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EDGAR ESQUIT

LA SUPERACIÓN

DEL INDÍGENA:

La política de la modernización entre

las élites indígenas de Comalapa, siglo XX

Instituto de Estudios Interétnicos

Universidad de San Carlos de Guatemala

305.8
E74 Esquit Choy, Edgar Arturo
La superación del indígena: la política de la modernización entre las élites
indígenas de Comalapa, siglo XX / Edgar Arturo Esquit Choy .

Guatemala: lOEI -USAC , 2010.


486 p.; 23 cm.
ISBN: 978-9929-554-12-2
Etnicidad, Ideología, Indígenas, Ladinos, Historia, Modernización Comalapa

DIRECTORIO

Rector Secretario General


Lic. Estuardo Gálvez Barrios Dr. Carlos Alvarado Cerew

Director Director
Dr. Jorge Luis de León Arana M5c. Eduardo Sacayón ~fanzo
Direcci6n General de Investigaci6n Instituto de Estudios Interétnicos

Esta es una publicación del Instituto de Estudios Interétnicos de [a Universidad de San


Carlos de Guatemala, gracias al apoyo financiero del Consejo Noruego para la Educación
Superior NUFU-sru y de la Universidad de Tromso, Noruega. Así como del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo.

Los criterios expresados en esta obra son responsabilidad exclusiva del autOl'".

Primera edición: 2010

Foto portada: José Domingo Noriega


Retrato de alcaldes y escribanos Milya Kilqchikeles de Comalapa (Antigua Guatemala, 1900-1950)
Colección Yas-Noriega. Fototeca Guatemala, CIRMA

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PRESENTACIÓN

Esta obra tiene varios aportes significativos congruentes con los propósitos del
Instituto de Estudios Interétnicos y la visión estratégica de la Universidad de San
Carlos de Guatemala hacia el futuro. En primer lugar, nos muestra una vía para la
incorporación del enfoque sociocultural en el desarrollo de los estudios históricos
en Guatemala.

El estudio La Superación del Indígena: la política de la modernización entre ias élites


indígenas de Comalapa, siglo XX trata de enfocar la historia desde la perspectiva de
los actores, sus pensamientos, luchas y maneras de enfrentar la dominación en di­
ferentes ámbitos de la vida local, como en la educación, el comercio, el trabajo y la
política. El análisis desde la visión de un investigador indígena, también enriquece
la mirada histórica a la dinámica interétnica en tm espacio geográfico predominan­
temente indígena.

Por otro lado, esta obra constituye la culminación de un ciclo de investigación


llevado a cabo por un reconocido historiador indígena miembro del equipo <;le inves­
tigación del IDEI, cumpliendo con uno de los objetivos del Programa "Formación de
Competencias Mayas: Identidades, IntercuIturalidad y el Estado Mu1tiétnico en Guatemala",
ejecutado por el IDEI, en conjunto con la Universidad de Troms", Noruega.
16 La superación del indígena: la política de la modernización ...
-----------'-­

Finalmente, la publicación se realiza corno un esfuerzo de cooperación


interinstitucional para promover la diseminación de estudios dentro de
sectores académicos, tratando de vincular investigación y docencia. En
este sentido, agradecernos el aporte de la Dirección General de Investiga­
ción y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-, cuyas
contribuciones hacen posible esta obra.

MSc. Eduardo Enrique Sacayán


Director

Instituto de Estudios Interétnicos


Universidad de San Carlos de Guatemala
Tel (502) 22512391/9222384287
Fax (502)22384288
INTRODUCCIÓN

En el año 2007, mientras conversaba con algunos ancianos indígenas


analfabetas del departamento de Chimaltenango escuché a varios de ellos
hablar sobre el ~aile de la conquista (una danza que conmemora o represen­
ta las batallas entre españoles y k'iche' durante la invasión española en
América).l Ellos conversaron sobre el ritual que deben seguir o cumplir los
danzantes, narraron los extraños acontecimientos en la vida de los mismos,
discurrieron sobre la repentina muerte de los intérpretes de Tecún Umán y
en este contexto, hablaron sobre el apremiante resarcimiento o reparación
del agravio infligido por los españoles y ladinos a los indígenas, en los
tiempos pasados. Así, el baile de la conquista que fue una danza impuesta
por los agentes del régimen colonial y que actualmente se representa en
las fiestas patronales de muchos pueblos del altiplano central, ha sido un
motiva importante para recordar y hablar cotidianamente sobre el pasado,
la espiritualidad, el vínculo con los ancestros y la opresión. Al contrario de
cómo lo habrían pensado sus primeros promotores (los religiosos, que la
usaron para cristianizar y para naturalizar la dominación), los indígenas

No estoy afirmando que la danza sea el punto más importante o el centro de la r~producción de la
memoria indígena sobre la dominación. Más bien, estoy tratando de ilustrar la compleja estmctura­
ción de ese dlálogo de los indígenas con el pasado colomal. Este es un baile drama que rememora la
guerra de la conquista entre los españoles y los k'iche' en el siglo XVI. Carlos René García E.~cobar. El
español, Danzas de Moros y Cristianos en Guatemala. CEFOL, Guatemala, 1990. Carlos René García
Escobar. Atlas Danzario de Guatemala. CEFOL, Guatemala, 1996.
18 La superación del Indígena: la política de la modernización ...
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también adoptaron este drama para mantener la memoria sobre el origen de


la sujeción y la importancia de la liberación. Los ancianos hablaron sobre
esta danza y sus vínculos con la cultura y la política. 2

En el mismo año y en Patzicía, he escuchado a un líder de Acción


Católica hablar sobre la historia y el presente. El predicador citaba ciertos
versículos de la Biblia para enW1ciar la importancia del aprendizaje o la
adquisición de conocimientos, la dedicación al estudio o la formación pro­
fesional. Después de su iectura bíblica siguió hablando a su público de la
masacre vivida por los indígenas en Patzicía en 1944, de la humillación,
explotación y mIserias que habían sufrido frente a los ladinos. Dijo que en
el pasado los indígenas habían sido gobernados por otras personas y que
en los años setentas una nueva generación de indígenas había luchado y
cuestionado este poder. Los ladinos al verse desafiados en su supremacía,
afirmaba, se prepararon otra vez para la violencia. Ante esta amenaza los
kaqchikeP buscaron apoyo en la capital y allí se encontraron con otros
indígenas profesionistas que lf's convenrieron de que la violencia ya no
era la ruta para enfrentar la dominación ladina, sino la adquisición de
conocimientos o el estudio. Este discurso fue pronW1ciado en el espacio de
W1a prédica religiosa ante indígenas, en la que se celebraba la graduación
universitaria (como licenciada en Trabajo Social) de lila joven maya.'

Los diálogos que los indígenas entablan sobre el pasado y el presente


son comunes en estos espacIOs de la celebraCIón y la conmemoración, así
como en los del trabajo, la calle o la casa. En este proceso de la vincula­
ción entre el pasado y el presente, como diría Paul Ricoeur, la persona no
recuerda sola sino lo hace en el contexto de las memorias o los recuerdos
de otros. s Gustavo Palma afirmaría que la construcción del relato tiene un

2 Trataré de Ir más allá de aquellos postulados que analuan estos relatos mdígenas como nulenarismos.
3 Uso la frase, los kaqdukel, para hacer referenCIa a un grupo o sector maya hablante de este Idwma.
4 Según tengo conocmúento, el predicador no tIene vínculos con el mayanismo, p.ero sus hiJOS sí son
profesiomstas, graduados universitanos. También deseo aclarar que en este texto usaré mdígena y
maya índ15l1ntarnente o como smórumos.
S Paul Ricoeur. La lectura del tiempo pa.,ado: Memona y OlVido. Madrid Arrecife, 1999. Pág. 9K.
Citado por Gustavo Palma Murga. "Palabras de ínauguraCIón". En: Memoria e hIstoria, Seminario
Internacional en homenaje a Myma Maek, Taller de discusión. AVANCSO, Guale1Thlla, 2005.
Introducción 19

carácter complejo, dinámico, interactivo e intersubjetivo. Esto significa que


la memoria colectiva no es cerrada sino está íntimamente vinculada a la
forma en que determinada sociedad asume, organiza y reproduce todo lo
que considera oportuno como referente de identidad y se podría agregar, de
lucha política. ó De esta manera, la interlocución sobre el pasado de opresión,
humillación y las acciones por suprimirlas en el presente, también son enun­
ciadas de múltiples formas en estos mismos espaciosJ Estos recuerdos son
seleccionados y usados de acuerdo a una manera de interpretar el presente
y el pasado y en determinados momentos sirven para resolver el discurso
y la acción política. De acuerdo a esto último, cuando he hablado sobre el
punto de vista de los ancianos y del predicador estoy tratando de ver de
qué manera éstos, seleccionan datos y elaboran relatos que hablan sobre
dominación y lucha, cómo relacionan pasado y presente en este proceso y
de qué maneras eligen y contrastan experiencias múltiples para cuestionar
la opresión. Todos estos procesos son centrales en el análisis que se hace en
este libro, que versa sobre el municipio de Comalapa en el departamento
de Chimaltenango, Guatemala, en el siglo XX (Ver mapa pág 58).

LA SUPERACIÓN DEL INDÍGENA DESDE COMALAPA

Cuando hablé con las personas en Comalapa algunos insistían sobre cómo
sus abuelos, sus padres y ellos mismos habían heche grandes esfuerzos para
superarse para aprender cosas mwvas, por adquirir cmlOcimimtos que les sirvic­
ran para mej0l."é!r$us condiciones de vida o para enfrentar los maltratos de los

6 (;ustavo Falma Murga. Up. CIt.


7 L,., colIld!apenses habrían usado otras fórmulas en este proceso, hace pocos anos algunos de ellos orga·
nizaron un foro para hablar sobre la identidad étnica de los mdígenas ladmizados en Comalapa. En ese
entonces cuestionaron a las familias que habían abandonado su identidad indígena y habían adoptado la
ladina. Mario Roberto Morales al contrario, diría que lns indígenas no definen claramente una memoria m
una resistenda, pues, según éL lo único que sobresale en sus fOffild5 de vida son la opresión, la domin.J'
dón y el sometimiento. Por ejemplo, considera que la neutralidad política nlastrada por algunos líderes
de Wla iglesia evangélíca en Santiago Ahtlán al afinnar que no querían estar vinculados ni a la guerrilla
ru al ejército, no províno de una originalidad propia del pensamiento maya sino fue una influenaa del
protestantismo. En este caso se podría decir que algunos estudiosos creen que los indígenas no l1enen
memoria sobre el origen de la opresi(m simplemente porque el F.~tado no Olenta dicha hi~toria, porque
los indígenas no tienen acceso a la escuela o a las lugares (museos) en donde se exhibe la cultura. Mario
Roberto Morales, La arl1culadón de las diferencias o el sfndrorne de Maxunón, los discursos hterarlUs y
políticos del debate interétnico en Guatemala. FLACSü-Guatemala, 1998.
20

que eran objeto. Ellos también hacían bastante énfasis sobre cómo el tiempo
pasado había sido de ignorancia y el actual de plena conciencia y discernimien­
to. Una frase común en Comd1apa y otros pueblos clei aÚipl~~chimalteco es
que en la actualidad, la gente indígena difícilmente es ba~oseada (engañada)
por los ladinos u otras personas, porque ahora ya son otros, ~~ hi:ll1 superado.
Esta frase fue común entre los indígenas durante los años setentas, pero lo
sigue's~ndo en la actualidad entre diferentes grupos como los campesinos o
los provenientes de las aldeas. Sin embargo, la noción d,,' ~uperaciún también
es utilizada por otros sectores de la población guatemalteca incluyendo a los
ladinos y mestizos de :>:onas populares. En la voz de los mayas, sin embargo,
tiene un sentido particular y aunque la frase no fue acuñada por ellos ni
proviene de algún idioma maya, sí fue significada desde la experiencia de I
I aquéllos frente a la pobreza, la exclu~ió-n'política, el rac(smo, las lucha~'por 1'/
trascenderlas, para obtener poder y para dirigir sus propias vidas. En varios·
sentidos dicha noción está fuertemente vinculada a la escolarización, la cual
ha tenido un impacto ideológico y sociológico tan fuerte entre los indígenas
que, actualm<:'nte se ve como un legado. Muchos padres de familia piensan
y plantean a sus hijos que, de ahora en adelante, la herencia que I<:'s dl'jaran
no será la tíerra sino su educación y una profesión.

Es posible que desde mediados del siglo XX, algunos mayas hayan

usado este concepto cuando los agentes del gobierno revolucionario,

posteriormente los de las organizaciones de desarrollo o los de la iglesia

católica llegaron a los pueblos hablando sobre la condición social y mate­

rial tan precaria en que vivían los indígenas y sobre la necesidad de tras­

cender esa situación. Entiendo llue los agentes h<lblaron de est<l m<lner<l,

pensando especialmente desde una perspectiva indigenista, desarrol1ista

y nacionalista guatemalteca. En el terreno, la política indigenista preten­

día cambiar ciertos hábitos y prácticas, buscaba introducir nuevas formas

laborales y la escolarización o alfabetización entre los indígenas o en sus

localidades. Las acciones y argumentos indigenistas y desarrollistas fueron

implementadas mediante diferentes organizaciones políticas (partidos),

civiles (cooperativas y asociaciones) y religiosas (Acción Católica) cuyos

resultados fueron vistos como un proceso de transformación importante

Introducción 21

'. en la vida indígena y en las relaciones interétnicas a nivel local. Fue a esto
, a lo que en principio se le llamó la s.~.IJ)eración del indígena, es decir, desde
una perspestiva dominante o hegemónica. 8 Cuando estos procesos y sus
I res;:;'Üados fueron estudiados, principalmente por antropólogos, llegaron
a ser reconocidos como cambios radicales y generales en la vida social de
los indígenas y corno una articulación de la sociedad local con la nacionaF
pero, inclusive, fue definido como!adÍl'li~~~ióI11°

Pero mucho antes, en el siglo XIX, los intelectuales de la ciudad de


Guatemala, corno i\ntonio Batres Jáuregui, también respaldaban (desde
una posición racista) las ideas sobre la transformación del indio en ciuda­
dano. Para él este proceso se podría llevar a cabo gradualmente mediante
la "civilización y el desarrollo" del indio, con el fin de alcanzar la unidad
nacional. Para todo ello jerarquizaba a las sociedades poniendo a la hispana
corno la superior y de allí, la naturalización de las ideas ~ohre la asimilación
total de las culturas inferiores. Así se justificaba la historia de domina_ción
sobre los indígenas. 11 En la primera parte del siglo XX se produjo un fuerte
debate sohre la regeneración de los indígenas y sobre el proceso que debía
seguirse para alcanzarla y definir su integración a la sociedad mayor. Los
indígenas, corno miembros de una sociedad inmovilizada, debían ser reha­
bilitados a través de la justicia, de una nueva espiritualidad, de la tolerancia
y otorgándoles los derechos del individuo. Se opinó que los mayas debían
integrarse a una nacionalidad positiva mediante la ciudadanización, la educa­
ción, la atención en salud y proveyéndoles de un trabajo justo, entre otros. l2

Postcriormente surgió la política multirulturalista que prevalece actualmente en los discursos oticiales
yen las propuestas y demandas de las organizaoones mayanistas y,)tros.
9 Véasc, Yvon Le Bol. la guerra en tierras mayas, Comunidad, violencia y moderrudad en Guatemala
1970-1992. Fondo de Cultura Económica, México, 1995. Richard Adams y Santiago Bastos, Relaciones
étnicas en Guatemala 1944-2000, ORMA, Guatemala, 2003.
10 Richard Adams. Encuesta sobre la cultura de los ladinos en Guatemala. Seminario de Integración
Social, Editorial del Ministerio dc Educación Pública, Guatemala, 1956.
11 Teresa García Giráldez. "El dcbatc sobre la nación y sus formas cn el pensamiento político centroame­
ricano del siglo XIX." En: Marta Elpna Casaús Arzú y Teresa r.areía Cirálrlez. I.as redes intelectuales
centroamericanas: un siglo de imaginanos nacionales (1820-1920). FyG Editores, Guatemala, 2005.
12 Abigail Adams. "¿Divcrsidad cultural en la nación homogénea? Antonio Goubaud Carrera y la
fundación del Instituto Indigcnista Nacional de Guatemala" MESOAMÉRlCA, No. SO. Plumsock
Mcsoamcrican Studies, CIRMA, Guatemala, 2008
22 La superación del indígena: la política de la modernización ...

Las ideas de nación y nacionalismo tenían un lugar importante en estos


discursos pues se afirmaba, por ejemplo, que el indígena era culpable de
su deficiente integración, de la inexistencia de una nacionalidad homogénea
y de los límites de la conciencia nacionaL 13

Los indígenas de Chimaltenango y de Comalapa en particular escu­


charon estos discursos que caracterizaban el proyecto del nacionalismo, el
indigenismo y la modernidad guatemalteca y latinoamericana en todo el
siglo XX. 14 Cuando los mayas oyeron dichos discursos, indudablemente
se produjo cierta articulación entre dos experiencias de vida pero también
de identidad y ahora podemos decir de proyectos políticos. El significado,
la calidad y la forma que tuvo este enlace (entre ideas sobre modernidad
y opresión) para los indígenas de Comalapa, en su vida social, cultural y
política, es lo que trataré de explicar en este trabajo. El argumento central
\ gira en tomo a la idea de que los indígenas o principalmente una éhte¡
I
\ se apropiaron del discurso e ideología liberal de poseer conocimientos, de
. \¡cÍl1ilizarse, de superarse, no con el fin de favorecer el nacionalismo (como
. ¡lo hacían las élites capitalinas) sino para discutir los términos del sistema
"l. \1 tutelar, de la dominación, para buscar la igualdad con los ladinos y parn

1 ¡establecer relaciones modernas o de ciudadanos con el Estado. Generalmen­

\ te se especula que los indígenas tienen dificultades para apropiarse de los


principios liberales porque se piensa que vienen de una sociedad tradicional,
comunitaria y cerrada que les impide visualizarlas o entenderlas. l ;

Los kaqchikel de Comalapa o su élite, ul contrario, fueron personas


que tomaron y adaptaron los principios liberales y de la modernidad con
interés y creyeron con firmeza en las posibilidades de su liberación a través

13 Marta Elena Casaús ArZú. "El mdio, la nación, la opinión pública y el espiriluali,mo naCIOnalista: Los
debates de 1929" y "La generación del 20 en Guatemala y sus imaginarios de nación (1920-1940)"
En: Marta Elena Casaús Arzú y Teresa Garda Giráldez. Las redes intelectuales centroameriCilna" un
siglo de imaginarios nacionales (1820-1920). FyG Editores, Guatemala, 2005.
14 Greg Grandi~ nos habla ,obre la particularidad de este proceso en Quetzalten;mgo. The Blood 01
Guaternala, a history 01 race and nalion, Duke Uniliersity Press. USA. 2000. También liéase: De la
Cadena, Mansol. lndigenous Mestizos, The politics oi race and culture ID Cuzco, Perú, 1919-1991
Duke Ull1liersitv Press. USA, 2000.
15 Véa<;e Esentos periodísticos, por ejemplo: El unionista, H-14, julio 1920. Diario La Hora, 15 de octubre
de 1975
Introducción 23

de ellas. Esto significa que durante el siglo XX, mientras se trata de definir
la na~ión gt;~teJiJ.-aIteca, los kaqchikel (o por lo menos una éIlte o fracción
de ella) se rodearon de los discursos de la modernidad (y comóse ha dicho
de sus postulados liberales) lo que desde el principio significó el impulso
de una lucha por obtener ciudadanía. Es decir, lo que se tratará de entender
en este libro es la forma en que los kaqchikel de eomalapa construyen la
noción de superación mediante la apropiación, selección y reacomodo de
discursos sobre la educación, la regeneración, el trabaío, la participación
política yla modernidad. P~alucha~~su autorepresentación dentro del
Estado y en relación a losgrupos domiñ~y la nación, a esto también
llamo descolonización. Este p;ocesotambién-podría entenderse como el im­
pulso de una lucha o acción política para enfrentar y replantear el sistema
de dominación neocolonial desde dentro del Estado, todo lo cual nos hace
ver la intrincada relación entre los grupos indígenas (élites, comunidades,
organizaciones religiosas y demás) y el Estado, una conexión que taml?oco
es simple sino contestada y debatida. En este proceso pues, los indígenas
van fundando un pensamiento o una ideología sobre la superación como
forma de buscar igualdad y ciudadanización y la modernización como
los mecanismos concretos para llevar adelante esa liberación (a través del
tiempo y como he dicho por medio de la educación, la profesionalizacíón,
la_~ansformación de las formas de producción i trabajo, el acceso a la I

política partidista y mediante alianzas y otros). En este sentido, dicha


kleoiogíapodría entenderse como un complejo de ideas que se escogen
para establecer un plan o concepciones específicas que instale, mantenga
y aumente el poder de los indígenas en las relaciones sociales y políticasY;
Por otro lado, la formación de este pensamiento indígena habría estado
ligado con la historia de la formación del Estado porque, como diría Arjun
Appadurai en términos mucho más específicos, "hay pocas formas de
conciencia popular y de agencia subalterna que, estén realmente libres
de las formas de pensamiento y de los terrenos políticos producidos por

16 Eric Wolf, Figurar el poder, ldcología de dornmaClón y CfLSJS. L1ESAS, MéXICO, 2001.
24 La superación del illdígena: la política de la modernización...

las acciones y discursos de los Estados-nación."!7 En este contexto el in- >_


dígena superado es o son las personas o grupos sujetos de este proceso de
modernización.

