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Desgrabados Clínica de Adultos

Profesora Ballesteros

La cura y sus  principios de su poder.


(1era clase 06/04/18)

Es muy importante para que Uds. puedan orientarse y no perderse en la


complejidad lacaniana. Que Uds. mismo cuando leen un texto se pregunten,
¿Para qué me sirve? ¿En qué punto me orienta en la clínica este concepto? ¿Qué
me permite leer o formalizar este concepto en la clínica? 
Por otro lado, la enseñanza de Lacan duro 30 años, por lo tanto sus conceptos
fueron modificándose, su enseñanza comienza en 1953 con un texto que se llamo
función y campo de la palabra en el lenguaje y duro hasta finales de los años 70.
Que los conceptos fueran variando no quiere decir que Lacan anulara lo que dijo
anteriormente, sino que en todo caso los fue pensando, de distintas maneras y
que uno puede leer après coup, no sé leyendo la noción de falo que él da en el
seminario V, el falo como significante, uno puede leer après coup  la noción que da
en el seminario IV dónde el falo es un objeto imaginario, pero no quiere decir que
uno anula al otro, sino que uno puede después après coup introducir distintas
lecturas, de lo que él fue diciendo anteriormente.
Por otro lado, Lacan siempre que escribía tenía un interlocutor, siempre estaba
discutiendo con alguien y también es importante ubicar con quién está discutiendo,
y sobretodo y fundamentalmente, que problema clínico está intentando resolver
con el concepto que introduce, porque justamente Lacan se basó, tuvo como
brújula la clínica, problemas que se encontraban en la clínica y es a partir de eso
que él va ir logrando un saber, que va armando una conceptualización.
Leer a Lacan es difícil, lo es para todos, para aquellos que recién se inician y
también para aquellos que tienen 30 años de la lectura de la obra de Lacan. Y
hubo una intención de Lacan que leerlo sea difícil, no por soberbio intelectual, sino
porque su modo de escritura y el lo dice en varias oportunidades, muchas de ellas
en el Seminario X, su modo de escritura es solidario con el objeto que él está
intentando aprender, conceptualizar, que es lo real. Si bien, lo real es una
definición que también tiene muchas definiciones a lo largo de su enseñanza,
podemos genéricamente podemos decir que lo Real es aquello que no puede ser
aprendido por el significante, aquello que no puede ser apresado del todo por lo
simbólico, ni por lo imaginario, por las imágenes, es un agujero, él lo sistematiza.
No hay nada en lo simbólico que nos diga que hacer y como significar la
sexualidad y la muerte, son un agujero en lo simbólico. ¿Qué es la sexualidad? y
¿Qué es la muerte? es un agujero. La humanidad ha inventado respuestas sobre
eso, pero no hay nada acabado sobre eso, hay un punto que nunca termina de
decirse o de aprenderse. Y es por eso que Lacan durante esos 30 años de
enseñanza fue tomando e instalando conceptos de distintas disciplinas, de la
óptica, de lingüística, del estructuralismo, de la topología de la lógica.
Respecto de este punto, hay una cita de un texto de Oscar Masota introdujo la
enseñanza de Lacan al habla hispana, en países americanos como argentina y en
Barcelona, él en este libro que se llama la "introducción a la lectura de Jacques
Lacan" en la página 30: "seguramente no es posible hablar del pensamiento de
Lacan sin hacerlo sobre su prosa, nosotros evadiremos aquí la cuestión, diremos
sencillamente que su estilo es difícil, pero no es necesario leer muchos los textos
de Lacan para darse cuenta de que él mismo no lo ignora, ya que por un lado
otorga a su estilo carácter, sino pedagógico al menos expresamente formativo, de
sanción de una enseñanza y un aprendizaje, mientras que por otro lado no deja
jamás de indicarnos, ciertas claves para sus dificultades y su comprensión,
solamente que esas claves son circulares, para entender a Lacan, no solo es
necesario un cierto contacto continuo con su estilo y convertir en hábito su lectura,
sino leerlo simultáneamente desde la perspectiva de su propia teoría, la misma a
la que conduce su estilo. En la prosa de Lacan las palabras no son transparentes,
pero tampoco las palabras eran transparentes para Freud".
Hay algo en el pensamiento de Lacan y en el objeto que está intentando aprender
con sus conceptualizaciones que es solidario con su prosa. Además introduce un
principio en su seminario III, el dice no comprender, que quiere decir, que cuando
un paciente nos dice por ejemplo: "no estoy cómodo con mi pareja" no
entendemos que quiere decir con eso. Entonces interrogamos eso. No hay que
comprender lo que dice un paciente porque es dónde nos perdemos. La cuestión
de no comprender tiene que ver, con cómo funciona la estructura del lenguaje,
Lacan conceptualizó la cadena significante, como un S1 articulado a un S2, es el
modo que se matematiza la cadena significante. El significante por definición
siempre se articula a otro significante, un significante solo no quiere decir nada,
siempre llama a otro. El significante S2 es après coup el que da el significado al
S1. Esto es muy importante para entender la interpretación, porque no es lo
mismo que el analista corte al paciente, como se va a resignificar todo lo que dijo
antes. Este es el funcionamiento de la cadena. Por eso yo no tengo que
comprender, porque de acuerdo como funciona la cadena significante eso da lugar
a la polisemia del lenguaje, acá hay múltiples sentidos y para cada uno de
ustedes, una misma palabra puede tener sentidos absolutamente diferentes; por
eso Lacan dice que no tenemos que comprender y que tenemos que justamente
mal entender lo que el paciente nos dice.

A mi me interesa no solo lo que anda en la clínica, sino también lo que no anda.


Uno a veces siempre presenta los casos que funcionaron y demás, y obviamente
es necesario formalizar lo que ha funcionado en dirección a la cura; pero también
es importante que no funciona a veces, y también poder formalizarlo, porque
obviamente nos equivocamos, siento que se transmite cierta idea de qué para
practicar el psa uno tiene que hacer intervenciones casi mágicas, pero no es así,
inclusive cuando uno tiene muchos años de formación y demás uno puede
equivocarse, es decir, intervenir de una posición no analítica. 
¿Qué implica intervenir de una posición analítica? Esto lo veremos con la dirección
de la cura. Empiezo a introducir algunas cosas. La posición analítica implica, entre
otras cosas la docta ignorancia, esto quiere decir, no que el analista no sabe nada,
claramente algunas cosas sabe, tiene cierto saber teórico referencial, que le
permite leer, formalizar algunas cosas e intervenir en función de eso, con cierta
orientación. Ahora de lo que el analista no sabe absolutamente anda, es que hace
padecer a un paciente singular, eso solo lo sabe el paciente y es el paciente el que
nos va a enseñar de qué padece y cómo padece, cuáles son sus síntomas. Y a
partir de escuchar y leer en la lógica de ese caso, el analista también irá
acompañando a que el paciente pueda acceder a ese saber no sabido, porque lo
sabe pero no sabe que lo sabe. Es el saber que está reprimido en el síntoma
podríamos decir. Pero entonces ya ven que la posición del analista implica
muchísima humildad, porque uno no sabe, el saber está del lado del paciente. 
 Y por otro lado y fundamentalmente, la posición del analista implica
la abstinencia. Esto ha sido entendido muy mal. Entiendo que porque ha habido
ciertos defectos en la transmisión de esta noción. No significa no hablar, es un
error enorme, porque el analista si habla, hace preguntas, tiene que ubicar eso,
con distintas intervenciones. La abstinencia analítica quiere decir qué cuando uno
dirige una cura se abstiene de saber cuál es el bien para el paciente, se abstiene
de intervenir en nombre del propio síntoma, del propio fantasma, de los propios
ideales, de lo que uno piensa que es mejor, o sea, cuando Lacan en otro momento
dice, no queremos el bien del paciente. No quiere decir que no queramos que esté
bien, sino que yo no sé cuál es el bien de ese paciente. 
Desde una posición analítica uno escucha y respeta cual es la solución que ese
paciente se ha armado para hacer con lo que lo hace padecer y yo no quiero
imponerle que es lo qué tiene que hacer.

Texto Ruiseñor de Lacan de Miller.


El inconsciente tiene estatuto ético, esto quiere decir, que el inconsciente no
existente per se, que producir al sujeto del inconsciente que matematizamos como
el sujeto dividido, es una responsabilidad del analista. Si ustedes se confunden
una palabra por otra y eso no los divide, no los interpela, no los interroga, eso es
una equivocación, no es un acto fallido. Ahora si ustedes dicen una palabra por
otra, no sé quieren decir "la sagrada familia" y dicen "la divina comedia"
condensan y eso los interroga, y van donde su analista y se lo comentan, eso fue
un acto fallido. Con un paciente es nuestra responsabilidad producir eso. Siempre
hay cierto forzamiento, o sea con que dije algo que no quiero decir, o sea que no
soy dueño de lo que digo, con que hablo sin saber que digo, con eso nos
encontramos cuando nos dividimos. En realidad siempre soy hablado por un Otro,
solamente que los neuróticos no lo sabemos.
Cuando hablamos de responsabilizar, no es culpabilizar. Eso, ud dijo eso, hable de
eso. No importa qué quiso decir, es responsabilizarlo por sus palabras, es
reenviarlo a lo que él mismo dijo.
Volviendo al ruiseñor de Lacan, es un texto que Miller escribe y dice desde el
punto de vista del ruiseñor, es el mismo, porque en el mundo animal el ejemplar
realiza a la especie, no hay nada en el mundo animal que nos permita diferenciar
a un ruiseñor de otro ruiseñor, o sea que a ellos no los diferencia nada. Lo que
introduce diferenciaciones es siempre el significante.
Miller introduce está noción de sujeto, que intenta definir, qué es? el sujeto no es
el individuo, no es la persona, sino lo producimos con una intervención. El sujeto
dice Miller es lo que aparta al individuo de la especie.
Introduce tres nociones: La noción de universal, particular y singular. El plantea
que lo único universal que hay para la especie humana es un axioma que Lacan
nos da en su última enseñanza, que es no hay relación sexual. ¿Qué quiere decir?
que no hay nada, en el código genético de los seres humanos que nos dé un
saber instintivo que valga para toda la especie y que nos permita saber cómo
hacer con la sexualidad. Y cuando digo sexualidad, hablo de sexualidad en
sentido amplio, como se empezó a conceptualizar a partir de Freud, Uds. saben
que nuestro cuerpo, es un cuerpo sexualizado, es un cuerpo constituido a partir de
un recorte de ciertas zonas erógenas, zonas que se recortan con el encuentro de
ese Otro primordial. 
Entonces, no hay relación sexual, no hay ningún significante en el universo
simbólico que nos diga qué hacer con la sexualidad, hay un agujero ahí y en ese
agujero cada uno de nosotros de un modo absolutamente singular inventa
síntomas. El síntoma es la invención singularisima de cada ser hablante para
tratar lo real, para tratar ese agujero, eso que no está en ningún código y vean
entonces, que si el síntoma es una solución de ninguna manera en nuestra
política, nuestro objetivo va a hacer eliminar el síntoma, porque el síntoma es una
solución, en todo caso, vamos a intervenir ese síntoma, sólo cuando genere un
padecimiento demás, lo único que habilita éticamente a intervenir el síntoma de un
paciente, es que le genere un padecer demás, sino de ningún modo andamos
interviniendo salvajemente a nadie.
Al medio tenemos lo particular, podríamos decir que son los síntomas típicos. O
sea, Miller ahí dice: "los practicantes del psa en algunos momentos nos juntamos
a conversar sobre la clínica, presentamos casos y de esos casos se van
extrayendo ciertas generalidades, cierta legalidad. Entonces Freud se encontraba
con las histéricas que bueno, todas tenían un deseo reprimido y que ese deseo o
enunciado reprimido, aparecía un síntoma en el cuerpo, entonces generalizó el
mecanismo de la histeria, conceptualizó y fue generalizando, ahora Freud fue muy
claro, no hay nada, o sea yo puedo conceptualizar y decir que la histeria pasa tal o
cual cosa, pero no hay nada en la cura de una histeria que me permita saber qué
hacer en otra. Entonces es necesario que tengamos algunos conceptos y es
importante que sepamos cómo funcionan algunas cosas en los sujetos histéricos
por ejemplo, o en lo sujetos esquizofrénicos que no se le arman los bordes
corporales, que pueden pensar que les leemos el pensamiento, digamos todo eso
para diagnosticar, para ver cómo dirigir algunas cosas, para tener en cuenta
algunas cuestiones a nivel de la transferencia, es importante, nos orientan siempre
y cuando y Miller lo dice clarísimo en este texto, sepamos que eso no es lo crucial,
que lo crucial para nosotros es lo más singular del caso, es el síntoma, pero el
síntoma por ejemplo histérico tal como se juega en ese sujeto singular, qué valor
tiene para esa histérica esa parálisis; siempre y cuando sepamos, que esas
categorías clínicas que hemos armado, son artificios, el dice ahí, son semblantes.
Es un concepto que armamos para formalizar algunas cosas, para transmitirlas. 
Habla de varieté.
Miller en este texto plantea 2 niveles de diagnostico: Un diagnostico a nivel de lo
singular que es el que más nos interesa, cual es el síntoma de ese paciente, qué
solución se armó para tratar lo Real, para armarse un cuerpo, para relacionarse
con los otros.
Un diagnóstico a nivel de lo particular, dentro  de que tipo clínico y estructura lo
podemos introducir. 
Lo que tienen en común estos dos diagnósticos es que se hacen a nivel del
discurso. Nosotros diagnosticamos a partir de lo que el paciente dice, no a partir
de lo que vemos, no a nivel descriptivo, que hace la psiquiatría hegemónica. Por
ejemplo, tanto una histeria como una esquizofrenia pueden tener alucinaciones,
¿cómo las distingo? Lo que me permite determinar de qué estructura se trata, es
lo que el paciente dice y qué posición tiene ante lo que dice, o sea que tengo, el
enunciado y su enunciación, su posición de aquello que dice. Cuando yo empiece
a interrogar esa alucinación, me va a decir, bueno en realidad yo no sé si la
escuché, va a empezar a dudar, empezará a armar todo un discurso lagunar, ya
no sabe si la escuchó, si no la escuchó, eso la llevará rápidamente a un S2,
dialectiza, esa alucinación como S1 la puede articular a un S2. Si esa alucinación
es de un sujeto esquizofrénico, va a aparecer como un fenómeno de cadena rota,
no va hacer dialectizable, va hacer un S1 sólo en lo real, no lo podrá articular a
nada, de hecho esa alucinación lo va a dejar perplejo, sin poder hacer nada en un
comienzo ante ella, y la posición ante ese fenómeno va a ser de certeza, la
escucho y eso le concierne. Entonces, es a nivel del lenguaje y de la posición del
sujeto ante eso que dice que yo voy a poder diagnosticar si es una histeria por
ejemplo o una esquizofrenia.
Ahora también el diagnóstico de lo más singular, de qué punto esa alucinación
hace padecer a ese sujeto y de qué modo y demás, también lo voy a hacer a nivel
del discurso, porque yo lo voy a interrogar: "bueno y qué hace cuando aparece la
alucinación y desde cuándo le aparece, en qué situaciones le aparece"; todo eso
yo también lo voy a obtener a nivel de lo que el paciente dice. Y ese diagnóstico
siempre se hace en transferencia, sin transferencia no podemos
diagnosticar.
El diagnóstico implica diagnosticar implica un acto de analista. Miller lo dice en un
texto que se llama "introducción al método analítico", con todas las letras:
Diagnosticar implica un acto ético del analista, ético porque mi referencia cuando
diagnóstico es un sujeto, siempre. A diferencia por ejemplo de la psiquiatría, cómo
diagnostica, con el DSM, según el DSM todos nosotros probablemente seríamos
depresivos, lloras 5 días, estás acostado 1, depresión te doy una pastilla. El DSM
diagnostica conductas descriptivas, no importa lo que el paciente diga de lo que le
pasa. Anula al sujeto y al clínico.
Miller acá define al diagnostico como un acto de juzgar, un trazo sin regla. O sea,
nosotros no tenemos una regla como la tiene el DSM, o una grilla o un protocolo
para diagnosticar. Ahí está el acto del analista, el interrogatorio que va haciendo el
analista, cómo va interrogando ciertos fenómenos para poder ubicar el sujeto y
que es lo qué ese sujeto dice de lo que le pasa y cómo se posiciona de aquello
que dice.
Dirección de la cura, Lacan (1958).

(2da clase 13/04/18)

13 de Abril de 1976  "Por lo general tengo algo para decirles, pero hoy ya que
tengo un pretexto, es mi cumpleaños, desearía poder verificar si se lo que digo,
pese a todo decir apunta a ser escuchado, me gustaría verificar en suma si no me
contento con hablar para mí como hace todo el mundo, por supuesto si el
inconsciente tiene un sentido. Así pues, yo preferiría que hoy alguno me haga
alguna pregunta; digo alguno, no puedo muchos, no pido en absoluto que se
saquen chispas. Sin dudas, me hubiera gustado que alguno escribiera algo que
justificará que este trabajo que me tomo desde hace algo más de 22 años, la única
manera de justificarlo, sería que alguien invente algo que pueda servirme a mí.
Estoy convencido de qué es posible".

Pregunta de un compañero. ¿Todo lo real es universal?


El universal que Miller plantea en ese texto, haciendo referencia a la última
enseñanza de Lacan es no hay relación sexual. Él al final de ese texto,
matematizaba con el significante del Otro barrado, o sea que hay un agujero en lo
simbólico, hay un significante que falta para nombrar algo de la sexualidad, y ese
agujero era lo Real, o sea hay algo de la sexualidad que no puede ser dicho que
no puede pasar al lenguaje, no hay nada en lo simbólico, como tampoco lo hay en
nuestro programa genético decía Miller ahí que nos diga qué hacer con eso. O sea
que en ese punto, para todos hay algo que se constituye como Real, en ese punto
lo real es Universal. Para toda la sexualidad se constituye como un Real, como
una falta, como un agujero en lo simbólico y es en ese punto justamente que
inventamos síntomas singulares, para hacer con eso que no hay.

Dirección de la cura y los principios de su poder. (1958)


Este texto forma parte de lo que se llama la enseñanza clásica de Lacan, el
momento estructuralista, dónde él estaba intentando dar cuenta de por qué el
inconsciente estaba estructurado como un lenguaje y dónde había para él una
primacía de lo simbólico, cosa que después modifica porque al final de su
enseñanza va a plantear que los 3 registros real, simbólico, imaginario tienen el
mismo peso, no hay uno más importante que otro. Pero en este momento, él
planteaba que había cierta primacía de lo simbólico

Punto 7 del apartado II. Yo esté punto lo daré cuando de el texto de Eduardo sobre
la interpretación, porque habla mucho de la transferencia en la articulación con la
interpretación. Ahora voy a dar el primer apartado que ustedes no tienen citado
pero les recomiendo que lean, porque es el apartado que uno puede leer con
claridad estos tres puntitos del práctico que son: táctica, estrategia y política de la
cura.
El 1er apartado se llama quién analiza hoy, es una respuesta de Lacan a los
posfreudianos más importantes de la época, a lo que se planteaba como principios
para dirigir una cura. Esto nos enseña algo muy importante, Lacan cuestionaba o
debatía en sus textos con gente a la que leía, Lacan hizo un gran trabajo para que
el psa estuviera o fuera parte de la cultura de su época.
En este texto Lacan está discutiendo con los posfreudianos y va a tomar 3
nociones que son: política, estrategia y táctica, que él va a articular a 3 nociones
Freudianas, que tienen que ver con la ética del psa, la transferencia y la
interpretación.
Lo que está en el corazón del texto de dirección de la cura, es cuál es el elemento
operativo en una cura. Porque lo que planteaban los posfreudianos era que el
elemento operativo era la contratransferencia, a lo cual Lacan va a decir que de
ninguna manera, Freud nunca elevo a la contratransferencia al estatuto de un
concepto de su obra, si lo recorto como fenómeno clínico, pero nunca de un
elemento que fuese operativo de la cura, ni siquiera un concepto. 
Entonces con esa postura Lacan va a debatir, qué planteaban los posfreudianos y
cómo dirigían la cura. Ellos planteaban la política (cuando hablo de política es
decir cuál es mi fin, mi objetivo) la finalidad de una cura era que el paciente que
tenía un yo absolutamente débil, tenía que identificarse al yo fuerte del analista, y
para lograr ese objetivo Lacan plantea que ellos habían ritualizado, protocolizado
la técnica, todo estaba determinado, como se tenía que vestir el analista, que tenía
que decir, como tenía que saludar al paciente, cómo tenía que ser el consultorio,
todo esto es imaginario, tiene que ver con la imagen. Esa era la política, que un yo
se identificara a otro yo, una política que dejaba por fuera lo que para Lacan es lo
más importante, que tiene que ver justamente con la responsabilidad máxima del
analista, que es producir al sujeto del inconsciente, hacer emerger esa dimensión
que está en la determinación de los síntomas, que justamente descompleta al yo,
porque el yo se cree muy completo, cree que habla y dice lo que quiere decir,
cuando emerge el sujeto del inconsciente en un acto fallido ahí justamente es el yo
desconocimiento porque desconoce la división en la cual todo ser hablante se
funda, o esa falta estructural el yo se ve interpelado por eso.
Vamos articulando con lo de la otra vez, si no hay una relación sexual, si no hay
un modo natural de relacionarnos con el sexo, con el propio cuerpo, con el Otro,
cada uno inventa síntomas ahí, entonces nadie sabe cómo hacer con eso, pero
vean que los posfreudianos de algún modo, consideraban que sí, que el analista
sabía y entonces había que identificarse con ese analista. Si lo pensamos desde
la perspectiva que lo retoma Lacan, que lo dice Miller en el ruiseñor de Lacan, hay
una posibilidad ilógica en este modo de dirigir una cura, porque si nadie sabe yo
no me puedo identificar a un Otro que si sabría cómo. Y además, es por lo cual
Lacan está muy enojado con los posfreudianos, es porque plantean todo esto en
nombre de Freud, dicen Freud dijo esto y Lacan dice no, eso no está en la obra de
Freud.
Lacan dice, es por la impotencia de sostener una praxis analítica que se cae en el
ejercicio de un poder, porque pretender que el Otro se identifique a mí es ejercer
un poder sobre ese Otro, el poder de la sugestión. Y Lacan contra esto propone
tres nociones que se articulan en una política, o sea cuál es la política dice Lacan
del psa, cual es la ética en el que le psa se sostiene y funda su práctica, tiene que
ver con la de hacer emerger en esta dimensión del discurso del paciente, lo que
en este momento de enseñanza Lacan llamaba la palabra plena, la verdad del
sujeto del inconsciente.

