Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Profesora Ballesteros
13 de Abril de 1976 "Por lo general tengo algo para decirles, pero hoy ya que
tengo un pretexto, es mi cumpleaños, desearía poder verificar si se lo que digo,
pese a todo decir apunta a ser escuchado, me gustaría verificar en suma si no me
contento con hablar para mí como hace todo el mundo, por supuesto si el
inconsciente tiene un sentido. Así pues, yo preferiría que hoy alguno me haga
alguna pregunta; digo alguno, no puedo muchos, no pido en absoluto que se
saquen chispas. Sin dudas, me hubiera gustado que alguno escribiera algo que
justificará que este trabajo que me tomo desde hace algo más de 22 años, la única
manera de justificarlo, sería que alguien invente algo que pueda servirme a mí.
Estoy convencido de qué es posible".
Punto 7 del apartado II. Yo esté punto lo daré cuando de el texto de Eduardo sobre
la interpretación, porque habla mucho de la transferencia en la articulación con la
interpretación. Ahora voy a dar el primer apartado que ustedes no tienen citado
pero les recomiendo que lean, porque es el apartado que uno puede leer con
claridad estos tres puntitos del práctico que son: táctica, estrategia y política de la
cura.
El 1er apartado se llama quién analiza hoy, es una respuesta de Lacan a los
posfreudianos más importantes de la época, a lo que se planteaba como principios
para dirigir una cura. Esto nos enseña algo muy importante, Lacan cuestionaba o
debatía en sus textos con gente a la que leía, Lacan hizo un gran trabajo para que
el psa estuviera o fuera parte de la cultura de su época.
En este texto Lacan está discutiendo con los posfreudianos y va a tomar 3
nociones que son: política, estrategia y táctica, que él va a articular a 3 nociones
Freudianas, que tienen que ver con la ética del psa, la transferencia y la
interpretación.
Lo que está en el corazón del texto de dirección de la cura, es cuál es el elemento
operativo en una cura. Porque lo que planteaban los posfreudianos era que el
elemento operativo era la contratransferencia, a lo cual Lacan va a decir que de
ninguna manera, Freud nunca elevo a la contratransferencia al estatuto de un
concepto de su obra, si lo recorto como fenómeno clínico, pero nunca de un
elemento que fuese operativo de la cura, ni siquiera un concepto.
Entonces con esa postura Lacan va a debatir, qué planteaban los posfreudianos y
cómo dirigían la cura. Ellos planteaban la política (cuando hablo de política es
decir cuál es mi fin, mi objetivo) la finalidad de una cura era que el paciente que
tenía un yo absolutamente débil, tenía que identificarse al yo fuerte del analista, y
para lograr ese objetivo Lacan plantea que ellos habían ritualizado, protocolizado
la técnica, todo estaba determinado, como se tenía que vestir el analista, que tenía
que decir, como tenía que saludar al paciente, cómo tenía que ser el consultorio,
todo esto es imaginario, tiene que ver con la imagen. Esa era la política, que un yo
se identificara a otro yo, una política que dejaba por fuera lo que para Lacan es lo
más importante, que tiene que ver justamente con la responsabilidad máxima del
analista, que es producir al sujeto del inconsciente, hacer emerger esa dimensión
que está en la determinación de los síntomas, que justamente descompleta al yo,
porque el yo se cree muy completo, cree que habla y dice lo que quiere decir,
cuando emerge el sujeto del inconsciente en un acto fallido ahí justamente es el yo
desconocimiento porque desconoce la división en la cual todo ser hablante se
funda, o esa falta estructural el yo se ve interpelado por eso.
Vamos articulando con lo de la otra vez, si no hay una relación sexual, si no hay
un modo natural de relacionarnos con el sexo, con el propio cuerpo, con el Otro,
cada uno inventa síntomas ahí, entonces nadie sabe cómo hacer con eso, pero
vean que los posfreudianos de algún modo, consideraban que sí, que el analista
sabía y entonces había que identificarse con ese analista. Si lo pensamos desde
la perspectiva que lo retoma Lacan, que lo dice Miller en el ruiseñor de Lacan, hay
una posibilidad ilógica en este modo de dirigir una cura, porque si nadie sabe yo
no me puedo identificar a un Otro que si sabría cómo. Y además, es por lo cual
Lacan está muy enojado con los posfreudianos, es porque plantean todo esto en
nombre de Freud, dicen Freud dijo esto y Lacan dice no, eso no está en la obra de
Freud.
Lacan dice, es por la impotencia de sostener una praxis analítica que se cae en el
ejercicio de un poder, porque pretender que el Otro se identifique a mí es ejercer
un poder sobre ese Otro, el poder de la sugestión. Y Lacan contra esto propone
tres nociones que se articulan en una política, o sea cuál es la política dice Lacan
del psa, cual es la ética en el que le psa se sostiene y funda su práctica, tiene que
ver con la de hacer emerger en esta dimensión del discurso del paciente, lo que
en este momento de enseñanza Lacan llamaba la palabra plena, la verdad del
sujeto del inconsciente.
Nuestra responsabilidad como analista, nuestra política y nuestra ética, tiene que
ver con producir ese sujeto del inconsciente para poder acceder a ese saber no
sabido que hay en los síntomas, para poder ir ubicando que síntomas un sujeto se
ha armado como solución a esa relación sexual que no hay y en qué punto esos
síntomas fallan y lo hacen padecer demás.
Lacan dice, porque él va a articular está noción de política con la ética y con los
pagos del analista. Él va a decir que en este nivel el analista paga con su ser, en la
página 561 dice: "en este nivel de la política tiene que pagar con lo que hay de
esencial en su juicio más intimo para mezclarse en una acción que va al corazón
del ser, sería él, el único allí que queda fuera del juego". Después hablara más
adelante del lugar del muerto, dice: "vayamos más lejos, el analista es menos libre
en aquello que domina estrategia y táctica a saber su política en la cual haría
mejor en situarse con su carencia de ser que por su ser" "es que él analista cura
menos por lo que dice y hace que por lo que es".
Vamos a intentar articular estás nociones, el analista paga con su ser, tiene que
ver con que para sostener la política del psa, la posición del analista tiene que ser
una posición de abstinencia, o sea, en la dirección de la cura hay un solo sujeto, y
ese sujeto es el paciente que vamos a producir como sujeto. El analista no está
ahí como sujeto, su ser tiene que ceder sus ideales, sus fantasmas, el bien que
quiere para la humanidad el analista lo puede tener, pero cuando dirige una cura,
lo tiene que dejar de lado, eso quiere decir "pagar con su ser", eso quiere decir,
abstenerse, ocupar el lugar del muerto. No quiere decir que el analista no habla, el
analista está mudo, tiene que estarlo para dirigir una cura, está muerto en cuanto
a su ser, tiene que dejarlo de lado porque si no pasa que uno quiere el bien para el
paciente y aparecen nuestros propios fantasmas, y nos equivocamos, es
importante supervisar los casos y que nos analicemos para poder corrernos de ahí
y volver a la posición que conviene.
Entonces, en esta dimensión tenemos la posición analítica implica la abstinencia.
Es interesante, porque lo posfreudianos ponían mucho énfasis en lo que era la
resistencia del paciente, el paciente siempre se resistía. Lacan dice no,
esperemos, antes de decir que el paciente (...) hay resistencia sí, el paciente
puede resistirse ahora antes de decir que la resistencia es del paciente, tenemos
que poner al analista en el banquillo dice Lacan y que el de cuenta de cómo este
dirigiendo esa cura y que este haciendo, y de sí está bien ubicado, si se está
teniendo una posición de abstinencia, no responde a esas intervenciones porque
esas intervenciones no tienen nada que ver con él.
Y en esta dimensión Lacan dice que somos, tenemos una libertad casi nula, lo
único que podemos elegir es si nuestra práctica es analista, analítica o no, si es
analítica tiene que regirse por la ética del psa y sus principios, si no es analítica no
pasa nada pero no digamos que eso es psa, eso es lo que está planteando Lacan.
El nivel de la estrategia él lo articula a la transferencia y dice lo siguiente, página
562 punto 5: "en cuanto al manejo de la transferencia mi libertad en ella se
encuentra por el contrario alienada por el desdoblamiento que sufre allí mi persona
y nadie ignora que es allí dónde hay que buscar el secreto del análisis, lo cual no
impide creer a algunos que han progresado gracias a esa docta afirmación, que el
psa debe ser estudiado como una situación entre dos", cuando Lacan plantea que
el psa según el esquema anterior había 4 lugares: uno es el eje imaginario donde
se presentaban todos los obstáculos y otro es el eje simbólico que es el que
tenemos que hacer surgir. Sin duda se ponen condiciones que restringen sus
movimientos pero permanece el hecho de que la situación así concebida sirve
para articular los principios de una domesticación del yo débil y por medio de un
yo que le gusta creer que por fuerza cumple ese proyecto porque es fuerte”. Está
criticando acá ampliamente la concepción que tienen los posfreudianos. Y él dice
lo siguiente: "estás desviaciones no las mostramos pro nuestro gusto, sino más
bien para hacer de sus escollos bollas de nuestra ruta" o sea para marcar por
dónde no hay que ir y por dónde sí. De hecho todo analista experimenta siempre
la transferencia en el asombro del efecto menos esperado de una relación entre
dos que fuese como las otras, se dice que tiene que componérselas allí ante un
fenómeno del que no es responsable y es conocida la insistencia que puso Freud
en subrayar su espontaneidad en el paciente. O sea Freud ya había dicho que la
transferencia es algo que tenemos en muchos espacios no solo con el analista,
tenemos transferencia con alguien con quién estudiamos, con el médico, con el
odontólogo. Ahora la particularidad que la transferencia tiene en el dispositivo
analítico es que el analista la usa como un medio para intervenir, lo que yo
interpretó en transferencia, y como interpreto LA transferencia. Qué dice Lacan en
este texto sobre esta noción que si es un concepto freudiano, dice que acá el
paciente siempre nos toma por Otro, o sea el paciente se arma un Otro siempre y
en la transferencia siempre somos tomados por ese Otro del paciente, por eso
dice que nuestra persona sufre un desdoblamiento. Cuando el paciente se
enamora, no se enamora de mí, se enamora de ese Otro por el cual me ha
tomado, entonces yo no puedo responder a eso sin leerlo.
En esta dimensión de la estrategia en la transferencia, Lacan dice nuestra libertad
es un poquito más amplia acá pero tampoco tanta porque siempre somos tomados
por el otro que se arma el paciente y tenemos que ubicar muy claramente entre las
primeras entrevistas cuáles es ese Otro, si es un Otro que lo rechaza, si es un
Otro que lo ama siempre, si es un Otro que lo persigue, cual es ese Otro que se
arma. Es crucial que podamos ubica eso. El analista paga con su persona, en
tanto se lo toma siempre por Otro.
Y después tenemos la dimensión de la táctica, que él lo articula con la
interpretación, en el texto Lacan plantea en la página 561 apartado IV dice:
"interprete de lo que me he presentado en afirmaciones o en actos, yo decido
sobre mi oráculo y lo articulo a mi capricho". Cuando Lacan dice "decido sobre mi
oráculo y lo articulo a mi capricho".
Oráculo quiere decir (Eduardo lo preguntó en un final y nadie lo supo responder) la
interpretación en la neurosis es siempre oracular, o sea que el analista no explica
cuando interpreta, sino que el analista, si la interpretación del analista es siempre
un decir, porque no importa tanto lo que el analista dice o lo que hace como dice
Lacan, sino la posición desde la cual dice o hace eso. O sea si uno está en
posición analítica no importa tanto lo que yo diga, sino que eso sea dicho desde
esa posición.
Cómo se inician los análisis hace alusión, sobre todo a la entrada en análisis, que
vamos a formalizar con el algoritmo de la transferencia.
Cuando hablamos de entrevistas preliminares, es interesante, se puede plantear la
entrevista preliminar una vez que se ha iniciado el análisis, o sea après coup, una
vez que el sujeto a entrado en análisis, yo puedo decir que lo que estuvo antes fue
un tratamiento preliminar. Si no más allá que nosotros decimos, estamos en
preliminares o el paciente está en preliminar en realidad eso solo puede decirse o
es preciso conceptualmente una vez que el paciente ha entrado en análisis
entonces eso après coup se constituye en entrevistas preliminares. Y en esas
entrevistas hay como tres cuestiones muy importantes que uno tiene que poder
ubicar, localizar, realizar, que tienen que ver con el diagnóstico, con la puesta en
forma del síntoma y con la instalación de la transferencia.
Es muy importante que tengan en claro que muchas de las cuestiones que voy a
plantear acá valen para la neurosis pero no la clínica de la psicosis. El algoritmo
de la transferencia no vale para la clínica de la psicosis que tienen otra lógica.