Los procesos específicos alrededor de los cuales se establece la acción


política de la élite indígena comalapense o quizá kaqchikel chimalteco, la
superación del indígena y la búsqueda de la ciudadanía los he definido
como, la lucha por la pluralización del gobierno ([oca!), la superación como me­
canismo para desmantelar los prejuicios racistas, la superación como forma de
eliminar la pobreza, la lucha para establecer un ámbito de autoridad indígena.
En estos postulados se resalta el carácter general de la política indígena,
pero en el desarrollo del trabajo se estará viendo las particularidades, o los
patrones que siguieron. Estos aspectos de la revuelta indígena estuvieron
estrechamente vinculados entre sí y al mismo tiempo, como se verá a lo
largo del trabajo, generaron sus propias contradicciones. La lucha por
la pluralización del gobierno (locCd)\se entiende como la disputa política,
primero, ante el poder político ladino local (principalmente en la muni­
cipalidad) y después departaplental y nacional (frente al Estado central,
dirigido por élites ladinas y criollas)lR. A partir de este proceso surgieron a
finales del siglo XX, nociones como el de Estado ladino y colonialismo interno,
definido para Guatemala por algunos intelectuales mayanistas. 19 Por otro
lado, se propone que la búsqueda del control político local no significó
desconocer la representación política ladina en los ámbitos de decisión,
pero sí se consideró la representación por mayorías y minorías éh1icas.
Desde principios del siglo XX los indígenas de Comalapa y otros de la
región de Chimaltenango, propusieron que los puestos más importantes
en la municipalidad quedaran en manos de los indígenas y los secunda­

17 Arjun Appadurai, La modemidad desbordada, wmenslOnes culturales de la globalización. Trilce,


Fondo de Cultura Económica. MéXICO. 2001.
18 Arturo Taracena. Invención criolla, sueño ladino, pesadilla indígena. Los altos de Guatemala: de
región a Estado 1740-1850. CIRMA. Editorial el Porvenir, Guatemala/Costa Rica, 1997.
19 Demetrio Cojlí CUxll. Ub' anik ri una'ooj uchomab'aal ri maya' linarnil. Cholsamaj, Gua temala. 1995.
Demetrio Cojtí CUxll. La dilicil transición al Estado Mu1ticultural. Cholsamal, Guatemala 2005. Mayas
"Guatemala de la República burgul'sa centralista a la República popular federal". En: Guatl'mala.
Seminario sobre la realidad étnica. Vol. n. Centro de Estudios Integrados de Desarrollo Comunal,
Editorial Praxis. MéxICO. 1990. Llamo mayanistas a los promotores, lídl'res, activistas y simpatizantes
del llamado movimiento maya en Guatemala.
Introducción 25
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rios en las de los ladinos, dado su carác:leLJ:k.min.Qtianumérica en los


pueblos. Visto de esta forma la pT¡;;;li;a~~ó~de~g()?ierl~o!lcJ_cal) ~ignificaba
para sus propulsores la eliminación d~l~~ladina,la representación
de mayorías y minoríasetnICaS(nola sustitución total de un grupo por
otro), dentro del espacio del gobierno local, lo que tampoco significa que
otros grupos indígena no hayan sido más radicales en este sentido, es
decir, que no hayan deseado o luchado por desplazar totalmente a los
ladinos del gobierno municipal.

La superación como mecanismo para el desmantelamiento de los pre­


juicios racistas fue un pro..::eso que sirvió para enfrenfar el racismo a nivel
local y a nivel nacional (el racismo fue definido por los indígenas como
maltrato de los ladinos), el que se daba en las fincas y el que se estructu­
raba desde los espacios de la autoridad ladina y criolla, en el ámbito
departamental y nacional. Un indígena superado, supuestamente, sería
menos vulnerable ante el racismo, el cual en la primera parte del siglo
XX, era entendido como una forma de violencia directa de los ladinos
hacia los indígenas. La lucha por el desmantelamiento de los prejuicios
racistas también trajo consigo las ideas sobre el blanqueamiento indígena
que significaba abandonar o deshacerse de las marcas visibles e invisibles
que hacían posible la generación de los estigmas raciales (por ejempío"
la del indio sucio, analfabeta, ignorante, físicamente repulsivo, abu..§ivo¡ i
y demás).20 El blanqueamiento fue una política y pensamiento que seV
transformó en el tiempo y que trajo consigo nociones soorela blancura
de la piel y el mestizaje indígena, la ladinización y el desprecio por lo
aldeano (rural) y atrasado. No obstante, aunque la política para el desman­
telamiento de los prejuicios racistas cuestionó el racismo, no tuvo el poder
de contradecir las jerarquías socio-raciales establecidas en Guatemala,
pues en lugar de eliminarlas muchos indígenas superados lo que bus­
caron fue escalarla.

20 De la Cadena Op. Cit., encontró este mismo proceso en Perú y lo llamó desindianización, que igual­
mente implicaba, para los indígenas de Cuzco, deshacerse de las marcas que los definían como indios
ante los mestiws y el Estado peruano.
26

La superación como mecanismo para eliminar la pobreza indígena, en


principio, estuvo vinculada con la adquisición de conocimientos y con
la transformación de las actividades laborales fomentada desde algunas
familias de la élite indígena. Determinadas familias trataron de renovar
sus técnicas de producción introduciendo nuevos cultivos y actividades
productivas en sus tierras y hogares. De esta manera, ellos reprodujeron
su riqueza pero también impusieron un ejemplo ante los demás indígenas
de la localidad. Desde principios del siglo XX, otros kaqchike1 con recursos
económicos limitados, pero vinculados con esta élite, con el ejército, la acti­
vidad comercial, con el párroco local que introdujo la enseñanza de nuevos
oficios, también impusieron ejemplos sobre las ventajas de la innovación
productiva agrícola, laboral y artesanal en Comalapa. Así mismo, la supe­
ración del indígena como forma de eliminar la pobreza cuestionó el sistema
de trabajo forzado impuesto por el Estado desde la Reforma Liberal. Este
cuestionamiento tomó fuerza en el gobierno de Jorge Ubico, cuando se liberó
a los hombres de la pesada carga que significaba el sistema laboral llamado
deuda por trabajo, que también era la base de la producción finquera y la
de las plantaciones de cereales en las tierras de los ladinos locales.

Así, la adquisición de conocimientos relacionados a la transformación


de la producción agrícola, las actividades artesanales y artísticas como
la pintura, la música, la alfabetización, el aprendizaje del castellano y la
profesionalización, fueron pensadas como nuevos medios para lograr
mejores condiciones de trabajo y producción, pero también como tácticas
para enfrenta~~ldommlo-polítlCo-ladinoy el racismo. Los miembros de
las élites indígenas comalapenses pretendieron socavar el dominio econó­
mico ladino local, principalmente compitiendo con ellos en la producción
agrícola y en el comercio. La superación del indígena en este caso, tam­
bién significó una mayor vinculación con el capitalismo, las escuelas, el
ejército, los sacerdotes y ciertos intelectuales capitalinos y miembros de la
élite cafetalera. Esta forma de la superación del indígena también chocó
contra las ideas campesinas e indígenas sobre la normalidad del trabajo y
la migración en la finca o el cultivo de maíz como forma de subsistencia
y la del trabajo del hombre como centro de la supervivencia familiar. A
Introducción 27

finales del siglo XX y en la actualidad, de alguna manera siguiendo este


proceso histórico, otros indígenas se ligaron un poco más a las nociones
y políticas neoliberales.

Según algunos de los líderes locales, una vez eliminado el tutelaje


del Estado 10caFJ o en el municipio, prevalecería un cimlJit~_de ªut01'i~ad
indígena. La lucha por establecer este espacio también estaba fuertemente
vinculada a la economía, el liderazgo y la cultura. Desde la primera parte
del siglo XX se introdujo la idea de que los indígenas debían presidir la
municipalidad y posteriormente, se creyó que también debían dirigir
las escuelas y demás instituciones. De esta manera se lograría establecer
y generalizar la autoridad indígena y cierta independencia frente a la
dominación política y económica de los ladinos. El primer ámh~~
autoridad indígena, pensada como una forma de eliminar el sistema tu­
telar era el municipio. En la segunda parte del siglo XX, otros indígenas
llevarían esta lógica a nivel nacional (por supuesto con sus propias trans­
formaciones) al buscar y plantear otras formas de la ciudadanía indígena.
Por ejemplo a través de la definición de un Estado guatemalteco federado,
en las posibilidades de elección de un presidente indígena o a través de
los planteamientos sobre la representación indígena en el Congreso y en
el aparato estatal.2 2

Podemos ver que estos procesos y otros, dan forma a la lucha por la
ciudadanía y que ésta también surge de las experiencias locales,23 prin­
cipalmente en el enfrent!1JIlÍentº_ct€..WQder ladino, el de los finqueros, la
burocracia y como una forma de resolver la pobreza y el racismo, En este
proceso, los indígenas generalizaron el concepto ladino como la persona y
lU1 grupo'culturaiffiente düerente,-pero también como los repfoaudores '
de formas de dominación y control que se imponía sobre los indígenas.
He localizado documentación histórica, fechada en el año 1908 y escrito
por indígenas comalapenses, que denuncia la supremacía de la élite ladi­

21 Mahmood Mamdani. Ciudadano y súbdito, Afnca contemporánea y el legado del colonialismo


tardío. Siglo XX!, México, 1996.
22 Mayas, Op elt y Demetrio COltí, 2005, Op Cit
23 Neil Harvey. La rebel.tón de Chiapas. La lucha por la tierra y la democracia. ERA, México, 2001.
28 La superación del indígena: la política de la modernización...

na local, como el poder de un grupo étnicamente diferenciado sobre otro.


"Por el hecho de ser ladinos los que sirven los cargos (en la municipalidad)
resulta que ellos tienen sometida a la dase natural.. .mientras ellos gozan
de todo género de privilegios, mientras en la sombra de sus cargos abusan
y se enriquecen, mientras ellos están exentos de todo servicio público, de
toda contribución, de toda molestia, nosotros (los indígenas) estarnos re­
cargadísimos de servicios personales, y de tributos pecuniarios, nosotros
trabajamos en todos los caminos, en todas las obras públicas, en todas las
fincas, nuestras bestias de carga han recorrido toda la república, nuestros
hijos rudos jornaleros han sido convertidos en soldados ...con fondos pe­
cuniarios nuestros. "21

El ladino fue generalizado como el grupo opresor, no obstante, los in­


dígenas no dejaron de entender que los finqueros, los burócratas estatales,
los políticos, los intelectuales capitalinos, los ladinos de la élite local, eran
. grupos diferenciados. las alianzas que establecieron con estos sectores
durante todo el siglo XX, es una muestra más de elloy también ejemplifi­
ca la relatividad de esa generalización que hicieron y su carácter político.
De esta manera, la dicotomía indio ladino, presente en el Estado Liberal
guatemaIteco lS no solamente fue una construcción dominante de las élites
gobernantes y criollas sino además, fue una representación qut:' surgió
entre los indígenas para enfrentar la dominación. Esta dicotomía (cons­
truida desde múltiples lugares y de formas diversas) dio fuerza a la acción
política indígena pero también limitó en ciertos momentos las alianzas
entre los sectores subalternos. Todo esto también nos lleva a pensar que la
superación del indígena fue un proyecto inestable, limitado y contradictorio.
Por una parte la superación del indígena ha sido excluyente con relación
al conocimiento (quizá algunos preferirían llamarle sabiduría) y la cultura
generada desde la comunidad indígena, la cual, muchas veces es vista por
un sector de indígenas superados como pasado. Frases como querés regresar
al pasado, pronunciada por muchos indígenas evidencian ese pensamiento

24 Archivo General de Centro América (AGCA). B. Gobernación. Chlmaltenango. L2'.1145, F. 2.


A 1908
25 Arturo laracena. EtI1lLidad, estado y nación en Guatemala. 180&-1944. CIRMA. Guatemala. 2002.
In trod ucción 29
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que entiende a la cultura indígena de las áreas rurales o ciertas formas de


ella, como rémora o rezago. El mayanismo por su partE', en algunos mo­
mentos busca la limpieza de la cultura porque la ve únicamente como una
alienación colonial o como impura. Así, no solamente J~iega el valor de las
formas culturales indígenas sino también a~a;r;i~~~asque sostienen esa
cll1turaeSt:igmaHzad~(estas sOIl.carnp~~~asprincipalmente).Es verdad
que muchos indígenas superados también fueron vistos como provocado­
res de la revuelta indígena o en su tiempo, como insurgentes tanto por las
élites ladii,as, otros grupos dominantes y por el ejército. No obstante, al
contrario de lo que proyectaron los promotores de la superación, muchos
otros indígenas superados fuE'ron vistos como aliados del Estado autoritario,
con el fin de controlar al resto de la población indígena. Todo ello echaba
abajo las ideas y el redamo de solidaridad e identidad entre indígenas y
subalternos y las utopías sobre la superación.

Lo que intento resaltar aquí como contradicción no es el cambio cultu


que sufrieron los indígenas superados, ni la desestimación que hicier,'
de algunos aspectos de la culturo rural y campesina indígena, que vien .
como atraso o como alienación. Lo que pretendo decir es que los discurs
y las prácticas cotidianas que surgieron alrededor de este pensamiento
en lugar de democratizar a la sociedad reforzaron las jf'farquías entre los
, grupos. Es decir, cuando los indígenas superado::; también negaron -en
diversos sentidos- a los otros indígenas que vieron como atrasados. En.tQD­
c~1J.!gI1..!ep!9dui~ron la visión dic,.otQ!D~~~i~~ado=~ci~i1izado,
moderno-atrasado, desarrollado-subdesarrollado que fue aplicacloa esos
otros indígenas.Sólo de esta mangra la superación del indígena se encontró
atrapada en su propIá lógIca, porque en lugar de hacer iguales a todos los
indígenas frente a todos los ladinos reforzó las clasificaciones y desigualda­
des sociales y políticas. Lo que es lo mismo, en lugar de crear ciudadanía
universal, renovó la ciudadanía jerarquizada. Así, la superación del indí­
gena (vinc~lada al comercio, a la acumulación de capital, al prestigio, a la
educación y la profesionalización) sigue siendo una vía importante en la
definición o determinación de la hegemonía en el Estado moderno auto­
ritario. Actualmente, la supe.!:~ción del inc!í,geDªQ el indígena superado
también tiene'oopapel en la determinaciÓn de los procesos hegemónicos
30 La superación del indígena: la política de la modernización ...

en Guatemala o en la reproducción del Estado neocolonial. La superación


del indígena está generando inesperadas relaciones de poder a nivel local
y nacional.

A nivel local específicamente, la lucha por la pluralización del gobierno


y por el establecimiento de una forma de autoridad indígena llegó a tener
una forma bastante compleja. La hegemonía comuna]26 como consenso político
en la comunidad --veo desde Comalapa-, nunca es total pero es posible
como legitimación del poder de los indígenas. Este proceso que refuerza el
poder de la comunidad y el proyecto de sus élites, al mismo tiempo fortalece
el poder de los sectores dominantes guatemaltecos. Al final, el municipio
gobernado por indígenas tampoco se transformó en un proyecto democrati­
zador de la localidad y la nación. Lo que surgió en la segunda parte del siglo
XX, fue un municipio dirigido por indígenas, a través de cierto consenso
comunal, pero bajo el control del Estado autoritario, los cánones liberales
que legitimaban la exclusión de diversos sectores indígenas, la minorización
de aquéllos y un régimen de autoridad y ciudadania que siguió basado en el ~
clientelismo. Muchos indígenas, sin embargo, siguen luchando y pensando
en una sociedad en donde puedan tener un lugar autodeterminado o por un
ámbito de autoridad más independiente. Sin embargo, el gobierno exitoso
también implicaría la creación de instituciones democráticas a nivel local y
nacional, que tengan en cuenta la representación y los proyectos políticos de
los ciudadanos y que, al mismo tiempo, desarrollen ámbitos de influencia
y mecanismos para relacionarse con otras instituciones y entidades estata­
les y regionales. Así, la aproximación histórica que se hará en este trabajo,
pretende mostrar cómo la política de adquisición de conocimientos o la
superación del indígena en general, puede dar origen a formas de liberación
e igualdad, pero también de sometimiento.

FlorE'r'.C1a ~fallon_ 2003. Campesino y Nación. La construcción del México y Perú Poscoloniales. El
c..c¡e,,:J2 de \1.lchoacan, El Colegio de San LUIS, ClESAS, México.
Introducción 31

GUATEMALA COMO ESTADO NEOCOLONIAL y

LA HISTORIA DE LOS SUBALTERNOS

En este trabajo planteo que la relación entre indígenas y Estado, durante


el siglo XX, puede entenderse como un v~o estructurado sobre una
formación
- -_._-- ._._._-
,.
estatal
-
neocolonial. El carácter neocolonial del Estado autoritario
~ ,

y dictatorial guatemalteco estaría definido genéricamente por la ~~a-


ci?~o y al mismo tiempo por su re~~!!!af::iq~_~<?_".:l2inf~r~!2!'Es
decir, porque el Estaqº__.L lo~_ ?~"c.!ºre!) dominaptes, principalmente, no
perm!t~RqueJQSindíggnª¡;_~~_r~pr~s~ntena sí mismos, les niegan a éstos
la capacidad de constituirse "como miembros iguales de una comunidad
política. "27 L? neocolonial es la forma en que se entretejieron el capitalismo,
el nacionalismo y los discursos sobre la inferioridad de los indígenasyder
proyecto::p-~ra civilizarlos. Pero también en la ~~era en que se "organizó
el -gob¡;mo Y~~i;í~;;-cia.pensadacomo form~·~¿ntrºl§"2.~~.grupos
jerarquizados, racializados y ~os. Tod();llo finalmente fue vin~-~lado
con una e<:2~omía pQlítica que establecio formas concretas de opresión en
el tiempo y el espacio, pero que afectó profundamente a los mdígenas·. El
neocolonialismo es pensado aquí como una forma de estructurar discursos
sobre las carencias del otro o en su ¡:;apacidad de autodefinición política,
social, cultural e incluso en su humanidad.

Este trabajo plantea que los ind~Ili!s...kªq.<;:hikeLdeComalapa,enfrel1­


taron esta forma dedominacÜ~!latravé~J:lgJª.slJperación:yla modernización,
como"lO~-h~~~·~~~-ci~dadanos, es decir en el proceso en que inten­
taron darse y obtener derechos de autorepresentación como individuos
y también como miembros de comunidades étnicamente diferenciadas.
En este caso el neocolonialismo se establece porque esos otros junto al
hecho de ser minorizados, también se autodefinen e identifican como
étnicamente diferentes y porque a partir de allí delimitan su identidad
política. La ~deestas ident~da_~~s políti~s es lo que puntualiz~a
forma neocolonialdeLEstarlo glJatemalt~o,reforzado con otras formas de
~._--

27 Neil Harvey. Op. ClI.


32 La superación del indígena: la política de la rnodemlZ30or

dominación como el autoritarismo y la dictadura. Pero la modernización


se vuelve un arma para debatir los términos de la subalternización dentro
de la formación estatal. En este caso los indígenas crearon una modernidad
alternativa como un lugar en donde 1m pueblo se hace así mismo moderno
11

como opuesto a ser hecho moderno y en donde la gente se da una identidad


y un destino. "28 Esta sería una manera de cuestionar las formas o conceptos
dominantes y universalizantes definidos por la modernidad occidental y
en donde la historia de los demás pueblos es considerada una variación de
la gran historia europea o de la historia universal.29 En este caso Frederik
Cooper-w diría qlJe los conceptos son importantes como categorías indíge­
nas que deben ser entendidos en su contexto de conflicto, de producción
cultural y de la política. Así, identidad, ciudadanía, clase, modernidad,
comunalidad necesitan ser entendidos no como categorías universales sino
como conceptos precisos y diferenciales. Considera que los investigadores
necesitan entender los significados que la gente otorga a procesos como el
mercado, la política o la educación. No obstante, sugiere, también existe la
obligación de entender las formas desterritorializadas de afinidad (como
el panafricanismo), en Guatemala el panmayanismo.

Los indígenas kaqchikel conceptualizaron sus relaciones con el Estado


y los grupos dominantes con palabras como ka..tlan, meb'ail, poqonal xeq'oj,
superacIón, consciente y otros, entendidos dentro de un c~tQ_sQciológicoe
histórico. Trataré de usar esas definiciones pero también emplearé las nocio­
~e~-sitllación colº-nial,herencia colonial (entendido como el flujo histórico entre
sulJ()rdi.pJlri~nespasadas.y-pr.gsentes)31 pa;a hablar sobre el neocolonialismo o
lo que Silvia Rivera Cusicanqui, también nombra como el largo horizonte colo­

28 Eduardo Zárale. "Ciudadanía, comunidad y modernidades étnicas." En: Marco A. Calderón Mólgora,
Willem Assies y Ton Salman (Editores) Ciudadanía, cultura, política y reforma del Estado en Aménca
Latina. El Colegio de Michoacán, México, 2002.
29 RanaJlt Guha. History at the limit of World-HIstory. Columbia University Press,New York. 2002
30 frederick Coopero Colomalism in Questíon, Theory Knowledge, history. Univcrsity of Cal¡Jorrua
Press, Los Angeles, 2005.
31 Catherine E. Walsh en "PoscoJonialidad en Ecuador: Las políticas y prácticas de (rc)S1gruficaclé>n \
descoloruzaClón del movimiento indígena". En: Carlos A. Jáuregui y Mabel Moraña. ColonktlldaJ \
crítica en América Latina. Universidad de las Américas, Puebla, 2007.
Introducción 33

nia[32. En Guatemala todo ello puede estar vinculado con las nociones sobre
el Estado tutelar que planteaba la necesidad de que los indígenas cumpliesen
o cumplan los requisitos civilizatorios y que, abandonaran su cultura y vida
atrasada, pues solamente de esta manera podrían ser parte de la nación
y obtener la ciudadanía. 33 La tutela así, es la forma .en que el EstA9..9 y los
---_.- -' ...._----" .
grupos_dorrlinªl1tg~, se relacionan con los grupos subalternos en GU~~_Il:\ala.
también se conforma~<:'Ill<:'-~lrltJp~d e pensamiento que atraviesa todas las
relaciones sociales, definiendo un imaginario y~~presentaciónsobre lo~
otros.. Pero el Estado tutelar es más que una simple minorización de la gente
y de los indígenas, son también las formas de control militar, ideológico,
cultural, social y el aplacamiento de toda forma de sedición hasta llegar al
genocidio. Arturo Taracena plantea en este caso que "el modelo de nación
surgido de la experiencia republicana guatemalteca seguía teniendo como
base los planteamientos históricos y políticos del patriotismo criollo basado
en la lógica eugenésica y clasista los que, a pesar de haber sido redefinidos
desde la óptica ladina a raíz de la Revolución Liberal de 1871, no estaban
superadas en el imaginario nacional guatemalteco independientemente de
la triunfante Revolución de Octubre de 1944."34

Este tutelaje, liderazgo moral y racismo, como se ha dicho, daba al


Estado y a los grupos dominantes el poder de nombrar y representar a los
J1dígenas. Las formulaciones que surgieron en este caso establecieron que
le,s indígenas eran mozos y sirvientas, rurales, miserables, subdesarrollados
:. una raza inferior35 De esta manera, los indígenas fueron colocados dentro
de una jerarquía socio-racial que daba forma y estableció el lugar de cada
.::,:Cl1 en la sociedad guatemalteca.% Por otro lado, las nociones tutelares

SIÍ'.la Rivera CuslCanqw, "La raíz: colonizadores y colonizados". En: Xavier Albó y Raúl Barrios (coordi·
""dores), Violencia encubierta en Bolivia. CIPCA, La paz. 1993. Citada por Catherine E. WaIsh. Op. Cit.
.\rturl' Taracena, Op. Cit., YArturo Taracena. EtniCldad, estado y nación en Guatemala, 1944·1985,
UR\l-\, Guatemala, 2004. .
::.; ,\rturo Taracena, 2004, Op, Cit
'-a... ¡emulaciones mdigenistas como las de Miguel Ángel Asturias llevaron estos términos hacia los
estudiOS aCildérnicos en Guatemala. Miguel Ángel Asturias. El problema Social del Indio, Editorial
L'''-i\ersltana, USAC. Guatemala, 2007.
" :"rge Ramón González Ponciano. "No somos iguales, la 'cultura finquera' y el lugar de cada quien
"". ,,-,,-,edad en Guatemala," en Istor, No. 24. 2006, CIDE, México y Jorge Ramón González Ponciano.
~,7 :5l1peración del indígena: la política de la modernización

='¿:--':-.:eL'n al indio como dócil, respetuoso, fuerte trabajador del campo,


?:-_l~t1\L' ° un ser que siempre estaba buscando la protección del patrón.
:¿~: e: kmor a la guerra de castas o a la superación del indígena, también creó
.c; ...:rca;;en del indio perezoso, malicioso, desconfiado, abusivo, peligroso,
.;::050, conformista, insurrecto e insurgente. En este proceso y contexto,
.'" acumulación de capital o de riqueza no se dio simplemente bajo la for­
¡:-:.Kión de un asalariado, sino usando mecanismos de coacción heredados
je la colonia y que estuvieron al servicio dE' los finqueros, la oligarquía y
las élitcs ladinas de los pueblos. Sobre esta base se construye la economía
política guatemaJte('a, la autoridad, el gobierno, la violencia, la legitimidad,
ll)s privilegios y la negación. Estas nociones y realidades materiales dan
forma a la política neocolonial que también funcionaba o funciona como
una ideología y régimen legal para controlar a un ser inferiorizado o sub­
alternizado. En este caso los subalternos son grupos que no tienen o les es
negado un lugar y voz en la f,lrmación de la historia y la politica dominante
o en los marcos institucionales e ideológicos construidos por los grupos
dominantes en el Estado y la nación. Pero aún si no es reconocido, eUos
también construyen (desde sus múltiples relaciones internas y externas)
nociones sobre la historia, la naCIón, la cultura, la política, la localidad y
la dominación conformando de esta manera un cuerpo político, cultural o
ideológico que dialoga, negocia y se opone a los grupos dominantes con el
fin de obtener un control temporal sobre su m1.mdo y con ello influyen en
la formación nacionap7

Este trabajo sobre Comalapa, como ya se ha enunciado, busca analizar


la experiencia indígena en este proceso de lo neocolonial en Guatemala.
Explora las luchas de los mayas dentro de este marco, como formas de
descolonización, como luchas ligadas a la identidad indígena, al poder
y allugar. 38 En este caso estas relaciones también las entiendo como un
proceso hegemónico en el sentido que lo plantea William Roseberry, es

De la Patria del Cnollo a la Patria del Shumo: Whiteness and lhe criminalization of lhe dark (eb¿¡an
in modem Guatemala. (Tesis doctoral) University of Texas, Austil1. 2005.
17 lean Comaroff. Ethnography and lhe historical imagination. Westview Pres" &u.ller ; 00.2
38 Cathenne Walsh, Op. Cit.
Introducción 35

decir, como forma para entender la dominación y la lucha. Este afirma


que, a través de dicho proceso, se podría observar la dominación como
un modo de "moldear las palabras, las imágenes, los símbolos, las formas,
las organizaciones, las instituciones, y los movímientos utilizados por la
población subalterna para hablar de la dominación, confrontarla, enten­
derla, acomodarse o resistir a ella." Se considera que "10 que la hegemonía
construye no es una ideología compartida, sino un marco común material
y significativo para vivir a través de los órdenes sociales caracterizados por
la dominación."39 En este caso, las relaciones entre los diversos sectores
mayas frente a los grupos y clases dominantes y el Estado se produce en
un campo de fuerza material y significativo construido por ellos mismos.
Este proceso podemos darle un nombre en Guatemala, podemos llamarle
Ilt'ocolonialismo.