Nuestra responsabilidad como analista, nuestra política y nuestra ética, tiene que
ver con producir ese sujeto del inconsciente para poder acceder a ese saber no
sabido que hay en los síntomas, para poder ir ubicando que síntomas un sujeto se
ha armado como solución a esa relación sexual que no hay y en qué punto esos
síntomas fallan y lo hacen padecer demás. 
Lacan dice, porque él va a articular está noción de política con la ética y con los
pagos del analista. Él va a decir que en este nivel el analista paga con su ser, en la
página 561 dice: "en este nivel de la política tiene que pagar con lo que hay de
esencial en su juicio más intimo para mezclarse en una acción que va al corazón
del ser, sería él, el único allí que queda fuera del juego". Después hablara más
adelante del lugar del muerto, dice: "vayamos más lejos, el analista es menos libre
en aquello que domina estrategia y táctica a saber su política en la cual haría
mejor en situarse con su carencia de ser que por su ser" "es que él analista cura
menos por lo que dice y hace que por lo que es".
Vamos a intentar articular estás nociones, el analista paga con su ser, tiene que
ver con que para sostener la política del psa, la posición del analista tiene que ser
una posición de abstinencia, o sea, en la dirección de la cura hay un solo sujeto, y
ese sujeto es el paciente que vamos a producir como sujeto. El analista no está
ahí como sujeto, su ser tiene que ceder sus ideales, sus fantasmas, el bien que
quiere para la humanidad el analista lo puede tener, pero cuando dirige una cura,
lo tiene que dejar de lado, eso quiere decir "pagar con su ser", eso quiere decir,
abstenerse, ocupar el lugar del muerto. No quiere decir que el analista no habla, el
analista está mudo, tiene que estarlo para dirigir una cura, está muerto en cuanto
a su ser, tiene que dejarlo de lado porque si no pasa que uno quiere el bien para el
paciente y aparecen nuestros propios fantasmas, y nos equivocamos, es
importante supervisar los casos y que nos analicemos para poder corrernos de ahí
y volver a la posición que conviene.
Entonces, en esta dimensión tenemos la posición analítica implica la abstinencia.
Es interesante, porque lo posfreudianos ponían mucho énfasis en lo que era la
resistencia del paciente, el paciente siempre se resistía. Lacan dice no,
esperemos, antes de decir que el paciente (...) hay resistencia sí, el paciente
puede resistirse ahora antes de decir que la resistencia es del paciente, tenemos
que poner al analista en el banquillo dice Lacan y que el de cuenta de cómo este
dirigiendo esa cura y que este haciendo, y de sí está bien ubicado, si se está
teniendo una posición de abstinencia, no responde a esas intervenciones porque
esas intervenciones no tienen nada que ver con él.
Y en esta dimensión Lacan dice que somos, tenemos una libertad casi nula, lo
único que podemos elegir es si nuestra práctica es analista, analítica o no, si es
analítica tiene que regirse por la ética del psa y sus principios, si no es analítica no
pasa nada pero no digamos que eso es psa, eso es lo que está planteando Lacan.
El nivel de la estrategia él lo articula a la transferencia y dice lo siguiente, página
562 punto 5: "en cuanto al manejo de la transferencia mi libertad en ella se
encuentra por el contrario alienada por el desdoblamiento que sufre allí mi persona
y nadie ignora que es allí dónde hay que buscar el secreto del análisis, lo cual no
impide creer a algunos que han progresado gracias a esa docta afirmación, que el
psa debe ser estudiado como una situación entre dos", cuando Lacan plantea que
el psa según el esquema anterior había 4 lugares: uno es el eje imaginario donde
se presentaban todos los obstáculos y otro es el eje simbólico que es el que
tenemos que hacer surgir. Sin duda se ponen condiciones que restringen sus
movimientos pero permanece el hecho de que la situación así concebida sirve
para articular los principios de una domesticación del yo débil y por medio de un
yo que le gusta creer que por fuerza cumple ese proyecto porque es fuerte”. Está
criticando acá ampliamente la concepción que tienen los posfreudianos. Y él dice
lo siguiente: "estás desviaciones no las mostramos pro nuestro gusto, sino más
bien para hacer de sus escollos bollas de nuestra ruta"  o sea para marcar por
dónde no hay que ir y por dónde sí. De hecho todo analista experimenta siempre
la transferencia en el asombro del efecto menos esperado de una relación entre
dos que fuese como las otras, se dice que tiene que componérselas allí ante un
fenómeno del que no es responsable y es conocida la insistencia que puso Freud
en subrayar su espontaneidad en el paciente. O sea Freud ya había dicho que la
transferencia es algo que tenemos en muchos espacios no solo con el analista,
tenemos transferencia con alguien con quién estudiamos, con el médico, con el
odontólogo. Ahora la particularidad que la transferencia tiene en el dispositivo
analítico es que el analista la usa como un medio para intervenir, lo que yo
interpretó en transferencia, y como interpreto LA transferencia. Qué dice Lacan en
este texto sobre esta noción que si es un concepto freudiano, dice que acá el
paciente siempre nos toma por Otro, o sea el paciente se arma un Otro siempre y
en la transferencia siempre somos tomados por ese Otro del paciente, por eso
dice que nuestra persona sufre un desdoblamiento. Cuando el paciente se
enamora, no se enamora de mí, se enamora de ese Otro por el cual me ha
tomado, entonces yo no puedo responder a eso sin leerlo.
En esta dimensión de la estrategia en la transferencia, Lacan dice nuestra libertad
es un poquito más amplia acá pero tampoco tanta porque siempre somos tomados
por el otro que se arma el paciente y tenemos que ubicar muy claramente entre las
primeras entrevistas cuáles es ese Otro, si  es un Otro que lo rechaza, si es un
Otro que lo ama siempre, si es un Otro que lo persigue, cual es ese Otro que se
arma. Es crucial que podamos ubica eso. El analista paga con su persona, en
tanto se lo toma siempre por Otro.
Y después tenemos la dimensión de la táctica, que él lo articula con la
interpretación, en el texto Lacan plantea en la página 561 apartado IV dice:
"interprete de lo que me he presentado en afirmaciones o en actos, yo decido
sobre mi oráculo y lo articulo a mi capricho". Cuando Lacan dice "decido sobre mi
oráculo y lo articulo a mi capricho".
Oráculo quiere decir (Eduardo lo preguntó en un final y nadie lo supo responder) la
interpretación en la neurosis es siempre oracular, o sea que el analista no explica
cuando interpreta, sino que el analista, si la interpretación del analista es siempre
un decir, porque no importa tanto lo que el analista dice o lo que hace como dice
Lacan, sino la posición desde la cual dice o hace eso. O sea si uno está en
posición analítica no importa tanto lo que yo diga, sino que eso sea dicho desde
esa posición.

Entonces la interpretación es siempre oracular, siempre deja un punto vació, un


punto enigmático para que sea el sujeto el que interprete.
Cuando hablamos de responsabilidad subjetiva, lo que nosotros vamos a ubicar
siempre, no es ni que el paciente se haga cargo, ni culpabilizarlo, sino ubicar cual
han sido sus respuestas, la responsabilidad subjetiva es eso, ubicar cual es la
respuesta del sujeto ante lo que le viene del Otro. 
Es en este nivel que el analista paga con sus palabras. Dice "pagar con palabras
sin duda si la trasmutación que sufre por la operación analítica las elevas a su
efecto de interpretación". Esto quiere decir, que uno dice algo, pero no sabe de
antemano que eso va a ser una interpretación. La interpretación es  una
interpretación por el efecto que produce, après coup. Lacan tiene una frase muy
linda que dice, el analista es siempre al menos dos, aquel que con su palabra
produce efectos y aquel que a esos efectos los formaliza. Cuando uno está como
analista no está pensando interpreto, no interpreto, sino uno dice algo tomado por
la lógica de ese caso y después en todo caso ve que hace con eso, lo formaliza.
Producimos el efecto y después en un segundo momento lo formalizamos, vemos
si fue una interpretación y porqué es una interpretación, a que lógica respondió
eso que hicimos.
Es en este nivel que el analista paga con sus palabras. Dice "pagar con palabras
sin duda si la trasmutación que sufre por la operación analítica las elevas a su
efecto de interpretación". Esto quiere decir, que uno dice algo, pero no sabe de
antemano que eso va a ser una interpretación. La interpretación es  una
interpretación por el efecto que produce, après coup. Lacan tiene una frase muy
linda que dice, el analista es siempre al menos dos, aquel que con su palabra
produce efectos y aquel que a esos efectos los formaliza. Cuando uno está como
analista no está pensando interpreto, no interpreto, sino uno dice algo tomado por
la lógica de ese caso y después en todo caso ve que hace con eso, lo formaliza.
Producimos el efecto y después en un segundo momento lo formalizamos, vemos
si fue una interpretación y porqué es una interpretación, a que lógica respondió
eso que hicimos.

Eduardo Suarez "La eficacia de la interpretación".


(3er clase adultos 04/05/2018)
- Noción de verdad por psa, no hay una verdad objetiva, que lo que digo se
corresponde efectivamente pasa en la realidad, sino que es la verdad de cada
sujeto.
- Dos vertientes de la transferencia: la transferencia como motor de un análisis,
como lo que motoriza el análisis, como también lo que puede obstaculizar, hicimos
una diferenciación en interpretar en transferencia e interpretar la transferencia.

Cómo se inician los análisis hace alusión, sobre todo a la entrada en análisis, que
vamos a formalizar con el algoritmo de la transferencia.
Cuando hablamos de entrevistas preliminares, es interesante, se puede plantear la
entrevista preliminar una vez que se ha iniciado el análisis, o sea après coup, una
vez que el sujeto a entrado en análisis, yo puedo decir que lo que estuvo antes fue
un tratamiento preliminar. Si no más allá que nosotros decimos, estamos en
preliminares o el paciente está en preliminar en realidad eso solo puede decirse o
es preciso conceptualmente una vez que el paciente ha entrado en análisis
entonces eso après coup se constituye en entrevistas preliminares. Y en esas
entrevistas hay como tres cuestiones muy importantes que uno tiene que poder
ubicar, localizar, realizar, que tienen que ver con el diagnóstico, con la puesta en
forma del síntoma y con la instalación de la transferencia.
Es muy importante que tengan en claro que muchas de las cuestiones que voy a
plantear acá valen para la neurosis pero no la clínica de la psicosis. El algoritmo
de la transferencia no vale para la clínica de la psicosis que tienen otra lógica. 
Leeré algunos párrafos de este texto. En la pagina 286 Miller dice algo qué es muy
interesante y de lo cual a veces nos olvidamos, dice lo siguiente: "a título de qué
aceptamos a alguien que no anda bien en análisis, lo admitimos en la medida que
creemos que hay cierto tipo de síntoma que no conciernen a la medicina,
admitimos a un sujeto cuando pensamos que su síntoma podrá curarse por medio
de un enunciado formulado en forma explícita"; o sea que admitimos a alguien en
un momento analítico una vez que hemos ubicado que aquello del cual padece
tiene una causa, que es una causa de palabra. Acá Miller es muy freudiano si se
quiere, retoma esta noción de Freud de que el síntoma era el producto de un
enunciado reprimido y qué si uno llegaba a ese enunciado reprimido el síntoma
podría curarse o levantarse. Después Miller al igual que Freud y Lacan, lo vuelve a
conceptualizar y retomar que no es tan simple, porque nuestro síntoma están
hecho no solo de palabras, no solo de significantes, sino que hay otra dimensión
que es crucial que es la dimensión de lo pulsional. La pulsión como esa fuerza
interior que empuja constantemente (recuerdan que la pulsión se satisfacía
siempre parcialmente, en ese recorrido bordeando las zonas erógenas) no hay
satisfacción total, ese recorrido por el objeto terminaba para volver a comenzar
siempre y cada vez, de hecho Freud decía, cuando se le da de comer a la pulsión
más quiere; y la pulsión tiene como dos cuestiones, hay ciertos recorridos
pulsionales o cierta modalidad de satisfacción de la pulsión que genera placer y
cierta modalidad de satisfacción de la pulsión que genera displacer, padecimiento,
y que tiene que ver con lo que Lacan conceptualizó con la noción de goce, y qué
Freud llamó pulsión de muerte. El goce siempre es un exceso, es siempre algo
que empuja, que exige un cierto trabajo; y cuando hablamos de cierto goce en el
síntoma, tiene que ver con esa satisfacción paradójica, con que algo se satisface
en el síntoma y nos hace padecer, por eso es tan difícil soltarnos de nuestros
síntomas, por eso inclusive cuando en cierto tramo del análisis llegamos a ubicar
que nos liga por ejemplo a determinado partenaire que nos hace padecer, no es
tan fácil soltarlo, soltar eso, porque hay algo que se satisface allí, no es algo
solamente por la vía del significante, sino que hay todo un trabajo que uno tiene
que hacer en un análisis sobre la dimensión del goce.
Entonces, lo que acá Miller nos está diciendo, es lo siguiente en la pág. 288 "cómo
comienzan los análisis pues, primeramente comienzan por el consentimiento de
admitir a alguien para la operación analítica a condición de asegurarse de qué los
síntomas que motivan la demanda, son síntomas de tipo analítico y no de tipo
médico". 
Para hacer un diagnóstico primero tenemos que ir delimitando varias cosas:
1. si ese síntoma tiene causa de palabra y no es un síntoma orgánico.
2. Hay que asegurarse de una segunda cosa, no solo que el síntoma en cuestión
sea de orden analítico, sino de que también de que el paciente candidato sea
capaz de aportar un texto para leer, incluso de leer de diversas maneras lo que el
mismo aporta. O sea, que sea capaz de asociar libremente. Está capacidad de
asociación libre es un criterio de analizabilidad.
O sea que uno también tiene que diagnosticar si se quiere el criterio de
analizabilidad de un paciente, esto es más que nada para los pacientes
neuróticos. 

Miller dice algo qué tiene que ver con el criterio de analizabilidad: "En el análisis, o
sea que el sujeto vaya ubicando en el análisis, hay una distancia entre lo que digo
y el compromiso que yo tendría en ese dicho." Distancia entre el enunciado y la
enunciación, una cosa es la que yo digo y otra cosa es la posición (la enunciación)
desde la cual yo digo eso, que es en esa posición, esa enunciación donde está el
sujeto.

- Texto de Miller "introducción al método analítico"

Página 38: "no digo que el analista deba ser ciego, es bueno tener una idea si el
paciente es una mujer o un hombre, pero es mejor tener en consideración un
cambio. Pero lo esencia con todo no es esa dimensión, lo esencial es lo que el
paciente dice. Nos detendremos un poco más en la significación de esa frase, lo
esencial es lo que el paciente dice;  lo que significa separarnos de la dimensión
del hecho para entrar en la dimensión de lo dicho". Entonces, no nos importan los
hechos, nos importa lo que el paciente dice de eso.
Ahora bien Miller también dice algo que es crucial, no digo que el analista deba ser
ciego, no es que no vemos nada. Volviendo a la neurosis obsesiva y como el
cuerpo queda bastante dividido, donde lo libidinizado es el pensamiento. Un
obsesivo puede venir a la sesión con 40  grados de fiebre,  a mostrarnos lo
comprometido que está con el tratamiento, y uno no puede hacer como que ahí no
ha pasado nada.
Página 39: "de esta manera ir de los hechos a los dichos no es suficiente, es
esencial un segundo paso, el paso siguiente es cuestionar la posición que toma
aquel que habla en relación a sus propios dichos, localizar el decir del sujeto".
Página 40, da ejemplos, dice: puedo decir por ejemplo "vengo mañana" ese es el
dicho. Pero se puede indicar el valor que se da a ese dicho de diversas maneras,
puedo decir vengo mañana, es una mentira (es mi posición ante el 'vengo
mañana'), o vengo mañana con certeza, o vengo mañana si no voy a otro lugar, o
vengo mañana seguro que sí. La posición es lo que va a definir además qué
sentido tiene eso que estoy diciendo.
Página 46 (otro ejemplo) "Un paciente dice soy un don nadie (ese es el dicho),
pero el sujeto dice inmediatamente después, es lo que mi padre siempre decía; y
con eso el valor de la primera frase cambia con la segunda". Acá Miller introduce
una cuestión preliminar, lo que Lacan llama "la atribución subjetiva", dice no hay
una sola cadena significante, sin que se plantee la cuestión del sujeto, de quién
habla y desde la posición que habla. En toda cadena significante la cuestión es de
atribución del sujeto al dicho. Lacan dice, la estructura propia de la cadena
significante es determinante en la atribución subjetiva que por regla es distributiva,
es decir, con varias voces. Una palabra es en realidad, la repetición del discurso
del Otro, es una cita, es la voz del padre, cuando el sujeto dice por ejemplo "soy
un don nadie". Lo que está queriendo decir acá Miller, es que cuando nosotros
vamos ubicando la posición del sujeto ante aquello que dice, estamos empezando
a ubicar esas distintas voces, distintas palabras que vienen del Otro del lenguaje,
del Otro como lugar de la palabra encarnado por el padre, la madre, el tío, quién
se haya constituido como un Otro de algún modo para ese sujeto y como ese
sujeto es hablado por el Otro. Cuando Lacan dice el inconsciente es el discurso
del Otro, tiene que ver con qué los significantes (S1) con los cuales el sujeto se
hace representar para suturar, para obturar, para anular su falta en ser, son
significantes que vienen del Otro.
Cuando uno hace la experiencia de un análisis lo que empieza a poder hacer es
tomar distancia de esos S1, por los cuales se ha hecho representar y a los cuales
se ha identificado.
Por otro lado tenemos también el diagnóstico de estructura, tiene que ver con
también poder ubicar la posición del sujeto en relación al lenguaje. Insisto, las
alucinaciones pueden darse tanto en un sujeto histérico como en un sujeto
esquizofrénico, ahora, en uno van a tener la forma de cadena significante
funcionando, la histeria las alucinaciones va a asociar. Y otra es la de un sujeto
que ubicamos que la alucinación es un fenómeno de cadena rota, o que la cadena
se restituyó pero por la vía delirante y si uno indaga un poco más puede ubicar
que en el momento que apareció por primera vez esa alucinación era un
fenómeno de cadena rota, no se anudaba a nada.
El diagnóstico se hace siempre en transferencia.
Miller dice en la página 290: "El modo de decir propio del análisis supone qué, aún
si no pongo a mi cuenta lo que digo, al menos lo pongo a cuenta de algo que me
concierne, a cuenta de mi inconsciente" hay algo de mí que habla, más allá de mí,
de lo que yo quiero decir, de mi intencionalidad. A partir de eso que va surgiendo
uno puede hacer diversas lecturas, en la medida que uno va modificando su
posición subjetiva puede ir leyendo de manera diferente su propia historia.
Miller plantea dos dimensiones de la transferencia: libidinal y significante.
La dimensión significante que tiene que ver con la lectura (esto lo veremos bien
con el algoritmo de la transferencia, tiene que ver con esa transferencia que opera,
haciendo que el analista pueda ir haciendo distintas puntuaciones en el texto de
un paciente, que vaya provocando diferentes desarrollos de verdad y la
rectificación de su posición subjetiva). Pero está también la cuestión libidinal y
cuando a parece la cuestión libidinal cuando nos convertimos en el objeto híper
amado del analizante, o el paciente nos odia y eso se convierte en un escollo y
uno tiene que interpretar la transferencia, o sea Dora quién le dice en los sueños a
Freud, le dice te estoy poniendo en serie con mi padre y el Sr K, Freud por su
fantasma no puede leerlo y entonces cae en la trampa por eso Dora se va, pero es
en esos momentos que aparece algo de la vertiente libidinal. Más allá que
visualicemos la transferencia en toda su magnitud o su dimensión; Miller dice
bueno, cuando alguien, (la vertiente libidinal siempre está, en algunos momentos
aparece con todo su despliegue si se quiere y se convierte en un obstáculo) pero
aquel que ayuda que el sujeto se vaya leyendo, o sea vaya leyendo sus
posiciones, se convierte necesariamente en un objeto libidinal.
Eduardo siempre pone un ejemplo que me parece muy gráfico, que es lo
siguiente, si ustedes van a otro país, van a China y no saben hablar chino y tienen
a alguien que les traduce todo el tiempo las cosas, lo terminan queriendo un poco
al que les traduce, porque si no les traduce no podrían vivir, con un analista pasa
lo mismo, alguien que nos va ayudando a leer nuestra propia historia de otro
modo, que nos puntúa cosas, que aparecen ciertos efectos de verdad, uno lo
empieza a querer un poco, o a veces a odiar, el obsesivo a veces nos odia, la
transferencia negativa con un obsesivo para mí son más difíciles que las
transferencias psicóticas. Pero bueno, digo, aparece algo de eso necesariamente,
sin eso no podríamos llevar a cabo un análisis.
Miller va a plantear algo que tiene que ver con que la transferencia es condición de
la interpretación. Sobre esto quiero hacer una aclaración crucial, si bien es verdad,
si hay una interpretación que es la que funda la transferencia y si bien es verdad
que hacer cierto tipo de interpretaciones antes que esté instalada la transferencia
es un error, a veces bastante grave, obviamente para llegar a ese momento en el
cual la transferencia definitivamente se instala y que el (sujeto neurótico) entra en
análisis y demás, durante todas las preliminares que pueden durar un mes, una
semana o 5 años, uno hace intervenciones, cierto tipo de interpretaciones, sino
cómo pongo en forma el síntoma, cómo diagnóstico, sino cómo hago que la
transferencia en algún momento se instale, se entiende? En todo caso uno espera
que la transferencia termine de instalarse y el sujeto entre en análisis para hacer
cierto tipo de interpretaciones o de intervenciones, pero eso no quiere decir que
durante las preliminares eso no este. Porque insisto, sino sería imposible lograr
todo esto.
Otra cuestión crucial, que Miller también resalta y suele entenderse muy mal. La
cuestión de la demanda, cuando Lacan dice que no debe responderse a la
demanda, no está diciendo que si alguien no sé, nos pide que le cambiemos el
horario de la entrevista, le decimos que no, o que si el paciente nos pide un vaso
de agua no respondemos, no quiere decir eso, NO RESPONDER A LA DEMANDA
QUIERE DECIR, QUE EL SUJETO VIENE CON UNA DEMANDA A LA
ENTREVISTA CON NOSOTROS, analizamos síntomas, sino no hay un síntoma
en juego, un padecer demás estoy desorientado, no tengo brújula, entonces no
puedo analizar nada. No responder a la demanda es solidario de interpretar e
interrogar la demanda. No respondo a la demanda tal como el paciente me la
formula inicialmente, en crudo si se quiere, lo que tengo que hacer es poner a
trabajar esa demanda, interrogarla, es interpretarla.
A eso se refiere Lacan, con no responder a la demanda.

