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Psicología clínica de adultos y gerontes 2022

Trabajo práctico Nº1 – 23/03/22

Presentación de la materia

Una de las definiciones que manejamos de clínica que da Lacan es: lo real imposible de
soportar. Abre dos dimensiones, por un lado, saber que en la clínica siempre va a haber un
imposible que hay que soportar. Por otro lado, si algo deviene clínico es porque se le vuelve
insoportable al sujeto. Algo de eso es lo que vamos a intentar situar en el primer trabajo
práctico.

Los primeros trabajos prácticos van a estar más delimitados en los inicios de un análisis, las
entrevistas preliminares, los primeros tiempos. Es algo de la concepción de la clínica para el
psicoanálisis. Decimos que no hay patrones, pero sí principios, esto es algo que dice Miller en
algún texto. Lo que quiere decir es que no tenemos estándares, recetas, ni protocolos, pero
hay algunos principios que nos orientan a la hora de tomar una posición como analistas en
donde sea que estemos cumpliendo esa función.

¿Hacia qué nos dirigimos en psicoanálisis? ¿Cómo se puede definir algo de lo que es la ética del
psicoanálisis?

Respuestas: trabajamos con la palabra, el deseo, rescatar al sujeto deseante de esa posición en
la que quedó atrapado y no puede salir solo.

¿Atrapado por qué? Por alguna repetición, por ahí traumática.

Es un poco todo esto. Alguien llega a un análisis por un sufrimiento, trabajamos con la palabra,
pero no solo con la palabra. Y siempre apuntamos a lo singular.

Las categorías lógicas de lo universal, lo singular y lo particular lo vamos a tratar de trabajar


con el texto de El ruiseñor de Lacan de Miller. Le tenemos que encontrar el valor clínico a esos
conceptos, y también el valor clínico del diagnóstico. En la Dirección de la cura vamos a ver que
habla de ética, estrategia y técnica. Lo que siempre decimos es que se escucha el caso por
caso.

La transmisión del psicoanálisis tiene dos cosas a tener en cuenta, una es poder enseñar o
transmitir algo del saber, de la disciplina. En el ruiseñor también va a decir algo de esto cuando
trabaja desde el caso particular de Lacan, tratando de dar cuenta cómo fue la enseñanza de
Lacan a través de los seminarios. Hay algo de poder transmitir la lectura del inconsciente.

Por eso trabajamos con la palabra, pero también hacemos una lectura. No es solo la escucha,
el analista escucha y lee. Dijimos que en la clínica hay un real imposible y hay que transmitir
algo de eso.

Libro: El maestro ignorante. A través del personaje de este libro el autor muestra como este
personaje francés se ve empujado a exiliarse a Holanda y se las rebusca dando clases de
francés sin saber una palabra del idioma. Bueno, esto también da cuenta de una enseñanza
que va por la línea, por la vía de la falta.

Cuando el que enseña, enseña dando lo que sabe en realidad lo que produce es aburrimiento y
hay algo de la pasión por la ignorancia que va más allá del deseo de saber. Hay una pasión por
la búsqueda.
Lacan dice que el amor es dar lo que no se tiene, en tanto que dar la falta. Bueno, en esa línea
va. Hablamos de transferencia y la transferencia tiene que ver con el amor. Eso es una posición
del analista que también es de ignorancia.

Trabajo práctico Nº2 – 30/03/2022

Textos trabajados:

- El ruiseñor de Lacan
- La dirección de la cura: trabajamos primer apartado. El segundo punto seguro lo
trabajamos cuando veamos Intervención sobre la transferencia.

El ruiseñor de Lacan es un texto de 1998, está en Conferencias porteñas. Al principio le da una


vuelta algo del orden de la enseñanza de Lacan. Lo que hace es tomar el ejemplo de la
enseñanza de Lacan en sus seminarios y a su seminario como caso singular. Dice que hay dos
aristas en toda enseñanza y de la transmisión, una que tiene que ver más con la transmisión
del saber, algo del orden de la repetición y otra que la llama la investigación, algo del orden de
lo novedoso, de lo contingente, algo del orden del deseo. Dice que, sin embargo, las dos son
dialécticas.

Dice que el seminario de Lacan empezaba siendo un seminario de lectura, pero después se
separa un poco de esa lógica y tiene una trasmisión particular porque no es una clase, ni es
una técnica, ni es un procedimiento, sino que hay algo del orden del deseo. Y además, la va
construyendo, la va reinventando.

El se dirige a la comunidad analítica como su gran otro y terminó siendo para la comunidad
analítica Lacan y su seminario un gran otro. Le da esa vuelta con la enseñanza para tratar de
situar algo con lo singular.

Un poco lo que intenta este texto es situar algo de lo singular y toma un texto de referencia de
Borges de 1952 que se llama El ruiseñor de Keats. Este era un joven poeta y en 1819 escribe un
poema cuando estaba muy enamorado y enfermo a la vez y escribe un poema haciendo una
comparación entre su vida (efímera, transitoria, mortal) y se compara con la vida de un
ruiseñor. Hace una metáfora con un personaje de la mitología griega, un ave, que
supuestamente se posa en un árbol y su vida va a durar la de ese árbol. Entonces con su vida
efímera con la vida eterna del ave, del ruiseñor.

Este poema en ese momento recibe muchas críticas de autores ingleses como que confundía
porque decían que estaban confundiendo lo que era un ave inmortal con toda la especie.
Extrae esto para decir que en realidad los ingleses lo que no aceptan es que reduzca el
individuo a la especie, al universal. Hace toda esa vuelta, al mejor estilo milleriano para
introducir algo del universal y de lo singular.

Toma un poco lo que se conoce como el problema del diagnóstico en psicoanálisis. Singular,
particular y universal son tres categorías lógicas que si bien se implican las vamos a intentar
separar, circunscribirlas. En el texto, por momentos, utiliza particular y singular como
sinónimos porque en realidad lo que le interesa diferenciar es el universal y lo singular.

¿Por qué toca el problema del diagnóstico en psicoanálisis? La enseñanza de Lacan es una
enseñanza larga y como sabemos tiene varios momentos y varias escansiones. Tiene un primer
momento donde prima lo simbólico, el estructuralismo y ahí se establecen las categorías
diagnósticas (neurosis o psicosis).
Al final del texto habla de universal negativo, entonces lo que va a decir es que a partir de que
hay un universal negativo, el único universal con el que trabaja el psicoanálisis es el “no hay
relación sexual”, es un agujero para todo ser hablante. Con esto hay que hacer algo.

¿Qué quiere decir que no hay relación sexual? que no hay regla, que no hay ningún principio,
que no hay ningún instinto, que no hay ningún programa que nos diga como ser humanos,
como relacionarnos con el otro, con la sexualidad, con nuestro cuerpo. Ese es el único
universal negativo del psicoanálisis y a partir de eso cada quien se va a inventar una respuesta
para hacer con ese agujero.

“Es un modo de relación inventado siempre peculiar, siempre rengo (porque siempre es
fallido, nunca es una respuesta satisfactoria sino no habría síntoma, demanda) y es el síntoma
que viene a lugar de esa programación natural que no hay”.

Entonces, ¿por qué hay un problema de diagnóstico? Porque en tanto que hay un agujero para
todo el mundo y en tanto que la respuesta es de cada quien y en tanto que eso es lo que
vamos a ir a buscar se pensó ¿para qué el diagnóstico estructural? Empezó a existir una
dicotomía entre el diagnóstico estructural vs el diagnóstico individual. En el ruiseñor de Lacan
habla de nominalismo. Nominalismo y realismo son dos corrientes filosóficas que se
introducen al mundo, que se utilizan en el psicoanálisis cuando hay un debate sobre cómo
diagnosticar y sobre cuál es el uso del diagnóstico.

Nominalismo y realismo son dos corrientes que debaten sobre el problema del conocimiento y
de los universales. El nominalismo va a decir que las etiquetas, los nombres son cuestiones de
lenguaje, es una cuestión artificial y está como desconectado de la realidad, de la naturaleza,
son cosas abstractas del orden del lenguaje. El conocimiento nunca puede captarse del todo
por el lenguaje. El realismo va a decir que hay un conocimiento acabado de la realidad, de la
naturaleza y que en todo caso el nombre viene a nombrar eso.

Lo singular es lo que escapa a las categorías, hay síntomas típicos, hay clasificaciones en
psicoanálisis, pero tenemos que saber que lo que es singular escapa a eso. El singular es para
uno, el particular es para algunos, es decir todos los que entran en la categoría de neuróticos,
por ejemplo.

Uno hace uso de las clasificaciones. “Finalmente el universal de la clase, de cualquier clase,
nunca está completamente presente en un individuo. Este déficit de toda clase universal en un
individuo es el rasgo que hace que este sea sujeto…”

Las categorías, las clases, el síntoma, nuestras categorías diagnósticas las usamos, no es que no
existe. No es que es O el diagnóstico por estructura O el diagnóstico singular. La pregunta
válida es ¿Cómo hacer uso de diagnóstico en la clínica? Cómo dice Miller: no aplastando al
sujeto, que no nos obture una clasificación, una tipología, una serie de síntomas para escuchar
ahí que hay de singular.

Al diagnóstico lo define como un arte de juzgar un caso sin regla y sin clase prestablecida. Lo
distingue de un diagnóstico automático que podría ser con un DSM, por ejemplo. O sea, hay un
arte y es un arte de juzgar.

En otros lados Miller hablando del diagnóstico dice que es no puede ser nunca algo fijo e
inmutable, o sea que no se trata de un conjunto de signos y síntomas, sino que hay algo del
orden de la causa. O sea, se trata de ir más allá de los fenómenos, de los síntomas, más allá de
lo manifiesto para tratar de captar algo de lo que causa, de la matriz. No es aplicar una regla,
sino decir si la regla se aplica.

Por eso de lo que se trata es del buen uso del diagnóstico. Uno hace uso del diagnóstico para
que oriente, pero siempre advertido que hay un más allá que no entra, que se resiste a la
clasificación y que es algo del orden singular de cada sujeto.

En nuestra praxis el diagnóstico es en transferencia. Hay un saber que está preestablecido de


antemano y es una atribución de un saber exterior. En cambio, en el psicoanálisis es en el
entre dos, es en el dispositivo y en transferencia que uno puede hacer un diagnóstico. Por eso
muchos autores hablan de un proceso de diagnóstico.

Cuando hablamos de universal negativo hablamos de seres hablantes, de seres tocados por el
lenguaje. Hay un poco de sostener la hiancia entre la particularidad del tipo clínico y la
singularidad del caso por caso. Es con eso que uno hace, trabaja, interviene.

La práctica no es la aplicación de la teoría, entre eso hay una hiancia. Lacan lo que hace es una
teoría de la hiancia, la sostiene. No se trata de reducir la hiancia, se trata de hacer con eso
cada vez.

Lo único que nos autoriza a los analistas a intervenir es el padecer del otro. Algunas
intervenciones apuntan a conmover, a hacer con eso de otras maneras, a que sea un poco más
vivible, pero hay algo que insiste que tiene que ver con el goce, que se repite, que lleva al
mismo lugar.

La dirección de la cura de Lacan (1958)

Para contextualizarlo… en ese momento Lacan todavía pertenecía a la IPA. En el 1963 se da la


excomunión, lo expulsan y luego en el 1964 funda la Escuela freudiana de París. La
excomunión está pasando 5 años después de este escrito.

Lo que vamos a ver ahora es el apartado 1. Es un texto que viene a cuestionar algo del saber
instituido en ese momento. Por eso dice que pone el analista en el banquillo. Los apartados del
escrito se llaman ¿Quién analiza hoy? ¿Cuál es el lugar de la interpretación? ¿Cuál es la
situación actual de la transferencia? Y el último es Hay que tomar el deseo a la letra (creo).

Va a intentar cuestionar un poco lo que estaba pasando en ese momento en la comunidad


analítica que era la predominancia del psicoanálisis norteamericano, de los posts freudianos.
Estos apuntan al yo, a reforzarlo desde la idea de que hay un yo débil y que hay un yo fuerte
que sería del analista. Y está implicado como sujeto el analista entonces.

Con los conceptos de táctica, estrategia y política intenta recuperar algo del psicoanálisis
freudiano. Y dice que lo que hacen los posts freudianos es poner al analista como persona,
haciendo jugar los sentimientos y haciendo de la contratransferencia un operador lógico en la
cura.

En un momento Lacan dice “mostrarnos hechos de la misma arcilla de aquellos a quienes


amasamos”, lo que está criticando ahí es el hecho de posicionarse como sujeto. En ningún
momento se trata de una relación intersubjetiva, no hay dos sujetos en el análisis. Hace una
distinción entre la praxis del psicoanálisis y la contratransferencia en los posts freudianos que
desde allí pueden ocupar cierto lugar de poder desde la sugestión y en lugar de direccionar la
cura, direccionar al paciente y hacer una reeducación emocional del paciente. Por eso dice, el
analista debe dirigir la cura, pero no al paciente, no es un director de conciencia.
Podemos hacer una distinción entre la praxis, la práctica del psicoanálisis y el ejercicio de
poder. Del lado del ejercicio de poder sabemos que utilizan la contratransferencia como
operador lógico, dijimos que se dirige al paciente, está en juego la persona del analista, el ser y
por ende el saber lo tiene el analista.

Lacan le va a dar una vuelta a todo esto con las dimensiones de táctica, estrategia y política. Lo
primero que va a decir es que en la dirección de la cura se trata de una cosa diferente que es
hacer jugar por parte del paciente la regla fundamental, es decir, la asociación libre. Va a decir
que en un análisis el paciente siempre paga.

El analista también paga, hay tres tipos de pagos que hace: paga con las palabras (porque el
analista trabaja con las palabras, lo que hace es interpretar entonces cualquier cosa que pueda
ser dicha va a ser susceptible de ser interpretada); paga con su persona (ahí no es, se presta a
la transferencia, se presta como soporte a los fenómenos de la transferencia) y paga con su
juicio íntimo (paga con su ser y ahí no está como ser si no como no ser o como falta en ser, se
resta como persona, no están en juego sus juicios, pasiones, ideología, etc.). Hay un acto del
analista en tanto deseo del analista, falta en ser, que se posiciona buscando causar ahí
produciendo algo de la división subjetiva, produciendo algo del despliegue del icc.

La táctica es el qué hacer, es la interpretación por eso en el cuadro lo ponemos con las
palabras. Va a decir que es donde el analista tiene más libertad porque es ahí donde puede
elegir cómo, cuándo y de que manera intervenir. Tiene la libertad de decidir eso siempre a
través de los significantes que trae el sujeto. Es lo más variable.

La estrategia es la transferencia, la podríamos pensar como el cómo. Es qué hago, cómo la


hago… a través de la transferencia. Va a decir que la libertad se encuentra más alienada por el
desdoblamiento que sufre ahí la persona. Hay algo que se instala en la transferencia. La
podemos poner con el pago de la persona, porque ahí no está como sujeto, por eso dice que
en el análisis hay un solo sujeto. Ahí es donde trae esto del muerto.

“Por eso el analista es menos libre en su estrategia que en su táctica, no está allí ubicado como
ser, no es con él con quien se da la transferencia (o sea, el no es, se presta) el análisis no es
entre dos sujetos sino entre 4 términos y el analista se corre del eje imaginario a a prima, se
hace el muerto. Es como proveniente del otro de la transferencia como la palabra del analista
será escuchada”.

Hace jugar al cuarto término, la pareja del sujeto, la pareja en tanto el otro al cual se dirige en
transferencia.

Por último, la política. La podemos pensar como ¿desde dónde? Y ¿hacia dónde? El objetivo,
por así decirlo. Tiene que ver con la ética. Introduce algo de la dimensión de la falta. También
hay algo de la dirección a tocar algo de lo real, porque cuando uno hablo del deseo del analista
y hacia donde dirigir la cura no es ingenuo. Uno busca que algo de ese goce se toque.

“Ante la asociación libre el analista no introduce ninguna identificación ni fantasma como


respuesta a los puntos…” es decir, el no viene a decir ahí nada, en todo caso hay abstinencia en
ese sentido.

En este momento de la enseñanza de Lacan la conferencia es muy simbólica. Dice esto de


hacer surgir cuarto término porque es la manera de correrse de esa otra práctica que era muy
desde el eje imaginario.
Trabajo práctico Nº3 – 6/04/2022

Textos trabajados:

- ¿Cómo se inician los análisis? (Miller)


- La eficacia de la interpretación (Suarez)

La idea de hoy es trabajar un poco las entrevistas preliminares, los inicios del análisis y lo que
se conoce como la entrada en análisis. Vamos a hacer un cuadro y después vamos a ir tratando
de situar algunas cosas del texto de Miller y algunas del texto de Eduardo en esta lógica.

Ninguno de los dos textos nombra entrevistas preliminares, pero es algo que se decanta. Está
nombrado más que nada en la bibliografía complementaria.

En el medio entre las entrevistas preliminares y la entrada en análisis hay como un corte, un
acto.

Las entrevistas preliminares es lo que conocemos con Freud como tratamiento de ensayo o de
prueba, podríamos pensarlo como un tratamiento previo a la entrada en análisis. Ahí lo que
hacía era una especie de evaluación del paciente, si estaba apto para un análisis. Con Lacan
eso está configurado como entrevistas preliminares que tienen algunas funciones. Una es la
admisión, o sea, cuando nos llega lo que nos llega es un potencial paciente o analizante, es
como una admisión mutua si se quiere. Muchas veces sucede que como analistas encontramos
un límite y tenemos que poder reconocerlo y derivar. Miller en el texto dice que los análisis
comienzan primero consintiendo y admitiendo a alguien para la operación analítica. Y de
avalar los síntomas que el sujeto trae. No siempre, pero generalmente el sujeto ya llega con un
malestar.

A veces se dice que no hay que tomar bajo análisis a los pacientes que no traen malestar o no
traen una demanda formulada, pero en realidad a veces hay que formular junto con el
paciente esa demanda de análisis. Hay que hacer un movimiento con el otro para ver si se
puede recortar de eso que trae algo que le haga síntoma. Síntoma en el sentido práctico de
Freud.

Otra función es sistematizar el síntoma e instalar la transferencia. Miller en realidad quiere


teorizar sobre el nivel de análisis y dice que no puede teorizar sobre este si no va a los inicios.
Hay algo de cómo se da el final que está presente en el inicio. Si hay algo que se sostiene desde
el inicio hasta el final es la transferencia.

De la transferencia podemos pensar distintos estatutos porque muchas veces, por ejemplo, se
dice “tiene transferencia a la institución” en tanto se le supone un saber, algo de una
transferencia imaginaria puede estar al principio o en tanto hay una demanda al otro, se
supone que puede hacer algo con eso que me pasa. Pero la transferencia simbólica es cuando
Lacan establece el matema del algoritmo de la transferencia, habla de instalar una
transferencia simbólica del sujeto supuesto saber (SSS), sin eso no tenemos análisis.

En la página 284 esto queda claro: “Desde la entrada ningún análisis se parece a otro, pero al
mismo tiempo si nos distanciamos de ella…”. Comienzos hay miles, depende de la edad, la
demanda puede ser de otro, puede venir alguien super angustiado en urgencia, puede venir
alguien que habla mucho, etc. pero hay algo que se da a nivel de la estructura que no varía: la
transferencia.
Por ahí puede ser que genere confusión una discusión que hay de si es necesario que haya una
interpretación inaugural del analista para que algo de la transferencia se instale o no. Miller lo
que termina diciendo es que son dos caras de la misma moneda.

Las dos vertientes de la transferencia son libido y lectura. Son dos registros distintos de la
transferencia, la transferencia simbólica es más del orden de el goce, la satisfacción, lo real.
Cuando hablamos del sujeto supuesto saber y el algoritmo de la transferencia está hablando
de la dimensión simbólica que es lo que estamos trabajando hoy en este práctico.

Establecer un diagnóstico diferencial preliminar. Esto en los textos no está tan claro, pero en
la bibliografía complementaria está. Esto es saber con que estructura tratamos. Es un
diagnóstico preliminar que después decanta en transferencia.

La persona que viene trae un sufrimiento, pero tiene que haber algo más que puro
sufrimiento. Tiene que haber cierto enigma, hacerse cierta pregunta y desde ahí se dirige a
otro. Pasar del estatuto del síntoma de la queja a la pregunta. O del síntoma como respuesta a
una pregunta. En algún momento Miller dice eso también. Y algo de eso permite la instalación
de la transferencia.

Para entender todo esto está bueno nombrar un poco algo de la lógica de los discursos porque
otra de las cosas que se busca en las entrevistas preliminares es la histerización del discurso.

Lacan en el seminario XVII va a hablar de 4 discursos diferentes: el discurso del amo, discurso
histérico, discurso analítico y discurso universitario. ¿Qué quiere decir Lacan cuando plantea
los discursos? Es el tipo de lazo al otro. Para aplicar un discurso ubica 4 lugares y determinados
elementos. Depende que elemento ocupa cada uno de estos cuatro lugares es de qué tipo de
discurso hablamos, a qué tipo de lazo se refiere.

Elementos: $ (sujeto dividido); a (objeto a) S1 (significante amo) y S2 (representa el saber,


porque siempre que hablamos de S2 quiere decir que hay articulación significante, o sea que
hay una lógica del sentido).