En este sentido, como afirma Catherine Walsh 4l1 las cualidades de lo


L'1Jigena y en nuestro caso, de lo ladino, lo mestizo y lo criollo, son rasgos
6tructurales de lo colonial (o neocolonial), conforman identidades cul­
turales y políticas construidas en la mutua oposición y en la actualidad
:ontinúan moldeando la convivencia, el habitus, la oposición, la jerarqui­
l ?:ión y la negación en la sociedad guatemalteca. Lo que hago en este

.:2ro, es narrar una pequeña parte de este proceso neocolonial, uno que
¿" localizado y focalizado en la relación indígena ladino en la localidad.

::"ta es solamente una parte de la relación neocolonial, porque después


:' lunto a ella podríamos enfatizar el estudio de muchas otras relaciones
:'cocoloniales vinculadas con el lugar de las mujeres, los ladinos pobres u
.':TOS grupos que son etnizados o minorizados. Así, lo neocolonial no debe
-c': pensando como algo monolítico y homogéneo, sino como un proceso
j i \'erso y abarcador, con un amplio espectro de formas de dominación y
:ritica·¡ Es decir, hay que estudiar las múltiples maneras en que se estruc­

~.. ~:--crn William. 2002. "Hegemonía y lenguaje contencioso." En: GiJbert M. Joseph y Derek Sayer.
:< Furmas cotidianas de formación del Estado: algunos comentarios disidentes acerca de la 'hege·
," .a· En. Jv>eph y DanieJ Nugent, Aspectos cotidianos de Ja formación del EstadlJ (clJmpilddores)
E:-a Vé'l..l":C'
~Ü-':jt'-.e:1C2 \\'alsh. Op, Cit.
~l lathe,,"u-e \\alsh. Op, Cit.
36 La superació'l del i>ld¡geIlLl, la pl'iíhca de la modernizaCIón, ,

tura la sociedad y el Estado neocolonial para entender las fonnas en que


se constituye la dominación, el cuestionamiento y las ideologías. La crítica
de Isabel Rodas 42 sobre la utilización de las clasificaciones indígena y ladino
como categorías que supuestamente definen las diferencias fundamentales
en la sociedad guatemalteca, son importantes en este caso. Este trabajo
como se enuncia, usa dichas categorías como ejes de análisis, pero no las
entiende como el centro de las relaciones neocoloniales sino, como lma de
las tantas formas en que se estructuran las relaciones políticas (también
culturales y económicas) en el país. No obstante, la diferencia étnica juega
un rol fundamental en Guatemala, porque moldea la imaginación social,
cultural y política de la mayoría de guatemalteco que también la vinculan
con las relaciones de clase, género y región. El análisis de la relación indí­
gena ladino tiene importancia en este marco, porque desde ella también se
definen jerarquías, formas de explotación, organización, racismo, sistemas
de gobierno y estilos de lucha. Los kaqchikel de Chimaltenango piensan
su acción política desde este marco de relaciones, debemos analizar pues,
cuáles son las implicaciones de este pensamiento y su lugar en la historia
neocolonial. La relación indígena ladino, en este caso se estudia en su es­
tructuración con otros procesos relevantes, que ayudan a entender la forma
en que se modela la historia de la nación y el Estado.

Todo este proceso también puede explicarse con la noción de colonia­


lismo interno (entendido en su complejidad) el cual se refiere a que dentro
de lID Estado, lID grupo que se define cultural, racial y políticamente su­
perior impone su dominación y control sobre otros (personas y grupos)
que son definidos como diferentes inferiores. El dominador en este caso
no es extranjero pero sus formas de control pueden ser definidas como
actos coloniales. También hay que decir que esta formación estatal, ha
estado vinculada con otras formas de dominación de carácter mundial,
principalmente con el poder imperial euro-estadolIDidense y capitalista
que ha tenido formas diversas en la historia y en la actualidad con la

42 Isabel Rodas, "El rol de las emociones en las identidades narrativas de los grupos e mdividuos en
desplazamiento", En: Santiago Bastos (compilador), Mulliculturalismo y futuro en Guatemala,
FLACSO. Guatemala, 2008.
Introducdón 37

mundialización. Una dominación imperial muchas veces toma la forma


de un sistema colonial, al negar la vida social y política de otros pueblus.
Los estudios poscoloniales en América Latina, sin embargo, como afir­
ma Walsh, a veces olvidan el colonialismo interno. Los hechos históricos
como los que describo en este trabajo o la agencia indígena, deben tener
importancia para analizar si el proceso neocolonial es latinoamericano,
es localizado o son ambas. El kaqchikel entra en la historia de América
Latina como un sirviente y un ciudadano de segunda clase, estos fenó­
menos también deberían ser calificados para considerar las explicaciones
sobre la colonialidad del poder que se perfiló en el subcontinente durante
e 1siglo XX.43

Como se ve este escrito habla sobre historia local y de grupos subalter­


nos. En esta línea de ideas es importante considerar la particularidad o los
limites de las narraciones sobre el pasado y también cómo éstas se unen o
entrecruzan entre sí. Buena parte de los historiadores que se interesaron en
el análisis de los procesos sociales y políticos acaecidos durante la Reforma
Liberal y el siglo XX, generalmente han partido de un centro metropolitano
\ nacionalista, para entender los procesos de control sobre la población
l.ndígena y han ayudado a crear la imagen de los indígenas y los pueblos
oumisos y cerrados que supuestamente están en el margen o afuera de la
~lstoria y de la formación estata1. 44 Así mismo, cuando se ha escrito sobre
~3 modernización entre los indígenas, habitualmente se ha hablado de ella
~,1mu una corriente en la cual se suman sin cuestionarla. Algunos hablan
_ :e la traducción que se ha hecho de la modernización, es decir, la que es
?~omovida desde los centros urbanos por los intelectuales nacionalistas

.·\nibal Quijano. "Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina". En: Edgardo Lander (com­
cuador). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, perspectivas latinoamericana,.
CL\CSO, Buenos Aires, 2000. Quijano ha introducido la noción de diferencia colonial que llama la
3tenClón sobre la formación de espacios geo-históricos específicos en la historia de las formaciones
- aClonales modernas, en este caso se resalta la constante conflictividad entre estos espacios locales y
..'15 formas (diseños) globales de dominación .
.\:""nos trabajos con perspectivas dúerentes son los de Sonia Alda Mejía, La participación indígena
m la construcción de la República de Guatemala siglo XIX, Universidad Autónoma de Madrid,
:: 'paña 2002. Greg Grandin. 2000. Op. Cit. Tim Handy. Revolution in the countryside Rural conflict
¿r.d agrarian reform in Guatemala 1944-1954. TIle University of North Carolina Press. USA, 1994.
""rr.no Taracena, Op. Cit. 1997, 2002, 2004.
38 La sllperación del indígena: la política de la modernización ...

y el Estado. Éstos, sin embargo, se pueden ver como enunciados que no


pretenden entender el proceso en su complejidad y carácter dentro de la
formación nacional neocolonial sino, dentro de un proceso de moderniza­
ción que es imaginado produciéndose siempre de arriba hacia abajo. 45 Todo
esto tiene que ver con procedimientos metodológicos, pero también con los
sustratos ideológicos que manejan las personas que escriben la historia o
los análisis sobre la realidad social y política guatemalteca. En este caso,
es importante cuestionar la trivialización de la historia local (y de todo lo
local)46 es decir, esa visión que (en parte) brota de las historias nacionales
y nacionalistas o también de las narraciones sobre la historia continental y
mundial. Ranajit Guha pregunta ¿quién define los eventos como historia,
a partir de qué valores y criterios se decide lo que debe ser recordado y
olvidado? En este caso se afirma que la nominación de la autoridad sobre
el pasado no es otra cosa sino una construcción definida desde el estatismo
que busca y (muchas veces lo logra) definir el sentido común sobre lo que
es histórico o no, es decir, el estudio de la gran historia (y su forma institu­
cionalizada por medio de la escuela, los centros de investigación y otros)
sirve como una enseñanza para la formación del patriotismo, para definir
qué y cómo se hace el gobierno, la política y, finalmente, la formación del
rol ciudadano y lo nacional. Esta misma historiografía y etnografía basada
en una teoría sobre la evolución cultural, afirma que los subalternos siguen
la ruta de la historia, caminan del rezago al presente. Esta lógica interpreta­
tiva usada como parámetro para entender la acción política de los grupos
subalternos ve a los indígenas, algunas veces como activos, pero en muy
pocos momentos como influyentes dentro del marco donde accionanY

45 Véase por ejemplo el artículo de Arturo Ana, "La cultura, la política y el poder en Guatemala". En
Hugo Zemelman (coordinador). Cultura y política en América Latina. Siglo XX] Editores. Universidad
de las Naciones Unidas. México, 1990.
46 Sakhela Buhlungu, "Reinvención de la democracia participativa en Sudáfrica." En: Boaventura de
Sousa Santos. Democratizar la democracia. Fondo de Cultura Económica, México, 2004.
47 Rut Buncel. Chiclucastenango. Editorial josé de Pmeda ¡barra, Guatemala, 1981. julío Castellanos
Cambranes. Café y campesinos, los orígenes de la economía de plantación moderna en Guatemala,
1853-1979. Catriel, Madrid. 19\16. John Guillin. San Luis Jilotepeque, Seminario de Integración Social
Guatemalteca, Guatemala, 1958. jean Piel. Sajcabajá, CEMCA, Guatemala, 1989. Jean Piel. El depar­
tamento del Quiché bajo la dictadura liberal, (1880-1920). FLACSO-Guatemala/CEMCA, Guatemala,
1995. Severo Martínez Peláez. La Patria del Criollo, EDUCA, Costa Rica, 1979
Introducción 39

No obstante, estas formas de normalización y autorización muchas


veces son cuestionadas y limitadas por las narraciones y acciones de la
población o los grupos subalternizados. Todo ello nos hace ver primero, la
necesidad de trabajar nuevas historiografías que se produzcan desde lugares
diferentes y diversos que tengan en cuenta la multiplicidad de experiencias
de los variados grupos sociales que conviven o se relacionan en Guatema­
la. Guha ha hablado sobre la narrativa histórica de los subalternos como
pequeñas voces de la historia contrastándola frente a la gran JlÍstoria estatista y
nacionalista. De paso hay que decir que algunos mayanistas han sido se­
ducidos por esa gran historia y han intentado definir una contrahistoria del
mismo tipo, es decir, mediante la construcción de una narrativa histórica
sobre la grandeza de los mayas prehispánicos para definir una forma de
nacionalismo maya o panmayanismo. Al hacer este intento ellos mismos han
obviado las pequeñas y silenciosas voces de sus antepasados en la época
colonial y las emitidas en los dos últimos siglos, es decir, las de las muje­
res, los indios de repartimiento, los mozos y demás subalternos. 48 Guha
invita al derrocamiento del régimen narratiIJO burgués y con ello destruir los
soportes de la hegemonía y los discursos dominantes sobre el retraso de la
cultura de los subaltemos. 19 En Guatemala, las historias indígenas y mayas
no pueden separarse de la historia de los lugares y ellas de la nacional por­
gue desde esos espacios también se rebate la opresión y se construyen los
vínculos. De esta manera, como diría John Tutino, y para ubicamos en la
temporalidad de este estudio, el liberalismo y el nacionalismo deberían ser
analizados como ideologías en debate y no solamente como entidades pro­
nunciadas e impuestas. En realidad la historia debería verse como espacios
.ie' polémica entre diferentes sectores como los campesinos, los indígenas, los
mtelectuales, los intermediarios y demás. 50 La historia local en ese sentido,

~, "d¡:ar Esquit. "Las ro tas que nos ofrecen el pasado y el presente: Activlsmo político. historia.y pueblo
ma\'a" En: Darío Euraque. Jeffrey Gould y Charles Hale (Editores). Memorias del mestizaje, cultura
F"'i.aca en Centroamérica de 1920 al presente. CIRMA. Guatemala, 2004.
;{anal'tGuha, "TheSmall Voiceofffistory" En: ShahidAmin y Dipesh Chakrabarty (edilores) Subaltem
~rcdies IX, Writings on South A'lan History and Society. Oxford Umversity Press, Bombay Calculta
\j¿dras.I996.
=, •cre" Tu ano "Presentación", En: Florencia Mallon, Campesino y Nación. La construcción del México
.. Perú poscoloniales, El Colegio de Michoacán, El Colegio de San Luis, C1ESAS, México. 2003.
..

40 La superación del indígena: la política de la modernización...

tiene un fuerte poder en la explicación de los procesos globales, regionales


o nacionales.

Este trabajo no pretende ignorar la historiografía producida hasta ahora


sobre la república y la nación u obviar las teorías sobre el lugar de los mayas
en este proceso político y cultural. Este estudiointerlta entrar en un diálogo
y aportar otro punto de vista que disiente y otras veces se vincula con las
conclusiones de estudios históricos sobre el período. Mis dos puntos básicos
en este sentido son que los indígenas se enfrentan, dialogan y se adaptan
a un Estado neocolonial y que la modernización entre algunos sectores
indígenas, principalmente entre las élites en eomalapa, está íntimamente
vinculada con la transformación de su lucha política. Estado neocolonial y
modernización alternativa, en este caso, están profundamente unidos como
formas de dominación y protesta. El Estado Liberal de finales del siglo XIX
se impuso y se estructuró sobre el capitalismo, el nacionalismo y su herencia
colonial; ante ello algunos sectores indígenas reaccionaron con un discurso
y una práctica que puso la modernización en el centro de sus intentos por
la liberación frente a esas nuevas formas de dominación. La Revolución JI?
1944 fue un esfuerzo ímportante por reformar la sociedad y el Estado para
volverlo más democrático, pero al final se impuso nuevamente una \"Ísiór,
y práctica neocolonial en la relación con los indígenas. Explicaré en C'tfa
parte cómo reaccionaron los últimos en este nuevo período. Este traball'
sin embargo, invita a que los historiadores también pensemos los pwcesc"
de manera regional o local y que las periodízaciones no se establezcan SC'­
lamente desde una historia, sino desde los cruces de los múltiples procesC's
históricos que viven los diversos grupos. En particular, trata de reconsidt.'r?c:
la historia de las relaciones entre indígenas y Estado no solamente come' l.Z"a
historia general sino también como historias que se diferencian y comed <'r.
en el tiempo y el espacio.
Introducción 41

LA SUPERACIÓN DEL INDÍGENA EN LA HISTORIA Y LA NACIÓN

Como se ha dicho, la superación del indígena que persiguieron ciertos


sectores kaqchikel comalapenses (principalmente algunas familias de la
élite) en la formación del Estado liberal y la nación guatemalteca de fina­
les del siglo XIX y en el XX, estuvo relacionada con la categorización de
la población corno indígenas y ladinos, lila caracterización que rninorizó a
los indígenas y estableció ideológica y políticamente, la superioridad de
la población definida corno ladina, esto ha sido visto como una forma de
etnizar a la sociedad guatemalteca. La historiografía sobre este proceso
concreto en las localidades de Chimaltcnango y Comalapa en particular,
podemos construirla a partir de los datos que nos ofrecen los archivos sobre
la época colonial y republicana.

La población definida como ladina, ya residía en Comalapa y en la


región chirnalteca durante este período, es decir en los siglo XIX y XX.51
En el siglo XVIlI, había residentes ladinos en Comalapa, Tecpán, Patzicía,
San Martín Jilotepeque o Patzún. La mayoría de estos pueblos poseían
grandes extensiones de tierras comunales, de las cuales, algunas áreas
no eran utilizadas debido a su lejanía del pueblo o por su mala calidad.
Ciertas familias ladinas é>2 ocuparon estas tierras bajo la autorización de los
principales o el gobiemo de los pueblos de indios. En Tecpán, por f'jcm­
plo, algunos dirigentes de linajes importantes (los l'orón) y los principales
habían autorizado a un grupo de ladinos, a finales del siglo XVII, el uso
de una porción de tierras en los márgenes del río Motagua, los ladinos
usaron aquellas tierras como estancia de ga11i1do en beneficio de la cofradía
de Nuestra Señora del Rosario de Ladinos. éd Mientras la renta de la tierra les
reportó ganancia a los principales, no tuvieron inconvenientes en permitir
que los ladinos permanecieran en estos espacios. No obstante, en otros
momentos el común de indios sí protestó, principalmente cuando vieron

51 Un estudio unportante al respecto es el de Isabel Rodas. De españoles a ladinos. Cambio social y


relaciones de parentesco en el altiplano central colonial guatemalteco. ICAPI, Guatemala, 2004.
52 Sobre el estatuto legal y Ja situación ~ocial de los ladinos en la época colonial puede verse, [sabe!
Rodas. Ibídem.
53 AGCAA1. 15989, 52675.
42 La superación del indígena: la política de la modernización ...
._--­

amenazados sus intereses sobre la propiedad y el uso de las tierras, frentf'


a las coaliciones entre principales y ladinos. '>4 A finales de la época colonial
los pocos ladinos que permanecieron en los pueblos de indios generalmente
se sometieron a la autoridad indígena o entraron en colaboración para con­
trolar las tierras frente a los intrusos, españoles o indios de otros pueblos.
No obstante, los ladinos de pueblos como Patzicía y Comalapa empezaron
a solicitar al gobierno colonial el establecimiento de autoridades ladinas
en estas localidades y en el primero, llegaron a formar parte del sistema
de autoridad indígena. 55 En esa época, a finales del siglo XVIII, residían 43
familias ladinas en Tecpán y en Comalapa solamente diez, entre dos mii
familias indígenas. 56

En la primera parte del siglo XIX, los ladinos mostraban una fuerte
identificación con las localidades en donde vivían debido al apego e intere-­
sobre las tierras que adquirieron y el papel de custodios del orden locaL <1. ue
algunos de ellos se atribuyeron y el que después les otorgó o formalizo e ~
Estado republicano. En 1812 por ejemplo, mientras se resolvía un contlictc'
de tierras entre Tecpán y Patzún los principales de Tecpán fueron ilCl)n~­
pañados por los ladinos que tenían intereses sobre la tierra en la zonil d~ ~
litigio. Cuando el medidor los amonestó diciéndoles que este asunto r,o :c-s
concernía a ellos sino a los indios, éstos contestaron que estaban en ague 1:''';.
gar para contener a los indios si en dado caso intentaban alguna '!lb/e:'.;::.": ,.
A principios del siglo XIX los ladinos ya tenían bastante int1uf'ncia sobit" .'
autoridad indígena, pero aún mantenían una posición inferior y \'ulr¿, a:,:~
en los pueblos y ante el gobierno colonial, sin embargo, al mismo t;~:-:.?~
empezaban a reproducir el discurso dominante sobre la inslIh'rci:·:.; .-: .•..::.

