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Karl Marx y el aporte del marxismo para

las Ciencias Sociales del siglo XXI

Karl Marx and the contribution of marxism to


the Social Sciences of the 21st Century

Carlos Antonio Aguirre Rojas


Universidad Nacional Autónoma de México

«Por primera vez se erigía la historia sobre su Además, y al revisar el paisaje general
verdadera base; el hecho palpable, pero de las ciencias sociales mas contemporá-
totalmente desapercibido hasta entonces, de neas, siempre resulta claro que, más allá de
que el hombre necesita en primer término estas repetidas declaraciones sobre el fin
comer, beber, tener un techo y vestirse, y por del marxismo —que ha sido enterrado de-
lo tanto, trabajar...». cenas de veces para reaparecer y resucitar
con mas fuerza otras tantas ocasiones—,
Federico Engels y Karl Marx, 1877. dicho paisaje se encuentra totalmente in-
fluenciado, en lo que se refiere a estas ma-
Más allá de los reiterados discursos, nifestaciones del pensamiento crítico, y a
siempre renovados y siempre falsos, sobre las posiciones siempre mas innovadoras y
la muerte del marxismo, o sobre la crisis del de vanguardia en todos los campos de este
pensamiento crítico, o en torno del fin del análisis múltiple de lo social, por dicha he-
socialismo y de las utopías, que han vuelto rencia e impronta del marxismo original, y
a ser relanzados con cierta fuerza después después de las diversas tradiciones de los
de la caída del Muro del Berlín en 1989, si- múltiples marxismos del siglo XX [1].
gue siendo un hecho incontestable la ne-
cesaria y cada vez mas urgente presencia, 1.– Una corriente que ha subrayado con especial énfasis
actualización y desarrollo de perspectivas esta dimensión del marxismo como horizonte general del
pensamiento crítico contemporáneo, tratando de aplicarlo
críticas, en el plano de la teoría y de los di-
además de una manera muy creativa y muy radical,
versos análisis sobre las sociedades con- ha sido la importante Escuela de Frankfurt. Por ello, la
temporáneas de todo el mundo, que sean extraordinaria actualidad y vigencia de muchos de sus
capaces de abrir caminos y de proponer sa- planteamientos principales. Al respecto, y por mencionar
solo algunos de los textos mas importantes, cfr. Theodor
lidas alternativas a este mundo capitalista
Adorno, Minima Moralia, Taurus, Madrid, 1987, y Dialéctica
que continua aún desarrollándose, y que negativa, Taurus, Madrid, 1975. También el texto de Theodor
cada día que pasa se presenta mas y mas Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica del iluminismo,
evidentemente como un mundo explota- Sudamericana, Buenos Aires, 1969, y de Max Horkheimer,
Crítica de la razón instrumental, Sur, Buenos Aires, 1969,
dor, opresivo, injusto y discriminador en
Teoría crítica, Amorrortu, Buenos Aires, 1974, Historia,
una escala cada vez mas insoportable e in- Metafísica y esceptisimo, Alianza editorial, Madrid, 1982,
tolerable para toda la gente. Ocaso, Anthropos, Barcelona, 1986, y Teoría tradicional y

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Algo que siendo evidente en todas las las bases de toda historia crítica posible en
ciencias sociales actuales, se halla igual- la actualidad.
mente presente dentro del campo de la his- Ya que la historia crítica no es un proyec-
toriografía contemporánea, es decir de la to reciente, ni una preocupación que haya
historiografía que, en sus muy diversas mo- aparecido solo en los últimos tiempos, sino
dalidades, se practica hoy en día a lo largo que es, en las modalidades específicas que
y ancho de todo el planeta. Porque cuando hoy presenta, un proyecto que prácticamen-
intentamos, de una manera conciente, lle- te acompaña, desde su propio nacimiento,
var a cabo un análisis histórico que sea real- a los discursos y a las formas de hacer his-
mente científico y verdaderamente explica- toria que hoy podemos llamar estrictamen-
tivo y comprehensivo de las realidades que te contemporáneas. Formas que habiendo
investigamos, nos vemos entonces obli- comenzado su desarrollo singular, como
gados a inscribirnos dentro del horizonte ya lo hemos apuntado, desde la segunda
global del pensamiento crítico actual, y con mitad del siglo XIX cronológico, se han
ello dentro de una línea de filiación intelec- desarrollado y complejizado de diferentes
tual que es simplemente incomprensible sin maneras, para mantenerse hasta el día de
esa raíz fundadora y estructurante que es la hoy como las específicas formas vigentes de
perspectiva crítica del marxismo original. hacer historia en la actualidad.
Porque cuando rechazamos también Pues cuando remontamos hacia atrás el
abiertamente, volver a hacer la historia hilo del tiempo, a la búsqueda de los oríge-
aburrida, complaciente, cómoda y estéril nes históricos de los tipos de historia que
que todavía hoy practican los historiadores hoy son todavía vigentes en el mundo en-
positivistas de todo el planeta, entonces se tero, resulta claro que dichos orígenes se
nos impone de inmediato la necesidad de encuentran en esa segunda mitad del siglo
intentar construir y elaborar una historia XIX cronológico. Ya que es en estas últi-
nueva y diferente, que será también sin duda mas décadas de ese siglo XIX que se afirma,
una historiografía crítica. Una historia ge- como es bien sabido, por un lado el modelo
nuinamente crítica, que, en consecuencia, de la historia positivista que antes men-
nos remite directamente a lo que han sido cionamos, y que intenta «copiar» la «exac-
los fundamentos mismos de la historiogra- titud» de las ciencias naturales, promo-
fía contemporánea actual, es decir de la his- viendo una historia puramente descriptiva,
toriografía todavía hoy vigente que arranca fáctica, empirista, especializada y reducida
su periodo de existencia precisamente con a «narrar los hechos tal y como han aconte-
esas versiones primeras del marxismo ori- cido», mientras que del otro lado se va con-
ginal, las que al romper con los discursos figurando y difundiendo, también progre-
historiográficos que fueron dominantes sivamente, la primera versión de la historia
durante los tres primeros siglos de la histo- crítica contemporánea, que es justamente la
ria de la modernidad capitalista, sentaron historia que se encuentra incluida dentro
del complejo y más vasto proyecto crítico
teoría crítica, Paidos, Barcelona, 2000. Finalmente, también de Karl Marx.
los brillantes trabajos de Walter Benjamin, El concepto Así, es claro que ha sido Marx el que ha
de crítica de arte en el Romanticismo alemán, Península, sentado los fundamentos de la historia crí-
Barcelona, 1988, El origen del drama barroco alemán, Taurus,
tica, tal y como ahora es posible concebir a
Madrid, 1990, Tesis sobre la historia y otros fragmentos,
Contrahistorias, México, 2005, e Iluminaciones, vols. I, II, III, esta última, y tal y como ella se ha ido de-
IV, Taurus, Madrid, 1998. sarrollando a lo largo de los últimos ciento