- ALGORITMO DE LA TRANSFERENCIA.

Vamos a ir articulando esto con el texto de Eduardo que se llama "la eficacia de
la interpretación".
Estamos hablando de la eficacia del inconsciente, o sea el inconsciente como
se los señalaba hace un rato en el texto de Miller, como una palabra, como un
significante que en tanto reprimido es eficaz y provoca un síntoma. Esto es
crucial, el dispositivo analítico es un dispositivo de palabra y la interpretación
no es ni más ni menos que una palabra que es eficaz. Pero dice Eduardo, que
es eficaz a condición de qué no sea una orden (o sea que no sea una palabra
dada desde el discurso del amo), que no sea una demanda de amor (una
demanda desde el discurso de la histérica), que no sea una palabra de saber,
una explicación; la interpretación no es nunca una explicación, es siempre
oracular, o dejar un punto vació o enigma que es el sujeto el que va a
completar eso con su propio fantasma y síntoma; o sea que es una palabra
que se dice si se quiere desde el discurso analítico, de una posición analítica.
Y lo importante no es tanto lo que el analista dice, sino el lugar del que lo dice,
la posición, importa la enunciación.
- Eduardo diferencia 3 momentos de la interpretación en la cura:
1. Tiene que ver con la precipitación del síntoma y la instalación de la
transferencia: tiene que ver con ir poniendo en forma el síntoma, que alguien
que viene a decir que padece de ciertas cosas, a quejarse como vino Dora a
Freud, que pueda haber una rectificación subjetiva, un cambio de posición en
relación a eso y que empiece a ubicar como él participa en aquello que lo hace
padecer y pueda circunscribir que es lo que lo hace padecer, que el síntoma se
recorte con claridad y esto es crucial para la entrada en análisis, que el
síntoma esté recortado, puesto en forma. Y la instalación de la transferencia
que si bien, que se va haciendo paulatinamente a partir de las intervenciones
que el analista va haciendo, en un momento se instala y se instala cuándo
aparece el algoritmo de la transferencia (matematización de Lacan). 
- Dispositivo del pase: dispositivo para que, aquellos que han llegado al
final del análisis, o sea que han partido de un síntoma que los hace padecer
de más y han logrado un final dónde con ese mismo síntoma pero ya
analizado y elucidado pueden no eliminar ese síntoma, sino usarlo, saber
hacer con ese síntoma. Entonces, ese síntoma en lugar de hacerlos
padecer, es algo que les sirve al sujeto, es una solución que sirve. El
síntoma y el fantasma no se elimina nunca, pero uno cuando está advertido
de eso, puede tomar distancia y usarlo, en lugar que sea un obstáculo
operando de modo inconsciente.
 y solo en un análisis puede formalizarse con precisión las entradas y las
salidas. Lo que pasa en el medio, hay algo que pierde (uno lo puede
formalizar), que no puede matematizarse, no se le puede poner un
algoritmo a eso. Pero si se puede matematizar la entrada y la salida; y es
en ese contexto que Lacan plantea el algoritmo de la transferencia, ¿se
entiende?
¿Qué nos dice el algoritmo de la transferencia?
El significante de la transferencia, a ser un significante que el analista recorta del
discurso del paciente, mediante una interpretación aísla ese significante, y que
nombra el síntoma de ese paciente. Y cuando hablo de significante no hablo de
una sola palabra, puede ser una frase entera. Puede ser alguien que lo rechazan y
termina preguntándose qué hago siempre para que me rechacen, ven que hay un
cambio de posición, paso de la queja a ahí, ubicar que yo hago que el otro me
rechace, pero no puedo dejar de hacerlo. el 'no poder dejar de hacerlo', me
introduce en algo de la dimensión pulsional , eso que no cesa de empujar.
Entonces, eso que insisto, puede ser una palabra o una pregunta, es recortado
mediante una interpretación por el analista y se va a articular de algún modo, a lo
que Lacan le llama un significante cualquiera; es un significante, o sea el analista
ahí es un significante cualquiera.
Retomo algo del texto de Eduardo en este punto, él dice que: "esta primera
interpretación, funda al síntoma como interpretable (si en tanto recorta el síntoma
como un significante) y se instituye la suposición del saber, o sea funda el sujeto
supuesto saber." Y acá es crucial porque siempre se confunden en esto y Eduardo
suele preguntarlo en los exámenes finales, qué es el sujeto supuesto saber, no es
el analista, sino que es la creencia en el inconsciente, es creer que mi síntoma
tiene una causa que puedo encontrar hablando, o sea es suponer que lo que está
en la causa de mi síntoma es un saber no sabido, pero que si hablo lo voy a poner
encontrar. Obviamente que algo de saber le supongo al analista, si no, no iría pero
no es eso el sujeto supuesto saber. En el Seminario XVII Lacan lo dice con todas
las letras, sujeto supuesto saber tiene que ver con la creencia en el
inconsciente. Y por eso, acá Lacan reduce al analista a un significante, pero acá
no está en juego (en el algoritmo la dimensión libidinal), ninguno de nosotros elige
cualquier analista, como ninguno de nosotros elige a cualquiera como partenaire,
porque hacemos esas elecciones desde nuestro fantasma, o sea no elegimos
cualquier cosa nunca, nuestras elecciones están determinadas por ciertas
condiciones.
Si bien es verdad que puede caer la transferencia con un analista, pero eso no
quiere decir que caiga la transferencia con el sujeto supuesto saber, o sea, esto
quiere decir que yo puedo terminar mi trabajo con un analista porque ya algo ahí
se agotó, porque ya las intervenciones que me hace no me cierran, sigo siempre
empantanado en el mismo lugar (ahora veremos por qué) pero sigo creyendo que
mi síntoma tiene una causa, que la puedo encontrar hablando y voy con otro
analista. El sujeto supuesto saber sigue funcionando, por eso no es el analista.
Entonces el algoritmo de la transferencia lo tiene explicado muy lindo Miller en la
página 298, dice en la expresión el significante de la transferencia lo que cuenta
es el artículo definido él, es un significante distinguido, singular al cual Lacan
opone lo que llama significante cualquiera, que es un significante entre otros, pero
¿qué es el significante de la transferencia? Es aquel apropósito del cual ustedes
se preguntan qué quiere decir cualquier cosa que encuentren y les produzca ese
efecto y cuya significación les importa porque suponen que les atañen. Es un
significante en la medida que se pregunten qué quiere decir y es el significante de
la transferencia en la medida que van a buscar la respuesta dónde un analista. Y
después aclara que en este algoritmo el analista queda reducido a un mero
significante. Aunque yo les dije no es meramente eso, ¿sí? Pero entonces algo
que no les dije, cuando yo les dije que el significante de la transferencia tiene que
ver con algo que el analista recorta del discurso del paciente, que tiene que ver o
que nombra en algún punto su síntoma, tiene que ver que eso divide al paciente.
El sujeto no sabe qué quiere decir, insisto o sea 'se que me hago rechazar pero no
sé por qué lo hago'.
2. Eduardo acá plantea como el segundo tiempo de la interpretación sería lo que
él dice de la asociación libre y la interpretación significante, porque alguien se
acostaría en un diván y diría cualquier cosa, porque justamente, si bien uno
siempre ya desde el principio apela a que el paciente, a ver que se le ocurre con
eso, la asociación libre propiamente dicha en su máxima expresión aparece
cuando se sanciona la entrada a diván. Entonces uno diría cualquier cosa, aunque
sea absurdo. 
Eduardo puntúa muy bien acá, que si en el primer momento la interpretación funda
la creencia en ese inconsciente, en este 2do momento se verifica, vía la
asociación libre y las interpretaciones que va haciendo el analista, que el
inconsciente existe y que tiene eficacia. Va recortando, aislando, los distintos
significantes por los cuales se ha hecho representar. Y él dice que en ese
momento hay cierta libido que estaba retenido, el deseo que estaba retenido en
esa alienación a ciertos significantes que comandaban nuestras decisiones y
demás, poder tomar un poco de distancia de eso o en la medida que van cayendo
algunas de esas identificaciones, hay más disponibilidad libidinal para hacer cosas
que tienen que ver con el deseo del sujeto y no con los mandatos del Otro, eso va
cayendo hay cierta libido que queda disponible para que el sujeto empiece a hacer
cosas, tomar decisiones o hacer actos que tienen que ver con su deseo singular y
no con todos los mandatos del Otro.
Y también algo muy importante que no les dije del 1er momento y tiene que ver
con un efecto, es que una vez que uno ha recortado su síntoma, su problema y
supone qué no sabe cuál es la causa ahora pero la puede encontrar, eso alivia.
Porque no es lo mismo no saber que me pone mal, que me angustia y estar en
una indeterminación absoluta a poder decir a mí me angustia esto, mi problema es
este tendré que hablar bastante para llegar a la causa, pero es sobre eso lo que
voy a trabajar. O sea, ese salir de la indeterminación absoluta, provoca cierto
efecto de alivio.
Eduardo plantea un problema en este 2do momento de la interpretación que es el
siguiente, si el análisis solo tuviera en cuenta al significante sería eterno, sería
interminable. Qué es lo que posibilita que yo pueda terminar un análisis,
justamente la dimensión más compleja de trabajar con un análisis que tiene que
ver con lo pulsional, con la cuestión del goce. Acá Eduardo lo plantea y dice que la
última interpretación apunta a la destitución del sujeto supuesto saber y lo
indecible, él acá se mete con el objeto y demás, no voy a meterme con eso ahora
pero quiero que les quede una idea.
Cuando alguien va ubicando en un análisis los S1 por los cuales se ha hecho
representar y va ubicando distintos sentidos que les puede dar a eso, o sea
distintas verdades que se pueden ir desplegando, uno pasa por todo eso y por
todo ese despliegue pero para después empezar a reducir eso, para que después
eso se vaya vaciando de sentido. Llega un momento en el cual di tantas vueltas
por el sentido que eso empieza a ser un sin sentido, entonces "ser un don nadie"
ya no sé qué quiere decir.  Se empieza a vaciar, el sujeto insisto empieza a hacer
la experiencia de la falta en ser, o sea que él se ha hecho representar por varios
S1 para suturar eso, pero que eso es insaturable en un punto y que ninguno de
esos significantes termina de nombrarlo, que esos significantes son semblantes,
son identificaciones pero que no terminan de nombrarlo nunca y en ese punto son
mentirosas. Entonces lo que puede empezar a hacer no es no estar identificado a
nada, porque es imposible, uno tiene que identificarse a ciertas cosas para andar
en el mundo, pero si tomar distancia de esas identificaciones y usarlas.
Y respecto de la dimensión libidinal, de la dimensión que tiene que ver con el
goce, con la pulsión, el sujeto logra armar algo ahí en el final, una solución, un
síntoma que incluye el síntoma que ya tenía pero ya no lo hace padecer tanto. Eso
se ve con claridad en los testimonios del pase, como un sujeto a logrado hacer de
aquello que lo hacía padecer algo que puede usar a su favor y un saber hacer con
eso. Ahora cuando yo ya puedo subjetivar, puedo hacer la experiencia de este sin
sentido y de que existe la falta en ser y de que no hay palabra última, entonces ya
no puedo pedir esa palabra al Otro, porque lo que a mí me hace seguir yendo a un
analista, es suponer que el Otro o me va a dar o me va a ayudar a encontrar esa
palabra, pero si yo llego a la conclusión de que eso no existe, de que no hay
palabra última sobre eso, entonces el Otro cae, o sea el Otro que es el analista,
pero también es la creencia en el inconsciente porque sé que ya no voy a
encontrar la causa última. En todo caso, una vez recortado mí goce tendré que
lograr un saber qué hacer con eso, pero que eso va a ser una invención mía no la
voy a poder extraer de una palabra inconsciente no sabida.
La clínica y sus dispositivos.
(4ta clases de adultos. 01/06/18)

Preguntas de entrada en análisis o pase a diván, yo las ibas a retomar porque son
preguntas interesantes pero como el práctico de hoy que es el psa y sus
dispositivos, la clínica y sus dispositivos está un poco aparte de todo lo que
veníamos viendo, o sea tiene algunos contenidos que son muy particulares y de lo
que sería el psa en las instituciones. Lo que voy a hacer es hoy darles el práctico
que es de una sola clase y la vez que viene que empezamos con clínica de la
neurosis si voy a retomar, además vamos a ver un caso de histeria y la entrada en
análisis y demás, si voy a retomar esas cuestiones y les voy a mandar escaneado
dos textos con respecto del uso del diván que justo en una revista que salió hace
dos semanas, yo les mandé la invitación que venía Eric Laurent.

Práctico N°2: La clínica y sus dispositivos.