Si el que comanda el discurso es $ es el discurso histérico, siempre la queja. Pero si el que


comanda es a (objeto a) es el discurso analítico, esto tiene que ver con la posición del analista
porque es hacer semblante de objeto, es ubicarse como objeto causa de deseo.

El S2 sería el saber, un discurso universitario.

Hoy nos vamos a quedar con el discurso histérico y el discurso analítico. Los gráficos (dibujados
en la carpeta) tienen flechas que tienen que ver con la dirección del discurso.

En el mejor de los casos nos llega un sujeto dividido (discurso histérico), angustiado, que se
dirige a otro, el analista que se supone que es el que sabe.

Lacan dice que se produce un cuarto de torsión del discurso y se da un movimiento de los
elementos para poder pasar al discurso analítico. Ese giro de torsión es lo que tenemos que
producir en el análisis. Lo que hace el analista es decir “yo no se nada, el saber no está en mí,
el saber está en otro lado (icc)” y así se corre del lugar de saber y permite la torsión.

Al discurso analítico lo podemos poner del lado de la entrada en análisis.

Objeto a: desde el lugar de objeto causa de deseo busca que el sujeto produzca algo.

Entonces, de entrada, el juego del analista es por así decir jugar al engaño de que sabe, pero se
muestra de entrada inconsistente. Confronta al sujeto al hecho de que el saber del otro tiene
un agujero. El analista no supone, no responde (no le responde a la pregunta o demanda, pero
no es que no habla), juega al malentendido. Con esto intenta localizar al sujeto. La localización
subjetiva es a partir de ese malentendido abrir una brecha entre enunciado o dicho y
enunciación o decir. Son dos planos distintos. El enunciado o dicho tiene que ver con el
sentido, el yo hablando, el contenido de lo que digo. La enunciación o decir tiene que ver con
la posición del sujeto respecto de esos dichos, ahí situamos al sujeto. Miller cuando habla del
decir del análisis está hablando de esto. Dice: Supone que el sujeto sea capaz de decir sin
hacerse cargo del dicho, hace una distinción entre el decir y el dicho. Es decir, si apuesta a la
dimensión del decir. No se trata de que el sujeto diga cualquier cosa y no se haga responsable,
algo de lo que está diciendo le concierne. La idea de que en algún momento emerja el sujeto
tiene que ver con la posición enunciativa, ¿qué quiso decir con eso que dijo? ¿cuál es su
posición?

La posta del analista es suponer que hay un inconciente como causa, por eso Miller habla del
criterio de analizabilidad diciendo que entendemos que el estatuto del síntoma que trae el
sujeto es un síntoma analítico, es decir que le suponemos una causa icc, lo ponemos a trabajar.
Que puede someterse a la regla fundamental que es la asociación libre. No responder a la
demanda permite que se abra algo de la vía del deseo.

Una vez que está instalada la transferencia hablamos de un síntoma analítico, de un discurso
analítico, de la regla fundamental ahí hay un corte que sanciona que hay una entrada en
análisis. El sujeto supuesto saber es el nombre de la dimensión simbólica de la transferencia.
No es que se le supone saber al analista, es que le suponemos saber al inconsciente.

Nos dirigimos a un sujeto dividido para que produzcan los S1, los significantes amos del sujeto
que son los que lo alienan, que lo nombran, que lo fijan, que lo determinan y lo hacen sufrir
demás. Uno recorta y aísla los significantes amos.

Hoy decíamos que Miller habla de dos dimensiones o dos aristas de la transferencia, habla del
desciframiento y de la libido. Parece que en la transferencia al menos hay dos dimensiones en
juego. El analista busca causar al sujeto para que produzca los S1 que son los que lo anclan en
la vía de su deseo, los que lo determinan y lo hacen sufrir demás.

Tenemos el lugar del agente, el lugar del otro al cual me dirijo, el lugar del producto (lo que se
produce como efecto del discurso) y el lugar de la verdad. (Los tengo en el esquema copiado
en los apuntes). Esos son los cuatro lugares del discurso.

Los discursos son los matemas que inventa Lacan para establecer un tipo de lazo y la
interpretación es una intervención. Depende que intervención haga el analista puede ser que
ocupe, que se ubique en alguno de los cuatro discursos. Por ejemplo, si me intervención es de
enunciar algo por un momento me posiciono en el discurso del histérico, si en un momento
doy una indicación que es algo que puede pasar en análisis me ubico en el discurso del amo.
Hago una intervención desde ahí, no quiere decir que se instaló todo ese análisis. Solo es una
interpretación cuando estamos en el discurso analítico dice Suarez.

Miller retoma en su texto el algoritmo de la transferencia que es de Lacan. (Dibujado en los


apuntes). Es un esquema que encuentra Lacan para intentar esquematizar algo de la
transferencia.

S es EL significante de la transferencia. Lo que le agrega Miller es el “EL”, o sea no es un


significante cualquiera, es especial, singular. ¿Por qué es el significante de la transferencia?
Porque es el significante que le hace pregunta al sujeto, porque supone que requiero de ir a
otro para intentar hacer algo con eso, es una dirección al otro, una demanda al otro. Puede ser
cualquier cosa. Es un enigma que supone una dirección al otro.

Sq es un significante cualquiera, fabricado por el analizante que puede ser cualquiera. El rasgo
del analista fabricado por el analizante (no entendí). De la articulación significante se despliega
la cadena significante del inconsciente, del saber inconsciente.

La S previa a la cadena representa al Sujeto. Esto quiere decir que de la articulación


significante se permite el despliegue de la cadena en el saber inconsciente significante, en esto
está perdido el sujeto. En algún momento el sujeto emerge de la articulación.

Por último, vamos al texto de Suarez: La eficacia de la interpretación. Se pregunta por el efecto
de la interpretación y la sitúa como los distintos momentos. Lo primero que va a decir es que
el síntoma está determinado por la palabra y si está determinado por la palabra entonces se
puede abordar por la palabra. Es una palabra que esclarece, devela, descifra. En la instalación
de la transferencia va a haber una interpretación que es inaugural y que posibilita que el
paciente tenga otra posición con sus síntomas, es decir, que los considere de otra manera, que
tiene otra dimensión, que quiere decir algo distinto de lo que está diciendo. Decimos que
hacemos existir al inconsciente. Si hablamos de síntoma analítico hablamos de un síntoma
interpretable.

La eficacia de la interpretación la sitúa en un primer momento lógico, interpretación inaugural


que posibilita el síntoma analítico, la creencia en el inconsciente, el despliegue de la dimensión
inconsciente. Después dice que hay un movimiento más. Y va a pensar la eficacia en el análisis,
en la asociación libre. Dice es revelar al sujeto el significante que lo retiene en la vía de su
deseo. Ir localizando posibilita que puede ir estableciendo otra relación con esos significantes,
pero además disposición libidinal, permite un movimiento del deseo.

En la dimensión del fin de análisis, de la destitución del sujeto supuesto saber la interpretación
lo que intenta es transmitir algo del orden de la castración, de lo indecible. Asumir que la falta
es estructural. Es lo que nombrábamos como la no relación sexual si se quiere. Por eso dice
que la eficacia es el duelo por lo que nunca se tuvo.

Hay un recorrido que va de instalar el S tachado hasta localizar e ir trabajando los S1, que
caigan, que el sujeto tenga otra posición en relación a ellos hasta la destitución del sujeto
supuesto saber.

Trabajo práctico Nº4 – 13/04/2022

La clase pasada vimos el algoritmo de la transferencia, es la dimensión simbólica de la


transferencia si se quiere. Es una secuencia, lo dividimos didácticamente, pero son una
secuencia.
Es a partir de pensar la salida de análisis que se conceptualiza algo de la entrada y que hay algo
que aparece constante, que es la transferencia con sus movimientos a lo largo de la
transferencia.

Vamos a leer dos casos de un libro de la EOL.

“Lengua filosa” 🡪 “Es medio difícil, me mata mi mujer. Yo siempre estuve en contra de esto,
que no servía es para locos, uno se ayuda a sí mismo”. Aníbal de 40 años comienza así su
primera e indeseado encuentro con un analista, sin embargo, rápidamente comienza a
historizar su relato al situar 3 años atrás el inicio de su malestar a partir de un problema laboral
que desembocó en una serie de descomposturas de la nada, que terminan en una intervención
quirúrgica. En aquel momento el médico le recomendó una consulta psicológica, “no le di
bola”. Le pregunto que fue lo que determinó la consulta actual y dice que venía mal, con muy
mal humor, poco tolerante y volvió a tener una descompostura una noche donde se dijo “si no
es ahora…” Su mujer con quien sale desde el colegio secundario volvió a presionarlo para que
consultara. Estas descomposturas son su primera respuesta ante situaciones que escapan a su
control y que lo angustian. Más precisamente cuando o algo o alguien de su entorno da signos
de una demanda frente a la que no encuentra recursos para responder se caga.

Es hijo único de padres grandes, dice que siempre fue muy dócil con ellos y que ahora
prácticamente no les habla. Dice que es difícil no seguir a su madre que trata de estar encima
de todas sus cosas. La sesión concluye con una pregunta que le formulo “¿quién le cuenta sus
cosas a su madre?”. A la sesión siguiente dice que sintió un flechazo ante esa pregunta,
descubre algo que ya sabía y se conmueve. Debe ser él quien le cuenta las cosas, “mi vieja
opina sobre todo, aprobando o desaprobando, mi vieja dice es tu madre”. Este es un punto
crucial en la presentación de este paciente que se mantiene en un lugar de hijo que completa
narcisísticamente a sus padres a pesar de la distancia que pretende tomar de ellos. El flechazo
que dice haber recibido marca un primer momento de división subjetiva que orienta la
continuidad de las entrevistas. Se declara absolutamente obsesivo con su auto al que dedicó
para la compra días y días de búsqueda por todo el país porque el quería una muy especial,
“solo para entendidos”. Le da más placer ver el auto que acelerarlo, su mujer le dijo “miras el
auto como si fuera una mina” y su mecánico “este se va a coger el auto”. “Lengua filosa como
mi mujer”. Sin embargo, son frecuentes sus demandas de que se le diga algo con frases como
“hoy empezá a hablar vos” o “quisiera saber tu opinión sobre esto”. Con esas frases intenta
complacer al analista, hacerse amable y anular cualquier intervención que pueda conmoverlo.

Los problemas con ella (la mujer) se suceden casi sin interrupción, pero se agravan con un
ascenso y pasa a ganar más que él. Tiembla ante su máxima, “el que gana más decide”, la
decisión era entre mudarse o cambiar el auto, tuvo que ceder sin gritar, solo mostrando cara
de culo y puchero. Dice que es una respuesta internalizada. Le pregunto si esa respuesta le ha
dado resultados y dice no recordar, pero tal vez es para que le presten atención, que estén
encima de él.

Los días de sesión dieron la ocasión para conversar con su mujer sobre las cosas de la pareja,
algo que resultaba muy difícil para ellos acostumbrados más a la gestualidad. Sin embargo,
estas treguas duran poco, bastó que fuera convocado por un superior en el trabajo para que
volviera a descomponerse. Esto genera el hartazgo de ella y terminan mal, le dice que se
quiere separar. No hablan por dos días en los que queda muy angustiado, dice que ella es muy
buena argumentadora, que no le puede decir nada y que solo le queda ir al choque. Es
convocado por el número 1 de su trabajo para que lo asista técnicamente y eso es un orgullo.
Es muy bueno el trato que le dan ahí y supone una valoración especial hacia su persona. No
entiende a su mujer que le sigue reprochando todas las vicisitudes de la compra de su auto
que lo están empezando a avergonzar. ¿Qué le diría a su madre si se separa? Se avergüenza de
tirar tanto de la piola, lo hizo con su mujer y lo hizo con sus amigos, todos le tienen que tener
paciencia. Anibal da poco y quiere que lo festejen. Este es un segundo momento que genera
un progreso en las entrevistas preliminares en el que el paciente se muestra avergonzado, es
decir, que ha transgredido los límites del pudor en relación a su modo de gozar. El exceso lo
puede manifestar por primera vez en el análisis señalando su división subjetiva ahora en
relación al goce, entonces quedaría expuesto frente a los otros. subrayo este segundo
momento porque lo pone a distancia de sus dichos, de la primera entrevista donde decía que
concurría respondiendo al pedido de su mujer. Luego de tiempo de análisis el velo que tenía en
los ojos a veces se corre y deja entrever algunas cosas que antes no podía o no quería, “es una
especie de distanciamiento del que yo era, abrí más los ojos y está bueno, yo soy de la idea de
que mejor no saber que saber, la ignorancia es mejor”. Entre las cosas que empieza a ver su
sexualidad va entrando lentamente al discurso, los encuentros con su mujer escasos y
ritualizados empiezan a conmoverlo… “en la cama es así, on – off… es raro, ella se activa
cuando fantasea con tener otro hijo”. El no quiere otro porque no le va a entrar en el auto, le
pide calma. “Es común en los hijos únicos querer tener más hijos”. “Yo la pasé bien, era todo
para mí”… “lo bueno y lo malo (interviene el analista”… “sí, es cierto”. En sucesivas sesiones
trae por primera vez sueños que lo dejaron angustiado, “¿cómo hacer para salir del centro de
todo?”. En uno de los sueños aparece el analista viendo la escena, cuestión que lo sorprende y
lo interroga. Responde a esto con este sueño en el que sus asociaciones se recorta el síntoma
que marcará la entrada en análisis “tener y no poder disfrutar”.

El sueño es sobre un coche que se robó. Lo robó 3 meses atrás y lo tuvo en el garage, no lo
pudo disfrutar. Encuentran al dueño.

Lo primero que asocia al sueño es un reproche por no haberlo usado, “lo tengo, pero no lo
tengo. Tengo una máquina única, pero no la uso y lo devuelvo” dice que el va para mostrar el
auto. El dueño hablaba como su padre, eso no le gustaba, le da vergüenza. Relaciona el sueño
con el tema de la pérdida, tiene miedo de perder a su mujer, su hijo. Dice que sobre esto si
quisiera saber que le pasa.

Aquí es donde el paciente produce un efecto de reducción del malestar inespecífico que señaló
en su demanda de tratamiento a la presentación de un síntoma que se ha localizado en todas
sus relaciones de objeto, en este punto dirige su interrogación al analista que toma esta
demanda como autentica y sanciona la entrada en análisis.

Comentarios: vemos como el pasa de llegar “mandado” a encontrar una división subjetiva en
él, a estar barrado porque es a partir de ahí que empieza a conmoverse y a preguntar y situar
con la vergüenza registra que tira mucho de la piola.

“Que no se sepa” 🡪 una carta cruza el océano y llega a destino escrita por una mujer a quien
fuera su analista 8 años después del último encuentro. Simple y sencilla, permite reconstruir la
entrada en análisis acaecida más de 10 años antes. El texto de la esquela es el siguiente: Soñé
con vos, yo estaba en la orilla, salías del mar para decir “uno se lleva sus moscas”,
desaparecías. Me desperté. No se que quería decir, el revoltijo en la panza y la cabeza, si te
cuento sería volver a empezar. Necesito un analista, ¿conoces alguno en Madrid? Por favor,
escribe a esta dirección. Espero que estés bien, muchas gracias por todo. Sara.
Hay en la carta un sueño, el relato de una sensación ya experimentada en el cuerpo y un
pedido. También hay un engaño. La dirección a la cual responder es de Madrid, el sello de
correo de Sevilla. La destinataria de la carta recuerda como se había producido la interrupción.
Tras dos años y medio de trabajo analítico Sara había decidido viajar a Europa poniendo en ese
entonces a cuenta del recorrido efectuado el poder por fin tomar las riendas de su vida. Fiel a
la posición sostenida en el transcurso de la cura procura nombres y teléfonos de dos analistas
en esa ciudad y le escribe a quien había sido una de sus primeras pacientes al paradero
declarado.

Sara había consultado en 1995, no del modo tradicional. Un llamado telefónico extraño al
servicio de salud mental de un hospital público. Sirviéndose de un nombre falso y hablando
como si conociera a quien la atiende a los fines de que haga la excepción de recibirla sin pasar
por la admisión. A contra pelo de lo instituido desde ese primer contacto, se había hecho lugar
al engaño invitándola a hablar. En ese contexto que no quiere que se sepa que consulta es lo
primero que dice. Madre de familia, tiene poco más de 40 años, hijos adolescentes, se declara
culpable del adevacle (¿?) de su familiar. Su marido no se puede porque no tiene a donde ir,
pero le ha planteado la separación.

La coyuntura es la siguiente: viven juntos en un chalet que construyeron en el terreno del


padre de ella. No es un dato menor, ella explica por qué. Dos años antes el padre había
accedido a un retiro voluntario e invertido todo en un negocio. Cuando este fracasa, hipoteca
su propiedad para ayudarlo retorna su hija mayor que se había ido muy joven a vivir lejos, para
que no se sepa de la situación económica paterna y sobre todo porque su casa también está en
riesgo Sara miente. Cuando el marido se entera que la subdivisión jamás se realizó el equilibrio
precario se desmorona. La intervención recorta el “que no se sepa… de la separación, de la
consulta, del fracaso paterno” y la invita a continuar.

Durante varios meses concurre al hospital semanalmente disfrazada y sin que nadie sepa que
va. Todas las veces afirma que no sabe si la próxima podrá ir. Se niega a dejar sus datos
personales, solo su nombre.

“Para el (el marido) tener relaciones es una gimnasia” La psicóloga responde “una
gimnasia????”. Se para, la mira y corta la entrevista. Sara mira su ropa que trae puesta
(deportiva) para que no se sepa. “Demasiada gimnasia para que no se sepa”.

Pide una sesión extra, a esta sesión distinta a las otras e inaugural lleva algo sin lo cual no
puede seguir. Hace tiempo sabe que su esposo tiene un amante y que ejercita con ella para
poder estar con una que si lo pasa bien. Es una compañera de trabajo que consultó en el
hospital cuando estaba embarazada. “me hice pasar por ella cuando hablé con vos” le confiesa
a su analista. La analista solo hace silencia. Inquita, dice que no sabe como funciona el análisis,
pero que el día anterior se fue con un revoltijo de ideas en la cabeza y que mareada al llegar a
su casa, se recostó en el sillón, se durmió profundamente y soñó: “Soñé con ella y con vos,
estaba escondida para que esta chica no me vea, bailaba sexy en el espejo y de repente me
miraba mirándola. Yo me caía, me lastimaba, no se vos de donde salís. Hay que curar la herida,
no se quién lo decía. Cuando te acercabas había gusanos y una mosca, la agarrabas de las alitas
y te la guardabas. Me desperté”. El sueño de angustia, pero también de transferencia marca la
entrada en análisis.

“Mosca blanca me decía mi papá de chica, me cargaba porque yo de todo era el excepto, yo
mosca blanca y mi hermano oveja negra”. La asociación que sigue transferencial ubica en el
recuerdo del primer encuentro en el hospital al analista como una mosquita muerta y permite
que explicite su teoría en base a la cual desde su adolescencia hay para ella dos clases de
mujeres: las moscas muertas y las sexys. A la cabeza de las mosquitas muertas quedará ella
misma y de las sexys su hermana mayor y en serie la amante del marido que en el sueño la
mira mirándola.

“Mi hermana era como de otra cosa, no había eso de hablar entre mujeres, yo estaba re
enamorada de su mejor amigo y ella no lo sabía”. Sara se detiene, quiere irse. Prefiere que le
pregunte.

Vamos a leer una referencia para poder situar las dos caras que hay en el síntoma: cara goce y
cara significante. Es de Miller, uno de los seminarios, “síntoma y ¿?”. Se ve más la cara de goce,
va a relacionar la noción de goce de Lacan con Inhibición, síntoma y angustia cuando se habla
de la satisfacción paradójica. “Podemos decir con respecto a la satisfacción que es en cierto
modo el axioma de partida de Freud en ISA. El síntoma emerge como ofreciendo a la pulsión
en cortocircuito otra satisfacción. Es una satisfacción anómala, en la medida en que se
presenta como displacer, de este modo, de entrada, en ISA estamos ante una paradoja, la de
una satisfacción pulsional que se presenta como displacer y es desde esta paradoja de donde
Lacan hizo surgir el término goce. El término goce se justifica por la noción de que el síntoma
está articulado a la pulsión y que a la vez hace que esta se desvíe. El síntoma es el resultado de
desviación de su curso normal, pero que al mismo tiempo satisface su exigencia de alguna
manera. La necesidad del término goce que ya está prescripta por el hecho de que no
podemos conformarnos con la simple oposición de placer y displacer, sino que hay un placer
icc, un placer que no se conoce a sí mismo y que se presenta al sujeto que se vacía bajo la
forma de displacer”.

