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UNIVERSIDAD NACIONAL DE Río CUARTO

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS JURÍDICAS, POLÍTICAS Y SOCIALES

PROFESORADO DE CIENCIAS JURÍDICAS, POLÍTICAS Y SOCIALES

ASIGNATURA: PEDAGOGÍA

Equipo de cátedra

Prof. Lic. Fernando A. Aguilar Mansilla

Prof. Esp. Eliane Bettiol

Ayudantes de segunda Ad-honorem

Paulina Mercado

Juan Cruz Vidart

Ficha de cátedra

Introducción al proyecto de la Modernidad

2023
Introducción al concepto de Modernidad

Para dar comienzo al programa de Pedagogía y especialmente a la Unidad Nº 1, que hace


referencia a la “Pedagogía, Educación y su contexto”, necesitamos avanzar en la búsqueda
de entender ¿qué representa el Proyecto de la Modernidad?

Este entendimiento nos permitiría situar-contextualizar a la Pedagogía y a la Educación en


un determinado momento socio-histórico, y con ello encontrar algunas respuestas a las
preguntas de ¿Por qué se pensaba y actuaba de una manera antes que de otra? ¿Cuál era
el valor que la sociedad le adjudicaba a la educación? ¿Para qué se crea la escuela?

Hablamos del “Proyecto de la Modernidad”, porque partimos de que las formas de pensar,
actuar y sentir no son naturales y que las formas en que las sociedades se fueron
configurando tampoco lo son. En estas configuraciones hay intereses económicos, políticos
y acontecimientos socio-culturales que van accionando sobre las personas y las
sociedades, y la Modernidad, como proyecto, es lo que más ha influido e influye en nuestras
vidas y especialmente en la educación.

Si tuviéramos que ubicar temporalmente el Proyecto de la Modernidad, sus inicios serían en


el siglo XV, extendiéndose hasta mediados del siglo XX. Pero, ¿Por qué lo ubicamos en
este recorte del tiempo?

En su dimensión política e ideológica surge durante ésta época la organización de los


Estados Nación, como institución madre, en un proceso que tuvo sus puntos claves en la
Revolución Francesa, en la que se pasó “de la monarquía a la República y el avance de los
derechos ciudadanos”, (1789) y en la Revolución Industrial (liberalismo económico). “Orden
y progreso” son las palabras claves que guiarán a la sociedad. El hombre y la mujer piensan
en el futuro, a partir de la búsqueda del bienestar, la felicidad y la libertad. El hombre es la
herramienta que permite el cambio social y el progreso, posibilitando que los pueblos
marchen de manera ascendente por el camino de la razón.

En referencia a la dimensión ética-filosófica, Modernidad es identificada como la crítica al


teocentrismo de la edad Media, invirtiéndose la relación por Hombre- Mundo – Dios. El
conocimiento científico estará guiado por lo que se llamará el “Positivismo”, que tiene como
sus principales representantes a Augusto Comte y Newton. La ciencia ocupa el lugar de la
verdad, a partir de su explicación racional del mundo, desplazando a la Fe. A partir de la
causalidad newtoniana se formulan leyes que producen generalizaciones empíricas y
explicaciones causales universales, como por ejemplo la Ley de la Gravedad. Es decir, la
verdad es aquello que puede ser percibido por los sentidos y corroborado por la ciencia.
Triunfa la razón y el pensamiento laico. Así, se va dando un proceso de secularización, es
decir, una división entre el mundo religioso y el mundo de la realidad. Justamente uno de los
filósofos destacados de la época es Kant, quien plantea la autonomía de la razón y la
existencia de normas morales universales.

En la dimensión socio-cultural, la sociedad se organiza a partir de las instituciones estatales


que ordenan la vida y reglamentan las subjetividades de las personas (Sistema judicial,
educativo, de salud, comunicacional, la Iglesia, hospitales, fábricas, cárceles, etc). Ese
orden social es concebido sin Dios, aunque éste no desaparece (se hace independiente).
Todo lo expresado anteriormente, nos lleva a encontrar las ideas fundacionales del Sistema
Educativo. Comenio, en su obra “La Didáctica Magna”, estableció las bases de la pedagogía
moderna, con 3 elementos: Docente (impone el orden y el conocimiento, ejecuta el método
didáctico), alumno (infante, tabula rasa) y conocimiento escolar (transposición didáctica del
conocimiento científico). Se postula una delegación de la autoridad de la familia (padre) en
el docente, posibilitada por una alianza entre la escuela y la familia.

Más educación equivaldría entonces a una mejor sociedad. Justamente la Escuela, durante
el proyecto de la Modernidad, tiene como finalidad la formación y el desarrollo del
ciudadano, de la razón y de las leyes del Estado. Durante éste período se construye en la
subjetividad de las personas el “Optimismo pedagógico”, que hace referencia a que la
educación es necesaria para la transformación de las sociedades, y que todo ser humano
es educable. Además, hay una confianza plena, un “optimismo” en que ir a la escuela
permitiría el ascenso social. En Argentina se promulga, en 1884, la Ley 1420 de Educación
Común, que establece a la educación (primaria) como común, obligatoria y gratuita.

Ésta breve caracterización del Proyecto de la Modernidad entra en crisis a mediados del
Siglo XX, en parte por los postulados y acciones de grupos y organizaciones disconformes
con el ordenamiento social vigente (década del ’60 y ’70). Estos movimientos, denominados
contraculturales (Feministas, Hippie, anarquistas, comunistas, educativos, etc.), critican a la
sociedad transparente de la Modernidad: “no es posible que un solo principio pueda
explicar, transformar y conducir una sociedad”.

“¡La esperanza de la felicidad ha fracasado!’’ Dicen estos grupos contraculturales,


basándose en lo vivido en las guerras mundiales, la carrera armamentista, el aumento de la
pobreza y con ello de la desigualdad social.

La visión de futuro pierde valor, y el sujeto pasa a confiar más en el presente y en su propia
individualidad. Nietzsche plantea “La muerte de Dios realizada por el hombre” que conlleva
al surgimiento de la pluralidad de perspectivas. La razón en singular ha dejado de ser, para
pasar a convertirse en “razones”.

En tanto, la educación no cumplió con las expectativas de orden y progreso. La escuela es


vista como una institución destinada a mantener las diferencias sociales que responden a
las ideologías dominantes. Se considera a la educación como una mercancía antes que
como un proceso; algo que se consume y se reemplaza constantemente.

En contraposición al Optimismo Pedagógico, surge el “Pesimismo pedagógico”, es decir que


la escuela ya no es la garantía de la movilidad social, ni de las grandes utopías. Es más,
ciertos grupos de intelectuales denuncian a la escuela como una institución en la que
incluso se profundiza la desigualdad social, y se reproduce la violencia (simbólica, física)

Al ampliarse el acceso al conocimiento a través de mecanismos no-escolares, se cuestiona


al docente como aquel que posee el saber. La alianza escuela - familia pende de un hilo,
poniéndose en la mira a la cultura escolar, acusada de anacronismo, despotismo y rigidez.

Bibliografía
- CARUSO, M. y. DUSSEL.I 1998. De Sarmiento a los Simpsons. Cinco conceptos básicos
para Educación Contemporánea. Kapelusz, Buenos Aires.
- GERVILLA CASTILLO, E. 1997. Posmodernidad y educación. Dykinson, Madrid.

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