Leeré algunos párrafos de este texto. En la pagina 286 Miller dice algo qué es muy
interesante y de lo cual a veces nos olvidamos, dice lo siguiente: "a título de qué
aceptamos a alguien que no anda bien en análisis, lo admitimos en la medida que
creemos que hay cierto tipo de síntoma que no conciernen a la medicina,
admitimos a un sujeto cuando pensamos que su síntoma podrá curarse por medio
de un enunciado formulado en forma explícita"; o sea que admitimos a alguien en
un momento analítico una vez que hemos ubicado que aquello del cual padece
tiene una causa, que es una causa de palabra. Acá Miller es muy freudiano si se
quiere, retoma esta noción de Freud de que el síntoma era el producto de un
enunciado reprimido y qué si uno llegaba a ese enunciado reprimido el síntoma
podría curarse o levantarse. Después Miller al igual que Freud y Lacan, lo vuelve a
conceptualizar y retomar que no es tan simple, porque nuestro síntoma están
hecho no solo de palabras, no solo de significantes, sino que hay otra dimensión
que es crucial que es la dimensión de lo pulsional. La pulsión como esa fuerza
interior que empuja constantemente (recuerdan que la pulsión se satisfacía
siempre parcialmente, en ese recorrido bordeando las zonas erógenas) no hay
satisfacción total, ese recorrido por el objeto terminaba para volver a comenzar
siempre y cada vez, de hecho Freud decía, cuando se le da de comer a la pulsión
más quiere; y la pulsión tiene como dos cuestiones, hay ciertos recorridos
pulsionales o cierta modalidad de satisfacción de la pulsión que genera placer y
cierta modalidad de satisfacción de la pulsión que genera displacer, padecimiento,
y que tiene que ver con lo que Lacan conceptualizó con la noción de goce, y qué
Freud llamó pulsión de muerte. El goce siempre es un exceso, es siempre algo
que empuja, que exige un cierto trabajo; y cuando hablamos de cierto goce en el
síntoma, tiene que ver con esa satisfacción paradójica, con que algo se satisface
en el síntoma y nos hace padecer, por eso es tan difícil soltarnos de nuestros
síntomas, por eso inclusive cuando en cierto tramo del análisis llegamos a ubicar
que nos liga por ejemplo a determinado partenaire que nos hace padecer, no es
tan fácil soltarlo, soltar eso, porque hay algo que se satisface allí, no es algo
solamente por la vía del significante, sino que hay todo un trabajo que uno tiene
que hacer en un análisis sobre la dimensión del goce.
Entonces, lo que acá Miller nos está diciendo, es lo siguiente en la pág. 288 "cómo
comienzan los análisis pues, primeramente comienzan por el consentimiento de
admitir a alguien para la operación analítica a condición de asegurarse de qué los
síntomas que motivan la demanda, son síntomas de tipo analítico y no de tipo
médico".
Para hacer un diagnóstico primero tenemos que ir delimitando varias cosas:
1. si ese síntoma tiene causa de palabra y no es un síntoma orgánico.
2. Hay que asegurarse de una segunda cosa, no solo que el síntoma en cuestión
sea de orden analítico, sino de que también de que el paciente candidato sea
capaz de aportar un texto para leer, incluso de leer de diversas maneras lo que el
mismo aporta. O sea, que sea capaz de asociar libremente. Está capacidad de
asociación libre es un criterio de analizabilidad.
O sea que uno también tiene que diagnosticar si se quiere el criterio de
analizabilidad de un paciente, esto es más que nada para los pacientes
neuróticos.
Miller dice algo qué tiene que ver con el criterio de analizabilidad: "En el análisis, o
sea que el sujeto vaya ubicando en el análisis, hay una distancia entre lo que digo
y el compromiso que yo tendría en ese dicho." Distancia entre el enunciado y la
enunciación, una cosa es la que yo digo y otra cosa es la posición (la enunciación)
desde la cual yo digo eso, que es en esa posición, esa enunciación donde está el
sujeto.
Página 38: "no digo que el analista deba ser ciego, es bueno tener una idea si el
paciente es una mujer o un hombre, pero es mejor tener en consideración un
cambio. Pero lo esencia con todo no es esa dimensión, lo esencial es lo que el
paciente dice. Nos detendremos un poco más en la significación de esa frase, lo
esencial es lo que el paciente dice; lo que significa separarnos de la dimensión
del hecho para entrar en la dimensión de lo dicho". Entonces, no nos importan los
hechos, nos importa lo que el paciente dice de eso.
Ahora bien Miller también dice algo que es crucial, no digo que el analista deba ser
ciego, no es que no vemos nada. Volviendo a la neurosis obsesiva y como el
cuerpo queda bastante dividido, donde lo libidinizado es el pensamiento. Un
obsesivo puede venir a la sesión con 40 grados de fiebre, a mostrarnos lo
comprometido que está con el tratamiento, y uno no puede hacer como que ahí no
ha pasado nada.
Página 39: "de esta manera ir de los hechos a los dichos no es suficiente, es
esencial un segundo paso, el paso siguiente es cuestionar la posición que toma
aquel que habla en relación a sus propios dichos, localizar el decir del sujeto".
Página 40, da ejemplos, dice: puedo decir por ejemplo "vengo mañana" ese es el
dicho. Pero se puede indicar el valor que se da a ese dicho de diversas maneras,
puedo decir vengo mañana, es una mentira (es mi posición ante el 'vengo
mañana'), o vengo mañana con certeza, o vengo mañana si no voy a otro lugar, o
vengo mañana seguro que sí. La posición es lo que va a definir además qué
sentido tiene eso que estoy diciendo.
Página 46 (otro ejemplo) "Un paciente dice soy un don nadie (ese es el dicho),
pero el sujeto dice inmediatamente después, es lo que mi padre siempre decía; y
con eso el valor de la primera frase cambia con la segunda". Acá Miller introduce
una cuestión preliminar, lo que Lacan llama "la atribución subjetiva", dice no hay
una sola cadena significante, sin que se plantee la cuestión del sujeto, de quién
habla y desde la posición que habla. En toda cadena significante la cuestión es de
atribución del sujeto al dicho. Lacan dice, la estructura propia de la cadena
significante es determinante en la atribución subjetiva que por regla es distributiva,
es decir, con varias voces. Una palabra es en realidad, la repetición del discurso
del Otro, es una cita, es la voz del padre, cuando el sujeto dice por ejemplo "soy
un don nadie". Lo que está queriendo decir acá Miller, es que cuando nosotros
vamos ubicando la posición del sujeto ante aquello que dice, estamos empezando
a ubicar esas distintas voces, distintas palabras que vienen del Otro del lenguaje,
del Otro como lugar de la palabra encarnado por el padre, la madre, el tío, quién
se haya constituido como un Otro de algún modo para ese sujeto y como ese
sujeto es hablado por el Otro. Cuando Lacan dice el inconsciente es el discurso
del Otro, tiene que ver con qué los significantes (S1) con los cuales el sujeto se
hace representar para suturar, para obturar, para anular su falta en ser, son
significantes que vienen del Otro.
Cuando uno hace la experiencia de un análisis lo que empieza a poder hacer es
tomar distancia de esos S1, por los cuales se ha hecho representar y a los cuales
se ha identificado.
Por otro lado tenemos también el diagnóstico de estructura, tiene que ver con
también poder ubicar la posición del sujeto en relación al lenguaje. Insisto, las
alucinaciones pueden darse tanto en un sujeto histérico como en un sujeto
esquizofrénico, ahora, en uno van a tener la forma de cadena significante
funcionando, la histeria las alucinaciones va a asociar. Y otra es la de un sujeto
que ubicamos que la alucinación es un fenómeno de cadena rota, o que la cadena
se restituyó pero por la vía delirante y si uno indaga un poco más puede ubicar
que en el momento que apareció por primera vez esa alucinación era un
fenómeno de cadena rota, no se anudaba a nada.
El diagnóstico se hace siempre en transferencia.
Miller dice en la página 290: "El modo de decir propio del análisis supone qué, aún
si no pongo a mi cuenta lo que digo, al menos lo pongo a cuenta de algo que me
concierne, a cuenta de mi inconsciente" hay algo de mí que habla, más allá de mí,
de lo que yo quiero decir, de mi intencionalidad. A partir de eso que va surgiendo
uno puede hacer diversas lecturas, en la medida que uno va modificando su
posición subjetiva puede ir leyendo de manera diferente su propia historia.
Miller plantea dos dimensiones de la transferencia: libidinal y significante.
La dimensión significante que tiene que ver con la lectura (esto lo veremos bien
con el algoritmo de la transferencia, tiene que ver con esa transferencia que opera,
haciendo que el analista pueda ir haciendo distintas puntuaciones en el texto de
un paciente, que vaya provocando diferentes desarrollos de verdad y la
rectificación de su posición subjetiva). Pero está también la cuestión libidinal y
cuando a parece la cuestión libidinal cuando nos convertimos en el objeto híper
amado del analizante, o el paciente nos odia y eso se convierte en un escollo y
uno tiene que interpretar la transferencia, o sea Dora quién le dice en los sueños a
Freud, le dice te estoy poniendo en serie con mi padre y el Sr K, Freud por su
fantasma no puede leerlo y entonces cae en la trampa por eso Dora se va, pero es
en esos momentos que aparece algo de la vertiente libidinal. Más allá que
visualicemos la transferencia en toda su magnitud o su dimensión; Miller dice
bueno, cuando alguien, (la vertiente libidinal siempre está, en algunos momentos
aparece con todo su despliegue si se quiere y se convierte en un obstáculo) pero
aquel que ayuda que el sujeto se vaya leyendo, o sea vaya leyendo sus
posiciones, se convierte necesariamente en un objeto libidinal.
Eduardo siempre pone un ejemplo que me parece muy gráfico, que es lo
siguiente, si ustedes van a otro país, van a China y no saben hablar chino y tienen
a alguien que les traduce todo el tiempo las cosas, lo terminan queriendo un poco
al que les traduce, porque si no les traduce no podrían vivir, con un analista pasa
lo mismo, alguien que nos va ayudando a leer nuestra propia historia de otro
modo, que nos puntúa cosas, que aparecen ciertos efectos de verdad, uno lo
empieza a querer un poco, o a veces a odiar, el obsesivo a veces nos odia, la
transferencia negativa con un obsesivo para mí son más difíciles que las
transferencias psicóticas. Pero bueno, digo, aparece algo de eso necesariamente,
sin eso no podríamos llevar a cabo un análisis.
Miller va a plantear algo que tiene que ver con que la transferencia es condición de
la interpretación. Sobre esto quiero hacer una aclaración crucial, si bien es verdad,
si hay una interpretación que es la que funda la transferencia y si bien es verdad
que hacer cierto tipo de interpretaciones antes que esté instalada la transferencia
es un error, a veces bastante grave, obviamente para llegar a ese momento en el
cual la transferencia definitivamente se instala y que el (sujeto neurótico) entra en
análisis y demás, durante todas las preliminares que pueden durar un mes, una
semana o 5 años, uno hace intervenciones, cierto tipo de interpretaciones, sino
cómo pongo en forma el síntoma, cómo diagnóstico, sino cómo hago que la
transferencia en algún momento se instale, se entiende? En todo caso uno espera
que la transferencia termine de instalarse y el sujeto entre en análisis para hacer
cierto tipo de interpretaciones o de intervenciones, pero eso no quiere decir que
durante las preliminares eso no este. Porque insisto, sino sería imposible lograr
todo esto.
Otra cuestión crucial, que Miller también resalta y suele entenderse muy mal. La
cuestión de la demanda, cuando Lacan dice que no debe responderse a la
demanda, no está diciendo que si alguien no sé, nos pide que le cambiemos el
horario de la entrevista, le decimos que no, o que si el paciente nos pide un vaso
de agua no respondemos, no quiere decir eso, NO RESPONDER A LA DEMANDA
QUIERE DECIR, QUE EL SUJETO VIENE CON UNA DEMANDA A LA
ENTREVISTA CON NOSOTROS, analizamos síntomas, sino no hay un síntoma
en juego, un padecer demás estoy desorientado, no tengo brújula, entonces no
puedo analizar nada. No responder a la demanda es solidario de interpretar e
interrogar la demanda. No respondo a la demanda tal como el paciente me la
formula inicialmente, en crudo si se quiere, lo que tengo que hacer es poner a
trabajar esa demanda, interrogarla, es interpretarla.
A eso se refiere Lacan, con no responder a la demanda.
- ALGORITMO DE LA TRANSFERENCIA.
Vamos a ir articulando esto con el texto de Eduardo que se llama "la eficacia de
la interpretación".
Estamos hablando de la eficacia del inconsciente, o sea el inconsciente como
se los señalaba hace un rato en el texto de Miller, como una palabra, como un
significante que en tanto reprimido es eficaz y provoca un síntoma. Esto es
crucial, el dispositivo analítico es un dispositivo de palabra y la interpretación
no es ni más ni menos que una palabra que es eficaz. Pero dice Eduardo, que
es eficaz a condición de qué no sea una orden (o sea que no sea una palabra
dada desde el discurso del amo), que no sea una demanda de amor (una
demanda desde el discurso de la histérica), que no sea una palabra de saber,
una explicación; la interpretación no es nunca una explicación, es siempre
oracular, o dejar un punto vació o enigma que es el sujeto el que va a
completar eso con su propio fantasma y síntoma; o sea que es una palabra
que se dice si se quiere desde el discurso analítico, de una posición analítica.