La idea de hoy es puntuar un poco Intervención sobre la transferencia, para situarlo en esta
línea. Pensémoslo en el contexto que hace al TP1. Es un texto de 1951 de Lacan, bastante
temprano de su enseñanza. Seguimos en este intento de poder ir pensando algo del orden del
sujeto como distinto al yo y algo del orden de la transferencia como distinto al eje imaginario.
Se trata de una serie de desarrollos e inversiones dialéctica, para esto toma el caso Dora. La
idea de dialéctico lo toma de Hegel, la idea de procesos, de movimiento, de tiempo y significa,
a partir de una serie de confrontaciones, de argumentos, de debates, de preguntas un intento
de circunscribir algo del orden de la verdad. En este texto va a situar desarrollo de verdad del
sujeto, interpretación que posibilita la inversión dialéctica y así. Va a decir que el sujeto se
constituye en el discurso a partir de esas escansiones y surge en relación a la verdad del icc.

Entonces, sitúa el tratamiento a partir de una serie de inversiones dialécticas. La idea de


dialéctico tiene que ver con esto, de que, a partir de una serie de argumentos, confrontaciones
poder recortar algo del orden de la verdad. Lacan va a decir que el caso Dora es muy claro para
pensarlo en estos términos. La inversión dialéctica está del lado del analista. Igual, las
pensamos como construcción en análisis y en transferencia.

El sujeto va a surgir o se va a constituir en ese discurso a partir de esas escansiones en el


proceso dialéctico en relación a la verdad del icc. No se trata de una verdad yoica. Dice que
está bueno para pensar la transferencia el caso Dora porque es la primera vez que Freud va a
situar algo del orden de la transferencia en términos de obstáculo.

El tratamiento de Dora en un momento se estanca y ella se va. Ahí en ese punto podemos
hipotetizar que Freud hizo lo mismo que hace el señor K. Años más tarde dice que no pudo ver
una tendencia homosexual, confunde ahí si se quiere relación de objeto con identificación. Lo
que sucede es que, al igual que el señor K, no pone a jugar a la señora K.
Esto tiene que ver con la estructura de la histeria, dice que para toda mujer siempre hay un
problema con poder prestarse a ser el objeto de deseo del hombre. En toda mujer está ese
fondo, en la histérica no puede encarnar ese lugar entonces se pregunta ¿qué es ser mujer?

También señala la posición neutral del analista que es lo que permite que se ponga a jugar en
escena, en transferencia la subjetividad del paciente. Obvio que puede haber transferencia sin
haber entrado en análisis. Lo bueno es poder pensarlo en el desarrollo de la cura, esto que
venimos situando en los otros prácticos.

Trabajo práctico Nº5 – 27/04/2022

Arrancamos con neurosis, primero con neurosis obsesiva y después con histeria. Pero antes de
esto vamos a tratar de conceptualizar en conjunto qué decimos cuando decimos neurosis.

La neurosis es una estructura (habría que pensar qué quiere decir cuando decimos estructura).
El mecanismo de defensa es la represión. El neurótico está atravesado por el lenguaje y por el
significante del nombre del padre.

La obra de Lacan es inmensa y nos encontramos con miles de escansiones. Hoy la vamos a
pensar como para que podamos conceptualizar la neurosis en la primera enseñanza de Lacan
porque los textos de referencias sobre los que vamos a trabajar son textos de la primera
enseñanza. A grandes rasgos la vamos a pensar como en dos momentos que sería la primera
enseñanza y la última enseñanza. (No se trata de un corte tajante).

Primera enseñanza: clínica estructuralista y discontinua: esto tiene que ver un poco con lo que
charlábamos en los primeros encuentros, en un primer Lacan que tiene con una época donde
hay una primacía de lo simbólico, de lo imaginario a la hora de pensar la clínica, a la hora de
elaborar la teoría y discontinua porque hay una división muy tajante entre las estructuras, las
neurosis por un lado y las psicosis por el otro.

Clínica basada en la estructura de la pregunta y del deseo: va a pensar a la estructura de la


neurosis y sus tipos clínicos a partir de un matema, el grafo del deseo. Le sirve para pensar la
dimensión de la pregunta y del deseo en la neurosis que son los dos orientadores que vamos a
tomar. Piensa a la neurosis estructurada en una pregunta.

Lo primero que tenemos es el otro del lenguaje en este momento para Lacan, la batería de
significantes podríamos decir, eso que preexiste al sujeto. Sin embargo, en el grafo habla de
dos niveles: el orden simbólico y después va a situar que, en el Otro, en tanto otro de la ley, se
encuentra barrado, castrado.

Va a recortar el significante del nombre del padre como significante que está en la batería,
pero que en sí promulga la ley, la instaura. Si hablamos de esto hablamos de neurosis.

Sujeto del significante: es como Lacan define en los primeros tiempos al sujeto, lo que cae de
la articulación significante. O sea, piensa al sujeto desde el orden simbólico.

Ultima enseñanza: clínica continuista: ya no hay una distinción tan tajante. Cuando veamos el
concepto de psicosis ordinaria justamente empieza a suceder que en la clínica nos
encontramos con cosas que no son ni la histérica de 1900, ni el psicótico que describió Lacan.
Tiene más que ver con los arreglos y desarreglos subjetivos, entonces ya no es si hay o no hay
el nombre del padre porque la pluralización de los nombres del padre tiene que ver con eso, ya
no se trata de la presencia del nombre del padre, sino que se recorta la función que tiene el
significante y esa función la puede ejercer otras cosas. Tiene que ver con los arreglos de cada
quien, son para cualquier ser singular.

Clínica de la respuesta: porque es como que más adelante en la obra va pensando a las
neurosis más como lo que se elabora, las respuestas que se dan en ese agujero. Entonces ahí
conceptualiza el fantasma, las formulas de la sexuación.

Parletre: es un concepto nuevo, lo que empieza a pensar es algo más que el orden simbólico
significante, que es el cuerpo. Si se habla del cuerpo se habla de goce y si se habla de goce se
habla del cuerpo. Podría ser cuerpo hablante, ser hablante. Es el viviente que habla y goza,
además del hablar introduce la dimensión del goce.

En el primer momento Lacan lo que está intentando hacer es conceptualizar la estructuración


subjetiva, por eso habla de la neurosis y todo esto. Lo piensa en términos de estructura que es
un concepto lingüístico. En el seminario 3 se dedica a explicar qué quiere decir con estructura
que dice que es un conjunto de elementos que están vinculados entre sí, lo que sucede en uno
de los elementos modifica a los otros. Está diciendo que el significante por sí mismo no
significa nada. Lo que sucede en el sujeto depende de lo que sucede en el campo del otro. Ahí
en el campo del otro ubica A, ubica al padre, ubica el significante del nombre del padre.

Estamos pensando en la estructuración de un sujeto desde que es hablado por el otro y llega al
mundo hasta que se estructura en una neurosis o psicosis (en el primer tiempo de la
enseñanza). Vamos a hacer otra distinción dentro de la primera enseñanza que es neurosis y
psicosis.

Psicosis: ausencia del significante del nombre del padre; ausencia de metáfora paterna;
ausencia de significación fálica; algo que no se simboliza; forclusión; fenómeno elemental;
agujero; invasión de goce.

Neurosis: significante del nombre del padre; metáfora paterna (permite la significación fálica);
significación fálica; admisión simbólica; represión; formaciones del icc (sueños, lapsus, síntoma
– metáfora); saber no sabido; metáfora (estabilización de un significante y un significado y eso
capitona, engancha, estabiliza, cierra sentido y eso lo que produce es un orden en el goce).

Acá vemos como la psicosis está definida por lo que no hay. Después con el paso del tiempo
vamos a ver que la psicosis nos enseña sobre la neurosis, pero además cuando uno intenta
definir la neurosis la definimos como que no es la psicosis. Miller cuando trabaja psicosis
ordinaria dice algo que es interesante, cuando intenta conceptualizar esa nueva categoría: la
neurosis no es un fondo de pantalla, la neurosis hay que poder encontrar, hay que escucharla.
La define como una estructura precisa, todo eso que nombramos lo tendríamos que poder
escuchar en la clínica.

Dentro de la neurosis hacemos otra división: neurosis obsesiva e histeria. Hay dos formas de
diferenciarlas, a nivel de la pregunta y a nivel del deseo o de la posición frente al deseo. A todo
neurótico se le enquilomba la cosa con el deseo (falta, castración), por eso podríamos decir
que la neurosis es una defensa en relación al deseo, es una modalidad defensiva frente a la
castración. La falta está para todo el mundo, para cualquier estructura, y luego habrá
diferencias en eso que se teje alrededor del agujero y ahí se entiende un poco más porque se
habla de una clínica continuista en la última enseñanza.

Histeria: pregunta por la femineidad, qué es ser una mujer; deseo insatisfecho o enigmático.
Neurosis obsesiva: pregunta por la existencia, por la muerte; deseo imposible.

Para pensar neurosis obsesiva vamos a tomar el texto de Suarez que lo que hace es un
recorrido de algunos momentos de la obra de Lacan en los que aparece algo en relación a la
neurosis obsesiva. Nos sirve solo como referencia.

Lo primero que podemos decir de una neurosis obsesiva es que es una estrategia respecto al
deseo como decíamos, es una defensa en relación a la castración. Si hablamos de deseo
hablamos de lo que lo confronta, la falta, la castración. El obsesivo tiene esto de que es un
enamorado del tapón, o sea intenta (no a modo cc) anular la hiancia, la falta. El drama del
obsesivo es mantener al otro completo, trabaja para el otro, en ese punto puede ser un
perfecto esclavo. Tenemos para pensar esto el seminario 5 que trabaja la dialéctica del deseo –
demanda. Siempre que quiera mantener al otro completo es al otro muerto. Si busca
mantener al otro completo. Se dice muchas veces que el obsesivo es un muerto en vida,
porque lo que hace es anular el deseo. Trata de responder a lo que el otro le pida, a lo que el
supone que el otro le pide además. Por eso la estrategia del obsesivo es reducir el deseo a la
demanda. Si hablamos de demanda hablamos de algo que es articulable, que no hay hiancia,
que no hay intervalo, que no hay falta. Si hablamos de deseo hablamos de todo lo contrario, el
deseo tiene eso que nunca es eso. Su deseo queda en suspenso o a la espera de que el otro se
lo pida, por eso busca no desear y ahí es el punto que podría pensarse más muerto que vivo. Al
obsesivo se lo puede pensar como el genio de la lampara de Aladino, que dice que sus deseos
son órdenes.

No quiere encontrarse con el deseo porque se angustia, busca no angustiarse. Por eso hay una
relación particular del orden con el tiempo, o se anticipa demasiado en esta lógica de no
angustiarse, de prevenirse o llega siempre tarde… está tanto pensando, procrastina tanto que
llega tarde.

La demanda tiene una característica que es lo oblativo. En el seminario 5 dice que el fantasma
del obsesivo es un fantasma oblativo, la oblata es el dinero que se le da al cura, te doy porque
me das es esa lógica que es la lógica del obsesivo, la lógica fálica. Si está en la lógica de te doy
si me das lo que sale de esa lógica, lo que se le puede complicar es con el amor, es dar lo que
no se tiene a alguien que no lo es, es falta con falta. Por eso el amor lo descentra tanto al
obsesivo.

Lo que arma es una fortificación yoica. Recomendado el texto de INDART porque trabaja la
idea de la fortificación yoica que es esta muralla, una forma de protección donde ningún
objeto puede entrar o salir sino se angustia y tiene que ver con lo articulable, con el control, el
dominio, con lo yoico, con las argumentaciones, las explicaciones, el aislamiento. Son todas
características de la lógica defensiva. En esa fortificación hay un goce, cavilar, pensar,
comprender, controlar, aprender por medio de la racionalización algo de ese deseo, algo de
eso que se escapa, algo de esa falta. Hay un pensamiento que se infinitiza y un goce en eso. El
sujeto padece, pero disfruta. Si hay lógica fálica o significación fálica hablábamos del
abrochamiento y de un límite podríamos decir y cuando eso se suelta no es que no este
inscripta, pero hay momentos en los que se automatiza, se suelta y queda medio enloquecido.

(Preguntaron por lo embarazoso, es algo que se ve en angustia con un cuadro de doble


entrada que arma Lacan. Tiene que ver con eso, con la vergüenza, la falta, la angustia).

Hay siempre como 3 instancias en un proceso: instante de ver, tiempo de comprender y


momento de concluir. Son tres tiempos que trabaja Lacan para pensar el acting, el pasaje al
acto y algo de asociar a la obsesión con el pasaje al acto porque entre esos tiempos tiene
problemas el obsesivo. El pasaje al acto el tiempo de comprender se lo come, ve algo y hace. O
por el contrario, lo más común es que se quede a vivir en el tiempo de comprender y no pasa
al acto. Un acto verdadero que va en la vía del deseo supone un momento de decisión, de
conclusión y que marca un antes y un después y que siempre tiene el rasgo de la castración
porque uno ahí elige, decide y ahí se deja algo por fuera. Eso el obsesivo no puede casi nunca,
se la pasa la vida pensando. Y esa es la diferencia entre un obsesivo y un hombre, cuando
hablamos de hombre o de mujer tiene que ver con una posición de goce en relación a las
fórmulas de sexuación que trabaja más adelante. Cuando se trabaja la posición masculina el
hombre logra ese acto.

Indart trabaja muy bien la idea de la fortaleza yoica y la muralla típica del obsesivo, lo llama en
términos de investimientos narcisisticos del yo, como un borde infranqueable que lo que hace
es trabajar para mantener al otro completo y en eso está esto de que se desdobla. Podríamos
decir que está en la cancha, en la escena y se le complica. Está en la cancha, pero desdoblado
en el palco. La fórmula de Lacan para explicar esto es me miro verme.

La mejor manera de entender esto es con una referencia que da Lacan en el seminario 8 donde
distingue yo ideal e ideal del yo. Porque cuando está en el palco lo que se está jugando es su
ideal, desde donde se mira. Y ahí sostiene algo del otro completo y además le sirve para desde
ahí mirar y saber qué estrategia usar con su rival. El ideal que está en el palco está bueno tratar
de leerlo en la clínica, es a quién responde.

En la fortificación o en la jaula está una de las contradicciones del propio obsesivo que es que
el está ahí con su goce autoerótico y si algo se modifica de ahí se angustia, pero puede hacer
entrar al otro en esa jaula, pero a condición de que no entre con su deseo. Por eso se dice que
en el obsesivo es el deseo o el otro y eso es un imposible porque en este momento de la
enseñanza de Lacan el deseo es el deseo del otro, dos caras de una misma moneda. Si entra
ese otro es a costa de que esté muerto, si logra instalar algo de esa ley de hierro no hay deseo
básicamente.

El paso del tiempo marca castración. En relación al tiempo con el obsesivo esto la
procrastinación tiene que ver con no pasar al acto. Y además, si algo define al acto es que sin
garantías y eso es lo que no puede el obsesivo, jugársela porque eso es poner en juego la
castración. En esta línea también la duda, no elige, no decide, no hay acto vive del “o”.

En relación a la dirección de la cura es difícil porque algo de esta compulsión, de esta


insistencia, de esto tan yoico, tan egosintónico y de esta pregunta que estructura al obse que
tiene que ver con la muerte y como tal es silencioso. Y es muy común sentir, escuchar que
cuando nos encontramos con esta clínica como que hay algo de que nada lo toca, intervenís y
parece que nada pasa.

La primera idea es histerizarlo, es un poco lograr que algo de esos síntomas que se presentan
más del orden de carácter le empiecen hacer problema por algún lado. Es difícil porque el
obsesivo trabaja para el otro entonces también nos va a querer completar, en transferencia
nos muestra su posición. Después, en función y campo de la palabra dice que no hay que caer
en el lugar del A está diciendo que va a trabajar para completarnos entonces hay que tratar de
correrse de ese lugar y sitúa que una de las estrategias posibles es el uso de las sesiones cortas
o de los cortes más inesperados, introducir algo que los sacuda, algo del orden de lo
contingente. Por eso lo mejor no es ir por la vía de te explico, te digo, te argumento. Un poco
la orientación es desarmar con prudencia esa estructura defensiva, de lo yoico, que se
angustie. Y en eso es necesario una presencia del analista del orden del acto, deseante, activo,
todo lo que lo desarme. También estar atento a ver qué se esconde detrás de ese ideal en el
palco y cortar en el ”o”, como tratar de desarmar la posición de estar en el palco, dejarlo en
falta.

Trabajo práctico Nº5 – 04/05/2022

La clase pasada hablamos de la idea de no definir a la neurosis como un fondo de pantalla. La


idea es definir y dar cuenta de qué entendemos cuando decimos que es una estructura
neurótica porque es muy común que quede en esto de que cómo no hay fenómenos
elementales es una neurosis por descarte. Además, hay que estar advertidos de que lo
fenomenológico no condice necesariamente con la estructura.

Dentro de la primera enseñanza vamos a tomar los tipos clínicos de la neurosis: histeria y
obsesión. A la neurosis la piensa estructura como pregunta y desde la relación o posición
frente al deseo. Dijimos que en definitiva es una modalidad defensiva frente a la castración.

En la neurosis obsesiva traíamos esto de la oblata que es un poco esto del diesmo, porta algo
de te doy algo a cambio de algo, o sea si uno lo piensa no transmite falta porque es siempre a
cambio de algo. La oblata viene de esto de darle plata a quien da la misa. En la misma lógica
fálica de te doy o no te doy hay otra forma mas retentiva, pero sigue siendo sin falta. Me pedís
y no te doy porque me lo quedo para mí, pero nunca es dejar escapar algo.

A partir del seminario XX va a escribir las fórmulas de la sexuación. Va a marcar dos posiciones
que son posiciones de goce: lado hombre, lado femenino. El obsesivo se diferencia del hombre
que es la posición que sostiene el acto.

El obsesivo tampoco soporta se la excepción entonces habla como de forma universal “cuando
a uno le pasa…” Es una forma de estar aislado también, no dejarse atravesar podríamos decir.

Hoy vamos a ver los casos de neurosis obsesiva.

Caso 1. Paciente de 40 años que retoma un análisis que interrumpió anteriormente. Dice que
durante ese tiempo mantuvo una vida equilibrada, del trabajo a casa, de la facultad a la casa.
Se instaló en él una amargura que vinculaba a su falta de interés por aprender, así como una
extraña violencia hacia sus padres. Sentía que actuaba por obligación se pregunta ¿quién me
dijo que no tenía derecho? Y esto lo remite a un recuerdo infantil donde su madre lo reprendía
sin razón, le provocaba sentimientos de desamparo y eso se agudizaba cuando la madre
intentaba suicidarse. Ante estos desbordes el padre se mantiene ausente. Impotencia, miedo y
dudas eran las coordenadas bajo las cuales vacilaban las coordenadas de este paciente.

La tía le dijo que su mayor deseo sería ir a su casamiento. Y esto lo escucha como demanda y
aviva su interés amoroso por una compañera de trabajo. Sus planes para acercarse a ella
hacen agua, tiembla y se paraliza sin poder decirle nada. No se ve con una mujer, es extraño
que presente una novia en su casa.

Sueño: se acostó con una amiga a descansar, sin intenciones sexuales, surge una conversación,
si capar al gato o no. Hay algo del orden de la castración. Cualquier paso que da significa
perder los huevos.
La madre siempre lo controló con la mirada. Se irritaba consigo mismo por no poder divertirse,
abordar a su amada. Reseñaba su vida como una antigua soledad. Se volvía temeroso, infantil y
fundamentalmente un pajero.

Tenía 3 o 4 años cuando escucho discutir a los padres una noche entera. En un momento vio a
su padre irse y a la madre perseguirlo armada. No hay nada de angustia ahí, está
desafectivizado.

Su madre lo amenazaba con tirarlo al tacho de basura donde además le decía que fue
encontrado.

Mientras su madre se vestía él fingía leer una revista y la agujereaba para mirarla a través del
papel. Hay algo de la irrupción de la sexualidad que después todos esos y rituales son una
manera de querer controlar algo de eso.

Amar a una mujer y tener el pene dentro de su vagina lo hace sentir una amenaza, pero no es
la sensación de que se lo corten porque eso le suena a cuento. Tiene una imagen de una
persona apoderándose de otra, cree que tiene que ver con la imagen de su padre gobernado
por su madre. Ubica en su amada rasgos similares a su madre, las dos bravas y locas. Teme que
por ser amado y tener sexo con una mujer tener que ser de su propiedad.

Caso 2. Se trata de Xavier de 33 años y consulta a partir de un suceso que le cambió la vida,
dice “mi jefe me cagó”. Es que en el trabajo en el que estaba el jefe que le había prometido un
ascenso se lo da a otro compañero y entonces queda en su mismo puesto sin avanzar y para él
eso sería un fracaso. A esto lo va relacionando con distintos aspectos de su vida. Lo primero
que dice es “mi éxito ha sido el fracaso”. Después de esa frase dice que nunca se interesó por
estudiar porque siempre supo que su destino era ser cadete, pero un amigo lo convenció y se
graduó y otro amigo le posibilitó entrar al puesto de trabajo en el que está. Dice que siempre
las cosas que hace las hace con insistencia de otro, nunca por motivación propia. Esto lo
pensamos en relación a una demanda que se crea. Se construyó una insistencia del otro para.
Dice que cuando intentó hacer cosas por motivación propia siempre fracasó “cuando querés
asomar la cabeza, zaz, el mazazo, vienen y te la cortan”. “Yo quiero mi eureka y así estoy
atrasado 110 años esperando lo seguro, soy el autor de mi propia condición. Por quedarme en
lo seguro soy un muerto”. Siente que su vida carece de sentido y eso se lo atribuye al padre
que lo abandonó y para él tiene un sentimiento de indiferencia y crítica. Todos los sucesos de
su vida los pasa a una computadora, todo lo archiva y trata de objetivizar todo aquello que
puede llegar a su subjetividad.