54 Como sucedió en Mataquescuintla en 1774 cuando los milicianos ladmos de a"ue,o .o~ .. '0"'---'--'
la sublevaCión de [os indios. En ese entonces adujeron que los indIOS no los quer.2" ce e -.<
que pretendían sacarlos a todos (los ladinos). En aquel año los Uldígenas ~el c,'r:-. ---=-, ~ -, -,--­
encarcelaron al caoque Pablo Malíasque había entrado en componenda.< con ,e'" :¿~..c . - >-c _' ..'-'
tes. Cuando esto sucedió la gente gritaba: "Que vengan ahora a defenderte ~~, a;-e.e-- .'e.' ­
tenemos orden de quemarte y quitarte la vida SI no entregas el título ,de :as c",",'--:
LegaJO 175, Expediente 3544.
55 Isabel Rodas, 2004, Op. Cit.
56 Pedro Cortés y Larraz, Descripoán geográfica moral de la diócesIS de Gc",u-=r:-¿~ y,'.,','
Geografía e HistoTIa de Guatemala. Guatemala. 1958,
57 AGCA, Sección de TielTas, Chimaltenango. P1. E8, A 1912
Introducción 43

indio y el temor ante la guerra de castas. El papel de observadores o de vigi­


lantes del orden que tomaron muchos ladinos en los pueblos surgió de las
transformaciones políticas del Estado guatemalteco en el siglo XIX, pero
también de los procesos cotidianos locales, en donde aquéllos protegieron
sus derechos sobre la tierra y buscaron autonomía política y de gobierno ante
las autoridades indígenas y coloniales. El trabajo de Arturo Taracena sobre
el regionalismo altense es bastante claro en este sentido, en su escrito nos
demuestra los puntos de coincidencia social, política, económica y cultural
entre un sector de la población criolla y ladina, así como la formación de
su proyecto de ladinización. 5R Las fases de la construcción de la autonomía
política de diversos sectores de ladinos (por ejemplo las élites quetzaltecas)
desde finales del siglo XVIII y en el XIX en los pueblos y ciudades, deben
verse también como intentos por la descolonización, que se vinculan a los
procesos políticos mundiales y con los asuntos locales, es decir, en la de··
fi.'lición de la propiedad sobre la tierra, la racializacián de la sociedad y el
control sobre otras poblaciones (por ejemplo sobre los indígenas).

De cualquier modo desde el siglo XVIII el rol de observadores o sus­


tentadores del orden colonial, de algunos grupos ladinos estaba perfilán­
dose de muchas maneras en las diferentes regiones y poblaciones y ellos
sabían, de alguna forma, que el Estado central necesitaba de apoyo en ese
sentido. Con la Independencia en 1821 y a causa de las leyes sobre tierras
baldías y censo enfitéutico que se emitieron en la primera parte del siglo
XIX59 se produjeron una serie de conflictos entre grupos de indígenas y
ladinos por la propiedad y uso de la tierra. Por otro lado, siguiendo de
cierta manera las pautas establecidas por la Constitución de Cádiz, en
1824, la Constitución Federal pedía la desintegración de los cuerpos de
autoridad propiamente indígenas o que sus miembros fuesen sumados a la
Municipalidad Constituciona1.60 Desde ese momento en los pueblos como

58 Arturo Taracena Arriola, 1997Op. Cit.


59 Julio César Méndez Montenegro, "444 años de legislaCión agrana en Guatemala" en Revista de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y SoCIales de Guatemala VI. No. 9·12. Guatemala, 1960. Decretos
legislativo del 28 de abril de 1876 y gubernativo de 2 de noviembre de 1837.
60 Lina Barrios. La alcaldía indígena de 1821 a la Revolución de 1944. Universidad Rafael Landívar,
Guatemala. 1998.
44 La superación del indígena: la política de la modernización ...

Comalapa, en donde habitaban ladinos y gente kaqchikel, los primeros


ocuparon los puestos más importantes en la municipalidad. Ese fue el
lapso cuando se institucionalizó, normalizó y legalizó el papel tutelar de
las élites ladinas a nivel local y también la subordinación legal y social de
los indígenas en el ejercicio de la autoridad en el ámbito local y nacional.
En el siglo XIX los ladinos pudieron consolidar su papel de intermediarios,
controladores del orden local y sus intereses políticos y económicos en los
pueblos (estructurado como una herencia colonial). Al tener el control de
la municipalidad, regularon el uso de la tierra comunal, la cual, en grandes
extensiones, pasó rápidamente a manos de las pocas familias ladinas de
cada pueblo ya las de algunos indígenas ricos. Posteriormente estas tierras
fueron legalizadas como propiedad privada siguiendo las leyes emitidas
por el gobierno liberal, a partir de 1871.

En el siglo XIX, en diversos municipios de Chimaltenango y otros


departamentos, surgió la municipalidad indígena como una respuesta de
la población kaqchikel o sus dirigentes, ante el nuevo orden o sistema de
gobierno que estableció la República a nivellocal. 61 Algunos historiadore~
han dicho que, usando su experiencia colonial, cuando la autoridad indí­
gena tenía un margen de autonomía a nivel local, los mayas pelearon por
conservar su sistema de autoridad y su autonomía que era imprescindible
en su existencia social, cultural y política y con ello modificaron las pre­
tensiones homogeneizadoras del Estado Libera1. 62 En los municipios en
donde no había población ladina, efectivamente, los indígenas adaptaron
su sistema de autoridad consuetudinaria a la nueva organización conoci­
da como municipalidad otorgando legalidad a la estructura de autoridad
indígena de origen colonial. En las poblaciones en donde había ladinos los
indígenas principales y dirigentes de cofradías, estructuraron la municipa­
lidad indígena que era presidida por los miembros indígenas subordinados
de la municipalidad oficial, esta última dirigida por ladinos. En estos pueblos
y en los siglos XIX y XX la municipalidad indígena siempre se formó como

61 Edgar EsqUlI, Otros poderes, nuevos desafíos. Relaciones interétnicas en Tecpán y su entorno depar­
tamental. Instituto de Estudios lnterétnicos, Universidad de San Carlos de Guatemala. 2002.
62 Sonia Alda Mejía. Op. Cit.
Introducción 45

illla estructura de autoridad, institucionalizada bajo el derecho maya pero


ilegal ante la autoridad estatal. En el siglo XIX los principales conservaron
cierto margen de autonomía y autoridad bajo esta estructura de gobierno,
pero ella siempre estuvo bajo la vigilancia y la tutela de la autoridad ladina
o la municipalidad oficial.

Aún en el marco del Estado tutelar y la minorización legal y social de


los mayas, la milllicipalidad indígena negoció con los ladinos y criollos que
dirigían el milllicipio y la República, por ejemplo en cuestiones relacionadas
al trabajo, la recaudación de impuestos, el uso de la tierra comilllal (y des­
pués municipal), la aplicación de la justicia o el mantenimiento del orden
local. Esto también evidencia que las autoridades indígenas estuvieron
abiertas al proceso social y político de la República. Ellos también usaron
los mecanismos legales, las instituciones de justicia y administrativas que
el Estado fue desarrollando y lo tradujeron a sus intereses como grupos
privilegiados a nivel local o como autoridades. No obstante, lo que hay que
resaltar es que esta negociación, adaptación y apertura, se dio como una
relación desigualo en desventaja para los indígenas frente a los ladinos y
el Estado, debido a la forma neocolonial que éste adoptó, desde el siglo
XIX. Todo este proceso creó inestabilidad política a nivel local, porque los
principales y la población nunca estuvieron conformes con la tutela ladina
y se opusieron a ella de múltiples maneras (lo que los estudiosos vieron
posteriormente como un encierro indígena y otros como resistencia) y por
eso se afirma que, en esta época los kaqchikel de Chimaltenango siempre
estuvieron en búsqueda de la autonomía, entendida como autogobierno en
la 10calidad. 63

La Reforma Liberal de 1871, enfatizaría aún más la situación del Estado


tutelar y neocolonial a nivel nacional y local con el otorgamiento de derechos
especiales para las élites ladinas. Desde entonces, estos últimos tuvieron
potestad para controlar a las autoridades y a la población indígena, se acre­
centarían las razones del racismo, se definiría al indio como mozo o como

63 Véase Edgar Esqui!, 2002. Op. Cit. Julio Castellanos Cambranes. Op. Cit. Sonia Alda. 01" Cít. Greg
Grandin. Op. Cit.
La superación del indígena: la política de la modernización...

sirviente y se agravaría la situación de la pobreza indígena. Si el gobierno


ladino local y el Estado del siglo XIX ya habían limitado los márgenes de
la autoridad o gobierno indígena, las leyes liberales sobre el trabajo forza­
do, la privatización de la tierra comunal y la forma en que se organizó el
gobierno local-jerarquizada racialmente-las agudizaría llevando las rela­
ciones entre indígenas, ladinos, cafetaleros y Estado a un mayor conflicto.
Estas luchas se manifestaron a nivel de los pueblos, las fincas cafetaleras y
de manera general en momentos coyunturales, por ejemplo, cuando cayó
el gobierno de Manuel Estrada Cabrera, en los años veinte y durante la
Revolución de 1944.64 Por otro lado la municipalidad oficial dirigida por
ladinos, la municipalidad indígena, el comandante local, la Jefatura Política
y los ladinos como habilitadores (aunque en Comalapa también había gente
kaqchikel con este trabajo), constituyeron la maquinaría que hizo girar el
sistema de trabajo forzado instituido por medio del Reglamento de Jorna­
leros en 1877 y la Ley de la Vagancia de 1935 que fueron las normas que
definieron legalmente al mozo. 65 La deuda por trabajo y las habilitaciones
fueron sistemas de trabajo agrícola forzado, que golpearon profundamen­
te la autoridad indígena e incluso la intimidad de las familias, pues, ellas
estuvieron fuertemente controladas por el gobierno departamental y local
dirigido por los ladinos y los militares. Cuando los hombres se escapaban
de las extenuantes jornadas de trabajo en las fincas o en las plantaciones
de granos de los ladinos, por ejemplo, las esposas eran encarceladas hasta
que aquél se presentaba y continuaba con su tarea. 66

Así mismo, Marta Elena Casaús 67 afirma que durante este período
el racismo se volvió una nueva maquinaria del poder porque se tomó en
un elemento clave del nuevo Estado liberal oligárquico. El indígena que
durante la época colonial tenía un estatuto jurídico (mediante el pueblo de

ó4 Julio Castellanos Cambranes, Op. Cit. Edgar Esquit, 2002. Op. Cit.

65 Facultad de Ciencias Jurídica, y Sociales. Reglamento de Jornaleros. Decreto No 177, del ~ de abnl

de 1877. Universidad de San Carlos de Guatemala. Guatemala. 1984. y riera Glei)eses. "La aldea de
Ubico: Guatemala 1931-1944. en Mesoamérica 17, ORMA, Guatemala, 1989.
66 Julio Cambranes, Op. Cito Edgar Esquit. 2002, Op. Cil.
67 Maria Elena Casaús. La metamorfosis del racismo en Guatemala. Uk'exwachixiik ri kax:lan No'oi pa
lximulew. Cholsamaj. Guatemala. 2002.
Introducción 47

indios) pierde todos sus derechos durante la formación de la República y


principalmente cuando se consolida el Estado liberal, a finales del siglo XIX.
Escalante68 y Casaús dirían que, desde entonces, el indígena pasa a ser un
ciudadano imaginario por la igualdad que predicaba la Constitución, pero
con un lugar profundamente desigual en la realidad económica, política,
cultural y legal (desde las leyes secundarias) dentro del Estado y la nación.
Durante la Reforma Liberal, los indígenas estuvieron segregados mediante
la legislación sobre trabajo forzado (economía capitalista) y gobierno (ex­
clusión política), pues muchos no tenían derecho a asumir los primeros
cargos administrativos en el gobierno local y nacional. Se diría entonces
que durante este período se fortaleció la racialización de la sociedad gua­
temalteca, en función de la economía y la política que se establecieron y
fueron correspondientes a las ideas liberales sobre progreso y civilización
que, todas juntas, definieron y nombraron al hombrE' indígena como mozo
ya la mujer como sirvienta. Así se reforzaron las imágenes del indio de­
gradado racial y culturalmente, culpándosele del retraso de Guatemala.
Casaús afirma que el imaginario racista que se modifica en este período,
llega a ser influenciado por el liberalismo, el positivismo y el darwinismo
social. Las élites generan y moldean este pensamiento y cultura que se
difunde y normaliza en toda la sociedad, operando como un mecanismo
de la diferenciación política, social y étnica. Como se ha dicho, todo este
proceso tiene mucha relación con el sistema patrón-cliente sobre el que se
basaría el capitalismo, la cultura política, las relaciones interétnicas y la
acción política indígena. 69

Cuando las tierras comunales fueron privatizadas a finales del siglo


XIX, en la mayoría de los pueblos de Chimaltenango hubo muy poca
protesta por parte de los kaqchikepo Ellos habían peleado por las tierras

68 Fernando Escalante. Ciudadanos imaginarios, El Colegia de México. México, 2002.


69 Marta Elena Casaús, 2002, Op. ell. Véase también, Marta Elena Casaús, y Teresa Garúa GiIáldez. Las
redes intelectuales centroamericanas: un siglo de imaginarios nacionales 1820-1920. JyG Edllores.
Guatemala, 2005.
70 No obstante, muchos indígenas reclamaron o pIdIeron el reparto privado de la~ tierras mUnIC1pales
que estaban bajo el control de la~ municipalidades. Auque ellos definieron estas tierras como co­
munales, la legislación estatal y los administradores locales afirmaron que, legalmente, esta tierras
pertenecían a la municipalidad como representante del municipio y no a una entidad comunal.
48 La superación del indígena: la política de la modernización ...

a principios del siglo XIX -frente a los ladinos que se la apropiaban- pero
no habían ganado porque los últimos para entonces, ya gozaban de los
derechos y privilegios que les otorgó la legislación nacional para el control
de este recurso y porque, mediante el gobierno municipal, aquéllos podían
definir sus privilegios, excepciones y formas de inmunidad. Como se ha
dicho, fue en el siglo XIX cuando las élites ladinas acumularon o formaron
las grandes propiedades (medidas por caballerías) que tenían en el altiplano
chimalteco a finales del mismo siglo, consolidando su legalización cuando
se emitió la ley de privatización en 1877. En ese mismo siglo, muchos indí­
genas ricos acumularon o lograron retener grandes extensiones de tierras
en estos pueblos incluyendo Comalapa. 71 Desde la emisión de la Ley de
Redención del Censo Enfitéutico -1877-los propietarios ladinos e indígenas
empezaron a medir y a registrar sus tierras para no perderlas ante otras
personas que pudiesen haberlas denunciado como baldías. En 1882 el Jefe
Político de Chimaltenango afirmaba, por ejemplo, que en su departamento
los municipios que poseían amplias extensiones de tierras eran Tecpán,
San Martín, Comalapa, Patzún, Chimaltenango y que ellos se encontraban
en un acentuado florecimiento debido a la concesión enfitéutica realizada
y que posteriormente había sido redimida. 72 En la primera parte del siglo
XX y conforme a otras leyes sobre el registro de la propiedad, los indígenas
y ladinos de la región, seguían titulando y registrando sus tierras ante las
oficinas del gobierno.?3

Comalapa tuvo ciertas características especiales en este proceso, a finales


del siglo XIX la población ladina casi era el 5% pero acumulaba el 43% de
las tierras cultivables del pueblo, según el cálculo hecho por medio de una

El hecho de que los mdígenas pidieran el reparto en propiedad pnvada de estas tierras y no su
recuperación comunal, también evidencia que los indígenas, a finales del Siglo XIX, ya se habían
adaptado al nuevo sistema y forma de posesión de la tierra que había Impuesto el Estado Liberal.
Edgar Esquit, 2002, 01" Cil.
71 Véase Linda Barrios. Manos de MUJer, Manos de hombre: producción artesanal textil en Comalapa,
Tesis Doctoral, Universidad de Albany. Estados Unidos. 1994.
72 AGCA, B. Gobernación, Chirnaltenango, L 28650 E 490.
73 Véase: Ley de Concesión de Tierras Nacionales, Decreto 1160 de 1931 y Ley Agraria de 1936. Rosendo
P. Méndez, Recopilación de leyes de Guatemala. Tomos 50 y 54, Tipografía Nacional, Guatemala,
1938.
Introducción 49

muestra. 74 Había una élite indígena que acumulaba grandes propiedades,


cuyos miembros también eran comerciantes y tenían contacto con ladinos
y empresarios fuera de Comalapa. Cuando se privatizaron las tierras -a
finales del siglo XIX- algunos kaqchikel (varios de ellos provenientes de las
familias ricas), se convirtieron en los intermediarios en la titulación de las
propiedades de los kaqchikel comalapenses. Ellos se volvieron güisaches 75
que apoyaron el proceso de titulación de las tierras o en la resolución de los
conflictos vecinales (linderos de tierras, conflictos familiares) que surgían
entre los otros mayas analfabetas y monolingües. Desde mi perspectiva,
estos hechos -la titulación de las tierras y la formación de los güisaches o
intermediarios indígenas- que se produjeron muy a principios del siglo XX,
fueron procesos importantes (aunque no los únicos) en la constitución de las
ideas sobre la regeneración del indio o la superación, entre algunos kaqchikel
de Comalapa. Mientras ayudaron a resolver los conflictos por la tierra, los
güisaches conocieron a abogados e intelectuales progresistas capitalinos,
quienes les hablaron de la importancia del progreso (la superación) y del
atraso indígena. Algunos comalapenses entraron en una estrecha relación
con ciertos intelectuales miembros de la Generación del 20 y con políticos
y militares como José María Orellana o Lázaro Chacón. Pero el discurso que
encontraron en la capital fue contrastado y reinterpretado en Comalapa. Si
los intelectuales citadinos pensaban el progreso como un mecanismo para
construir la nación guatemalteca homogénea y moderna, los indígenas la
vieron como una herramienta para liberarse de la opresión ladina local y
finquera y para luchar por su ciudadanía o su autorepresentación dentro
del Estado guatemalteco fundamentado sobre su herencia colonial, el ca­
pitalismo y el nacionalismo de sus élites. También aquí surgió la identidad
del indígena intermediario moderno que trataría de vincular a la sociedad local
campesina indígena con el Estado y las clases dominantes durante todo el
siglo XX. En este caso el indígena superado que se dedica a la titulación de
tierras, finalmente o de alguna manera se presentaría como representante

74 Lmda liamos, Op. Cit.


75 Según el diccionario de guatemaHequismos, güisache es la persona que ejerce la abogacía ilegalmente.
Sergio Morales Pellecer. Diccionario de guatemaltequísmos, Artemís Edinter, Guatemala, 2006.
50 LA superación del indígena: la política de la modernización ...

del resto de indígenas o en otros momentos como el agente que lleva el


conocimiento y el desarrollo hacia aquéllos.

Durante todo el siglo XIX los indígenas y ladinos negociaron el Estado


locaF6 o sea la municipalidad dirigida por los ladinos de la élíte. La carac­
terística de esa disputa y negociación como se ha dicho fue que, se hizo
en términos de desventaja, desigualdad y minorización de los indígenas.
Frente a esta situación prevaleciente durante dicha centuria, la élite indígena
propietaria comalapense que se había vinculado con algunos capitalinos
progresistas en la primera parte del siglo XX y que había hecho suyo o
traducido según sus experiencias e intereses el pensamiento de aquéllos.
habían identificado, según creyeron, un punto clave en la constitución de
la dominación ladina local, es decir, el conocimiento o en términos generalt's
su modernidad (o capacidad de manejar el sistema estatal a través de los
formaJismosliberales, el uso de las leyes y los vínculos clientelares), Algu­
nos mayas llegaron a razonar que, siendo una minoría, los ladinos podian
dominar a nivel local debido a que conocían el sistema legal y burocrático
estatal, hablaban el idioma español, el idioma del Estado, dominaba.."l Ll
lectura y la escritura, teman vínculos con el gobierno departamental y r:a·
cional y por todo ello, ocupaban los primeros puestos en la municipabda-i
(todos estos atributos les otorgaba la ciudadanía a los ladinos de la éke'
que también era un recurso para dominar y excluir a otros grupos), Es ljhl~
según los intermediarios kaqchikel de aquella época, los ladinos pÜ\.-i;?~n
vigilar a la población indígena gracias a que tenían conocimientos S(l[ re :2­
nación y su Estado y éste, les había dado el derecho para hacerlo, siempre tak'
su control (el Jefe Político y el Presidente tenían un papel en este procesl'
La ciudadanía de los ladinos de la élite y los privilegios que les daba. es:.,
también eran parte de la justificación de su supuesta superioridad racl¿ü =:,,,,
esta manera, los kaqchikelllegaron a pensar que de adquirir ClmC~-¡"::,~::'~
y vínculos, ellos también lograrían ponerse en un plano de igualda-i Ce';', :'.-"
ladinos o sea, para gobernar y negociar sus intereses frente a los l¿c'~ :,.

76 Mahmood Mamdaru. 1996, Op. Clt, También afirma que la lucha anticolomal en .-\m," e.e 7--'.'
palrnente una lucha contra el Estado local que era la que imponía o Vlabúizaba de m3..~' ~:'-'-,'
indirecta el 8tado Colonial.
Introducción 51

con la burocracia departamental o con los finqueros. Todo ello también


significaría la adquisición de una ciudadanía igual a la que ostentaban los
ladinos locales. La ciudadania para los indígenas de esta élite se planteaba
como la adquisición de derechos de representación y para gobernar el
municipio, con el fin de establecer un espacio de autoridad, para enfrentar
el racismo y la pobreza, en términos generales, para eliminar la tutela y la
forma neocolonial de las relaciones de poder a nivel local, en este caso, esa
ciudadanía también tenía una base étnica.

Los güisaches o los nuevos líderes locales y también intermediarios


siguieron viendo la localidad como el lugar de sus luchas políticas, pero
ahora las definían bajo nuevas ideologías que supuestamente les posibi­
litaba todas las ventajas posibles, es decir, mediante la modernización de
la vida indígena y la adquisición de una ciudadanía diferente a la que
se les había otorgado. En este caso podemos entender (por una parte) la
superación del indígena como la lucha por adquirir conocimientos y la
formación de una cultura moderna, basada en las nociones dominantes
sobre civilización, progreso, regeneración y posteriormente desarrollo.
En este marco, la intervención indígena tuvo sus propias característícas,
énfasis y posibilidades en la primera y segunda partes del siglo XX. Ellos
enfrentaron el poder ladino a nivel local, debido a las posibilidades his­
tóricas, sociales y políticas que les ofrecía ese espacio, por sus intereses
familiares y grupales, a partír de la experiencia de lucha que poseían a
ese nivel y porque era el lugar más inmediato para enfrentar el desafío
que les presentaba el Estado neocolonial.

La Revolución de 1944, dirigida por la clase media capitalina (estu­


diantes, profesionales y militares) que derrocó al gobierno dictatorial de
Jorge Ubico, introdujo cambios fundamentales en la sociedad guatemal­
teca, por ejemplo, en relación a la legislación laboral, la autonomía de las
municipalidades y otras instituciones, el seguro social, la fallida Reforma
Agraria y la liberalización de los indígenas en relación al trabajo forzado.
Estos cambios fueron importantes, a pesar de la contrarrevolución de 1954
dirigida por Carlos Castillo Armas y respaldada por Estados Unidos, que
eliminó varios de los logros, principalmente los definidos a través de la
52 La superación del indígena' la política de [a modernización...
--~---

mencionada Reforma Agraria. Las innovaciones introdujeron algunas


ventajas políticas, económicas y culturales para los indígenas y reforzó la
diferenciación socioeconómica entre los mayas de algunos pueblos aunque
sabemos que desde principios del siglo XX, en Comalapa, existía una fuerte
diferenciación de este tipo. Aun con ello y como se ha mencionado, la elimi­
nación del trabajo forzado (aunque éste continuó en muchos otros lugares
como en Alta Verapaz), permitió que un sector más amplio de indígenas
desarrollaran o iniciaran otras actividades productivas que fortalecieron
su ciudadanía y economía.

