Por: Equipo Jurídico Pueblos
n lo que va corrido del 2020, con- te aumento de las ganancias de los ricos). Hoy
tinúa el deterioro del nivel de vida
de los colombianos: La tasa de des-
empleo alcanzó el 13% y el subem-
pleo está en aumento, la crisis de la
salud se ha agudizado, los hospitales públicos
están desfinanciados, la educación de calidad
es privilegio de las élites. A esto, se suma el
incremento en la violación sistemática de los
derechos humanos. Los indicadores económi-
cos y sociales no se pueden ocultar a pesar de
la propaganda oficial. El gobierno de Duque y
la clase política que lo respalda, ha acudido a
estrategias propias de una dictadura para apa-
gar la ola de inconformismo expresada en las
calles desde el 21 de noviembre.
El panorama general es preocupante. Des-
pués de las movilizaciones de finales de 2019,
la ultraderecha logró oxigenarse para conti-
nuar aplicando las medidas neoliberales que
afectan a las clases populares. Vargas Lleras y
Cesar Gaviria se sumaron al partido de gobier-
no, para obtener mayorías en el Congreso, en
una clara muestra de que la burguesía se co-
hesiona en momentos de crisis. Así lograron
-a pesar del Paro- la aprobación de la reforma
tributaria y ahora le apuestan a reformas aún
más lesivas, como la pensional, laboral o la
regulación (desnaturalización) de la protesta.
Como si fuera poco, acaba de ser expedido
el decreto que reglamenta las pruebas piloto
de fracking, contraviniendo estudios que de-
muestran sus efectos nocivos en la naturaleza
y la vida humana.
La noticia internacional del momento es
la caída de las bolsas de valores del mundo,
pregonándose una nueva crisis del sistema ca-
pitalista. Se afirma que la economía mundial
-tal como se había anunciado- entró en una
etapa de recesión, y si bien existen distintos
puntos de vista sobre su caracterización, lo
cierto es que el impacto recaerá sobre la clase
trabajadora y en general los empobrecidos del
mundo: Se anuncian despidos masivos, priva-
tización de empresas del estado y más flexibi-
lización laboral. Hace unos años el ministro
Carrasquilla afirmó que el salario mínimo en
Colombia era “ridículamente” alto luego de-
bía reducirse, medida que según él, estimula-
ría la creación de empleo, por la vía de reducir
los costos de la producción (con el consecuen-
cisco Barbosa como Fiscal General augura
se plantean salidas similares, que justifican
propuestas como los salarios diferenciales,
eliminación de los intereses de las cesantías
o la contratación por horas, que, en últimas,
apuntan a la precarización de las relaciones
laborales al asignar exclusivamente al traba-
jador las obligaciones de salud y pensión. De
otro lado, siguen saliendo a la luz pública es-
cándalos contra la clase política gobernante.
Tanto las declaraciones de Merlano, como las
interceptaciones telefónicas al narco-parami-
litar alias El Ñeñe, dan cuenta de la compra
de votos, el apoyo logístico y la inyección
de dineros ilícitos a la campaña presidencial
de Duque. A los audios de las comunicacio-
nes, se suman fotografías que hablan de las
cercanías entre el cuestionado ganadero con
el actual mandatario y el jefe del partido de
gobierno, Álvaro Uribe, así como con la ins-
titucionalidad militar, que no sólo le brindaba
protección, sino que lo transportaba en sus
helicópteros. El coronavirus ha sido la excusa
perfecta para incrementar el pánico generali-
zado y al mismo tiempo desviar la atención
sobre este nuevo y sórdido capítulo de poder
y corrupción.
Mientras todo esto ocurre, Duque arreme-
te contra organismos multilaterales como la
Onu, a la que acusa de intromisión y viola-
ción a la soberanía, en razón al Informe de la
Alta Comisionada para los Derechos Huma-
nos, en el que, entre otras cosas, se conside-
ra a Colombia como el país Latinoamericano
donde más asesinan defensores/as de dere-
chos humanos y se expresa preocupación por
el accionar desmedido del Esmad al reprimir
las movilizaciones. A lo que el gobernante le
apunta en el fondo, es a la vieja pretensión de
la derecha de suspender la misión de esa ofi-
cina en Colombia. La reacción del presidente
en este asunto, contrasta con el apacible aca-
tamiento a la orden de Donald Trump, de re-
gresar a la fumigación con glifosato.