Relata un sueño. Estaba en un hotel con su esposa y con la esposa de uno de sus amigos, dice
que si bien es como el sueño del pibe el se despertó con un intenso deseo sexual que le genera
mucha culpa y que tiene miedo de ser un traidor. Esto de ser un traidor lo remite a un
recuerdo de su adolescencia cuando otro amigo lo incitó a ir a cambiar un cheque que no era
de ellos sino de otro titular, lo canjean y si bien él se quedó con menos plata él se siente
culpable y sigue pensando que la policía puede buscarlo por eso. Se caracteriza a sí mismo
como enfermo de pensamientos y cobarde porque nunca puede concretar un deseo a no ser
que se lo pida otro. Eso lo lleva a plantearse con los deseos y motivaciones de su vida como
por ejemplo tener una familia, comprarse una casa y ser un profesional exitoso. Tiene trabajo
gracias al amigo, la hermosa casa la tiene gracias a su esposa. Hace mucho que con su esposa
quieren ser papás y no pueden, ya hicieron muchos tratamientos de fertilización. Se pregunta
qué es ser un padre y qué es ser un hijo. Se piensa como un padre distinto al suyo, pero
después dice que no sabe qué es ser padre porque el suyo lo abandonó.
A su esposa en el trabajo le dieron una indemnización económica y dice que ahora no va a
querer tener un hijo con él porque va a querer comprarse un auto. A partir de esto empieza a
tener un montón de resentimiento para con su esposa y llega al punto de pensar en querer
separarse porque dice que siempre queda en la misma posición en que estuvo su papá, atado
a una mujer. En el momento en que le plantea de separarse la mujer queda embarazada. Ahí
empieza a hacer un montón de cábalas. A su potencial hijo lo llama “un nieto para su padre”.

La mujer tiene un aborto espontáneo y ahí la angustia irrumpe fuertemente en él, lo toma
como un castigo porque al comienzo del matrimonio el pensaba que no iba a poder tener un
hijo porque no le iban a dar la cuentas.

Trabajo práctico Nº6 – 11/05/2022

Vivir en el faro. Se llama así porque los amigos le decían el faro a su departamento porque
nunca se apagaba la luz y vivía como en un bunker. Hay algo del orden del aislamiento
también. Dice que veía poco a su familia.

El motivo de consulta es solicitar una medicación por “un estado melancólico”, se siente vacío,
descerebrado, el fin de semana en su casa se le hace insoportablemente tedioso, duerme, está
de mal humor, espera el lunes. Además, dice que tiene ideas obsesivas vinculadas a temores,
pero no como motivo de consulta.

La abuela paterna no lo dejaba salir con los amigos después de la tarde. Habla de su
adolescencia donde deja la escuela y mantiene una vida compulsiva durante 20 años: va todos
los días al cine, colecciona discos, revistas, autos viejos que reparaba. A su estilo de vida lo
nombra como impactar a todos, obtiene una cuota de satisfacción en sorprender, escandalizar,
conquistar a mujeres y rivalizar con hombres. Acá vemos algo del desdoblamiento, por un
lado, rivaliza con el par y por el otro lado impacta.

El desdoblamiento también se puede pensar en la elección de objeto, el objeto se recubre con


un aura de anulación. Mantiene relaciones sexuales muy estereotipadas, escenificaciones
predeterminadas, condiciones para la excitación donde el siempre se ubica desde la
dominación y control visual de la otra. Busca imponer que le hagan sexo oral porque la
penetración no le resultaba tan gratificante. Esto también es una manera de mantener otro
completo en tanto sin deseo, la mujer reducida a objeto, que no haya penetración en un punto
anula algo del deseo.

Habla de su madre como una maestra que lo torturaba con el estudio. Le pegaba con el palo
de un plumero cuando no estudiaba, que era muy seguido. Después habla de una escena con
valor traumático donde estaba jugando en el cuarto de los padres, los padres estaban
acostados y la madre lo llamó y le hizo tocar la erección del padre. Acá podemos pensar que es
parecido a Juanito, hay como una emergencia del goce fálico. Si bien en Juanito había algo de
su propio cuerpo, en esta escena que cuenta hay algo de la irrupción del goce.

En relación al padre, escribano, pero que nunca ejerció la profesión y fue el que le enseñó que
enseñar y trabajar es una pérdida de tiempo. La familia era sostenida económicamente por el
abuelo paterno.

A los 36 años empezó a tener responsabilidades y trabajar cuando nació su primer hijo. Una
esposa que el siente y le molesta que le exija cosas como que participe en la casa. Pero a la vez
reconoce que en las cuestiones familiares el solo pone el traje. Empieza a trabajar, pero esta
forma de vida compulsiva la sigue sosteniendo: infidelidad, comer mucho, tomar mucho. Ahí el
sujeto está medio en posición de objeto porque está como empujado a hacer todo eso. No hay
una posición de sujeto eligiendo. Este estilo de vida pierde atractivo cuando empieza a hablar
con su esposa en el marco del análisis. Su vínculo mejora con su esposa, declina el goce que
obtenía de manera extramatrimonial. En el medio de las charlas con la esposa ella le confiesa
que le fue infiel dos veces. Dice que al lado de lo que él le hizo lo de ella es un poroto. Él tiene
celos y rabia, pero intenta racionalizar, puede darse cuenta que el hizo un montón de cosas. El
problema está cuando se encuentra con que la mujer puede desear más allá de él.

Relata algunos sueños que tiene, en uno la mujer lo engaña con un hombre más joven.
Después hay uno más edípico, donde va en el auto con una amante de hace muchos años y
cuando se baja el que acompañaba era el padre entonces dice que la que iba al lado era la
madre.

Tiene una sesión con su esposa, la invita al análisis y resuelven continuar con la relación.

A lo último empieza a hablar de temores, de angustia, de sentimiento de culpa. Podríamos


empezar a pensar en un sujeto barrado. Piensa que sus ataques de ira piensan son actos
agresivos contra la vida familiar que ahora es sentida como puesta a la continuidad de vivir en
el faro.

Vamos a arrancar con histeria. La idea es hacer un poco la introducción del seminario XVII y de
los discursos que si bien los trabajamos un poco cuando vimos el discurso analítico vamos a
tratar de trabajar un poco más.

El seminario XVII se llama El reverso del psicoanálisis. Para contextualizarlo, empieza a trabajar
más específicamente el concepto de discurso en el seminario anterior que es de 1968. El
seminario XVII es de 1969, está en París, contexto de Mayo Francés momento de revuelta,
protesta estudiantil y algo de la crítica al orden de lo instituido. Va a hablar de los cuatro
discursos como lazo social y va decir que el discurso del analista es el reverso del discurso del
amo, lo que está haciendo es criticar un poco el poder actual, el lazo social que tiene poder
que sería el discurso del amo.

Hay algo de una lógica de un vínculo. En el discurso habíamos dicho que está el lado del agente
y el lado del otro y en tanto el agente se dirige a otro, hay articulación y por lo tanto hablamos
de lazo. Los discursos son lazos sociales. Esa lógica en la cual un agente se dirige a otro, en el
caso del amo está casi reducido a una relación de objeto. Mientras que el discurso analítico es
el único discurso que el otro del lazo es un sujeto divido, todos los demás no. Y por otro lado es
todo lo contrario a gobernar. En el discurso analítico se trata de causar para que el otro haga,
diga, hable, etc.

Entonces en el seminario XVII decíamos que empieza a conceptualizar la idea de discurso,


tratando de pensarlo como un más allá del enunciado, de las palabras, de lo que se dice, lo va
a pensar como un matema que le permite dar cuenta de los lazos sociales. Él lo define ahí
como un aparato de cuatro patas con cuatro posiciones. O sea, es una estructura que supone 4
términos: S1 (significante amo), S2 (ya supone articulación significante, el saber digamos); $
(sujeto dividido) y a (objeto a como plus de gozar). Después decíamos un aparato de 4 patas
con 4 posiciones. El agente (puesto de mando, donde se apoya y comanda el discurso), las
barritas de abajo dan cuenta de un imposible, como de las condiciones que tiene que tener un
discurso para ser un discurso. El otro del lazo. La verdad, tiene la condición de estar bajo la
barra, solo puede ser dicha a media, da cuenta de una posibilidad estructural, es siempre en
relación al agente es como el motor de este.
Entonces, hablábamos de que los 4 discursos dan cuenta de un lazo social, depende el discurso
del que hablemos cada lazo va a ser diferente y es un modo de sostener un semblante, una
impostura. Entonces, quien está en el S1 es el semblante del mando, del orden, si está en el S2
semblantea el saber. Lo que hace el discurso del amo es gobernar, el discurso universitario
enseñar, el discurso analítico psicoanalizar y el discurso histérico hacer desear y saber.

Discurso del amo: para trabajarlo Lacan se centra en el amo antiguo, en la dialéctica hegeliana.
Entonces tenemos el amo que ordena y se dirige a un S2, al esclavo porque si algo identifica al
esclavo ya desde Hegel es que tiene un saber hacer, hace los productos que le pide el amo.
Hay un plus, una plusvalía por parte del esclavo, sería un plus de goce. La verdad del amo es
que está castrado, pero semblantea que no lo está, hay una verdad dicha a medias. Hay una
combinación de 4 cosas dos veces, los cuatro elementos que se van a poner a jugar y los
lugares que son independientes de los elementos. Entonces, el otro (habrá que ver quien está
en su lugar) produce algo, lo que produce en este caso que es el discurso del amo es objetos. El
plusvalor no está en a. El plusvalor es un goce que queda.

El discurso universitario. Tenemos el saber en el lugar del agente que semblantea tener todo
su saber, que se dirige a otro que está en el lugar de objeto, es la idea del alumno que no
posee saber y lo que produce es un sujeto dividido, en falta, angustiado que siente que no
sabe. Debajo de la barra tenemos el de mando, porque el que está en S2 tiene como verdad
que es un amo, de hecho, Lacan llama al discurso universitario como discurso del amo actual,
moderno. Hoy lo que rige es el discurso científico.

Discurso analítico. El analista semblantea ser el objeto causa de deseo y se dirige a un sujeto al
cual se le supone una división para que produzca los significantes amos que lo comandan, que
lo determinan sobre los cuales uno va a trabajar en un análisis. La verdad bajo la barra es que
hay un saber, hay un saber en dos sentidos: textual y referencial. Esto quiere decir que hay un
saber en el analista de todo lo que estudia, pero también se supone que hay un resto de saber
por el paso por cada quien, en su análisis, algo de poder escuchar lo textual del icc.

Discurso histérico. Antes de ir a este discurso vamos a trabajar un poco histeria. Lo primero
importante a decir es que como analistas en tanto sujetos éticos responsables nos tenemos
que correr de la idea de pensar a la histeria en el sentido común, banal.

La histeria es una categoría que Freud rescata, que significa útero. Es con lo que se encuentra
porque ya en su época estaba degradado porque eran esas presentaciones clínicas que
rompían con todas las leyes neurológicas, biológicas, médicas. Freud la ubica como
neuropsicosis de defensa.

Lacan va a tratar de separar a la mujer de la histeria para pensar el sujeto histérico en Lacan
podemos tomar dos referencias antes del seminario XVII que es el seminario III donde a partir
de trabajar el caso Dora trabaja la femineidad, el seminario V y el XVII donde pensamos a la
histeria como un lazo y algo a nivel del goce también introduce.

Seminario III. Un poco lo trabajamos, ahí va a decir que en los sujetos histéricos hay una
identificación viril, una identificación al hombre, que es la estrategia que utiliza para
responderse o a acceder a algo de su pregunta que es por el goce, la femineidad, la mujer, etc.
O sea que ahí el partenaire masculino no es más que un instrumento. El tema no está en lo que
pasa con ese sino con la otra. Si se hace una pregunta no es una mujer, no está en posición
femenina. Es como que se identifica a un hombre y reserva el lugar de la femineidad a la otra
que es la que supuestamente tiene el saber.
Seminario V. Trabaja la posición en relación al deseo, el deseo en la histeria es insatisfecho.
Podríamos decir que hay algo del deseo que por estructura es insatisfecho, es eso que se
escapa y en ese camino tenemos satisfacciones parciales. Ahora, en la histeria se acentúa ese
costado del deseo, hace de la insatisfacción un modo de lado y ahí se queja de la vida, de la
otra, del jefe, etc. Siempre esta cosa puesta en otro u otra que es quien puede, quien sabe,
quien tiene suerte, etc.

Es como si el sujeto histérico supiese de la insatisfacción estructural y la denunciara todo el


tiempo. Y esa insatisfacción propia del deseo es la verdad, lo que denuncia todo el tiempo. En
esto hay un goce, es una versión sufriente. Goza de la queja sin saberlo claramente.

Así como decíamos que en la neurosis obsesiva era el deseo o el otro, en la histeria es medio lo
contrario, sabe del deseo del otro, sabe que la demanda no es el deseo y busca mantener el
deseo vivo. Busca mantener al otro deseante e insatisface al otro, lo deja impotente. Hace
desear, pero después se sustrae. Ese es el doble movimiento que caracteriza a la posición
histérica. Divide al sujeto porque lo deja en falta, lo hace desear y no le da. Busca no ser el
objeto de goce del otro porque eso angustia. Lo quiere deseante sí, pero cuando “la quiere” se
corre, no da el objeto de su satisfacción. Además, el sujeto histérico busca que el otro
produzca un saber. Si se presta como objeto el otro deja de producir algo.

Trabajo práctico Nº7 – 1/06/2022

Habíamos dicho que nos íbamos a referenciar en tres momentos: seminario III donde trabaja la
diferencia entre femineidad e histeria a partir del caso Dora y esta idea de la identificación viril
como rodeo para intentar responder algo de qué es ser mujer, se basa más en un modelo
ternario; seminario V ahí establece la cuestión del deseo, en el caso de la histeria el deseo es
insatisfecho, el deseo es insatisfecho, pero en ese proceso se obtiene satisfacción parcial y
decíamos también esto de que busca barrar al otro, dividirlo, que esté en falta y siempre se va
a correr de ser el objeto de deseo del otro; en el seminario XVIII establece los cuatro discursos
que son las modalidades de lazo, tienen 4 lugares en los cuales se ordenan distintos elementos
y en función de cómo se ubican los elementos en esos lugares es el tipo de lazo que se
establece y tenía como un recorrido lógico, posible.

Habíamos dicho que el discurso del amo está basado en el amo antiguo hay un discurso de
gobernar, que la cosa marche y esté ordenada (lugar del agente). En el caso del universitario
sería enseñar. En el caso del psicoanalítico psicoanalizar. Y, en el caso del discurso histérico
podemos nombrarlo como el interés que siempre tiene en saber y en el hacer desear. Hasta
ahí habíamos llegado.

Seminario XVIII. Como vimos el discurso histérico pensado con cuatro elementos, antes Lacan
lo pensaba como triangulo, en una cuestión más ternaria ahora pasa a pensarlo en una
modalidad cuaternaria. Esto es importante porque vamos a introducir algo nuevo luego. El
sujeto histérico con su síntoma, con su queja, dividida se dirige a otro, al amo para que
produzca un saber y en el lugar de la verdad bajo la barra está el goce, ese goce de la histeria
que no se pone a jugar.

Ahora, el punto es que se dirige a un amo para que produzca saber, pero no queda ahí
simplemente porque si algo va a caracterizar a la histeria es que no busca una respuesta. En
realidad, busca otro, pero en realidad nunca es eso. Busca un saber, pero después va a
denunciar que este saber no alcanza, que no está bien porque busca dejarlo en falta, busca
mantener al deseo insatisfecho, busca castrarlo. Entonces, lo que busca es otro barrado,
demanda un lugar en el otro.

Podríamos decir que del lado de la histeria es más común, más esperable por estrategia
subjetiva que haya un acting. Mientras que, en neurosis obsesiva, en relación a los tiempos era
más factible encontrar pasaje al acto o procrastinación.

Entonces podríamos decir que la estrategia histérica es en dos tiempos. Primero, busca causar
ese deseo, barrar al otro, producir la dimensión de la falta y cuando eso está vivo, cuando está
en falta se sustrae, se corre. Provoca el deseo, para después hurtarse como objeto porque
quedarse como objeto los angustia.

En esto Lacan le da como cierto mérito a lo que hace al discurso histérico, recordemos que los
discursos son los lazos. Le da mérito porque es el único lazo que pone a jugar la dimensión de
lo que no funciona, de la falta, de la no relación sexual. El discurso del amo se dirige a un
esclavo y quiere que la cosa funciones, que marche, indica y ordena. El discurso universitario
se dirige a un estudiante posicionado en lugar de objeto. El discurso histérico al menos pone a
jugar en el lazo algo del orden de la falta, de la insatisfacción.

En el seminario XVIII trabaja de un modo particular la relación del sujeto histérico con el padre
y va a abordar eso que habíamos conceptualizado como deseo insatisfecho a través de lo que
nombra como el goce de la privación. Este es lo que más tarde en la enseñanza de Lacan, a
partir del seminario XX, termina de presentar las fórmulas de la sexuación. Allí presenta dos
posiciones de goce, el lado macho y el lado femenino. El goce de la privación viene a
diferenciarse de lo que a partir de las fórmulas de la sexuación Lacan va a nombrar como el
goce otro o el goce femenino. El goce fálico es lo que fuimos aprendiendo, aquello que es
medible, que es cuantificable, que está reglado; mientras que cuando habla del goce otro o
femenino es lo contrario en el punto en que si algo lo caracteriza es que es ilimitado, es sin
medida lo cual muchas veces lo vuelve amenazante. Cuando ubica al sujeto histérico lo ubica
del lado macho porque va a hablar en la histeria del goce de la privación, separándolo del goce
femenino. Con esto ya nos dice algo, porque algo de lo que sucede con el goce en el sujeto
histérico es distinto de lo que sucede en la posición femenina. Lo nombra como hacer huelga
del goce fálico.

Lo que hace el sujeto histérico es llamar la atención del amo, causa el deseo, produce cierta
intriga, que esté dirigido, lo seduce, lo causa para después en un segundo tiempo sustraerse.
Esa sustracción es lo que llama huelga del cuerpo. La idea es que algo del goce de prestar el
cuerpo, de poner el cuerpo a jugar en una escena con eso no puede el sujeto histérico. El
cuerpo queda ubicado como objeto inaccesible. Esto que no puede poner a jugar que queda
en el lugar de la verdad tiene que ver con ese goce que la mujer sí puede poner a jugar, puede
prestarse a ser objeto del otro.

Esa sustracción si bien habla del cuerpo porque ese goce que se da en el cuerpo porque no lo
puede poner a jugar, esa sustracción clínicamente la escuchamos en la queja, ese lugar muy
común de quedar en el lugar de que no es contada, abandonada, la excluida. Por ejemplo, no
puede asumir un puesto en un trabajo.

Es muy claro cuando nombra al padre del sujeto histérico como ex combatiente. Dijimos que
trabaja la relación entre el sujeto histérico y el padre, siempre el padre va a ser aquel que está
idealizado, pero que ya está sin potencia, por eso es el ex combatiente, es aquel que en algún
momento sí pudo posicionarse, tuvo la potencia el órgano para ser un hombre frente a una
mujer, pero que ya está fuera de juego, tiene la medalla en el bolsillo. Por eso también se dice
que es un padre muerto, es un amo castrado, impotente. Es cuaternario entonces porque
divide la dimensión del hombre para el sujeto histérico y va a decir que una cosa es el hombre
del deseo que con ese sí puede, es el hombre en falta, dividido y otra cosa es el hombre de
goce, ahí sí es el potente, el que tiene el órgano. Entonces con el hombre del deseo se las
arregla, con el hombre de goce no, ahí es donde se escabulle. Acá hay otra diferencia con la
posición femenina y la histeria, porque la posición femenina hace coincidir eso.

Mientras que el sujeto histérico siempre está en este lugar de ser excluido, ser excepción la
mujer en todo caso puede entender que es única para ese hombre. Mientras que para el
sujeto histérico es ser EL/LA única.

En relación a la dirección de la cura un poco el movimiento frente a estas características se las


puede pensar como un primer tiempo de alojar, brindar un lugar, hacer hablar, creer la
denuncia, creer en la queja. En un segundo movimiento lo que tiene que ver con la
rectificación subjetiva, la implicación, poder ir situando algo de esa posición de goce si se
quiere que tiene la misma queja.

Tanto a la neurosis obsesiva como a la histeria la podemos pensar en alguna relación con el
amo. En el caso del obsesivo busca reducir el deseo a la demanda, podría ser un perfecto
esclavo. En cambio, la relación de la histeria con el amo es dividirlo buscando que produzca un
saber y que lo sostenga, lo quiere barrado porque lo quiere todo el tiempo produciendo,
barrado, en falta.

Vamos a pensar algunas diferencias entre la histeria y la neurosis obsesiva.

