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1. Referencia Bibliográfica
Se trata de una obra clásica de la historiografía de finales del siglo XIX. Charles-
Victor Langlois y Charles Seignobos resumieron todos los procedimientos y metodología
del pensamiento crítico para hacer historia. Para ello, explican qué clases de
invstigaciones y trabajos hay que realizar acerca de las fuentes y documentos para lograr
un trabajo científico. En la primera parte es la Heurística, y el apoyo de las ciencias
auxiliares para alcanzar un análisis óptimo de las fuentes. En la segunda parte, nos
explican los métodos de análisis a seguir antes de empezar las investigaciones científicas.
3. Contextualizar
Posiblemente los fragmentos seleccionados de esta obra estén relacionados con las
tendencias de la demografía histórica. Como hemos visto en el temario, a finales del siglo
XIX y principios del XX, aparece una corriente de la mano de Durkheim y M. Weber
dentro de la demografía histórica, conocida como historia social; y otra que seguía las
ideas positivistas y de análisis puramente científicos. Con la selección de estos dos
capítulos posiblemente el profesor nos quiera mostrar el debate que surgió en aquella
época y como de alguna forma, se iba dando forma a lo que provocaría la etapa de los
Annales, como respuesta crítica.
4. Desarrollo del contenido
Tenemos ante nosotros dos capítulos del libro, en los que se hace una exposición de
dos asuntos bien diferenciados. Por un lado, tenemos la Búsqueda de Documentación
(heurística), y por otro, Las Ciencias auxiliares.
En la primera parte del fragmento (primer capítulo seleccionado) los autores nos
hacen una exposición de la importancia de las fuentes y documentos para hacer historia
fiable. Después, prosiguen su intervención con una serie de reivindicaciones y críticas al
que consideran uso inaceptable de los documentos históricos, así como del tratamiento
que se les da por parte de algunas personas e instituciones.
Reivindican más inversión por parte de los estados en adquirir y conservar los
documentos y otras obras de importancia histórica. Aunque reconocen la mejoría en
ciertos aspectos de este tema y en concreto, de algunos países.
Nos explican que algunos documentos y obras han sido completamente destruidos o
perdidos a lo largo de la historia, por lo que habrá hechos que nunca podremos llegar a
conocer. Sin fuentes estamos ciegos, sin fuentes no hay historia. Bajo esta base,
argumentan que, si no se cambiaba la forma de recoger y cuidar los documentos existentes
por entonces, se perderían también.
Aunque reconocen que los historiadores poseían de nuevas herramientas que les
permitían trabajar desde su casa, aún tenían que buscar mucha información en redes
institucionales para completar sus obras.
Nos cuentan el ejemplo de que hay jóvenes que estudian historia antigua y se piensan
que sabiendo latín cásico, ya conocen el latín de la edad antigua. Usa este ejemplo para
hacer un paralelismo, exponen que, este hecho pone de manifiesto que los historiadores
creen que, conociendo una parte de la historia, conocen todo el conjunto de la misma, y
esto no es así, cada historiador se suele especializar en una etapa.
Consideran que no todas las ciencias auxiliares en las que se apoyan algunos
historiadores son puramente ciencias (visión positivista aún), por ejemplo, afirman que la
historia narrada no es ciencia.
Cierra el capítulo hablando de que la técnica y métodos que debe seguir un historiador
(fuentes y ciencias auxiliares) dependerá mucho del momento histórico que vaya a
investigar.
5. Evaluación de la obra
Es importante conocer de algún modo los libros que evidencian una situación histórica
de inminente cambio. Los dos capítulos seleccionados no son casualidad, en ellos vemos
la idea todavía positivista de los autores. De algún modo encuentran en el apoyo de otras
ciencias, la respuesta a algunas preguntas que no podían contestar previamente,
apoyándose en la corriente de historia social surgida en paralelo a la publicación de la
obra.
Bajo la idea que plantean los fragmentos, se podría decir que se conforma una
ambigüedad proveniente del debate acaecido en la historiografía de esos años. Por un
lado, vemos su insistencia en los documentos y las fuentes, y por otro la apertura de usar,
por ejemplo, la filosofía para comprender mejor las fuentes analizadas.