Por otra parte, la impunidad se acrecienta
como política oficial. La decisión de un tri-
bunal de asignar el caso de Dilan Cruz (ase-
sinado por un capitán del Esmad) a la justicia
penal militar es solo una muestra de lo que
nos depara en la lucha contra el terrorismo de
Estado y el genocidio. El nombramiento Fran-
cuatros años de persecución contra el movi-
miento popular y de encubrimiento o desvia-
ción de los escándalos de corrupción y toda
forma de los crímenes del poder.
Se suma a lo anterior, la institucionali-
zación del negacionismo de los crímenes de
Estado, con el nombramiento de Darío Ace-
vedo como director del Centro Nacional de
Memoria Histórica. Entidad, en la que acaba
de ser radicado el informe Acabar con el ol-
vido, segunda parte, elaborado por Fedegan
en el que se reescribe la historia de represión
exculpando a los ganaderos de sus crímenes
y convirtiéndolos en víctimas. Casi simultá-
neamente un juez civil, en un fallo de tutela
ordenó borrar un cartel que señalaba a altos
mandos militares como responsables de eje-
cuciones extrajudiciales.
El 21N fue un referente histórico en la
lucha del pueblo colombiano, pero debe rea-
lizarse un análisis aterrizado y riguroso. Las
expresiones de inconformidad fueron princi-
palmente en algunas ciudades de Colombia en
las que un sector de clase media precarizada
y el estudiantado salió a las calles a protestar.
Lo novedoso de estas jornadas, radica en que
las manifestaciones superaron la convocatoria
del Comité de Paro Nacional. Se evidenció un
nivel de rabia e indignación –expresada desde
grupos dispersos y diversos- contra la clase
política. No obstante, la mesa de acercamien-
tos convocada por Duque murió por inercia,
sin siquiera una agenda definida.
El 21N fue producto de un proceso his-
tórico y social concreto, esperanzador, pero
sujeto a críticas. Fue limitado en su alcance,
pero permitió percibir que se incuba rebeldía
y que un sector de la población colombiana
está dispuesto a jugarse el todo por el todo.
Su continuidad depende de los procesos po-
pulares que saldarán a las vías públicas con
un mayor nivel de conciencia de clase y de
su capacidad para encarrilar en la unidad las
variadas banderas que confluyen en la incon-
formidad social; propiciando los más amplios
espacios de discusión y participación popular.
El movimiento campesino se alista para su-
marse al paro, la razones para salir y sumar a
la historia de lucha de los pueblos por la trans-
formación, sobran.
 SEMANA CAMILISTA

Organizaciones populares, estudiantiles, campesinas, feministas y sectores académicos realizaron la

Semana de la Unidad Popular #54añosdeAmorEficaz del 10 al 15 de febrero en la Universidad Industrial
de Santander, Bucaramanga y su área metropolitana, con el objetivo de conmemorar la vigencia del
pensamiento y praxis transformadora del sacerdote, sociólogo, guerrillero y
revolucionario Camilo Torres Restrepo.
 DERECHOS HUMANOS
No es posible parar el asesinato de luchadores y luchadoras populares en Colombia sin derrumbar el
capitalismo-imperialismo
Por: Plataforma Antifascista
V violencia contra luchadores y luchadoras populares
en Colombia representa la naturaleza de un Estado
históricamente criminal. Los perfiles de las personas
afectadas, todas ellas involucradas en la defensa de de-
rechos y reivindicaciones comunitarias, y los contex-
tos en que tal violencia se ha ejercido, así lo demuestran: el nar-
cotráfico, la gran minería, la extracción petrolera, la legalización
de tierras despojadas, los megaproyectos hidroeléctricos, entre
otras, son iniciativas económicas que no podrían desarrollarse sin
el concurso del Estado.