Histeria: pregunta por la femineidad; deseo insatisfecho; estrategia es sustraerse de la escena


entonces el deseo siempre queda vivo; la lógica de la histeria está más vinculada al ser,
quisiera el ser del otro; en cuanto a la presentación clínica está esto de lo enigmático, la
seducción, intriga amorosa o la queja; encontramos algo más de lo intersubjetivo, es el otro y
se pierde ahí; está todo el tiempo necesitando que esté barrado el otro, un lugar en el otro y
en ese punto sería más afín un acting; el otro barrado; en relación al tiempo el sujeto histérico
en tanto se sustrae, en tanto necesita el deseo vivo es “todavía no”, es algo de un poco
después; en relación al amo la histeria no es el esclavo porque no da lo que el amo quiere; lo
principal en la dirección de la cura es algo de la implicación.

N. obsesiva: pregunta por la existencia, la vida, la muerte; deseo imposible; la estrategia es


reducir el deseo a la demanda; la lógica del obsesivo es tener, y tener ahí con lo cual responder
a ese deseo reduciéndolo a la demanda; en cuanto a la presentación tenemos más la hazaña,
siempre contando, relatando historias, el esfuerzo, los logros; encontramos algo más de lo
intrapsíquico como el pensamiento, la cavilación, rumiación; está medio inhibido o siempre
llega tarde entonces sería más posible un pasaje al acto; el otro completo; en relación al
tiempo el obsesivo procrastina “lo voy a pensar”; en relación al amo se presta a ser el esclavo
en tanto responde a la demanda del otro, todo se vuelve una demanda, pero a diferencia del
esclavo en el obsesivo no hay un plus en el hacer; para la dimensión de la cura tenemos que
hacer que aparezca algo de la dimensión de la falta porque viene super amurallado para
después relanzar al trabajo si se quiere.

Caso Lucía. “Una vida dedicada al padre”. Consulta en un estado de angustia y relata que ya no
sabe quién es, que su cabeza está por un lado y por el otro está el aire. Después habla de una
intensa relación con su jefa, toda gira en torno a esta mujer y de ella hubo un requerimiento
amoroso. De hecho, Lucía estaba estudiando para una tesis doctoral y no se presentó por
miedo a quedarse con el lugar de su jefa. Esto lo podemos leer como una especie de
sustracción, como no poder ir más allá.

En el momento de la consulta estaba casada, estaba en crisis, él se copó con otra cosa y con
otra mujer.

Ella le da mucho valor al apellido del padre igual que su prestigio en su trabajo, era como
honrar al padre. El padre en la realidad concreta igual es distinto al padre que ella sostiene en
su subjetividad. Su padre representa para ella la suma de lo tierno, lo espontáneo y la
expresión de afecto. El padre estuvo preso y ella desempeña una actividad muy ordenada,
prolija y demás. Cuando el padre fallece ella se encarga de dejar prolijo y ordenado todo lo que
el padre no.

Está bueno esto del nombre atadas al padre porque ella arma toda una vida en función del
padre, en el trabajo, en las deudas, en la elección de objeto amorosa. Ella siempre se ubica en
una posición segunda, de no poder acceder a eso otro que la otra si puede acceder y en eso
sostiene al padre.

Se casó muy joven y dice que fue su primer error. Decidió casarse a causa de su madre. En ese
matrimonio queda embaraza y la suegra le dice que aborte y accede. Al final se terminan
separando. Después de eso nunca volvió a estar embarazada. Mantuvo relaciones con su
primero, de manera oculta. Se vuelve a casar. Hay nuevamente un sometimiento a la suegra.
La última relación era amante, era no oficial. Termina diciendo que siempre es la segunda.

Siempre estuvo más preocupada que el propio padre en borrar las fallas de él.

Lacan lo que sitúa es que no está tan interesada en el órgano sino más que para ser privada
por la otra. Por eso siempre hay otra en la escena que sí, es privada por la otra.

“Cada una con su arcón”. Llega una paciente diciendo que su pareja no tiene pasión por ella.
Hay un objeto privilegiado de su indagación, un baúl donde Rafael tiene guardadas cartas que
le escribió a sus exs. Llega a sacarle muy poca información, solo sus nombres. “Convencida de
la falta de pasión hacia ella y sintiéndose desalojada del otro acude a ese baúl de valor
enigmático sobre la otra (esa otra que si puede captar el deseo del otro)…”. Le roba una
agenda, encuentra el número de una de las mujeres, la llama haciéndose pasar por una
vendedora, consigue la dirección y va, pero nunca aparece. Termina diciéndole a Rafael que
tiene que llevar unos apuntes a tal dirección (la dirección de la ex), frente a su insistencia el
termina reconociendo que ahí vivía una ex. Acá rompe en llanto y le dice que no la ama, que
no le dice la verdad. “No se que le produzco yo y todo esto me produce no poder dejar de ir a
ese baúl…”

Dice que con él no puede hablar porque no logra que le diga nada distinto. Sigue indagando,
dice que por ahí esas mujeres tienen alguna magia oculta. Se propone comprar un arcón, esta
obstinación la remite al baúl. Quizás comprando ese arcón encuentra la magia. Termina
cambiando su forma de vestirse, antes era media hippie y desarreglada, ahora cambia y se
arregla. Da vuelta en relación al significante de la magia y da cuenta de esa cosa supuesta que
la otra tendría.

Trabajo práctico Nº8 – 8/06/2022

Hoy trabajamos cap. IX del seminario X y el capítulo de Damiano.


El seminario X es de 1962, se llama La angustia y en ese seminario introduce lo que considera
que es su único invento: el objeto a. Eso ya nos dice algo, si el seminario se llama la angustia y
va a trabajar sobre el objeto a, algo nos dice de un vínculo entre la angustia y el objeto. Lo
primero que va a trabajar Lacan en ese capítulo para intentar dar cuenta del objeto a es una
operación que es una división a partir de la cual va a quedar situado el lugar del objeto a.

Acá estamos hablando del otro y del sujeto, o sea, es en la relación del sujeto con el Otro como
se va a constituir el a como resto, por eso es una operación y una división. Queda configurado
como un resto. Parte de un primer momento mítico del Otro y del sujeto como completos.
Lacan ahí en el capítulo dice que es el Otro originario como el tesoro de los significantes y el
sujeto como todavía no existente. Podríamos decir, todavía no tocado por el significante por
eso aparece como completo. En algún momento lo que nos vamos a encontrar es que el Otro
no tiene todas las respuestas, no tiene todos los significantes, aparece en el otro la dimensión
de la falta. Esa dimensión de la falta en el otro va a posibilitar la falta en el sujeto. Entonces, en
el otro en algún momento va a aparecer una falla, aparece la dimensión de la falta y es esta
dimensión la que posibilita la falta en el campo del sujeto, la división subjetiva, la dimensión
deseante.

Si hablamos de falta queremos decir dimensión deseante, deseo. De esa operación hay un
resto, el objeto a. O sea, el objeto a ya lo estamos pensando como resto, es un objeto que da
cuenta de la falta en el otro y eso implica angustia.

El objeto a lo vamos a pensar acá como lo real, como lo que no es significante. Hay dos
elementos, el sujeto dividido y el objeto, que van a constituir el fantasma (BUSCARLO EN LA
CARPETA).

Pregunta de final: relación entre el objeto a y la angustia (lo que estamos pensando hoy).

Ya Freud nos hablaba de la angustia en una tríada que era inhibición, síntoma y angustia. Lacan
los vuelve a tomar y va a decir que estos tres conceptos van a estar unificados por la idea del
movimiento. Cuando habla de movimiento habla de movimiento en relación al deseo. Esto es
algo que retoma Damiano en su texto.

Primero tenemos un cuadrito:

Inhibición -------------------
----------- síntoma ----------
----------------------angustia

Esto ya implica movimiento. Si hablamos de inhibición pensamos en limitación, no


movimiento. El cuadro más grande es el siguiente:
Cuando hablamos de movimiento que es el eje vertical y cuando hablamos de dificultad en el
eje horizontal es en relación al deseo. Cuando en algún lado Miller trabaja este cuadro dice
que es la manera que tiene Lacan de intentar apresar, tratar de agarrar, de enmarcar algo de la
angustia.

Inhibición: detención del movimiento. Lo pensamos en relación al deseo nosotros.

El síntoma en relación a la inhibición parece que supone más dificultad.

La angustia supone siempre mayor dificultad y más movimiento a la hora de la concretización


del deseo, de la realización del deseo por decirlo de alguna manera. Angustia es como la
antesala del deseo.

Impedimento. La palabra en sí significa trampa etimológicamente, la idea es como uno queda


entrampado en la captura narcisista, en una imagen especular de uno mismo. Es la imagen que
tengo de mí mismo que impide la realización del deseo.

Embarazo: es el sujeto atravesado por la barra, es vergüenza. Damiano dice que es el famoso
“trágame tierra”.

Emoción es un concepto que no aborda y que en el psicoanálisis dio a miles de desarrollos muy
contemporáneos. Tiene que ver con una reacción de la angustia.

Turbación: es la caída de la potencia. Esta palabra en el diccionario es confusión, desorden,


trastorno, es alterar un estado. Son esos climas previos a la caída de un orden, por ejemplo, un
motín en una cárcel.

Angustia. Primero, tanto para Freud como para Lacan tiene un lugar privilegiado, no se
detienen a hablar de otros afectos. Lacan la define como afecto y si algo sabemos de Freud en
relación al afecto es el cuantum, eso que no se puede reprimir, los significantes se reprimen y
el cuantum pasa a otra cosa, pero no se reprime.

Además de cómo afecto Lacan dice que es el único afecto que no engaña. Esa es una de las
definiciones o uno de los sintagmas que da en relación a la angustia. Lo que dice es que no
engaña en tanto orienta al sujeto en relación al real, es la vía regia al objeto a. O sea, es la vía
de acceso a lo que no es del orden significante. Ahí empezamos a nombrar la relación entre
angustia y objeto a.

Otro de los sintagmas. La tesis principal de Lacan en relación a la angustia es que tiene que ver
o que tiene una relación fundamental con el deseo del Otro. Ahí, Damiano se enrosca en
marcar que no es el deseo en el Otro, sino que la angustia en tanto relación fundamental con
el deseo del otro es en tanto ese deseo se dirige a mí. O sea, el deseo del Otro en tanto
vinculado conmigo. Cuál es el deseo que el otro tiene hacia mí, digamos. Porque el punto en
cuestión es el lugar de objeto en el deseo del Otro. El problema de la angustia se plantea
cuando se pone en cuestión el lugar del sujeto como objeto en el deseo del Otro. Estamos
marcando la posición de objeto del sujeto. Por eso la pregunta que estructura la angustia es
¿qué me quiere el Otro? ¿qué soy para el Otro? estamos angustiados cuando no sabemos qué
somos para el otro.

Por otro lado, en un capítulo anterior, Lacan va a hablar de la angustia en el fantasma. Si habla
de la angustia en el fantasma habla de la angustia enmarcada. Cuando hable de marco habla
de fantasma, es una metáfora. El fantasma y la angustia tienen todo que ver. Entre el sujeto y
el objeto hay algo, el rombo (que está en el matema del fantasma) muestra que la relación es
moebiana, quiere decir que la relación entre el sujeto y el objeto tiene esa relación de adentro
y afuera a la vez.

Cuando habla de fantasma hay que pensarlo como el marco por el que cada cual mira el
mundo. El fantasma tiene una función estabilizadora, cuando tenemos el fantasma como
marco nos arreglamos. El fantasma lo que hace es como brindarnos un falso ser dice Lacan.
Esto quiere decir que de alguna manera nos da un nombre, por eso tiene una función
estabilizadora, nos pone en algún lugar. Vemos que el sujeto se queja, pero no está
desarmado.

El neurótico se las arregla mejor con el sufrimiento de ese fantasma, con el sufrimiento
conocido que con el enigma que le produce el deseo del Otro. El fantasma es una defensa
frente a la angustia podemos decir.

El sufrimiento del fantasma es una repetición constante, es una posición que se repite y es
conocida. La angustia, se dice que es la antesala del deseo… tal vez nos permite acercarnos al
deseo.

Cuando aparece un atisbo de ese qué me quiere, algo de la dimensión del deseo del Otro lo
que aparece es la angustia como señal. Es una alerta. En un punto vamos a distinguir dos
dimensiones distintas de la angustia para no hablar de dos angustias distintas, una cosa es la
angustia como señal y otra cosa es una angustia articulada a lo inesperado que es esa
vinculada al corte, a lo traumático. Son dos dimensiones distintas, lo primero que va a
aparecer es la angustia como señal y esta engaña al sujeto, porque cuando aparece lo primero
que aparece gracias al fantasma es una respuesta anticipada, respuesta fantasmática que le
sirve para defenderse de la angustia, para recubrirla.

El fantasma tiene una dimensión real porque tiene el objeto a, pero podríamos decir que es un
entramado simbólico – imaginario, es una ficción.

Puede pasar que no aparezca la respuesta anticipada o que no alcancen las respuestas
fantasmáticas y no logramos evitar la angustia. Ahí nos encontramos con la angustia que no
engaña, la inesperada.

Hoy estábamos hablando de que el fantasma tiene una función estabilizadora y que permite
en un punto esa respuesta y entonces evita la angustia, es defensivo. Cuando la angustia
aparece, la inesperada, que es con ese carácter de certeza se dice que el fantasma vacila, se
conmueve. Ese marco tambalea porque el objeto a que tenía que estar tapado de alguna
manera se entrevé. Cuando el fantasma vacila, se conmueve se entrevé algo del objeto a, algo
de la dimensión real. Eso es la angustia que no engaña. Cuando vacila el fantasma y uno está
angustiado aparece algo que no debería estar que es el objeto a. El sujeto se encuentra frente
a frente con un real y con una verdad de la cual ya no puede hacerse el otro.

Otro sintagma. Por eso la angustia, dice Lacan, no es sin objeto. O sea, tiene que ver con la
presentificación del objeto.

El menos phi tiene que ver con eso que no podemos, no nos sale, no nos ama el otro.

Cuando está la angustia no podemos pedir asociación libre, hay un sujeto desarmado. Cuando
aparece la dimensión real el sujeto muchas veces reacciona, responde vía la acción. Lacan va a
decir entonces con que la angustia tiene que ver con que falte la falta, es decir nos
encontramos con la presencia del objeto. Ahí donde debería haber una falta simbólica, la falta
del sujeto lo que nos encontramos es la presencia del objeto.

Pregunta de final ¿qué relación hay entre la angustia y el objeto a?

Encontrarse con el deseo del Otro instala y permite que se desarrolle la pregunta de ¿qué me
quiere el otro? Es el deseo que viene hacia mi y eso da cuenta de la dimensión de quedar ahí
como objeto del otro. Esto es lo que hace tambalear al fantasma, no cualquier cosa.

El sujeto tiene un fantasma con el cual anda por la vida, el fantasma de cada quién habría que
pensarlo, es singular. Por ejemplo, podemos pensar que Dora y ese lugar de víctima sería su
fantasma. Algo pasa que se lo desarma y ella pasa al acto en la escena del lago.

La angustia también tiene que ver con la dimensión del tiempo. En un momento Lacan hace
una referencia de la angustia y dice que está vinculada a la espera, pronto a que suceda algo. A
la espera y al teatro dice. Cuando estamos en el teatro estamos en la escena del mundo, se
apagan las luces y es ese momento en el cual parece que algo va a pasar. Eso tiene que ver con
la posibilidad de desarrollo de la angustia, es el campo propicio para que aparezca algo del
deseo del otro y la pregunta del qué me quiere. Está bueno porque cuando trabajamos pasaje
al acto y acting out vemos que el capítulo se llama dejar caer y subirse a la escena. Hay algo de
la escena dando vueltas. Entonces, estamos en el teatro, se apagan las luces y ese instante
tiene que ver con la posibilidad de aparición de la angustia. Esa escena es un marco
significante, con el desarrollo de la angustia lo que se muestra es que el marco tambalea y que
lo que aparece es el objeto.

Hoy decíamos que en la angustia hay certeza. Lacan va a decir que hay certeza y que actuar es
quitarle a la angustia su certeza. Recién decíamos que ¿por qué hay una dimensión ética de la
angustia? porque conmueve de forma tal que produce la posibilidad de un acto y cuando
hacemos un acto algo de esa angustia cede. O sea, que la angustia en un punto es la
posibilidad de transformar esa angustia en un acto que realiza un deseo. Y en ese punto es un
antes y un después para el sujeto, uno puede salir de la angustia más cercano a su deseo. El
acto es ese umbral que uno pasa, que transforma, produce una transformación subjetiva, hay
un cambio de posición. Bueno, la angustia tiene esa dimensión ética, la posibilidad de que eso
se constituya en un acto que realiza un deseo. Las primeras clases hablamos de la dimensión
ética en el psicoanálisis, tenía que ver con la política, con el deseo. Entonces, en ese punto que
la angustia y que producir un acto que produce una transformación subjetiva y como tal nos
acerca un poco más al deseo, la angustia es una dimensión ética.

En relación a la dirección de la cura no hay que ir a taponarla, no hay que ir a eliminarla


fácilmente.

Hablamos de la angustia y sus transformaciones. Tanto el acting out como el pasaje al acto que
en el cuadro están pegados a la angustia son respuestas frente a la angustia mediante la
acción. Hay algo del arrojarse de la escena que tiene que ver con el pasaje al acto y subirse a la
escena tiene que ver con el acting.

Trabajo práctico Nº 9 – 22/07/2022

La idea de hoy es que terminemos de dar angustia, pasaje al acto, acting out y en relación al
acting vemos el caso de Frida y en relación al pasaje al acto el caso de la joven homosexual.
Lo primero que habíamos visto es esa operación que arranca con una división donde la
relación del sujeto con el otro cae como un resto y lo que queda en el campo del otro es el
objeto a que lo vamos a entender como todo aquello que no es significante, por ende, del
orden real. Habíamos dicho que era un afecto, que tanto para Freud como para Lacan era un
afecto primordial. Lacan va a decir que es un afecto que no engaña. La angustia es la vía regía
de acceso al objeto y Lacan sostenía que tenía que ver con la relación con el deseo del Otro,
eso que viene hacia mí porque tiene que ver con la posición de objeto en relación a ese deseo.
Por eso la pregunta estructural de la angustia es ¿qué me quiere el Otro?

Después hablamos de dos dimensiones de la angustia: la angustia enmarcada que podríamos


pensarla en relación al fantasma y la angustia inesperada, traumática, aquello que aparece
súbitamente que es la que hace vacilar el fantasma. Mientras que en una podríamos hablar de
cierta falta simbólica, que con eso el sujeto va por la vida, pero cuando el fantasma vacila se
trata de una angustia mucho más arrasante porque aparece lo real, hay presencia de algo que
no debe estar. Donde tendría que haber falta hay presencia. Por eso decíamos que la angustia
no es sin objeto.

En el capítulo IX del seminario X lo llama dejarse caer y subir a la escena. Pensemos que tienen
en común y en que se diferencian el acting out y el pasaje al acto. Ambos son una respuesta a
la angustia y son mediante la acción. Uno es arrojarse de la escena (pasaje al acto) y la otra es
subirse a la escena dirigiéndola al otro (acting out).

El acting out en relación al deseo del otro tiene la coyuntura estructural de ser desalojado del
Otro, no tiene lugar en el deseo del Otro. Lacan lo define como algo en la conducta del sujeto,
algo del orden fenoménico, y tiene una orientación al Otro. Muestra algo, se dirige al Otro. En
el acting out se muestra algo distinto de lo que es, esto quiere decir que se muestra algo en
tanto una conducta, pero en realidad lo que está de base, lo que se está poniendo en juego es
lo que uno es como objeto. Es una respuesta frente a la angustia y cuando algo del orden
simbólico tambalea, por eso hay una acción. Siempre tiene que ver con una cuestión ligada al
deseo, es como si se pusiera a prueba si eso que uno es como objeto tiene o no tiene lugar en
el deseo del otro. Lacan dice que se trata de una demostración, mostración donde lo que se
muestra es el resto, o sea el objeto. Entonces en el acting out hay Otro porque se dirige a otro,
se monta una escena dirigida al otro por eso se dice que es transferencia salvaje. Justamente
lo que busca es intentar que aparezca en el otro la dimensión de la falta, el deseo, la barra que
aloje eso. Con esa escena, esa actuación en escena se busca que el otro pueda prestar esa
dimensión. Por eso se dice que el sujeto está en posición caída, un sujeto en posición de objeto
que busca dividir al Otro. Entonces, hay Otro, hay una escena y hay un sujeto caído, pero hay
sujeto. Esas tres cosas ya nos marcan una distinción con lo que es el pasaje al acto.

En el pasaje al acto hay una violenta salida de la escena, cae del otro, esa es la coyuntura, el
dejarse caer por fuera de la escena. Lacan va a decir que en el pasaje al acto hay una
identificación total con el objeto de desecho. Hay un derrumbe del mundo simbólico o del
marco fantasmático. Entonces, en el pasaje no hay sujeto, directamente hay objeto, no hay
Otro, no hay escena, no dirección a ningún lado. Lacan habla del paso de la escena al mundo,
cuando habla de escena habla de marco, de la escena del Otro donde el otro vendría a ser
como el portador donde el sujeto se constituye y el mundo es donde se precipita el objeto.
Esto es transitoriamente.