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Trabajadores de la New England Fish Company, EEUU, en 1909 (Fuente: University of British
Columbia - Library).

cincuenta años. Ya que no existe duda res- tro de esa herencia todavía viva y poderosa,
pecto al hecho de que, después de Marx y de esa primera versión de la historiografía
apoyándose en mayor o menor medida en crítica que ha sido la historia defendida y
el tipo de historia crítica y científica que propuesta por el propio Karl Marx.
él ha promovido y establecido, se han ido Y si bien la caída del Muro de Berlín en
afirmando, a lo largo de todo el siglo XX y 1989, ha significado sin duda la muerte de
hasta hoy, distintas corrientes, autores y todos esos proyectos de construir mundos
trabajos que, reclamándose abiertamente «socialistas» dentro de sociedades esen-
«marxistas», han alimentado de manera cialmente escasas —es decir, de sociedades
considerable el acervo de los progresos y de que carecían de las condiciones y del grado
los desarrollos de toda la historiografía del de desarrollo necesarios, en lo económico,
siglo XX. Y entonces, lo mismo los autores en lo social, en lo político, y en lo cultural,
de la Escuela de Frankfurt que los del lla- para intentar edificar sociedades no capita-
mado austromarxismo, y hasta los autores listas—, también es claro que eso no signifi-
de la actual historia socialista británica o ca, para nada, el fin del discurso crítico y de
de la historiografía crítica neomarxista del la historiografía también crítica marxistas,
«world-system analysis» (del análisis de los que encuentran en cambio su fundamento,
sistemas-mundo), y pasando por los tra- no en esas sociedades del que fue llamado
bajos históricos de las escuelas marxistas el «socialismo realmente existente» y que
polaca, o alemana, o italiana, pero también hoy están en proceso de cambios profun-
latinoamericana, entre muchas otras, son dos, sino en las contradicciones esenciales
todas distintas manifestaciones y proyec- mismas del capitalismo, hoy mas vivas y
tos intelectuales que es necesario inscribir apremiantes que nunca, así como en la ne-
dentro de esa vasta presencia global y den- cesidad todavía vigente y urgente de la ne-

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cesaria superación histórica de ese mismo la historia que, de acuerdo a la noción del
capitalismo [2]. mismo Marx, debería abarcar absolutamen-
Puesto que si es claro que, en donde hay te a todos los territorios que hoy están ocu-
explotación habrá lucha en contra de esa pados por las llamadas «ciencias sociales»,
misma explotación, y si donde hay opresión y que en la medida en que hacen referencia
habrá siempre resistencia, y si es una ex- a los distintos aspectos, actividades, mani-
periencia reiterada de la historia, que la in- festaciones o relaciones sociales construi-
justicia y la discriminación sociales engen- das por los hombres, en el pasado o en el
dran también ineludiblemente la rebeldía y presente, se engloban igualmente dentro
la sublevación contra dicha discriminación de esa «historia de los hombres» cuyo estu-
e injusticia, entonces también es evidente dio corresponde justamente a dicha ciencia
que mientras exista capitalismo habrá un histórica. Ciencia de la historia que enton-
pensamiento crítico, destinado a explicar ces, y concebida en esta vasta dimensión,
su naturaleza destructiva y despótica, y a es para Marx una historia necesariamente
orientar la reflexión que ilumine la lucha global, una historia que posee la amplitud
contra ese capitalismo y la búsqueda de las misma de lo social-humano en el tiempo,
vías concretas de su superación real. Por considerado en todas sus expresiones y
eso, y en contra de las visiones simplistas y manifestaciones posibles [3].
siempre apresuradas de ciertos periodistas Estatuto científico de nuestra discipli-
y de ciertos politólogos actuales, el pensa- na, concebida en esta vasta y englobante
miento crítico sigue más vigente que nunca, definición, que se hace necesario reiterar
junto a la necesidad y posibilidad de una ahora de nueva cuenta, tanto frente a las
historia igualmente crítica. minoritarias posiciones postmodernas, que
¿Cuáles son, entonces, las lecciones to- quieren reducir a la historia a la condición
davía vigentes para una historia aún crítica, de simple juego estético, de arte, o de mero
derivadas de su versión marxista fundado- ejercicio discursivo, como también frente
ra y originaria?. ¿Y cuáles las implicacio- a las posiciones que pretendiendo «defen-
nes que podemos derivar de estas mismas der» una fantasmal «identidad» dura de la
lecciones para todo el conjunto de las ac- historia, distinta de las «identidades» de la
tuales ciencias sociales contemporáneas?. sociología, la antropología, la economía,
La primera de ellas, en nuestra opinión, se
3.– Marx será muy enfático en afirmar que no conoce mas
refiere al estatuto mismo de la historia, es que «una sola ciencia» y que esa ciencia única es la ciencia
decir, a la necesidad de concebir que toda de la historia. Cfr. su libro La Ideología Alemana, Pueblos
la actividad que desarrollamos, y todos los Unidos, Buenos Aires, 1973. De ahí, el importantísimo
papel que ocupa en su formación el estudio de la historia
resultados que vamos concretando, están
y de las obras de los historiadores, que hemos tratado
claramente encaminados hacia la consoli- de desarrollar en nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre
dación de un proyecto de construcción de Rojas, «El problema de la historia en la concepción de Marx
una ciencia de la historia. Una ciencia de y Engels» en Revista Mexicana de Sociología, vol. 45, num. 3,
1983. Y no es por casualidad que, por ejemplo Marc Bloch,
2.– Sobre esta naturaleza específica del fundamento coincida en este punto con Marx, al definir a la historia
del discurso de Marx, cfr. el libro de Bolivar Echeverría, como «la ciencia que estudia la obra de los hombres en el
El discurso crítico de Marx, Era, México, 1986 y también tiempo», en su célebre libro Apología para la Historia o el
Definición de la cultura, Itaca - UNAM, México, 2001. Oficio de Historiador, Fondo de Cultura Económica, México,
Sobre la vigencia del marxismo en el pensamiento 1996. Sobre estas coincidencias, puede verse también
actual, cfr. nuestro libro, Carlos Antonio Aguirre Rojas, nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre Rojas, «Entre Marx
Para comprender el mundo actual. Una gramática de larga y Braudel: hacer la historia, saber la historia» en la revista
duración, Centro Juan Marinello, La Habana, 2003. Cuadernos Políticos, num. 48, México, 1986.