Freud plantea en uno de sus textos la posibilidad y su deseo de que el psa se
extienda a otros dispositivos que tuvieran que ver con las instituciones y con la
salud pública, el no llegó a ver la expansión y la extensión que logró el
psicoanálisis.
Voy a intentar a desarrollar los 3 puntos que hay acá: La clínica en lo social, el
sujeto y el ideal inserción desinserción, para estudiar hay que guiarse por esos
puntos.
Respecto de la inserción y desinserción hace varios años, si mal no recuerdo en el
2004 hubo en Europa un congreso que trabajó estos términos, que no son
términos propiamente analíticos, sino que vienen del campo de la sociología y de
las políticas sociales, y que tiene que ver justamente con la inserción o
desinserción en términos del mercado laboral y del sistema de producción del
consumo, pero como eran significantes amos de la época, permitían nombrar
muchos fenómenos sociales, el psa lo que hace es empezar a escuchar como
algo de eso insiste y hacer un congreso sobre cómo podemos tratar esos
significantes desde el psa, qué usos podemos darle. Y sobre todo porque mucha
de las presentaciones de la época que vamos a ver cuando veamos el práctico 6
por Octubre, Noviembre, tiene que ver con lo que se ha denominado 'sujetos
desinsertados o desamarrados del lazo social' que el psa no entiende como lo
entiende el mercado, pero si mucha de las presentaciones tienen y tenían que ver
con eso en ese momento, por eso digamos se hizo un congreso sobre esa
cuestión y otra de las cuestiones que Miller marcó la dirección de ese congreso,
planteó la inserción del psa en las instituciones públicas, que si bien en Argentina
y Latinoamérica  ya tenía antigua data, en Europa no lo tenía de hecho no lo tiene,
el psa está escasamente insertado en la cultura y en las instituciones allá. Pero en
ese momento en Francia se habían creado algo que Miller nombra en este texto
"contextos y aportes del encuentro" que eran los centros de trabajo "centros
psicoanalíticos de consulta y tratamiento", eran como distintos centros en distintas
partes de la ciudad dónde había psicoanalistas y la gente podía ir a atenderse
gratuitamente. Lo que pasó, es que esos centros se extendieron en demasía y ya
el riesgo que se estaba corriendo y es por eso que Miller empieza o introduce está
pregunta en este congreso, es que la práctica del psa se burocratizara porque ya
el Estado, como esos centros tenían mucha demanda y demás, la salud pública,
allá está estandarizado y Miller piensa y previendo esto poniendo una pausa a
estos centro y pensemos qué estamos haciendo ahí, cómo estamos trabajando y
demás. Por eso también está la cuestión de cómo se inserta el psicoanálisis, él
plantea un lugar posible que va a llamar lugar alfa pero que en otro texto, tanto él
como Laurent han denominado lugar extimo. La noción de extimidad es una
noción que Lacan plantea en el Seminario VII y es una noción que él introduce a
partir de sus estudios en la topología, es una noción que quiere decir que uno no
está ni adentro ni afuera sino en el borde.
Entonces si el analista está fuera de la institución, si está afuera no puede
intervenir, de afuera no se puede intervenir las cosas, de afuera en todo caso nos
podemos quejar o criticar, pero no podemos intervenir nada. Si estamos
completamente adentro podemos correr el riesgo de quedar subsumidos o
arrasados por los ideales que tiene esa institución, que toda institución tiene sus
ideales. A ver la facultad tiene sus ideales, sus objetivos, como quiere formarlos a
ustedes, el curso universitario tiene un objetivo, producir vía del discurso
universitario los alumnos son objetos, la facultad produce objetos que después va
a ofrecer al mercado. El tema es quedar arrasado por esos objetivos, por esos
ideales o no. Cuál es el ideal de una institución hospitalaria, curar. El tema es que
vamos a ver que en muchas situaciones ese ideal que tienen las instituciones
hospitalarias de curar, entra en contradicción con el deseo o con ciertas
presentaciones de sujetos y ahí se generan conflictos. Y es ahí donde el analista
si esta tomado, o totalmente subsumido por esos ideales, totalmente alienado no
puede leer los efectos que genera esos ideales y los síntomas que genera en los
médicos, en los sujetos y no se pueda intervenir. Por eso es que Miller dice ni
adentro ni afuera, sino en ese borde que permita leer los síntomas que produce
distintas lógicas discursivas, o sea el discurso de la institución es un discurso amo,
hay objetivos, hay ideales, hay normas, hay que cumplir con eso. Cuando ese
discurso amo genera síntomas en algunos casos, poder leer eso y poder
intervenir. Por eso Miller dice, en algunos casos es mejor que el analista no esté
muy insertado, sino que se desinserte un poco, porque si nos insertamos
demasiado y nos alienamos demasiado a la norma, burocratizamos nuestra
práctica. De hecho así como les decía hoy, que este congreso se hizo también por
las presentaciones de la época y por estar algunos sujetos desinsertados del lazo
social, desamarrados del Otro del lenguaje, la anorexia, las adicciones van en esa
línea, también hay sujetos que están demasiado insertados, demasiado
adaptados, aunque sea el discurso universitario. Alguien que está en el discurso
universitario, (no lo piensen como Universidad, sino como una empresa que exige
alto rendimiento, también está inmerso en el discurso universitario) es una lógica
discursiva pero no la institución universitaria.
Para estar en ese discurso y producir, y no caerse de ese discurso, muchas veces
los sujetos consumen drogas, consumen en exceso para poder rendir, que les
vaya bien y estar despierto 24 horas y no sé, la gente que trabaja y hacen
software muy complejos. En Japón se ve mucho, hay suicidios cuando los sujetos
no logran entrar a la Universidad, ¿por qué es eso? Porque eso es un lazo, que de
algún modo nombra al sujeto, o sea el sujeto se nombra a través de una
evaluación sino pasa esa evaluación queda desinsertado el lazo, queda caído es
como si no tuviera ningún lugar, entonces con esos sujetos el psa busca
desinsertarlos un poco, desadaptarlos un poco a esa lógica a la que están
alienados.
Otra de las cuestiones que planteaba acá, es la clínica en lo social. Está es una
crítica que el psa ha tenido, sigue teniendo, es un prejuicio sobre todo en
Argentina, decir que el psa no se ocupa de lo social, es desconocer que hay miles
de psicoanalistas que trabajan en instituciones públicas, que han trabajado en
políticas de DDHH con víctimas de la dictadura, es desconocer un montón de
cosas, pero más allá de eso, hay algo que está en la lógica misma del psa, en
cómo el psa piensa la constitución del sujeto y por eso no podemos decir que el
psa no se ocupa de lo social, porque para el psa el sujeto del cual nos ocupamos
necesariamente se constituye a partir del encuentro con el Otro social, con el Otro
del lenguaje encarnado en esos Otros primordiales. En psicología de las masas y
el análisis del Yo Freud dice lo siguiente: la posición entre psicología individual y
psicología social o de las masas que a primera vista quizás nos parezca muy
sustancial, queda una parte de asumir si se considera más a fondo. Es verdad que
la psicología individual se ciña al ser humano singular y estudia los caminos por
los cuales busca alcanzar la satisfacción de sus mociones pulsionales, pero solo
rara vez bajo determinadas condiciones de sección puede prescindir de los
vínculos del individuo con otros. En la vida anímica del individuo (Freud dice
individuo, Lacan sujeto), el otro cuenta con total regularidad como modelo, como
objeto, como auxiliar, y como enemigo y por eso, desde el comienzo mismo la
psicología individual es simultáneamente psicología social, en este sentido más
nato pero enteramente legítimo, la relación del individuo con sus padres y
hermanos, con su objeto de amor, con su maestro y con su médico, vale decir
todos los vínculos que han sido hasta ahora indagados preferentemente por el psa
tienen derecho a reclamar que se los considere fenómenos sociales. Es decir, que
ya para Freud no había una definición más si se quiere didáctica entre una
psicología y la otra, por como el sujeto se constituye, dijimos, el sujeto se
constituye como sujeto barrado y como falta en ser, en tanto el Otro del lenguaje
está barrado también no tiene una respuesta para decirles que tiene que hacer
con el cuerpo, con la sexualidad o puede nombrarlo de una vez y para siempre,
definirlo y marcarle un destino. Ahora ese mismo sujeto, toma de ese Otro, cierto
significante, ciertos S1 por los cuales se hace representar, si bien nada puede
nombrar de una vez y para siempre a su ser, no puede andar todo el tiempo sin
brújula, porque si anda sin brújula se angustia. Entonces tiene que hacerse
representar por ciertos significados.
Texto la inserción social del psa, el año pasado Eduardo hizo una pregunta muy
sencilla de este texto y nadie supo contestar, de Vilma Cocos, en el programa de
teóricos está en la Unidad 8 y ella dice lo siguiente, es muy clara: el síntoma es
social. La experiencia del análisis se asienta en el hecho social dado que hablar es
ante todo, hablar a Otros. En este caso, el síntoma es el resultado, la formación de
compromiso entre dos dimensiones heterogéneas, una humana, lo que el otro dijo,
lo que el otro silencio, la forma en que el sujeto incorporó o rechazó atributos,
prohibiciones, seducciones y sentencias; y otra dimensión real no simbólica
constituida por las pulsiones que constituyen la parte inhumana en lo humano,
rebelde a la palabra a la educación. O sea está diciendo que el síntoma se
compone de dos caras, una cara significante que tiene que ver con los S1 que un
sujeto a tomado del Otro, los S1 que efectivamente fueron dicho o fueron
silenciados y otra cara que es la cara pulsional, lo que Lacan en el Seminario X va
decir que es la cara del goce del síntoma, la cara que no puede ser nunca
domeñable por la palabra que resiste a la palabra, dice el psicoanálisis es un
modo original de tratar la parte inhumana del síntoma, las pulsiones que trabajan
en silencio a partir de su parte humana, la palabra, el llamado, la demanda, no con
el fin de eliminarla sino con el propósito de conseguir un artificio simbólico que le
confiera otro destino en la acción, en la praxis, en el discurso, no es sujeto sin Otro
y su equivalente no es síntoma sin Otro.
Por eso lo analista estudiamos la época y qué Otro social lidera en la época, por
eso no son lo mismo los síntomas de la época de Freud, que los síntomas de
ahora, porque los síntomas de cada sujeto también van a depender de la época.
Por ejemplo, el significante anorexia, es un significante que también tiene lugar en
la época, entonces esa presentación que es una presentación muy actual, la
anorexia, la adicción y demás, tiene que ver con el Otro social que hay en la
época, con el Otro simbólico de la época. El modo que hoy se presenta la histeria,
la N.O, no es el mismo que en la época de Freud. Pero porqué eso, porque si el
Otro simbólico, el Otro del lenguaje va cambiando, hay una parte del síntoma que
también cambia, más allá que hay algo que se mantiene que es lo real pulsional,
que eso si en un punto es estructural. Necesariamente el psa siempre, inclusive en
un consultorio privado se ocupa de lo social, está presente. Inclusive va a decir
Miller en este texto, creer que en un consultorio privado no está es no entender
cómo funciona, como está constituido un síntoma del sujeto.
Por otro lado, quiero introducir algo que también el año pasado Eduardo preguntó
en un final y nadie pudo responder que es: caracterice la especificidad de la
práctica analítica en el campo de la Salud Mental. Está pregunta tiene dos partes.
Una cómo pensamos el campo de la SM, cómo definimos a la SM y por otro, cómo
entendemos la especificidad (que es el fuerte de la pregunta) de nuestra práctica
en ese campo. ¿Qué es la SM? Bueno, podríamos decir que cada práctica, cada
disciplina que opera dentro del campo de la SM tiene una definición particular en
un punto, pero que hay algo que tiene que ver con el marco legal podríamos decir,
en lo que esas prácticas se desarrollan que da como ciertos paradigma, como se
piensa en un momento histórico, en un determinado lugar la salud de la gente.
Entonces podríamos decir que en el campo de la SM nos encontramos ya desde
el comienzo con prácticas que son heterogéneas, en el campo de la SM está tanto
la terapia Ocupacional, la psicología, la psiquiatría, el psa, las enfermeras que
tratan a los pacientes internados, los trabajadores sociales, hay múltiples
disciplinas que tienen una noción o una concepción, que son prácticas que cada
una de ellas tiene una política, un objetivo de que quiere hacer ahí de ese que
llama paciente de la salud mental, y todas esas prácticas que concluyen en un
campo, son prácticas que se sostienen en un marco legal. Y también protocolos,
acá voy a hacer una distinción que está muy bien trabajada en un texto que les
recomendaré que lean que es un texto de Laurent "El delirio de la normalidad", es
un texto muy genial, él dice que la salud mental no existe, lo que dice es que no
existe en tanto ideal, la definición que da la OMS de salud mental en 1948 la salud
como el completo bienestar físico, psíquico y social, es un ideal. No existe un ideal
para todos, es singular.
Voy a distinguir dos niveles, el nivel de lo universal que es el nivel de la ley, el nivel
de los derechos y el nivel de lo singular que es el nivel de la clínica. Obviamente
que a nivel de lo universal y Eric Laurent lo dice con muchísima claridad, el
analista  tiene obviamente que participar en distintos debates que tienen que ver
con el marco legal en que va a desarrollar su práctica. Para que el psa exista tiene
que haber cierto marco de derecho, el psa fue prohibido en la dictadura. El
psicoanálisis está a favor de los derechos humanos.
Hay otro nivel, que es el singular, nivel de la clínica, del síntoma de un sujeto
dónde yo tengo que dejar de lado mis ideales para poder escuchar. Dejar en
suspenso para poder escuchar ese caso singular, la lógica de ese caso.
Distinción entre la Ley y el protocolo, es una distinción fundamental. La ley,
siempre deja lugar a la interpretación, por eso existe los jueces y los abogados, es
un texto que exige siempre una interpretación. La ley de SM dice que la
internación tiene que ser dictaminada por un equipo interdisciplinario dónde tiene
que haber un psicólogo, un psiquiatra, y después puede haber otros trabajadores
de la salud como también trabajador social. Si o si alguien que haga la evaluación
clínica y después puede haber también otros actores. Ahí dice riesgo cierto o
inminente, ese término ya es durísimo, porque qué quiere decir, para cada una de
las disciplinas es algo totalmente distinto; ahí ya la ley deja lugar obviamente al
profesional de la salud que puede hacer o evaluar en ese punto con su juicio
clínico pero las distintas corrientes psicológicas o entre la psiquiatría y la
psicología o el psa inclusive hay distintos modos de leer eso. Un protocolo dice
pasos que hay que seguir sí o sí. Y no puedo dejar nada por fuera del protocolo,
porque si lo hago está mal, no da lugar al acto clínico, no da lugar a que alguien
juzgue o interprete algo, esa burocratización de esa práctica. 
Texto de Miller "contexto y apuestas del encuentro".
Empieza haciendo una diferenciación entre el psa puro y el psa aplicado, que es
una diferencia que Lacan introduce, está muy interesado en plantear ciertos
lineamientos para la formación del analista que pasa eminentemente por su propio
análisis y supervisión de los casos. El psa puro tiene que ver con la formación del
analista, y el psa aplicado es todo lo demás, se haga en consultorio, se haga en
instituciones, se haga donde sea. Que en realidad, también es una diferencia
didáctica si se quiere, porque en la práctica no es que analizamos diferente a
alguien que se está formando para ser analista, que alguien que no, o sea es una
diferenciación pedagógica, pero se han hecho demasiados prejuicios. Después él
va a plantear lo novedoso de estos dispositivos (novedosos para Europa) los
tratamientos son de duración limitada, el pago está suprimido, y el lugar que le
conviene al analista para estar en estas instituciones es el LUGAR ALFA, él lo
llama de ese modo y dice esto hubiera sido imposible si nuestra referencia se
hubiera mantenido en el fosilizado concepto del encuadre. Los efectos analíticos
no depende del encuadre sino del discurso, o sea que haya un trabajo analítico
depende de que hagamos existir el discurso analítico, o sea de que quién esté ahí
tenga una posición analítica, una posición donde pueda dejar de lado sus ideales,
sus fantasmas, su neurosis, lo que piensa, lo que cree que es el bien para ese
paciente, para poder escuchar de ese modo la singularidad. Intervenir en
consecuencia (...) concebir al analista como objeto nómada y al psa como una
instalación móvil, susceptible de desplazarse a nuevos contextos, particularmente
a instituciones. De hecho unos párrafos después dirá que porque está en un
consultorio, está exento de lo social; y el que hace psa por eso no entendió nada,
el psa no depende de cuál sea el contexto en el que estoy, si tengo un diván o no,
depende de que yo pueda sostener alguna posición analítica, pueda pagar ahí,
con mi persona, con mi ser y con mi palabra, depende de eso.
Hay un lugar analítico posible en la institución, digamos un lugar alfa, no es un
lugar de escucha, hoy día un lugar de escucha es un sitio dónde el sujeto es
invitado a desahogarse sin medida, se dice que la puesta en palabras alivia; un
lugar alfa es un lugar de respuesta, un lugar en el que el parloteo toma forma de
preguntas y la pregunta misma gira hacia la respuesta. ¿Qué quiere decir esto? lo
que quiere decir es que hay hoy muchas prácticas que tienen como objetivo o
como política la catarsis, que alguien hable, se desahogue, muchas psicoterapias
y otras disciplinas también lo hacen, dice bueno, nuestra política no es que alguien
hable y se desahogue, nuestra política es localizar en el discurso de ese que habla
un sujeto, una pregunta que interpele a ese que habla como sujeto, 'por qué me
pasa esto, qué tengo que ver yo con esto que me pasa', y que además
localicemos cuáles son, porque si el sujeto se ha hecho una respuesta, también se
hace una pregunta, localizar esas respuestas y como muchas veces esas mismas
respuestas que se da a esas preguntas, los hacen padecer y entonces tienen que
inventar otras respuestas. Pero entonces no hacemos hablar a alguien para que
se desahogue, sino para localizar las preguntas que lo interpelan en tanto sujeto y
las respuestas que se da a eso y para poner eso en trabajo, para poder hacer
surgir el inconsciente.
Después también va a mencionar estas cuestiones que tienen que ver con... él
dice que es necesario una selección drástica de los operadores en el lugar alfa a
fin de asegurar que son capaces de una distribución ponderada de los efectos
psicoanalíticos dosificados según las capacidades de un sujeto para soportarlas.
Igualmente los operadores en el lugar alfa no pueden pensarse de practicar el arte
del diagnóstico rápido. O sea lo que está diciendo acá Miller es, no piensen que
porque están en lugares institucionales estamos un poco menos formados, no,
porque los casos que llegan a esos lugares... En una hora uno a veces tiene que
definir si interna o no interna a ese paciente, tiene que mandar un informe al juez,
si no lo interna tiene que buscar a dónde lo deriva, tiene que ver que hace con el
familiar. O sea no es que uno puede (...) y en medio de todo eso además, tiene
que poder sostener una posición analítica, escuchar a ese paciente que viene con
su síntoma singular, atender a la cuestión institucional. A veces alojar al
compañero psiquiatra que se angustia. No es porque estoy en el hospital me
formo más o menos, eso requiere toda una formación y responsabilidad.
** LEER CASO, LIBRO EFECTOS TERAPÉUTICOS RÁPIDOS. "EL HILO DE LA
VIDA"
Lacan divide: Efectos analíticos y efectos terapéuticos. Los analíticos son aquellos
que tienen que ver con la ganancia de saber sobre el síntoma, sobre el saber
inconsciente, o sea yo en la medida que voy hablando, voy localizando lo que
determinan mis síntomas, mis soluciones, etc. En la medida que yo voy
localizando alguna de esas cuestiones, obviamente va habiendo efectos
terapéuticos, efectos de alivios sintomáticos. El síntoma no desaparece pero si
algo se alivia. Cuando algo se localiza, esa angustia en exceso y sin borde, lo que
hay que armarle es un borde de algún modo con significantes, que esa angustia
se capitoné, se anude a ciertas palabras y es mediante esa vía que voy a poder
tratar algo de esa angustia, o sea de la angustia yo no puedo decir nada, si no la
anudo a ciertas palabras y tampoco puedo tratarla en tanto afecto, tengo que tratar
que ese sujeto anude esa angustia a algo, a unos significantes. Bueno cuando eso
sucede efectivamente, hay efectos terapéuticos el sujeto se desangustia un poco,
no la eliminamos pero ya no es esa angustia desbordante que no podía hablar, se
alivia. La angustia obviamente sigue y habrá que hacerla operativa al dispositivo
analítico, o sea es decir, que alguien que no está angustiado no viene a hablar con
nosotros, un poco angustiado tiene que estar, pero tampoco tiene que ser
desbordante, que le permita hablar. Esos son efectos terapéuticos de alivios que
se producen, pero es un efecto enlazado a esto efectos analíticos, donde el sujeto
va teniendo un saber inconsciente sobre aquello de lo cual padece. 
Y en ese caso el hilo de la vida se ve muy claro como en la medida que está mujer
en muy poquitas entrevistas va localizando cuestiones que tienen que ver con su
síntoma, se va aliviando, deja de estar tan desmedidamente angustiada, de tener
los síntomas tan desmedidos que tenía en un comienzo. El psa tiene efectos
terapéuticos rápidos también, el tema es que los logra de otro modo, y no como
otras terapias.
Y otra cosa, esto otro que dice acá, los efectos analíticos dosificados según las
capacidades de un sujeto para soportar.

Apartado de conexión y desconexión

Habla un poco la cuestión de cómo insertarse en lo social. Y qué es lo social? El


secreto nuestro es que no distinguimos entre la realidad psíquica y la realidad
social. La realidad  psíquica es la realidad social. Entonces para nosotros, a nivel
de cada sujeto no hay una definición, porque el sujeto ve la realidad social a partir
de su propia realidad psíquica. Y de ahí el problema que se encuentra el analista
cuando tiene que leer un caso singular, apartarse de su propia realidad psíquica
para leer ese caso desde su propia lógica. Dice, los psicoanalistas que ejercen en
los lugares alfa, están a buen seguro del contacto directo con lo social, encarnan
como tales lo social y restituyen el lazo social para los sujetos que acogen. Acá se
está refiriendo a la noción del lazo social, a partir del Seminario XVII, es estar en el
lazo social es estar en el discurso, lo que él está diciendo acá es, muchos sujetos
vienen desinsertados del lazo, un sujeto anoréxico, un sujeto drogadicto y el solo
hecho de empezar a hablar con un analista puede posibilitar que algo de ese lazo
se restituya, ese lazo al Otro de la palabra. 
Los sujetos que acogen no están precisamente en contacto con lo social, sino más
bien en una situación de exclusión, se está refiriendo a estas presentaciones. 
Bueno y acá viene está crítica a los analistas dentro del consultorio que se creen
(...) 
Cuando el lugar alfa emigra del consultorio hacia la institución, la verdad que se
desnuda es la de la sociabilidad estructural de la posición y del acto analítico. Es
lo que yo les decía hoy, que haya análisis no depende del lugar, depende de la
posición.
Dice otra cosa muy importante, porque él acá plantea cómo se nos exige en esas
instituciones que escribamos una historia clínica, que hagamos estadísticas (en la
sala de internación hacíamos estadísticas).
Miller acá dice la exigencia en el poder público tiene que ser nuestra ocasión de
formalizarnos la clínica. Después al final dice, porque psicoanalistas en estos
tiempos de malestar dice para compartir el malestar no es, el buen humor que ha
reinado durante esta jornada (...) la misión que tenemos en este mundo, es la de
reconocer y elucidar la diversidad humana, la diversidad de los modos de goce de
la especie. O sea, el darles un lugar a eso que protocolos y las normas busca
borrar. Obviamente de un modo fallido siempre porque es imborrable, es lo que
retorna cada vez en el síntoma.
El lugar alfa.
(5ta Clase de Adultos 8/06/18)

-El lugar alfa...