Pensemos en la dirección de la cura de la angustia y sus transformaciones. Primero que todo


no se trata de desangustiar, no buscamos quitar el malestar. Nosotros estamos advertidos de
que la angustia es una perla porque es un afecto que no engaña, algo nos va a decir del sujeto
al Otro, del sujeto al deseo, del sujeto al objeto. No es la dirección de la cura frente al síntoma
porque la angustia no es un síntoma, no es un significante, con lo cual la interpretación no
tiene lugar. Es por la vía simbólica que vamos a intentar tocar algo de lo real, lo que se pueda,
pero no es significante.

Una orientación es intentar establecer cierto marco y apostar, direccionarnos a habilitar algo
de la pregunta del deseo porque detrás de todo eso hay un deseo dando vueltas. Intentar que
esa angustia se capitoné, se sintomatice, se consista en un síntoma porque es la única manera
que tenemos de interpretar. Ahí si lo podemos poner a trabajar en transferencia.

Cuando estamos frente a la angustia que arrasa no se interpreta porque no tiene efecto. Lo
que se necesita es el deseo del analista. Que pueda encontrar un lugar en el Otro, armarle
otro. Si estamos ante el pasaje al acto hay que armar el Otro. Hay que introducir un tiempo de
espera. En la angustia se come un poco el tiempo del medio, hay que instalar algo de ese
tiempo, dar un tiempo para que se pueda desplegar algo de la angustia, para que algo pueda
ser dicho, prestarse uno a eso. Damiano dice que en la clínica de la angustia hay que recuperar
esa tradición freudiana que oponía palabra – acción. Se actúa lo que no se puede tramitar por
la palabra. El acting y el pasaje al acto son respuestas frente a la angustia cuando hay algo de la
mediación simbólica que tambalea. La posición del analista no es sentarse a esperar que
aparezca la asociación libre, sino que tiene que ver con más del acto del analista, del deseo y
presencia del analista. Por ejemplo, decirle “cualquier cosa me llamas”, poder tocarlo,
ofrecerle una entrevista en cualquier momento. Es como armar una red y un sostén. Porque
cuando alguien está muy angustiado todos los parámetros y recursos que se sostenía
tambalean, habíamos dicho que le tambalea el fantasma y eso hay que ir como armando
nuevamente.

En un momento en el cap. IX dice que el acting es un síntoma o una cosa así, lo que trabaja es
un punto en el cual coinciden, pero son dos cosas totalmente distintas. Va a decir que tanto el
síntoma como el acting muestran algo distinto de lo que es, pero son de naturaleza distinta. En
el acting hay una conducta, a veces algo fenoménico y en el síntoma también. Pero son de
naturaleza distinta, el síntoma en su naturaleza es goce, se basta a sí mismo, no hay llamado ni
dirección al otro.

Lacan se pregunta ¿cómo actuar frente al acting? ¿Cómo hacer entrar el elefante salvaje en el
cercado? Toma una idea de una colega que es un poco lo que uno puede pescar con Little y el
caso de Frida que da como tres indicaciones y el refuta las tres: interpretar, prohibir y reforzar
al yo. Interpretar la rechaza porque nunca toca nada, no tiene efectos; prohibir porque en
tanto es una indicación estás reforzando el acting, se constituía como amo; y el reforzamiento
yoico no porque siempre es por identificación, reforzar el yo es a través de la persona del
terapeuta. Si lo que es interesante es que si hay un acting hay un llamado al otro, en un punto
es que si uno es el analista y hay una transferencia instalada hay que leerlo como un infortunio
del acto analista, hay que ponernos a pensar si no hay algo de sordera del analista, si no puede
que esté dirigido a uno.

Entonces, dirección de la cura, estar advertido de eso cuando sucede en análisis. Y siempre
esta posición de barrarse, de alojar, de dar lugar, de que haya acto por parte del analista, que
haya deseo.

Ahora vamos a tratar de pescar esto con el caso de Frida y el de la joven homosexual.
Comenzamos por Margaret Little, por un lado, tenemos su texto y, por otro lado, como lo
trabaja Lacan. La idea de tomar esta autora porque ella se expone y brinda un material que
está bueno porque enseña el caso de Frida, por eso Lacan trabajando acting out lo toma. Ella lo
que propone es un símbolo, la R que lo llama la respuesta total del analista a las necesidades
del paciente. Hace todo un trabajo en relación a las necesidades, el concepto de
responsabilidad en esta hace esta distinción que no puede ser a cualquier costo, pero si el
analista es responsable de sus intervenciones y lo relaciona a tres clínicas: psicosis que dice
que hay responsabilidad compartida porque a veces es necesario internar, por ejemplo; la
neurosis que también hay responsabilidad compartida porque se le puede adjudicar al
neurótico que se haga responsable de alguna parte y una clínica que estaría en el medio que lo
llama trastorno del carácter, psicóticos limítrofes en los cuales es muy difícil adjudicarles cierta
responsabilidad.

Esta clínica que es la que ella trabaja, entre la neurosis y las psicosis son un poco las
presentaciones del acting y desde esa lógica es que está el caso Frida que Lacan va a tomar
para mostrar tres virajes si se quiere o tres momentos claves en el tratamiento, en lo cual
pareciera que algo funciona y se pregunta qué es y por qué.

El caso Frida es un caso de 10 años de tratamiento. Es derivada por dificultades con su marido
e hijos. Padecía de una erupción en la piel que afectaba mayormente su cara, vulva y la parte
interior de sus muslos. La infancia había sido muy traumática. Padres judíos, padre brillante,
egoísta y megalómano; su madre mezquina y falsa. Es la hija mayor a quien le dejaron a cargo
la responsabilidad de cuidar a sus hermanos. Además, los padres tenían la expectativa de tener
un varón. Los padres eran muy severos, le pegaban mucho. Ambos la explotaban de sus hijos.
Cuando tenía 4 años la curaron de la masturbación sometiéndola a un baño de agua fría. Frida
roba.

Lo que dice Little es que los primeros 7 años se caracterizaron por una falta de la propia
terapeuta de lograr que se instale una transferencia. Hubo muchas interpretaciones
transferenciales, pero todas carente de sentido para ella. Repentinamente hubo un cambio
drástico porque vino un día fuera de sí de pena, vestida toda de negro, en extrema aflicción
por el fallecimiento de una amiga de los padres, Ilse. La hipótesis de Little es que la
transferencia había estado puesta en Ilse. La cuestión es que estaba muy deprimida, durante 5
semanas su estado se mantuvo inalterado, no comía ni dormía, su vida corría riesgo.
Finalmente le dijo lo doloroso que era verla así, no solo para su familia sino también para ella.
La terapeuta atravesada por su angustia le dice que le afecta lo que le pasa. Eso si tuvo un
efecto, es uno de los virajes del tratamiento. Dice también que hubo dos antes: la primera era
cuando escuchaba por enésima vez un relato interminable de un pleito con su madre por
cuestiones de dinero, era aburrido y como de costumbre ninguna interpretación le llegaba. Esa
vez le dijo que estaba segura que el contenido de su discurso no era lo importante, que era
defensivo y agregó que tenía dificultades para mantenerse despierta por estar aburrida. Otra
vez en la cual, cuando Little estaba modificando su consultorio y todos los pacientes le hacían
comentarios del consultorio, cuando Frida llegó a su sesión ya era tarde y también hizo un
comentario al respecto, Little ya cansada le dijo básicamente que no le importaba su opinión.
Después de esto le dijo que por primera vez se había convertido en una persona real y que era
muy diferente a su madre.

Además del cap. IX del seminario X hay otros dos apartados, uno trabaja el caso de la joven
homosexual y otro trabaja el caso de Margaret Little. En este último lo que dice es que sólo
estamos en duelo por alguien de quien podemos decir “yo era su falta”, el lugar que uno tiene
de ser la falta del otro, por eso es que tenemos un lugar precioso para el otro, en el deseo del
otro. Dice que si tuvo efecto esa intervención (que no tenía intención de interpretación) es que
son intervenciones donde el analista interviene desde la pura angustia, interviene dividido, sin
saber que hacer. Por lo menos había una persona en la cuál ella podía ser su falta, cosa que no
podía pasar con los padres. La posición de los padres la podríamos marcar como que no había
mucho lugar para ella, no había mucho deseo.

El robo era un acting, robaba cuando la mamá venía a visitarla. Podríamos pensar cómo ese
Gran Otro se encarna en algún otro, pero cuando decimos que se dirige a otro es a Otro con
mayúscula. Ahora, si está en análisis nosotros estamos ubicados un poco en ese lugar,
entonces tenemos que hacer algo con eso. No es que se dirige a otro con minúscula. Es decir,
no hay que buscar la persona detrás del Gran Otro.

Lacan del robo como acting dice “le muestro un objeto que he quitado por la fuerza porque en
algún lugar hay otro objeto, el mío, el a que merecía ser considerado”, como que extrae el
objeto a la fuerza porque no ha tenido lugar en el deseo del Otro. Lo que hacía Little eran
intervenciones de la índole de la prohibición, cosa que para Lacan no funciona así. Con el
objeto a tenemos una relación extima, está en el campo del otro si bien es propio. Cuando está
muy cerca nos angustiamos, en el caso del psicótico Lacan dice que está en el bolsillo. Cuando
los pacientes se la pasan de acting en acting, podemos pensar que estructuralmente algo
estuvo medio fallido que hace que ese objeto lo tenga todo el tiempo medio encima.

Ahora vamos a pasar al caso de la joven homosexual. Mujer de 18 años de alta clase social que
disgusta a la familia porque mantiene relaciones con una mujer mayor, una cocotte. Se la pasa
esperándola y esperando su compañía, solo se interesa en ella. Hay dos conductas opuestas
que desagradaron a sus padres: 1) que camina acompaña de esta dama sin escrúpulos de
manera pública; 2) que oculte o engañe para encubrir sus encuentros.

Un día el padre se cruza a la hija acompañada de la dama y le lanza una mirada de desprecio.
La joven se tira a las vías del ferrocarril, hay un intento de suicidio leído como pasaje al acto.
Seis meses después de eso, se acercan al psicoanálisis para revertir su homosexualidad. El
padre estaba empeñado en que se curaba, la madre no estaba tan enganchada con eso.

La joven en análisis no podía imaginar otra clase de enamoramiento, pero por el bien de sus
padres se prestaba al análisis. Si bien no había nada de lo corporal que la marcase
masculinamente en sus conductas con el objeto de amor era de tipo masculino. Freud dice que
ama desde una posición viril.

La joven atravesó su infancia de manera poco llamativa, atravesó el Edipo de manera normal y
más tarde empezó a sustituir al padre por el hermano mayor. No hubo traumas en la
adolescencia. No aportó al análisis ningún síntoma histérico. Tuvo cierto interés en la
maternidad, quería tener un hijo varón que fuera del padre. Esto coincidió con el nacimiento
de un tercer hermano. La dama amada sería un sustituto de la madre. Esta es la coyuntura en
que empieza a verse con la dama.

Freud interpreta que el joven estaba en la fase del refrescamiento puberal del complejo
infantil de Edipo y se le hizo cc el deseo de tener un hijo, icc que fuese del padre y no fue ella
sino la madre quien tuvo ese hijo. Por eso, la madre en el icc la madre es la competidora
odiada.
Cuando se cruzan la madre que lanza esta mirada furiosa ella le dice a la dama que ese era su
padre y ahí la dama le pide que no la busque más, le dice que ya no la puede ver. Ahí se tira a
las vías. Lo que se puede ver es que la dama habló igual que el padre y dio la misma
prohibición. Posteriormente en el análisis surge que su intento de suicido que fue un intento
de castigo auto punitivo y que fue un cumplimiento de deseo.

Lo que interesa del historial es entender la lectura que le da Lacan a la escena del pasaje al
acto. Lacan trabaja algo del nacimiento y dejarse caer, juega un poco con el termino alemán
que es niederkomen (algo así) donde confluyen dos concepciones que es parir y caer. Freud
está muy insistente con la idea de que ahí lo que estaba en juego era un deseo de parir porque
para él la coyuntura que hace que elija a esta dama era de que quería ser madre y a los 13 o 14
años nace su hermano, la que tiene un hijo es la mamá y no ella y eso bruscamente hace que
ella empiece a elegir mujeres mayores y que realmente fueran madres. Entonces, desde ahí es
que hace esta lectura de que el arrojarse confluye en estas dos ideas, el caer y el dejar caer
que tiene que ver con la mirada de rechazo, desprecio y anulación del padre, pero también
algo de ese deseo de parir. Lacan dice que lo novedoso del seminario X es el objeto a, entonces
acá está pensando en la dimensión real y piensa el pasaje al acto en relación al objeto y a esto
que trabajamos hoy y por lo tanto esa idea de parir que trae Freud le queda corta, deja por
fuera la dimensión real. Lo que dice Lacan en relación a ese término es que en todo caso ese
niederkomen hay que pensarlo más en la relación del sujeto con el objeto y no en relación al
deseo de parir.

Ahí, en el seminario X en relación a ese pasaje al acto dice que están delimitadas las
coordenadas del pasaje al acto a partir de una estructura que es el dejarse caer y quedar
confrontada a ser puro objeto. Freud dice que si algo interesa más que lo que la dama le dice
en ese momento de la escena es la mirada del padre. Lacan dice también que el
desencadenante es la mirada del padre y dice “la confrontación del deseo del padre sobre el
que está constituida toda su conducta, con esa ley que se presentifica en la mirada de aquel,
hace que ella se sienta definitivamente identificada y al mismo tiempo rechazada, deyectada
fuera de la escena”. O sea, lo importante es como la mirada del padre es lo más
desencadenante para el pasaje al acto y que hay algo de esa mirada que hace que ella quede
expulsada de la escena. Dice que se dan dos coordenadas para el pasaje al acto: a)
identificación del sujeto con el objeto; b) confrontación del deseo y la ley. Esto que no explica
lo pensamos así… en la teoría psicoanalítica el padre es aquel que porta la ley, es el legislador.
Deseo y ley son dos caras de la misma moneda, está haciendo referencia a esa, a la prohibición
y la ley y su otra cara que es el deseo. Algo de la instalación de la ley posibilita el deseo.
Entonces, en el caso de la joven la prohibición está haciendo un poco ese juego, hace que la
dama se convierta en un objeto deseable. Entonces se dan las dos coordenadas, el padre
legislador que prohíbe ese vínculo y en eso posibilita algo del deseo y la dama como objeto de
deseo y por otro lado, con la mirada la expulsa de la escena y queda identificada al objeto. Esto
es porque cae de la escena, no hay Otro, no hay mundo.

Es como que ante la pregunta ¿qué me quiere el otro? que icc está dirigida al padre, la
respuesta es NO y ahí cae de la escena.

10/08/2022

Nos vamos a detener en De una cuestión preliminar que es uno de los textos centrales para
pensar cómo entiende la causalidad de la psicosis Lacan y la quita del campo de la organicidad.
Una aclaración que tiene que ver con una posición ética y política en relación a la psicosis que
Freud ya la saca del campo de la patologizarla, ya nos hablaba de que en la neurosis también
uno puede perderse o alejarse.

En Introducción del narcisismo Freud también nos habla de la parafrenia, de tres momentos
que se atraviesan, y menciona al delirio como restitutivo. Este último tiene que ver con volver
a ligar la libido a los objetos y el momento patognomónico es cuando se quita.

En la neurosis podemos hablar de síntomas como formaciones del icc, en la psicosis hablamos
del fenómeno elemental, es ese fenómeno de cadena rota, el S1 suelto, que el paradigma es la
alucinación o lo podemos ver como la interpretación delirante que no es lo mismo que la
metáfora. La interpretación también la podemos entender como fenómeno elemental.

Soler hace un recorrido, toma el texto de Lacan La instancia de la letra donde postula el
síntoma como metáfora y el psicoanálisis puede intervenir en la medida de un desciframiento.
En la psicosis no encontramos el síntoma como metáfora sino síntoma como letra, de lo que
no es articulable en la cadena significante. Ahí nos da un pie para adentrarnos en la psicosis.
De una cuestión preliminar es un texto de 1958 y allí reordena la clínica psiquiatrica en relación
a la libido de Freud y a la ética del significante de Saussure.

Es importante rescatar pensar a la psicosis como resultado de una causalidad significante. La


psicosis como un avatar del sujeto donde el sujeto es un efecto del lenguaje. Lo quita del
campo de lo orgánico, de lo biológico para pensar en la estructura del lenguaje, en la posición
del sujeto en relación al lenguaje.

Acá es cómo va a entender a los fenómenos de la psicosis, que es como decíamos recién, la
ruptura de la cadena significante. Habla de laS psicosis porque podemos hablar de distintos
tipos clínicos: esquizofrenia, paranoia, manía, melancolía, etc. Después está lo singular de cada
tipo clínico. Entonces el paradigma del fenómeno de cadena rota va a ser la alucinación y lo
podemos entender como la forclusión del nombre del padre, es una cuestión significante.

Plantea que este significante que no se inscribe retorna en el registro de lo real. Este S1 suelto
dice Soler, que no se enlaza a un S2 también tiene una carga libidinal, pensarlo también en
relación al goce. Le retorna al sujeto como un goce en más. Entonces la diferencia entre
Seminario 3 y De una cuestión preliminar para ubicarnos es que en el Seminario 3 ya habla del
mecanismo de la forclusión y del mecanismo del padre, pero no los anuda. Por primera vez va
a hablar de la metáfora del padre en De una cuestión preliminar.

Dice que es una metáfora que le da significación ante la pregunta del qué soy ahí. Sustituye el
deseo de la madre por el deseo del padre y da una nueva significación que es la significación
fálica. En la psicosis ante la ausencia de esa operatoria no hay significación fálica. La metáfora
paterna es un cambio, una reactualización en cómo plantea el Edipo.

Esto no lo tenemos que entender como patologizante sino que pareciera que hay una clave de
lectura en función de la neurosis. Pero acá nos habla de algo importante que es que este
operador del nombre del padre puede estar o no. Puede ser sustituido, entonces nos
demuestra que no es el único operador, se relativiza. En la psicosis va a tener que venir algo a
este Nombre del padre.

14/09/2022

14/09/2022
Soler. La idea va a ser centrarnos en el concepto de estabilización. Al principio lo que dice Soler
es que no es un concepto psicoanalitico, dice que se presta a confusión. Va a decir que sí son
conceptos psicoanáliticos las nociones de metáfora y de suplencia.

Ahí ya tenemos una pista para pensar esta noción. Por un lado está la noción de estabilización
que no es específica, pero que la vamos a tratar de pensar desde la lógica del psicoanálisis a
partir de los conceptos de metáfora y suplencia.

Lo que Soler dice es que con los concepto de metáfora y suplencia le vamos a dar un sentido
preciso al término de estabilización, además dice que tenemos que poder decir qué es lo que
se desestabilizó. Además, el facor causal de la desestabilización como la resstabilización.

Entonces para responder ese interrogante apela a hacer una comparación entre neurosis y
psicosis. Lo primero que dice es que en la neurosis vamos a encontrar un modo subjetivo que
ella dice constante y estable, hay fluctuaciones sintomáticas claramente, pero el modo
subjetivo es constante.

En cambio, en la psicosis no. Hay momentos de desencadenamientos, de episodios más


agudos, de desencdenamientos inesperados, pero también hay estabilizaciones enigmáticas y
en transferencia. Dice que la clave va a poder ser entender sobre qué se sustentan esas
reestabilizaciones y desestabilizaciones.

Si queremos pensar en una dirección de la cura en la psicosis tenemos que poder entender
sobre que se asienta. Después dice como otro punto importante que sabemos que tanto
neurosis como psicosis pensamos que tiene estructura de lenguaje, también trabajamos que a
los síntomas en la neurosis los pensamos como metáfora.

Ahí la orientación va a ser descifrar esa significación icc del síntoma. Pero en la psicosis no
encontramos nada de eso, entonces la orientación de la cura no va a ser la misma. En la
psicosis está la forclusión. Acá sitúa la clave de la clínica diferencial. En la neurosis opera la
metáfora y en la psicosis ausencia de metáfora o defecto de metáfora.

Hace una observación muy importante respecto de la metáfora y dice que es un principio de
estabilización porque lo que permite es un punto de detención, de capitonado en el
deslizamiento del significado bajo el significante.

Lo que permite el punto de capitonado es la estabilización del significante y el significado, sin


este hay deslizamiento del S1. O sea, el punto de capitonado es el que engancha significante y
significado. Es la metáfora la que permite fijar y detener la significación.

En la clínica la metáfora que nos interesa es la paterna. Esta implica la sustitución del deseo de
la madre por el significante del nombre del padre y hace surgir la significación fálica. Introduce
la dialectica fálica en lo imaginario, sino todo quedaría reducido a lo especular del estadio del
espejo.

Se pacifica la relación con el yo y el significante. Si algo dice Lacan es que el mundo imaginario
es movedizo, inestable... hasta que no sucede la introducción del mundo simbólico es lo que
da estabilidad. Vemos que este efecto de capitonado va a tener consecuencias clínicas.