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la psicología, etc., terminan reduciéndola entonces, la repetida frase de que «el buen
también al simple trabajo del coleccionista historiador se hace en los archivos». Porque
de antigüedades y del anticuario, del aman- nunca será dentro de los archivos, en don-
te de las «cosas del pasado», erudito y posi- de el historiador se pondrá al tanto de esas
tivista. tradiciones, debates y teorías que confor-
Pero si, como Marc Bloch lo ha repetido, man el verdadero edificio de su ciencia. Y
la historia es la ciencia que estudia «la obra de la misma manera en que el físico va al la-
de los hombres en el tiempo», sólo puede boratorio, o el biólogo a la práctica de cam-
hacerlo dentro de esta declarada vocación po, solo después de haber aprendido lo que
de constituirse en un determinado y claro es, lo que investiga, lo que quiere compren-
proyecto científico. Y por lo tanto, asumien- der y resolver la física o la biología, así el
do todo lo que este concepto de «ciencia» buen historiador solo va al archivo después
implica. Porque una simple descripción de que ha asimilado lo que es y lo que debe
o relato no es todavía ciencia, como no lo ser la historia, y luego de haber definido
es tampoco cualquier tipo de discurso, o con claridad una problemática historiográ-
cualquier actividad de mera recolección y fica determinada, desde y con las teorías, la
clasificación de documentos, de datos y de metodología y los conceptos y categorías
fechas. En cambio, la idea de ciencia con- de su propio oficio.
lleva necesariamente la de la existencia de Y también es claro que, aunque la his-
todo un aparato categorial y conceptual toria incluye sin duda una cierta dimen-
específico, organizado de una determinada sión artística, y otra dimensión narrativo-
manera, a través de modelos y de teorías de discursiva, dimensiones que cuando son
orden general, y que busca y recolecta di- conocidas y bien manejadas enriquecen
chos hechos y acontecimientos históricos, enormemente el trabajo y los resultados
para ensamblarlos e insertarlos dentro de del historiador, sin embargo la historia no
explicaciones científicas comprehensivas, se reduce a ninguna de esas dos dimensio-
y dentro de modelos de distinto orden de nes, las que si bien están siempre presen-
generalidad, que definen tendencias de tes, no son nunca el elemento o momento
comportamiento de los procesos sociales, y determinante de la disciplina o ciencia de la
regularidades de las líneas evolutivas de las historia en su conjunto [5]. Y si la historia no
sociedades, a la vez que dotan de sentido
y de significación a esos mismos sucesos y tareas esenciales de la rama de la historia que es la historia
fenómenos históricos particulares. de la historiografía, es precisamente la de estudiar, analizar
y reconstruir esas múltiples tradiciones intelectuales,
Noción fuerte de la historia como ver-
junto a esos debates, teorías, conceptos, paradigmas y
dadera ciencia, que implica entonces que modelos utilizados por los distintos historiadores en el
la historia, como cualquier ciencia, se haya ejercicio cotidiano de su oficio. Tarea que frecuentemente
ido configurando a partir de diferentes y olvidan quienes sólo conciben a esta historiografía como
simple recuento de autores y de obras. Sobre este punto
complejas tradiciones intelectuales, estan-
cfr. Massimo Mastrogregori, «I problemi della storia della
do atravesada por debates teóricos, episte- storiografia», en Rivista di storia della storiografia moderna,
mológicos y metodológicos, y apoyada en año 8, num. 2 –3, 1987, «Storiografia e tradizione storica»
un amplio conjunto de teorías, de paradig- en Passato e Presente, año 12, num. 32, 1994, «Storiografia,
A.D. 2062» en Belfagor, año 54, num. 323, 1999 y
mas, de modelos teóricos y de armazones
«Liberation from the Past», en The European Legacy, vol.
conceptuales diversas [4]. Lo que desmiente 6, num. 1, 2001.
5.– Sobre esta dimensión narrativa del trabajo del
4.– Y vale la pena insistir en el hecho de que una de las historiador, vale la pena revisar el trabajo de Paul Ricœur,

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se reduce ni a arte, ni a discurso, ni tampo- dos diferentes y sus técnicas, teorías y con-
co a la práctica del erudito en los archivos, ceptos siempre específicos y distintos, han
entonces la investigación histórica misma terminado por provocar las múltiples, infi-
debería también ajustarse a su condición de nitas y paralizantes «especializaciones» en
verdadera ciencia, remontándose más allá que hoy se fragmenta ese mismo estudio de
de la mera búsqueda y del establecimiento las realidades humanas sociales en general.
de cronologías y de series de datos, y su- Pero, si para Marx solo existe esa única
perando su condición de simple crónica de ciencia de la historia, eso nos proporciona
fechas, lugares y sucesos, que es a lo que hoy una salida viable y muy sugerente fren-
la han reducido sistemáticamente esas vi- te a la crisis actual de ese episteme parce-
siones de la historia positivista que todavía lado aún vigente, crisis que no se resolverá
hace falta criticar y superar. con las limitadas y solo cosméticas salidas
Por lo demás, es también claro que si de la «interdisciplinariedad», la «multidis-
Marx concebía a la historia como la única ciplinariedad», la «pluridisciplinariedad»
ciencia de lo social humano en el tiempo, en- o la «transdisciplinariedad», —todas ellas
tonces hubiese estado en contra de la ac- inviables e ineficaces, en virtud de que
tual organización del episteme hoy vigente continúan respetando como legítima esa
dentro de las llamadas ciencias sociales ac- división del conocimiento de lo social en
tuales, episteme que solo se afirma a finales diferentes «disciplinas», cuando de lo que
del siglo XIX y principios del siglo XX, y que se trata es de negar radicalmente dicha
cuadricula y fragmenta la unidad de esa división y de suprimirla— sino solamente
totalidad humana social, en los supuesta- mediante el retorno a esa visión genuina-
mente autónomos e independientes cam- mente unidisciplinaria sobre lo social que es
pos de lo económico, lo geográfico, lo so- la que ha defendido y asumido justamente
cial, lo histórico, lo político, lo cultural, lo el gran autor de El Capital.
antropológico, etc. Campos artificialmente En consecuencia, esa noción fuerte de
establecidos por la actividad humana del ciencia que Marx aplica para la historia, y
conocimiento, que no se corresponden con que nos permite distanciarnos tanto del
el funcionamiento real de lo social, y que posmodernismo en historia como del limi-
al haber establecido sus supuestamente di- tado positivismo historiográfico, vale igual-
versos «objetos» de estudio, con sus méto- mente para todas las ciencias sociales actua-
les, acosadas también por el irracionalismo
Tiempo y narración, 3 tomos, Siglo XXI, México, 1995 – de los discursos logocéntricos posmoder-
1996. Sin embargo, es claro que estamos en contra de las nos, como por las múltiples versiones re-
derivaciones e interpretaciones posmodernas de este libro,
novadas del empirismo y del funcionalismo
y mas en general de la exageración desmesurada y de la
hipostatización de esa dimensión narrativa del trabajo actuales, puramente descriptivos y pura-
histórico llevada a cabo por esas mismas posturas del mente apegados al trabajo monográfico
posmodernismo en historia. Para una crítica muy aguda mas limitado.
de estos puntos de vista posmodernos, cfr. la obra de Carlo
Una segunda lección importante de esta
Ginzburg, por ejemplo Tentativas, Universidad Michoacana,
Morelia, 2003, A microhistória e outros ensaios, Difel, historia científica promovida por Marx, y
Lisboa, 1989, Ninguna Isla es una Isla, Universidad Juárez que sigue manteniendo toda su vigencia
Autónoma de Tabasco, Villahermosa, 2003 y Rapporti di hasta el día de hoy, es el de concebir a la
forza. Storia, retorica e prova, Feltrinelli, Milan, 2000. Véase
historia, en todas sus dimensiones, temá-
también el ensayo de Immanuel Wallerstein, «La escritura
de la historia» en la revista Contrahistorias, num. 2, México, ticas y problemas abordados, como una
2004. historia profundamente social. Es decir,