¿Alguien tiene el texto? Yo ahí había mirado algunas cuestiones, y desarrolle
otras, que no están, propiamente, en el texto. Yo había ubicado ahí, además del
lugar alfa, había ubicado una noción, que es una noción que Lacan despliega. En
el Seminario VII, que Miller hace todo un curso, sobre esa noción, que se llama
extimidad, justamente ese curso, y había dicho que el lugar del analista, siempre
en realidad, no solo en las instituciones, también en el consultorio, es un lugar
extimial. Y había dicho que ese lugar, extimo, implica, la noción de extimidad tiene
como referencia una lectura etimológica, que es la banda de moebius, donde uno,
nunca claramente esta, ni adentro, ni afuera, sino, siempre en los bordes. Yo les
había planteado que, si un analista esta, si alguien está afuera de algo, no puede
intervenir sobre eso. En todo caso puede criticarlo ni siquiera a veces se puede
hacer una lectura, cuando uno está afuera. Porque si estas afuera, lo ves de
afuera, y hay cosas que desconoces, necesariamente. Uno tiene que interiorizarse
un poco en algunas cuestiones, y estar un poco adentro, para poder, inclusive,
hacer una lectura. Entonces, si está afuera, no se puede hacer nada, no se puede
intervenir. Y, si se está completamente adentro, yo les había dicho que las
instituciones se rigen por el discurso amo. Las instituciones tienen ciertos
objetivos, ciertos ideales. Una institución médica, por ejemplo, tiene el ideal de
curar. Y habíamos visto, sobre todo en el caso que yo les traje para pensar esto,
como a veces, algunos sujetos, van en contra de ese ideal, como se presenta un
paciente que, decide no hacer un tratamiento, que puede llegar a ser muy
doloroso, y morir en, no sé, tres semanas, pero en su casa, con su familia, no al
someterse a un tratamiento que, va a llevar muchos meses, va a ser muy
doloroso, que es incierto, hay un 10% de probabilidades que se salve, pero un 90
que no. Entonces había hecho, como esos pacientes ponen en jaque, podríamos
decir, esos ideales de la institución, como muchas veces, eso les genera síntomas
a los médicos.
Yo había dicho, si un analista está completamente adentro de la institución, esta
"tomado" por esos ideales, y va a querer curar también. Y entonces, cuando
aparezca un paciente que no quiera someterse a estos tratamientos, no va a
poder escuchar el deseo singular, que se juega ahí, sino que va  a querer
sugestionar a ese paciente, que es lo que muchas veces nos piden como
demanda los médicos, para que haga el tratamiento. Entonces, yo había dicho, ni
adentro, ni afuera; sino, en los bordes, en ese lugar éxtimo que nos permite leer
los síntomas que generan las lógicas discursivas que operan en una institución, el
otro día había marcado; una tiene que ver con el discurso del amo, y sus ideales.
Además, uno de los puntitos que está marcado en el programa tiene que ver con
el sujeto, y el ideal, sí, los ideales que aplastan al sujeto. En el caso que yo les
traje, eso se vería muy bien, pero también, estaba, por ejemplo, el discurso
universitario, cuando yo les planteaba a estos médicos, recuerdan el caso que les
traje la otra vez, si, los médicos que están siendo evaluados continuamente, y que
tienen que saber, habiendo ingresado, porque el discurso universitario lo tienen
que saber, uno, a veces, es un objeto que está siendo evaluado todo el tiempo, y
tiene que pagar, con las residencias, sobre todo en las residencias medicas, y en
muchas de ellas con muchísima ferocidad, opera el discurso universitario. Son
chicos que son evaluados todo el tiempo, y que entran hace una semana al
hospital, están a cargo de un paciente con la gravedad que tenía el caso que traje
la otra vez, y tienen que saber todo, y no pueden preguntar. Y eso, genera
síntomas. Entonces, el analista tiene que poder, desde ese lugar éxtimo, leer esos
síntomas e intervenirlos, en tanto generan padecimiento. A los pacientes, y en
este caso, a los médicos también.
¿Hasta ahí, entonces, se sigue el lugar alfa, y en qué posición tiene que estar el
analista? Yo también ahí había discriminado, dos niveles, el nivel de lo universal, si
se quiere, el nivel de derechos, como un analista, claramente, si la sala del
Hospital San Martin se inunda cada vez que llueve un poco, y los pacientes están
en condiciones terribles, cuando hay una manifestación, cuando se habla para
pedir por los derechos de los pacientes, ese es un nivel. Es necesario que
podamos garantizar condiciones mínimas de atención, ese es un nivel. Y, en ese
punto, uno trata y (x) dice con muchísima claridad en este libro que se llama
"Psicoanálisis y Salud Mental", que les recomiendo, a los que les interese el tema,
los analistas están a favor de las democracias y de los derechos de los seres
humanos. Inclusive yo les dije, que el psicoanálisis no puede existir, si no hay un
estado de derecho, si no hay derechos garantizados (por ejemplo, el derecho a
hablar). Ahora tenemos muchos colegas en Venezuela, que tienen que hacer
tratamientos analíticos en la clandestinidad, porque es una práctica que esta, de
algún modo, prohibida, el tratamiento del psicoanálisis. Muchos, he escuchado
testimonios de colegas que trabajan allá, que cuando están trabajando, lo hacen
en condiciones bastante terribles, y temiendo por su vida cada vez que van a
entrevistar a pacientes.
Entonces, hay derechos mínimos, que tienen que estar garantizados, y, a ese
nivel, peleamos por eso. O sea, no traje hoy lo que dijo Miller en el Senado cuando
él fue a hablar a favor del matrimonio igualitario en Francia.
Ahora, hay otro nivel, y es cuando estamos con un paciente en la clínica, que es el
nivel de lo singular, donde ahí tenemos que suspender, por un rato, ese nivel, para
poder escuchar la singularidad de quien habla, y no aplastarlo con esos derechos.
Una cosa es, a ver, necesario que el Estado garantice (ahora la sala del Hospital
San Martin, está repleta, no hay camas, hay diez mil millones de pacientes, hay
muchos, creo que...treinta pacientes que están en salas de clínica médica). Ese es
otro problema muy grande, que plantea la Ley de Salud Mental porque, a ver,
cuando se plantea de atender en Hospitales Generales, fantástico, estamos todos
de acuerdo, para que no se estigmatice la locura y demás. En eso, fantástico.
Ahora, chicos, es casi imposible tomar a un paciente en salud mental,
desestabilizado, en una sala general de clínica médica. En una sala de clínica
médica, hay elementos con los que un paciente se puede lastimar, no están
garantizadas las condiciones necesarias, así como no internamos a un paciente
neutropenico, con las defensas bajísimas, en una sala donde hay pacientes con
otras enfermedades, ya que, se va a contagiar, y se va a morir; no podemos
internar a un paciente que tiene un riesgo de pasaje al acto, de lastimarse, o
lastimar a otro, en una sala donde hay sueros, ¿se entiende el punto? Entonces,
hay que, por eso, referenciar esas cosas. El Estado tiene que garantizar que haya
salas, en Hospitales Generales, pero con la particularidad de que requieren este
tipo de pacientes, en este momento de lo agudo, no siempre; en el momento de
desestabilización. Entonces, en ese plano uno puede luchar para que ese derecho
sea garantizado a todos. Si no, vamos a internar a todas las personas, sin criterio
clínico.
Cuando yo escucho a un paciente, converso, podemos luchar por la
desmanicomialización, y porque no se interne porque sí a alguien, pero hay
situaciones en las cuales, la internación es la intervención clínica necesaria. Esos
dos planos tienen que estar siempre discriminados; el de lo universal, el de los
derechos. Pero después, el plano de lo singular, cuando escuchamos a un sujeto
en particular.
Volviendo al lugar alfa... Del lugar alfa, sobre todo lo que yo les había recortado,
es esto que es leer, dice acá: "El lugar alfa, no es un lugar de escucha. Hoy en día,
un lugar de escucha es un sitio en el que un sujeto, es invitado a desahogarse sin
medida". Yo les había dicho que Miller acá, se está diferenciando del psicoanálisis,
de muchas otras prácticas que tienen vigencia en la actualidad, donde la política
de esas prácticas, es la catarsis. Que alguien viene, y se desahogue. No estamos
en contra de esas prácticas, cada uno tiene sus políticas, pero el psicoanálisis no
hace hablar a alguien para que se desahogue. Hace hablar a alguien para
localizar, en ese discurso, cierta pregunta que interpele al sujeto, que interpele a
alguien como sujeto, a localizar cierto síntoma, y poner eso en el trabajo, no solo
para que se desahogue. Si, obviamente, cuando alguien habla, y localiza algo, no
si habla solamente. Si algo no se localiza, alguien no se desahoga, es necesario
que algo se localice, para que haya alivio, para que haya lo que yo les nombraba
el otro día, como efecto terapéutico. Si yo hablo dos horas, pero no localizo nada,
y sigo hablando de lo mismo, y vuelvo al mismo punto como llegue, y me parece
que estoy angustiado por todo, no me voy a des angustiar.
Es necesario que yo pueda localizar algo de qué me angustia. Que pueda
localizar, o recortar ahí alguna pregunta, y eso es la maniobra del que escucha.
Por eso sigue el texto, y duce: "Se dice que la puesta en palabras alivia. Un lugar
alfa, es un lugar de respuesta, un lugar, en el que el parloteo, toma forma de
pregunta, y a partir de la misma, gira hacia la respuesta" Vamos a recortar una
pregunta, y ubicar, que esto ya indicaría un pasito mas, porque el sujeto se hace
una pregunta, como vamos a ver hoy si llegamos a Histeria; el sujeto se hace una
pregunta, y se responde algo, y lo que hace padecer, es la respuesta, a veces,
que uno se da, a eso que se pregunta. Hay que ubicar la pregunta que interpela y
divide al sujeto, y después, que respuesta se va dando a eso. "No hay lugar alfa,
sino a condición de que por la operación del analista (no es que alguien habla y
esta, tiene que haber una operación), el parloteo se revele como conteniendo un
tesoro. El tesoro de un sentido otro, que valga como respuesta, es decir, como un
saber llamado inconsciente". O sea, que vamos a ir recordando de ese decir del
paciente, algo que tenga que ver con un saber inconsciente, con su síntoma, con
su posición, algo que se va localizando, con una pregunta. Esta mutación del
parloteo, se sostiene de lo que llamamos la transferencia, que permite, al
acontecimiento interpretativo que da lugar, acontecimiento interpretativo que
supone, un antes y un después, como decimos clásicamente. 
Acá también es crucial, que yo les había dicho que puede ser una pregunta de
hecho fue el año pasado una pregunta, no sé si de promoción o de final. Eduardo
pidió que caracterizaran la entrevista clínica. Todos hablaron de entrevistas
preliminares. No es una entrevista preliminar, puede serlo. Pero yo hago una
entrevista por guardia, después lo tomo como paciente por consultorios externos,
y esa entrevista... No necesariamente una entrevista por guardia, es una
entrevista clínica, porque, por guardia, puede ser una sola vez. ¿Qué
características tiene la entrevista clínica? Y ahí ustedes tienen que tener muy
claro, que es la pregunta del otro día, ¿que caracteriza la práctica analítica, en el
campo de la Salud Mental? Lo que caracteriza a nuestra practica, lo que
caracteriza a nuestras transferencias, es siempre, y necesariamente, la política
que nos orienta, la ética que nos orienta. 
O sea, que diferencia una entrevista que hagamos nosotros, a una que haga un
psiquiatra, lo que vamos a ir a buscar ahí, vamos a intentar ubicar, y localizar
siempre, y necesariamente, al sujeto, aquello que lo divide, aquello que lo hace
padecer, aquellas preguntas que lo interpelan, aquellas respuestas que se ha
dado, lo que lo angustia, que otro se arma ese sujeto, es un otro que lo rechaza,
un otro que lo persigue, que lo ama, que lo toma, que otro se arma, que eso lo
vamos a empezar a ubicar en la transferencia. Si se acuerdan el caso que les
había traído, donde el diagnostico, se hacía en referencia a un paciente, que hacía
que el otro le insistiera, se arma un otro que le insistía, pero era el mismo, el que
generaba la insistencia del otro, no hablando, no diciendo, pero que bueno, el se
hacía rechazar, y así generaba esa insistencia, de la que después se quejaba.
Esas cosas, se van dejando en la transferencia y, aunque sea una entrevista, uno
ya tiene todo eso en la cabeza, y va a buscar eso. No es que hacemos hablar a
alguien, "hable". El analista, es muy activo en esas entrevistas, en ir a localizar
cosas. Viene alguien desestabilizado a una guardia, no siempre se lo puede
entrevistar. Si el sujeto está completamente desestabilizado, perplejo, hay casos
de esquizofrenias en los que, la metonimia está ahí, que uno no puede tener una
conversación con el paciente, porque la desestabilización de significantes, y
significados, quiere decir que el paciente salta de una cosa a la otra, y no puede
decir absolutamente nada que tenga coherencia. Hay momentos en los cuales,
uno no puede entrevistar. Pero, si se puede entrevistar a ese paciente, uno va a ir
a localizar, que lo desestabilizo, que lo estabilizaba. Hay cosas que uno va a
buscar. Si hay, digamos, inminencia de un pasaje al acto, para ubicar si hay
riesgo, si no; no es que uno deja hablar, y ya, digamos. Somos muy activos en
ubicar, localizar, y hacer ciertas preguntas que tienen una orientación.
Lo que caracteriza entonces, a una entrevista clínica, es que vamos a dejar todo
eso, o sea, en un consultorio, sea en una guardia, sea en una interconsulta, quien
demanda, que demanda, poner en forma esa demanda. Y todo eso se sostiene,
siempre, y necesariamente, en una política, y en una ética.
Tienen que tener en claro, que no es que uno deja hablar, y que el paciente se
desahogue, y entonces, hay un alivio. Si uno no localiza nada, no se alivia nada,
no se sabe que está trabajando, que estamos haciendo ahí. Para el paciente
tampoco tiene mucho sentido, "que hace uno ahí". Entonces, eso es crucial que lo
podamos tener en cuenta.
Lacan, en el Seminario III, plantea que nosotros no nos guiamos por la
observación, por lo que observamos, sino por lo que el sujeto dice de eso. Que
alguien vaya a una admisión vestido de gala (se trae a colación un caso
comentado en EPS, en el que la paciente va vestida "de fiesta" a la admisión), es
un dato clínico, algo que no podemos pasar por alto. Después tenemos que ver
qué dice el sujeto, de eso.
La ética del psicoanálisis, es una ética de las consecuencias, de que uno pueda
apuntar a algo que tiene una orientación, pero los actos, son actos; una
interpretación, es una interpretación, en función de las consecuencias que tuvo.
¿Vos querías una interpretación? Pero no tiene ningún efecto, eso no es una
interpretación. En este caso, esto que la chica dice, es una interpretación, por el
efecto que tiene. De esos efectos, uno tiene que hacerse responsable.
-El comentario no tenía la intención de ser una interpretación, pero por la
consecuencia, tuvo que tomar la responsabilidad…
Pero bueno, también hay que ver, si la chica podía, si quería, no es que eso tiende
a convertirse en un imperativo superyoico.
Estar en esos lugares, señala Miller, requiere de mucha formación, y de una
responsabilidad. No puedo andar diciéndole a la gente comentarios salvajes. Por
ejemplo, los médicos, no pueden andar interpretando, porque la gente se angustia
cuando lo interpreta. Interconsulta es fascinante por esto, porque uno tiene que
estar muy despierto, puede perderse muy fácilmente. Porque en la interconsulta,
hay muchos actores, está el paciente, esta la familia, el médico, la enfermera, los
médicos de otras salas. A veces, hay cuarenta y cinco personas en el medio de
una interconsulta, y uno tiene que ubicar: quien demanda, que demanda; en este
caso, es el médico el que pide. Uno ahí, tiene que empezar a interrogar: como fue
el caso, si los padres sabían, si fue...hay muchas cosas que indagar, en una
situación así (Caso: un bebé que habría nacido hermafrodita). Si fue una sorpresa
que haya nacido así, o si los padres sabían de antemano algo de eso. Si los
padres estaban angustiados, cuál de ellos, en ese caso (o los dos). Hay muchas
cosas que indagar, al médico, para empezar a localizar: el que esta angustiado
con eso, es el médico. Entonces, el sujeto de la intervención, va a ser el médico.
Pueden ser los padres también, para el caso en que estén angustiados, habría
que trabajar con ellos. Siempre el encargado de comunicar un diagnostico, o un
fallecimiento, es el médico. No podemos hacer el acto por el otro (como
psicólogos). Tampoco hay que interpretar salvajemente, hay que ser muy sutil.
Hay que preguntar, pero ver qué preguntar, y cómo preguntar, y qué pregunta uno.
Lo primero que tenemos que hacer, es conocer la situación, como fue. 
El otro día les contaba también, hice la diferenciación, las dos intervenciones en
dos tiempos. Una al médico, que hacía dos o tres semanas que había entrado al
hospital, que estaba con este caso; y cuando yo le preguntaba acerca del
paciente, no me podía decir nada, y yo rápidamente pesco que no me puede decir
nada, pero que esta angustiadísimo, y lo único que me puede dar, son datos de
estudios. Yo podía haber insistido, para que me diga "estoy angustiado", pero no
se trata de eso. En todo caso, uno tiene que generar una transferencia para que
ese medico pueda decir, el, "estoy angustiado". O, que haya un marco (cuando yo
le pregunto a la médica, "¿vos, como estas?", al final de la interconsulta), ella
estaba ya, al borde de las lágrimas, ya había todo un trabajo previo. Entonces,
había algo que me habilitaba a mí, transferencialmente, hacer, esa pregunta. No
puedo ir a preguntarle, porque, además, con todo lo que yo les plantee que les
pasa a los médicos con esas situaciones, con todas las defensas que se arman,
para hacer con eso, que es terrible, y con lo que están a diario.
Entonces, hay que ser muy cuidadoso, y primero, hay que preguntar un poco más,
desde la ignorancia. Lacan dice, que hay que tomar la posición del bufón,
del tonto, del que no entiende, de ser medio ignorante, y "te pregunto, porque no
entiendo". Entonces, te da un montón de preguntas: ¿cómo fue?, a veces se
puede quedar un poco pesado, pero no importa. Hasta que algo se desvía, y
cuando uno hace hablar a alguien, ahí es donde tenemos la oportunidad de que
algo aparezca, que se despliegue en el discurso, y preguntar. Pero uno no puede
introducir algo que uno lee, que el sujeto, todavía no.
Cuando uno escucha un caso, no tiene certezas. Uno puede llegar confundido de
una entrevista, sin saber de qué manera delimitar o ubicar estas cosas. Entonces
habla con el Equipo, uno escucha una cosa, y otro, otra. Entonces, no hay que
poner: "bueno, esto es así", porque la clínica NO es eso. Uno no dice "esto es
así". La idea, s que ustedes, con ese material que se van a encontrar el viernes
que viene, es hacer un trabajo que responda a estas preguntas. Si por ejemplo,
hay que ubicar el sujeto de la demanda, si es el médico, o el familiar: "yo pienso
que por ahí es el médico, por esto, esto y esto”
Que preguntarían ustedes... En los informes, siempre les pido que, más allá de lo
que se pregunto, y no se pregunto, y para no caer en, si el psicólogo hizo la
entrevista bien, o mal, porque no vamos a las instituciones para eso; la gente que
se ofrece para que podamos hacer las practicas, no vamos a evaluar "che, este
entrevista bien, este entrevista mal..." No es esa nuestra posición, no es la idea
que ustedes hagan eso. Pero bueno, si hay cosas que no se preguntaron, que
puede pasar, y nos puede pasar a todos: que hubieran preguntado ustedes, que
de eso no hubieran indagado, porque, para que. Que ustedes, hagan ese ejercicio,
no andar evaluando si pregunto bien, si pregunto mal.
Les había prometido, si, responder a algunas preguntas que ustedes tenían sobre
l famoso algoritmo de la transferencia. ¿Pudieron leer algo de eso?
Muchos de ustedes me habían preguntado acerca de, si necesariamente la
entrada en análisis, implicaba el pase a diván, y todas esas cuestiones. Voy a
retomar un poco esa pregunta, porque también me preguntaron si, en función del
caso que yo traje, tenía que ver con que la entrada en análisis, se daba a partir de
un sueño, si siempre la entrada en análisis se daba a partir de un sueño (o no),
eso se confunden, así que vamos a tratar de despejar todo eso.
Primera cuestión, retomo. Yo les había dicho que este algoritmo, Lacan lo plantea
en la proposición del 9 de Octubre de 1967, y que formaliza el fin del análisis,
como atravesamiento del fantasma; por eso, propone un algoritmo para formalizar
el inicio de un análisis propiamente dicho. Y que, lo que está sobre todo,
matematizado, formalizado, es la dimensión significante de la transferencia. Yo les
había dicho, que en el texto de Miller, también aparece la dimensión libidinal, o
sea, aquella dimensión por la cual, el analista, a partir de que va leyendo, va
localizando, va haciendo ciertas interpretaciones, se va constituyendo en un objeto
libidinal, un objeto amado u odiado, pero hay cierta libido en juego ahí, en relación
a la persona del analista; no es alguien indiferente, que  nos da lo mismo que este,
o que no este.
Habíamos ubicado que, en las entrevistas preliminares, tenían como tres grandes
funciones: el diagnostico, ir poniendo en forma el síntoma, o sea, localizando de
qué padece un sujeto, y hay instalación de la transferencia. Si bien la transferencia
no se instala de un momento para otro, lo que acá se matematiza, es la entrada en
análisis, y la instalación, hay un momento en el que sí algo, finalmente decanta. Y
la transferencia se enlaza, finalmente, a la persona del analista, generando todo lo
que voy a retomar que se genera. No es que, de un momento para otro, nació la
transferencia, son las múltiples intervenciones que va haciendo el analista, lo que
va haciendo que alguien, tenga transferencia con él, que suponga, que hablando
con ese analista, puede empezar a encontrar la causa de lo que le pasa.
Y lo que plantea el texto de Eduardo con mucha claridad, es que hay un
momento en que el analista hace una interpretación que le permite aislar,
recortar un significante que es el que nombra el síntoma del sujeto. Cuando
digo significante recuerden que no necesariamente es una palabra, puede ser
una frase, puede ser una pregunta, de hecho ese significante interpela y le
hace preguntas al sujeto que se le aparece como algo sin sentido, de algo que
le pasa y no sabe por qué le pasa, y es ese síntoma de ese significante, esa
pregunta la que se le dirige al analista, o sea uno se dirige al analista  para,
decime que quiere decir esto. Y se abre así la dimensión del inconsciente que
es el sujeto supuesto saber. Que yo les había dicho que esto es crucial, que el
sujeto supuesto saber no es el analista, si bien uno le pide al analista. El sujeto
supuesto saber es la creencia en el inconsciente. Que uno suponga que
hablando con ese analista va a encontrar el saber inconsciente que determina
el síntoma.
Muchas veces y no necesariamente esa entrada en análisis se sanciona con el
pase a diván.

Voy a introducir histeria.


¿Qué saben de la histeria? Que es una estructura clínica.
Vamos a conceptualizar la neurosis en general, ustedes saben que Lacan
plantea 3 estructuras clínicas: neurosis, psicosis, perversión. Dentro de cada
una de ellas, tenemos tipos clínicos. Dentro de la Neurosis tenemos la neurosis
obsesiva y la histeria. Es importarte situar que los textos que nosotros vamos a
ver sobre histeria y neurosis obsesiva es la primera enseñanza de Lacan, su
enseñanza clásica. Y que el operador más importante para poder diferenciar
una estructura de la otra es el Nombre del Padre. Lo que él dice es que en la
psicosis está forcluido el Nombre del Padre, hay un significante que no se ha
inscripto, mientras que en la neurosis se inscribió y es apelativo.
¿Saben qué es el nombre del padre? Ordena la cadena significante. A esta
altura de Lacan, porque después habla de la pluralización de los nombres del
padre, que se ven en las últimas unidades. Pero a esta altura, el nombre del
padre es un significante primordial, privilegiado junto con el falo, el falo también
es un significante (no es el pene), ambos son operativos en la neurosis, no en
la psicosis y permiten no solo estabilizar la cadena significante, o sea el
significante y el significado se abrocha en algún momento. El punto de capitón,
abrocha, se enlaza a algo y no que se deslice eternamente. Pero por otro lado
también, el nombre del padre permite ordenar el goce y que el goce se localice
en ciertas zonas erógenas, en ciertas partes del cuerpo. El nombre del padre
se empieza a prohibir, que hay cosas que no se hacen en cualquier lugar. Es
empezar a delimitar.
Y para explicar cómo se inscribe este significante privilegiado, Lacan va a
plantear en su Seminario V el Edipo Freudiano, pero va a plantear tres tiempos
del Edipo:
1. El niño se pregunta qué desea la madre (lo decimos como el Otro primordial)
y son momentos lógicos que après coup uno verifica si tuvieron lugar o no. Y la
respuesta que se da es querer el falo. No es el pene, sino el significante de la
falta de Objeto, que satisfaga a la pulsión, que permita la realización del deseo
de una vez y para siempre.
En un primer momento el niñito piensa que es el falo para la madre, que es lo
que le falta a la madre y es lo que la completaría. Ese primer momento es
estructural y necesario. 
2. El padre interviene inscribiendo el nombre del padre, puede ser cualquiera
que encarne esa función, es un significante y lo importarte es que eso se
inscriba para que se constituya la neurosis, sino vamos a tener otro tipo de
estructura. Hace operativa la interdicción, a la madre decir no reintegrarás tu
producto y al niño, no te casarás con tu madre. Separar al niño de la madre, la
madre desea algo más que ese niño. Separar los cuerpos. El Edipo habilita la
posición sexuada, uno pasando por el Edipo se ubica como hombre o mujer.
Entonces en el segundo momento, es el padre quién prohíbe, el padre que dice
no, el padre que separa esos cuerpos.
3. Es el padre que dice que sí, que le dice al niñito, ahora no podés no te vas a
casar con tu madre pero cuando más grande sí te vas a poder casar con una
mujer, le promete que en algún futuro podrá usar esos títulos que tiene el en
bolsillo, con la condición de que ahora no. Ahí se introduce algo de la
castración, hay algo que no se puede, algo necesariamente tiene que perderse
para que sea un sujeto de la cultura y podamos vivir con otros. Pero ese que
encarna la función paterna y es operativo el nombre del Padre, también tiene
que estar atravesado por esa función, por eso una cosa es hacer operativa esa
ley que regula, tiene que ser la ley que también tiene que no poder algunas
cosas, también tiene un goce que está prohibido, tampoco puede hacer todo.
Si eso no pasa, o sea si el que encarna la función no está atravesado por la
castración, no puede encarnarlo, ¿se entiende? Yo no puedo establecer la ley y
ordenar si no estoy atravesada también por esa ley. No tiene que ser la ley,
sino que poder proyectar al Otro.
Lacan dice en "una cuestión preliminar", condición del sujeto neurótico o
psicótico depende de algo que se desarrolla enteramente en el campo del
Otro. O sea que como se haya establecido la relación para ese niño, entre el
nombre del padre y el deseo de la madre. Por el modo en que Lacan lo dice
acá, pareciera que es una cuestión lineal que si el padre puede ser operativo
esa función, entonces y transmitir algo de eso entonces el niño va a ser
neurótico o sino no. Después Lacan introduce la insondable decisión del ser. O
sea yo puedo tener un padre con todas las características psicotizantes pero
me agarré de algo que opero como el nombre del padre y pudo inscribirse
como sujeto neurótico. Después hay que ver eso, que para quien operó como
el nombre del padre y siempre está la decisión del sujeto, o sea está las
condiciones del Otro y no es lo mismo ciertos padres que otros, o sea eso está
pero también está la decisión del sujeto.
Otra cosa crucial, acá Lacan y Freud pensaron a la psicosis como algo
deficitario, como algo en menos, o ser mejor ser neurótico que psicótico, el psa
no hace valoraciones de los tipos clínicos o sobre las presentaciones clínicas,
en todo caso leemos cuales son las presentaciones y cuál es la lógica del caso
e intervenimos pero, si acá en este momento de su enseñanza, está pensando
la psicosis en función de la neurosis. Qué quiero decir, que para que la
neurosis se constituya, tienen que atravesarse estos 3 tiempos del Edipo, tiene
que inscribirse el nombre del padre, si eso no pasa, si no se inscribe, si está
forcluido, tenemos la psicosis. Digo esto, porque al final de su enseñanza lo va
a hacer al revés, va a pensar todo a partir de la psicosis.
En este momento si piensa a la psicosis como un déficit de metáfora, no como
que los psicóticos son deficitarios o pueden menos, sino como que en los
sujetos psicóticos no ha operado la metáfora paterna. El Nombre del Padre no
se ha inscrito metaforizando el deseo de la madre, o sea primero permitiendo
que el niño diga mi madre desea esto, me desea a mí, y después instalando
una prohibición sobre eso (cuando veamos psicosis estará muy bien
explicado). Ese es el déficit, déficit de un significante, no que el psicótico es
deficitario. Al contrario, tanto Freud y Lacan han reivindicado todos lo que
implica la invención psicótica, la invención delirio, Dalí por ejemplo, la psicosis
es maravillosa, ahí donde los neuróticos estamos años empantanados con una
inercia, siempre con lo mismo; el psicótico ubica dos o tres cosas e inventa una
solución y anda por la vida, maravillosamente. El no estar atado al nombre del
padre en algún punto, estar un poco fuera de ciertas soluciones estándares, le
da una maleabilidad que a veces es asombrosa. 
Dos o tres cositas de la histeria. Freud inventa la histeria, inventa el psa a partir
del encuentro con los sujetos histéricos. Las histéricas que veía Charcot,
Breuer, que veían los distintos neurólogos o psiquiatras de la época, inclusive
muchas presentaciones de enfermos que se hacían en los hospitales; y las
histéricas las podríamos ubicar en todas las épocas, han desafiado al amo de
turno. Muchas de las mujeres que fueron quemadas en la hoguera eran
histéricas que desafiaban al amo de la iglesia, a la ciencia, la histérica
denuncia que no existe la relación sexual, que no hay una relación con el
cuerpo natural, que no existe un objeto para el deseo humano, eso es lo que
denuncia la histérica todo el tiempo con sus síntomas. 
La histérica, o el histérico denuncia bueno, no es eso, quiero caviar pero no me
lo des, ese "pero no", pedimos empanada y quería dos de carne pero después
pide un poquito de la de jamón y queso. Pero es el deseo insatisfecho que es
el deseo humano, pone muy de manifiesto o cómo funciona el deseo humano.
HISTERIA.
(6to Clase de Adultos 22/06/18)