Y lo importante no es tanto lo que el analista dice, sino el lugar del que lo dice,
la posición, importa la enunciación.
- Eduardo diferencia 3 momentos de la interpretación en la cura:
1. Tiene que ver con la precipitación del síntoma y la instalación de la
transferencia: tiene que ver con ir poniendo en forma el síntoma, que alguien
que viene a decir que padece de ciertas cosas, a quejarse como vino Dora a
Freud, que pueda haber una rectificación subjetiva, un cambio de posición en
relación a eso y que empiece a ubicar como él participa en aquello que lo hace
padecer y pueda circunscribir que es lo que lo hace padecer, que el síntoma se
recorte con claridad y esto es crucial para la entrada en análisis, que el
síntoma esté recortado, puesto en forma. Y la instalación de la transferencia
que si bien, que se va haciendo paulatinamente a partir de las intervenciones
que el analista va haciendo, en un momento se instala y se instala cuándo
aparece el algoritmo de la transferencia (matematización de Lacan).
- Dispositivo del pase: dispositivo para que, aquellos que han llegado al
final del análisis, o sea que han partido de un síntoma que los hace padecer
de más y han logrado un final dónde con ese mismo síntoma pero ya
analizado y elucidado pueden no eliminar ese síntoma, sino usarlo, saber
hacer con ese síntoma. Entonces, ese síntoma en lugar de hacerlos
padecer, es algo que les sirve al sujeto, es una solución que sirve. El
síntoma y el fantasma no se elimina nunca, pero uno cuando está advertido
de eso, puede tomar distancia y usarlo, en lugar que sea un obstáculo
operando de modo inconsciente.
y solo en un análisis puede formalizarse con precisión las entradas y las
salidas. Lo que pasa en el medio, hay algo que pierde (uno lo puede
formalizar), que no puede matematizarse, no se le puede poner un
algoritmo a eso. Pero si se puede matematizar la entrada y la salida; y es
en ese contexto que Lacan plantea el algoritmo de la transferencia, ¿se
entiende?
¿Qué nos dice el algoritmo de la transferencia?
El significante de la transferencia, a ser un significante que el analista recorta del
discurso del paciente, mediante una interpretación aísla ese significante, y que
nombra el síntoma de ese paciente. Y cuando hablo de significante no hablo de
una sola palabra, puede ser una frase entera. Puede ser alguien que lo rechazan y
termina preguntándose qué hago siempre para que me rechacen, ven que hay un
cambio de posición, paso de la queja a ahí, ubicar que yo hago que el otro me
rechace, pero no puedo dejar de hacerlo. el 'no poder dejar de hacerlo', me
introduce en algo de la dimensión pulsional , eso que no cesa de empujar.
Entonces, eso que insisto, puede ser una palabra o una pregunta, es recortado
mediante una interpretación por el analista y se va a articular de algún modo, a lo
que Lacan le llama un significante cualquiera; es un significante, o sea el analista
ahí es un significante cualquiera.
Retomo algo del texto de Eduardo en este punto, él dice que: "esta primera
interpretación, funda al síntoma como interpretable (si en tanto recorta el síntoma
como un significante) y se instituye la suposición del saber, o sea funda el sujeto
supuesto saber." Y acá es crucial porque siempre se confunden en esto y Eduardo
suele preguntarlo en los exámenes finales, qué es el sujeto supuesto saber, no es
el analista, sino que es la creencia en el inconsciente, es creer que mi síntoma
tiene una causa que puedo encontrar hablando, o sea es suponer que lo que está
en la causa de mi síntoma es un saber no sabido, pero que si hablo lo voy a poner
encontrar. Obviamente que algo de saber le supongo al analista, si no, no iría pero
no es eso el sujeto supuesto saber. En el Seminario XVII Lacan lo dice con todas
las letras, sujeto supuesto saber tiene que ver con la creencia en el
inconsciente. Y por eso, acá Lacan reduce al analista a un significante, pero acá
no está en juego (en el algoritmo la dimensión libidinal), ninguno de nosotros elige
cualquier analista, como ninguno de nosotros elige a cualquiera como partenaire,
porque hacemos esas elecciones desde nuestro fantasma, o sea no elegimos
cualquier cosa nunca, nuestras elecciones están determinadas por ciertas
condiciones.
Si bien es verdad que puede caer la transferencia con un analista, pero eso no
quiere decir que caiga la transferencia con el sujeto supuesto saber, o sea, esto
quiere decir que yo puedo terminar mi trabajo con un analista porque ya algo ahí
se agotó, porque ya las intervenciones que me hace no me cierran, sigo siempre
empantanado en el mismo lugar (ahora veremos por qué) pero sigo creyendo que
mi síntoma tiene una causa, que la puedo encontrar hablando y voy con otro
analista. El sujeto supuesto saber sigue funcionando, por eso no es el analista.
Entonces el algoritmo de la transferencia lo tiene explicado muy lindo Miller en la
página 298, dice en la expresión el significante de la transferencia lo que cuenta
es el artículo definido él, es un significante distinguido, singular al cual Lacan
opone lo que llama significante cualquiera, que es un significante entre otros, pero
¿qué es el significante de la transferencia? Es aquel apropósito del cual ustedes
se preguntan qué quiere decir cualquier cosa que encuentren y les produzca ese
efecto y cuya significación les importa porque suponen que les atañen. Es un
significante en la medida que se pregunten qué quiere decir y es el significante de
la transferencia en la medida que van a buscar la respuesta dónde un analista. Y
después aclara que en este algoritmo el analista queda reducido a un mero
significante. Aunque yo les dije no es meramente eso, ¿sí? Pero entonces algo
que no les dije, cuando yo les dije que el significante de la transferencia tiene que
ver con algo que el analista recorta del discurso del paciente, que tiene que ver o
que nombra en algún punto su síntoma, tiene que ver que eso divide al paciente.
El sujeto no sabe qué quiere decir, insisto o sea 'se que me hago rechazar pero no
sé por qué lo hago'.
2. Eduardo acá plantea como el segundo tiempo de la interpretación sería lo que
él dice de la asociación libre y la interpretación significante, porque alguien se
acostaría en un diván y diría cualquier cosa, porque justamente, si bien uno
siempre ya desde el principio apela a que el paciente, a ver que se le ocurre con
eso, la asociación libre propiamente dicha en su máxima expresión aparece
cuando se sanciona la entrada a diván. Entonces uno diría cualquier cosa, aunque
sea absurdo.
Eduardo puntúa muy bien acá, que si en el primer momento la interpretación funda
la creencia en ese inconsciente, en este 2do momento se verifica, vía la
asociación libre y las interpretaciones que va haciendo el analista, que el
inconsciente existe y que tiene eficacia. Va recortando, aislando, los distintos
significantes por los cuales se ha hecho representar. Y él dice que en ese
momento hay cierta libido que estaba retenido, el deseo que estaba retenido en
esa alienación a ciertos significantes que comandaban nuestras decisiones y
demás, poder tomar un poco de distancia de eso o en la medida que van cayendo
algunas de esas identificaciones, hay más disponibilidad libidinal para hacer cosas
que tienen que ver con el deseo del sujeto y no con los mandatos del Otro, eso va
cayendo hay cierta libido que queda disponible para que el sujeto empiece a hacer
cosas, tomar decisiones o hacer actos que tienen que ver con su deseo singular y
no con todos los mandatos del Otro.
Y también algo muy importante que no les dije del 1er momento y tiene que ver
con un efecto, es que una vez que uno ha recortado su síntoma, su problema y
supone qué no sabe cuál es la causa ahora pero la puede encontrar, eso alivia.
Porque no es lo mismo no saber que me pone mal, que me angustia y estar en
una indeterminación absoluta a poder decir a mí me angustia esto, mi problema es
este tendré que hablar bastante para llegar a la causa, pero es sobre eso lo que
voy a trabajar. O sea, ese salir de la indeterminación absoluta, provoca cierto
efecto de alivio.
Eduardo plantea un problema en este 2do momento de la interpretación que es el
siguiente, si el análisis solo tuviera en cuenta al significante sería eterno, sería
interminable. Qué es lo que posibilita que yo pueda terminar un análisis,
justamente la dimensión más compleja de trabajar con un análisis que tiene que
ver con lo pulsional, con la cuestión del goce. Acá Eduardo lo plantea y dice que la
última interpretación apunta a la destitución del sujeto supuesto saber y lo
indecible, él acá se mete con el objeto y demás, no voy a meterme con eso ahora
pero quiero que les quede una idea.
Cuando alguien va ubicando en un análisis los S1 por los cuales se ha hecho
representar y va ubicando distintos sentidos que les puede dar a eso, o sea
distintas verdades que se pueden ir desplegando, uno pasa por todo eso y por
todo ese despliegue pero para después empezar a reducir eso, para que después
eso se vaya vaciando de sentido. Llega un momento en el cual di tantas vueltas
por el sentido que eso empieza a ser un sin sentido, entonces "ser un don nadie"
ya no sé qué quiere decir. Se empieza a vaciar, el sujeto insisto empieza a hacer
la experiencia de la falta en ser, o sea que él se ha hecho representar por varios
S1 para suturar eso, pero que eso es insaturable en un punto y que ninguno de
esos significantes termina de nombrarlo, que esos significantes son semblantes,
son identificaciones pero que no terminan de nombrarlo nunca y en ese punto son
mentirosas. Entonces lo que puede empezar a hacer no es no estar identificado a
nada, porque es imposible, uno tiene que identificarse a ciertas cosas para andar
en el mundo, pero si tomar distancia de esas identificaciones y usarlas.
Y respecto de la dimensión libidinal, de la dimensión que tiene que ver con el
goce, con la pulsión, el sujeto logra armar algo ahí en el final, una solución, un
síntoma que incluye el síntoma que ya tenía pero ya no lo hace padecer tanto. Eso
se ve con claridad en los testimonios del pase, como un sujeto a logrado hacer de
aquello que lo hacía padecer algo que puede usar a su favor y un saber hacer con
eso. Ahora cuando yo ya puedo subjetivar, puedo hacer la experiencia de este sin
sentido y de que existe la falta en ser y de que no hay palabra última, entonces ya
no puedo pedir esa palabra al Otro, porque lo que a mí me hace seguir yendo a un
analista, es suponer que el Otro o me va a dar o me va a ayudar a encontrar esa
palabra, pero si yo llego a la conclusión de que eso no existe, de que no hay
palabra última sobre eso, entonces el Otro cae, o sea el Otro que es el analista,
pero también es la creencia en el inconsciente porque sé que ya no voy a
encontrar la causa última. En todo caso, una vez recortado mí goce tendré que
lograr un saber qué hacer con eso, pero que eso va a ser una invención mía no la
voy a poder extraer de una palabra inconsciente no sabida.
La clínica y sus dispositivos.
(4ta clases de adultos. 01/06/18)
Preguntas de entrada en análisis o pase a diván, yo las ibas a retomar porque son
preguntas interesantes pero como el práctico de hoy que es el psa y sus
dispositivos, la clínica y sus dispositivos está un poco aparte de todo lo que
veníamos viendo, o sea tiene algunos contenidos que son muy particulares y de lo
que sería el psa en las instituciones. Lo que voy a hacer es hoy darles el práctico
que es de una sola clase y la vez que viene que empezamos con clínica de la
neurosis si voy a retomar, además vamos a ver un caso de histeria y la entrada en
análisis y demás, si voy a retomar esas cuestiones y les voy a mandar escaneado
dos textos con respecto del uso del diván que justo en una revista que salió hace
dos semanas, yo les mandé la invitación que venía Eric Laurent.
Los planteos que vamos a trabajar de la histeria, son los que Lacan hace en su
enseñanza clásica.
Seminario 20: Plantea la fórmula de la sexuación y habla ya, no de “masculino” y
“femenino” en términos de identificación (yo soy un hombre, o decir yo soy una
mujer), sino en términos de posiciones: alguien que se nombra como hombre
puede tener una posición femenina y al revés.
Las posiciones son algo que alguien puede tener por momentos.
Página 233: la pregunta histérica (ver texto).
En este seminario es donde da la indicación clínica de “donde uno cree
comprender, que es donde se equivoca”
Ejemplo de Eduardo: noche de drogas y alcohol”. Cuando él empieza a indagar,
llega a que el paciente en realidad había pasado una noche en el mar tomando
cerveza “iguana”. Lo que se produjo ahí, fue una condensación* “mar”-“iguana”.
*es muy normal que suceda en el lenguaje psicótico. Es muy importante no
comprender, tanto en la psicosis como en la neurosis.
Ese mal entendido del que Lacan habla (pág. 233), es el que da cuenta del
fundamento mismo del discurso interhumano. Esto lo que la histérica denuncia:
denuncia que no hay entendimiento posible.