Así, desde mediados del siglo muchos de estos procesos de la moder­


nidad y modernización indígena variaron pero el Estado neocoloniat como
una forma de organización política y como negación del indígena siguió
predominando. En esta segunda parte de la centuria, los mayas de Chimal­
tenango y Comalapa consolidaron su representación política en el Estado
local pero no pudieron hacerlo en el Estado central. En este caso aunque
muchos indígenas pudieron representarse como ciudadanos, de hecho esa
ciudadanía fue categorizada como de segunda clase porque sus beneficiarios
fueron definidos como racialmente inferiores, como analfabetas (o en su caso
como profesionales de segunda), rurales, subdesarrollados, incapacitados o
manipulables. A pesar de todo ello, en esta parte del siglo XX, los indígenas
de Comalapa logran consolidar una forma de hegemonía comunal a través de
la lucha, la negociación y su adaptación en el Estado neocolonial. Florencia
Mallon considera que la hegemonía entendida como proceso y resultado es
importante en el análisis de la política comunal. Afirma que lograr consen­
sos en la comunidad implica construir hegemonía en este ámbito y que
los procesos hegemónicos definidos como cuestionamiento, legitimación,
redefinición de las relaciones de poder y de significados son dinámicos en
las comunidades, es decir, en esta última pueden verse distintos proyectos
que se debaten y se articulan. En este proceso la comunidad como concep­
to político fue el resultado de una lucha en su interior y con su entorno. 77
Cuando los kaqchikel de Chimaltenango hablan de que el tiempo de los

77 Florencia Mallon, Op. Cit. Pág. 187.


Introducción 53

ladinos como gobernantes de la localidad (es decir de los municipios con


población mayoritariamente indígena) ha pasado a la historia, podemos
ver que lo que en realidad se enuncia es un consenso político e ideológico
sobre la conservación y la defensa del gobierno indígena en la localidad.
Solamente de esta manera, los indígenas pudieron darse un gobierno y
esta hegemonía se logra, como se ha dicho, bajo un constante proceso de
negociación, adaptación, contradicción e inestabilidad.

El segundo proceso, estrechamente vinculado con este último, fue


que en la segunda parte del siglo XX surgió o se prod ujo la nacionalización
de la identidad política indígena moderna una transformación dirigida,
principalmente, por los indígenas superados y/o por los letrados. Aquí y
en esta época, coinciden los indígenas superados que vienen de muchas
localidades del altiplano central, occidental y el norte del país. Las luchas
por la ciudadanía en ese entonces culminaron en dos posiciones moldea­
das por los contextos nacionales y mundiales que vivieron los indígenas.
Un sector, luchó y lucha por definir una igualdad ciudadana (de individuos
indígenas) en el Estado. Otro sector intentó constituir una identidad cultural
diferente o maya a partir del cual pretende reclamar derechos de ciudadanía
diferenciada, o derechos específicos.
No puedo cerrar esta introducción, sin hablar de la integración de
los mayas a la lucha guerrillera. En 1960 surgieron las prinleras organiza­
ciones guerrilleras en Guatemala, dirigidas por Marco Antonio Yon Sosa
y Luis Augusto Turcios Lima, que operaron en el oriente del país y que
eran de carácter nacionalista y antiimperialista.78 Posteriormente en los
años setentas y ochentas se desarrollarían otras organizaciones del mismo
tipo, hasta conformar la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
(URNG) y que llevarían adelante una guerra prolongada contra el ejército
de Guatemala. En el marco de la Guerra Fría este enfrentamiento armado
desataría una de las mayores represiones del Estado guatemalteco sobre su
población, principalmente la indígena. A finales de los setentas y principio

78 Mano Payeras. Los fusiles de octubre, Ediciones del Pen$ativo. Guatemala, 2007.
54 La superación del indígena: la política de la modernización...

de los ochentas, los años de mayor represión anticomunista, mucha gente


indígena superada --estudiantes, profesionistas, catequistas, promotores so­
ciales, cooperativistas- y que estaban organizados a nivel local y regional,
fueron selectivamente asesinados o desaparecidos. Algunos de ellos también
participaron o tuvieron vínculos con la insurgencia armada, en este caso,
muchos de los indígenas que se integraron a las guerrillas vincularon sus
intereses históricos por la localidad y su identidad política de indígenas a
la lucha de clases, que figuraba en el discurso de los líderes guerrilleros,
muchos de ellos capitalinos y ladinos. Al forjar este vínculo, los indígenas
crearon una perspectiva propia en su participación en la insurgencia ar­
mada. Los signos de la dominación que ellos cuestionaron y las imágenes
e ideas que crearon para llevar adelante sus luchas desde la formación de
la nación y el Estado Liberal a finales del siglo XIX, también fueron útiles
en la lucha armada de los últimos años y para evaluar el lugar que se les
asignaba a ellos en las mismas organizaciones guerrilleras. La integración de
los indígenas estudiaptes, profesionistas, catequistas o promotores sociales
a la guerrilla también tuvo relación con la superación del indígena porque
muchos ingresaron a las organizaciones buscando igualdad ciudadana para
los indígenas. Así, aunque los ultimas fueron asesinados bajo la visión de
que eran agentes del comunismo, ellos también tenían otros intereses y
discursos con relación al racismo, la pobreza y la opresión.

Al tratar de entender las luchas indígenas por la ciudadanía o por su


autorepresentación en el siglo XX me interesa enfatizar no sólo su forma
local o nacional. También intento resaltar que su carácter central se encuentra
en que fue y es una lucha dentro del espacio de la modernidad indígena o
de sus élites y como una forma de enfrentar la dominación neocolonial (es
decir, la negación de los indígenas como ciudadanos y su representación
como sirvientes y como raza inferior). Para algunos estudiosos la posguerra
mundial de mediados del siglo XX, fue el momento en que los indígenas
surgieron en la escena política o se empezó a definir la etnogénesis porque
comienzan a plantear demandas políticas, sociales y culturales desde su
autodefinición como indígenas o mayas, kaqdúkel o k'iche', por ejemplo.
Este proceso es fundamental, pero ello no debería obviar o hacer que los
Introducción 55

estudiosos pierdan la atención sobre las bases políticas, discursos y ar­


gumentos planteados por los indígenas en la primera parte del siglo xx.
Tampoco debería llevamos a jerarquizar la historia previa (la de la primera
parte del siglo XX) como antecedentes y la historia posterior (la de la segun­
da parte del mismo siglo) como central, sino entenderlas como procesos
vinculados y de larga duración en una lucha de grupos subaltemizados o
negados. En la primera parte de dicho siglo, los planteamientos políticos
muchas veces estuvieron vinculados con categorías como mozo (que por
otro lado estaba muy ligado con la definición dominante del ser indígena),
también se escuchó a los líderes hablar de la raza indígena y la clase indígena
y yo especularía que también se usó qawinaq (nuestra gente en kaqchikel).
Sin duda, estos conceptos también definen el carácter étnico de las luchas
indígenas (o la politización de la identidad) en la primera parte del siglo
XX. Por su parte, Greg Grandin afirmaría que el nacionalismo alternativo y
como ideología generada desde la élite indígena quetzalteca, surgió desde
finales del siglo XIX.79

La estructuración de una acción política a nivel regional y luego nacio­


nal en los años setenta desde Comalapa y Chimaltenango, dimensionan y
explican el carácter de las luchas indígenas en la primera parte del siglo XX.
La acción política de los indígenas ante el neocolonialismo en la primera
parte del siglo XX, también explica y dimensiona las posibilidades de la
:ucha indígena en la segunda parte del mismo siglo. Aquí intento entender
la acción política indígena en su formación moderna (que se produce y
s-on fuertemente mediados por el Estado Liberal y la Revolución de 1944).
En este marco, ya no son extrañas las luchas por la autodeterminación y en
~ontra del racismo. Los siglos XIX YXX también podemos verlos como dos
~enturias en donde los indígenas (y diversos sectores de ladinos) intentan
jescolonizarse produciendo formas de luchas diversas. Las disputas por la
:'escolonización, sin embargo, no deben distinguirse como procesos únicos,
:·:'tales y sin contradicciones porque, en realidad, ellas son paradójicas y
? arciales o siempre inacabadas. Aquí quizá podemos usar la argumentación

~reg Grandin. Op. Cil.


.'16 La superación del indígena: la política de la modernización...

de Arjun Appadurai cuando explica que "para toda ex colonia, la desco­


lonización es un diálogo con el pasado colonial, es decir, no es un simple
desmantelamiento de los hábitos y los modos de vivir coloniales. "SO Por una
parte esto significa que la descolonización es un proceso largo, diverso y
contradictorio en el tiempo y el espacio. Por otro, que la descolonización
obliga a reconocer el pasado porgue nuestras prácticas, tradiciones, rutinas,
discursos o en términos generales nuestro modo de vivir puede estar estre­
chamente conectado a procesos históricos de larga duración. Para los indí­
genas (como lo hacen los ancianos al hablar sobre la danza de la conquista
o el predicador sobre la importancia de la profesionalización) el diálogo
con el pasado colonial también implica la construcción de vínculos entre
la constante h'Tlaginación e invocación de ese pasado, el presente negado y
las utopías por la liberación.

COMALAPA: NOTAS SOBRE METODOLOGÍA Y

DATOS GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICOS BÁSICOS

Metodología
Conozco el altiplano central chimalteco como una vivencia porque he
permanecido aquí! allí durante la mayor parte de mi existencia y mi socia­
lización se produjo en este lugar. Esto significa que las relaciones étnicas,
neocoloniales y de clase o la historia (de este lugar, la de Guatemala yel
mundo) que describo en este trabajo son interpretadas conforme a ese
habitus y mis experiencias y aprendizajes académicos modelados en otros
lugares mediante redes de diversos tipos. Llegué a Comalapa pensando
como indígena/kaqchikel/investigador con cierto conocimiento sobre la
historiografía y etnografía de Guatemala y la región, es decir, adquirido
mediante mis lecturas y mi trabajo en archivos de Guatemala y mí conver­
sación con la gente.

80 A!]un AppaduTill. Op. Cit. Pág. 101.


Introducción 57

Mi trabajo de investigación de campo y archivo, que duró por lo menos


dos años, entre mediados de 2004 y principios de 2006, lo inicié mediante
el contacto con mis amigos comalapenses (personas que conocí durante la
escuela secundaria y la universidad), quienes me introdujeron en otras fami­
lias, instituciones y me presentaron a personas de la localidad con quienes
conversé o entrevisté durante ese lapso. En este proceso me interesó hacer
un trabajo que combinara el dato de archivo y los definidos y modelados a
partir de la memoria de la gente. Además, me atrajo la observación, así que
visité lugares, aldeas, centros, escuelas, asistí a cornnemoraciones locales,
desfiles, procesiones, rituales, y acepté invitaciones para acompañar a mis
amigos y conocidos en sus fiestas, a comer en la casa o la calle ya vivir
junto a ellos el dolor de la muerte de los seres queridos.

En este período hice por lo menos unas 80 entrevistas fonnales con hom­
bres, mujeres, jóvenes, adultos y ancianos, gente común, líderes de diversas
organizaciones y visité unas 30 familias o casas con cuyos miembros tuve
conversaciones infonnales. Algunas de estas familias las he visitado en más
de una ocasión para platicar sobre mi trabajo o para recordar junto a ellas
sus versiones sobre la historia de Comalapa. Algunas de las entrevistas!
conversaciones fueron muy cortas y otras bastante largas, por ejemplo la
que tuve con Francisco, a quien visité por lo menos durante cuatro días,
en los cuales conversamos sobre diversos temas, rec 1 1erdos y problemas
vinculados o no a mi proyecto. En este lapso, también trabajé en el archivo
municipal de Comalapa revisando los libros de actas de sesiones munici­
pales del siglo XX y otro tipo de expedientes y registros resguardados en
el mismo lugar, muchas veces alterné este trabajo con las entrevistas y la
observación.

También revisé documentos en el Archiva General de Centro América,


en la ciudad de Guatemala, algunos periódicos en la Hemeroteca Nacional y
los archivos documentales y fotográficos de algunas familias del pueblo. En
este intento de combinar la fuente documental y la memoria de la gente he
encontrado ventajas y serios problemas. Lo que la gente me dijo no siempre
í-'ude corroborarlo por medio de los archivos, pero sus sentimientos sobre
:a muerte, el dolor, la alegría, el desprecio y el odio, fueron fundamentales
58 La superación del indígena: la política de la modernización...

para entender mis propias impresiones y definir mis interpretaciones.


Con la mayoría de la gente traté de recordar sus vivencias y las voces de
nuestros antepasados, las cuales evidentemente fueron reelaboradas en el
momento que conversamos. La descripción que hago sobre la vida y las
voces de las primeras generaciones de comalapenses superados, sólo las
he recuperado (narrado) de esta manera, tornando el riesgo de generalizar
la reinterpretación hecha por la gente de ahora.

Los acontecimientos y las narraciones que hago sobre la vida de los


comalapenses en los años cuarenta en adelante generalmente la he hecho,
con base a los recuerdos o la memoria de los protagonistas o en algunos
casos la de sus hijos. Los archivos fotográficos también me han ayudado a
contrastar lo que la gente dijo y lo que manifiestan las imágenes que ellos
resguardan con mucho celo. Mi descripción en este caso, finalmente, es una
manera particular de representar la vida de los comalapenses, no solamente
por la manera en que he llegado a los datos o por la ruta metodológica que
he seguido, sino por mi perspectiva analitica y mi experiencia de vida. No
describo el nombre de cada persona con quien conversé, aunque cuando
creí conveniente los he nombrado explícitamente en el texto, muchos otros
nombres que aparecen en el escrito, sin embargo, son ficticios. He proce­
dido de la primera forma cuando creí que no había inconvenientes en la
recuperación de esos nombres y sus vidas y de la segunda cuando estimé
que debía resguardar la seguridad de la gente.

Datos geográfico-estadísticos
Comalapa fue un pueblo de indios fundado en la década de 1540 por
Fray Diego de Alba. Fue asentado en la zona que era conocida corno Chixot
o Chi ruy'al Xot (en los carnales) ubicada al noroeste de la capital principal
de los kaqchikel, Iximche'.8\ Se cree que la iglesia colonial fue construida
sobre un centro ceremonial kaqchikel circundado por otras capillas igual­
mente asentadas en los cerros de El Calvario, Guadalupe y San Antonio. En

SI Se aftrma que los habitantes de esta zona en la época prehispánica eran dellina,e de los Aj Chicol
"que Slgruflca de noble estirpe".
Introducción 59
-------------------------

la época colonial fue cabecera de curato de tal manera que, bajo su control
administrativo y religioso, quedaron los habitantes de los actuales munici­
pios de Santa Cruz Balanyá y San José Poaquil. A inicios del siglo XIX tenía
una población de entre siete mil y ocho mil habitantes siendo el pueblo que
poseía mayor población en el Partido de Chimaltenango.

Actualmente pertenece al departamento de Chimaltenango, ubicado en


el altiplano central y se sitúa a 82 kilómetros de la capital del país. En este
momento, la población comalapense está distribuida en veintidós caseríos,
ocho aldeas y la cabecera mwücipal. Esta última está dividida en cuatro
zonas, cada una de las cuales posee tilla extensa descripción geográfica y
\'ecinal en idioma kaqchikel. Las actividades económicas más importantes
son la agrícola (60%), artesanal (20%) y comercio (20%). La población en
extrema pobreza es del 10% y la que se encuentra en la pobreza es del 57'1'0.
[Josee un índice de desarrollo humano del 0.441. El municipio tiene una
población de más de 35 mil habitantes, de los cuales 24 mil viven en lo que
se conoce como área urbana y 15 mil en las aldeas y caseríos. De ellos 17 mil
"on hombres y 18 mil mujeres. El 93% de ellos se identifica como kaqchikel
:. el 7% como no indígena. La escolaridad de esta población puede verse
en ¡os siguientes cuadros.

Escolaridad en Comalapa

LNmg=a I 19.5%

i Pre-pnmaria 466 1.7%


. I --
Pnmaria 1-3 grado, 9,706 34.9%
Pnmaria 1-6 7.778 27.9% I

\ledla 1-3 2,288 8.2% I


\ledla 4-7 1,744 6.~

Supenur 429 1.~..J

~'at,>,; del censo 2002, INE".

- ::-.;":2 dé Marcelo Yool. Monografía actual de eomalapa, eomalapa, 2005.


60 La superación del indígena: la política de la modernización...

Evolución étnica de la población de Comalapa

1893 284 5.9 4,512 94.1 4,796


1921 380 4.5 7,999 95.5 8,379
1940 743 4.4 16,106 95.6 16,849
1950 659 5.8 10,734 94.2 11,393
~~~~- ---,­
1964 1,653 11.2 D,151 88.8 14,804
---~

3.9 17,424 97.1 18,153


1981 734 3.6 19,682 96.4 20,416
~~~~-'--

Fuente: Censo de Pobl;¡ción. !NE."

Mapa

Comalapa y su entorno departamental

------, ------~, ----,'-..,---,-----1

I
I
I

I,~
I
!

83 Tomado de Lmda Ashtrias. Mano de mUJer, mano de hombre, producción artesanal textil en Comalapa,
Guatemala. Tesis doctoral, Albany, 1994.
CAPÍTULO 3
EDUCACIÓN y PROFESIONALIZACIÓN
COMO SUPERACIÓN DEL INDÍGENA

Justo Rufino Barrios planteó que la educación sería un pilar importante del
régimen liberal guatemalteco y de alguna manera, amplió el sistema a las
áreas mrales, disputándole el control de las escuelas a la iglesia. En 1875,
se publicó la Ley Orgánica para la Instmcción Primaria Pública que bus­
caba un sistema de educación general y uniforme para los guatemaltecos,
el cual debía ser obligatorio, gratuito y laico. Se planteaba que el objetivo
de la escuela era formar hombres sanos de cuerpo y espíritu, personas que
desarrollaran aptitudes morales e intelectuales para ser dignos ciudadanos
de un Estado y sociedad republicana y libre. Desde la escuela se inculcaría
las ideas sobre la igualdad, libertad, orden, progreso, unión centroamericana
\" todos aquéllos elementos básicos de una sociedad bien organizada. 204

No obstante, el tiempo reveló que los recursos para la educación eran


limitados, pues en muchos momentos las municipalidades tuvieron que
sufragar los gastos en esta materia. Esto último permitió o contribuyó, a
'iue las élites ladinas locales vieran la escuela primaria como un referente

-.~ Lev orgánica de instrucción pública primaria y Ley orgánica y reglamento de 1Il5trucción pública.
Tlpo~afía del Progreso. Guatemala. 1881.
192 La superación del indígena: la política de la modernización ...

tus y situación social y no personas que vieran el trabajo manual con un


arrogante desdén. 20 ?

~ªeduc~ión f()I:mal~ corno estrategia para el desmantelamiento de la


tutela y los argumentos racistas tuvo sus beneficios y fue un importante
factor en la modernización y los procesos subsiguientes en la vida social
y política de los mismos. El surgimiento del mayanismo a finales del siglo
XX, también tiene mucho que ver o tiene tina gran deuda con la profesio­
nalización y la superación del indígena, pensada desde principios de este
mismo siglo. La narrativa que sigue pretende mostrar los orígenes de las
luchas por la educación indígena y los procesos de cambio social y cultural
que ésta generó en la vida de los kaqchikel.

ESCUELA PARA INDÍGENAS EN COMALAPA,

EDUCACIÓN PRIMARIA Y PROFESIONALIZACIÓN

Algunos kaqchikel de Comalapa y otras localidades de Chimaltenango,


llegaron a percibir por diferentes medios y circunstancias (por ejemplo,
mientras sirvieron en el ejército o en la municipalidad), la importancia de
la escohrrización. Algunos comprendieron que~ndizajedel castellano,
por ejemplo, era un medio para adquirir capacidades y competir con los
ladinos en la obtención de derechos y privilegios. Isabel Rodas 208 refiere la
entrevista a una persona en Patzicía, quien le habló de la experiencia de
exclusión que vivían la mayoría de los indígenas en el pueblo cuando se
acercaban a la municipalidad para realizar trámites burocráticos en el regis­
tro civil o cuando debían resolver asuntos legales en relación a la propiedad
de las tierras y sus linderos. En este proceso algunos líderes reflexionaron
que, en parte, esta situación se debía al deficiente conocimiento que tenían
del español. Corno se ha planteado en el primer capítulo, el contacto que
los líderes locales tuvieron con los intelectuales progresistas capitalinos
tuvo su ímportancia en este proceso. Así, la percepción y la formación

207 Carey, 2003. Op. Cito

208 Isabel Rodas y Edgar EsqllJt. Op. Cit.

Educación y profesionalización como superación del indígena 193

de un pensamiento sobre el valor de la educación,z°9 la alfabetización o la


modernización surgió desde diferentes espacios y experiencias.

No obstante otros indígenas no tuvieron ningún interés en la formación


escolar/ID a pesar de los forcejeos de algunas autoridades para obligarlos
a asistir a las escuelas públicas, éstos se autoexduyeron por diversas razo­
nes, por ejemplo, las económicas, las de género, las culturales o por temor.
Muchos indígenas atribuyen su inasistencia a la escuela primaria locaL a
la violencia y represión que se vivía en este espacio. 2ll En dicho ambiente y
convencidos de la importancia de la educación, algunos líderes kaqchikel
de Comalapa buscaron espacios autónomos para la formación educativa.
A principios de la década de 1920 Valeriana Otzoy y otros comalapenses
solicitaron al gobiemo de José María Orellana (1921-1926) e I establecimiento
de una escuela dirigida exclusivamente por y para los indígenas de aquel
pueblo. Efectivamente, el gobierno creó este centro educativo indígena
nocturno el cual muy pronto se llenó de estudiantes indígenas. Fue anexada
a la escuela oficial número uno en la cual asistían los niños ladinos. En la
década de los treintas este centro ya era conocido como escuela indígena
número dos y era atendida por maestros indígenas originarios de Comalapa.
Carey 212 afirma que de esta manera, los kaqchikel de la localidad ganaron
control sobre la administración del currículo. Aún si este último era el mismo
que el de la escuela de ladinos, los indígenas comalapenses creyeron que
en éste tenían un espacio propio. Maestros como Cayetano Otzoy aún son
recordados por su trabajo en esta escuela, por ofrecer una educación viable
y favorable a los niños indígenas.

209 David Carey. 2003. Op. Cit. Pág. J 65.


210 Carlota McAJItster. Chupo!. CIRMA. Guatemala. 2000. plantea que los indí~enas de Chupol están
conscientes ahora, de que sus abuelos estuvieron equivocados alno valorar la educación en los tiempos
pasados. Ella sin embargo sugiere que. en este caso. los objetivos de las dos generaCiones es la misma
a pesar de sus perspectivas contrarias. Los abuelos al no enviar a los niños a la escuela pretendían
proteger la comunidad. los indígenas actuales al confiar en la educación, también buscaban proteger
a la comunidad por medio de la capacitación de las nuevas generaciones.
211 Isabel Rodas y Edgar Esquit, Op. Cit. Carey. 2003, Op. Cit. Pá~s. 161-162.
212 Ibidem. Pág. 166.
194 La superación del indígena: la política de la modernización..

