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Vos ya sabés que uno de los componentes del esquema del acto comunicativo es el
mensaje. Pero es muy importante que el mensaje no sólo puede ser oral sino también escrito.
Además, puede estar formado por un solo enunciado (como el saludo o un graffiti) o por miles
de oraciones (tal es el caso de un discurso o una novela). Por lo tanto, el mensaje, ya sea oral o
escrito, es una unidad de sentido que tiene autonomía; esto quiere decir que puede ser
comprendido por el receptor (si es oral) o por el lector (si se trata de un texto escrito). El texto,
por ser un mensaje, está estrechamente relacionado con quien lo produjo, su autor o emisor, y
con aquel a quien está dirigido, su lector o receptor. Por eso, ahora empezarás a explorar y a
analizar algunas de sus características.
- La SINONIMIA, que consiste en reemplazar una palabra por un sinónimo o una expresión que
signifique lo mismo.
- REFERENCIA PRONOMINAL, que consiste en reemplazar una palabra por un pronombre.
- La ELIPSIS, que consiste en quitar o sacar de una oración una palabra o frase que se
sobreentiende y que no es necesario volver a repetir.
- CONECTORES, palabras que sirven para establecer relaciones específicas entre las ideas.
A. Relaciones de causa – efecto (relaciones lógicas): por que, por lo tanto, puesto que, por
eso, por esta razón, en consecuencia, por consiguiente, de ahí que, de modo que, en tanto
que, en cuanto, siendo esto así, por lo mismo que, por ende…
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Esta “excesiva repetición de palabras” es lo que llamamos redundancia, que en español, a diferencia de
otros idiomas, no se considera correcto, ni en el uso oral ni el uso escrito. La repetición como tal,
estrictamente, se permite con uso moderado porque es considerada una herramienta lingüística según
la intención del autor, por ejemplo, al momento de querer dar énfasis a una idea en particular o como
recurso estilístico, sobre todo en poesía.
B. Relaciones de temporalidad o de orden (relaciones cronológicas): antes, después,
enseguida, en adelante, simultáneamente, entre tanto, anteriormente, posteriormente,
seguidamente, luego, primeramente, en primer lugar, en segundo lugar, por último, en fin…
D. Relaciones de Adición: expresan la unión de un elemento con otro, al que se suma o agrega.
Los conectores aditivos son: y, con, también, más, además, aún más… La “o” que a veces se
alterna con la y (“y/o”), expresa disyunción como en: “te quedas o te vas”.
H. Conectores que expresan cambio de perspectiva: por otra parte, en otro sentido, por otro
lado, por el contrario, en contraste con, bajo otro punto de vista, desde otra perspectiva,
desde otro ángulo, si bien es cierto…
Como puede verse, hay bastantes conectores en nuestro idioma, que expresan
relaciones de diverso significado. Los conectores sirven no sólo para unir oraciones simples o
compuestas entre sí, sino para dar cohesión y coherencia a un texto más extenso, para marcar
transiciones entre un párrafo y otro; en fin, para integrar globalmente la significación del
discurso. En el habla (en el discurso oral) la cohesión y la coherencia se ven afectadas por la
ausencia o el uso inadecuado de algunos conectores; por el contexto de enunciación, la
espontaneidad, la simultaneidad, el cambio permanente de tema, u otras circunstancias. En la
escritura, es necesario asegurar la cohesión y la coherencia mediante el uso apropiado de los
conectores; junto con la puntuación, que ayudan a matizar el significado, a pausar el texto, y a
darle relativa autonomía a las frases o a la secuencia de oraciones.