Los planteos que vamos a trabajar de la histeria, son los que Lacan hace en su
enseñanza clásica.
Seminario 20: Plantea la fórmula de la sexuación y habla ya, no de “masculino” y
“femenino” en términos de identificación (yo soy un hombre, o decir yo soy una
mujer), sino en términos de posiciones: alguien que se nombra como hombre
puede tener una posición femenina y al revés.
Las posiciones son algo que alguien puede tener por momentos.
Página 233: la pregunta histérica (ver texto).
En este seminario es donde da la indicación clínica de “donde uno cree
comprender, que es donde se equivoca”
Ejemplo de Eduardo: noche de drogas y alcohol”. Cuando él empieza a indagar,
llega a que el paciente en realidad había pasado una noche en el mar tomando
cerveza “iguana”. Lo que se produjo ahí, fue una condensación* “mar”-“iguana”.
*es muy normal que suceda en el lenguaje psicótico. Es muy importante no
comprender, tanto en la psicosis como en la neurosis.
Ese mal entendido del que Lacan habla (pág. 233), es el que da cuenta del
fundamento mismo del discurso interhumano. Esto lo que la histérica denuncia:
denuncia que no hay entendimiento posible.
Aquellas histéricas que veía Freud le demostraban que el cuerpo del que se trata
no es el cuerpo biológico: las parálisis, las neuralgias y demás, no respondían a la
biología. Otra cosa que la histérica denuncia, es que no hay un modo de hacer con
el Otro, con el cuerpo del Otro. Y en ese punto donde no hay nada que nos diga
que hacer, es donde la histérica a su modo arma una estrategia, para hacer algo
con aquello que no existe (relación sexual).
Carácter paradójico: al mismo tiempo que se arma un modo de hacer con eso,
denuncia que no existe. No hay un modo universal de hacer con eso. Va a ser
denunciado entonces, a través de la estrategia y del síntoma.
Aquello único que nos orienta en la clínica, es el síntoma de un sujeto. Si
perdemos de vista cual es el síntoma nos perdemos, pág. 234 (ver texto).
El síntoma es aquello que hace padecer al sujeto, no todo. Puede ocurrir que él ya
haya encontrado una forma de hacer, por ejemplo con las voces que escucha.
No se trata de un relato, se trata de la estructura del lenguaje, de la estructura de
la cadena significante: s1-s2.
Es la neurosis un significante está sustituyendo a otro significante:
S1 “no puedo dar un paso más”
S2 “parálisis en la pierna”
En la psicosis, eso no pasa y se trata de un fenómeno de cadena rota:
S1 ≠ s2
Aquello que nosotros tenemos que ir a buscar es que estructura tiene ese
síntoma.
Lo único que puede introducir ≠ (no es igual a “desigualdad”) en la naturaleza es el
significante (ejemplo: “día-noche”).
A nivel biológico, en el cuerpo de los hombres hay una diferencia. El hombre tiene
un órgano y la mujer tiene otro, son no desiguales. Está diferencia no la podemos
pasar por algo, hay que reconocerla.
[Apartado 3, pág. 239]: Lo que plantea acá Lacan es que lo que define si se trata
de una neurosis, una perversión y una psicosis es el modo en el que el sujeto se
relaciona con ese Otro de la palabra y con el significante principal que es el
Nombre del Padre, entendido como “la capacidad de metaforizar algo. Este
significante lo que hace es introducir un ordenamiento simbólico, es decir, que hay
diferencia, que hay lugares, que si uno es hijo no se puede acostar con la madre,
que si uno es padre, no se puede acostar con la hija, etc. O sea, establecer que
hay un goce que está prohibido. Son justamente, esas limitaciones/prohibiciones
lo que hacen que el goce se regule.”
[Pág. 239]: Es un significante que se le plantea al sujeto en el plano de su ser.
Acá lo que dice, es que tiene que ver con una pregunta que se le plantea al sujeto
en tanto el sujeto se define por su falta en ser. Esto se da, en tanto algo falta y en
tanto nada lo nombra, nunca de una vez para siempre.
Hay una pregunta que subyace a cada tipo clínico de la neurosis. Toma un caso
de histeria masculina (leerlo).
Para Lacan la pregunta que se presenta (tanto en la histeria femenina como
masculina) es: ¿soy o no capaz de procrear? Está es una pregunta que se sitúa
a nivel del Otro, en tanto la integración de la sexualidad está ligada al
reconocimiento simbólico.
[Pág. 242]: En la sexualidad no hay ley, es necesario que algo se inscriba para
que el sujeto pueda asumir una posición sexual.
Existe la diferencia orgánica, pero eso no define si alguien es hombre o mujer. Es
necesario pasar por el aparato simbólico que siempre va a estar encarnado y
transmitido por otro.
La posición que asumimos tiene que ver con las marcas que nos dejó el encuentro
con ese Otro, es necesario pasar por ahí para asumir una posición sexuada, para
ese sujeto que es falta en ser, puede tomar un s1 (ejemplo: hombre o mujer) y
decir “yo soy mujer”, aunque nunca vamos a saber cabalmente qué es ser una
mujer.
[Pág. 255]: La pregunta en la histeria (masculina y femenina) es por la
procreación.
[Pág. 256]: El sujeto surge a partir del significante, no a partir de que nace.
Otra pregunta en la histeria es ¿qué une a dos personas? ¿Qué lleva a que sean
pareja?
Es necesario pasar por el complejo de Edipo para que el sujeto articule esa
pregunta. Para Lacan, la pregunta con la que se tiene que arreglar todo ser
hablante sea neurótico, psicótico, etc. es: qué es la relación sexual.
Todos los síntomas van a ese lugar.
[Pág. 244]: Recuerden que Freud decía que el órgano femenino no tiene una
representación en el inconsciente, es un agujero. En el caso del niño hay un
órgano más visible que aquel que hay en la niña, para ésta no están claro/fácil
representárselo.
[Pág. 245]: En la histeria se ha conceptualizado como el amor al padre.
[Pág. 248]: En el estadio del espejo lo que Lacan intenta explicar o darle una
vuelta más a lo que Freud llamó narcisismo. O sea, explicar cómo se constituye el
narcisismo, cómo se constituye el yo de un sujeto.
Lo va a platear es que hay un primer momento en el cual el niño se mira en el
espejo y se reconoce, dice Lacan, qué donde no es, porque la experiencia que
está teniendo el niño de su experiencia es un cuerpo fragmentado. (No es una
experiencia de Lacan)
El niño que se experimenta como un cuerpo fragmentado se aliena en una imagen
que es una completud. Cuando voltea hacia ese otro que lo sostiene (momento
constitutivo: es ese Otro que está ocupando el lugar de la palabra), y este le dice
“es ese el nene”, lo nombra, y al nombrarlo, lo inscribe en lo simbólico. Esto es
crucial, para que el reconocimiento que tengo en una imagen completa se pueda
sostener, que yo me pueda ir reconociendo más allá de los cambios.
Si ese Otro no me inscribe de algún modo, yo no me puedo adjudicar esa imagen
completa; ante cualquier vacilación esa imagen se fragmenta, se rompe (como
pasa en la psicosis).
Experimentar el cuerpo como una unidad/una totalidad que se corresponde con
una imagen, que además me pertenece, que es mío, que se separa de Otros
implica operaciones psíquicas que pueden no darse, por ejemplo, el caso del
psicótico.
En ese momento que el cuerpo se constituye como unidad, lo que queda de algún
modo, Lacan lo llama desconocimiento, porque el Yo una vez que se constituye
desconoce que en realidad somos seres hablantes atravesados por la falta, somos
falta en ser.
Entonces, yo creo que soy dueña de lo que estoy diciendo y de repente tengo un
lapsus, y acá es donde aparece el sujeto dividido, rompiendo la unidad yoica.
Aquí el Yo puede rearmarse rápidamente.
Por todo esto es que es importante preguntarse en la clínica habla el yo o habla
el sujeto.
El yo siempre tiende a cerrar. Cuando aparece el sujeto, es cuando aparece algo
de la hiancia, de la pregunta, etc.
[Pág. 249]: La pregunta qué es ser una mujer, por ejemplo, en el caso Dora se la
hace en cuanto a sujeto, intenta respondérsela a través de la identificación viril.
Más que hacerse la pregunta desde el Yo, lo que intenta el sujeto es responderla
mediante el Yo, y ahí obtura la pregunta. Dora cierra la pregunta cuando se la
intenta responder.
Lo que nos hace encontrar con la pregunta, es que la respuesta…
Dora se da una respuesta fantasmática a ¿Qué es una relación sexual entre un
hombre y una mujer?. Lacan recorta la escena dónde Dora le toca el lóbulo de la
oreja al hermano mientras se chupa el pulgar. Esto Lacan lo reconoce como la
matriz fantasmática donde van a caer todas las significaciones.
El fantasma es una respuesta a ¿qué es una relación sexual? Aquí se articula la
pulsión y todas sus formas.
Para Dora (desde su fantasma), la mujer es ser un objeto a ser chupado. Todos
sus síntomas se apoyan en su fantasma.
La estrategia es una defensa, es un modo de defenderse de lo que no hay, un
modo de responderse a eso.
En la histeria (masculina o femenina) la pregunta es ¿qué es la relación sexual?. Y
el padre es aquel que aportaría la respuesta a como se relacionan los dos sexos,
o cómo se relacionan dos seres sexuados.
“Padre” en cuanto a función sexual. Este es un instrumento que permite acceder a
la otra mujer, que es quien tiene la respuesta.
La histérica lo que se cree con toda esta estrategia es que existe “LA” mujer. Que
sabría cómo hacer con la relación sexual y que uno no tendría ninguna falla, y no
generaría ningún síntoma.
Lo que uno intenta hacer en la dirección de la cura del sujeto histérico/a, es que
ese sujeto empiece a encontrarse con que nadie saber, con qué todos tenemos
que inventar algo para hacer con eso que no hay. Que empiece a subjetivar esa
falta. Se trata de no desbaratarle de una, brutalmente su estrategia, de empezar a
vaciar esa figura de la Otra. Porque la estrategia es una solución en un punto,
pero también la hace sufrir.
Cuando el señor K le dice “mi mujer no significa nada para mí”, deja a Dora sola
frente la pregunta ¿qué es ser una mujer? Ella queda dividida sin nada que
responder (el esquema Z, se cae en Dora).
Al quedar dividida, ella se angustia y en la cachetada al Señor K (pasaje al acto) y
posterior huída, queda sola con falta en ser sin poder responderse nada.
Caso Lucia página 29: “atadas al padre”. (Motivo de consulta: intensa angustia).
Trabajo Practico N°3: Dirección de la cura y estrategia neurótica
Contenidos. Los tipos clínicos: Histeria, Obsesión. La función del síntoma en la
orientación de la cura
(7ma Clase de Adulto 29/06/18)