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Trabajadores de una fábrica de productos electroquímicos en Stangfjord, Noruega (Foto: Paul


Stang, fuente: Fylkesarkivet i Sogn og Fjordane).

que además de estudiar a los individuos, a Ya que es justamente a Marx, a quien


los grandes personajes de todo tipo y a las debemos la incorporación sistemática de las
élites y clases dominantes, la historia debe clases populares como verdaderos protago-
investigar también a los grandes grupos nistas de la historia, al habernos ilustrado
sociales, a las masas populares, a las clases como han sido los esclavos y las comuni-
sociales mayoritarias y a todo el conjunto dades arcaicas, lo mismo que los siervos,
de los protagonistas hasta hace muy poco los obreros, los campesinos y los grupos
«anónimos», protagonistas y clases y gru-
pos, que sin embargo son las verdaderas terminado por perder un sentido minimamente preciso.
Con lo cual, el problema no está en saber que tal corriente
fuerzas sociales, los verdaderos actores co-
promueve o defiende la historia social —lo que hacen
lectivos, que hacen y construyen la mayor lo mismo los Annales, que la historiografía socialista
parte del entramado de lo que constituye británica, que la microhistoria italiana, o casi cualquier
precisamente la historia [6]. historiografía seria del planeta—, sino en saber como
concibe cada autor o corriente o tendencia dicho térrmino
6.– Vale la pena insistir en el hecho de que prácticamente de esa historia social. A título de meros ejemplos de esta
todas las corrientes historiográficas importantes del siglo problemática, cfr. Raphael Samuel, (Editor) Historia popular
XX cronológico, con la única excepción del anacrónico y teoría socialista, Crítica, Barcelona, 1984, Lucien Febvre,
positivismo y de su variante historicista, podrían muy bien Combates por la historia, Ariel, Barcelona, Edoardo Grendi,
ser clasificadas como diversas vertientes o caminos de «Microanalisi e storia sociale» en Quaderni Storici, num.
exploración de este vasto universo de la historia social. 35, 1975 y todo el número especial de la revista Historia
Historia social que se ha pluralizado y diversificado Social, num. 10, Valencia, 1991, titulado «Dos décadas de
tanto en los últimos cien años, que el término mismo ha historia social».

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sociales explotados y sometidos, los que en les, y son estas últimas las que determinan
gran medida «han hecho la historia». Clases siempre los límites generales de sus accio-
sociales sometidas, que involucradas den- nes diversas. Y si bien su propia acción, es
tro de un conflicto social o lucha de clases un vector que puede influir en el cambio
que atraviesa una gran parte de la historia de estas mismas circunstancias, lo es solo
humana, —y en particular, aquella que ha dentro de los márgenes que fijan las ten-
comenzado luego de los múltiples procesos dencias, una vez más sociales, de la evolu-
de disolución de las muy diversas y varia- ción específica que vive esa sociedad deter-
das formas de la comunidad, que están en minada en esa época o momento también
el punto de partida de todas las socieda- particular [8].
des humanas [7]—, han ido tejiendo con su Con lo cual, la historia o la ciencia so-
trabajo cotidiano y con su actividad social cial críticas son sociales en un doble senti-
permanente, pero también con sus luchas y do: en primer lugar en cuanto a que, para la
con sus acciones de resistencia y de trans- explicación de cualquier hecho o fenómeno
formación, el específico tejido de lo que en social e histórico, tienen que involucrar y
términos concretos ha sido y es justamente hacer intervenir a los grandes actores co-
la historia humana. lectivos que antes eran omitidos e ignora-
Y es claro que no hay historia científica o dos, y que son siempre el entorno inmedia-
crítica posible, pero tampoco una sociolo- to obligado, tanto de la formación como de
gía o economía serias, ni una antropología las acciones de cualquier personaje indivi-
o psicología realmente científicas, que no dual. Y en segundo lugar, en el sentido de
tomen en cuenta, por ejemplo, a las for- que también cualquier suceso o situación
mas de la cultura popular, o a los grandes histórica o social, se desenvuelve dentro
movimientos sociales, a las expresiones de de un determinado y múltiple contexto so-
la lucha de clases o a los grandes intereses cial general, que lo condiciona y envuelve,
económicos colectivos, lo mismo que a las fijándole tanto sus límites como sus posi-
grandes corrientes de las creencias colecti- bilidades de repercusión determinada. Y
vas o a los diversos contextos y condicio- parece ser claro que, una de las tendencias
namientos sociales generales de cualquier más marcadas de prácticamente todas las
proceso, fenómeno o hecho social e histó- corrientes historiográficas que se han desa-
rico analizado. rrollado durante el siglo XX, con la única y
Lo que no implica, ni mucho menos, que obvia excepción de la tendencia positivista
dejemos de estudiar a los individuos, a los de los historiadores, ha sido ésta de incor-
grandes personajes, o a las élites, pero si en porar a los grandes grupos sociales, a las
cambio modifica de raíz el enfoque tradi- sensibilidades colectivas, a las masas po-
cional desde el cual han sido, y son aún a pulares, a las formas de conciencia mayori-
veces abordados, estos grupos o clases mi- tarias, y a las clases y movimientos sociales
noritarias y estos individuos. Porque todo
8.– Lo que nos remite al complejo problema de la
individuo es fruto de sus condiciones socia-
biografía histórica y del papel de los individuos dentro
de la historia. Sobre este problema, cfr. Jorge Plejanov,
7.– Sobre este problema cfr. el texto de Karl Marx, Formas El papel del individuo en la historia, Roca, México, 1978,
que preceden a la producción capitalista, Pasado y Presente, Maximilien Rubel, Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual,
México, 1976 y El porvenir de la comuna rural rusa, Pasado Paidos, Buenos Aires, 1970, y Carlos Antonio Aguirre Rojas,
y Presente, México, 1980. También Carlos Antonio Aguirre «La biografía como género historiográfico» en el libro
Rojas, «La comuna rural de tipo germánico» en Boletín de Itinerarios de la historiografía del siglo XX, Centro Juan
Antropología Americana, num. 17, México, 1988. Marinello, La Habana, 1999.