Según la historia oral Valeriana Otzoy fue un promotor de la educación


en Comalapa, mientras funcionó la escuela indígena incentivaba a la gente
para que inscribiera a sus hijos. Inclusive se cree que en algún momento
visitó las casas de los indígenas para hablarles sobre los problemas que los
aquejaban y trató de convencerlos para que apoyaran su iniciativa, un po­
sicionamiento que le habría acarreado enemistades con algunos indígenas
que no creían en su proyecto. Los cofrades y capitanas de la iglesia local
habrían sido enemigos de la escuela que fundó atzoy, ellos controlaban
a buena parte de la población por medio de la religión y la iniciativa de
Valeriana rompía con la relativa cohesión que habían logrado.

Al ser un promotor de la educación a nivel local Valeriano también


convenció al gobernante Carlos Herrera Luna (1920-1921), para que otor­
gara seis becas a jóvenes indígenas con el fin de que éstos estudiaran en
la escuela de preceptores normales para indígenas Uruguay, que se había
establecido en la ciudad de Guatemala. Las personas comalapenses que
ingresaron a esta escuela provenían de familias con condiciones económicas
diversas, es decir, acomodadas y pobres. Algunos de ellos fueron Ricardo
Gómez, Trinidad Velásquez, Manuel Mux, Benigno Raxjal, Eduardo Otzoy,
Cayetano atzoy, Pedro Cale!, Benjamín Otzoy. En esta misma época otros
jóvenes, como Paulina atzoy y José Cómez, provenientes de distintas fami­
lias acomodadas intentaron ingresar a esa misma escuela pero no lograron
graduarse como maestros. JWlto a ellos otros hicieron carrera militar tal
como Evaristo Balo por otro lado, Juan José Matzer y su hermano Daniel
se graduaron como peritos agrícolas. m Se afirma que cuando los primeros
maestros titulados regresaron a Comalapa, Valeriana Otzoy juntó a la gente
para presentarlos y para mostrar lo que los indígenas eran capaces de hacer.
De inmediato los jóvenes maestros se integraron a la escuela número dos
en donde impartieron clases a los niños indígenas. 214

213 Cuando en 1945 fueron convocados los maestros indígenas del pai' para discutir sobre el problema

indígena en Guatemala, a dicha reuruón a,istieron 34 de ellos. Arturo Taracena, 2004. Op. Cit.

214 En la década de los treintas las escuelas fueron militarizadas, en Comalapa algunos maestros (como

Manuel VenanclO Mux) fueron instruIdos para tal efecto o para llevar este tipo educación a las áreas
rurales.
Educación y prufesionalización como superación del indígena 195

En 1929, la escuela de varones número uno de Comalapa (la escuela de


ladinos) estaba a cargo del preceptor indígena Benigno Raxjal. Este centro
educativo estaba dividido en secciones de párvulos, hasta tercero de pri­
maria y en ese año, se habían inscrito 86 alumnos, pero solamente asistían
76. En la sección nocturna de la misma escuela, había 51 alumnos inscritos
y asistían regularmente unas cuarenta personas. Durante ese mismo año la
escuela número dos de varones (de indígenas) estaba a cargo del preceptor
normal Cayetano Otzoy. Esta escuela estaba dividida en las secciones de
párvulos con 104 alumnos, primer año con 39, segundo con 12, tercero con
13 y el primer año complementario con 5 alumnos. Asistían a este centro
educativo, un total de 166 niños, la mayoría de ellos indígenas. La escuela
de niñas, por otra parte, estaba a cargo de la señorita Elisa Schlencker como
directora, habiendo cuatro grados, es decir, los de párvulos con 18 alumnas,
pri.Iner año con 12, segwldo con 6 y tercero con 8. 215

Los maestros indígenas también desarrollaron otras iniciativas en


relación con la educación y la política. Eduardo Otzoy junto a otros corno
Manuel Mux y Cayetano Otzoy, fundaron una escuela nocturna para adul­
tos, que funcionó en el local de las escuelas número uno y dos en donde
trabajaron sin cobrar ningún salario. La escuela nocturna funcionó durante
el gobierno de Jorge Ubico, eso significa que él i.Inpartió clase a hombres
adultos, mientras era un joven profesor. Algunos recuerdan que los ancianos
le tenían mucho aprecio a Eduardo porque él les había abierto las puertas
del conocimiento. Eduardo efectivamente creía que el gobierno debía mul­
tar a la gente que no sabía leer y escribir y que no enviaba a sus hijos a la
escuela. Él sabía que muchos padres de familia de su pueblo escondían a
sus hijos para que no fuesen reconocidos como nmos en edad escolar, en
los años setentas inclusive seguía manteniendo esta idea. 216

215 AMC, LASM, 1928-1930.


216 Chui Tinamil, 1974.
196 La superación del indígena: la política de la modernización...

El poder indígena desde las escuelas

AW1que algunos niños indígenas siguieron estudiando en la escuela número


W10 porque sus padres opinaron que ello les daba prestigio, se cree que la
escuela indígena fue W1a alternativa ante la escuela dirigida por los ladinos.
Para algunos kaqchikel ese centro educativo fue un motivo de orgullo, pues
consideraban que tenía un mejor nivel que la escuela de los ladinos. Plantean
que los maestros indígenas enseñaron con orgullo e interés en la escuela
de su localidad. En 1958 fusionado con la escuela número dos, este centro
tenía 20 maestros y 320 estudiantes. Iniciativas corno éstas, se afirma, dieron
poder a la gente indígena y forzaron a los ladinos a respetarlos. m
I.os casos siguientes tratan de hacer evidente el empoderamiento in­
dígena a través de la educación y la forma en que ellos construyeron sus
ideas sobre igualdad frente a los ladinos, en la primera parte del siglo XX.
Cuando Francisco ingresó a la escuela primaria en los años treinta, por
supuesto lo hizo en la número dos, afirma que nW1ca se atrevió a entrar en
la número uno (la escuela de ladinos) por el mallrato que daban los maes­
tros ladinos a los nmos indígenas. Él afirma que era difícil convivir con los
niños ladinos porque le agredían físicamente, le insultaban y recuerda que
el vocabulario que usaban para nombrar a los indígenas era ishto lamido o
indio lamido y afirma, se daban el lujo de golpear y romperles las pizarras a
sus compañeros indígenas. En su escuela, su mentor fue Alejandro Cúmez,
W1 profesor indígena empírico con quien recibió clases durante tres meses
pues, posteriormente, fue trasladado al salón de clases del preceptor normal
Trinidad Velásquez. Afirma que este último lo apoyó e incentivó para de­
sarrollar sus habilidades en la pintura. Cuando Francisco estaba en cuarto
grado, Julio Nájera Cabrera, el telegrafista que había llegado desde Sololá,
solicitó el ingreso de su hijo a esta escuela, en ese entonces el director era
el profesor Cayetano Otzoy. El telegrafista habría solicitado la inscripción
de su hijo en dicha escuela porque consideraba que ésta ofrecía mejores
condiciones educativas. No obstante, el director de ese centro no admitió

217 AMe, LASM, 1928-1930. David Carey, 2003. Op. Cil.


Educación y profesionalización como superación del indígena 197

fácilmente al estudiante o antes de hacerlo, expuso al padre del niño ciertas


situaciones vividas por los indígenas en su relación con los ladinos.

Se recuerda que el profesor Cayetano Otzoy planteó las cosas de la


forma siguiente: "mire don Julio, en esta escuela hay algunas restricciones
en cuan to a recibir niños ladinos. A usted le consta todo lo que hemos
sufrido los indígenas en relación con la discriminación, gracias a don Va­
leriana, ahora nosotros estamos trabajando como maestros, atendiendo a
los niños indígenas." Se afirma que Julio respondió a esto, diciendo que él
no era de Comalapa sino de Sololá y que había llegado al pueblo con su
familia, debido a su trabajo como telegrafista. Julio Nájera también habría
dicho que ellos eran católicos e iban a misa, como no lo hacían muchos de
los hombres ladinos de Comalapa (aunque Julio aclaró que las mujeres sí
lo hacían). Todo esto, según el señor Nájera, demostraba el tipo de edu­
cación que tenían sus hijos. Según se dice, Julio afirmó que su hijo nunca
había pronunciado palabras como indio lamido, pues se le había educado
en una familia que respetaba a los indígenas. Según se plantea, este padre
de familia se habría comprometido ante el director de la escuela que, de
aceptarse a su hijo, velaría por el buen comportamiento de éste. Pidió que,
el día en que se escuchara que su hijo hablase de esa manera o golpease a
uno de sus compañeros, se le suspendiese de esta escuela. Ambos, director
y padre, aceptaron estas condiciones y Edmwldo ingresó a la escuela de
indígenas de Comalapa. Se dice que quince días después llegó otro alumno
ladino es decir, Adolfo quien fue recibido bajo las mismas disposiciones,
se afirma que ambos cumplieron con todos los requisitos. Las normas que
impusieron los indígenas desde su escuela habrían obligado a los ladinos
a tomar nuevas actitudes, más positivas, en su relación con los kaqchikel
de Comalapa. 218

218 TambIén se afinna que los ladinos, en aquéllos años de prinOplOs de siglo, c~aron otros dISCUrsos en
relaoón con la asistencia de los indígenas a las escuelas. Afirmaron que la escuela no era para los indígenas
porque incidía en que olvidaran sus quehaceres, del respeto y la obediencia, volviéndose ladrones y vagos.
Se cree que muchos niños indígenas no habrían asistido a la escuela porque los padres de fanuha creyeron
estas palabras. De cualquier manera, se dice con optimismo que cuando la gente indígena se dio cuenta
que estas ideas eran para limitar su acceso a la escuela, muchos recobraron su valentía e inscribieron a
sus hijos. A partir de estos recuerdos algunas personas de Comalapa comprenden el valor dellrabajo de
198 La superación del indígena: la política de la modernización ...
-------------'---­

La administración de la educación
Como se ha dicho, la implementación de escuelas rurales en la primera
parte del siglo XX, estuvo bajo la responsabilidad de las municipalidades.
Aunque el Ministerio de Educación autorizaba la fundación de cada escuela,
supervisaba su funcionamiento por medio de un inspector técnico, fueron
los alcaldes y su corporación quienes tuvieron un mayor control sobre
la organización de éstas. La municipalidad muchas veces supervisaba el
desempeño de los maestros y se encargaba de adquirir los materiales ne­
cesarios para la educación de los niños y niñas. Ella se responsabilizaba de
los gastos que se hacían para alimentar a los alumnos de ciertas escuelas,
en su momento, los maestros también se quejaron de la falta de materiales,
muebles y demás enseres para el buen desempeño de sus labores en dichos
centros de enseñanza.

Producto de ciertas diferencias de criterios entre maestros y municipa­


lidad, en 1937 el intendente de Comalapa presentó acusaciones en contra
de los maestros de las escuelas, dijo que los exámenes finales de ese aí1o,
no habían dado un resultado positivo pues no se había logrado las metas
propuestas en la educación de los niños y que esto se dehía a la mala pre­
paración del personal docente que prestaba sus servicios en estas escueLas.
Afirmó que el caso más grave estaba en la escuela de niñas a cargo de la
señorita Elisa Schlencker219 quien, según planteó, era una persona "sin
cultura y con modales que ponían en relieve una educación no digna de
quien se encarga de ser mentora de la juventud." Según las autoridades,
dicha maestra se oponía a los requerimientos de la municipalidad, se dijo
que, durante los exámenes de aquel aí10 -1937- ella no había proporcio­
nado la iluminación necesaria de las aulas. De la misma forma se tiene
conocimiento, dijo el intendente, que dicha seí1orita, "da a los educandos
tratos no correctos hasta llamarlos por medio de motes que ella misma se
ha encargado de señalarles." Así, lamentó el intendente, "las mujeres del

Valenano Otzoy. La gente tambIén reruerda que para adqwnr expenencia lo que aquel hombre !uzo fue
hacer amistad con gente de la capital, con abogados, joyeros, ingenieros y profesores. EntrevIStas.
219 En 1942, ella y la profesora Judith Morales seguian siendo las maestras de la escuela de niñas de
Cornalapa, en ese entonces ella, solicitaban se construyese un edificio para la escuela.
Educación y profesionalización como superación del indígena 199

mañana de Comalapa, no tendrán buenas costumbres y serán elementos


faltos de cultura, mayormente si se toma en cuenta que el profesorado es
completamente inepto."

El intendente sugirió que la junta local de educación pidiese el cambio


de los maestros en este municipio, pues según él, lo mismo pasaba en las
escuelas de varones uno y dos, en donde los alumnos eran objeto de tratos
no autorizados por la ley. Callar estas arbitrariedades, según el intendente,
no tenía otro resultado sino la desorientación de los niños en su temprana
edad. Por su parte, el regidor Arturo Rodríguez, afirmó que era testigo de
estos hechos, pues había sido miembro de una de las ternas examinadoras
en ese año. Que en lo que respecta a las escuelas de niñas no se hacía más
que engañar al supremo gobierno y a los padres de familia, así consideró
que era necesario implementar una nueva organización en dicha escuela. 220
Estas dificultades entre maestros y municipalidad evidencian la difícil si­
tuación de la educación en Guatemala en aquéllos años. Se puede observar
una fuerte intervención de la municipalidad y un Estado débil frente a las
problemáticas educativas. Las iniciativas locales indígenas sobre educación
se desenvolvían en este marco político y material. En este espacio y con­
texto los indígenas comalapenses tuvieron no sólo una intervención como
instructores sino también un lugar para controlar la administración del
sistema educativo. En pocos municipios de Chirnaltenango los indígenas
dirigieron una junta local de educación como sí lo hicieron en Comalapa.
En 1933, Toribio Otzoy, dado su cargo de alcalde segundo, también era el
presidente de esta junta. En ese entonces, él hacía los trámites por medio
de la Jefatura Política, para que el Jefe de la Sección de Educación Rural e
Incorporación Indígena proporcionara varios útiles que hacían falta en las
escuelas nacionales rurales de Comalapa. 221

220 AMe, LASM, 1937-1938.


221 Pero las escuelas también fueron implementada~ en algunas aldeas como en Xiquinsanahí y no
solamente en la cabecera municipal. En 1933 Marcos Son, donó parte de sus terrenos para que se
construyese la escuela de dicha localidad. AMC, LASM, 1933-1935.
200 La superación del indígena: la política de la modernización...
------

Escuela para la élite local


En la década de los cuarenta la maestra Elisa Schlenker, de padres alemanes,
fundó en Comalapa un colegio privado que algunos identifican como el
Colegio La Enseñanza y otros como el Colegio San Juan. Se afirma que la
maestra, junto al párroco del pueblo, tuvo esta iniciativa debido a que las
escuelas locales oficiales, impartían clases únicamente hasta el cuarto grado
de primaria así, los niños y jóvenes que deseaban estudiar los siguientes
grados debían salir del pueblo. Los hijos de los ladinos e indígenas ricos,
de los profesionales indígenas y los de algunos campesinos y artesanos in­
gresaron a esta escuela que no sobrepasó la cantidad de cincuenta alunmos.
Los indígenas que estudiaron en esta escuela fueron por ejemplo, Oralia,
hija del profesor Eduardo Otzoy, Isaías, sobrino del profesor y comerciante
Benigno Raxjal, José Santos, hijo de Guadalupe Salazar, una de las familias
con mayor poder económico en el pueblo o Daniel, hijo de un artesano que
tenía vínculos familiares con los García originarios de Totonicapán.

Casi en los mismos años en que se fundó el Colegio, otro grupo de


padres de familia interesados en la educación de sus hijos, habían con­
tratado a un maestro con el fin de que aquéllos completaran la escuela
primaria. El maestro contratado pudo ser Manuel Mux o Víctor Rodríguez,
hay diferencias en la memoria de la gente en relación con este hecho. Se
afirma que estos padres, muchos de ellos sin haber pasado algún grado en
la escuela primaria, tenían un fuerte interés por la educación de sus hijos.
Se sabe que Matilde fue uno de esos padres de familia, él tenía amistad
con algunos ladinos y la maestra Schlencker quien, en cierto momento, le
invitó para que inscribiera a su hijo Daniel en el Colegio que dirigía. En
ese momento Matilde habría contestado que no tenía dinero pero al final,
la maestra lo habría convencido y Daniel habría ingresado al Colegio en
donde completó su escuela primaria. Como hijo de un campesino indígena
fue inscrito en la escuela a una edad avanzada sobrepasando a muchos de
sus compañeros. m

222 Otra Iniciativa local interesante fue el intento de fundar una bIblioteca en 1937. Fue la municipalidad
quien condujo esta deCisión, quizá bajo la presión de la Jefatura Política, pero aún así, los mdígenas
Educación y profesionalización como superación del indígena 201

Los MAESTROS INDÍGENAS Y EL CAMBIO CULTURAL

Las familias que conformaron y dirigieron la élite local comalapense a


principios del siglo XX, efectivamente, fueron las primeras en pensar desde
Comalapa, sobre la necesidad de la superación de los indígenas y la regene­
ración de la raza. Como hemos visto, ellas trabajaron o implementaron una
serie de estrategias para alcanzarla. Como personas y familias, siguieron
siendo herederas de una cultura, actividad económica y política forjada
entre las ideas liberales desde el siglo XIX y la realidad social y política que
vivían en su localidad a principios del XX. La nueva generación, es dccü~
la de los maestros, militares y peritos agrícolas, introdujeron en el pueblo
no solamente una nueva cultura material sino, principalmente, una nueva
visión del mundo y de su sociedad. No es que ellos hayan desechado su ex­
periencia cultural indigena y comunitaria repentinarnente, pero es evidente
que sufrieron un proceso que los fue desligando de la actividad agrícola,
de las deidades ancestrales o de la comunidad tradicional.

Aunque la mayoría eran miembros de familias acomodadas, eUos


introdujeron nuevas ideas en relación con la actividad laboral y la vida
familiar. Ambas, Irabajo y familia, fueron desligadas de las ideas sobre la
supervivencia, presente en el pensamiento de los hombres campesinos, en
relación con el cultivo del maíz y de las mujeres con la elaboración de Jos
tejidos, por ejemplo. Así, se podría decir, el nuevo pensamiento se vinculó
W1 poco más a una cultura capitalista, liberal, ladina, capitalina y occidental.

Como se ha visto, el origen familiar de la mayoría de los profesionistas tuvo


importancia en esta transformación que sufrieron y la influencia que hlvie­
ron sobre Comalapa, porque su posición económica acomodada fue una

integrados a la municipalIdad pudieron participar y discutir sobre este asunto. Entonces la CdSa que
ocupaba la Banda Municipal, ubicada en el centro del pueblo, fue usada para instalarla, no SUl resIS­
tencia de [os músIcos que fueron trasladados a otro local. La biblioteca fue inau¡;urada. para celebrar
el cumpleañOS de Jorge Ubico el diez de noviembre. Para esa ocasión, se pidió a la gente que adornara
sus casas, aW1que también se les amenazó de ser sancionados severamente, si no cumplían con esta
disposición. Se dijo que la biblioteca llevaría el nombre de esta memorable fecha. Posteriormente se
habló de que "muchos indígenas que perseguían los medios para ilustrarse, asistían a este centro
de cultura." No obstante, también se observó que faltaba un bibliotecano para atenderla, entonces
la municipalidad solicitó al gobierno para que autorizara esta plaza, que sería pagada con fondos
propios. AMe, LASM, 1937-1938.
202 La superación del indígena: la política de la modernización ...

base de sus logros y su prestigio. No obstante, las transfonnaciones culturales


o visión del mundo de todos los maestros, incluyendo gente como Pedro Calel
y Cayetano Otzoy que venían de familias pobres, evidenció las implicaciones
de la profesionalización para aquéllos. Al final, la fonnación escolar y profe­
sional, así como su contacto más cercano con el mlUldo capitalino y ladino,
jugaron un papel fundamental en los cambios producidos en el pensamiento
de todos estos indígenas.

Este apartado enfatiza el proceso de transformación en la vida de los


primeros profesionistas comalapenses. De qué manera van creando nuevas
identidades ligadas a su experiencia indígena y profesionista. En esta sec­
ción se van a describir algunas características o procesos en la vida de tres
de estos profesores indígenas con el fin de entender los cambios que ellos
sufrieron en sus vidas personales y familiares. En diversos momentos se
hará referencia a los procesos locales que sucedieron en la primera parte del
siglo XX en Comalapa, porque éste fue el conlexto de la transformación que
vivieron. No obstante, lo que interesa sobre todo, es entender las formas en
que ellos moldearon sus vidas, la de sus familias y de qué manera influyeron
sobre la localidad en este tiempo o a mediados del siglo XX.

Modales, respeto y superioridad

Eduardo Otzoy, quien con orgullo se dice era de tez blanca, muy apuesto,
fue uno de los seis hijos de Valeriana Otzoy con Cabriela Salazar. Nació en
1910, siendo uno de los niños indígenas que asistió a la escuela primaria
local y en la segunda parte de la década de los veintes, a la escuela de In­
dígenas Uruguay para fonnarse como preceptor nonnaL Se graduó como
tal en 1930 y al regresar a Comalapa, inmediatamente empezó a trabajar
en la escuela para indígenas de su pueblo, la que junto a otros líderes ha­
bía fundado su padre Valeriana Otzoy. En esa misma época, sin embargo,
también trabajó como peluquero, los fines de semana se dedicó a elaborar
jabón negro, aprendió los oficios de sastrería y carpintería.

Mientras enseñaba en Comalapa, conoció y se casó con Catarina Gar­


cía, sobrina de Martín CarcÍa. Contrajo matrimonio con ésta a pesar de
que habría tenido oportunidad de casarse con otras mujeres; se dice que
Educación y profesionalización como superación del indígena 203

Eduardo tuvo muchas enamoradas ladinas, mujeres de dinero. Catarina, sin


embargo era una persona bastante joven que caminaba desde su aldea hasta
el pueblo todos los días transportando canastos de pan sobre su cabeza,
producto que vendía al menudeo en eomalapa. Desde su niñez ella estu­
vo dedicada a los trabajos domésticos y artesanales, así que no asistió a la
escuela, principalmente por ser mujer. Eduardo tenía nuevas experiencias
adquiridas en su estancia en la capital y de acuerdo a su formación como
maestro así, cuando se casó en los años treintas, sus nuevos conocimientos
y usos sirvieron para orientar la vida cotidiana en su hogar. El fogón de la
cocina ya no se hizo en el piso, como era la práctica de sus ancestros, sino
sobre Wla tarima. Así mismo pidió a sus hijos un buen comportamiento a
la hora de la comida, usando cubiertos (cuchara, cuchillo y tenedor,) con
higiene y sin pronunciar palabras.