 ¿Alguien quiere comentar lo que habíamos visto hasta ahí? ¿Como para resumir?
¿Quienes estuvieron? Se acuerdan un poco?
- yo tengo anotado de... que decía Dora, de la pregunta de la estructura...
Pero del caso de Lucia,  alguien se acuerda de lo que vimos o no?
-Los últimos sucesos
Sí, sí. Bueno, retomo entonces yo, y vamos a...
- las coordenadas
Sí. Se acuerdan que es una mujer, Lucia, que uno de los motivos de consulta, una
de las primeras cosas que decía, era que no sabía quién era, tenía la sensación
de que no sabía quién era, y decía que tenía la cabeza, por un lado, y por el otro
el aire, y que después, lo que a partir de las preguntas del analista, las
intervenciones que iba haciendo, que no están puestas acá, pero obviamente si
está construido de este modo es porque hubo intervención, y pudieron recortar
esto. Se pudo recortar que su síntoma tenía que ver con la relación que ella tenía
con los hombres. tenía siempre relaciones con hombres casados, o que tenían
pareja, y donde empezaba a recortarse la figura siempre, de una otra mujer, que
era la que quedaba embarazada, y podía ser madre, mientras que ella no.
Habíamos ubicado también, habíamos desarrollado en el práctico, toda la cuestión
de la estrategia histérica, y la cuestión del lugar que tenía en esa estrategia, el
amor al padre, entendido el padre como aquel al cual la histérica se identifica, en
el Complejo de Edipo, para poder ubicar que desea alguien en la mujer, el padre
como aquel que posibilitaría o daría cierta versión de lo que es la relación entre un
hombre y una mujer, o entre dos partenaires, sea cual sea el sexo. En este caso,
la versión que esta chica tenia, era la de un padre que se relacionaba con otras
mujeres, y una madre que había estado toda una vida compitiendo también a eso.
De hecho cuando el padre muere, la madre le confiesa como ella intentaba
retenerlo, y el padre se iba. Su versión de lo que es el amor, la pareja, estaba de
algún modo articulada en función de lo que ella había podido tomar, o leer o
interpretar, de la pareja de sus padres.
habíamos visto también, habíamos ubicado todas las otras que aparecen en el
caso, en las que ella, a partir de las cuales ella busca responderse a la pregunta
"¿qué es ser una mujer?", o "¿qué es la relación sexual?", que estaba la jefa,
estaba también la amante del padre, estaban las otras de los hombres con los que
ella estaba, y había aparecido también, por el lado de lo materno, una versión
bastante feroz, podríamos decir, de esa madre que, en la que ella en algún punto
sentía que nunca había tenido mucho lugar, y lo que daba esa pauta era esa
escena infantil en la cual entran ladrones a su casa, ella muy angustiada, le cuenta
a la madre, y la madre le corrige una palabra, que ella dice. Ahí, bueno, que lugar
tiene el otro en una situación tan angustiante, responde de ese modo, sin alojar
nada de su angustia, sino, corrigiéndole, o sea, que muchas de las exigencias;
aparecen como dos exigencias en esta chica, por un lado podemos ubicar la
exigencia que viene del lado de lo materno, una exigencia bastante feroz, y
superyoica, que no está desarrollado en el caso, pero que uno puede pensarlo, o
leerlo seguramente. si el caso hubiese estado recortado en función de la madre,
algo de eso hubiese aparecido, y después, ¿se acuerdan? que en la adolescencia,
el padre había tenido, había cometido algunos fraudes, y su respuesta ante esos
fraudes, o ante esa falla en el padre, en este caso, es el padre "idealizado", ella
había respondido con exigencias, había exigido ser buena, estudiosa, bueno, un
montón de cosas para tapar esa falta del padre, sostener el honor del apellido
paterno.
Entonces, hasta ahí lo que habíamos visto acá. Tenemos, el amor al padre, y vía
el amor del padre, todas las otras que ella va ubicando para responderse al
enigma por la feminidad; los hombres que elige son hombres que tienen rasgos
paternos, y sus síntomas están articulados a eso. Hasta ahí, más o menos.
Otra cosa que habíamos ubicado, y que yo les había dicho, era que esta chica,
que en un punto viene padeciendo, o sea, empieza a recortar un punto de
padecimiento, la relación que mantiene con estos hombres, parece que llega un
momento del análisis donde ella encuentra un modo de armar relación con los
hombres, que no le genere tanto padecimiento. Con hombres que, también, están
casados, y tienen pareja, y demás, pero donde lo que prima, ya no es ese padecer
de mas, sino  que ella logra encontrar cierta satisfacción ahí. Yo había ubicado
como el analista, ahí, no se pone a hacer un juicio de valor, o plantea un ideal de
pareja, de que ella tendría que estar con alguien que no esté casado... Ahí, el
analista acompaña, en todo caso, esa solución que ella va armando, que le
permite estar con un hombre de un modo posible, que para ella es posible, le
parecería que es el mejor. ¿Se entiende? Porque si no, uno, desde un ideal,
podría empujarla a que este con un solo hombre que este solo, y la solución que
tiene esta chica, al menos en este momento del análisis, que puede armar, es esa.
Nosotros no somos quienes para cuestionar eso; si no le genera un padecer de
más.
Uno lo puede ver muy claro, pero cuando esta ante un paciente, no siempre es tan
claro, y a veces tendemos a empujar algunas cosas que tienen que ver, mas con
nosotros, que con lo que el paciente nos está diciendo. Acá el analista cuenta un
último suceso, se ve que es un tratamiento que llego a un punto, en el cual ella se
sanciono como un final, por ese momento, digamos, o sea, en otro momento
retomo. Dice, un último suceso, la repetición, el síntoma. Leo el último apartado.
Dice "pese a su cuidadoso esmero para no quedarse en algunos modus operandi,
de su mundo laboral, que podían manchar su foja de servicios en la función
pública, su nombre termina siendo implicado en ciertos hechos que aparecen
publicados en los diarios. Para deslindar su compromiso en los mismos, debe
presentar una carpeta que se extravía durante una semana, lo que la lleva a una
intensa crisis. En esos momentos de desesperación, volvía a sentir que no podía
dormir ni comer. No paraba de pensar y decía me miro en el espejo, y no me
reconozco, chupada, la piel cetrina, no puedo hablar, mi cabeza está por un lado,
y, el aire, por otro. Me parece que no respiro, aunque respiro. Cuando finalmente
el episodio se resuelve, expreso, el aire me vuelve al cuerpo, las mismas
sensaciones que, al momento de su primera consulta, pero que ahora, se vinculan
claramente a riesgo de que el apellido quedara implicado en algún hecho no ético.
Ven que hay algo en el cuerpo que, ante ciertas situaciones, se activa, podríamos
decir. Ciertas zonas corporales, que están investidas de un modo particular, y que
los síntomas de esta chica se recortan en función de eso.
Dice, siempre estuvo más preocupada que el propio padre, en borrar las fallas de
él, pero ahora, aclara con énfasis, no, no es que mi padre no se interesara por el
efecto de sus actos, sino que su desorden lo llevaba a extraviar carpetas y
documentos importantes, pero, cuando ocurría, no decía nada, se quedaba sin
hablar, parecía que no le pasaba nada, pero se desesperaba y notaba que, al igual
que a mí, le faltaba el aire. La repetición, el síntoma, es porque claramente acá,
ella logra ubicar esa identificación al padre, y como sus síntomas, se sostienen en
esa identificación. Uno puede encontrarse repitiendo ciertas cosas,
inevitablemente. Tenemos claros y sobrados ejemplos (El Hombre de las Ratas).
Atendí a un paciente obsesivo, ya que vamos a pasar a otro tipo clínico; y viene el
obsesivo, que siempre intenta decir lo que piensa, que el otro quiere escuchar, y
había puesto en el estado de Whatsapp algo en relación a la campaña por el
aborto legal, y empieza a hablar del tema, que estaba de acuerdo con el aborto.
Yo lo dejo un cachito, y le digo: "vos, en la primera entrevista me hablaste de dos
abortos..." Uno que el había practicado, con una novia, a los dieciocho años, y
otro, que su madre había hecho, antes de que naciera, otro hijo antes que él. O
sea, que tendría otro hermano mayor, si no fuera porque la mamá había abortado.
Había mencionado esas dos cosas. Él ya, se sorprende un poco, que yo vaya a
ese otro plano, y lo saque de este debate ilegal, del cual él tenía muchas ganas de
hablar, y es interesante porque ubica algo que él no había registrado antes, a
partir de hablar ese punto, que es, como casi a la misma edad, el se encuentra
con la misma situación a la cual se enfrento su madre, diciendo lo mismo que su
madre. El no había hecho esa conexión nunca, de hecho, la primer entrevista lo
nombra, que es un paciente obsesivo, pero que vino después del pasaje al acto,
un poco complicado, con cosas o coordenadas, que en la primera entrevista no se
trabajaron, yo no me metí con eso, pero en esta oportunidad, entra ese tema, que,
a ver, tampoco lo trae...nada de lo que dice en el análisis, es azaroso. Fantástico,
el suponía que tal vez yo quería escuchar, pero no vino a hablarme de otras crisis,
otros debates, viene a hablarme de ese, que lo tocaba en un punto crucial. 
Entonces, realmente esto de la repetición, no es que alguien cuando escribe un
caso, lo pone ahí para, insisto, y uno puede experimentar en su propio análisis,
como hay puntos en los cuales uno se encuentra identificado, repitiendo. Y es
crucial que uno ubique eso, porque para poder dejar de repetir, uno tiene que
empezar a ubicar, que coordenada, que repite ahí, para que en esa repetición
pueda surgir una diferencia, y pueda aparecer algo distinto.
Ustedes tienen dos textos para agarrar de N.O, uno es el de Carbone, y el otro, el
de Eduardo (Suarez). Yo les decía que elegí tomar el texto de Indart, sobre todo el
primer capítulo, que se llama "Pulsión y Compulsión" pp. 85-121, porque ahí Indart
trabaja muchas de las referencias que Eduardo toma en esa selección que hizo, y
las explica, porque el texto de Eduardo son referencias, para que uno las vaya
desarrollando. Y me parece, si bien yo las puedo desarrollar, el texto de  Indart nos
orienta, y vamos a encontrar ahí, muchas de las referencias. En todo caso,
volvemos después al texto de Eduardo, y si alguna no fue trabajada, lo
conversamos.
Bien, ¿que saben, o que recuerdan, de la Neurosis Obsesiva?
...
Yo voy a ir leyendo el texto, y lo voy a ir puntuando un poco. En la pág. 86,
(Indart)va a empezar diciendo, al final casi, los que tenemos hipótesis, del
elemento causante de la obsesión es, en Freud, la aparición de algo que puede
llamar una idea, una representación que caracteriza como inconciliable,
insoportable, y compulsiva, enfatizando con ese término, la idea de que adviene,
se impone al sujeto, esa idea. Indart plantea, retomando a Freud, que la causa de
la N.O como tipo clínico, es una idea, una representación, con Lacan vamos a
decir, párrafos más adelante, un significante, que es inconciliable, insoportable, y
compulsivo, y que se le impone al sujeto. Esto ya nos trae un problema, las
características que tiene esta idea obsesiva, para hacer un diagnostico diferencial,
con muchos casos de psicosis, donde el fenómeno elemental prevalente, puede
ser el pensamiento impuesto, o los rituales, si hay muchos sujetos psicóticos, que
tienen muchísimos rituales, que se parece mucho a lo que el DSM designa como
el famoso "TOC", que los psiquiatras rápidamente medican para sacar eso, y
cumple una función de suplencia esencial en estos casos de psicosis. Si uno le
saca eso al sujeto, se queda sin modo de hacer su cuerpo, de enlazarse al otro,
de más... Pero bueno, es un tema, muchas veces, en muchas neurosis obsesivas
muy graves, poder discriminar y ubicar, si se trata de un pensamiento obsesivo, de
una idea obsesiva, o de un pensamiento impuesto, al modo de la psicosis. Por eso
ahí, uno tiene que ser muy fino en las cosas que indaga, para poder deslindar, y
hacer un diagnostico diferencial. Esa es una primera cuestión, un primer problema
que ya nos plantea este síntoma.
Sigue. "Es como si tuviésemos a un sujeto, un sujeto infantil, que ya tiene un
mundo muy organizado y lleno de ideas, y de representaciones sobre su papa,
sobre su mama, sobre el mundo en el que vive, sobre lo que es como niño, como
objeto, ya tiene una dimensión pulsional organizada, así que hay un sistema de
representaciones, de los cuales, ninguno le es inconciliable". Hay algo de lo
pulsional, en su versión de exceso, que está articulado a esa idea, y que eso no se
puede articular  a otra cosa con la que el sujeto cuenta, y se vuelve traumático,
porque no la puede ligar. (19-23) No hay una respuesta del otro simbólico, que nos
diga que hacer con la sexualidad, cuando hay algo que irrumpe (ej. Juanito), pero
ese otro puede, además, desestimar las pequeñas soluciones que uno puede
armarse, como por ejemplo, tocarse. Al prohibirlas, se arma un conflicto.
Seguimos con Indart. Entonces a todo ese sistema, todo armadito, todo divino,
llega una idea, que no hay manera de ligarla con ninguna de las otras, y es por
eso que tiene esa característica de traumática. Es una idea que no hace pareja
con ninguna otra, una idea sola, y, para Freud, está cargada de un afecto sexual,
lo que diríamos con Lacan, de un goce. Todo el universo del niño queda desecho
ante eso, y  Freud ve que, según como se pueda responder a esa idea, es, de
entrada, lo que funda su clínica, o sea, que esta idea que, según como el sujeto
responda a eso traumático, lo que me va a permitir dilucidar el tipo clínico, o sea,
hacer un diagnostico diferencial, ya estaba en Freud. Lacan después lo
conceptualiza, con la noción de estructura y demás, pero ya estaba en Freud, y
ven que ahí esta una cuestión en la que enfatizo mucho, sin la cual el psicoanálisis
no podría existir, que es la de responsabilidad subjetiva, que es la insondable
decisión del ser, que tiene que ver con como el sujeto responde a eso.
Podríamos decir que esta, por un lado lo traumático estructural, para todo ser
hablante, que es la sexualidad, la muerte, también. Eso para lo cual no hay
respuesta a nivel simbólico. Eso para cada uno de nosotros, se va a constituir, se
nos va a presentar, o sea, eso es traumático, para cada uno de nosotros, se
constituye, o se nos presenta en nuestra vida, en nuestra infancia y en nuestros
momentos constitutivos, va a ser algo totalmente contingente y azaroso, a algunos
se les va a presentar de algún modo, a otros de otro. acá va a plantear tres modos
de responder, según Freud (pág. 88), que va a dar el cuadro clínico de la histeria,
que fue fundamental , porque es responder sobre la base de conseguir un
mecanismo que reprima esa idea, o sea, estoy enamorado de mi cuñado, eso
hace inconsistente todo mi sistema de valores morales, donde uno no se puede
enamorar del cuñado, entonces, reprimo la idea y aparece un síntoma en un
determinado lugar del cuerpo, como retorno de lo reprimido y que, además, no
impide que, si bien es un síntoma que da cuenta de que ese deseo está vivo, es
reprimido de algún lado, es un síntoma que impide que yo me acerque a mi
cuñado, que pueda caminar, la parálisis...¿Se acuerdan del famoso caso que
plantea Freud? Bien, entonces ese es el mecanismo, un modo de reformarse. En
la N.O, que ya Freud advierte, que es un tipo de defensa, noción fundamental en
la neurosis obsesiva, la noción de defensa. Ante la idea inconciliable, que no
opera por represión, la idea queda en una dimensión consciente para el sujeto, y
entonces, hay que pensar esto con otro término, con una suerte de defensa, que
no es igual a la histeria.
Si recuerdan, el Hombre de las Ratas, pensaba que, porque se había enfermado,
que no podía decidir, si casarse con una mujer, o con otra mujer. Freud le da
vuelta las cosas, y le dice "usted se enfermó, para no tener que decidir", y
recuerden que en ese análisis con Freud, ubica que el padre había estado en la
misma situación que él, en un momento. El tenía esos dos recuerdos en la
consciencia, no es que estaban reprimidos, que estaba olvidado. Si uno le
preguntaba sobre ese punto, lo podía relatar. El tema es que él no podía conectar
esas dos situaciones y, que, porque si los conectaba, eso era lo que, esa
conexión, la que lo reenviaba a algo de lo traumático. ¿Por qué lo reenviaba a algo
de lo traumático? Indart lo dice, porque ahí, en esa escena donde el padre tiene
que decidir entre la muchacha rica, y la pobre, aparece lo que es la falta en el
padre, la falta en ese otro que encarna el padre, aparece el deseo del padre. Si el
otro tiene falta, Lacan esto, a la altura del Seminario V, este "matema" la a, con el
otro "barrado", significa el deseo del otro. Para que haya deseo, algo tiene que
faltar. Si yo tengo todo, no puedo desear nada. Para que yo pueda ser un ser
deseante, tengo que estar necesariamente atravesado por una falta.
El tema es que, en un momento, el se enamora de alguien que tiene en otro lado,
que también en algún punto el padre había permitido eso, aunque eso estaba un
poquito borrado para él. Y es en esa situación donde él se encuentra con la falta
del otro, con que yo puedo tener una versión que me arme, de lo que es la
relación sexual, pero que esa versión siempre es fallida, que no hay nada que me
diga, de un modo absoluto, qué hacer con la sexualidad, o de quien me tengo que
enamorar que ahí, uno falla, el padre falla, y todos fallan, necesariamente,
estructuralmente. Y eso, es de lo que el neurótico obsesivo se defiende, de esa
falla en el otro. Por eso corta los nexos ahí, por eso aísla representaciones. ¿Se
entiende el punto?
Y el otro modo de responder, es, entonces, la paranoia, dice, para Freud que es el
rechazo, un rechazo de esa idea, esa representación con un afecto sexual, que
ustedes recuerdan, que lo rechazado en lo simbólico, retorna en lo real. Alguien
me preguntaba el otro día, no sé si en esta comisión o en la otra,  respecto de la
pregunta, si en la psicosis se plantea la misma pregunta. El tema es, qué es "ser
una mujer".
Sí, en la psicosis, el tema es que justamente, la pregunta no se plantea a nivel
simbólico, porque eso esta rechazado en lo simbólico, por eso no hay una
inscripción simbólica, podríamos decir, de la sexualidad. El sujeto psicótico no
atraviesa ni concluye los tres tiempos del Edipo, para poder asumir una posición
sexuada. Entonces, lo que se rechaza en lo simbólico, retorna en lo real. Schreber
no se pregunta "qué es ser una mujer", Schreber se convierte en la mujer de Dios,
y eso le permite armarse un cuerpo sexuado, armarse un ser que le permite
ubicarse en el mundo, y relacionarse con los otros, darle un sentido a su
existencia, ser la mujer de Dios que iba a dar lugar a toda una raza de seres
Scheberianos, todo lo que el arma. El no se pregunta, él se convierte en LA mujer.
Además, hace existir a la mujer con mayúscula. Eso es ser una mujer, no es que
hay duda. El tiene la certeza de que eso es ser una mujer. No duda en ese punto.
Entonces, ahí tenemos el otro hito.
En la pág. 89, sigue: "Si uno observa de entrada en Freud ese planteamiento,
después las cosas se pueden ir complicando, y toda esa clínica armada sobre la
base del enigma, de lo que es esta idea compulsiva". Acá insisto, por compulsión,
lo que Freud quiere enfatizar, es que es una idea que se impone y que, además,
puede repetirse. No es una sola vez, él, en unos apartados más adelante (no sé si
en este, o en el otro capítulo), va a decir que el prefijo "co", tiene que ver con la
acción, es un prefijo que lo que hace, es exacerbar la acción del verbo que le
sigue. O sea, que cuando hablamos de compulsión, tiene que ver con la pulsión
que se presenta como un exceso, como algo que, digamos, y por eso es
enloquecedor este punto. Porque es algo que no para de repetirse. Pero se repite
para ver si, en esa repetición, a algo se puede ligar, a algo se puede articular.
Más abajo dice que: "entonces lo que Freud llama una representación, una idea,
Lacan lo va a llamar "significante", de hecho, un poquito más adelante, Indart dice
que, en realidad esta idea inconciliable, Lacan la matematiza, en el Seminario VIII,
como phi mayúscula. Es una idea cargada con un afecto sexual, con un goce
inconciliable, y eso es lo que irrumpe en la  situación, a todo el resto del sistema
de ideas que tiene el sujeto, y por eso se constituye como traumático. Dice, pagina
90: "en la clínica, por ejemplo, en los niños, Freud registra este tema al nivel del
Hombre de las Ratas, como causa ultima. Todo se va a ir armando a partir de eso
que Freud busca, como lo busco también en Juanito, ese modo en que se
presenta el significante inconciliable. Y se presenta como la emergencia de un
goce en el pene, en la cosita de hacer pipí, o en las cosquillas originarias, en el
Hombre de las Ratas, que lo dejan perplejo". El Hombre de las Ratas, quedaba
perplejo ante eso que él experimentaba, no va a encontrar un modo de responder
a eso, pero en un principio, es perplejidad, que es lo que todo sujeto tiene.
Después, se inventa un modo de hacer con eso, o no. Dice la madre del Hombre
de las Ratas, parece haber sido un poco más gentil que la de Juanito, que dijo que
"no vengas con esas porquerías". O sea, que no le da ningún tipo de lugar a eso
que el niño presenta, muy angustiado además, porque no es que, el niño viene, y
además es interesante, porque la madre le dice, eso para la madre es mínimo. O
sea, que esa cercanía al cuerpo de la madre, incrementaba aun más. Se acuerdan
que Freud decía que, el padre de Juanito, era "demasiado buen padre", Lacan
dice, en realidad, era demasiado bueno, y no podía instalar algo de la ley.
Además, y algo que Lacan va mucho más adelante, que es, el padre es aquel que
puede hacer, de una mujer, la causa de su deseo, y que la amara. Y que el
deseara esa mujer, como mujer, y que esa mujer lo desee a él como hombre. Y de
ese modo, que esa mujer se separe de ser "toda madre", de que todo su deseo
este puesto, en ese niñito. Porque si todo el deseo de una madre, esta puesto en
el niñito, y no hay nada que la separe, se produce lo que yo, en algunos casos, les
he contado, que quedan ahí como un solo cuerpo, que es necesario que algo
instale ahí que, una prohibición, un corte, una separación. Pero para eso, el padre
tiene que operar como hombre también. El padre, un hombre, quien sea, que algo
de la sexualidad de esa madre, se vehiculice por otro lado que no sea ese hijo.
Eso es, estrictamente necesario. Bueno, el padre de Juanito no podía ocupar esa
función, era demasiado bueno, podríamos usar otro significante acá, y no podía.
Entonces, esta madre dormía con el hijo; pero después, cuando algo de eso tenía
consecuencias, despreciaba todo lo que Juanito le traía. Juanito se queda
realmente, ahí, sin saber qué hacer. Por eso tiene que armarse una fobia, para
saber qué hacer con la sexualidad, para poner algo que corte ahí el lazo con esa
madre, que lo separe de esa madre, algo de lo cual... Del caballo sí podía
defenderse, de esa madre, y de lo que esa madre generaba, no.
Entonces, Freud plantea su idea de algo compulsivo, impuesto, en este
significante que parasita el sexo, en su parte genital propiamente dicha, y que
motiva angustia, sobre la base de que no se sabe qué hacer con eso. No hay
respuesta, en el otro para eso. El correlato de esta respuesta, es que no hay otro,
y que, por lo tanto, hay que construir alguna propuesta (Indart, pg. 90). No
siempre, justamente, la sexualidad es traumática, es parasitaria. Es algo que nos
parasita el cuerpo, que, si no hacemos algo con eso, es imposible, se hace
insoportable, se vuelve algo repetitivo, compulsivo. Pero esta es la idea de
sexualidad que plantea el psicoanálisis, como algo traumático con lo que,
necesariamente, tenemos que hacer algo para enmarcarlo, para regularlo de una
forma posible. Cuando dice que "no hay otro, y, por lo tanto, hay que construirle
alguna respuesta", es que no hay respuesta, por parte de ese otro. En este otro, el
padre, uno le va a preguntar al padre, vamos a suponer un padre; puede tratar de
decirle algo al niño. Prohibir, "no te toques en público", pero decirle algo que lo
oriente a ese niño. Pero va a ser siempre fallida la respuesta. Porque el padre va a
decir eso, y la madre puede decir otra cosa, no hay ahí una respuesta
estandarizada que sirva para todos, podríamos decir,  y que sea una respuesta
fallida. Porque hay un punto en el que no logra, el significante no logra, podríamos
decir, absorber toda esa energía pulsional que recorre el cuerpo, siempre falla.
Ahora, entonces, él se va a empezar a meter con la defensa obsesiva propiamente
dicha. Esa defensa, es posicionarse en un lugar que resulte garantía de que no va
a haber perturbaciones en ese gran Otro. Posicionarse de un modo que se haga
garante, aval, de ese gran Otro, para que ese gran Otro pueda seguir como gran
Otro, y sin sufrir ninguna problemática.
O sea, que qué va a intentar hacer el obsesivo, no hay falta en el otro, el otro está
completo, y sí hay un modo de hacer con la sexualidad, y es ese. Y cuando
aparezca, y hay un modo también de burlar a la muerte, y de responderse por la
existencia; y cuando aparezca alguna fisura en esa respuesta, va a intentar, todo
el tiempo, anularla. Veremos cómo, el obsesivo no quiere, de ningún modo,
encontrarse con eso, con la falta del otro, que lo reenvía a su propia falta, y a su
propio deseo. (Pág. 92) "lo esencial d la defensa, es entender el modo del que el
obsesivo sostiene un gran Otro, un otro sin falta. De lo que hay que defenderse es,
esencialmente, de la castración del Otro, del deseo del Otro" Acá otra aclaración,
porque a veces se entiende castración como tener o no tener pene. No, la
castración no es eso para el psicoanálisis, la castración es esto, la castración es
que el otro está barrado, que no hay nada en el otro que nos diga qué hacer con la
muerte y la sexualidad. Eso es la castración. Por, si para un sujeto masculino, la
castración se puede jugar en perder o no perder el pene, bueno ese es otro tema,
es como se juega, para ese sujeto singular, la castración, a quela ha anudado, o
como la ha significado. Pero no es que eso sea la castración.
en la pág. 93 retoma lo que decía recién del hombre de las ratas, como en
realidad vamos a anular ese deseo que aparece en el padre, cortando la conexión
entre las escenas, y, en a pagina 94 empieza a desarrollar el esquema, y explica
la defensa obsesiva. Lo que va a decir Indart, es lo siguiente, si comenzamos acá,
en el sentido de Lacan, entendemos al obsesivo, al nivel del yo, nos va a hablar de
sus objetos, cualquiera. Su jefe, su chica, sus amigas, la madre, el padre, en
cuanto a sus proezas, lo que va a hacer, lo que no va a hacer. Todo ese material,
fácilmente interpretable, y donde el obsesivo puede contar y contar todas sus
dificultades o relaciones que tiene con los demás, y con sus objetos. O sea, este
es el nivel de lo imaginario, la escena imaginaria en la que el yo del obsesivo se
