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México despenaliza el aborto: ¿qué pasará ahora en los Estados del país?

Los tribunales pueden seguir juzgando a mujeres que aborten, pero no mandarlas a la cárcel.
De los 32 Estados del país, solo cuatro de ellos tienen una ley de plazos que permite
interrumpir el embarazo antes de las 12 semanas

Concentración para celebrar la despenalización del aborto en México, el martes en


Saltillo.DANIEL BECERRIL (REUTERS)

CARMEN MORÁN BREÑA

México - 08 SEPT 2021 - 11:46 PET

La decisión de la Corte Suprema de despenalizar el aborto en México ha sido celebrada (sin


grandes alaracas en la calle) como la liberación de obstáculos que impulsará a los Estados que
componen el país a legislar en consecuencia. Pero lo dictado por el tribunal no obliga al poder
legislativo —es decir, los Congresos Estatales— a modificar sus Códigos Penales. Apenas
Coahuila, el Estado sobre el que se presentó la cuestión de constitucionalidad, tendrá que
intervenir sobre él, puesto que su artículo 196 ha quedado invalidado. El presidente de la
Corte, Arturo Zaldívar, abogó por sacar de ese Código Penal todo lo referente al aborto, pero
no fue el caso.

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En México el aborto está autorizado por la Constitución, pero de los 32 Estados solo cuatro —
la capital, Oaxaca, Hidalgo y Veracruz— tienen una ley de plazos que permite la interrupción
del embarazo libremente en las 12 primeras semanas de gestación. Y después de ese tiempo,
en algunos supuestos como el peligro para la vida de la madre o malformaciones en el feto,
entre otros.

A partir de ahora, ¿qué va a ocurrir en los otros Estados? Dependerá de su voluntad, es decir,
de los diputados, redactar nuevas leyes a la luz de la decisión de la Corte. Podrán, entonces,
seguir mandando a tribunales a las mujeres que aborten fuera de la normativa local, pero el
proceso judicial no permitirá que entren en la cárcel. Eso es todo. Aunque no es poco. Y el
mayor beneficio por ahora: las mujeres y quienes las ayudaron a abortar podrán salir de la
cárcel. Beneficio retroactivo.

La decisión de la Corte Suprema sienta jurisprudencia, pero eso solo significa que los jueces
locales y federales deberán ceñirse a esa determinación. Y eso es así porque tras la última
reforma del poder judicial basta con una resolución por mayoría calificada, ni siquiera
unanimidad como la que se ha alcanzado en este caso, para que la jurisprudencia opere. Antes
se precisaban cinco decisiones similares por unanimidad. No habrá, por tanto, cárcel para las
mujeres. O como señaló el ponente de la resolución, Luis María Aguilar, “se destierra
la amenaza de la prisión sobre las mujeres y el estigma”.

De esta forma, la interrupción libre del embarazo encuentra en los tribunales una amplia
permisividad que no es tal en la mayoría de las leyes estatales. Esa diferencia no libra a las
mujeres a transitar por un proceso jurídico, aunque sepan que lo van a ganar. Ateniéndose
solo a lo dictado por la Corte, México sería uno de los países más permisivos para abortar. Y no
falta quien se pregunta si una embarazada puede decidir frenar su gestación porque le dé la
gana en el séptimo mes, por ejemplo. Es cierto, como dijo la ministra Margarita Ríos Farjat,
que “nadie se embaraza para abortar”, pero así como hay una enorme casuística a partir de la
cual se puede comprender la necesidad de un aborto más allá de las 12 semanas de plazo
(malformaciones que se detectan tardíamente, cambio radical en el estado de salud de la
madre, descubrimiento del embarazo más allá de los meses previstos para frenarlo), no se
entendería que se interrumpiera la gestación sin más ni más en el sexto mes. ¿Cómo salvar
este extremo?

Concentración a favor del aborto en Saltillo (México), este martes.DANIEL BECERRIL


(REUTERS)

Los ministros de la Corte han debatido este asunto, y alguno se manifestó a favor de poner un
plazo en el que limitar la despenalización, pero finalmente no se impuso porque el resto de los
magistrados entienden que esto queda fuera de su quehacer y cae del lado del poder
legislativo. Esa es la razón que puede animar a los Estados a remozar sus leyes. Dependerá,
desde luego, del empuje de aquellos partidos políticos que estén dispuestos a dar un paso
adelante en esta materia. Y en México los avances están llegando día con día, si bien más
lentos de lo que desearían millones de mujeres. “Es similiar a lo que ha pasado con el
matrimonio del mismo sexo, que tienen que presentar amparos para poder casarse. Lo que
ocurre en estos casos es que los Estados pueden mirar para otro lado y no perseguir estos
delitos, porque saben que acabarán en amparos que ganarán los demandantes porque ahora
invocarán el derecho humano sobre el que ha sentenciado la Corte”, explica el ministro en
retiro del Tribunal José Ramón Cossío.

Los partidos que quieren promover cambios en las legislaciones locales encontrarán un
obstáculo añadido. No pueden presentar una causa de inconstitucionalidad sobre la ley,
puesto que eso solo puede hacerse en los 30 días siguientes a ser aprobada. Por tanto,
primero tendrían que hacer una nueva ley y luego presentar la inconstitucionalidad. Una vía
muerta si los gobiernos más conservadores se niegan a reformar la norma sobre el aborto.

Lo que sí han señalado los ministros en la exhaustiva ponencia de Aguilar es la necesidad de


tutelar también al feto, más cuando más avanzada esté la gestación. Ahora el legislador tiene
pistas para proceder. Todo conduce a una ley de plazos y supuestos. “Es posible que haya
todavía jueces que dicten cárcel para algunas mujeres, y eso las obligaría a pleitear en los
procesos locales y federales primero y a solicitar un amparo después ante un juez de distrito.
Este sí tendría que seguir, finalmente, la jurisprudencia”, dice Melissa Ayala, abogada
responsable de litigios en la organización por el aborto Gire. En todo caso, la prisión preventiva
tampoco se contempla, porque solo se dicta para delitos graves.

Las organizaciones de mujeres, entre ellas Gire, que sostienen una lucha de décadas por esta
causa, han manifestado su alegría por la decisión judicial de este martes. Aunque saben que
falta mucho por andar, ahora hay menos piedras en el camino.

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