Le va a dar su base al sujeto, tiene como correlato la puesta en marcha del proceso de
historización. Introduce la continuidad, la coherencia en la historia. Ahí retoma esto que
muchoas llaman la vida caótica de los psicoticos y se pregunta ¿qué significa vida caótica?
¿Suma de acontecimientos?
No, en realidad tiene que ver con que no hay un discurso que historice, que instale una lógica,
una continuidad. Eso es un criterio clínico diferencial. Cuando el sujeto puede dar cuenta
discursivamente la lógica de la novela, en un sujeto psicótico es dificil, no entendes porque no
hay punto de capitonado.

Entonces, la desestabilización a la psicosis la situamos en relación a un fracaso del punto de


capitonado y va a tener como efecto el desmoronamiento de las apoyatuas imaginarias.

Todo el tiempo trae a Schreber y sitúa como ejemplo cuando desencadena, hay un momento
que es muy claro su regresión al estadio del espejo, cuando le dicen "cadaver leproso que
conduce a otro cadaver leproso". Lacan lo identifica como una regresión a la relación con el
semejante. La autora dice que frente a estos momentos de descompensación lo único posible
va a ser una metáfora de suplencia.

En Schreber lo vemos a través de su delirio. Al comienzo era el perseguido de Dios y luego


termina siendo la mujer de Dios, entonces comienza a interpretar delirantemente cada
acontecimiento de su vida y va construyendo un texto delirante que le permite cambiar de
posición. Ser la mujer de dios le circunscribe una relación con el otro también.

La clínica psicoanalítica nos enseña a trabajar el caso por caso, entonces, muchas veces
aparece esta idea de "que haga lazo", bueno ahí hay que ver cuál es el recurso y la
estabilización para cada sujeto. Muchas veces hay como una cosa de empuje voraz del sujeto a
cualquier cosa sin escuchar cada caso singular.

En el caso Schrber vemos que la solución es aportada por la metáfora suplencia. Allí donde
falta el falo adviene la suplencia que sería ser la mujer de doy. Esta metáfora delirante opera
como función de límite y hace entrar ese delirio en la fronteras que lo parcializan, lo limitan. Le
permite localizarse en relación al otro y no quedar sujeto al goce del otro.

De la misma manera que podemos ver cómo un delirio le permite identificarse, podemos
ubicar qué lo sostenía antes del desencadenamiento. Ahí Lacan marca que hay cierta
identificación que le permite asumir el deseo de la madre.

Esto es un orientador para cualquier clínica, pensar la coyuntura en cualquier presentación.


Estamos frente a una urgencia y lo primero que se pregunta es "por qué viniste hoy?". Ver qué
pasa allí que se volvió tan difícil de soportar. En una eclosión de la neurosis también. Eso nos
marca qué desencadena un sujeto, qué lo empuja al agujero.

En el momento terminal del delirio Schreber obtiene la suplencia, adhiriendo el ideal en el


lugar del padre y la significación de la feminización en el lugar de la significación fálica. Soler
introduce una hipótesis importante: que una metáfora puede reemplazar a otra como
principio de estabilización. Eso tiene que ver con pensar que más allá de la deficiencia del NP
eso puede ser compensado. Se puede encontrar un sustituto con un significante que opere con
una función análoga.

Esto también es parte de la última enseñanza de Lacan. Schreber establece una metáfora de
suplencia con el delirio y lo estabiliza. Joyce que es otro paradigma nunca desencadena,
entonces, algo viene a suplir... no se si lo llamaríamos metáfora de suplencia, pero hay algo ahí
supliendo. El punto es poder pescar que es lo que sostiene.

La idea de suplir parece que hay una falencia, si bien en la primera enseñanza de Lacan está
medio pensado como algo deficitario... después hay una vuelta a darle a eso, en todo caso
podríamos pensar en los arreglos subjetivos de cada quien, porque en realidad no hay algo que
se supla porque el agujero lo tenemos todos.

Por medio de esta metáfora Schreber logra estabilizarse, pero no es perfecta, dice que es una
pseudometáfora e inestable, sabemos que Schreber vuelve a recaer.

Pensemos la estabilización como efecto de la operación de la suplencia. ASí la diferenciamos la


estabilización de lo que sería una remisión de los fenómenos de la psicosis, a nivel del fármaco.
Estabilización como efecto de la suplencia, que es diferente a pensarlo descriptivamente, en el
sentido de que desaparezcan los síntomas floridos.

El significante del NP no es cualquiera, pero lo que cumple es una función y eso es lo


importante porque otra cosa puede venir a cumplir esa función. Hay una orientación que
trabajamos acá que es la de la psicosis ordinaria, que es una orientación lacaniana - milleriana,
y ahí lo que situamos es que la estructura siempre es una psicosis, no hablamos de border.

Si hablamos de la causación de la estructura sigue siendo psicosis. Esto articula mucho con la
época, el significante del NP tiene su expresión en la cultura. Hay una lectura de que esto viene
en declive. También se lo nombra como la época del otro que no existe y ahí hay una lectura
de cómo eso tiene un efecto en el síntoma contemporaneo, en la presentación clínica.

Lo que dice Soler en este texto es que Lacan corrige esa parcialidad y realiza una relectura de
Schreber que complementa. Introduce más la dimensión de lo real del goce, habla del sujeto
de goce para decir que en la paranoia el goce está en el lugar del otro como tal y se puede ver
en los fenómenos de Schreber. Es el objeto vivo de Dios, gozado por Dios.

Es mucho más común escuchar en una paranoia que el otro lo quiere matar, que lo persigue,
etc y en una esquizofrenia cuestiones más a nivel del cuerpo, que los órganos se le salen, que
le hablan, etc. El goce en un lado está puesto en el campo del otro en la paranoia.

Lo que dice Lacan es que cuando opera el NP el goce no está inscripto en el otro sino que está
eyectado y se produce un vaciamiento del goce. Cuando la psicosis está desencadenada el
sujeto psicótico ocupa la posición de resto y el goce del otro lo avasalla. En Schrber también
están los fenómenos del cuerpo, es una esquizofrenia paranoide.

Con esto lo que introducimos no solo la articulación de lo simbólico imaginario sino también
de lo simbólico real para pensar también la estabilización y las consecuencias que implica que
opere la metáfora. Como efecto de la operación de la metáfora paterna lo qe se introduce es la
dimensión del deseo, hablamos de un sujeto deseante y la dimensión de la falta, eso produce
un efecto de ordenar, de eyectar, de sustraer goce del cuerpo.

Inscribe la dimensión de falta a nivel del goce. Eso queda ordenado. En otras palabras lo
podemos pensar cuando hablabamos del objeto a en el campo de la neurosis el objeto a está
perdido y uno lo busca en el campo del otro. En cambio, el psicótico tiene el objeto en el
bolsillo, lo tiene encima. El campo del goce está enquilombado. En la neurosis hay una
distancia.

Si avanza el deseo retrocede el goce, pensemos en esos términos. Si responde la significación


fálica te responde al ¿qué soy? En el psicótico a veces hay respuesta, pero quedás totalmente
objetalizado al lugar del otro. El goce del otro se vuelve invasivo.

Porque cuando veíamos angustia veíamos fantasma, hay algo de la posición fantasmática que
en general nos ubica medio siendo el objeto del otro, como la cochinada.
¿Qué lugar tiene el analista? (51.54)

28/09/2022

Hoy vamos a ver melancolía y manía. En algún momento hablamos de los distintos momentos
de la enseñanza de Lacan.

Como les dije se puede escandir de mil maneras, depende el criterio. Nosotros vamos a
trabajar una primera enseñanza en psicosis (estructuralista, discontinuista) y una última
(continuista, pragmática).

Vamos a enlazar psicosis con síntomas contemporáneos a partir de psicosis ordinaria. En el


medio podemos situar como segunda enseñanza lo que es el objeto a.

Decimos esto porque para pensar la manía y la melancolía es el paradgima desde el cual nos
vamos a parar para pensarlo, a partir de introducir el objeto a o la psicosis maniaco depresiva
(o manía melancolizada dijo Mariana, porque si no pareciera que se condunde el concepto de
manía con el de depresión).

No pensar las enseñanzas como que una viene a superar o sustituir a la otra. De hecho muchas
veces, volvemos a la primera clínica, pero sería una vuelta en más.

Entonces, no confundir manía con depresión. Soler en el texto dice que la depresión "está de
moda", es un síntoma contemporáneo y supone que estemos atentos a eso, pero

no se confunde con una melancolía. Podríamos decir que la depresión es un síntoma trans-
estructural. Ahora, pueden estar bastante cerca. Hay puntos de melancolía en una neurosis
que es necesario intentar discernir.

Hay que estar muy atentos a interrogar el fenómeno, poder situar cuál es la posición del
sujeto frente al efecto depresivo.

Desde la psiquiatría lo que es maníaco depresivo fue estudiado siempre y ha tenido miles de
nombres: ciclodes, doble forma, bipolaridad, etc. El punto es que siempre, o por lo menos con
los manuales actuales

siempre están pensados como un trastorno del humor primero. El acento está puesto en el
afecto y como desvinculado de la dimensión de la causalidad psíquica y no está postulado
como una psicosis.

MELANCOLÍA. El primer antecedente que podemos tomar es el de Freud, pero no lo


desarrollamos porque ya lo conocemos. Tomamos Duelo y melancolía que es un claro
antecedente, en la melancolía no se habla de elaboración que es lo que la distinguiría del
duelo.

Con Lacan Manía y melancolía estamos dentro del campo de la psicosis, son expresiones de la
forclusión. Para hablar de melancolía como en una psicosis hay que hablar de un
desencadenamiento, pero es particular.

El desencadenamiento se produce a partir del encuentro con una pérdida, un objeto en lo real.
Cualquier perdida no da igual, pero el punto es el desencadenamiento de la melancolía.
A partir de una perdida en lugar de elaborar o arranque un proceso de duelo arranca una
melancolía que produce una alteración en las funciones del sujeto. El sujeto queda como
detenido, se afectan las esferas de su vida.

Podíamos pensar a partir del seminario X por el objeto. En la melancolía lo que pasa es que el
objeto a es que el sujeto se identifica. Identificación al objeto a como resto. En la angustia el
objeto se presentifica, está cerca, pero no hay identificación.

En el pasaje al acto decíamos que había una identificación total al objeto, pero es en ese
segundo, acá se trata de una identificación que se sostiene.

Aparece esa característica del sujeto como indigno y en eso hay una certeza. Hay una certeza
de ser un ser de desecho. Hay una certeza delirante, inconmovible, única, clara e
indialectiable. Esto último es lo que fija, lo que caracteriza una psicosis.

No se relanza a otra cosa, no hay otra cosa que esa respuesta.

Soler divide en dos grandes fenómenos la melancolía, por un lado los de mortificación y por
otro el delirio de indignidad/culpa. Los fenómenos de mortificación son típicos, abulia, apatía,
aplastamiento subjetivo, eso que Freud podía decir en términos de la vuelta al propio sujeto,

la imposibilidad de investir objetos. Puede llegar a afectar la vida total del sujeto y a
situaciones de mucho riesgo. Hay que hacer una distinción, depresión y lo que llamamos el
dolor de existir es de todo ser hablante, porque tiene que ver con el efecto que tiene el
lenguaje sobre el parletre, sobre el cuerpo. Produce menos de goce. Cuando decimos que hay
algo del orden la castración que se instala lo que estamos situando es eso, es una pérdida, un
menos de goce, la castración ordena algo de todo ese goce,

se inscribe la dimensión fálica, la dimensión deseante y hace que salgamos a buscar el objeto
perdido y reencontremos parcialmente algo de eso en el plus de goce.

Todo esto para decir que el dolor de existir es propio de cada quien. En el caso de la melancolía
eso está como en estado puro, no mediatizado, no velado.

Aclaración personal de Mariana: ese dolor de existir menos velado es una característica efecto
de la forclusión. Hay muchos estudios recientes que hasta postulan como hipótesis la idea de
que en todas las psicosis hay un núcleo melancólico de base.

Esto es porque la forclusión de por sí o esto que Lacan llama el desorden en la juntura más
íntima del sentimiento de la vida del sujeto, eso ya de por sí produce un efecto de vacío
porque lo que no está en juego es la dimensión fálica.

Cuando algo de eso está fallido es difícil de situar, el desorden en la juntura... es lo


característico de la psicosis y después hay distintas maneras de pensar eso. Por ejemplo, en la
melancolía va a tener que ver con la pérdida y a su vez singularmente lo que cada quien hace.

Y después está el delirio de indignidad, que es una manera particular de hacer con la pérdida.
Va a decir que el sujeto eleva la falta a la culpa y la toma a su cargo, o sea, se siente culpable. O
sea algo que puede ser una pérdida la eleva a la dimensión de la culpa y además la toma a tu
cargo, vos sos el objeto.

La falta se refiere a la pérdida del objeto. Soler dice que es una culpa decepción, única e
inmensa. Considera que en algún lado está eso malo y lo toma a su cargo. Muchos psiquiatras
llamaron a eso megalomanía de la culpa.
Cuando hablamos de delirio no es el delirio florido, lleno de síntomas positivos sino que tiene
que ver con la certeza inconmovible de ser un objeto de desecho. A partir de la certeza de que
su ser es un desecho es que no sale de ahí.

El delirio florido de un paranoico por ejemplo, te arma un complot. Para pensar en un delirio
elaborado y articulado uno piensa en una cadena significante podríamos decir, en este caso lo
que tiene es lo inercial, si hay algo que lo define es que está como petrificado, mortificado y
mucho de ahí no sale.

Acá hay una respuesta frente a la pérdida, el tema es que lo deja en un lugar muy difícil, al
borde del pasaje al acto. El delirio no pareciera ser sistematizado porque lo que hay es solo
eso, no hay posibilidad de que eso enganche y relanzar. Esa es la diferencia que hay con un
delirio paranoico que empiezan a articular y puede haber algún punto de capitonado.

En este caso no sale de ahí, es una certeza que lo aplasta. Es una respuesta que fija y no enlaza,
a diferencia de otros tipos de respuestas. Su ser llega a un punto de desecho hasta con su
propio cuerpo, dejan de bañarse, de comer... es super riesgoso. El retorno del fenómeno real
es una desvitalización, un dolor de existir y una desidia que por más que no haya delirio de
indignidad se escucha.

Al melancólico a veces lo sostiene un ideal y ahí es un poco más sutil, pero donde se pierde eso
se desestructura.

Entonces, los fenómenos de goce se traducen en ser indigno, delirio de culpa, desvitalización,
identificación al objeto a y que los deja muy solos, no es como una paranoia donde hay un otro
malo. Queda a merced de la sombra del objeto.

Hay identificación al objeto a porque el objeto no está ¿abstraído/extraído?

MANÍA. En el DSM aparece como una variación del humor que oscila desde la depresión hasta
la manía. Nosotros seguimos pensandola como una psicosis. Para los psiquiatras tiene esta
característica de que está fuera de toda causalidad psíquica.

Lacan no va a poner el acento en la tristeza, en al afecto o en el humor. En el caso de la manía


habla del filo mortal del lenguaje como retorno de lo real. Vamos a pensar que quiere decir
con esto, la manía la piensa en términos de aquello que retorna en lo real es el filo mortal del
lenguaje, es un poco lo que dijimos para la melancolía,

lo que retorna no es el significante suelto sino que dice que lo que retorna es la cadena
mortífera del lenguaje. Podríamos decir que en la última enseñanza de Lacan lo simbólico está
dividido en dos: lenguaje y lengua. El lenguaje es una articulación significante, la lengua es eso
que no articula, enjambre de significantes. Es puro goce que produce una excitación maníaca.

O sea, hay algo que retorna y si la característica de la lengua no está cifrada como lenguaje,
eso es puro goce. Eso cuando retorna invade el organismo y altera todas las funciones. O sea,
la manía sería el polo opuesto a la melancolía.

En la manía encontramos que el área del pensamiento, del lenguaje, del habla, del cuerpo
están en un sin freno absoluto, en un sin parar. Si hay una característica que permite pensar la
manía es la metonimia, hay un empuje imparable.
Vive en un hacer frenéticamente. Lo difícil de trabajar con la manía es que el momento del
episodio maníaco no lo es como un malestar, de hecho cuando se compensan añora ese
tiempo.

En la manía también hay una pérdida, es una forma de suturar la pérdida. Es muy raro
escuchar que un depresivo se vuelva manía, es más común escuchar algún sujeto con episodio
maníaco que no haya hecho un episodio melancólico. Son sujetos hiperconectados, hiper
atentos, no tienen sueños, son una máquina de laburar, etc.

Los psiquiatras tienen mucho cuidado con lo que es dar antidepresivos porque si la persona
está en un estado melancólico puede pasar a un estado maníaco. De no tener fuerzas, se
termina matando, por ejemplo. Jamás se da un antidepresivo por guardia. La manía es un
estado re peligroso, pueden pasar días sin comer.

PELÍCULAS: SILVIA Y LOCO POR ELLA.

Entonces dijimos que si hay algo que caracteriza a la manía es el deslizamiento metonímico, la
figura princeps para poder pensar una manía, que tiene esa cosa de la excitación, de la euforia,
un no poder parar a nivel del habla, de la acción, del pensamiento. Lo que se escucha es la falla
metafórica. Es la contracara de la melancolía porque en un lado hay petrificación, algo
mortífero y en el otro hay una cosa alocada de un no poder parar, sin freno.

En los dos podemos decir que hay una característica de que no hay tiempo, ya sea por el
arrasamiento o por la fijeza inercial.

¿Cuál es la función del objeto en el lenguaje/discurso? La función es permitir la metáfora, el


enganche, la significación. Entonces, podríamos decir que en la manía no funciona el objeto.
Lacan dice que el sujeto maníaco no tiene el lastre de ningún objeto a, queda librado a la pura
metonimia infinita en la cadena significante. No hay nada que amarre a la cadena, queda
arrasado a la cadena significante.

En la manía eso que retorna es un sin parar, un enloquecimiento que es goce desregulado que
altera las funciones vitales, no es andar un poquito contento y no hay articulación significante
por más que hable. En realidad no es que habla, es un decir, es puro S1, no hay abrochamiento
de sentido.

Cuando se pasa de un estado a otro es muy común no poder situar qué es lo que produce el
paso de un estado al otro y es necesario poder situarlo porque es muy ordenador, pero resulta
difícil situar algo de eso. Ahí pasan de un registro a otro sin pausas.

Hay una localización de goce total. Nieves Soria cuando habla de los sujetos melancólicos sitúa
muy bien algo que es el rechazo al saber, al saber del icc podríamos decir. En realidad ella va a
plantear que hay un rechazo a lo simbólico. Hay un retorno de lo simbólico generalizado.
Cuando se habla de rechazo del icc en estas estructuras, posiciones, es del icc en tanto
simbólico, porque también se escucha al sujeto psicótico como mártir o el icc a cielo abierto.

No confundir el afecto depresivo con el rechazo al icc. La cobardía moral tiene que ver con el
deseo y el rechazo al icc tiene que ver con cierto efecto mortífero. Muchas veces las psicosis
maníaco depresivas tienen menos deterioro que una esquizofrenia o melancolías puras.

05/10/2022
La semana pasada en la época más estructuralista de la psicosis vimos manía y melancolía,
después está psicosis ordinaria y de ahí nos vamos a síntomas contemporáneos.

Psicosis en la época estructuralista es un paradigma discontinuista porque era neurosis o


psicosis. La primera enseñanza la situamos en el seminario 3 y en De una cuestión preliminar...
como los textos más importantes. La presencia o forclusión del nombre del padre tiene esa
característica de divisor de aguas entre neurosis y psicosis.

Es una época donde Lacan pone todos sus esfuerzos para establecer la causalidad, la
determinación y las características del fenómeno psicótico a partir del significante, a partir del
lenguaje.

¿Qué es la alucinación? significante suelto. Lacan dice que al principio lo que hay habría un
mundo imaginario que es inestable, relación madre - hijo, donde es necesario que aparezca
algo del orden simbólico para estabilizar algo de ese mundo. La metáfora paterna era ese
significante del nombre del padre que viene a sustituir el deseo de la madre que es un deseo
enigmático y aparece una significación que es una significación fálica.

Esta última es la que posibilita introducir la dimensión de la falsa, lo deseante, sujeto dividido y
también organizador de la sexualidad.

A partir de esto Lacan conceptualiza la psicosis como la forclusión del nombre del padre. Acá
hay una concepción de psicosis más deficitaria porque toma como modelo a la neurosis. Se
produce la forclusión del nombre del padre que a su vez ese agujero producía una disolución
imaginaria. O sea, hay dos agujeros, en lo simbólico en la forclusión del significante del nombre
del padre es un agujero que produce un agujero en la significación fálica. Si no hay esto, no hay
esto otro.

Esto no es tan importante, pero es interesante plantearlo porque es un antecedente que va a


tomar Miller para hablar de la psicosis ordinaria. P sub cero y Phi sub cero. Phi es la
significación fálica, entonces el phi sub cero es que no hay significación fálica. Cuando habla de
P subcero es que no hay significante del nombre del padre, hay forclusión. En el texto de Miller
de Efecto retorno... Se basa en esta distinción para pensar que podríamos tener una cosa y no
la otra.

La disolución imaginaria es cuando se desencadena. No puede estar el agujero de la


significación fálica si no hubo antes una forclusión del significante del nombre del padre. Pero
él juega con esa distinción.