relaciona con sus objetos. Para el yo, todos los otros, son objetos, los amigos, la
madre, el padre (y para el sujeto histérico también). Nos cuenta el obsesivo,
además siempre le pone un tinte de proeza, nos cuenta de la relación con el jefe,
es una hazaña. Entonces, va a haber gente que lo quiere castigar, y él como se
escabulle, y como nos cuenta; y es una cosa... Nosotros vamos a entrar en un
objeto más, que él va a querer controlar y dominar ¿Cómo es que él quiere
controlar y dominar? Lo que hace el obsesivo, todo el tiempo, es reducir el deseo
del otro, esa falta que puede aparecer en el otro, a una demanda. ¿Por qué?
Porque a la demanda, sí sabe cómo responderla, para la demanda sí hay una
respuesta. Se encuentra, todo el tiempo, sobre todo, si esta en pareja con un
sujeto histérico, que "trae el agua" (ejemplo), y el sujeto histérico le dice "ay, pero
quería una que tiene una tapita mas azulcita...” Entonces el obsesivo empieza a
buscar...El obsesivo quiere colmar al otro, pero el sujeto histérico le dice "no es
eso". Con cualquier partenaire, con cualquiera que este, ocurrirá esto. No hay
objeto, pero para nada. No hay ningún objeto que los colme, nunca "es eso".
Acá el analista va a entrar también, el obsesivo también, intentara reducir el deseo
a la demanda. Hablara, de lo que supone que el otro quiere hablar. Lo que uno
tiene que introducir con el sujeto obsesivo es esto, la falta, es el deseo. Después
veremos el lugar que tiene la sesión corta, en un sujeto obsesivo, no es que uno
corta la sesión a los cinco minutos porque...es porque el obsesivo..."ah, faltan
cinco minutos, eh"; y cuando uno corta, en ciertos momentos cruciales, introduce
algo del deseo "¿por qué me corta ahora?" "¿Por qué, si siempre es media hora,
hoy me corto...?" Ahí donde siempre intenta cerrar, empieza a abrirse una
pregunta por "qué quiere el otro". Una pregunta que, obviamente el sujeto
obsesivo, va a responder con su fantasma. Porque se abre la pregunta, y
entonces... "ah, me corta porque seguro que tiene otro atrás mío, quiere ganar
plata" (seguramente le va a generar mucha ira, y es probable, seguramente...)
Eso, se va a empezar a jugar en la transferencia, pero cuando su lectura
fantasmatica empieza a jugarse en la transferencia, yo  ya puedo intervenirla.
Hago una intervención que genera una pregunta, empieza a aparecer algo del
deseo del otro, el sujeto va a responder a eso, con su propio fantasma en
transferencia, y entonces, yo puedo empezar a intervenir eso. 50.14
En este nivel, si el analista intenta intervenir en el nivel de lo imaginario, de lo
especular, no. Porque el obsesivo, además... Vamos a suponer que tenemos un
obsesivo que no está de acuerdo con el aborto, y empezamos en ese debate,
imposible. Vamos a estar eternamente. No es a ese nivel, dice Lacan, al que hay
que intervenir. Además, el obsesivo tiene racionalizaciones para todo, todo cierra
todo el tiempo. Lo que hay que poder ubicar, es este nivel, el nivel del palco. El
nivel en el cual, el obsesivo ubica ese gran Otro que se ha armado, se identifica,
parte de su yo está identificado a ese gran Otro, y se mira desde allí. Esto aparece
en el apartado Función y campo de la palabra, del texto de Eduardo.
Un ejemplo de un obsesivo, en un momento quiere decir que, para su hermana,
todas las mujeres son locas, y, dice "para mi papá..." Rápidamente se corrige, dice
"mi hermana". Yo le digo "dijiste, tu papá...", él vuelve a decir que quiso decir, la
hermana. Aparece el "yo quise decir X cosa", es el yo, que quiere cerrar ese
sujeto, la dimensión sujeto, que apareció en ese acto fallido. En un análisis, uno
no es responsable de "lo que quiso decir", sino de "lo que dijo", efectivamente. No
es "lo que yo quería decir". No. "Usted dijo eso, tiene que hablar de eso" Si por
eso el analista lo sanciona, por eso va a donde apareció algo del sujeto. Es
bastante difícil, a veces, que un sujeto se responsabilice por sus palabras, porque
a nivel inclusive cultural, la palabra esta degradada. Pero no porque no se hable,
se habla mucho, El tema, es que lo que uno dice, no tiene consecuencias, que es
lo que uno trata de sancionar. Pero tiene consecuencias, y si dijo eso, no dijo otra
cosa, dijo eso. Tiene que hacerse responsable de eso que dijo. Digo, a nivel
social, habrán visto muchos de ustedes, el debate que hubo en el Senado acerca
del aborto; hubo gente que dijo barbaridades, chicos. Barbaridades que no tienen
ningún tipo de sostén de nada. O sea, digo, en otro tiempo, los debates en el
Senado, eran debates. Hablo de muchas décadas atrás. La gente que debatía,
podía no estar de acuerdo, pero era gente que había leído, y había estudiado, que
sabía de lo que estaba hablando, que podía tener argumentos de la filosofía, de la
biología, de distintas disciplinas, gente formada para estar ahí. Hoy no hay gente
formada, y cada uno opina lo que le parece, más o menos porque, no sabemos
por qué, ni en que se sostiene. Uno no puede opinar sobre ciertas cosas, porque
le parece. Sobre todo si uno está en ciertos lugares. Yo no puedo estar en el
Hospital y decir: "Bueno, hagan esta práctica porque me parece (o no me
parece)". No tengo sustento para poder decir, sí, o no. Hubo gente que comparaba
a la mujer con un perro, y barbaridades así. En otro momento que la palabra, sí
tenía consecuencias, la gente que decía esas barbaridades, dejan de estar ahí,
recibía una sanción por eso. Ahora, todos podemos decir todo, ponerlo en las
redes, pero esa gente sigue estando ahí, cobrando, y cuando se vuelva a tratar
este, y otros proyectos, va a seguir votando. O sea, que lo que dijo, no tiene
ninguna consecuencia. Por eso, quizás ahora nos es más difícil instalar una
práctica como la del psicoanálisis, donde lo que uno dice, lo dijo, tiene peso. Algo
de la palabra esta devaluado en ese nivel de idea, sí se habla, pero lo que se
habla, no tiene consecuencias. Yo puedo decir una cosa, y mañana otra, y eso se
lo lleva el viento. Retomando el caso, a partir del forzamiento respecto al fallido,
ahí se comienza a ver, con el obsesivo, como para el padre, las mujeres se dividen
en "mujeres correctas" e "incorrectas". Como empieza a ubicar que, todas las
mujeres que eligió en la vida, son en función de esa división que hace el padre, no
lo sabía eso, antes de ese fallido, y de asociar sobre eso. Entonces, este chico es
alguien que tiene, en el lugar del gran Otro, al padre. ¿Y cómo se responde? El se
identifica, podríamos decir, al padre, y entonces, está en el mar, bailando, y mira a
las chicas, y elige en función de esa división del padre, elige a la que él piensa
que, según el padre, son las "correctas". Insisto, todo eso, no es consciente, pero,
lo que empieza a ubicar en análisis, es eso. Es, como, para elegir, se identifica a
ese otro, estando "en el palco", y elige en función de eso. Es como si la pregunta
fuera "que hago con la sexualidad, como me relaciono con una mujer... me tengo
que relacionar con mujeres correctas". Esto, le traía muchos síntomas, porque no
siempre, elegía la  que pensaba que era "correcta". Además, dice Lacan, "todos
los síntomas del sujeto obsesivo, se deducen de su posición en el palco". La duda
obsesiva esta porque, justamente la duda es, si es la correcta, o si no lo es; y si,
finalmente, me pongo de novio con esa chica. Va a ser una relación que va a durar
para siempre, o no. Esas cosas son las que se le juega de algún modo, el
obsesivo no realiza un acto, porque pone en juego su deseo, pone en juego la
falta, ya que, si va hacia un partenaire, es porque algo le falta; pero por otro lado,
nada ni nadie tiene la garantía del acto. Yo hago un acto, y no sé qué va a pasar
con ese acto, y con esa decisión que tomé. No sé si la relación va a funcionar, si
no va a funcionar, si después me va a lastimar, si no me va a lastimar. El obsesivo
quiere, y busca garantías, por eso no decide, por eso duda. Porque no quiere
encontrarse con la castración, con la falta, con la angustia que eso le puede
generar, si no funciona. Era interesante porque este chico hacia un deporte, que
hacia el padre. Era interesante porque, en la cancha, todo el tiempo, el ojo del
padre. Entonces lo denominaban como el abrojo del padre, es interesantísimo el
término que usa. Abrojo, porque está pegado al ojo del padre, el se miraba todo el
tiempo desde ahí, desde lo que se suponía el ojo del padre, de los ideales del
padre, y lo que el padre querría para él. Entonces, todas las decisiones que
tomaba en las escenas (en la cancha, en un bar), estaban, en función de esa
mirada del padre. Se trataba de un padre que lo observaba, y que cuestionaba sus
cosas. Pero es interesante porque empieza a ubicar en un momento, cuando le
pregunto sobre eso, que cuando el padre no v a la cancha, su mirada sigue
estando ahí. Empezamos a ubicar, no la mirada real del padre, que el padre este o
no este, esa mirada esta igual para él, más allá de la presencia real, o no, del
padre. Es que, esa mirada, es algo que se arma él (1.00.02)
En un punto, si el padre puede decir una cosa, u otra, pero después lo que
interpreta de eso, es de él. Es interesante, porque cuando pudimos empezar a
ubicar eso, él empezó a despegarse de esa mirada, a no ser tan "abrojo",
podríamos decir, a abrirse un poco de ese ojo. Una de las intervenciones que uno
hace en la dirección de la cura, con un paciente obsesivo, es que empiece a
separar. Primero, que ubique esto que hace. Luego empieza a hablar en las
sesiones, y este caso es interesante, porque va a buscar reducir el deseo a la
demanda. Por ejemplo, con una chica, más allá de que, en algún momento le diga
que "no es eso", es probable que haga caso omiso, y siga pensándolo, la cuestión
relativa al control. El tema es cuando comienza a aparecer el deseo del otro, mas
vivamente, y ya no puede "hacerse el que no ve, o ve". La chica, en este caso,
comenzó a cambiar de posición, y el chico, no sabía muy bien qué hacer con ella.
Entonces empieza a dudar, y en un momento, habla en la consulta, de como ella
enloquecía, o realizaba escenas de celos, y él, teóricamente no tenía nada que
ver. Yo le empiezo a preguntar más sobre esas escenas. Entonces, resulta que el
dejaba el celular con mensajes de otras mujeres, enfrente de ella. El no se dio
cuenta de eso, hasta que le insistí. En una situación, me dice que se estaba
hablando con otras mujeres, y empecé a buscar, que busca, o que le gusta de
esas otras mujeres, o que le pasa con ellas. Llega a la conclusión de que no le
gusta nada de las otras mujeres, ni siquiera le atraen, le parecen lindas, no se
muere por estar con ellas sexualmente. Hacía muchos años que estaba de novio
con la chica, y en algún punto, pensaba que es el amor de su vida. Pensaba,
"hace como cinco años que estoy con ella", y no estuve con muchas otras
mujeres. Entonces, capaz, a los cincuenta, le dan ganas de estar con otra mujer.
Ante eso, le hago entender que me parece un delirio, que, con la lógica preventiva,
"la engañaba ahora para no engañarla más tarde". Con esto, se previene de hacer
un acto, y una elección, acorde a su deseo. Eso de lo que se previene todo el
tiempo, el obsesivo. Porque justamente esos actos, no tienen garantía de que va a
pasar.
Otra de las cosas del obsesivo, es que cuenta todo como una hazaña, una proeza,
porque, también, otra de las cosas, sobre todo en la primera enseñanza de Lacan,
Lacan quizás no pone tanto énfasis en el "no hay relación sexual", sino mas bien
tomando referencias hegelianas, y de Heidegger, y demás, en la cuestión, sobre
todo de Hegel, de la dialéctica del amo y del esclavo, y de la muerte, de lo que el
obsesivo se defiende, va a decir Lacan en ese primer momento, es, no
encontrarse con lo real de la muerte, con que somos. Son dos preguntas las que
se constituyen para todo ser hablante, acerca de la sexualidad, y de la muerte,
¿qué es la muerte?, ¿qué nos pasa cuando nos morimos?
Después, Lacan ya en la última enseñanza dice, lo que hace trauma para todos en
un comienzo, es la sexualidad, y como ubicarse ahí, y el obsesivo arma todo un
modo de responderse a eso. Pero en la primer enseñanza de Lacan, sobre todo lo
que Lacan enfatiza, es esta pregunta por la existencia (¿estoy vivo o estoy
muerto? / ¿Existo o no existo?), y entonces, el obsesivo también intenta burlara la
muerte, como si la muerte se anulara, sosteniendo un otro completo. Entonces, lo
que dice, es, voy a hacer todas estas hazañas, voy a "ser el mejor físico del
mundo", para que, supongamos, el padre como un físico, que lo esté mirando y
este orgulloso de él; entonces, hace todo pensando, tiene una fantasía de
trascendencia que, seguramente, eso lo va a hacer trascender a la muerte. Y por
más que muera, su nombre va a quedar inscripto en la historia de la humanidad
por siempre, y todas las generaciones lo van a recordar... El tema, es que, en esas
fantasías de trascendencia, logre todo lo que hace para quedar inscripto en la
historia de la humanidad, y que todos lo recuerden, no vive ahora. Porque, para
ser el físico brillante que tiene que ser, estudia 24 horas por día, no sale, no ve a
los amigos, no tiene pareja, todo eso implica un padecimiento, se pelea con el jefe,
compite con los compañeros...Entonces, eso no es vida, por eso, Lacan dice, el
obsesivo esta medio vivo, medio muerto, nunca está completamente en la escena,
siempre se está mirando desde acá, siempre mirando que hace, y que no hace.
Esta la dama mirándolo, en el palco, esa dama con la que va a quedar para
siempre. Te causa algo, sos un héroe, pero el obsesivo se va. ¿Por qué se va?
Porque dice "si yo me quedo, se van a dar cuenta de que no soy tan héroe". Voy a
quedar perfecto, en el recuerdo de ella, voy a quedar como el héroe maravilloso,
impoluto, blanco, inmaculado. Entonces, el otro incompleto va a estar completo, y
mi nombre va a seguir estando completo, y perfecto para el resto de la historia.
Por eso, se va ahí. Porque si se queda, empieza a aparecer el deseo del otro,
empieza a aparecer "¿qué quiere ella?", empieza a aparecer el malentendido,
empieza a aparecer la falta en la castración, y él no quiere encontrarse con eso,
por eso se va, en ESE punto justito. De pronto, el obsesivo puede decir, hazañas
con tal de que se ponga de relieve el riesgo de muerte, y no es ahí. Porque si se
queda, se encuentra con el verdadero riesgo, que es donde tiene que decidir,
poner en juego algo de su deseo. Por eso, se va. Además, el obsesivo, en una de
las citas, dice que domina a los objetos en la jaula de su narcisismo, si hay una
relación narcisista del yo con los objetos, el obsesivo intenta controlar, reduciendo
el deseo de esos objetos a la demanda, a la que podría responder. Dice ahí,
"dirige su alta voltereta hacia el palco", donde hay un amo, que no puede verse.
Coloca a otro como un amo, que no es más que él mismo, que se identifica a
aquel amo, que se armo para ordenar su vida, su mundo y su relación con los
objetos.
El obsesivo, así, va a dirigir la hazaña, se la dirige al padre, y también a los otros,
para que vean lo maravilloso que es, todo lo que, bueno... La intervención clínica
ahí, es desdeñar la hazaña, el desdén. Desdeñar la hazaña es, frente a todo lo
que nos cuenta como algo maravilloso, como lo más importante del mundo, "mira
lo que logre", verlo como algo a lo cual no darle demasiada importancia. Es fácil
que se confunda con desprecio, porque el obsesivo, rápidamente, lee todo como
un desprecio. Entonces, hay que ser muy cuidadoso, y muy sutil, para no caer en
ese lugar. Pero es como, nos está contando todo, como a todos en la fiesta, por
ejemplo. "La luz de la fiesta", tenía a todas las mujeres, pero había una (me había
dicho), que iba a ir la que le gustaba. Entonces le pregunte: "¿Claudia fue a la
fiesta? Y seguramente, Claudia ni se le tiró. Ella estaba arriba, no con todas las
otras que, la verdad que no le importan tanto; pero la que le importa, no. Entonces,
eso también es un modo de desdeñar la hazaña, de decir "fantástico lo que me
estas contando, pero...vayamos a lo que importa". Justamente estaba con un
paciente obsesivo, y el no sabe como siempre las mujeres se le tiran. Y él me
estaba hablando de eso, y yo... Tiene la novia, además está empezando con otra
chica, no sabe muy bien porque, pero le pregunto por qué sostiene relaciones así,
que después terminan de manera complicada. Entonces, le pregunto por qué
sostiene la relación con esta chica, y el empieza a compararlo con un compañero
de trabajo... Pero yo le digo que un compañero de trabajo es otra cosa, un
compañero de trabajo, no es una chica con la que tenes relaciones, a ver...Como
cinco veces se fue, hasta que le hago un chiste con eso. "Me parece que si no
podes responderme a esto, lo dejamos para la próxima", y le corte, pero porque
todo el tiempo se iba. Retome la pregunta cuatro veces, y se iba. Fue como "corta
con eso", deja eso como una pregunta, como una falta, que él, todo el tiempo,
intenta cerrar. Porque el obsesivo intenta hacer eso, y además, todo lo que le
pasaba en estos viajes que hacía, porque es científico. Yo iba a la pregunta, que
era lo crucial.
El obsesivo busca que uno le aplauda esa hazaña, y uno no tiene que caer en ese
juego, porque si no, digamos, no podemos intervenir. Ahí, puede intervenir la
sesión corta, de cortar en algo, sin que él no pueda reducir el deseo a nuestra
demanda.
En la página 95, dice lo siguiente:"Es necesario aquí abrir la cuestión del deseo
del otro, y, a veces muy activamente, desde el punto de vista del analista, para
que el obsesivo se interrogue esto que decíamos recién, sobre qué es lo que lo
angustia, a nivel de ese deseo del otro. Durante mucho tiempo, en Lacan, el
significante que nombra esa angustia ante la inconsistencia del otro, y de la que el
obsesivo va a tener que situarse, siempre ahí, entonces, como aval, es la muerte".
Durante la primer enseñanza de Lacan, es la muerte lo que, de alguna manera,
personifica, para el obsesivo, el deseo del otro. O sea, la falta en ese gran Otro,
para lo cual, ese gran Otro, no tiene respuesta. Que se haga presente el deseo del
Otro (1.16.11)
Desde el obsesivo, si la primera sesión dura cuarenta minutos, va a pensar que
todas duraran cuarenta. Ya empieza a querer controlar, ahí, la cosa. Y en un
momento, uno puede cortar a los cinco minutos, y ahí es "por qué me corta ahora".
Siempre intenta cerrar, es un intento incontrolable que él no domina. Aparece algo
en el otro, que él no puede significar. Insisto, no es que uno corta en cualquier
momento, corta en un momento en el cual aparece una pregunta, algo que lo
interpela, y que no se puede responder. En el caso de este paciente, si la duda se
presentaba antes, podría cortarlo ahí. Cuando uno corta, tiene que cortar. Porque
el obsesivo intenta, todo el tiempo, querer meter un significante más. Supongamos
que quede una pregunta, ¿por qué el sostiene la relación con esta mujer?, que es
lo que hace con todas. Porque tiene una novia, pero anda con un montón de otras
mujeres, y no puede dar cuenta del porque. No es porque dice, "ay porque me
gustan sexualmente, o porque..." Sino, que no sabe por qué sostiene ese tipo de
relación, de las que además, se muestra casi siempre como objeto: "ellas vienen
hacia mí, y yo no tengo nada que ver", ¿como una chica termina en tu baño,
bañándose desnuda, y vos no tenes nada que ver? El obsesivo va a querer cerrar
rápidamente con otra cosa, que, encima, ni siquiera responde a esa pregunta,
como les decía. Cuando están ahí, hace que esto, siga sosteniéndose como
pregunta. Y en tanto, hay pregunta, eso le hace presente el deseo del otro, la falta
del otro, porque él no puede responderse a eso. En definitiva, el otro que uno pone
en el palco, NO EXISTE. Es un otro que uno se ha inventado para ordenar los
lazos con el mundo, con el cuerpo, con la sexualidad.
El obsesivo se defiende del deseo del otro con esa instalación, a partir de lo cual
va siguiendo su vida, medio vivo, medio muerto. Siempre en un estado de auto
contemplación (se mira desde el palco), no está en escena, sino mirándose
siempre, en la escena. Hay una enorme cantidad de clínicas, en la que
observamos que Lacan no eligió un punto cualquiera, que se explica
verdaderamente, a partir de esta posición. Su ubicuidad, no está nunca en el
compromiso del deseo. "El nombre más importante del síntoma obsesivo, su modo
crucial, es el aislamiento. Esto que el obsesivo hace, de buscar una parte en el
palco, y otra en la escena, es aislarse" (Pagina 97). Ponemos aquí lo que Lacan
llama "hacerse el aval del otro", la intervención del otro. Hay que irse a un lugar,
aislarse, borrarse de las escenas, encontrar ese lugar, en el que el obsesivo esta
solo con sus pensamientos, sus controles. El obsesivo, si todo el tiempo está solo
en ese goce auto erótico, que se juega para el, sobre todo a nivel del pensamiento
del obsesivo; el pensamiento esta sexualizado. Esta idea obsesiva que irrumpe y
se le reitera, tiene una carga sexual. El obsesivo, por más que este con otros, está
aislado y mirándose en el palco, por él mismo. No es que están aislados,solos en
la casa, encerrados. Puede estar con otro, pero nunca termina de conectar con los
otros, porque siempre está en ese goce auto erótico.
En la página 97, Indart dice, "Enjuiciar al campo de la palabra, para indicarnos en
qué consiste la defensa del obsesivo, Lacan dice el obsesivo arrastra, en la jaula
de su narcisismo, los objetos en que sufren....en la coartada multiplicada de
figuras mortales, y domesticando su alta voltereta, dirige su homenaje, en vivo,
hacia el palco, donde él mismo tiene su lugar, el del amo que no puede verse"
En la página 98, "Por eso, puede ser lo mismo con una chica, con los objetos que
quiera, en su manera de hacer relación, tiene esa marca que Lacan llama "la alta
voltereta", llevando a un extremo máximo, que se presenta mucho como riesgo de
muerte, aunque podemos, de otra manera, decir, un riesgo vinculado, a una suerte
de todo o nada."
El riesgo no está en irse, sino en tener que quedarse y decidir, si estar con una
mujer, o no, por ejemplo. Aparece otra cosa, sorpresiva, que no tenía nada que ver
con el gusto por domar fieras, uno interfiere eso, y que es dirigir todo lo hecho, en
homenaje, a alguien que tiene que estar en el publico, a titulo de figuras diversas,
puede ser la mamá, el papá, el gran contratador de domadores de circo, puede ser
la historia universal, y donde Lacan dice: "pero en última instancia, lo que tiene,
es, él mismo, su lugar, su identificación puesta en ese punto, a la de un amo, que
vería toda la situación, y que no se ve" Es un amo que, además, le prohíbe cosas,
porque el obsesivo piensa que hay cosas que están prohibidas, entonces, todo lo
que a él le gustaría hacer, está prohibido, prácticamente, por ese amo. Entonces,
no hace nada, es muy difícil a veces, ubicar en un sujeto obsesivo, sobre todo en
casos graves, donde hay algo de satisfacción, en todo lo que cuenta. Inclusive no
nos cuenta sus hazañas, si está en una empresa maravillosa (pero:"¿a usted le
gusta eso?") No pueden dar cuenta de ninguna de sus elecciones, cuando uno les
pregunta, que rasgo en una mujer, se empiezan a embrollar, no terminan de ubicar
dónde están ellos, en esa elección. Es muy difícil llevarlos a ese punto, empiezan
a intentar cerrar con otras cosas. Hay algo del sujeto, al menos la propia pregunta
de lo que le gusta. A veces cuesta varias sesiones para empezar a ubicar algo de
eso. Es importante que la pregunta este.
Lacan llamo, el invento sensacional del obsesivo, a la "oblatividad", esto de
convertir el deseo en una demanda, a la cual puedo responder. Esa demanda, lo
aplasta. Entonces todo es una demanda. La chica lo invita al cine, o el chico la
invita al cine, y es una demanda ya, si no puede responder, ya no tiene lugar en el
otro. Es más, si al obsesivo no le demandan nada, ya el obsesivo empieza a
preguntarse "¿qué me pide el otro?". Pero no está pidiendo nada. "¿Que soy para
el otro, que no me pide cosas?" El obsesivo necesita de la demanda del otro, pero
esa demanda después, lo aplasta. Porque realmente, se le vuelve todo una
exigencia. Una invitación a una fiesta, es una demanda a cumplir. Interpreta, lee
todo como una demanda y, en general, se responde él solo. Tiene la necesidad de
cerrar, todo el tiempo, no puede quedar nada abierto. El analista tiene que
introducir un forzamiento, todo el tiempo, para que abra, que la pregunta se
sostenga.
Lo que más importa, es averiguar si él tiene un lugar en el otro, y que se garantice
ese lugar, que no es que le interese domar fieras, que son solamente un medio
para averiguar si tiene, o no, ese puesto en el palco.
En el caso de la lógica preventiva, se trata de lógica, porque es un modo de
ubicarse ante el deseo del otro para  alejarse de eso. Cuando el chico empezó a
saber de eso, ahí aparecieron las preguntas.
Representamos otro modo de representar el deseo del Otro (gran phi). Es un
modo que aparezca algo de la falta, de ese otro. Esto aparece y el obsesivo no
puede dominarlo, pero lo que hace, es reducir eso a una versión imaginarizada.
"Todos quieren tal cosa".
Otra cosa importante, para La Dirección de la Cura... Hasta ahora, como
intervenciones clínicas, señale dos: el desdén, desdeñar la hazaña, que es un
modo de que el obsesivo empiece a saber, que ese otro que se arma y está en el
palco, no existe. Y la otra, es la sesión corta, que hace aparecer algo del deseo
del analista. El desdén, también hace aparecer algo del deseo del analista,
porque, si no quiere que le cuente esa hazaña que quiere, si no le interesa eso tan
importante que le estoy contando, entonces ¿qué quiere?
Otra cuestión muy importante es, los síntomas del obsesivo, la procrastinación, la
duda. También puede aparecer una compulsión, compulsión a lavarse las manos,
compulsión a trabajar, compulsión implica que no se puede parar, no puedo dejar
de hacerlo. No hay nada que haga de límite allí. La compulsión sola no se puede
intervenir. Si alguien no puede parar de lavarse las manos, no puedo intervenir
eso así, tengo que hacerlo hablar de eso, que eso se articule a algunos
significantes, y es crucial que eso se articule al otro que pongo en el palco. Ante
una compulsión a trabajar, no se puede trabajar por sí sola. Ahora, si el obsesivo
logra ubicar que trabaja compulsivamente para ser reconocido por el otro y
trascender, eso sí lo puedo intervenir. Porque si yo le empiezo a deconsistir este
gran otro, "¿y usted como sabe que el otro quiere que trabaje?". Si eso empieza a
caer, que el otro quiere que trabaje, es algo que se arma él, pero que no tiene idea
de lo que quiere el otro. Entonces, la compulsión va a ser tocada por añadidura.
En la página 109, lo plantea como sintomatizar la compulsión, que esa
compulsión, se vuelva síntoma. Hay algunas que pueden ser más visibles, como
lavarse las manos compulsivamente.

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