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en todas sus expresiones, dentro de los te- pasando por diversas y complejas variantes
rrenos y de las perspectivas habituales de como la de la «traducción», la negación, la
la historia. Lo que, necesariamente, ha sido simbolización, la construcción de fetiches
acompañado también de esa introducción o las múltiples figuras de una cierta recons-
sistemática de los diversos contextos socia- trucción diferente de ese mundo material
les —políticos, intelectuales, económicos, en el nivel cultural [9].
civilizatorios, etc.— dentro de las explica- Por lo tanto, afirmar que la historia crí-
ciones históricas cotidianas. tica o la sociología científica, o la antropo-
Otra lección importante de la historia y logía o la ciencia política actuales, deben
de la ciencia y el análisis social que Marx de ser también materialistas, solo implica
ha construido, la tercera, es su dimensión que no es posible hacer, por ejemplo, una
como historia, ciencia y análisis materialis- historia de las llamadas «mentalidades»,
tas. Y no en el sentido vulgar, aunque mu- sin considerar los contextos sociales, polí-
chas veces repetido, de que lo «espiritual» ticos, económicos y generales de esas mis-
sea un simple «reflejo» directo o depen- mas «mentalidades». Es decir, que debemos
diente de lo material, sino más bien en la evitar una historia o un análisis social idea-
línea de que, en general, resulta imposible lista de los fenómenos políticos o cultura-
explicar adecuadamente los procesos cul- les o jurídicos o intelectuales, como la que
turales, las formas de conciencia, los ele- ha escrito por ejemplo Philippe Aries, pero
mentos del imaginario social, las figuras de también como la que nos entregan con fre-
la sensibilidad colectiva, etc., sin conside- cuencia connotados politólogos o juristas
rar también las condiciones materiales en modernos. O también una historia pura-
que se desenvuelven y apoyan todos esos mente logocéntrica, y puramente ocupada
productos, y todas esas manifestaciones di- del plano discursivo o conceptual, como
versas de los fenómenos intelectuales, y de la que proponen Hyden White y los demás
la sensibilidad humana en general. autores que defienden el posmodernismo
Porque las ideas no flotan en el aire, dentro de los estudios históricos actuales.
separadas de los hombres y de los grupos En cambio, la verdadera historia cien-
sociales que las producen, y los productos tífica y el análisis social pertinente deben
de la cultura, de la conciencia o de la sensi- estar siempre atentos, cuando se ocupan
bilidad, solo se hacen vigentes en la medi- de esos hechos, fenómenos y procesos del
da en que se encarnan y «materializan» en
determinadas prácticas, en instituciones, 9.– Es claro que esta relación que existe entre los
en comportamientos y en realidades total- productos y los fenómenos culturales y las condiciones
materiales en que dichos fenómenos o productos se
mente materiales. Lo que, sin embargo, no
gestan, se encuentra en el centro mismo de todo posible
elimina el hecho de que el tipo de relación proyecto de una historia cultural seria y genuinamente
específica y concreta que se establece, en- crítica. Lo que explica los límites y la pobreza enorme de
tre esa dimensión intelectual y sus condi- la historia francesa de las mentalidades, la que nunca fue
capaz de resolver adecuadamente este problema crucial.
ciones materiales de producción y de efec-
Frente a esto, véase en cambio el interesante proyecto de
tivización, sea un problema abierto y por una historia cultural, naturalmente materialista y también
establecer, y que puede abarcar desde la for- crítica, desarrollado en general por Carlo Ginzburg en
ma de la condensación o la transposición obras como El queso y los gusanos o Historia Nocturna,
entre otras. Sobre este punto, cfr. Carlos Antonio Aguirre
sublimada que a veces se expresa en el arte,
Rojas, «El queso y los gusanos: un modelo de historia
hasta la forma del «reflejo invertido» que crítica para el análisis de las culturas subalternas» en
en ocasiones descubrimos en la religión, y Prohistoria, num. 6, Rosario, 2002.

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Dossier: Marx y la Historia, 1818-2018

llamado «espíritu humano» —y que noso- globales, los hechos económicos. Una lección
tros llamaríamos más bien fenómenos de marxista que quizá sea la más vulgarizada y
la conciencia y de la sensibilidad sociales—, la más mal interpretada de todas, por par-
de las condiciones materiales que acompa- te tanto de los historiadores, como incluso
ñan y se imbrican con dichos fenómenos de una gran mayoría de los científicos so-
intelectuales, conscientes de que el tipo ciales. Y ello, debido a la amplia difusión
de relación que se establece entre ambas e influencia importante del marxismo vul-
esferas, la material y la «espiritual», es un gar en prácticamente todo el mundo, y a lo
problema abierto y por investigar y redefi- largo de casi todo el siglo XX cronológico.
nir en cada caso concreto, pero seguros a la Porque esta lección no implica, ni mucho
vez de que sin esas condiciones materiales, menos, que todos los fenómenos sociales
no es realmente comprehensible la natura- deben de «reducirse» a la base económica,
leza profunda y el sentido esencial de todos ni que la economía es la «esencia» oculta
esos fenómenos de la mente y de la econo- o el «espíritu profundo» escondido de todo
mía psíquica de los individuos y de las so- lo social, sino simplemente —¡simplemen-
ciedades. te!— que, en la historia que los hombres
Y es precisamente este error, de ignorar han recorrido y construido desde su origen
la importancia de esa base material y de como especie y hasta el día de hoy, los he-
ese conjunto de condiciones reales, el que chos y las estructuras económicas han ocu-
reencontramos no solo en muchas de las pado y ocupan todavía un rol que posee una
versiones de la historia de las «mentalida- centralidad y una relevancia fundamentales
des» antes referida, sino también en múl- innegables. Lo que significa que dichos pro-
tiples historias o estudios contemporáneos cesos sociales globales son incomprensibles
sobre los fenómenos de la religión, del arte, sin la consideración de las evoluciones y la
de la literatura, de la cultura y de las ideas, naturaleza determinada de esa dimensión
que prosperan lo mismo dentro del gremio económica, pero no significa, en cambio,
de los seguidores de Clío, que en todas las que debamos buscar cuál es, por ejemplo,
restantes ciencias sociales contemporá- «la base económica de la pintura de Picas-
neas. E incluso, y muy frecuentemente, en so», o la «estructura económica en que se
muchas de las historias predominantemen- apoya esa ‘superestructura’ que ha sido el
te políticas que han escrito los historiado- arte surrealista», lo que es a todas luces
res positivistas de América Latina y de Eu- una empresa ridícula y sin sentido, a pesar
ropa, historias donde también ese nivel de de haber sido alguna vez planteada por los
lo político parece «cerrarse sobre sí mismo» marxistas vulgares de Francia en la primera
y ser totalmente autosuficiente, y en donde mitad del siglo XX [10].
se ignoran por completo también las con-
diciones sociales reales y las condiciones 10.– Felizmente, y en contra de esas simplificaciones de
materiales de esos procesos políticos que este aporte importante de Marx, siempre ha habido autores
inteligentes que, manteniendo su perspectiva marxista
se estudian.
crítica, han desarrollado muy interesantes análisis de
La cuarta posible lección derivada de los los muy diversos problemas de la cultura humana y del
trabajos de Karl Marx, para una historia ge- arte, del fenómeno de la ciudad, del estudio de la vida
nuinamente crítica y para un análisis de lo cotidiana, del papel de la tradiciones o del rol de la
religión, entre muchos otros. Nos referimos, por ejemplo,
social que sea realmente comprehensivo y
y solo para aludir a aquellos marxistas peretenecientes a
explicativo, es la relevancia fundamental las tradiciones del mejor marxismo crítico del siglo XX que
que tienen, dentro de los procesos sociales han abordado estos temas enlistados, a las obras y trabajos

