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Así, un argumento por analogía es aquel que se vale de situaciones similares para explicar
una cosa, como, por ejemplo: “Nuestro hijo siente rabia cuando no lo dejamos salir con
sus amigos, del mismo modo en que tú te enfureces cuando apago el televisor mientras
ves el fútbol”.
En este sentido, la analogía, como concepto, tiene una amplia aplicación en los más
variados campos del saber, como el derecho, la biología, la lingüística, la gramática, la
retórica o la geografía.
La palabra analogía proviene del latín analogĭa, y esta a su vez procede del griego
ἀναλογία (analogía), que significa ‘proporción’, ‘semejanza’.
Características de las analogías verbales
TIPOS DE ANALOGÍA
Las analogías pueden clasificarse de acuerdo a su funcionamiento lógico interno, de la
siguiente manera:
Analogía simétrica. Aquellas en las cuales los referentes comparados pueden
intercambiarse sin alterar las relaciones entre ellos. O sea, en las que A, B, C y D son
intercambiables porque la relación se mantiene idéntica.
Analogía asimétrica. Aquellas en las cuales los referentes comparados no pueden
intercambiarse, dado que su orden de aparición designa una relación específica. O sea,
que A es a B, como C a D, y no B es a A, como C a D.
Analogía de causa y efecto. Conocidas también como analogías de asociación, suponen
un vínculo específico, de causalidad, entre los referentes. Es decir, A ocasiona B, como
C ocasiona D.
Analogía por reciprocidad. Implica, en la relación entre los referentes, una necesidad
estricta y recíproca entre ellos, es decir que para que exista uno, debe existir el otro,
recíprocamente. O sea, A requiere absolutamente de B, como D requiere absolutamente
de C.
Analogía de clasificación. Aquellas que funcionan en base a reunir, en el mismo conjunto
de cosas, a los referentes vinculados. O sea, A y B están en un mismo conjunto, así como
B y C están en otro similar.
Analogía comparativa. Aquellas que al cotejar referentes, buscan destacar una
propiedad percibible. Suelen usar nexos y símiles (“como”, “tal como”, “del mismo modo
que”, etc.). O sea, A es de tal manera, como lo es B.
Analogía matemática. Aquellas que existen únicamente entre cifras, elementos
numéricos y proporciones matemáticas, dado lo cual los referentes pueden tener valores
desiguales.
Los conectores pueden utilizarse tanto en textos escritos u orales. Su principal función,
como su nombre lo indica, es conectar distintas partes de un texto, ya sean palabras,
frases o, incluso, párrafos completos.
Cuando se construye un texto, es necesario poner de manifiesto las relaciones lógicas que
unen las distintas ideas para que nuestro interlocutor pueda interpretarlo correctamente.
Una idea nueva puede añadirse para, por ejemplo, complementar, contradecir o reforzar
otra anterior. Así pues, del adecuado uso que hagamos de los conectores dependerá que
nuestro texto final sea coherente y de fácil comprensión.
Clases de Conectores
En primer lugar para poder saber cómo identificar las ideas principales y secundarias,
debemos saber qué son cada una de ellas. Las ideas principales son las que representan
la parte fundamental del texto, es decir, es la hipótesis o premisa del mensaje sobre el
que el resto de ideas se apoyan.
En cualquier texto debe existir una idea principal que lo vertebre ya que sin ella, se
formaría un compendio de oraciones sin sentido ni coherencia entre sí. Esta puede
aparecer de forma explícita o tácita, en el caos de las segundas, el autor busca el objetivo
de que el emisor sea el que la descifre tras leer y comprender el texto. Por lo tanto, la idea
principal será la que aporte lógica al texto y permita la construcción de su estructura
formando la base que se sustentará con las ideas secundarias o derivadas.
Qué son las ideas secundarias de un texto
A través de las ideas secundarias el autor puede llegar al emisor de una manera más clara
mejorando la comunicación ya que en muchas ocasiones sirven para amplificar la idea
principal. Aportan distintas visiones y perspectivas para mejorar la comprensión del
receptor.
Por lo tanto, a pesar de su importancia solo tienen sentido si la idea principal está bien
definida, en caso contrario no aportarán nada al texto planteado por el autor y dificultarán
la comprensión del receptor.
Por lo tanto y teniendo en cuenta lo expresado anteriormente vamos a mostrar cuáles son
las características en las que debes fijarte para, así, saber cómo identificar ideas
principales y secundarias de un texto.
• Siempre nacen de la idea principal y conectan con ella haciendo que el mensaje
cobre sentido y su comunicación y comprensión sean más efectivas.
• Sirven para explicar la idea principal. Es decir, las ideas secundarias expresan
las propiedades de la idea principal para lograr una mayor comprensión del
receptor del texto.
• Las ideas secundarias pueden ser tantas como el escritor quiera ya que se
derivan del tema principal y sirven para enriquecerlo. De esta forma se logra
ampliar la comprensión del tema o idea principal.
• No pueden ir solas, ya que perderían todo su sentido.