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OPINIÓN

Es una política de empobrecimiento y exterminio, más que una burla

Por Carlos Hermoso

No debe extrañar la decisión de Maduro de no producir un aumento de salarios. Como casi


todas las decisiones del chavismo, desde que llegara el eterno a la Primera Magistratura, son
cuestiones multipropósito. En este caso de naturaleza económica.

Lo más importante es que guarda coherencia con lo acordado en 2018. Inicialmente lleva al
mínimo el salario de todos los trabajadores. De la empresa privada y de la administración
pública. De allí, en meses, desaparecen sueldos y salarios de todos los dependientes de las
instituciones del aparato de Estado. Ahora la cosa se reduce a bonos. Igual en la empresa
privada. Algunas dependencias lucen privilegiadas. De justicia, Fuerza Armada, Banco Central,
entre otras. Allí reciben diversos y jugosos bonos.

A pesar de la política iniciada hace casi un lustro, el salario en la empresa privada se va


incrementando. Recordemos que, así como el esclavista le brindaba al esclavo, para que
subsistiera, las condiciones mínimas, suficientes y necesarias, para que pudiese repetir las
labores para ser explotado uno y otro día, el capitalista hace lo propio.

De esa manera, garantizaba el rendimiento lo suficiente como para justificar la inversión que
supuso la compra del esclavo. De igual manera, el capitalista debe brindarle las condiciones
mínimas al obrero para que rinda lo suficiente. Por eso se fue incrementando el salario hasta
llegar, en promedio a unos 130 dólares en el campo, un tanto más en la agroindustria y a unos
140 en la ciudad. En el caso de la construcción los patronos les pagan a los obreros y las escalas
que se desprenden, salarios muy por encima del resto de sectores. Allí el desgaste físico es
mayor.

A pesar de que no existen datos oficiales al respecto, es fácil establecer estas ponderaciones.
De lo que se deduce que el aumento de bonos lo que hace es colocar las cosas a favor del
empresario. Es que los 70 dólares están por debajo de lo que paga el empleador. ¡Sale
ganando!

Llevar a niveles de una mayor miseria a los obreros conduce a la producción de mercancías
atrofiadas. Con ello la pérdida de competitividad. Es que un esclavo sin recibir lo suficiente
para reponer energía, alimentarse, cubrir necesidades fundamentales, no rinde. No se justifica
la inversión igual sucede en las relaciones imperante en Venezuela. De allí las diferencias
salariales entre los obreros de la empresa privada y los trabajadores públicos, sobre todo en
educación. El sector salud no se queda muy atrás.

La diferencia de los trabajadores de la administración pública y los de la empresa privada, es


que se puede llevar su salario a nada, ya que su función no es producir bienes para la empresa,
sino servicio público. De allí que el aparato de Estado se haya reducido al mínimo.

En la administración pública, se aplanan aún más sueldos y salarios. Es otro propósito


alcanzado. Principalmente en el sector educación y salud. Al no haber aumento salarial sino de
bonos, siendo el bono igual para todos los activos y manteniéndose la política salarial, los de
más alta calificación reciben ingresos similares a los de menor calificación.
Pero el sector más golpeado con este tipo de medidas es el de los pensionados y jubilados. Es
de exterminio. No hay manera de que un ser humano viva con una pensión de 5 dólares.
Confía la dictadura en que buena parte de este sector vive de los compromisos familiares de
hijos y nietos, algunos en el exterior y de que realizan estrategias de sobrevivencia.

De otra parte, hay evidencias claras de que la dictadura cuenta con recursos. La olla
descompuesta del grupo Tareck evidencia que, si hay para robar miles de millones, es porque
hay mucho más. Chevron ha aumentado la producción. A finales de año llegará a 150 mil
barriles al día. Ya la mafia Tareck no podrá vender en altamar. Eso incrementaría los ingresos
del Estado.

Pero el asunto no es que tengan recursos para producir los aumentos. De lo que se trata es de
alcanzar dos objetivos. De una parte, garantizarle a los empresarios salarios muy bajos,
mientras que los pasivos laborales se mantienen a raya. De otra parte, eliminar y aplanar
salarios en la administración pública para ahorrar recursos para pagar deuda.

La rabia creada, sin embargo, puede crear una fuerza que ponga en peligro el orden
imperante. A eso se arriesgan. Pero esto es apenas un breve análisis económico…

CARLOS HERMOSO / @HermosoCarlosD

Economista y doctor en ciencias sociales. Profesor asociado de la Universidad Central de


Venezuela. Dirigente político.

El Pitazo no se hace responsable ni suscribe necesariamente las opiniones expresadas en este


artículo.

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