Aquellas histéricas que veía Freud le demostraban que el cuerpo del que se trata
no es el cuerpo biológico: las parálisis, las neuralgias y demás, no respondían a la
biología. Otra cosa que la histérica denuncia, es que no hay un modo de hacer con
el Otro, con el cuerpo del Otro. Y en ese punto donde no hay nada que nos diga
que hacer, es donde la histérica a su modo arma una estrategia, para hacer algo
con aquello que no existe (relación sexual).
Carácter paradójico: al mismo tiempo que se arma un modo de hacer con eso,
denuncia que no existe. No hay un modo universal de hacer con eso. Va a ser
denunciado entonces, a través de la estrategia y del síntoma.
Aquello único que nos orienta en la clínica, es el síntoma de un sujeto. Si
perdemos de vista cual es el síntoma nos perdemos, pág. 234 (ver texto).
El síntoma es aquello que hace padecer al sujeto, no todo. Puede ocurrir que él ya
haya encontrado una forma de hacer, por ejemplo con las voces que escucha.
No se trata de un relato, se trata de la estructura del lenguaje, de la estructura de
la cadena significante: s1-s2.
Es la neurosis un significante está sustituyendo a otro significante:
S1 “no puedo dar un paso más”
S2 “parálisis en la pierna”
En la psicosis, eso no pasa y se trata de un fenómeno de cadena rota:
S1 ≠ s2
Aquello que nosotros tenemos que ir a buscar es que estructura tiene ese
síntoma.
Lo único que puede introducir ≠ (no es igual a “desigualdad”) en la naturaleza es el
significante (ejemplo: “día-noche”).
A nivel biológico, en el cuerpo de los hombres hay una diferencia. El hombre tiene
un órgano y la mujer tiene otro, son no desiguales. Está diferencia no la podemos
pasar por algo, hay que reconocerla.
[Apartado 3, pág. 239]: Lo que plantea acá Lacan es que lo que define si se trata
de una neurosis, una perversión y una psicosis es el modo en el que el sujeto se
relaciona con ese Otro de la palabra y con el significante principal que es el
Nombre del Padre, entendido como “la capacidad de metaforizar algo. Este
significante lo que hace es introducir un ordenamiento simbólico, es decir, que hay
diferencia, que hay lugares, que si uno es hijo no se puede acostar con la madre,
que si uno es padre, no se puede acostar con la hija, etc. O sea, establecer que
hay un goce que está prohibido. Son justamente, esas limitaciones/prohibiciones
lo que hacen que el goce se regule.”
[Pág. 239]: Es un significante que se le plantea al sujeto en el plano de su ser.
Acá lo que dice, es que tiene que ver con una pregunta que se le plantea al sujeto
en tanto el sujeto se define por su falta en ser. Esto se da, en tanto algo falta y en
tanto nada lo nombra, nunca de una vez para siempre.
Hay una pregunta que subyace a cada tipo clínico de la neurosis. Toma un caso
de histeria masculina (leerlo).
Para Lacan la pregunta que se presenta (tanto en la histeria femenina como
masculina) es: ¿soy o no capaz de procrear? Está es una pregunta que se sitúa
a nivel del Otro, en tanto la integración de la sexualidad está ligada al
reconocimiento simbólico.
[Pág. 242]: En la sexualidad no hay ley, es necesario que algo se inscriba para
que el sujeto pueda asumir una posición sexual.
Existe la diferencia orgánica, pero eso no define si alguien es hombre o mujer. Es
necesario pasar por el aparato simbólico que siempre va a estar encarnado y
transmitido por otro.
La posición que asumimos tiene que ver con las marcas que nos dejó el encuentro
con ese Otro, es necesario pasar por ahí para asumir una posición sexuada, para
ese sujeto que es falta en ser, puede tomar un s1 (ejemplo: hombre o mujer) y
decir “yo soy mujer”, aunque nunca vamos a saber cabalmente qué es ser una
mujer.
[Pág. 255]: La pregunta en la histeria (masculina y femenina) es por la
procreación.
[Pág. 256]: El sujeto surge a partir del significante, no a partir de que nace.
Otra pregunta en la histeria es ¿qué une a dos personas? ¿Qué lleva a que sean
pareja?
Es necesario pasar por el complejo de Edipo para que el sujeto articule esa
pregunta. Para Lacan, la pregunta con la que se tiene que arreglar todo ser
hablante sea neurótico, psicótico, etc. es: qué es la relación sexual.
Todos los síntomas van a ese lugar.
[Pág. 244]: Recuerden que Freud decía que el órgano femenino no tiene una
representación en el inconsciente, es un agujero. En el caso del niño hay un
órgano más visible que aquel que hay en la niña, para ésta no están claro/fácil
representárselo.
[Pág. 245]: En la histeria se ha conceptualizado como el amor al padre.
[Pág. 248]: En el estadio del espejo lo que Lacan intenta explicar o darle una
vuelta más a lo que Freud llamó narcisismo. O sea, explicar cómo se constituye el
narcisismo, cómo se constituye el yo de un sujeto.
Lo va a platear es que hay un primer momento en el cual el niño se mira en el
espejo y se reconoce, dice Lacan, qué donde no es, porque la experiencia que
está teniendo el niño de su experiencia es un cuerpo fragmentado. (No es una
experiencia de Lacan)
El niño que se experimenta como un cuerpo fragmentado se aliena en una imagen
que es una completud. Cuando voltea hacia ese otro que lo sostiene (momento
constitutivo: es ese Otro que está ocupando el lugar de la palabra), y este le dice
“es ese el nene”, lo nombra, y al nombrarlo, lo inscribe en lo simbólico. Esto es
crucial, para que el reconocimiento que tengo en una imagen completa se pueda
sostener, que yo me pueda ir reconociendo más allá de los cambios.
Si ese Otro no me inscribe de algún modo, yo no me puedo adjudicar esa imagen
completa; ante cualquier vacilación esa imagen se fragmenta, se rompe (como
pasa en la psicosis).
Experimentar el cuerpo como una unidad/una totalidad que se corresponde con
una imagen, que además me pertenece, que es mío, que se separa de Otros
implica operaciones psíquicas que pueden no darse, por ejemplo, el caso del
psicótico.
En ese momento que el cuerpo se constituye como unidad, lo que queda de algún
modo, Lacan lo llama desconocimiento, porque el Yo una vez que se constituye
desconoce que en realidad somos seres hablantes atravesados por la falta, somos
falta en ser.
Entonces, yo creo que soy dueña de lo que estoy diciendo y de repente tengo un
lapsus, y acá es donde aparece el sujeto dividido, rompiendo la unidad yoica.
Aquí el Yo puede rearmarse rápidamente.
Por todo esto es que es importante preguntarse en la clínica habla el yo o habla
el sujeto.
El yo siempre tiende a cerrar. Cuando aparece el sujeto, es cuando aparece algo
de la hiancia, de la pregunta, etc.
[Pág. 249]: La pregunta qué es ser una mujer, por ejemplo, en el caso Dora se la
hace en cuanto a sujeto, intenta respondérsela a través de la identificación viril.
Más que hacerse la pregunta desde el Yo, lo que intenta el sujeto es responderla
mediante el Yo, y ahí obtura la pregunta. Dora cierra la pregunta cuando se la
intenta responder.
Lo que nos hace encontrar con la pregunta, es que la respuesta…
Dora se da una respuesta fantasmática a ¿Qué es una relación sexual entre un
hombre y una mujer?. Lacan recorta la escena dónde Dora le toca el lóbulo de la
oreja al hermano mientras se chupa el pulgar. Esto Lacan lo reconoce como la
matriz fantasmática donde van a caer todas las significaciones.
El fantasma es una respuesta a ¿qué es una relación sexual? Aquí se articula la
pulsión y todas sus formas.
Para Dora (desde su fantasma), la mujer es ser un objeto a ser chupado. Todos
sus síntomas se apoyan en su fantasma.
La estrategia es una defensa, es un modo de defenderse de lo que no hay, un
modo de responderse a eso.
En la histeria (masculina o femenina) la pregunta es ¿qué es la relación sexual?. Y
el padre es aquel que aportaría la respuesta a como se relacionan los dos sexos,
o cómo se relacionan dos seres sexuados.
“Padre” en cuanto a función sexual. Este es un instrumento que permite acceder a
la otra mujer, que es quien tiene la respuesta.
La histérica lo que se cree con toda esta estrategia es que existe “LA” mujer. Que
sabría cómo hacer con la relación sexual y que uno no tendría ninguna falla, y no
generaría ningún síntoma.
Lo que uno intenta hacer en la dirección de la cura del sujeto histérico/a, es que
ese sujeto empiece a encontrarse con que nadie saber, con qué todos tenemos
que inventar algo para hacer con eso que no hay. Que empiece a subjetivar esa
falta. Se trata de no desbaratarle de una, brutalmente su estrategia, de empezar a
vaciar esa figura de la Otra. Porque la estrategia es una solución en un punto,
pero también la hace sufrir.
Cuando el señor K le dice “mi mujer no significa nada para mí”, deja a Dora sola
frente la pregunta ¿qué es ser una mujer? Ella queda dividida sin nada que
responder (el esquema Z, se cae en Dora).
Al quedar dividida, ella se angustia y en la cachetada al Señor K (pasaje al acto) y
posterior huída, queda sola con falta en ser sin poder responderse nada.
Caso Lucia página 29: “atadas al padre”. (Motivo de consulta: intensa angustia).
Trabajo Practico N°3: Dirección de la cura y estrategia neurótica
Contenidos. Los tipos clínicos: Histeria, Obsesión. La función del síntoma en la
orientación de la cura
(7ma Clase de Adulto 29/06/18)
¿Alguien quiere comentar lo que habíamos visto hasta ahí? ¿Como para resumir?
¿Quienes estuvieron? Se acuerdan un poco?
- yo tengo anotado de... que decía Dora, de la pregunta de la estructura...
Pero del caso de Lucia, alguien se acuerda de lo que vimos o no?
-Los últimos sucesos
Sí, sí. Bueno, retomo entonces yo, y vamos a...
- las coordenadas
Sí. Se acuerdan que es una mujer, Lucia, que uno de los motivos de consulta, una
de las primeras cosas que decía, era que no sabía quién era, tenía la sensación
de que no sabía quién era, y decía que tenía la cabeza, por un lado, y por el otro
el aire, y que después, lo que a partir de las preguntas del analista, las
intervenciones que iba haciendo, que no están puestas acá, pero obviamente si
está construido de este modo es porque hubo intervención, y pudieron recortar
esto. Se pudo recortar que su síntoma tenía que ver con la relación que ella tenía
con los hombres. tenía siempre relaciones con hombres casados, o que tenían
pareja, y donde empezaba a recortarse la figura siempre, de una otra mujer, que
era la que quedaba embarazada, y podía ser madre, mientras que ella no.
Habíamos ubicado también, habíamos desarrollado en el práctico, toda la cuestión
de la estrategia histérica, y la cuestión del lugar que tenía en esa estrategia, el
amor al padre, entendido el padre como aquel al cual la histérica se identifica, en
el Complejo de Edipo, para poder ubicar que desea alguien en la mujer, el padre
como aquel que posibilitaría o daría cierta versión de lo que es la relación entre un
hombre y una mujer, o entre dos partenaires, sea cual sea el sexo. En este caso,
la versión que esta chica tenia, era la de un padre que se relacionaba con otras
mujeres, y una madre que había estado toda una vida compitiendo también a eso.
De hecho cuando el padre muere, la madre le confiesa como ella intentaba
retenerlo, y el padre se iba. Su versión de lo que es el amor, la pareja, estaba de
algún modo articulada en función de lo que ella había podido tomar, o leer o
interpretar, de la pareja de sus padres.
habíamos visto también, habíamos ubicado todas las otras que aparecen en el
caso, en las que ella, a partir de las cuales ella busca responderse a la pregunta
"¿qué es ser una mujer?", o "¿qué es la relación sexual?", que estaba la jefa,
estaba también la amante del padre, estaban las otras de los hombres con los que
ella estaba, y había aparecido también, por el lado de lo materno, una versión
bastante feroz, podríamos decir, de esa madre que, en la que ella en algún punto
sentía que nunca había tenido mucho lugar, y lo que daba esa pauta era esa
escena infantil en la cual entran ladrones a su casa, ella muy angustiada, le cuenta
a la madre, y la madre le corrige una palabra, que ella dice. Ahí, bueno, que lugar
tiene el otro en una situación tan angustiante, responde de ese modo, sin alojar
nada de su angustia, sino, corrigiéndole, o sea, que muchas de las exigencias;
aparecen como dos exigencias en esta chica, por un lado podemos ubicar la
exigencia que viene del lado de lo materno, una exigencia bastante feroz, y
superyoica, que no está desarrollado en el caso, pero que uno puede pensarlo, o
leerlo seguramente. si el caso hubiese estado recortado en función de la madre,
algo de eso hubiese aparecido, y después, ¿se acuerdan? que en la adolescencia,
el padre había tenido, había cometido algunos fraudes, y su respuesta ante esos
fraudes, o ante esa falla en el padre, en este caso, es el padre "idealizado", ella
había respondido con exigencias, había exigido ser buena, estudiosa, bueno, un
montón de cosas para tapar esa falta del padre, sostener el honor del apellido
paterno.
