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consejos para programas con Diversidad Cultural

Escuche lo que la comunidad tiene que decir


Antes de elaborar un proyecto, averigue qué esperan lograr los miembros de
la comunidad. Solicitar sus opiniones sobre diferentes aspectos de un
proyecto, desde la estrategia general hasta mensajes concretos de
promoción, puede fomentar la aceptación local y crear un sentido de
pertenencia con el proyecto.
3. Demuestre respeto
Esfuércese por mostrar que usted entiende y respeta los papeles y las
funciones de los líderes y grupos comunitarios, y evite las actitudes o
formulaciones que puedan percibirse como paternalistas.
4. Sea paciente
Tal vez sea necesario dialogar mucho y fomentar la toma de conciencia para
persuadir a los demás para que acepten nuevas formas de pensamiento,
especialmente las que ponen en entredicho las convicciones estrechamente
vinculadas a la identidad individual y social. Dedique todo el tiempo que sea
necesario a aclarar las cuestiones y abordar cualesquiera dudas. Si no se
resuelven las dudas, es posible que vuelvan a surgir más tarde y afecten el
progreso.
5. Logre el apoyo de las estructuras de poder a escala local
Convencer a los que ejercen el poder en una comunidad, trátese de
organizaciones no gubernamentales (ONG), grupos de mujeres, líderes
religiosos o ancianos, puede ser un primer paso fundamental para ganarse la
aceptación a nivel de las comunidades. Asegúrese de que su primer
encuentro transmita un mensaje positivo.
6. Fomente la inclusión
La mejor manera de disipar la desconfianza es mediante un proceso
transparente de consultas y negociaciones con todas las partes
Una estrategia integral que promueva la diversidad y la inclusión debe estar
enfocada en 5 elementos clave:
1. Atraer el mejor conocimiento y aptitudes con una oferta de igualdad de
oportunidades a la gente.

2. Favorecer la convivencia de culturas diversas e inclusivas, donde cada uno se


muestre tal y como es.

3. Diseñar políticas, buenas prácticas y medidas que favorezcan entornos de


trabajo con proyección de crecimiento personal y laboral, que permitan
corregir la inequidad y la desigualdad.

4. Promover líderes responsables capaces de entender la diversidad como una


estrategia para lograr la transformación de las empresas hacia nuevos
modelos.

5. Fomentar la colaboración y la inteligencia colectiva como parte de su


compromiso social.

1. Incentivar el respeto por la diferencia: El respeto en las aulas se impulsa


mediante las diferencias de cultura, lenguas, costumbres, género y
discapacidades evitando así prejuicios y estereotipos. Los profesores deberían
inculcar una sana convivencia entre todos los miembros del grupo y proponer
metodologías más efectivas como dinámicas y ejercicios que permitan incluir
cada una de las características de los integrantes, promoviendo así una
participación más responsable y potencializando, los valores y características
inherentes de cada estudiante.
2. Promover un ambiente saludable en el aula: Un contexto positivo puede tener
un efecto favorable en los estudiantes, quienes se sentirán más motivados y
con una mejor actitud hacia el aprendizaje. Es importante hacerlos sentir
bienvenidos a clase sin importar la diversidad de personalidades, esto sin duda
incrementará su sentido de pertenencia y, por consiguiente, el ambiente y la
convivencia será más saludable entre profesores y alumnos.
3. Transmitir y fomentar la confianza en cada uno de los alumnos: Sin duda, cada
individuo es diferente –ya sea en sus creencias, valores, cultura, preferencias,
etc.– por ello, promover la confianza de los integrantes del grupo es vital, ya
que potencializa las competencias de cada uno, fortalece su autoestima y
permite mejores habilidades de expresión, mayor seguridad y confianza.

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