min, Tamar Garb, Donald
usados, cuya historia está sólo contenida en los pliegues, y al exhibirlos Kuspit, Cristian Boltans-
se les otorga una nueva vida, como una especie de resurrección (22) ki, ob. cit., pp. 82-85.
donde los objetos son re-contextualizados, a través de un nuevo matiz. 16) Cf. Van Alphen en su
Los elementos que usa invocan vidas que han sido vividas pero que han libro Caught by history,
expirado, representando la muerte de alguien. En este sentido, Boltans- ob. cit., p. 99.
ki expresa: “Hay algo contradictorio en mi trabajo, es sobre reliquias pe- 17) El autor compara el
ro al mismo tiempo está contra ellas. Parte de mi trabajo ha sido sobre trabajo de Boltanski con
lo que yo denomino 'pequeña memoria'. La gran memoria es recordada el que Lanzmann hace
en libros y la pequeña memoria es sobre cosas triviales ( ... ) he inten- en la Shoah una película
tado preservar la 'pequeña memoria', porque cuando alguien muere esa que procura reconstruir
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el acontecimiento pero memoria desaparece junto con él. Porque esa memoria es lo que singu-
que en todo momento lariza a las personas, volviéndolas únicas.” (23) De este modo, Boltans-
expone la brecha históri- ki procura rescatar aspectos frágiles de la memoria a partir de una apro-
ca que separa el aconte- ximación imaginativa a la misma.
cimiento de su represen-
tación. a. The missing house (1990)
18) Para un análisis de la La intervención urbana The missing house surgió cuando Boltanski su-
discusión en torno a la po que un terreno vacío en Berlín fue una casa de departamentos en
historia y memoria en el donde vivían judíos, que en febrero de 1945, fue destruida a causa de
marco de la obra de Bol- los bombardeos; Boltanski decidió construir un espacio memorial dedi-
tanski, véase: Cecilia Ma- cado a la ausencia, en el terreno vacío donde estaba “la casa que falta”;
cón, “Arte e historia: la me- dispuso placas con los nombres de las personas que allí vivían, destacan-
moria como traducción do sus ocupaciones, las fechas de sus muertes; de algún modo dicha
del presente” en: Pablo instalación irrumpía la normalidad del paseo para el transeúnte, volvien-
Dreizik (compilador) La do visible al terreno baldío. La intención era provocar el efecto de extra-
memoria de las cenizas, ñamiento, sacudiendo al espectador, obligándolo a ver, y a pensar. (24)
Bs As, Patrimonio Histó-
rico, 2001, pp. 169-177. b. Chases High School (1988)
19) Cf: Didier Semin, Ta- En esta instalación Boltanski trabaja sobre una imagen que encontró de
mar Garb, Donald Kuspit, casualidad; dicha imagen retrata los graduados de 1931 de un secun-
Cristian Boltanski, ob. dario judío de Viena que fue clausurado poco después de tomarse esa
cit., p. 37. fotografía. Para la instalación Boltanski refotografió las dieciocho caras
20) Claude Lanzmann, de cada individuo y luego las oscureció hasta que perdieron todo ras-
en: entrevista realizada go de individualidad, provocando otra fisonomía en las caras antes son-
por Federico Finchelstein rientes, creando una imagen lúgubre; nunca supo qué le ocurrió a las
para revista Espacios, nº personas de la foto. (25) En el catálogo de la exposición se incluyó la fo-
26, 2000, p. 67. to original con una inscripción: “Todo lo que sabemos de ellos es que
21) Es interesante com- eran estudiantes del secundario Chases en 1931.” (26)
parar el trabajo de Bol- En esta obra descansa uno de los planteamientos de mayor fuerza en el
tanski con objetos 'muer- discurso que Boltanski ha creado sobre la muerte y consiste en la ambi-
tos' que vivían a través güedad entre la individualidad -otorgando un espacio para cada ser- y
del uso que se les asig- el anonimato propio de la metamorfosis vida-muerte. Estos elementos
naba, con el análisis que adquieren nuevas implicancias toda vez que se reflexione en torno al
realiza Martín Heidegger Holocausto. Es interesante la riqueza teórica que puede extraerse de lo
en “El origen de la obra que ha hecho Boltanski con las fotografías, con esos retratos en canti-
de arte” de los zapatos dad que son oscurecidos hasta borrar o disolver los rasgos distintivos,
de labrador de Van Gogh pues permite trazar una simetría con el borramiento de la identidad que
y la idea de útil en rela- padecieron los que fueron enviados a campos de exterminio. El vacia-
ción con la cosidad del miento que a partir de las pátinas oscuras que utiliza para borrar aspec-
ente. Cf. Arte y poesía, tos fisonómicos precisos permite inteligir de algún modo el destino de
México, FCE, 1997, pp. tantas personas como las que integran la obra. Esta falsa mimesis re-
59 y ss. sulta paradigmática en su poder simbólico para referir, sin tener preten-
22) Cf. Christian Bol- siones de inmediatez; antes bien introduciendo los mecanismos estéti-
tanski, Didier Semin, Ta- cos que posibilitaron dicha empatía. El efecto de esta oscuridad sobre
mar Garb, Donald Kuspit, los rostros es la transformación de la individualidad en anonimato. (27)
Cristian Boltanski, ob. A su vez, el trabajo realizado con las fotografías en la instalación incor-
cit., p. 19. pora el abismo que existe entre el momento en que esa foto fue tomada
23) Idem. y la realidad espacio temporal del retratado. Boltanski desafía la unidad
24) Esta intervención tie- entre el significante fotográfico y lo significado concentrándose en la
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idea de referencia, las fotos que evocan la niñez son ahora cadáveres. ne muchos vínculos con
(28) Como expresa Marjorie Perloff en su trabajo “Lo que realmente pa- la que en 1995 realizaron
só” a propósito del análisis que hace de la obra de Boltanski y de Roland Christo y Jeanne Claude.