Entonces, hasta ahí lo que habíamos visto acá. Tenemos, el amor al padre, y vía
el amor del padre, todas las otras que ella va ubicando para responderse al
enigma por la feminidad; los hombres que elige son hombres que tienen rasgos
paternos, y sus síntomas están articulados a eso. Hasta ahí, más o menos.
Otra cosa que habíamos ubicado, y que yo les había dicho, era que esta chica,
que en un punto viene padeciendo, o sea, empieza a recortar un punto de
padecimiento, la relación que mantiene con estos hombres, parece que llega un
momento del análisis donde ella encuentra un modo de armar relación con los
hombres, que no le genere tanto padecimiento. Con hombres que, también, están
casados, y tienen pareja, y demás, pero donde lo que prima, ya no es ese padecer
de mas, sino que ella logra encontrar cierta satisfacción ahí. Yo había ubicado
como el analista, ahí, no se pone a hacer un juicio de valor, o plantea un ideal de
pareja, de que ella tendría que estar con alguien que no esté casado... Ahí, el
analista acompaña, en todo caso, esa solución que ella va armando, que le
permite estar con un hombre de un modo posible, que para ella es posible, le
parecería que es el mejor. ¿Se entiende? Porque si no, uno, desde un ideal,
podría empujarla a que este con un solo hombre que este solo, y la solución que
tiene esta chica, al menos en este momento del análisis, que puede armar, es esa.
Nosotros no somos quienes para cuestionar eso; si no le genera un padecer de
más.
Uno lo puede ver muy claro, pero cuando esta ante un paciente, no siempre es tan
claro, y a veces tendemos a empujar algunas cosas que tienen que ver, mas con
nosotros, que con lo que el paciente nos está diciendo. Acá el analista cuenta un
último suceso, se ve que es un tratamiento que llego a un punto, en el cual ella se
sanciono como un final, por ese momento, digamos, o sea, en otro momento
retomo. Dice, un último suceso, la repetición, el síntoma. Leo el último apartado.
Dice "pese a su cuidadoso esmero para no quedarse en algunos modus operandi,
de su mundo laboral, que podían manchar su foja de servicios en la función
pública, su nombre termina siendo implicado en ciertos hechos que aparecen
publicados en los diarios. Para deslindar su compromiso en los mismos, debe
presentar una carpeta que se extravía durante una semana, lo que la lleva a una
intensa crisis. En esos momentos de desesperación, volvía a sentir que no podía
dormir ni comer. No paraba de pensar y decía me miro en el espejo, y no me
reconozco, chupada, la piel cetrina, no puedo hablar, mi cabeza está por un lado,
y, el aire, por otro. Me parece que no respiro, aunque respiro. Cuando finalmente
el episodio se resuelve, expreso, el aire me vuelve al cuerpo, las mismas
sensaciones que, al momento de su primera consulta, pero que ahora, se vinculan
claramente a riesgo de que el apellido quedara implicado en algún hecho no ético.
Ven que hay algo en el cuerpo que, ante ciertas situaciones, se activa, podríamos
decir. Ciertas zonas corporales, que están investidas de un modo particular, y que
los síntomas de esta chica se recortan en función de eso.
Dice, siempre estuvo más preocupada que el propio padre, en borrar las fallas de
él, pero ahora, aclara con énfasis, no, no es que mi padre no se interesara por el
efecto de sus actos, sino que su desorden lo llevaba a extraviar carpetas y
documentos importantes, pero, cuando ocurría, no decía nada, se quedaba sin
hablar, parecía que no le pasaba nada, pero se desesperaba y notaba que, al igual
que a mí, le faltaba el aire. La repetición, el síntoma, es porque claramente acá,
ella logra ubicar esa identificación al padre, y como sus síntomas, se sostienen en
esa identificación. Uno puede encontrarse repitiendo ciertas cosas,
inevitablemente. Tenemos claros y sobrados ejemplos (El Hombre de las Ratas).
Atendí a un paciente obsesivo, ya que vamos a pasar a otro tipo clínico; y viene el
obsesivo, que siempre intenta decir lo que piensa, que el otro quiere escuchar, y
había puesto en el estado de Whatsapp algo en relación a la campaña por el
aborto legal, y empieza a hablar del tema, que estaba de acuerdo con el aborto.
Yo lo dejo un cachito, y le digo: "vos, en la primera entrevista me hablaste de dos
abortos..." Uno que el había practicado, con una novia, a los dieciocho años, y
otro, que su madre había hecho, antes de que naciera, otro hijo antes que él. O
sea, que tendría otro hermano mayor, si no fuera porque la mamá había abortado.
Había mencionado esas dos cosas. Él ya, se sorprende un poco, que yo vaya a
ese otro plano, y lo saque de este debate ilegal, del cual él tenía muchas ganas de
hablar, y es interesante porque ubica algo que él no había registrado antes, a
partir de hablar ese punto, que es, como casi a la misma edad, el se encuentra
con la misma situación a la cual se enfrento su madre, diciendo lo mismo que su
madre. El no había hecho esa conexión nunca, de hecho, la primer entrevista lo
nombra, que es un paciente obsesivo, pero que vino después del pasaje al acto,
un poco complicado, con cosas o coordenadas, que en la primera entrevista no se
trabajaron, yo no me metí con eso, pero en esta oportunidad, entra ese tema, que,
a ver, tampoco lo trae...nada de lo que dice en el análisis, es azaroso. Fantástico,
el suponía que tal vez yo quería escuchar, pero no vino a hablarme de otras crisis,
otros debates, viene a hablarme de ese, que lo tocaba en un punto crucial.
Entonces, realmente esto de la repetición, no es que alguien cuando escribe un
caso, lo pone ahí para, insisto, y uno puede experimentar en su propio análisis,
como hay puntos en los cuales uno se encuentra identificado, repitiendo. Y es
crucial que uno ubique eso, porque para poder dejar de repetir, uno tiene que
empezar a ubicar, que coordenada, que repite ahí, para que en esa repetición
pueda surgir una diferencia, y pueda aparecer algo distinto.
Ustedes tienen dos textos para agarrar de N.O, uno es el de Carbone, y el otro, el
de Eduardo (Suarez). Yo les decía que elegí tomar el texto de Indart, sobre todo el
primer capítulo, que se llama "Pulsión y Compulsión" pp. 85-121, porque ahí Indart
trabaja muchas de las referencias que Eduardo toma en esa selección que hizo, y
las explica, porque el texto de Eduardo son referencias, para que uno las vaya
desarrollando. Y me parece, si bien yo las puedo desarrollar, el texto de Indart nos
orienta, y vamos a encontrar ahí, muchas de las referencias. En todo caso,
volvemos después al texto de Eduardo, y si alguna no fue trabajada, lo
conversamos.
Bien, ¿que saben, o que recuerdan, de la Neurosis Obsesiva?
...
Yo voy a ir leyendo el texto, y lo voy a ir puntuando un poco. En la pág. 86,
(Indart)va a empezar diciendo, al final casi, los que tenemos hipótesis, del
elemento causante de la obsesión es, en Freud, la aparición de algo que puede
llamar una idea, una representación que caracteriza como inconciliable,
insoportable, y compulsiva, enfatizando con ese término, la idea de que adviene,
se impone al sujeto, esa idea. Indart plantea, retomando a Freud, que la causa de
la N.O como tipo clínico, es una idea, una representación, con Lacan vamos a
decir, párrafos más adelante, un significante, que es inconciliable, insoportable, y
compulsivo, y que se le impone al sujeto. Esto ya nos trae un problema, las
características que tiene esta idea obsesiva, para hacer un diagnostico diferencial,
con muchos casos de psicosis, donde el fenómeno elemental prevalente, puede
ser el pensamiento impuesto, o los rituales, si hay muchos sujetos psicóticos, que
tienen muchísimos rituales, que se parece mucho a lo que el DSM designa como
el famoso "TOC", que los psiquiatras rápidamente medican para sacar eso, y
cumple una función de suplencia esencial en estos casos de psicosis. Si uno le
saca eso al sujeto, se queda sin modo de hacer su cuerpo, de enlazarse al otro,
de más... Pero bueno, es un tema, muchas veces, en muchas neurosis obsesivas
muy graves, poder discriminar y ubicar, si se trata de un pensamiento obsesivo, de
una idea obsesiva, o de un pensamiento impuesto, al modo de la psicosis. Por eso
ahí, uno tiene que ser muy fino en las cosas que indaga, para poder deslindar, y
hacer un diagnostico diferencial. Esa es una primera cuestión, un primer problema
que ya nos plantea este síntoma.
Sigue. "Es como si tuviésemos a un sujeto, un sujeto infantil, que ya tiene un
mundo muy organizado y lleno de ideas, y de representaciones sobre su papa,
sobre su mama, sobre el mundo en el que vive, sobre lo que es como niño, como
objeto, ya tiene una dimensión pulsional organizada, así que hay un sistema de
representaciones, de los cuales, ninguno le es inconciliable". Hay algo de lo
pulsional, en su versión de exceso, que está articulado a esa idea, y que eso no se
puede articular a otra cosa con la que el sujeto cuenta, y se vuelve traumático,
porque no la puede ligar. (19-23) No hay una respuesta del otro simbólico, que nos
diga que hacer con la sexualidad, cuando hay algo que irrumpe (ej. Juanito), pero
ese otro puede, además, desestimar las pequeñas soluciones que uno puede
armarse, como por ejemplo, tocarse. Al prohibirlas, se arma un conflicto.
Seguimos con Indart. Entonces a todo ese sistema, todo armadito, todo divino,
llega una idea, que no hay manera de ligarla con ninguna de las otras, y es por
eso que tiene esa característica de traumática. Es una idea que no hace pareja
con ninguna otra, una idea sola, y, para Freud, está cargada de un afecto sexual,
lo que diríamos con Lacan, de un goce. Todo el universo del niño queda desecho
ante eso, y Freud ve que, según como se pueda responder a esa idea, es, de
entrada, lo que funda su clínica, o sea, que esta idea que, según como el sujeto
responda a eso traumático, lo que me va a permitir dilucidar el tipo clínico, o sea,
hacer un diagnostico diferencial, ya estaba en Freud. Lacan después lo
conceptualiza, con la noción de estructura y demás, pero ya estaba en Freud, y
ven que ahí esta una cuestión en la que enfatizo mucho, sin la cual el psicoanálisis
no podría existir, que es la de responsabilidad subjetiva, que es la insondable
decisión del ser, que tiene que ver con como el sujeto responde a eso.
Podríamos decir que esta, por un lado lo traumático estructural, para todo ser
hablante, que es la sexualidad, la muerte, también. Eso para lo cual no hay
respuesta a nivel simbólico. Eso para cada uno de nosotros, se va a constituir, se
nos va a presentar, o sea, eso es traumático, para cada uno de nosotros, se
constituye, o se nos presenta en nuestra vida, en nuestra infancia y en nuestros
momentos constitutivos, va a ser algo totalmente contingente y azaroso, a algunos
se les va a presentar de algún modo, a otros de otro. acá va a plantear tres modos
de responder, según Freud (pág. 88), que va a dar el cuadro clínico de la histeria,
que fue fundamental , porque es responder sobre la base de conseguir un
mecanismo que reprima esa idea, o sea, estoy enamorado de mi cuñado, eso
hace inconsistente todo mi sistema de valores morales, donde uno no se puede
enamorar del cuñado, entonces, reprimo la idea y aparece un síntoma en un
determinado lugar del cuerpo, como retorno de lo reprimido y que, además, no
impide que, si bien es un síntoma que da cuenta de que ese deseo está vivo, es
reprimido de algún lado, es un síntoma que impide que yo me acerque a mi
cuñado, que pueda caminar, la parálisis...¿Se acuerdan del famoso caso que
plantea Freud? Bien, entonces ese es el mecanismo, un modo de reformarse. En
la N.O, que ya Freud advierte, que es un tipo de defensa, noción fundamental en
la neurosis obsesiva, la noción de defensa. Ante la idea inconciliable, que no
opera por represión, la idea queda en una dimensión consciente para el sujeto, y
entonces, hay que pensar esto con otro término, con una suerte de defensa, que
no es igual a la histeria.
Si recuerdan, el Hombre de las Ratas, pensaba que, porque se había enfermado,
que no podía decidir, si casarse con una mujer, o con otra mujer. Freud le da
vuelta las cosas, y le dice "usted se enfermó, para no tener que decidir", y
recuerden que en ese análisis con Freud, ubica que el padre había estado en la
misma situación que él, en un momento. El tenía esos dos recuerdos en la
consciencia, no es que estaban reprimidos, que estaba olvidado. Si uno le
preguntaba sobre ese punto, lo podía relatar. El tema es que él no podía conectar
esas dos situaciones y, que, porque si los conectaba, eso era lo que, esa
conexión, la que lo reenviaba a algo de lo traumático. ¿Por qué lo reenviaba a algo
de lo traumático? Indart lo dice, porque ahí, en esa escena donde el padre tiene
que decidir entre la muchacha rica, y la pobre, aparece lo que es la falta en el
padre, la falta en ese otro que encarna el padre, aparece el deseo del padre. Si el
otro tiene falta, Lacan esto, a la altura del Seminario V, este "matema" la a, con el
otro "barrado", significa el deseo del otro. Para que haya deseo, algo tiene que
faltar. Si yo tengo todo, no puedo desear nada. Para que yo pueda ser un ser
deseante, tengo que estar necesariamente atravesado por una falta.