Cuando nació su primera hija, a mediados de los años treintas, la vistió


con traje de mujeres ladinas a pesar de que su esposa estaba en contra de
esta decisión. Él procuró que sus hijas e hijos fueran personas calzadas, un
símbolo de estatus y civilización en aquéllos años. En los días en que se
celebraba la fiesta de la Virgen de Guadalupe, en el pueblo, vestía a su hija
de shiwala (o indita) una tradición reproducida por diferentes sectores de
la población ladina y mestiza de Guatemala. m En una ocasión, Catarina
aprovechó esta fiesta para dejar permanentemente vestida a su hija con el
traje de las mujeres indígenas, poniéndole algunos cortes que ella ya no
utilizaba. Finalmente cuando su hija creció, Catarina perdió la batalla por
el traje pues su hija quien había salido a estudiar fuera del pueblo en la
década de los cincuentas decidió usar la vestimenta ladina.

Mientras la niña crecía su abuela materna y su madre trataron de


enseñarle a tejer en el telar de cintura. Ellas prepararon los instrumentos
necesarios para comenzar la enseñanza y durante varios días desarrollaron
esta actividad ocultándose ante los ojos del profesor Eduardo. En una tarde
sin embargo, cuando la joven estaba ocupada en esta tarea, su padre llegó

223 !\rtmo Taracena. El Guadalupanismo en Guatemala: reflexiones históricas sobre la tradición de un


travestismo penitente, Manuscrito, Guatemala, 2005.
204 La superación del indígena: la política de la modernización ...

repentinamente a casa. Al ver la actividad en que estaba empleada su hija


se molestó sobrem'Ulera y sus comentarios fueron bastante fuertes. Habría
dicho que este trabajo le quitaba tiempo a su hija, sostuvo que ella debía
estudiar, aprender cosas nuevas y útiles en sus horas libres y no quería verla
perdiendo su tiempo haciendo tejidos y adujo que su niña no se quedaría
haciendo esto el resto de su vida (¿no sería sirvienta?) Sí, sus hijos trabaja­
ron en el campo durante fechas específicas principalmente en la época de
cosecha de maíz, pero el resto del año asistían a la escuela y se identificaban
como estudiantes. Eduardo fue de la opinión de que mujeres y hombres
tenían los mismos derechos y obligaciones en la casa y el país.

Otro hecho importante en la vida de esta familia fue el fomento d~'


ciertos valores que a la larga fueron dl'finiendo las relacicJnPs ('ntre sus
miembros. Eduardo siemprE' exigió respeto para su esposa, es dl'cir, por
ser como ella era, una mujer humilde e indígena. f.:I inculcaba a sus hijos qUl'
nunca se avergonzaran de su madre, los invitaba a que le hablaran en idioma
kaqchikel pues, se dice, en ese tiempo ella no sabía hablar el cnstellano. A
partir de este caso podernos observar de qué manera los indígenas profe­
sionales empiezan a definir las diferencias que ellos observaron entre su
nueva identidad (de educados y profesionales) y forma de vida, frente a la
que mantenían los indígenas que no pudieron estudiar y que eran campc­
sinos. En este contexto es hastante significativo que un padre pida respeto
hacia una persona, mujer y Slll formación escolar, pues en este caso no se
pedía respeto hacia la madre, sino hacia la madre analfabeta y hablante de
kaqchikel. Eso significaría que en ese tiempo era común (quizá desde el
trato con los ladinos) menospreciar a una mujer kaqchikel que c·videntcmentc
habría sido analfabeta y campesina. Eduardo advertía a sus hijos estudian­
tes que no reprodujeran ese trato con Catarina. El nuevo imaginario socia1
que se estaba forjando en la primera parte y a mediados del siglo XX en
Comalapa establecía que los estudiantes indígenas tenían ciertas ventajas
(calificadas corno superioridad) sobre el resto de indígenas analfabetos o
ignorantes quienes también merecían respeto. Esta definición de jerarquías
aunque impactó la vida de los indígenas en general, también se concibió en
el seno de las familias en donde incluso, no todos eran iguales. Dentro de
Educación y profesionalización como superación del indígena 205

las familias y en el pueblo había mujeres analfabetas y otras letradas que


por esta razón, no solamente eran diferentes en sus conocimientos, estilos
y valores, sino también tenían un estatus desigual. De la misma forma, la
desigualdad entre hombres y mujeres no estuvo mediada solamente por las
nociones tradicionales sobre la superioridad del hombre frente a las mujeres,
es decir, por las ideas sexistas y la división del trabajo que se manejaban sino,
también por la etnicidad (una mujer ladina no era igual que una indígena)
y por la formación escolar que algunos habían obtenido.

No por gusto se dijo que Eduardo, un profesional, por supuesto, tuvo


enamoradas ladinas, blancas (no sabemos si alfabetizadas o analfabetas).
No obstante, habría preferido a la mujer indígena analfabeta por su belleza
pero finalmente, diferente y quizá reconocida como inferior a él. (Aunque
viendo los extremos podríamos decir que la prefirió a ella, que era miem­
bro de una familia acomodada y prestigiosa a nivel local, sobrina de un
artesano y no a una indígena pobre). Es sintomático en este caso, que el resto
de maestros indígenas, colegas de Eduardo, se hayan casado con mujeres
ladinas. Esta fue una generación que transformó sus ideales y las relaciones
entre hombres y mujeres, alfabetizados y analfabetos, ladinos e indígenas.
Muchas ideas sobre la inferioridad del otro, mujeres, analfabetas, campe­
sinos y aldeanos, fueron enunciadas bajo la imagen del respeto o Lomo W1a
forma de consideraLÍón hacia las personas que tenían carrncias. Durante
la formación de este pensamiento entre los indígenas algunas veces Se
cuestionó la desigualdad, por supuesto, pero bajo conceptos liberales que
propugnaron por la superación del indígena o sea del infáior.

Eduardo y Catarina llegaron a tener once hijos, nueve varones y dos


mujeres, quienes cursaron algún grado de formación escolar después de la
primaria. Dos se formaron como militares, uno se graduó como abogado, un
sueño que siempre tuvo Eduardo para rememorar y reivindicar a su padre,
quien trabajo como güizache. Quizá entonces, la idea era demostrar que
aunque el abuelo no tuvo el título (por supuesto que sí los conocimientos)
el nieto redimió a Valeriana en esa pequeña carencia. En este caso Eduardo
siempre tuvo una profunda y firme convicción en relación con la impor­
tancia de la formación profesional de sus hijos. Se cuenta que el día en que
206 La superación del indígena: la política de la modernización ...

nació su primera hija, él tuvo un sueño que describía sus deseos, entonces
la vio como una mujer adulta que ejercía la profesión defarntacéutica.

También se sabe que Eduardo fue una persona que desarrolló fuertes
lazos de amistad con los ladinos del pueblo y de otras localidades, lo que le
habría llevado a desestimar a mucha gente indígena. Para algunos comala­
penses que lo conocieron y que aún hoy recuerdan al profesor Eduardo,
afirman que"él se creía una persona de mayor categoría comparado con los
otros indígenas del pueblo," no obstante otros entrevistados manejan distin­
tos conceptos. Algunos afirman que efectivamente Eduardo se relacionó con
los ladinos debido a que él no quería hacer di.5tinciones entre la gente y que
de cualquier manera él también había sido maltratado y discriminado por
los ladinos, como era común el trato hacia los indígenas en esos tiempos, eso
sí, a pesar de haber sido maestro. De hecho fue esto último lo que provocó
la envidia y la ira de los ladinos hacia personas como él, quines entonces
fueron vistos como indios lamidos o igualados, muchos de los maltratos que
recibió, fue precisamente por ser profesional. Se dice que algunas personas
que lo veían pasar en la calle decían, "allí viene el ishto lamido" es decir, el
indio quP se cree igual a nosotros. A la mayoría de los ladinos les molestaba
bastante saber que Eduardo y los demás, eran los primeros kaqchikel del
pueblo que trabajaban como maestros e inc1uso enseñaban en la escuela a
los propios ladinos.

Este profesor nunca sirvió o nunca tuvo un cargo en la municipalidad


como alcalde o regidor, tal como era la tradición en su familia. En cambio
su hermano Samuel sí tuvo una importante intervención en diferentes años
en la municipalidad de Comalapa, no obstante Eduardo apoyó a algunos
partidos políticos (se habla del partido Independiente) en el tiempo del pre­
sidente Carlos Arana Osario, en la década de los sesentas, algunos de sus
compañeros en esta agrupación fueron Gilberto Gómez y Julio Bal. Pero
aunque él no haya sido alcalde de Comalapa, según sus descendientes, lo
importante es que fue un revolucionario, afirmándose que Valeriana había
influido bastante en su hijo, en este sentido. En octubre de 1944, mientras
en Patzicía, un pueblo cercano a Comalapa, los ladinos e indígenas se en­
frentaban en un conflicto sangriento, Valeriana y su hijo Eduardo y segu­
Educación y profesionalización como superación del indígena 207

ramente junto a otros comalapenses, se apostaron en la salida del pueblo


de Comalapa, tratando de prevenir e impedir que los ladinos de Zaragoza
o Patzicía ingresaran a la localidad, para conquistar a los del pueblo de
Comalapa y entrar en un enfrentamiento similar. Cuando ellos regresaron
a casa, después de velar por su gente y su pueblo, la esposa de Eduardo
había dado a luz a una hija a quien puso por nombre Victoria, en honor a
la victoria revolucionaria que se había vivido en Guatemala en aquel mes
y año. Así, algunos comalapenses de la élite local, fueron hombres que
apoyaban los ideales y políticas implementadas en la Revolución de 1944,
en Guatemala.

Eduardo fue un personaje reconocido en la historia local comalapense,


algunos hombres maduros del pueblo y otros ancianos lo recuerdan como
su maestro. Las opiniones sobre su pedagogía y métodos de trabajo sin
embargo son variados, hay versiones que afirman que él era un maestro
autontario, dado a usar la fuerza cuando las circunstancias se lo requerían,
"fue un maestro de su tiempo", dicen algunos justificándolo. Otros en cam­
bio, no hablan de él a propósito porque no quieren darle ningún mérito,
debido a sus métodos tradicionales de enseñanza. Algunos consideran
que él era un hombre disciplinado, interesado en que sus alumnm; fuesen
personas siempre cautivadas o dedicadas a sus tareas y en el aprendizaje
de cosas nuevas, creen que él era un hombre exigente, sí. debido a que
estaba prohmdamente comprometido con la eficiencia y la formación de
(: apacidades en los niños que estaba educando. Se dice por ejemplo, que sus
ex alunmos actualmente tienen una linda letra como efectivamente la tuvo
t'l profesor Eduardo. En aquéllos tiempos había una especial preocupación
?or adquirir esta habilidad y la de saber firmar, que era un requisito básico
ante las oficinas públicas y la demostración de la ciudadanía. 221

- , Se ha mencionado que en la década de los treintas. en ComaJapa se fonnó el equipo de futbolllamado


Kaupolikán. Fueron los maestrl>; indígenas quienes organizaron este club. aunque integraron a algunos
0ITClSU'dígenaq que no eran profesionales y también a algunos ladínos como Jacobo Celis. Se dice que
('ayetmo (otro maestro). era el portero de aquel equipo y que ellos enfrentaron a otros de ladinos del
Fueblo. pero también salieron a San Martín y algunos otros pueblos del departamento. En el pueblo en
ese entlmces no había cancha de futbol aqí que jugaban en la plaza del pueblo y pooterionnente, habrían
alquilado un terreno en el cerro de Guadalupe. en donde siguieron practicando su deporte.
208 La superación del indígena: la política de la modernización ...

La formación escolar y las luchas por vencer la ignorancia

Se afirma que Cayetano, primo lejano de Eduardo, era un hombre muy


dado al estudio, a las letras, a la literatura y que, en una época escribió en
el diario La Hora de circulación nacional, así él tuvo su propia biblioteca
en donde leía poesía y novelas. Cayetano se relacionó con mucha gente
profesional que vivía fuera de Comalapa pues gustaba integrarse a clubes
comalapenses y capitalinos de esta manera, al igual que otros comalapenses,
también fue amigo de José Ponce y Clemente Marroquín Rojas. Algunos
habl¿Ul de que fue un maestro empírico pero otros afirman que era uno de
los preceptores que se formó en la Fscuela Uruguay en la década de los
veintes. Cayetano dejó su legado en Comalapa pues muchos lo recuerdan
como el maestro que les enseñó las primeras letras y los guió en el camino
del conocimiento, según dicen, los sacó de la ignorancia. Durante los ailos
treinta, él trabajó en las escuelas del pueblo, pero pronto se trasladó a una
aldea de Comalapa en donde enseñó con entusiasmo.