Creo que el punto de vista recogido es bastante correcto, de alguna forma se encuentra
en una posición intermedia. Y es que probablemente para hacer bien historia es necesario
todo lo que propone. Debemos ser críticos y exhaustivo en el análisis de las fuentes, no
intentar explicarlo todo y analizar de forma concreta un periodo. Además para explicar
los documentos y obras habrá que conocer bien el contexto y el porqué de los detalles,
para ello tendremos que apoyarnos en otras ciencias.
1. Referencia Bibliográfica
Nos encontramos ante una selección de textos de distintos autores y de distintos libros
y documentos. La mayoría de ellos forman parte de un libro escrito por Fernando Sánchez
Marco. El título del libro es: “Invitación a la Historia: la historiografía, de Heródoto a
Voltaire, a través de sus textos”. Publicado en 1993. Cuenta en total con 59 textos, algunos
clásicos y otros nunca traducidos al castellano. Otros pertenecen a:
En el documento a estudiar, nos encontramos ocho textos seleccionados. Bajo los que
encontramos algunos de autores clásicos como Tucídides, Tito Livio o Karl Marx; y
algunos muy conocidos en España como Alfonso X el sabio o Manuel Tuñón de Lara.
Los textos no se encuentran en orden cronológico, pero hacen una clara alusión a los
distintos momentos de la historiografía en la historia. Son fragmentos cortos y muy
explícitos sobre los asuntos que se trataron en cada época. Así poder ver de algún modo
la evolución de la historiografía.
3. Contextualizar
Cada fragmento guarda una relación directa con una parte del temario dado en clase.
Podemos observar bajo los argumentos de los autores, los distintos movimientos del
pensamiento histórico que defendían y las diferentes metodologías usadas. Desde las
primeras metodologías de Tucídides hasta la historia social y de las mentalidades (algo
tardía en España) de la mano de Tuñón de Lara, pasando por las aportaciones a la
Historiografía Medieval de Alfonso X y su trabajo revolucionario en la Historiografía
Medieval. Además del temario, todos ellos guardan una estrecha relación con lo leído y
estudiado en el libro: “El oficio del historiador” de Enrique Moradiellos.
En este primer fragmento de su libro: “Por qué la historia”, M. Tuñón, nos habla
desde su posición de historiador con ideas contrarias al positivismo en la historia. Bajo la
influencia de la escuela de los Annales hace una argumentación a favor del estudio de la
historia social, porque según él, el estudio del pasado no debe desvincularse de la voz
crítica y el análisis del suceso.
Para el autor la historia debe estar siempre presente para poder comprender los hechos
del pasado y tener conciencia del hoy. La historia como herramienta para mirar al futuro.
Fragmento del prólogo de: “Historia de Roma desde su fundación”, obra de Tito
Livio. Al ser parte del prólogo, el autor realiza una explicación de cómo va a trabajar y
sobre qué asunto va a investigar, que, en este caso, es la Historia de Roma.
Según cuenta, su objetivo es contribuir a perpetuar la memoria de las grandes gestas
del pueblo romano. Pretende vislumbrar los setecientos años de Roma, desde su
fundación hasta su época.
Explica que su labor es aportar veracidad a los relatos contados, y aunque no se atreve
a señalar como mentiras las leyendas que preceden a la fundación de Roma, deja entrever
que él busca otro tipo de fuentes, para contar la historia de los hombres que vivieron
aquella época, y bajo qué circunstancias. Así como indagar en qué factores humanos y
bajo qué pensamiento se inició la decadencia que él vive en su presente. Trata de dar
explicación a las circunstancias y comportamientos sociales que provoca las dos
situaciones: el esplendor y la decadencia de Roma.
Cierra el fragmento con otra reflexión que vuelve a comparar los siglos de dominio
de Roma, bajo la afirmación de que no ha existido pueblo más grande, para
posteriormente volver a repudiar el periodo que le toca vivir, donde asegura, la gente es
avariciosa y desenfrenada.
El fragmento concluye bajo una retórica algo irónica, en la que desearía poder invocar
a los dioses y diosas para devolver el esplendor a Roma.
Nos hallamos ante otro fragmento de un prólogo, pero esta vez de la obra: “Primera
crónica general” escrita por Alfonso X. En él hace un análisis al comienzo reflexionando
sobre las circunstancias del pasado, y lo importante que resultan los documentos para
conocer lo acontecido en este. Cree que los hechos escritos son de suma importancia para
que no se repitan errores pasados y acertar en acciones futuras. Le da suma importancia
a las fuentes escritas.