El tema es que, en un momento, el se enamora de alguien que tiene en otro lado,
que también en algún punto el padre había permitido eso, aunque eso estaba un
poquito borrado para él. Y es en esa situación donde él se encuentra con la falta
del otro, con que yo puedo tener una versión que me arme, de lo que es la
relación sexual, pero que esa versión siempre es fallida, que no hay nada que me
diga, de un modo absoluto, qué hacer con la sexualidad, o de quien me tengo que
enamorar que ahí, uno falla, el padre falla, y todos fallan, necesariamente,
estructuralmente. Y eso, es de lo que el neurótico obsesivo se defiende, de esa
falla en el otro. Por eso corta los nexos ahí, por eso aísla representaciones. ¿Se
entiende el punto?
Y el otro modo de responder, es, entonces, la paranoia, dice, para Freud que es el
rechazo, un rechazo de esa idea, esa representación con un afecto sexual, que
ustedes recuerdan, que lo rechazado en lo simbólico, retorna en lo real. Alguien
me preguntaba el otro día, no sé si en esta comisión o en la otra, respecto de la
pregunta, si en la psicosis se plantea la misma pregunta. El tema es, qué es "ser
una mujer".
Sí, en la psicosis, el tema es que justamente, la pregunta no se plantea a nivel
simbólico, porque eso esta rechazado en lo simbólico, por eso no hay una
inscripción simbólica, podríamos decir, de la sexualidad. El sujeto psicótico no
atraviesa ni concluye los tres tiempos del Edipo, para poder asumir una posición
sexuada. Entonces, lo que se rechaza en lo simbólico, retorna en lo real. Schreber
no se pregunta "qué es ser una mujer", Schreber se convierte en la mujer de Dios,
y eso le permite armarse un cuerpo sexuado, armarse un ser que le permite
ubicarse en el mundo, y relacionarse con los otros, darle un sentido a su
existencia, ser la mujer de Dios que iba a dar lugar a toda una raza de seres
Scheberianos, todo lo que el arma. El no se pregunta, él se convierte en LA mujer.
Además, hace existir a la mujer con mayúscula. Eso es ser una mujer, no es que
hay duda. El tiene la certeza de que eso es ser una mujer. No duda en ese punto.
Entonces, ahí tenemos el otro hito.
En la pág. 89, sigue: "Si uno observa de entrada en Freud ese planteamiento,
después las cosas se pueden ir complicando, y toda esa clínica armada sobre la
base del enigma, de lo que es esta idea compulsiva". Acá insisto, por compulsión,
lo que Freud quiere enfatizar, es que es una idea que se impone y que, además,
puede repetirse. No es una sola vez, él, en unos apartados más adelante (no sé si
en este, o en el otro capítulo), va a decir que el prefijo "co", tiene que ver con la
acción, es un prefijo que lo que hace, es exacerbar la acción del verbo que le
sigue. O sea, que cuando hablamos de compulsión, tiene que ver con la pulsión
que se presenta como un exceso, como algo que, digamos, y por eso es
enloquecedor este punto. Porque es algo que no para de repetirse. Pero se repite
para ver si, en esa repetición, a algo se puede ligar, a algo se puede articular.
Más abajo dice que: "entonces lo que Freud llama una representación, una idea,
Lacan lo va a llamar "significante", de hecho, un poquito más adelante, Indart dice
que, en realidad esta idea inconciliable, Lacan la matematiza, en el Seminario VIII,
como phi mayúscula. Es una idea cargada con un afecto sexual, con un goce
inconciliable, y eso es lo que irrumpe en la situación, a todo el resto del sistema
de ideas que tiene el sujeto, y por eso se constituye como traumático. Dice, pagina
90: "en la clínica, por ejemplo, en los niños, Freud registra este tema al nivel del
Hombre de las Ratas, como causa ultima. Todo se va a ir armando a partir de eso
que Freud busca, como lo busco también en Juanito, ese modo en que se
presenta el significante inconciliable. Y se presenta como la emergencia de un
goce en el pene, en la cosita de hacer pipí, o en las cosquillas originarias, en el
Hombre de las Ratas, que lo dejan perplejo". El Hombre de las Ratas, quedaba
perplejo ante eso que él experimentaba, no va a encontrar un modo de responder
a eso, pero en un principio, es perplejidad, que es lo que todo sujeto tiene.
Después, se inventa un modo de hacer con eso, o no. Dice la madre del Hombre
de las Ratas, parece haber sido un poco más gentil que la de Juanito, que dijo que
"no vengas con esas porquerías". O sea, que no le da ningún tipo de lugar a eso
que el niño presenta, muy angustiado además, porque no es que, el niño viene, y
además es interesante, porque la madre le dice, eso para la madre es mínimo. O
sea, que esa cercanía al cuerpo de la madre, incrementaba aun más. Se acuerdan
que Freud decía que, el padre de Juanito, era "demasiado buen padre", Lacan
dice, en realidad, era demasiado bueno, y no podía instalar algo de la ley.
Además, y algo que Lacan va mucho más adelante, que es, el padre es aquel que
puede hacer, de una mujer, la causa de su deseo, y que la amara. Y que el
deseara esa mujer, como mujer, y que esa mujer lo desee a él como hombre. Y de
ese modo, que esa mujer se separe de ser "toda madre", de que todo su deseo
este puesto, en ese niñito. Porque si todo el deseo de una madre, esta puesto en
el niñito, y no hay nada que la separe, se produce lo que yo, en algunos casos, les
he contado, que quedan ahí como un solo cuerpo, que es necesario que algo
instale ahí que, una prohibición, un corte, una separación. Pero para eso, el padre
tiene que operar como hombre también. El padre, un hombre, quien sea, que algo
de la sexualidad de esa madre, se vehiculice por otro lado que no sea ese hijo.
Eso es, estrictamente necesario. Bueno, el padre de Juanito no podía ocupar esa
función, era demasiado bueno, podríamos usar otro significante acá, y no podía.
Entonces, esta madre dormía con el hijo; pero después, cuando algo de eso tenía
consecuencias, despreciaba todo lo que Juanito le traía. Juanito se queda
realmente, ahí, sin saber qué hacer. Por eso tiene que armarse una fobia, para
saber qué hacer con la sexualidad, para poner algo que corte ahí el lazo con esa
madre, que lo separe de esa madre, algo de lo cual... Del caballo sí podía
defenderse, de esa madre, y de lo que esa madre generaba, no.
Entonces, Freud plantea su idea de algo compulsivo, impuesto, en este
significante que parasita el sexo, en su parte genital propiamente dicha, y que
motiva angustia, sobre la base de que no se sabe qué hacer con eso. No hay
respuesta, en el otro para eso. El correlato de esta respuesta, es que no hay otro,
y que, por lo tanto, hay que construir alguna propuesta (Indart, pg. 90). No
siempre, justamente, la sexualidad es traumática, es parasitaria. Es algo que nos
parasita el cuerpo, que, si no hacemos algo con eso, es imposible, se hace
insoportable, se vuelve algo repetitivo, compulsivo. Pero esta es la idea de
sexualidad que plantea el psicoanálisis, como algo traumático con lo que,
necesariamente, tenemos que hacer algo para enmarcarlo, para regularlo de una
forma posible. Cuando dice que "no hay otro, y, por lo tanto, hay que construirle
alguna respuesta", es que no hay respuesta, por parte de ese otro. En este otro, el
padre, uno le va a preguntar al padre, vamos a suponer un padre; puede tratar de
decirle algo al niño. Prohibir, "no te toques en público", pero decirle algo que lo
oriente a ese niño. Pero va a ser siempre fallida la respuesta. Porque el padre va a
decir eso, y la madre puede decir otra cosa, no hay ahí una respuesta
estandarizada que sirva para todos, podríamos decir, y que sea una respuesta
fallida. Porque hay un punto en el que no logra, el significante no logra, podríamos
decir, absorber toda esa energía pulsional que recorre el cuerpo, siempre falla.
Ahora, entonces, él se va a empezar a meter con la defensa obsesiva propiamente
dicha. Esa defensa, es posicionarse en un lugar que resulte garantía de que no va
a haber perturbaciones en ese gran Otro. Posicionarse de un modo que se haga
garante, aval, de ese gran Otro, para que ese gran Otro pueda seguir como gran
Otro, y sin sufrir ninguna problemática.
O sea, que qué va a intentar hacer el obsesivo, no hay falta en el otro, el otro está
completo, y sí hay un modo de hacer con la sexualidad, y es ese. Y cuando
aparezca, y hay un modo también de burlar a la muerte, y de responderse por la
existencia; y cuando aparezca alguna fisura en esa respuesta, va a intentar, todo
el tiempo, anularla. Veremos cómo, el obsesivo no quiere, de ningún modo,
encontrarse con eso, con la falta del otro, que lo reenvía a su propia falta, y a su
propio deseo. (Pág. 92) "lo esencial d la defensa, es entender el modo del que el
obsesivo sostiene un gran Otro, un otro sin falta. De lo que hay que defenderse es,
esencialmente, de la castración del Otro, del deseo del Otro" Acá otra aclaración,
porque a veces se entiende castración como tener o no tener pene. No, la
castración no es eso para el psicoanálisis, la castración es esto, la castración es
que el otro está barrado, que no hay nada en el otro que nos diga qué hacer con la
muerte y la sexualidad. Eso es la castración. Por, si para un sujeto masculino, la
castración se puede jugar en perder o no perder el pene, bueno ese es otro tema,
es como se juega, para ese sujeto singular, la castración, a quela ha anudado, o
como la ha significado. Pero no es que eso sea la castración.
en la pág. 93 retoma lo que decía recién del hombre de las ratas, como en
realidad vamos a anular ese deseo que aparece en el padre, cortando la conexión
entre las escenas, y, en a pagina 94 empieza a desarrollar el esquema, y explica
la defensa obsesiva. Lo que va a decir Indart, es lo siguiente, si comenzamos acá,
en el sentido de Lacan, entendemos al obsesivo, al nivel del yo, nos va a hablar de
sus objetos, cualquiera. Su jefe, su chica, sus amigas, la madre, el padre, en
cuanto a sus proezas, lo que va a hacer, lo que no va a hacer. Todo ese material,
fácilmente interpretable, y donde el obsesivo puede contar y contar todas sus
dificultades o relaciones que tiene con los demás, y con sus objetos. O sea, este
es el nivel de lo imaginario, la escena imaginaria en la que el yo del obsesivo se
relaciona con sus objetos. Para el yo, todos los otros, son objetos, los amigos, la
madre, el padre (y para el sujeto histérico también). Nos cuenta el obsesivo,
además siempre le pone un tinte de proeza, nos cuenta de la relación con el jefe,
es una hazaña. Entonces, va a haber gente que lo quiere castigar, y él como se
escabulle, y como nos cuenta; y es una cosa... Nosotros vamos a entrar en un
objeto más, que él va a querer controlar y dominar ¿Cómo es que él quiere
controlar y dominar? Lo que hace el obsesivo, todo el tiempo, es reducir el deseo
del otro, esa falta que puede aparecer en el otro, a una demanda. ¿Por qué?
Porque a la demanda, sí sabe cómo responderla, para la demanda sí hay una
respuesta. Se encuentra, todo el tiempo, sobre todo, si esta en pareja con un
sujeto histérico, que "trae el agua" (ejemplo), y el sujeto histérico le dice "ay, pero
quería una que tiene una tapita mas azulcita...” Entonces el obsesivo empieza a
buscar...El obsesivo quiere colmar al otro, pero el sujeto histérico le dice "no es
eso". Con cualquier partenaire, con cualquiera que este, ocurrirá esto. No hay
objeto, pero para nada. No hay ningún objeto que los colme, nunca "es eso".
Acá el analista va a entrar también, el obsesivo también, intentara reducir el deseo
a la demanda. Hablara, de lo que supone que el otro quiere hablar. Lo que uno
tiene que introducir con el sujeto obsesivo es esto, la falta, es el deseo. Después
veremos el lugar que tiene la sesión corta, en un sujeto obsesivo, no es que uno
corta la sesión a los cinco minutos porque...es porque el obsesivo..."ah, faltan
cinco minutos, eh"; y cuando uno corta, en ciertos momentos cruciales, introduce
algo del deseo "¿por qué me corta ahora?" "¿Por qué, si siempre es media hora,
hoy me corto...?" Ahí donde siempre intenta cerrar, empieza a abrirse una
pregunta por "qué quiere el otro". Una pregunta que, obviamente el sujeto
obsesivo, va a responder con su fantasma. Porque se abre la pregunta, y
entonces... "ah, me corta porque seguro que tiene otro atrás mío, quiere ganar
plata" (seguramente le va a generar mucha ira, y es probable, seguramente...)