Barthes, una fotografía es una corroboración de una presencia pero a su Envolvieron el Reichstag,
vez de una ausencia, pues eso retratado sólo ha sido una vez, como di- un edificio emblemático
ce Barthes, en La cámara lúcida en cuanto ocurre el clic del obturador construido en 1895, que
aquello que ha sido fotografiado ya no existe más. (29) albergó al Parlamento
Por otra parte, la decisión de Boltanski de ampliar los retratos, de modo alemán durante el impe-
que el espectador se encuentra con primeros planos, permite reconocer rio guillermino, jugó un
tras el objeto estético, al individuo. En relación a este mecanismo im- papel crucial en la funda-
plementado por Boltanski es posible advertir que otro de los tópicos ción y en el desmorona-
centrales en su obra tiene que ver con esta idea de fetiche, entendida miento de la República
como superposición de la parte sobre el todo, cristaliza en la cosifica- de Weimar, fue incendia-
ción del sujeto, en una tensión entre lo individual y lo colectivo (30) . Así, do una vez que los nazis
otra simetría se despliega, pues en los campos de exterminio, los hom- ascendieron al poder,
bres eran reducidos a objetos, sin identidad, sin pertenencias, tan sólo después de 1945 se trans-
un número o un registro ininteligible para ellos. A Boltanski siempre le in- formó en una 'ruina con-
teresó el tema de la transformación del sujeto en objeto; el uso de fo- memorativa' de la histo-
tografías de desconocidos, al objetivarse devienen cuerpos, cadáveres, ria alemana invisible para
que son “resucitados” por la performance que lleva a cabo el artista a los ciudadanos. Los ar-
partir del despliegue estético de la oscuridad, a partir de un deliberado tistas cubrieron el edifi-
vaciamiento cromático, que queda reducido a la primitiva combinación cio por un breve tiempo,
de luces y sombras. con polipropileno que vi-
En este sentido, es posible establecer vínculos con otra instalación en la raba de color de acuerdo
que utiliza fotografías: The dead swiss (1991) en esta instalación Bol- al día y la noche; la inten-
tanski utiliza pilas formadas por cientos de cajas de acero que lucen fo- ción de estos artistas era
tos extraídas de la sesión de noticias de muerte de un diario suizo, allí, volverlo invisible al edifi-
Boltanski no intenta trabajar la memoria del Holocausto (esto estaría cio, precisamente para
asociado a manifestaciones estéticas explícitas) sino que trabaja con los que pueda ser 'visto' por
complejos mecanismos que han hecho posible el horror. (31) Provocati- los berlineses, para que
vamente ubica la importancia y la posibilidad de lidiar con el Holocaus- no sea indiferente. Cf.
to de un modo no referencial y no histórico. Andreas Huyssen, En
Cabe destacar aquí, otro elemento importante en Boltanski que tiene busca del futuro perdido,
que ver con la idea de almacenamiento, de selección de objetos, de inven- ob. cit., p. 168 y ss.
tario que permiten establecer vínculos no sólo con el Holocausto, pues las 25) Marjorie Perloff, “Lo
“selecciones” eran algo corriente en los Lagers (32) ; sino que también que realmente pasó” en:
hay una lectura irónica por parte de Boltanski hacia el modo de almacena- revista Mil palabras, nº 2,
miento del pasado, pues considera a los museos como “morgues”. Re- 2001, p. 39.
sulta interesante la instalación Lost property (1994) que hizo en el hangar 26) Ernst van Alphen,
de la estación de tren en Glasgow, donde agrupó todos los objetos que Caught by history, ob.
tenían más de seis meses perdidos, depositándolos en estanterías meti- cit., p. 98.
culosamente etiquetados. A su vez, en Cloaca máxima (1994) mostró en una 27) Cf: Ibíd., p. 106.
vitrina los objetos recuperados de una alcantarilla de Zurich. Boltanski ex- 28) Cf: Ibíd., p. 103.