En el siguiente párrafo expone como él, como Rey ha ordenado que se junten todos
los textos y libros que hablen sobre la historia de España. De esta forma lograr que todo
el mundo conociese la historia de España y lo sufrido por su pueblo a lo largo de ella. Usa
toda la explicación histórica para acabar relatando como conquistan los musulmanes a los
godos, y al cabo de los siglos los cristianos están recuperando aquel territorio (justifica la
reconquista).
El texto está compuesto por una retórica agresiva con un fuerte mensaje a favor de las
corrientes historiográficas modernas que se apoyan en la ciencia y en fuentes fiables. Para
ello critica la banalidad y superficialidad de algunas personas a las que les interesa otro
tipo de asuntos que, aunque se estiman como historia, para Voltaire, no lo son.
Según él, la historia se hace preguntas sobre hechos relevantes, y enumera una serie
de cuestiones sobre la situación política, social y económica de la época. Entre estas
cuestiones surge una que cuestiona por la demografía de varios lugares, y su influencia
en la economía y otros asuntos.
Después saca pecho y valora las nuevas corrientes de pensamiento que están
revolucionando la manera de vivir en Europa. Comenta el ejemplo del censo nacional,
que surge por aquellos años. Así como reivindica también una historia bien hecha para
dar respuesta a las cuestiones sobre el pasado y cree en una historia más social alejada de
las cortes.
Critica duramente a los historiadores franceses y cree que la Historia Antigua es una
pequeña verdad llena de mil embustes. Asegura que es más importante saber sobre las
conquistas de Alejandro Magno que de los trabajos de Hércules o cualquier otro tipo de
fábula.
Reconoce el trabajo de Michelet en el siglo XIX, pero denuncia que solo sirvió para
definir más el rol oprimido de la mujer en la sociedad. Para M. Tuñón la clave del auge
del feminismo es la corriente de los Annales, que atrajo a los historiadores a observar
situaciones de historia social en colectivos. Logran estudiar a la mujer fuera del su rol de
cuidadora y de vida en casa.
Cree que los estudios de las diferencias de sexo deben suponer un esfuerzo para poder
comprender la historia completa.
Por último, relata que a finales del siglo XX el concepto de género se vuelve más
amplio y se le da una perspectiva relacionada con lo cultural, se separa del sexo biológico.
Según la categoría de género le tocaría cumplir un rol u otro en la historia.
Texto 2: el poema nos ofrece mucha información con pocas palabras. Es motivo
a destacar la facilidad con la que el autor transmite el mensaje contra la Historia Política.
En cierto modo lo que defiende es una realidad, la historia la componen muchas personas,
no solo los protagonistas de grandes hechos. Pero no bajo cualquier hecho habrá que
estudiar a toda la sociedad. Hay ciertos indicadores, personajes y fuentes, bajo algunas
circunstancias, para construir una historia completa sin tener que estudiar de forma
específica a todos los no protagonistas.
Texto 3: realmente hay pocas valoraciones personales que hacer a dicho fragmento.
Para mí, es uno de los referentes clásicos de la historia. Muestra en todos sus textos su
actitud de hacer una historia de calidad, para el lector. Esto, bajo mi punto de vista es
importante, un historiador debe saber comunicar y transmitir el hecho que está contando.
Hallándome en la vía intermedia de que la historia debe buscar ser científica y dejar fuera
la narrativa, y los que creen que hacer historia es escribir una novela histórica.
Texto 4: un enorme trabajo de este romano que en cada uno de sus textos podemos
comprobar fácilmente su inspiración en el método de Tucídides. Le da gran importancia
a las fuentes y eso es algo a tener en cuenta para un historiador que está construyendo el
relato de su pueblo. Pues lo fácil hubiese sido que escogiera fábulas o cuentos para cerrar
alguna fase histórica para la que no tuviese suficiente información contrastada. Por
último, veo muy correcta la afirmación de que la decadencia del pueblo romano viene a
raíz de su avaricia y acomodamiento, podría hacer un paralelismo con la situación actual.