Eso, se va a empezar a jugar en la transferencia, pero cuando su lectura
fantasmatica empieza a jugarse en la transferencia, yo ya puedo intervenirla.
Hago una intervención que genera una pregunta, empieza a aparecer algo del
deseo del otro, el sujeto va a responder a eso, con su propio fantasma en
transferencia, y entonces, yo puedo empezar a intervenir eso. 50.14
En este nivel, si el analista intenta intervenir en el nivel de lo imaginario, de lo
especular, no. Porque el obsesivo, además... Vamos a suponer que tenemos un
obsesivo que no está de acuerdo con el aborto, y empezamos en ese debate,
imposible. Vamos a estar eternamente. No es a ese nivel, dice Lacan, al que hay
que intervenir. Además, el obsesivo tiene racionalizaciones para todo, todo cierra
todo el tiempo. Lo que hay que poder ubicar, es este nivel, el nivel del palco. El
nivel en el cual, el obsesivo ubica ese gran Otro que se ha armado, se identifica,
parte de su yo está identificado a ese gran Otro, y se mira desde allí. Esto aparece
en el apartado Función y campo de la palabra, del texto de Eduardo.
Un ejemplo de un obsesivo, en un momento quiere decir que, para su hermana,
todas las mujeres son locas, y, dice "para mi papá..." Rápidamente se corrige, dice
"mi hermana". Yo le digo "dijiste, tu papá...", él vuelve a decir que quiso decir, la
hermana. Aparece el "yo quise decir X cosa", es el yo, que quiere cerrar ese
sujeto, la dimensión sujeto, que apareció en ese acto fallido. En un análisis, uno
no es responsable de "lo que quiso decir", sino de "lo que dijo", efectivamente. No
es "lo que yo quería decir". No. "Usted dijo eso, tiene que hablar de eso" Si por
eso el analista lo sanciona, por eso va a donde apareció algo del sujeto. Es
bastante difícil, a veces, que un sujeto se responsabilice por sus palabras, porque
a nivel inclusive cultural, la palabra esta degradada. Pero no porque no se hable,
se habla mucho, El tema, es que lo que uno dice, no tiene consecuencias, que es
lo que uno trata de sancionar. Pero tiene consecuencias, y si dijo eso, no dijo otra
cosa, dijo eso. Tiene que hacerse responsable de eso que dijo. Digo, a nivel
social, habrán visto muchos de ustedes, el debate que hubo en el Senado acerca
del aborto; hubo gente que dijo barbaridades, chicos. Barbaridades que no tienen
ningún tipo de sostén de nada. O sea, digo, en otro tiempo, los debates en el
Senado, eran debates. Hablo de muchas décadas atrás. La gente que debatía,
podía no estar de acuerdo, pero era gente que había leído, y había estudiado, que
sabía de lo que estaba hablando, que podía tener argumentos de la filosofía, de la
biología, de distintas disciplinas, gente formada para estar ahí. Hoy no hay gente
formada, y cada uno opina lo que le parece, más o menos porque, no sabemos
por qué, ni en que se sostiene. Uno no puede opinar sobre ciertas cosas, porque
le parece. Sobre todo si uno está en ciertos lugares. Yo no puedo estar en el
Hospital y decir: "Bueno, hagan esta práctica porque me parece (o no me
parece)". No tengo sustento para poder decir, sí, o no. Hubo gente que comparaba
a la mujer con un perro, y barbaridades así. En otro momento que la palabra, sí
tenía consecuencias, la gente que decía esas barbaridades, dejan de estar ahí,
recibía una sanción por eso. Ahora, todos podemos decir todo, ponerlo en las
redes, pero esa gente sigue estando ahí, cobrando, y cuando se vuelva a tratar
este, y otros proyectos, va a seguir votando. O sea, que lo que dijo, no tiene
ninguna consecuencia. Por eso, quizás ahora nos es más difícil instalar una
práctica como la del psicoanálisis, donde lo que uno dice, lo dijo, tiene peso. Algo
de la palabra esta devaluado en ese nivel de idea, sí se habla, pero lo que se
habla, no tiene consecuencias. Yo puedo decir una cosa, y mañana otra, y eso se
lo lleva el viento. Retomando el caso, a partir del forzamiento respecto al fallido,
ahí se comienza a ver, con el obsesivo, como para el padre, las mujeres se dividen
en "mujeres correctas" e "incorrectas". Como empieza a ubicar que, todas las
mujeres que eligió en la vida, son en función de esa división que hace el padre, no
lo sabía eso, antes de ese fallido, y de asociar sobre eso. Entonces, este chico es
alguien que tiene, en el lugar del gran Otro, al padre. ¿Y cómo se responde? El se
identifica, podríamos decir, al padre, y entonces, está en el mar, bailando, y mira a
las chicas, y elige en función de esa división del padre, elige a la que él piensa
que, según el padre, son las "correctas". Insisto, todo eso, no es consciente, pero,
lo que empieza a ubicar en análisis, es eso. Es, como, para elegir, se identifica a
ese otro, estando "en el palco", y elige en función de eso. Es como si la pregunta
fuera "que hago con la sexualidad, como me relaciono con una mujer... me tengo
que relacionar con mujeres correctas". Esto, le traía muchos síntomas, porque no
siempre, elegía la que pensaba que era "correcta". Además, dice Lacan, "todos
los síntomas del sujeto obsesivo, se deducen de su posición en el palco". La duda
obsesiva esta porque, justamente la duda es, si es la correcta, o si no lo es; y si,
finalmente, me pongo de novio con esa chica. Va a ser una relación que va a durar
para siempre, o no. Esas cosas son las que se le juega de algún modo, el
obsesivo no realiza un acto, porque pone en juego su deseo, pone en juego la
falta, ya que, si va hacia un partenaire, es porque algo le falta; pero por otro lado,
nada ni nadie tiene la garantía del acto. Yo hago un acto, y no sé qué va a pasar
con ese acto, y con esa decisión que tomé. No sé si la relación va a funcionar, si
no va a funcionar, si después me va a lastimar, si no me va a lastimar. El obsesivo
quiere, y busca garantías, por eso no decide, por eso duda. Porque no quiere
encontrarse con la castración, con la falta, con la angustia que eso le puede
generar, si no funciona. Era interesante porque este chico hacia un deporte, que
hacia el padre. Era interesante porque, en la cancha, todo el tiempo, el ojo del
padre. Entonces lo denominaban como el abrojo del padre, es interesantísimo el
término que usa. Abrojo, porque está pegado al ojo del padre, el se miraba todo el
tiempo desde ahí, desde lo que se suponía el ojo del padre, de los ideales del
padre, y lo que el padre querría para él. Entonces, todas las decisiones que
tomaba en las escenas (en la cancha, en un bar), estaban, en función de esa
mirada del padre. Se trataba de un padre que lo observaba, y que cuestionaba sus
cosas. Pero es interesante porque empieza a ubicar en un momento, cuando le
pregunto sobre eso, que cuando el padre no v a la cancha, su mirada sigue
estando ahí. Empezamos a ubicar, no la mirada real del padre, que el padre este o
no este, esa mirada esta igual para él, más allá de la presencia real, o no, del
padre. Es que, esa mirada, es algo que se arma él (1.00.02)
En un punto, si el padre puede decir una cosa, u otra, pero después lo que
interpreta de eso, es de él. Es interesante, porque cuando pudimos empezar a
ubicar eso, él empezó a despegarse de esa mirada, a no ser tan "abrojo",
podríamos decir, a abrirse un poco de ese ojo. Una de las intervenciones que uno
hace en la dirección de la cura, con un paciente obsesivo, es que empiece a
separar. Primero, que ubique esto que hace. Luego empieza a hablar en las
sesiones, y este caso es interesante, porque va a buscar reducir el deseo a la
demanda. Por ejemplo, con una chica, más allá de que, en algún momento le diga
que "no es eso", es probable que haga caso omiso, y siga pensándolo, la cuestión
relativa al control. El tema es cuando comienza a aparecer el deseo del otro, mas
vivamente, y ya no puede "hacerse el que no ve, o ve". La chica, en este caso,
comenzó a cambiar de posición, y el chico, no sabía muy bien qué hacer con ella.
Entonces empieza a dudar, y en un momento, habla en la consulta, de como ella
enloquecía, o realizaba escenas de celos, y él, teóricamente no tenía nada que
ver. Yo le empiezo a preguntar más sobre esas escenas. Entonces, resulta que el
dejaba el celular con mensajes de otras mujeres, enfrente de ella. El no se dio
cuenta de eso, hasta que le insistí. En una situación, me dice que se estaba
hablando con otras mujeres, y empecé a buscar, que busca, o que le gusta de
esas otras mujeres, o que le pasa con ellas. Llega a la conclusión de que no le
gusta nada de las otras mujeres, ni siquiera le atraen, le parecen lindas, no se
muere por estar con ellas sexualmente. Hacía muchos años que estaba de novio
con la chica, y en algún punto, pensaba que es el amor de su vida. Pensaba,
"hace como cinco años que estoy con ella", y no estuve con muchas otras
mujeres. Entonces, capaz, a los cincuenta, le dan ganas de estar con otra mujer.
Ante eso, le hago entender que me parece un delirio, que, con la lógica preventiva,
"la engañaba ahora para no engañarla más tarde". Con esto, se previene de hacer
un acto, y una elección, acorde a su deseo. Eso de lo que se previene todo el
tiempo, el obsesivo. Porque justamente esos actos, no tienen garantía de que va a
pasar.
Otra de las cosas del obsesivo, es que cuenta todo como una hazaña, una proeza,
porque, también, otra de las cosas, sobre todo en la primera enseñanza de Lacan,
Lacan quizás no pone tanto énfasis en el "no hay relación sexual", sino mas bien
tomando referencias hegelianas, y de Heidegger, y demás, en la cuestión, sobre
todo de Hegel, de la dialéctica del amo y del esclavo, y de la muerte, de lo que el
obsesivo se defiende, va a decir Lacan en ese primer momento, es, no
encontrarse con lo real de la muerte, con que somos. Son dos preguntas las que
se constituyen para todo ser hablante, acerca de la sexualidad, y de la muerte,
¿qué es la muerte?, ¿qué nos pasa cuando nos morimos?
Después, Lacan ya en la última enseñanza dice, lo que hace trauma para todos en
un comienzo, es la sexualidad, y como ubicarse ahí, y el obsesivo arma todo un
modo de responderse a eso. Pero en la primer enseñanza de Lacan, sobre todo lo
que Lacan enfatiza, es esta pregunta por la existencia (¿estoy vivo o estoy
muerto? / ¿Existo o no existo?), y entonces, el obsesivo también intenta burlara la
muerte, como si la muerte se anulara, sosteniendo un otro completo. Entonces, lo
que dice, es, voy a hacer todas estas hazañas, voy a "ser el mejor físico del
mundo", para que, supongamos, el padre como un físico, que lo esté mirando y
este orgulloso de él; entonces, hace todo pensando, tiene una fantasía de
trascendencia que, seguramente, eso lo va a hacer trascender a la muerte. Y por
más que muera, su nombre va a quedar inscripto en la historia de la humanidad
por siempre, y todas las generaciones lo van a recordar... El tema, es que, en esas
fantasías de trascendencia, logre todo lo que hace para quedar inscripto en la
historia de la humanidad, y que todos lo recuerden, no vive ahora. Porque, para
ser el físico brillante que tiene que ser, estudia 24 horas por día, no sale, no ve a
los amigos, no tiene pareja, todo eso implica un padecimiento, se pelea con el jefe,
compite con los compañeros...Entonces, eso no es vida, por eso, Lacan dice, el
obsesivo esta medio vivo, medio muerto, nunca está completamente en la escena,
siempre se está mirando desde acá, siempre mirando que hace, y que no hace.
Esta la dama mirándolo, en el palco, esa dama con la que va a quedar para
siempre. Te causa algo, sos un héroe, pero el obsesivo se va. ¿Por qué se va?
Porque dice "si yo me quedo, se van a dar cuenta de que no soy tan héroe". Voy a
quedar perfecto, en el recuerdo de ella, voy a quedar como el héroe maravilloso,
impoluto, blanco, inmaculado. Entonces, el otro incompleto va a estar completo, y
mi nombre va a seguir estando completo, y perfecto para el resto de la historia.
Por eso, se va ahí. Porque si se queda, empieza a aparecer el deseo del otro,
empieza a aparecer "¿qué quiere ella?", empieza a aparecer el malentendido,
empieza a aparecer la falta en la castración, y él no quiere encontrarse con eso,
por eso se va, en ESE punto justito. De pronto, el obsesivo puede decir, hazañas
con tal de que se ponga de relieve el riesgo de muerte, y no es ahí. Porque si se
queda, se encuentra con el verdadero riesgo, que es donde tiene que decidir,
poner en juego algo de su deseo. Por eso, se va. Además, el obsesivo, en una de
las citas, dice que domina a los objetos en la jaula de su narcisismo, si hay una
relación narcisista del yo con los objetos, el obsesivo intenta controlar, reduciendo
el deseo de esos objetos a la demanda, a la que podría responder. Dice ahí,
"dirige su alta voltereta hacia el palco", donde hay un amo, que no puede verse.