presa que le llaman la atención las vitrinas de los museos con pequeños 29) Cf. Marjorie Perloff,
objetos frágiles e insignificantes, que representan un mundo que ha desa- “Lo que realmente pasó”
parecido, pues los objetos son negados al estar expuestos en vitrinas. (33) en: revista Mil palabras,
nº 2, 2001, p. 37.
c. Canada (1988) 30) Cf. Cecilia Macón,
La última instalación que analizaremos se denominó Canada y se expuso “La memoria como tra-
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ducción del presente” en la Ydessa Foundation en Toronto; a su vez, “Kanada” era en el len-
en: La memoria de las guaje concentracionario nazi de Auschwitz-Birkenau el nombre del de-
cenizas, ob. cit., p. 174. pósito donde los efectos personales de los deportados eran guardados
31) Cf. Christian Bol- y luego reciclados como si fueran meramente material primario ordina-
tanski, en: Didier Semin, rio. (34) La instalación de Boltanski es una acumulación desproporcio-
Tamar Garb, Donald nada, demasiado vasta para ser vista como un perchero o un guarda-
Kuspit, Christian Bol- rropa de miles de prendas compradas en mercados de pulgas, colgadas
tanski, ob. cit., p. 85. con clavos cubriendo todo el espacio.
32) No sólo la denomi- Este colosal almacenamiento evoca nuevamente en una “falsa mímesis”
nada 'selección' de las las pertenencias llevadas a los “Kanadas” de quienes fueron enviados a
personas que iban a ser los campos. A este respecto es muy interesante el desarrollo que Leo-
conducidas a las cáma- nor Arfuch hace en su artículo “Arte, memoria y archivo”. Allí destaca la
ras de gas, sino la 'selec- diferencia en cuanto a la representación entre esta estrategia de produ-
ción' que se realizaba cir un efecto de sentido por la acumulación metafórica de lo semejante
con las pertenencias que pero otro (falsa mímesis) a la utilizada en el Museo de Washington, o en
se almacenaban. Cf. el Museo de Auschwitz, en donde se almacena y exhibe, lo mismo (35)
Ernst van Alphen, Caught (mímesis).
by history, ob. cit., p. Arfuch habla de Boltanski como “archivador” pues según su decir, su
116. obra se inscribe por entero en este campo. Dicha elección estética no
33) Cf. Christian Bol- resulta sólo de la incapacidad de la memoria de restituir la “completud
tanski en: Didier Semin, de la imagen o de preservar la integridad de los objetos, tampoco qui-
Tamar Garb, Donald zá del propio desfallecimiento del “sujeto” sino probablemente de esa
Kuspit, Christian Bol- manera fatal de un siglo de acumulaciones aterradoras, de esa espec-
tanski, ob. cit., p. 55. Es- tralidad siniestra ( ... ) que acecha en la simple cotidianeidad y que ha
ta idea de inutilidad, en transformado los modos de ver. En fotografías, álbumes familiares, ob-
donde los objetos resul- jetos inertes -ropas, cartas, valijas, utensilios- despojados de sus due-
tan muertos al ser pues- ños, en rincones vacíos y casas abandonadas, ¿no rondan acaso las fi-
tos en vitrinas, es desa- guras de la ausencia forzosa, el destierro la desaparición?” (36) En esta
rrollada a su vez por dialéctica de ausencias y presencias que caracteriza la obra de Bol-
Ernst van Alphen, Caught tanski, es interesante rescatar la idea de archivo, pues el archivar de al-
by history, ob. cit., p. gún modo es, producir y registrar el acontecimiento, y en tal sentido, ac-
118. ceder al pasado.
34) Didier Semin, Tamar De este modo, retomando la idea de van Alphen acerca de los “efectos”
Garb, Donald Kuspit, Ch- del Holocausto, diremos entonces que en Boltanski lo importante no es
ristian Boltanski, ob. cit., mostrar el pasado sino hacerlo, de allí su famosa advertencia: “Mi tra-
p. 80. bajo no es sobre el Holocausto, es después del Holocausto” (37). De es-
35) Cf. Leonor Arfuch, te modo, el artista logra materializar la presencia de la ausencia; sus ac-
“Arte, memoria y archi- tos de reconstrucción y de elaboración del presente nos golpean con
vo” en: revista Punto de la conciencia de que lo que está siendo reconstruido está perdido para
Vista, nº 68, 2000, p. 37. siempre; así, evade la reconciliación del pasado en el presente. (38)
36) Idem. A través de la mediación del arte, Boltanski ha respondido a la sagaz
37) Véase nota 14. pregunta que Adorno formuló; no obstante, fue preciso recrear el pasa-
38) Ernst van Alphen, do para hacerlo visible. Como ha expresado Robert Bresson: “Poner el
Caught by history, ob. pasado en presente. Magia del presente”. (39)
cit., p. 96.
39) Robert Bresson, No-
tas sobre el cinemató-
grafo, Madrid, Ardora,
1997, p. 47.

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