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Karl Marx y el aporte del marxismo para las Ciencias Sociales... Carlos Antonio Aguirre Rojas

Reconociendo entonces esta centralidad fía del siglo XX, y que una vez más, abar-
de lo económico para la interpretación de can desde las finas y elaboradas versiones
los procesos sociales históricos globales, del marxismo de Marx y de algunos de los
el buen analista social y el buen historia- marxismos críticos posteriores, —como es
dor crítico saben también que la relación el caso de algunos de los trabajos que, con
específica que esos fenómenos económicos cierta flexibilidad, podríamos calificar de
pueden tener, o pueden no tener con otros obras de «historia económica», escritos por
hechos y realidades sociales, es igualmente Lenin, por Rosa Luxemburgo o por Henry
un problema abierto y por definir en cada Grossman, entre otros [11]—, hasta las va-
caso concreto, y cuyo abanico de respuestas riantes simplificadas del marxismo vulgar o
abarca, lo mismo la opción de que no existe del marxismo reducido a ideología oficial,
ningún vínculo, o de que no existe un vín- en muchos Manuales de la antigua Unión
culo directo, y por lo tanto la conexión se Soviética o de los países del llamado «blo-
da sólo a través de complejas e indirectas que socialista».
mediaciones de otros niveles y relaciones, Una quinta lección importante para to-
hasta la posibilidad de relaciones claras y dos los científicos sociales genuinamente
evidentes de determinación directa de ese críticos, y por ende también para todo his-
mismo nivel económico, y pasando nueva- toriador serio, es la exigencia de Marx de
mente por vínculos de dependencia, o de ser capaces de observar, y luego de explicar,
condicionamiento sólo general, de encua- todos los fenómenos investigados «desde el
dramiento, de limitación indirecta, o de punto de vista de la totalidad». Lo que quie-
muy diversos matices de influencias de ma- re decir que debemos de cultivar y desarro-
yor o de menor peso específico. llar la capacidad de detectar y de descubrir,
Y puesto que ha sido Marx el primero en sistemáticamente y en todo examen de los
rescatar de manera sistemática esta centra- problemas sociales e históricos que aborda-
lidad de lo económico dentro del proceso mos, los diversos vínculos y conexiones que
histórico global, es lógico que sea también
él, el fundador de la rama de los estudios de 11.– Nos referimos a los trabajos de Vladimir Ilich Lenin,
historia económica dentro del tronco mayor El desarrollo del capitalismo en Rusia, Estudio, Buenos
de la historiografía contemporánea. Rama Aires, 1973, Rosa Luxemburgo, Introducción a la historia
económica, Pasado y Presente, México, 1976, y Henryk
que, desde el autor de El capital y hasta hoy,
Grossman, La ley de la acumulación y del derrumbe del
ha tenido una buena parte de sus más im- sistema capitalista, Siglo XXI, México, 1979. Para un
portantes representantes, precisamente planteamiento adecuado de esta compleja relación
dentro de las distintas corrientes y expre- entre los hechos económicos y otras dimensiones de la
vida social, cfr. Bolivar Echeverría, «La forma natural de
siones de los múltiples «marxismos» que
la reproducción social» en Cuadernos Políticos, num. 41,
llenan la historia y también la historiogra- 1984, y Carlos Antonio Aguirre Rojas, «Economía, escasez
y sesgo productivista. Desde los epigramas de Marx hasta
de Georg Lukács en el campo de la estética y de la historia los apotegmas marxistas» en Boletín de Antropología
literaria, de Henri Lefebvre sobre lo rural y lo urbano o Americana, num. 21, México, 1990. Para un desarrollo
sobre la cotidianeidad, o de Edward Palmer Thompson, mas amplio del punto del papel de Karl Marx como
sobre la formación de la clase obrera inglesa. Un ensayo fundador de la moderna rama de los estudios de historia
de reconstrucción de la compleja visión de Marx sobre, por económica, cfr. nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre
ejemplo, la sociedad europea medieval, que está lejos de Rojas, «La corriente de los Annales y su contribución
reducir todo a esas visiones economicistas mencionadas, al desarrollo de la historia económica en Francia», en
lo hemos intentado en nuestro artículo, Carlos Antonio el libro Corrientes, temas y autores de la historiografía
Aguirre Rojas, «El modo de producción feudal» en Revista contemporánea, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco,
Mexicana de Sociología, vol. 48, num. 1, 1986. Villahermosa, 2002.

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Dossier: Marx y la Historia, 1818-2018