Texto 6: Voltaire denota una actitud revolucionaria en este fragmento que me inspira
fascinación, pues comprobamos como con aire crítico recrimina que aún haya científicos
o historiadores que no se han enterado de la nueva tendencia política, social y económica
de cambio bajo la que se ve Europa. La ilustración era un hecho y en este fragmento lo
deja claro. Es evidente que la historia debe estar hecha con rigor y debe buscar respuestas
basadas en las fuentes y datos fiables. Así como apoyarse en las nuevas herramientas que
vayan surgiendo.
Texto 8: con la mentalidad general de hoy es complicado entender que tuvieran que
pasar tantos siglos para que se tomara en serio a las mujeres y la lucha por la igualdad.
Apenas nadie, durante milenios, se ha planteado en ninguna etapa el papel subyugado por
una consecución de culturas completamente patriarcales. Casi sin excepción.
Por ello, M. Tuñón en este texto, explica con gran emoción el surgimiento de un
movimiento que comienza a completar la historia que hasta el momento solo se había
tomado como sujetos de estudio la mitad de los protagonistas (aunque también cabe
destacar que gran parte del problema de invisibilización de la mujer en la historia, es que
la práctica habitual para hacer historia era el estudio de los protagonistas y los hechos, y
casi el todos ellos eran hombres.
MUÑOZ BARBA, CARLOS GEOGRAFÍA E HISTORIA
1. Referencia Bibliográfica
En este libro el Catedrático nos enumera una serie de historias mitológicas o leyendas
a lo largo de la historia, y como algunas sirvieron como símbolo o base de identidad de
culturas, sus costumbres y valores. Por lo que el mito realmente es algo que explica en
buena medida el comportamiento del mundo. Analiza casi toda la historiografía española,
aunque también nombre otros lugares y realice paralelismos, pero usa un método original,
introduce algunos mitos como pie o apertura a la historia que cuenta inmediatamente
después. Por ejemplo, de seguridad. Concluye la obra argumentando que el método de
análisis que él usa para hacer historia se basa en estudiar hechos concretos, a diferencia
de los Annales y corrientes de los años 70 y 80 del S.XX. Finaliza cargando contra los
nacionalismos y sitúa al mito como parte de la historia, aunque no es empírica, ni se puede
usar como fuente para construir un relato histórico.
3. Contextualizar
El libro guarda una estrecha relación con el tema 7, y la nueva Historia Política. En el
texto nombra numerosos personajes, aunque de algunos pone en duda su simple
existencia, los usa para comprender el perfil de cada una de las sociedades y las épocas
que trata. De algún modo realiza un estudio de individuos individuales que le ayudan a
comprender, junto a otra serie de fuentes y hechos, la manera de pensar de ese momento
histórico.
4. Desarrollo del contenido
El desarrollo del contenido de este libro resulta difícil de esquematizar, porque hace
su composición es algo anárquica. En cualquier caso, José Álvarez realiza un trabajo que
podríamos dividir de forma muy resumida, en tres partes.
En la tercera parte, podríamos catalogarla como la más corta, hace una especie de
conclusión, en la que alcanza un nexo para toda su argumentación anterior. Por un lado,
defiende la nueva corriente historiográfica que se aleja de los estudios sociales y la visión
más subjetiva de la historia. Cree que se pueden hacer historia narrativa y a la vez
científica. Cree en la historia compuesta tras analizar a personas concretas.
Finaliza con una reflexión sobre los mitos y leyendas, y advierte con el especial
cuidado que hay que tener con los nacionalismos. Propone evitar el “nosotros” para
referirse a hechos históricos. Cree en que debemos atender a los mitos y leyendas no como
fuentes de datos empíricas, sino como símbolos a analizar, del que se pueden extraer datos
fiables.
5. Evaluación de la obra y opinión personal
Siendo claros, la mayor parte de la obra se dedica a desgranar la Edad Media y los
símbolos de esta. Muchos de ellos no los conocía, pero la lectura ha conseguido que los
relacione con una serie de ideas que sí, como por ejemplo el origen de los cinco puntos
rojos del escudo de Portugal.
La Historiografía que busca completar el autor sí pertenece a la forma que creo, hay
que hacer historia. De alguna manera acercarse con las fuentes a ese momento concreto
representado por un protagonista, una labor casi periodística.
Importante desde mi punto de vista saber narrar los hechos. Ahí, no me resulta tan
atractivo el trabajo de José Álvarez, especialmente al principio. Observo algo caótica y
anárquica la estructura que sigue.