Coloca a otro como un amo, que no es más que él mismo, que se identifica a
aquel amo, que se armo para ordenar su vida, su mundo y su relación con los
objetos.
El obsesivo, así, va a dirigir la hazaña, se la dirige al padre, y también a los otros,
para que vean lo maravilloso que es, todo lo que, bueno... La intervención clínica
ahí, es desdeñar la hazaña, el desdén. Desdeñar la hazaña es, frente a todo lo
que nos cuenta como algo maravilloso, como lo más importante del mundo, "mira
lo que logre", verlo como algo a lo cual no darle demasiada importancia. Es fácil
que se confunda con desprecio, porque el obsesivo, rápidamente, lee todo como
un desprecio. Entonces, hay que ser muy cuidadoso, y muy sutil, para no caer en
ese lugar. Pero es como, nos está contando todo, como a todos en la fiesta, por
ejemplo. "La luz de la fiesta", tenía a todas las mujeres, pero había una (me había
dicho), que iba a ir la que le gustaba. Entonces le pregunte: "¿Claudia fue a la
fiesta? Y seguramente, Claudia ni se le tiró. Ella estaba arriba, no con todas las
otras que, la verdad que no le importan tanto; pero la que le importa, no. Entonces,
eso también es un modo de desdeñar la hazaña, de decir "fantástico lo que me
estas contando, pero...vayamos a lo que importa". Justamente estaba con un
paciente obsesivo, y el no sabe como siempre las mujeres se le tiran. Y él me
estaba hablando de eso, y yo... Tiene la novia, además está empezando con otra
chica, no sabe muy bien porque, pero le pregunto por qué sostiene relaciones así,
que después terminan de manera complicada. Entonces, le pregunto por qué
sostiene la relación con esta chica, y el empieza a compararlo con un compañero
de trabajo... Pero yo le digo que un compañero de trabajo es otra cosa, un
compañero de trabajo, no es una chica con la que tenes relaciones, a ver...Como
cinco veces se fue, hasta que le hago un chiste con eso. "Me parece que si no
podes responderme a esto, lo dejamos para la próxima", y le corte, pero porque
todo el tiempo se iba. Retome la pregunta cuatro veces, y se iba. Fue como "corta
con eso", deja eso como una pregunta, como una falta, que él, todo el tiempo,
intenta cerrar. Porque el obsesivo intenta hacer eso, y además, todo lo que le
pasaba en estos viajes que hacía, porque es científico. Yo iba a la pregunta, que
era lo crucial.
El obsesivo busca que uno le aplauda esa hazaña, y uno no tiene que caer en ese
juego, porque si no, digamos, no podemos intervenir. Ahí, puede intervenir la
sesión corta, de cortar en algo, sin que él no pueda reducir el deseo a nuestra
demanda.
En la página 95, dice lo siguiente:"Es necesario aquí abrir la cuestión del deseo
del otro, y, a veces muy activamente, desde el punto de vista del analista, para
que el obsesivo se interrogue esto que decíamos recién, sobre qué es lo que lo
angustia, a nivel de ese deseo del otro. Durante mucho tiempo, en Lacan, el
significante que nombra esa angustia ante la inconsistencia del otro, y de la que el
obsesivo va a tener que situarse, siempre ahí, entonces, como aval, es la muerte".
Durante la primer enseñanza de Lacan, es la muerte lo que, de alguna manera,
personifica, para el obsesivo, el deseo del otro. O sea, la falta en ese gran Otro,
para lo cual, ese gran Otro, no tiene respuesta. Que se haga presente el deseo del
Otro (1.16.11)
Desde el obsesivo, si la primera sesión dura cuarenta minutos, va a pensar que
todas duraran cuarenta. Ya empieza a querer controlar, ahí, la cosa. Y en un
momento, uno puede cortar a los cinco minutos, y ahí es "por qué me corta ahora".
Siempre intenta cerrar, es un intento incontrolable que él no domina. Aparece algo
en el otro, que él no puede significar. Insisto, no es que uno corta en cualquier
momento, corta en un momento en el cual aparece una pregunta, algo que lo
interpela, y que no se puede responder. En el caso de este paciente, si la duda se
presentaba antes, podría cortarlo ahí. Cuando uno corta, tiene que cortar. Porque
el obsesivo intenta, todo el tiempo, querer meter un significante más. Supongamos
que quede una pregunta, ¿por qué el sostiene la relación con esta mujer?, que es
lo que hace con todas. Porque tiene una novia, pero anda con un montón de otras
mujeres, y no puede dar cuenta del porque. No es porque dice, "ay porque me
gustan sexualmente, o porque..." Sino, que no sabe por qué sostiene ese tipo de
relación, de las que además, se muestra casi siempre como objeto: "ellas vienen
hacia mí, y yo no tengo nada que ver", ¿como una chica termina en tu baño,
bañándose desnuda, y vos no tenes nada que ver? El obsesivo va a querer cerrar
rápidamente con otra cosa, que, encima, ni siquiera responde a esa pregunta,
como les decía. Cuando están ahí, hace que esto, siga sosteniéndose como
pregunta. Y en tanto, hay pregunta, eso le hace presente el deseo del otro, la falta
del otro, porque él no puede responderse a eso. En definitiva, el otro que uno pone
en el palco, NO EXISTE. Es un otro que uno se ha inventado para ordenar los
lazos con el mundo, con el cuerpo, con la sexualidad.
El obsesivo se defiende del deseo del otro con esa instalación, a partir de lo cual
va siguiendo su vida, medio vivo, medio muerto. Siempre en un estado de auto
contemplación (se mira desde el palco), no está en escena, sino mirándose
siempre, en la escena. Hay una enorme cantidad de clínicas, en la que
observamos que Lacan no eligió un punto cualquiera, que se explica
verdaderamente, a partir de esta posición. Su ubicuidad, no está nunca en el
compromiso del deseo. "El nombre más importante del síntoma obsesivo, su modo
crucial, es el aislamiento. Esto que el obsesivo hace, de buscar una parte en el
palco, y otra en la escena, es aislarse" (Pagina 97). Ponemos aquí lo que Lacan
llama "hacerse el aval del otro", la intervención del otro. Hay que irse a un lugar,
aislarse, borrarse de las escenas, encontrar ese lugar, en el que el obsesivo esta
solo con sus pensamientos, sus controles. El obsesivo, si todo el tiempo está solo
en ese goce auto erótico, que se juega para el, sobre todo a nivel del pensamiento
del obsesivo; el pensamiento esta sexualizado. Esta idea obsesiva que irrumpe y
se le reitera, tiene una carga sexual. El obsesivo, por más que este con otros, está
aislado y mirándose en el palco, por él mismo. No es que están aislados,solos en
la casa, encerrados. Puede estar con otro, pero nunca termina de conectar con los
otros, porque siempre está en ese goce auto erótico.
En la página 97, Indart dice, "Enjuiciar al campo de la palabra, para indicarnos en
qué consiste la defensa del obsesivo, Lacan dice el obsesivo arrastra, en la jaula
de su narcisismo, los objetos en que sufren....en la coartada multiplicada de
figuras mortales, y domesticando su alta voltereta, dirige su homenaje, en vivo,
hacia el palco, donde él mismo tiene su lugar, el del amo que no puede verse"
En la página 98, "Por eso, puede ser lo mismo con una chica, con los objetos que
quiera, en su manera de hacer relación, tiene esa marca que Lacan llama "la alta
voltereta", llevando a un extremo máximo, que se presenta mucho como riesgo de
muerte, aunque podemos, de otra manera, decir, un riesgo vinculado, a una suerte
de todo o nada."
El riesgo no está en irse, sino en tener que quedarse y decidir, si estar con una
mujer, o no, por ejemplo. Aparece otra cosa, sorpresiva, que no tenía nada que ver
con el gusto por domar fieras, uno interfiere eso, y que es dirigir todo lo hecho, en
homenaje, a alguien que tiene que estar en el publico, a titulo de figuras diversas,
puede ser la mamá, el papá, el gran contratador de domadores de circo, puede ser
la historia universal, y donde Lacan dice: "pero en última instancia, lo que tiene,
es, él mismo, su lugar, su identificación puesta en ese punto, a la de un amo, que
vería toda la situación, y que no se ve" Es un amo que, además, le prohíbe cosas,
porque el obsesivo piensa que hay cosas que están prohibidas, entonces, todo lo
que a él le gustaría hacer, está prohibido, prácticamente, por ese amo. Entonces,
no hace nada, es muy difícil a veces, ubicar en un sujeto obsesivo, sobre todo en
casos graves, donde hay algo de satisfacción, en todo lo que cuenta. Inclusive no
nos cuenta sus hazañas, si está en una empresa maravillosa (pero:"¿a usted le
gusta eso?") No pueden dar cuenta de ninguna de sus elecciones, cuando uno les
pregunta, que rasgo en una mujer, se empiezan a embrollar, no terminan de ubicar
dónde están ellos, en esa elección. Es muy difícil llevarlos a ese punto, empiezan
a intentar cerrar con otras cosas. Hay algo del sujeto, al menos la propia pregunta
de lo que le gusta. A veces cuesta varias sesiones para empezar a ubicar algo de
eso. Es importante que la pregunta este.
Lacan llamo, el invento sensacional del obsesivo, a la "oblatividad", esto de
convertir el deseo en una demanda, a la cual puedo responder. Esa demanda, lo
aplasta. Entonces todo es una demanda. La chica lo invita al cine, o el chico la
invita al cine, y es una demanda ya, si no puede responder, ya no tiene lugar en el
otro. Es más, si al obsesivo no le demandan nada, ya el obsesivo empieza a
preguntarse "¿qué me pide el otro?". Pero no está pidiendo nada. "¿Que soy para
el otro, que no me pide cosas?" El obsesivo necesita de la demanda del otro, pero
esa demanda después, lo aplasta. Porque realmente, se le vuelve todo una
exigencia. Una invitación a una fiesta, es una demanda a cumplir. Interpreta, lee
todo como una demanda y, en general, se responde él solo. Tiene la necesidad de
cerrar, todo el tiempo, no puede quedar nada abierto. El analista tiene que
introducir un forzamiento, todo el tiempo, para que abra, que la pregunta se
sostenga.
Lo que más importa, es averiguar si él tiene un lugar en el otro, y que se garantice
ese lugar, que no es que le interese domar fieras, que son solamente un medio
para averiguar si tiene, o no, ese puesto en el palco.
En el caso de la lógica preventiva, se trata de lógica, porque es un modo de
ubicarse ante el deseo del otro para alejarse de eso. Cuando el chico empezó a
saber de eso, ahí aparecieron las preguntas.
Representamos otro modo de representar el deseo del Otro (gran phi). Es un
modo que aparezca algo de la falta, de ese otro. Esto aparece y el obsesivo no
puede dominarlo, pero lo que hace, es reducir eso a una versión imaginarizada.
"Todos quieren tal cosa".
Otra cosa importante, para La Dirección de la Cura... Hasta ahora, como
intervenciones clínicas, señale dos: el desdén, desdeñar la hazaña, que es un
modo de que el obsesivo empiece a saber, que ese otro que se arma y está en el
palco, no existe. Y la otra, es la sesión corta, que hace aparecer algo del deseo
del analista. El desdén, también hace aparecer algo del deseo del analista,
porque, si no quiere que le cuente esa hazaña que quiere, si no le interesa eso tan
importante que le estoy contando, entonces ¿qué quiere?
Otra cuestión muy importante es, los síntomas del obsesivo, la procrastinación, la
duda. También puede aparecer una compulsión, compulsión a lavarse las manos,
compulsión a trabajar, compulsión implica que no se puede parar, no puedo dejar
de hacerlo. No hay nada que haga de límite allí. La compulsión sola no se puede
intervenir. Si alguien no puede parar de lavarse las manos, no puedo intervenir
eso así, tengo que hacerlo hablar de eso, que eso se articule a algunos
significantes, y es crucial que eso se articule al otro que pongo en el palco. Ante
una compulsión a trabajar, no se puede trabajar por sí sola. Ahora, si el obsesivo
logra ubicar que trabaja compulsivamente para ser reconocido por el otro y
trascender, eso sí lo puedo intervenir. Porque si yo le empiezo a deconsistir este
gran otro, "¿y usted como sabe que el otro quiere que trabaje?". Si eso empieza a
caer, que el otro quiere que trabaje, es algo que se arma él, pero que no tiene idea
de lo que quiere el otro. Entonces, la compulsión va a ser tocada por añadidura.
En la página 109, lo plantea como sintomatizar la compulsión, que esa
compulsión, se vuelva síntoma. Hay algunas que pueden ser más visibles, como
lavarse las manos compulsivamente.