La significación fálica dijimos que inscribe la dimensión de la falta, cuando hay el orden
simbólico interviniendo lo que tenemos es una substracción de goce. En otro términos, cuando
la madre y el niño están en ese primer mundo imaginario ahí hay goce materno. Entonces, hay
algo del orden simbólico que ordena la dimensión de goce, substrayendo goce.

A partir de ahí podemos hablar de un goce en el cuerpo más ordenado. Si tenemos la no


metáfora paterna, no hay significación fálica, es decir que no tiene esa significación para
responder a cuestiones vinculadas al deseo, ahí no tiene como responder. O sea, cuando tiene
que responder y no tiene la significación fálica aparece un vacío de significación. Cuando hay
una descompensación que es esa coyuntura dramática del encuentro con Un padre y cuando
tiene que dar una respuesta tenemos vacío de significación luego viene la perplejidad lo que
viene después es la certeza o significación de significación.
Es decir, esto de "no se que quiere decir, pero me concierne". Después puede venir la
construcción del delirio, la metáfora delirante.

A grandes rasgos es el desarrollo de Lacan de la primera enseñanza en relación a la psicosis.


Ahora vamos a pensar la psicosis ordinaria desde la última enseñanza, pero no pensando que
es mejor que la otra y demás. Ya en De una cuestión preliminar...(primera enseñanza) Lacan va
a decir que la psicosis es un desorden en la juntura más íntima del sentimiento de la vida del
sujeto. Al final de su texto, va a decir que la psicosis rechaza la impostura paterna. Lo que está
queriendo decir es que para que se de la inscripción del significante del nombre del padre el
sujeto tiene que consentir a creer en su función. En un punto sitúa que hay una insondable
decisión del ser.

Y ya eso es un antecedente para corrernos de pensar a la psicosis en términos de déficit. El


sujeto tiene que consentir, tiene que creer en la función paterna. Ya no tiene que ver solo con
lo que pase en el otro.

Miller: Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria y el de Matet se llama El psicoanálisis, las
locuras y las expresiones del malestar. Eso está en la bibliografía de teóricos (creo). Después en
TP hay 5 apartados de Maleval y en la página solo hay tres. De cualquier manera lo importante
ahí es la introducción, después son todos casos.

Miller va a llamar psicosis ordinaria a la que vamos a ver ahora, la última enseñanza. La psicosis
típica, más clásica, va a quedar nombrada como psicosis extraordinaria porque esa psicosis
clásica es la clínica, la que tiene síntomas positivos. Cuando hablamos de psicosis ordinaria
hablamos de un paradigma más continuista y el caso princeps es el caso Joyce.

Al final de su enseñanza va a ser a la inversa, es decir, la psicosis es lo que permite pensar


como modelo a la neurosis. Recuerden lo que estudiamos como el universal negativo, el no
hay relación sexual, la idea es que hay un agujero para todo ser hablante y sobre ese agujero
hay que empezar a construir. El agujero es lo real, entonces eso que empezamos a tejer es
puro sentido, por eso se dice que es delirante porque el delirio es eso, sentido, articulación
simbólica imaginaria. Entonces, Lacan dice que en realidad todos somos locos o todos somos
delirantes, en este sentido. Por lo cual, quién mejor para saber sobre el delirio que el psicótico.

Lo que ahí sucede es un abrochamiento entre los tres registros, anudamiento entre lo
simbólico, lo imaginario y lo real. Podríamos decir que hay un anudamiento estándar que es el
de la metáfora paterna, un hacer o un saber hacer sobre ese agujero. Habíamos dicho que el
nombre del padre es una función que es la de anudar los tres registros, entonces puede venir
otra cosa a anudar esos tres registros que no necesariamente sea el significante del nombre
del padre. Lo que importa es que es una función, lo que hace ese significante. Entonces, hay
otros anudamientos y eso ya nos da una pista de lo que es la psicosis ordinaria. La idea es que
se empiece a pescar esto de que pueda venir a cumplir la función alguna otra cosa.

Por eso se habla de la pluralización de los nombres del padre. Y así llegamos a la psicosis
ordinaria. En algún momento empezaba a pasar esto de que aparecían casos "raros" y había un
montón de teorías y posturas para dar cuenta de eso. La psicosis ordinaria no es una bolsa de
gatos, no es que todo lo que no se sabe muy bien pasa a ser una psicosis ordinaria. No
pensarlo como border, porque este no es ni neurosis ni psicosis. En cambio, en psicosis
ordinaria estamos hablando de una manera de conceptualizar la psicosis. La estructura clínica
no es una nueva. Ahora, como hablamos de histeria y obsesión, podemos hablar de psicosis
ordinaria y extraordinaria.
Es un concepto que trae Miller en 1998 que lo primero que va a decir es que no es una
categoría lacaniana, lo propone como un programa de investigación. Maleval dice que
tampoco son los síntomas previos a una psicosis desencadenada porque eso sería prepsicosis.
Una psicosis ordinaria es un modo de funcionamiento subjetivo específico. Un psicótico, pero
que nunca se manifiestan los síntomas positivos o lo hace de una manera muy sutil. Cuando los
escuchar se te aparece esto de "mmm, esto es raro". Miller dice que de este programa de
investigación hay dos consecuencias, una es que se vuelve necesario precisar la estructura
neurótica y que no sea un fondo de pantalla y la segunda es esta idea de la psicosis
generalizada, esta idea de que todos deliramos.

La psicosis ordinaria tiene que ver con la pluralización de los nombres del padre, es decir, de
que algo viene al lugar de esa función que cumplía hasta ese momento el significante del
nombre del padre. Lo que nos viene a brindar es lo que le decimos la lectura de pequeños
índices o la clínica de la sutiliza o de las piezas sueltas o del divino detalle. Esto va a dar cuenta
del desorden de la juntura más íntima del sentimiento de la vida. El desorden hace referencia a
que hay algo que no anda bien y si hablamos de desorden es porque algo de lo simbólico falló
porque lo que hace lo simbólico es ordenar. En la juntura más íntima del sentimiento de la
vida... una cosa que nos importa mucho decimos que tiene brillo fálico, entonces si tiene este
brillo ya nos cambia, tiene que ver con el deseo.

Lo que dice Miller ahí es que eso va a tener que ver con la relación que el sujeto tenga con el
mundo, con su cuerpo y con sus propias ideas. Es lo que llama una triple externalidad. A una le
va a llamar social, subjetiva y corporal. La social remite a una identificación del sujeto por una
función social, en positivo o en negativo, o sea, ya sea que no puede asumir determinada
función, rol social o a la inversa, está subrayada... alguien super rígido. Es decir, en detrimento
o demasiado exagerada.

La corporal... La vuelta que le da Lacan al cuerpo en la última enseñanza es que para tener un
cuerpo hay que hacer un trabajo, para que tenga cierta consistencia tiene que haber un
trabajo de apropiación. Entonces, la externalidad corporal es cuando hay cierto desajuste en
ese vínculo cuerpo - sujeto. Miller dice que cuando hay un tema en ese trabajo de apropiarse
del cuerpo entonces se inventan algunos artificios. Lacan en el seminario 23 dice que el cuerpo
siempre tiende a desprenderse.En la psicosis ordinaria muchas veces hay que hacer al modo
de una prensa para retener ese cuerpo. La tercera es la subjetiva que es esa experiencia de
vacío indialectizable, es la que manifiesta de la mejor manera eso que llamamos el desorden
en la juntura...

En la psicosis ordinaria también se tiene que verificar el tipo clínico, hay que ver si se trata de
una psicosis ordinaria paranoica, esquizofrénica, melancólica.

Maleval dice que la psicosis ordinaria constituye una clínica de los tiempos de ahora, o sea, de
la clínica actual. Característica como síntoma contemporáneo. Una de las maneras de nombrar
la época actual es una época del otro que no existe. Entonces, se trabajan un poco las
características de la época. Aquellos ideales, ordenadores simbólicos que en la sociedad
permite regular el goce, el lazo al otro. Hay una caída de todo eso, pierde valor y en su lugar
avanza la ciencia, el capitalismo y el mercado. En el discurso capitalista está el sujeto tachado,
no es un sujeto dividido por la dimensión deseante como en los otros, el sujeto es consumidor,
lo que le falta es el goce. Hay un empuje del discurso a tapar todo el tiempo la falta con un
objeto. Hay un imperativo de gozar. También hay una idea de uniformizar los goces y en vez de
que el lazo con el otro esté regulado por un ideal, por una identificación es a partir del goce.
A eso le llaman comunidad de goce. Hay un tratamiento del goce por el objeto. Hay un autor
que dice que hablamos de síntomas contemporáneos porque hay un problema con el goce, ya
no encontramos ese síntoma metafórico sino que viene con un síntoma de pánico, por
ejemplo.

Algunas ideas para pensar la dirección de la cura o para orientar la clínica. El paradigma de la
psicosis ordinaria nos aporta la lógica de la pragmática, de cómo se las arregla el sujeto. Este
paradigma nos advierte de estar mucho más atentos a las sutilezas. También la máxima
prudencia, respeto al recurso de cada quien. Hay una definición que da Maleval de suplencia
que es muy buena que dice una suplencia es invención singular que opera una pacificación del
goce y conserva la huella del fallo que ella remedia. La falla que la suplencia viene a remediar
permanece. O sea, sigue formando parte de una solución. Esto es importante en la lógica de la
suplencia, si algo viene a suplir es que hay falla.

Cualquier cosa puede suplir, produce una reducción de goce, un ordenamiento de ese goce y
siempre incluye el fallo. La idea es no ir a comprender, no nos importa el bien del sujeto
porque no sabemos ni lo que es el bien, entonces no vamos a ir rápidamente a sacar un
síntoma. No podemos tocar algo ahí solo porque sufre, el sujeto no siempre quiere el bien
para sí mismo. En todo caso la idea es qeu cada quien viva su goce de un modo más vivible. No
hay que empujar al sujeto al agujero.

26/10/2022

Casos para el parcial: Matet y Ventura. El de variaciones del humor no entra (TP4).

Del TP5 entra la introducción de Maleval de psicosis ordinaria y les recomendé dos textos de
bibliografía ampliatoria, pero que trabajan mucho lo que trabajamos en la clase que es el de
Miller Efecto retorno y el de Matet Psicoanálisis de locura... que ese articula más con la época.
Sobre todo el de Miller, es central para entender la psicosis ordinaria, es donde plantea el
término.

Matet: Yo era el hombre de un padre.

Coyuntura: Asunción del hijo del jefe como jefe de la empresa. Había como una identificación
al jefe y este le daba trabajos especiales y lo reconocía. Entonces cuando se muere el jefe y
asume el hijo hay un descontento. Había una identificación imaginaria con el jefe, decía que él
era un vendedor decidido. Este hijo tiene ciertas características que también de esa ruptura
imaginaria que es un otro del saber que viene a poner en jaque es practicidad que tenía el
padre, entonces ahí se puede leer no la muerte del jefe sino la asunción del hijo porque rompe
la pareja imaginaria que sostenía hasta ese momento a R.

La identificación que lo sostenía hasta ese momento es ser un hombre del padre. Hay otra
identificación, pensando en la prepsicosis, que también lo sostuvo que es la de "Don Juan", se
dice un gran seductor. Esto le permitía cierto lazo con las mujeres, pero sin convocarlo a una
función que él no pudiera asumir. En relación a esto hay un detalle interesante que ubica a los
23 años, la ruptura con una novia donde se deprime y se refugia en la escritura de un libro que
no termina en ese momento. Entonces, si bien la coyuntura es la asunción del hijo al cargo del
jefe podemos pensar en un primer desenganche a los 23 años con la ruptura amorosa.
Esto es porque ahí lo que aparece es la depresión, que si bien sabemos que es
transestructural, podemos pensar que empieza a haber en la juntura del sentimiento de la vida
que se perturba, hay algo ahí que deja una marca.

Hace un invento, un arreglo en ese primer momento que no es del todo acabado, pero le
permite reorganizarse, el armado de una novela. Después en el tratamiento con Matet lo
retoma.

Volviendo al texto de Soler vimos esta serie de: enigma, interpretación delirante. Está la
certeza o fenómenos de franja. Estos últimos son esos ruidos, esas miradas raras, S1 sueltos y
después se anudan a una interpretación delirante que engancha S1 con S2.

Lo que lo conduce a una primera internación son los trastornos del sueño, dice que escucha
ruidos en su vecindario que no lo dejan dormir, además encuentra objetos y papeles tirados.
Es interesante, porque cuando se indaga en el trastorno del sueño aparece lo alucinatorio,
porque ahí ya aparecen los S1 sueltos que son los ruidos.

La segunda internación es que fue a la policía a quejarse de que los médicos le alteraron la
medicación, que le dieron placebos disfrazados de Valium. Ahí hay una interpretación
delirante con los médicos, está perseguido.

¿Cuál es la diferencia entre S1 y la interpretación delirante? Un S1 suelto no dice nada, la


interpretación delirante es otorgar un sentido a eso.

Página 15: Solo en el curso de la segunda hospitalización, cinco años después de la primera
entenderemos la coherencia de su delirio. En ese momento consulta para quejarse de ruidos
provenientes de...

Los papeles y objetos tienen cierta significación enigmática porque aparecen, no es que dice
que se los pusieron para hacerle x cosa. Todo lo que se le suelta y no le pone un S2 que lo
venga a articular es S1, enigma.

En un primer momento podemos ver una solución parcial frente al otro malo que fue el
hospital porque allí se considera protegido. Cuando habla del complot contra él es el de la
primera internación.

Para armar la interpretación es necesario primero tener un S1, pero no quiere decir que una
vez aparecida la interpretación delirante no puedan aparecer S1 sueltos.

¿Que se dice en relación a los lazos que hace al otro? La maldad es lo que le retorna, pero se
aísla. El único vínculo que sostiene es con el analista y con la cajera del almacén a la que va.
Matet acompaña la decisión del aislamiento, no lo empuja a que haga lazo social. Esto es re
interesante para pensar en lo importante que es ser respetuoso con los arreglos de los sujetos,
acompañar lo que cada uno puede hacer frente al no hay relación sexual.

En relación a la transferencia ¿cuál es el lugar que lee Matet que tiene que ocupar? No indagar
demasiado porque sino se volvería perseguidor también. Ahí empieza a historizar sobre su
vida, pero siempre respetando los tiempos del sujeto. Esto es una orientación muy ética y
clínica.

Matet veía que en este arreglo de coleccionar era un recurso que iba del orden del empuje y al
no tener una detención era una solución que iba tanto. La intervención de él es instaurar una
mediación simbólica en eso que veía que se estaba yendo: Contá uno, dos, tres... Es un orden,
entonces es simbólico. Es una intervención a introducir algo del corte. Sería hacer entrar ese
recurso que quizás se podía infinitizar una cierta mediación. El tratamiento de la maldad
también, más allá del objeto y la culpabilización lo que él hace tanto en la novela como en la
colección de los objetos tiene que ver con lo bello.

Dice que las novelas que el escribe "Las penas hacen llorar" es un tratamiento de lo imaginario
mediante lo simbólico. Esa cascada de fenómenos, esa ruptura se arregla mediante lo
simbólico. No es cualquier escritura, el sentido común se encuentra desconcertado sin que la
lengua este alterada.

La gramática estaba bien, se entendía, pero había algo que era de otro sentido. Hace un
tratamiento de la maldad en el otro mediante lo bello de los objetos que él elige.

Hay dos arreglos más que tienen que ver con la identificación. Hay un nuevo S1 que lo nombra
y que permite cierto arreglo también, cuando dice "jubilado como los otros" y "desempleado
de lujo". Ese S1 no es lo enigmático de la alucinación de los ruidos y demás, sino que permite
nombrar al sujeto.

Este hombre se persigue en todos sus trabajos, ser un jubilado como los otros también era
introducirlo en cierto lugar de legalidad. Desempleado de lujo es poder asumir el revés. Para
sostener su imagen del cuerpo pasó por el alcohol y la higiene de vida. La tercera internación
es donde aparece el arreglo del coleccionista y la novela.

¿Cuándo se desencadena una psicosis qué son los S1 sueltos? Irrupción de goce. Entonces,
cuando dimos estabilización en relación a la metáfora, pero algo que no se trabajó demasiado
que es en relación a la transferencia y las intervenciones. Hace alusión a algunas
intervenciones por el goce. Cuando hablamos de estabilización no tenemos que perder de
vista que es una estabilización del goce.

Ella habla de la versión negativa y positiva. Por la negativa es en relación a limitar, tratar de
construir un saber hacer con ese exceso de goce y la positiva es cuando uno lee ahí que eso
puede ser un arreglo y habilita algo de eso con un hacer con ese goce. Una de las cosas que se
van a preguntar tiene que ver con psicosis.

Ventura. Una mujer pródiga.

En relación a la prepsicosis hay algo que la autora ubica en relación al modo de lazo que hace
con su marido, habla de cierta errancia. Es decir, ese vínculo funcionó y ella estuvo bien en la
medida en que nunca se asentaron y la idea de tener hijos no aparecía.

Después, está esa frase que dice que siempre sintió que estaba en un mundo de irrealidad.
Esto es previo al desencadenamiento y ya había cierta sensación de irrealidad, de ajenidad.
Hay algo de la significación fálica que no le permitía ordenarse y ubicarse en el mundo.

Después en relación a un hecho que la conmueve y la deja un poco perpleja, que no es un


desencadenamiento franco porque no aparece la alucinación ni interpretación delirante, pero
sí hay algo que conmueve su vida que es el fallecimiento de la hermana. Hay cierta
identificación a ella.

Cuando fallece la hermana dice que parecía que estaba viviendo en un sueño. El
desencadenamiento franco aparece muchos años después. El encuentro con Un padre es con
el profesor de yoga, los fenómenos francos de la psicosis aparecen acá. No era un profesor
cualquiera, era un Otro del saber, sabía de psicoanálisis y de sexualidad.
Ante el asentamiento y la propuesta de tener hijos ya hay una cierta desestabilización entre
significado y significante. El rasgo de prodigalidad también habla de la relación de la
significación fálica, de la ausencia. El dinero tiene un valor fálico. Ella eso que tiene valor fálico
para la sociedad lo da sin problemas y no lo da para demostrar que ella tiene, lo da en el modo
de despojo.

No tiene inscripción de valor fálico para ella. Lo que aparece en el tratamiento es que le van a
sacar todas sus cosas. En el tratamiento que ella hace previo es que ella se despoja de todo, es
como la contracara.

Además en esto de la prodigalidad no es que alguien que da dinero es porque no hay


significación fálica, el modo en ella lo da es para despojarse. Es medio ofrecerse al objeto de
goce del otro, da todo.

Hay cuatro intervenciones de la analista que tienen la misma clave de la dirección de la cura,
esto que decíamos hace un rato, es un sí pero no. Es un sí a acompañar al sujeto en ciertos
arreglos, pero no lo que implica una limitación al goce. Donde ella se ofrece como objeto de
goce a la analista ella dice no. Cuando le quiere pagar más por la sesión le dice que no.

El no es para acotar a algo del goce del otro, instala una regulación, una legalidad. Al psicótico
hay que acompañarlo a encontrar una modalidad de goce más vivible.

Intervenciones: 1) Ella hizo un primer análisis que tiene que ver con una tratamiento de la
construcción de su historia vía las fotos que podemos pensar como un tratamiento vía lo
imaginario. Cuando ella llega tiene como una identificación total por el psicoanálisis, que es lo
único que la va a salvar. Se la toma en tratamiento, pero se le dice que cuando sea necesario
se recurrirá a los fármacos porque ella advierte que no quería medicación. Entonces, el se
castra a sí mismo y castra el dispositivo, no se ubica como un otro completo porque sino
quedaría como otro perseguidor.

2) La segunda intervención es cuando le quiere pagar más las sesiones y ahí da un no


articulado a la ley que le dice que las sesiones se pagan una por una y ahí también introduce
cierta legalidad, hay algo del orden del no todo. Es ahí, en esa intervención que le hace saber
de las cosas fundamentales. No es que la desaloja con el no, puede leer la urgencia y la
gravedad de esta paciente.

Ahí dice que se empieza a poder contar de su historia y tocando los objetos va narrando su
vida. Es mediatizado el objeto que se puede ordenar significantes y significados en su discurso
sino aparecía delirante. Hay una estabilización vía el objeto, como con el uso de la fotografía.

3) Aparece en relación a lo erotómano, que ella le ofrece sus bienes y ahí le dice que no y la
advierte de que si aparece en su casa se termina el tratamiento. Eso permite instalarla en el
dispositivo y en la ciudad. Ahí hay cierta estabilización del delirio que no logra acotar del todo
el goce, pero aparece una división entre las figuras de los psi y los otros perseguidores.

¿Cómo se puede leer que la figura del analista pase de ser el erotómano a condensado a una
estatua? Una persona que tiene mucho peso, pero que está coagulado en un objeto. Hizo un
tratamiento como fijarlo, hacerlo inmovil. Incluso hasta le dice que ya no necesita ir más. Cada
tanto ella va diciendo si las cosas estaban bien y el afirmaba que sí estaba todo bien y listo.
Tramitación del goce vía el objeto.

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