que lo sobredeterminan. Ya que es siempre


una pregunta pertinente y esclarecedora, la
que plantea porque tal fenómeno ocurrió
en el lugar y en el tiempo específico en el
que aconteció y no en ningún otro, desarro-
llándose además dentro de las particulares
circunstancias en que ha acontecido, y en
ningunas otras, lo que nos abre justamen-
te al análisis de las diversas influencias y
de las conexiones específicas que se esta-
blecen entre esas dimensiones del espacio,
del contexto y de la época sobre el singular
fenómeno del cual tratamos de dar cuenta.
Pues aunque parezca y quizá sea una ob-
viedad, —que frecuentemente olvidan no
obstante los científicos sociales empiristas
y funcionalistas, lo mismo que los historia-
dores positivistas—, es claro que no es lo
mismo una sociedad capitalista del siglo XX
que una del siglo XVI, o que la sociedad chi-
na del siglo XIII y la sociedad europea de esa
misma época, como tampoco es lo mismo
un hecho social o histórico que aconteció
Obrera fabricando cubiertas de papel para
encuadernación en EEUU, principios del s. XX en América Latina, que otro que sucede en
(Foto: Lewis W. Hine, fuente: George Eastman Europa, o en Rusia, o en el sur de África, por
Museum). mencionar solo algunos ejemplos posibles.
Y si estas coordenadas o «totalidades»
existen entre dicho problema y las sucesi- más generales que son las del tiempo y el
vas «totalidades» que lo enmarcan, y que espacio correspondientes a un cierto he-
de diferentes modos lo condicionan y hasta cho histórico cualquiera, son siempre re-
sobredeterminan. levantes y fundamentales para su adecuada
Porque no existe problema social o his- comprensión, también lo son las «totali-
tórico que esté aislado y encerrado entre dades» diversas que constituyen los dife-
ciertos muros infranqueables, sino que, por rentes contextos que enmarcan e influyen
el contrario, todo problema histórico y so- sobre ese hecho histórico y social. Pues
cial está siempre inserto en determinadas es claro que dichos contextos geográficos,
coordenadas espaciales, temporales y con- económicos, tecnológicos, étnicos, socia-
textuales, que influyen sobre el, en distin- les, políticos, culturales, artísticos, psico-
tos grados y medidas, pero siempre de modo lógicos, etc., además de especificar y volver
eficaz y fundamental. Y entonces, al cientí- más concretas a esas totalidades o coorde-
fico social le corresponde ir reconstruyen- nadas espaciales y temporales, —acotando
do, cuidadosamente y de modo articulado, al espacio como área, región, lugar, país o
esa inserción de su tema de estudio dentro entorno geográfico determinado, y al tiem-
de las sucesivas totalidades espaciales, tem- po como una época, momento, coyuntura,
porales y contextuales que lo envuelven y era o periodo igualmente particularizado—,

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Karl Marx y el aporte del marxismo para las Ciencias Sociales... Carlos Antonio Aguirre Rojas

van también a establecer de manera igual- que los historiadores y los cientistas socia-
mente concreta, todo el nudo de específicas les del siglo XX han cultivado muy poco
conexiones que tendrá ese hecho social o en general, a pesar de las ricas y profundas
fenómeno histórico investigado con esos contribuciones que podría implicar el de-
diferentes y sucesivos medios contextuales sarrollo, el ejercicio sistemático y la apli-
en los que el se despliega. cación creativa de este pensamiento y de
Por lo cual, como lo ha explicado Jean- esta visión dialécticas de la historia y de la
Paul Sartre, se impone siempre un proceso totalidad social. Visión dialéctica que nos
de «totalización progresiva» del problema invita a dejar de ver los hechos sociales y
que abordamos, proceso que reconstruye también los fenómenos y situaciones his-
esa inserción dada del tema en esas múlti- tóricos como «cosas», y a la historia misma
ples y diversas totalidades, que son las que o a la sociedad actual como un conjunto de
le otorgan su significación y su sentido glo- realidades muertas, terminadas y diseca-
bales. Reconstruyendo así, un análisis so- das, realidades que además, estarían deter-
cial y una historia «desde el punto de vista minadas en un sólo sentido, siempre claro y
de la totalidad», el historiador o el cientí- siempre bien establecido. En lugar de esta
fico social que adopta esta lección central última visión, tan extendida entre los soció-
de la perspectiva crítica de Marx se instala logos funcionalistas, los antropólogos tra-
entonces dentro del terreno de un examen dicionales, los politólogos contemporáneos
social global de los hechos sociales investi- o los historiadores positivistas, entre otros,
gados, o también en el espacio claro de una esta perspectiva dialectizante afirma por el
historia global o globalizante, tal y como la contrario que todos los hechos históricos y
han defendido y promovido también, des- sociales son realidades vivas y en devenir, a
pués del propio Marx, los autores de la pri- la vez que elementos de procesos dinámi-
mera y la segunda generación de la mal lla- cos y dialécticos en los que el resultado está
mada «Escuela de los Annales» [12]. siempre abierto y en redifinición constante,
La lección número seis que es posible a partir de las contradicciones inherentes y
extraer del pensamiento social e histórico esenciales que se encuentran, tanto en esos
de Marx, es la necesidad de enfocar los pro- mismos procesos, como en el conjunto de
blemas de la historia y de la sociedad desde los hechos antes mencionados [13].
una perspectiva dialéctica. Una perspectiva Así, junto a la positividad de cualquier
situación o fenómeno de la sociedad y de
12.– Jean Paul Sartre ha definido esta estrategia como un la historia, es necesario también captar
proceso de «totalización progresiva» en su libro Crítica de su correlativa negatividad, mostrando por
la razón dialéctica, Losada, Buenos Aires, 1963. La tesis que
ejemplo, junto al carácter hoy dominante
postula ser capaz de analizar los distintos problemas que
abordamos «desde el punto de vista de la totalidad» fue del capitalismo, su naturaleza irremedia-
desarrollada por Carlos Marx en su célebre texto de la blemente efímera, y junto a la modernidad
Introducción general a la crítica de la economía política. burguesa que hoy se enseñorea todavía en
1857, Pasado y Presente, México, 1980. Para un desarrollo
el planeta entero, a las múltiples moderni-
agudo de las implicaciones de esta tesis, cfr. Georg Lukács,
Historia y conciencia de clase, Grijalbo, 1969. Y para la co- dades alternativas que la combaten y que
nexión entre esta historia asumida desde el punto de vis-
ta de la totalidad y la perspectiva de la historia global de 13.– Sobre este punto, cfr. el ensayo de Leo Kofler, Historia
la escuela de Annales, cfr. nuestros libros, Carlos Antonio y dialéctica, Amorrortu, Buenos Aires, 1974 y Karl Korsch,
Aguirre Rojas, La escuela de los Annales. Ayer, Hoy, Mañana, La concepción materialista de la historia y otros ensayos,
Montesinos, Barcelona, 1999 y Fernand Braudel y las cien- Ariel, Barcelona, 1980, por mencionar solo dos ejemplos
cias humanas, Montesinos, Barcelona, 1996. de entre muchos otros posibles.