Alguna de sus nidas afirma que el profesor Cayetano también apoyó


el derrocamiento de Ubico, que como maestro tenía plena conciencia de Ll
trascendencia de la Revolución de 1944 y que su vinculación él este proceso
había provocado su persecución, cuando en 1954 se produjo el derrocamien­
to del pff'sidente JacoboArbenz, dejando de laborar y escondiéndose por lo
menos durante' un mes. Una amnistía posterior 1" dio la oportunidad para
involucrarse nuevamente a la actividad educativa. Siguiendo los ideales
revolucionarios siempre tuvo presente que la educación era algo funda­
mental en la vida de las personas. Para él, sin estudio la gente no era mula
y no tenía futuro así que invitó a sus nietos a que se dedicaran a estudiar y
profesionalizarse de tal manera que ulteriormente también pudieran apo­
yar a otros en esta tarea. Decía que W1a persona por muy sencilla (o pobre)
que fuese, por muy humilde que fuera, debía estudiar hasta el grado que
pudiera, incluso en la universidad. Pero su afán por la educación era tanto
que pidió a sus hijos y nietos que al morir, en su lápida se escribiera en
idioma latín la siguiente expresión: "con esta pluma vencerás", sus nietos
opinan que la frase ha sido creada por él. La relación de Cayetano Otzoy y
Valeriana Otzoy con los intelectuales de la Generación del 20, sugiere una
Educación y profesionalización como superación del indígena 209
~~~~-

fuerte posibilidad de que aquéllos también se alimentaron de las ideas y


símbolos de la masonería, por ejemplo en esta frase de Cayetano. Así pu­
dieron haber tenido vínculos intelectuales con personas ligadas a la teosofía
y algunos que seguramente serían miembros de la logia, como fue el caso
del Presidente Lázaro Chacón. De la misma forma se puede observa que,
aunque no forma parte del 'trazado' fundamental del masón, la pluma es
un importante símbolo de la masonería porque es la que acredita el alcance
de determinados grados, sobre todo el 33 que es el grado máximo de per­
tenencia a la logia y que en algunos trazados se representa con 33 plumas
alineadas. Aún así, la frase tal como es planteada literalmente por Cayetano
Otzoyes difícil asociarla directamente a los masones. 12S

Cayetano se casó con Candelaria Ramírez, quien según sus nietas


era una persona ladina común y de familia numerosa, es decir, no era de
la élite ladina del pueblo. Ella era prima de Victoria Ramírez, una mujer
que posteriormente se casó con Pedro Cale!, también uno de los maestros
formados en los años veinte. Desafortunadamente para Cayetano, a pesar
de su interés por el estudio, sólo uno de sus hijos tuvo la vocación para
profesionalizarse pero sus nietas, quienes ahora son maestras de escuela
primaria, creen que ellas sí han cumplido con el abuelo. Cayetano tuvo cinco
hijos, dos hombres y tres mujeres, pero solamente los primeros intentaron
ir más allá de la escuela primaria. Carlos Otzoy, por ejemplo, fue profesor
en diferentes regiones de Guatemala y otro de sus hijos intentó estudiar
t'n la escuela Pedro Molina, pero no logró culminar sus estudios, aquél se
casó con Juana Gómez, proveniente de una familia indígena ladinizada y
con suficientes recursos económicos en Comalapa.

Conocimiento y comercio, otra ruta en la superación del indígena

Benigno Raxjal nació en 1908 y murió en 1973, sus padres fueron Alberto
Raxjal y Eugenia Curruchiche, se sabe que él quedó huérfano a temprana
t'dad. Al graduarse como maestro de escuela primaria, ejerció solamente

. -, .-\gradezco a Ramón González ya José Cal sus comentarios al respecto y que he incorporado en esta
parte del trabajo.
210 La superación del indígena: la política de la modernización ...

un año porque luego, en la década de los treintas, se desempeñó como


tesorero de la municipalidad de Comalapa. Años después de ejercer este
cargo fue electo alcalde para el período 1954 a 1955. Ejercía este empleo
cuando se produjo la contrarrevolución en Guatemala, lo que lo obligó a
huir a las montañas cercanas a su pueblo para no ser apresado y acusado
de comunista. Desarrolló su propia opinión sobre el trabajo en la municipa­
lidad, decía que además de ser un quehacer recargado, el puesto de alcalde
no representaba mayor poder en la toma de decisiones sobre los asuntus
locales. Esta situación afirmaba, se debía a que cada proyecto o decisión,
debía ser consultado o ratificado en la gobernación departamental. Su
crítica, se centraba en la idea de que la noción de representación mt.'diante
elección democrática promovida en ese entonces, era una farsa. Observó
que cuando se decía que el alcalde era electo por el pueblo, esto definía
más bien una pantomima, pues cuando el alcalde llegaba a su puesto, casi
no tenía ningún poder. Dijo que en el pueblo había un militar, quien era el
que realmente mandaba y tomaba decisiones.

Benigno se casó con María Estefanía Otzoy Salazar, sobrina de Valeria­


na Otzoy, con quien procrearon seis hijos, tres hombres y tres mujeres. De
Los hombres los tres estudiaron la escuela secundaria, pero solamente una
mujer pudo hacerlo, es decir, María Evangelina, quien posteriormente se
casó con César Augusto RamÍTez. Su otro hijo fue Julio Enrique Raxjal, un
bachiller quien estudió derecho durante cuatro años pero no logró terminar
la carrera. 22ü Su hijo Manuel, quien nació en 1940, estudió los primeros años
de la escuela primaria en Comalapa pero, a sus once años fue enviado a
la capital de Guatemala a estudiar en el Colegio América. En ese mismo
Colegio estudiaba con Jacobitu, el hijo del presidente Jacabo Arbenz (1950­
54) Y los sobrinos del ex presidente, Juan José Arévalo.

En la década de los treintas Benigno había establecido una miscelá­


nea en donde distribuía toda clase de mercancías, su tienda tuvo un gran
éxito y por este medio pudo acumular suficiente capital para establecer

226 En 1976, cuando se produjo el último terremoto en Cuatemala, era alcalde de Comalapa y desafor­
tunadamente, en ese momento munó junto a toda su fanuha.
Educación y profesionalización como superación del indígena 211

otros negocios. En la década de los cuarentas compró un camión y cuatro


autobuses, tanto para transportar sus productos comu para pasajeros. (Se
sabe que un transportista anterior a él, en Comalapa, fue Paulina Ovalle).
Por otro lado, algunos de los terrenos que poseía se los heredó su abuelo,
Luz Raxjal, pues Benigno compró muy pocas propiedades inmuebles. Se
afirma que en 1932 alguien le ofreció en venta un terreno con la extensión
de una manzana, en la actual zona 9 de la capital, por el valor de cinco mil
quetzales. Benigno no quiso comprar el terrenu, nu porque no tuviese el
dinero a mano sino porque aquella propied ad, en ese entonces, estaba muy
alejada del centro de la ciudad. Algo más que frenó a Benigno para hacer
la compra fueron las ideas que se manejaban en aquéllos tiempos sobre el
comunismo. Había el rumor de que los comunistas entrarían a Guatemala
y que expropiarían las tierras, Benigno tuvo fuertes sospechas al respecto
y por eso nu quisu comprarlas.

Su empresa decayó totalmente después de que, entre 1958 y 1961, al


enfrentar un juicio laboral en donde tuvo que indemnizar a sus 12 trabaja­
dores. Por esa causa se vio obligado a vender sus propiedades para poder
cumplir con esta imposición. En parte, fue esta experiencia la que indujo a
Benigno a pedirle a sus hijos a que estudiaran la carrera de derecho, quería
armarlos de conocimientos con el fin de prevenir situaciones similares en
el futuro de su familia. Se sabe que este maestro también estableció una
intima relación con los ladinos de su pueblo y fuera de ella. A sus hijas las
\-istió con el traje ladino y las instruyó en el aprendizaje del español pero, se
dice que, tal como les sucedió a sus ¡urugas indígenas él fue menospreciado
?or muchos otros ladinos del pueblo, tanto por su éxito empresarial como
?Of su formación profesional.

A través de la educación y la profesionalización los indígenas también


:orjaron su ciudadanía. En este proceso creyeron en la posibilidad de la
~lberación indígena mientras la idea de la superación se expandiera y en
:.mto maestros, muchos de ellos trataron de forjar este ca...'l1ino. No obstante,
~l-'mu vemos en este apartado, al construir esta nueva ruta, también imagi­
:".llon y hablaron sobre las diferencias entre letrados e iletrados y ayudaron
c'. -:onstruir y a mantener las jerarquías sobre las que se sostenía el Estado

lItí.
212 La superación del indígena: la política <;le la modernización ...
----------'-­

guatemalteco. De cualquier manera, también contribuyeron a transformar


la sociedad local y nacional pues es obvio que la educación empoderó a
muchos hombres indígenas, quienes adoptaron sus propias voces de rechazo
a la dominación. En este sentido los profesionales indígenas fueron inter­
mediarios, intelectuales locales que desde ese momento se adjudicaron un
liderazgo moral frente al resto de la población indígena de la localidad.

Los INDÍGENAS EN EL EJÉRCITO

El ejército de Guatemala, tal como se conoce en la actualidad, surge con la


Reforma Liberal de 1871. 227 Desde la fundación de la República los indios
quedaban exceptuados o fuera de este servicio, así que el ejército en sus
diferentes formas estuvo integrado por ladinos, castas y criollos. No obs­
tante, sí hubo algwlas unidades formadas por indígenas, como el Batallón
de Caciques de Totonicapán, fWldado por Rafael Carrera. También estaba
el Batallón de Momostenango cuya organización quedó en manos de los
indígenas combinándolo con la jerarquía civil-religiosa.zz~ Por otro lado,
con la creación de la escuela militar conocida como Escuela Politécnica la
oficialidad de ejército se volvió principalmente ladina. m En los primeros
años de funcionamiento de esta escuela militar los indígenas quedaron fuera
de ella y de la tropa porque la legislación liberal los consideró la fuerza más
importante en la producción cafetalera, es decir, como trabajadores forzados.
Richard Adams también afirma que los indígenas quedaron fuera del ejército
dado que la fuerza fue el principal factor para controlar el trabajo del indio
así, se consideró ilógica la constitución de un ejército con gente que podía ser
el blanco de la acción armada. De la misma forma, se observa que los líderes
liberales consideran que ellos necesitaban un ejército nacional integrado
por individuos con una visión progresista, para estos líderes solamente los
ladinos tenían dicha capacidad. no

227 Santiago Bastos, 2004. Op. Cit.

228 Santiago Bastos, ibidem. Véase tamb.én Robert M. Carmad. RebeL_ oi Highland Guatemala. The

Quiché-mayas oi Momostenango. Uruversity of Oklahoma Press. USA, 1995.


229 Arturo Taracena. 2002,01" Gt.
230 Richard Adarns, EtniCldad en el eJército de la Guatemala liberaL FLACSO-Guatemala, 1995.
Educación y profesionalización como superación del indígena 213

A finales del siglo XIX, con la creación de los batallones de zapadores


los indígenas se involucraron en la tropa del ejército. En ese momento y
a principios del siglo XX, se empieza a crear la idea del ejército como un
espacio para civilizar al indio y la capacidad de aquéllos para multiplicar
en los pueblos la semilla de la civilización entre su gente indígena. Durante
el gobierno de Jorge Ubico (1930-1944) el indígena ya es reconocido como
soldado. 2:1l Si no veamos estas frases que definen al soldado maya como un
ser despreciable y casi irracional. "El indio soldado, conocido por el breve
nombre de cuque, es el peor de todos. A la hora de guerra efectiva, sirve
de carne de cañón y en los días de paz, de sostén de tiranías y agente dp
violencias ... un cuque con mando es algo de amarrarse los pantalones."232

Durante el gobierno de Estrada Cabrera se había recreado las milicias en


Momostenango quedando bajo el mando de Teodoro Cienfuegos. Después
de la caída de Cabrera, la forma de autoridad tradicional en aquel pueblo,
fue integrada según los principios de la estructura militar. Así los cantones
fueron organizados como unidades militares, el Santo Patrón Santiago fue
reconocido como el patrón de las milicias y los chuchkajaw fueron integrados
como especialistas del ritual en las milicias. 233 En Comalapa las cosas fueron
un poco diferentes, en 1908 algunos indígenas se quejaron de que además
del trabajo forzado que pesaba sobre ellos sus "hijos rudos jornaleros han
sido convertidos en soldados ...con fondos pecuniarios nuestros." Algunos
comalapenses aún recuerdan que sus abuelos les hablaron de los maltratos
que recihieron en el ejército porque no sabían leer y escribir. Estos hechos
permanecen en la memoria de la gente, porque evocan la superación del
mdígena, es decir, la reminiscencia sobre la experiencia del abuelo que pi­
dió a sus nietas que estudiaran para que no padeciesen la misma vivencia
define, nuevamente, la trayectoria cultural indígena y la importancia que
?dfa los comalapenses llegó a tener la superación.

San bago !:lastos, 2004. Op. Cit.

Ramón González Ponóano. Esas sangres no están limpia,. Modernidad y pensanuento clvilizatorio

en Guatemala (l954-1977). En: ¿Racismo en Guatemala? abriendo el debate sobre un tema tabú .

.·WANCSO, Guatemala, 1999.

Robert M. Carmack. Op. Cil.

214 La superación del indígena: la política de la modernización ...

No obstante, se sabe que muchos indígenas ingresaron al ejército por


su propia voluntad o movidos por algunos líderes locales como Valeriano
Otzoy. En una ocasión, por ejemplo, usando el poder de las cofradías, este
líder local habría convocado a los hombres comalapenses para plantearles
sus ideas en relación con el apoyo que los indígenas podrían darle al go­
bierno del presidente Lázaro Chacón (1926-1930) y al mismo tiempo, con
el fin de incentivarlos para que los hombres ingresaran al ejército. En ese
entonces Otzoy había sido cuestionado por algunos comalapenses, pues los
indígenas no creían importante su participación en ese espacio. Sin embargo,
habría abierto la posibilidad de que los comalapenses se involucraran en
esta institución bajo la premisa de que allí aprendería cosas nuevas, prin­
cipalmente lectura y escritura. Es seguro que los indígenas ingresaron al
ejército por muchas razones (obligados en muchas ocasiones) y no solamente
porque buscaban alfabetizarse, no obstante, los que lo hicieron recuerdan
que allí pudieron instruirse.

En este caso, las ideas de Otzoy estuvieron bastante influenciadas por


las de sus amigos capitalinos, algunos de los cuales creían firmemente que
el ejército debía convertirse en una institución útil para la instrucción de
los indígenas. Algunos pidieron que se estableciera legalmente la conscrip­
ción obligatoria, desde esta perspectiva. Para ellos nada de lo sugerido era
vejatorio pues según pensaban sus sugerencias tenían fines humanitarios, es
decir, civilizar al indio. Se pensaba que de llevarse a cabo este proyecto, en el
transcurso de muy pocos años podría haber miles de indígenas diseminados
en todo el país que llevaran en su corazón la semilla de la nueva vida y que
irían esparciendo entre los suyos (como Otzoy). Así, se mejoraría los hábitos,
se abandonaría sus costumbres primitivas y se les obligaría a trabajar de
manera más constante para satisfacer sus necesidades creadas.2.>4

David Carey refiere que, además del maltrato que recibieron en el ejér­
cito, los indígenas lograron aprender el idioma español, estudiaron nuevos

234 Revista Militar Ilustrada, 15 de septiembre de 1911. Citado en: Edgar Barillas, El problema del mdio
durante la época liberal. Instituto de investigaciones históricas, antropológicas y arqueológicas.
Escuela de Historia, USAC, Guatemala, 1989.
Educación y profesionalización como superación del indígena 215

oficios (peluquería) y artes (música), consiguieron permanecer en la ciudad


capital durante una temporada, desarrollaron habilidades de liderazgo y
aprendieron la cultura ladina. Los indígenas apreciaron estos conocimientos
porque les dio poder para enfrentar otras problemáticas cuando regresaron a
sus pueblos. Para muchos, el ejército les dio oportunidad de obtener nuevas
experiencias fuera de la campesina y con ello le dieron otra dirección a sus
vidas, por ejemplo, volviéndose comerciantes, artesanos, administradores
y tomando otros oficios. Con sus nuevos conocimientos lograron otros
trabajos y con ello compraron tierras y animales domésticos. No obstante,
en el ejército muchos adquirieron o reforzaron una cultura autoritaria que
también llevaron a sus localidades o la usaron para ejercer control sobre
otros indígenas o las mujeres. m Cuando ingresaron al ejército también
cambiaron sus vestimentas indígenas por otras diferentes que ellos vieron
como modernas y aceptadas por los ladinos.

De la misma forma, los indígenas que ingresaron al ejército lo hicie­


ron para escapar de la discriminación ladina o para empoderarse y luego
enfrentar esa situación. Muchos lo hicieron para escapar de las fincas ca­
ietaleras y del trabajo forzado que era impuesto sobre los indígenas que
no sabían leer y escribir, limitados de toda forma de ciudadanía. Algunos
:cambres me contaron que ellos se enrolaron en el ejército con el fin de bus­
car poder y enfrentar la violencia racial. Cuando regresaron a Comalapa,
con el orgullo de haber servido en el ejército y con un poder legitimado
?or el Estado autoritario enfrentaron con más fuerza a los ladinos. Carey
~efiere el caso de un anciano que ingresó al ejército en 1925, con el fin de
enfrentar el gran problema con los ladinos. El afirmaba, "en aquéllos días
.05 ladinos no querían a nuestra gente, y no nos trataban bien. Tú siempre

:ebías caminar a un lado del camino, si tú ibas en el camino de un ladino


:enías que hacerte a un lado y si no lo hacías ellos te empujaban o lanzaban
=. '-m lado. Mi padre habló con la gente y les dijo que lo que ellos nos hacían
:05 ladinos) era algo malo e insoportable. En esos días no había escuela.
~:1tonces dijo que deberían ir al ejército para hacerse fuertes. Así fue como

Da"íd Carey. 2006, Op. Cil.


216 La superación del indígena: la política de la modernización ...

nosotros pudimos subir. Cuando tú vas al ejército tú cambias, dejas de ser


un muchacho y te vuelves un hombre."2J6 Así, afirma Carey, para muchos
indígenas el ejército les dio una oportunidad para escapar del racismo.

Aunque muy pocos indígenas ingresaron al ejército para desarrollar


una carrera militar, algwlOs comalapenses sí lo hicieron. Cupertino Otzoy
(capitán), Francisco Salazar (teniente efectivo) o Cenaro Chalí (capitán),
se incorporaron al ejército probablemente en 1930. Se dice que cuando se
produjo la Revolución de 1944, se estableció que todos los oficiales de línea.
como ellos, serían dados de alta y que los que debían quedar en servicio
serían los de escuela. Los de línea que quisieran quedarse debían ingresar y
profesionalizarse en la Escuela Politécnica. Se afirma que los comalapenses
aceptaron el reto e ingresaron a la escuela en donde se formaron y que con
todo esto se habría demostrado la importancia que llegó a tener para estos
indígenas su ingreso a dicha mstitución. 217

Otros como Evaristo Bal, quien era comandante local en Comalapa


en los años treinta fue un militar que, supuestamente, obtuvo el puesto
comprándolo, tal como lo habían hecho otros, por ejemplo Ramón Rodrí­
guez, Ignacio Ovalle y Maximino González, quienes también habían sido
comandantes en otros pueblos, uno de ellos en Itzapa. Se declara que Eva­
risto Bal era un indígena que vestía rodillera pero que al comprar su cargo
había sustituido esta vestimenta por el traje militar y la forma de vestir de
los hombres ladinos. El comandante local fue un jefe militar que muchas
veces se encargó del reclutamiento de los trabajadores que iban a las tareas
de caminos y obras públicas pero que también organizaban las compañías
de milicianos (o reservas militares). El servicio de los milicianos también
incentivó a muchos comalapenses para ingresar directamente al ejército.

236 David Carey. 2003, Op. Cil.

237 El hombre que me contó estos hechos afirma que cu~do él estuvo de alta en el ejército, sirviendo

en la Escuela Politécnica, se enteró que Jorge Ubico, el Presidente de Guatemala en los años treinta,
habia desertado de aquella escuela. Él había visto los libros en donde se pedía la captura de aquel
estudiante originario de San Marcos y que, según él se había fugado a España. Lo importante en este
ca,o, es que mi interlocutor trataba de revelarme que aquel dictador en realidad no había sido un
hombre fuerte como trataba de mostrarse sino más bien, había sido un hombre debil quizá comparado
a los indígena. quienes sí soportaron el rigor de la enseñanza nulitar.
Educación y profesionalización como superación del indígena 217

en hombre que había servido en el ejército entre 1944 y 1945 afirmó que
solamente en su batallón había por lo menos 30 comalapenses, quienes
~abían sido reclutados a la fuerza o en otros casos se habían inscrito vo­
.untariamente. En la segunda parte del siglo XX, muchos otros indígenas
mgresaron al ejército y en los años sesenta algunos lo hicieron en la Escuela
Politécnica. Durante estos años los ex soldados tuvieron prestigio a nivel
~ocal como seguramente lo tenían los indígenas que se habían educado. Se
lflrma por ejemplo que las mujeres indígenas a veces preferían casarse con
'.m hombre servido despreciando a los campesinos, hombres pobres que no
:enían ningún tipo de influencia a nivel local.

La nación guatemalteca y la ciudadanía otorgada por el servicio militar


:ueron vividas de esta manera por los indígenas pobres de las áreas rura­
~es Ellos tuvieron la noción de que el ejército les habría posibilidades para
:,nirentar el racismo, la pobreza y la marginación social y de esta manera
:,lmbién lograban un lugar dentro del Estado. Si algunos de los indígenas
,¡ue provenían de las familias económicamente poderosas lograron su
.:ludadanía, prestigio, legitimidad y poder a través de la educación, la
?rofesionalización y el desarrollo del comercio, los más pobres trataron de
:'acerlo por medio del ejército.

CONCLUSIÓN

En el cementerio de Comalapa y en la tumba del profesor Cayetano Otzoy,


·1uJen murió en 1987 se puede leer las frases siguientes: "Con la pluma en
~a mano, forjó a través del tiempo una juventud próspera, sana, digna y
:'onra para la patria. ¡Loor a su memoria! "In Hoc Signo Vinces" "Con esta
;:-luma vencerás".238 Puede ser que los profesores indígenas comalapenses

..\ fines del siglo !!I DlOcleciano mtentó dar nueva vida al Imperio. Sus métodos totahtarios. -un
g,)b,emo. una patria, una reltgión-, incluyen una fuerte persecución a los cristianos y un frustrad"
mtento de imponer el Mitraísmo como religión estatal. Cuando toma el poder Constantmo I ("el
218 La superación del indíxena: la política de la modernización ...
------ -------

graduados en la primera parte del siglo XX, hayan pensado la adquisición de


conocimiento como una forma de vencer la ignorancia indígena. Es probable
que vieran la educación como una forma de integrarse a la civilización, al
mundo moderno y a la nación guatemalteca, tal como aparece en la lápida
que cubre el panteón del profesor Otzoy. También existe la posibilidad de
que esta adquisición de conocimientos y la profesionalízación hayan sido
vistas como formas de empoderamiento indígena con el fin de defenderse
ante el racismo, para enfrentar la pobrezél o en términos generales, para
vencer las múltiples formas de control que pesaban sobre ellos. No obstan­
te, es más probable que las dos tendencias o forméls de percibir la educa­
ción o adquisición de conocimientos se haYéln desarrollado a lo largo del
siglo XX.

Al mismo tiempo, las contradicciones que se fueron generando ell el


proceso, están vinculadas con la forma que tomaron las luchas indígenas,
es decir, en el mdeCO de la formación estatal y a partir de las ideas sobre la
modernizaciól1. La educación que los indígenas estélban recibiendo, como
se ha planteado en la introducción de este trabajo, reproducía las nociones
dominantes sobre lo civilizado-incivilizado, las jerarquías raciales y el
prestigio que fomentaba o tomenta la sociedad capitalísta sobre la persona
con conocimientos. Como se sabe el desarrollo del cdpitalismo tiene una
fuerte base en la adquisición de conocimientos, que es uno de los procesos
que le da fuerza a la innovación tecnológica y a la idea de progreso. Mu­
chos indígenas que se profesionalizaron en la primera parte del siglo XX
(y como también en la segunda), hicieron suyas dichas nociones y de estél
manera empezaron a reproducir principios como los de esfuerzo personal y
las capacidades de la persona los cuales, finalmente, los individualizó, es decir,
frente a los demás indígenas (pues de esta forma llegaron a pensar que ya

Grande") trasladó la capital de Roma a Buancio (desde ahora Constantinopla). Cuenta la leyenda que
antes de vencer a su rival Majencio tuvo la Visión de una cruz con la inscripción "In hoc SIgnO vinces"
('·por este SIgnO vencerás"). Lo CIerto es que en el año 313 sanCIOna jwlto con su coemperador Licino
el Edicto de Milán en el que se establece la ·'libertad religiosa·' y convierte al cristianismo en religión
oficiosa del Estado pero con el emperador como sumo pontífice." DIsponible en www.geocities.com!
masoneriaI.~rael!pf2.htrnl
Educación y profesionalización como superación del indígena 219

no dependían de una comunidad local e indígena, ni de los patrones) yel


Estado (se volvían sujetos de derecho o ciudadanos).

No obstante, la alfabetización y la profesionalización abrieron nuevas


perspectivas para enfrentar las formas de opresión o tutela y ello también
tuvo un fuerte impacto sobre la conciencia indígena. La memoria de los
comalapenses tiene un espacio amplio para este proceso y conciencia. Como
se ha visto a lo largo del capítulo, tanto la entrada de los indígenas él la
escuela, como su ingreso al ejército, fueron definidos como mecanismos
para oponerse al racismo ladino o al maltrato. De la misma manera sirvie­
ron como instrumentos para adquirir conocimientos y de esta forma para
facilitarse nuevas oportunidades de trabajo y para transfomlar la vida
material. Las nnctonesínmgenássobre igualdad surgen de la relación entre
este proceso y las formas de control, económico y político que se habían
legalizado sobre ellos desde finales del siglo XIX. La conciencia sobre el
racismo y la búsqueda de mecanismos para enfrentarlo trajo nuevas po­
~lbilidades de vida y acción política entre los indígenas de Comalapa y
,~e Guatemala.

Por otro lado, si algunos indígenas en la época colonial fueron intcr­


~ediarios entre la masa de los maseguales y la administración colonial,
.,'S indígenas letrados de esta generación y en el marco de la formación
¿statalliberal, eran otro tipo de intermediarios, eran efectivamente moder­
.-' Como letrados jugaron un papel importante para llevar las nociones
:-:-"L'dernizantes hacia los demás indígenas y también hablaron en nombre
.:e éstos, de diferentes maneras y ante distintos públicos, grupos o sectores
':'ominantes, por ejemplo ante la burocracia estatal, los ladinos locales, los
':.'bemantes o los intelectuales citadinos. De igual forma, este papel de in­
:¿rmediación, sus nuevos conocimientos y la experiencia local abrieron las
:'0~lbilidades o el contexto adecuado para que, posteriormente, surgieran
.~ ideas desarrollistas, revolucionarias y mayanistas que se perfilaron en la
'-C~unda parte del siglo XX. Sin la política de adquisición de conocimientos
:-.' habría surgido el desarrollismo por la que trabajan muchos indígenas
':'~:ualmente o la ideología mayanista que ha dado forma a un tipo de
:-2.~lonalismo maya. Así, las ideas sobre la superación del indígena en la
220 La superación del indígena: la política de la modernización..
-~-----~--'-------

primera parte del siglo XX tienen mucho que ver con la forma que tomó la
acción política indígena en todo este siglo.

De la misma forma, poco a poco empezamos a ver que el indígena


letrado o profesional adquiere un estatus en la jerarquía socio-racial de
Guatemala. A pesar de que los indígenas letrados siguieron siendo vistos
como inferiores (eran indios lamidos, atrevidos o igualados), finalmente, fueron
escuchados y recibidos (en diversos espacios locales y nacionales) como no
lo serían los campesinos, hombres y mujeres analfabetas. Los indígenas
letrados ya sea que hayan adquirido ese estatus en la escuela, en el ejército
o mediante otros mecanismos, pudieron ejercer y reclamar su participa­
ción y representación en la nación y el Estado de otras maneras, usando
nuevos mecanismos, que no les era posible a los campesinos. Esta nueva
generación también forjó la superación como una forma de ciudadanía.
Algunos ladinos letrados, capitalinos que dirigían luchas nacionalistas y
progresistas, escucharon a los indígenas superados, pero jamás aguzaron
el oído para entender a los campesinos. En realidad el liberalismo les dio
voz a los indígenas que se atrevieron a usarlo para reclamar sus derechos
como ciudadanos y para representarse como ellos quisieron, es decir,
como civilizados.

Actualmente también se puede leer una inscripción en la tumba de Va­


leriana Otzoy, a través de una plaqueta dejada allí por su amigo Clemente
Marroquín Rojas. "Valeriana Otzoy, noble de estirpe, ciudadano íntegro,
padre cariñoso, amigo leal." Desde la perspectiva de estos intelectuales
capitalinos, hombres como Valeriana eran ciudadanos, por los atributos de
nobleza, integridad, civilización y lealtad de la que eran portadores, al con­
trario de la mayoría de indígenas analfabetas. Marroquín Rojas inclusive les
abrió un espacio en su periódico y de esta manera, las opiniones de aquéllos
podían ser leídas en la capital. Marroquín escuchó a esta gente -mientras
algunos miembros de la Constituyente de 1965 hablaban de la incapacidad
de los indígenas de representarse en las instituciones del Estado-23~ pero
fue incapaz de escuchar o entender la vida del resto de los indígenas del

239 Arturo Taracena. 2002. 01'. Ctt.


Educación y profesionalización como superación del indígena 221
--------

raís. Así, en la década de los setentas, Marroquín Rojas aún abogaba por
~a ladinización de los indios como una forma de hacerlos ciudadanos. En
ese entonces, él recordaba que, mientras viajó al altiplano occidental del
faís, con el Presidente Juan José Arévalo (siendo Ministro de Economía y
Trabajo) la desproporción entre la figura del presidente y la de los indios a
o-U alrededor lo había irritado. "Aquel contraste entre lID presidente blanco,
?C:to, hermoso y aquellas piltrafas humanas, me indignó. Y con voz suma­
:;-.ente fuerte les dije, ¡indios puñeteros, pónganse de pie, el presidente no
25 santo para que doblen las rodillas ante él y le besen la mano; él es tan

~ludadano como ustedes; de pie hijos de puta! ..Naturalmente mi actitud


:TIL)lestó al doctor Arévalo pero logré que aquella miseria humana ... cobrara
-''JIlque sea momentáneamente su calidad de seres humanos, de hombres,
j¿ ciudadanos de Guatemala."240

La dignidad calificada y forzada por un funcionario e intelectual capi­


:alino les daba la calidad de humanos y ciudadanos, momentáneamente,
a los indios sumisos. La educación, les daba la calidad de ciudadanos ínte­
;;:05 a los indígenas superados. En el cruce de los intereses indígenas por
..a autonomía de la comunidad, por la ciudadanía, por el bienestar de la
:mulia y las personas y el de los intelectuales capitalinos por la formación
':c la nación moderna, por la democracia, prevalecían las nociones e imá­
¿enes dominantes sobre la diferencia y los modelos. Aún si los indígenas
¿lliaron espacio en sus luchas por la autodeterminación, la fragilidad del
:e:reno en donde asentaban sus ideales y sus acciones era evidente. Era un
:crreno, que seguía definido por la presencia de las jerarquías socio-raciales,
e: racismo, las nociones dominantes sobre el progreso o a partir de una
estructura estatal autoritaria.

Dlano La Hora, 15 de octubre de 1975.


A partir de la necesidad que tiene la historiografía guatemalteca de investigar lo
general desde lo local y lo regional, Edgar Esquit Choy nos seduce con un trabajo
Q1onográfico sobre la mirada indígena en un municipio paradigmático como lo es
San Juan Comalapa. Incorporar esa mirada es parte del trabajo científico de van·
guardia en momentos en que el etnocentrismo de las historias nacionales es cuestio­
nado por muchos investigadores y lectores. Hacerlo sin caer en actitudes cómodas
de denuncia y sospecha, aportando nuevos elementos de análisis y cuestionando
aún la propia dinámica interna dt: los actores locales, es todo un mérito. El autor
nos muestra por qué es uno de los historiadores más innovadores de Guatemala.

Arturo TCtracena Arriola

Con este texto, Edgar Esquit avanza en su propuesta de desentraií.ar la historia de


los mayas de a pie que, con sus aÜnes y sus desvelos, hicieron posible que sus nietos
pudieran hoy reclamar por una situación mejor. A través de! minucioso recuento
del accionar de cuatro generaciones de la élite local de Comalapa, muestra las for­
mas complementarias y a veces contradictorias con que se enfrentaron, aceptaron
y utilizaron las ideas y las estructuras creadas para dominarles, con e! objetivo de
superarse y salir de esa exclusión que vivían por ser indios.

Santiago Bastos
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Instituto ~k Esrudio... Intcr~rnicm U»iversisOilO Oe
UnjYersíd~lJ. de San Cario!> de ".JllJtcnl.llJ.
TrOfl1s0 Noruega

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