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se le resisten, negándola permanentemen- ma persistencia y regularidad, la rebeldía,


te. Porque para este enfoque dialéctico, la insubordinación, la resistencia y la lucha
la realidad social e histórica es como una de las clases y de los grupos sometidos y ex-
manzana que sólo existe si lleva adentro plotados, en un acontecer que nos demues-
el gusano que la corroe, o como un dulce tra, con la fuerza de casi una ley, que los
que al chuparlo tuviese también un sabor vencedores de hoy son sin fallo los derro-
amargo y agrio. Lo que explica entonces tados del mañana. Lo que por lo demás, es
que, para este punto de vista, todo progre- una lección importante y también muy útil,
so es al mismo tiempo un cierto retroceso para alimentar las esperanzas de cambio
histórico, y todo «documento de cultura es que hoy se afianzan y difunden con tanta
al mismo tiempo un documento de barba- fuerza en todo el planeta. Porque es solo al
rie», como lo ha afirmado y explicado tan mas genuino pensamiento dialéctico al que
brillantemente Walter Benjamin [14]. Y si por se le revelan, de manera clara y necesaria,
ejemplo la historia o la sociología son cien- la obligada caducidad de todo lo existente y
cias que se interesan de manera especial en los límites y la naturaleza siempre efímera
el estudio del cambio histórico, es claro que de cualquier realidad por él analizada.
no pueden captar adecuadamente a este úl- Finalmente, una séptima lección del mar-
timo si no lo «atrapan» y lo perciben desde xismo para la historiografía y para la cien-
su misma cuna, desde las contradicciones cia social contemporáneas, es la de la ne-
y tensiones esenciales que caracterizan a cesidad de construir siempre una historia y
cualquier sociedad histórica de las que han un análisis social profundamente críticos [15].
existido hasta hoy, tensiones y contradic- Una historia o un examen de los hechos y
ciones que se reproducen y proyectan de fenómenos sociales actuales que, como lo
distintas maneras en los diferentes hechos, ha desarrollado por ejemplo también Walter
situaciones y acontecimientos que se suce- Benjamin, se construyen siempre «a contra-
den en esas mismas sociedades. pelo» de los discursos dominantes, a con-
Por eso, en la historia humana que has- tracorriente de los lugares comunes acep-
ta hoy conocemos, los hechos no son nunca tados y de las interpretaciones simplistas,
de un solo sentido, y entonces es la derrota interpretaciones consagradas sólo a fuerza
la que es la madre del triunfo, y es la gue- de repetirse y machacarse tenazmente por
rra la que engendra la paz y a la inversa, y todas las vías de las que dispone ese mismo
es por eso que «el triunfo de una idea crea pensamiento dominante.
siempre a la institución que habrá de darle Una «contrahistoria» y una «contrame-
muerte», y también es esta la razón que ex- moria», como las llamó Michel Foucault,
plica que las sociedades perecen no por no que descolocándose de los emplazamientos
haber tenido éxito, sino mas bien por ha- habituales de la historia positivista, rescate
berlo tenido en demasía. Por ello, sin nin- todo el haz de los pasados vencidos y silen-
guna duda, frente a la explotación, la opre- ciados de la historia, desechando las expli-
sión, el despotismo y la discriminación, que caciones lineales y simplistas, y elaborando
han estado siempre tan presentes dentro de una historia que sea realmente una historia
los procesos de la historia de las sociedades profunda, compleja y sutil. Una perspectiva
humanas, han existido también, con la mis- crítico-histórica, que sea también capaz de
14.– En su agudo ensayo, «Sobre el concepto de historia» 15.– Sobre este punto cfr. el ensayo de Bolivar Echeverría,
incluido en el libro, Walter Benjamin, Tesis sobre la historia «Definición del discurso crítico» en el libro El discurso
y otros fragmentos, citado anteriormente. crítico de Marx, antes citado.

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Karl Marx y el aporte del marxismo para las Ciencias Sociales... Carlos Antonio Aguirre Rojas

dar cuenta de todos esos fenómenos histó- ven toda positividad o afirmación social e
ricos desde explicaciones multicausales y histórica en su caducidad negativa y en su
combinadas, que sumando y articulando los «lado malo», para hacer saltar siempre el
varios elementos y dimensiones de dichos carácter contradictorio y dialéctico de los
fenómenos, terminen por dar cuenta de problemas que abordan.
ellos en toda su específica complejidad [16]. Una ciencia social y una historia cuyos
Historia realmente crítica, pero también resultados habrán de oponerse, necesaria-
análisis realmente científico e igualmente mente, a los de la ciencia social y a la his-
crítico de los hechos sociales que, por lo de- toria hoy dominantes, las que promovidas
más, sólo pueden construirse desde los cri- y divulgadas desde el poder, se regodean
terios que antes hemos enumerado y esbo- todo el tiempo en análisis puramente mo-
zado. Ya que sólo desde una noción fuerte nográficos, descriptivos, y aburridos, pero
de ciencia social o de ciencia de la historia igualmente legitimadores del statu quo ac-
y de sus implicaciones, es que pueden cons- tual. Ciencias sociales genuinamente crí-
tituirse estos discursos críticos historiográ- ticas, que, sin duda alguna, deben todavía
ficos y de ciencias sociales, los que tampo- hoy muchos de sus fundamentos esenciales
co podrán ser otra cosa que las ya referidas y de sus herramientas mas importantes a
formas de la historia o del análisis radi- ese proyecto teórico del marxismo original,
calmente social, en la doble acepción tan- cuyos ecos principales continúan resonan-
to de historia o estudio de los fenómenos do, a pesar de todo, mas de un siglo y medio
y procesos colectivos y sociales en sentido después de que fuesen formulados por el
estricto, como también de análisis e histo- mas importante intelectual de todo el siglo
ria siempre contextuados socialmente, aún XIX: Karl Marx. Marx, fundador del mas mo-
cuando se ocupen de las élites, los indivi- derno y contemporáneo pensamiento críti-
duos o los personajes singulares. Además, co y radical, bajo cuya sombra intelectual
será también, necesariamente, una ciencia seguimos todavía viviendo, y cuya herencia
social y una historia materialista, que reco- teórica seguirá vigente, necesariamente,
nozcan las condiciones materiales de todo mientras continúe con vida este injusto e
fenómeno intelectual, de conciencia o de la irracional capitalismo contemporáneo que
sensibilidad, y a las que no escapará nunca él mismo ayudo con tanta agudeza y cla-
la centralidad general de los hechos econó- ridad a diagnosticar y a entender, siempre
micos dentro de la sociedad y dentro de la en el ánimo de ayudarnos a superarlo para
historia. Y serán por último, también una construir sobre sus ruinas un futuro real-
ciencia social y una historia vistas desde el mente diferente y mejor.
punto de vista de la totalidad, y con pers- Porque, si como afirmo alguna vez Mi-
pectiva dialéctica, que recorrerán ágilmen- chelet, hemos todavía de creer en el futuro,
te los niveles de la totalización sucesiva será solo en la medida en que estemos radi-
del tema investigado, a la vez que disuel- calmente dispuestos a participar en el pro-
ceso complejo de su propia construcción.
16.– Hemos intentado desarrollar el modo en que esta
tradición de la historia genuinamente crítica se hace
presente en varios autores de la historiografía francesa
del siglo XX, como Marc Bloch, Fernand Braudel y Michel
Foucault, en los ensayos incluidos en nuestro libro, Carlos
Antonio Aguirre Rojas, Los Annales y la historiografía
francesa, Quinto Sol, México, 1996.

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