Indignarnos ante estos asesinatos y persecución, sin cuestio-
nar el sistema capitalista-imperialista y sin plantear su necesaria
destrucción, es resignarnos a sufrir eternamente la guerra con-
tra el pueblo. La humanidad necesita hoy que todas las personas
conscientes de que el capitalismo llegó a la historia “chorreando
sangre y lodo”, y que lo seguirá haciendo a distintos niveles de
sofisticación para seguir reproduciéndose, le entremos en serio al
estudio científico de la sociedad para derrocarlo, le entremos en
serio al estudio del comunismo.
Sectores influyentes en la opinión pública de Colombia, pre-
ocupados por el constante aumento del asesinato de líderes so-
ciales, difunden la idea que la única manera de poner alto a este
genocidio es apostándole a la democracia por las vías que permite
la institucionalidad. La pregunta es: ¿qué haríamos con “más de-
mocracia”? ¿Respetaría el imperialismo los argumentos aducidos
por el pueblo? ¿La burguesía nacional, terrateniente y empresa-
rial, entendería las razones democráticas que mediante todos los
mecanismos de participación habidos y por haber han manifesta-
do los distintos sectores populares?
Por otro lado, los mismos sectores que piden más democracia
exigen al Estado la protección de los líderes sin reparar lo sufi-
ciente en los intereses económicos y políticos que los persiguen.
En otras palabras, ¿si lográramos dar protección a los líderes de
tal manera que ninguno muriera qué haríamos con los problemas
de la tierra, la participación política, la conservación del medio
ambiente, etc.? Una postura así prevé que es posible dialogar con
los capitalistas criollos e imperialistas y sugerirles que sigan con
sus actividades económicas pero sin asesinar a los líderes, sin des-
pojar a las comunidades de sus territorios, sin menoscabarles sus
derechos o sin causarle daño a sus ecosistemas. ¿Es posible tanta
ingenuidad? Nunca se ha conseguido con ingenuidad la necesaria
emancipación del pueblo, en la histórica lucha de clases entre el
proletariado y la burguesía, ésta ha cobrado la ingenuidad con
sangre.
A este punto, es claramente notorio que la violencia contra lu-
chadores sociales en Colombia denota una contradicción antagó-
nica entre dos sectores de la población: por un lado, las clases
política y económicamente influyentes y, por el otro, las comuni-
dades populares. Hablar de contradicciones antagónicas es mani-
festar la imposibilidad de conciliación entre estos dos sectores, es
comprender que se ha llegado a un estado de cosas en que la única
solución posible es la derrota o superación de la contraparte; las
soluciones consensuadas, a este nivel, son solo un remedo demo-
crático que beneficia al bando más fuerte, en este caso nuestro
enemigo de clase, la burguesía.
Una parte del movimiento social en Colombia carece de esta
posición y sigue planteando soluciones que en el fondo no solu-
cionan nada, salvo la canalización del descontento popular a favor
de las clases hegemónicas. Éstas, por el contrario, han entendido
el grado de contradicción en el que se hallan y con su accionar
criminal han tratado de colocar la balanza a su favor.
Con la vigencia del capitalismo no es posible parar la violen-
cia contra el pueblo. Tanto la burguesía nacional como imperia-
lista están sumergidas en una férrea competencia entre ellas (las
guerras interimperialistas demuestran qué alcance puede llegar a
tener esta competencia); tienen que sacar las mejores y más abun-
dantes ventajas en sus negocios porque si no fenecen ante sus
competidores. Por más que quisieran “ser buenas personas” (si de
verdad quisieran) no pueden, porque las resistencias de los pue-
blos al flujo de capitales representa para ellas pérdidas y las pérdi-
das un paso a la bancarrota. Por ello es una necesidad económica
la violencia contra los luchadores sociales. Aumentar sus tasas de
ganancia es lo único que se pueden permitir, lo contrario significa
su muerte como capitalistas.
A todos los luchadores que gritan ¡BASTA YA!, ¡ALTO AL
ASESINATOS DE LÍDERES Y LIDERESAS SOCIALES EN
COLOMBIA!, este es un llamado a oponernos organizada y ma-
sivamente al capitalismo, tanto en su forma imperialista como en
su forma nacionalista-burgués. El comunismo revolucionario es
la ciencia que nos aporta en esa dirección. Rechacemos las ac-
titudes la indiferencia mezquina, la ciega confianza en el Estado
y organicémonos seriamente para superar la presente forma de
producir (el capitalismo imperialista) y parar definitivamente la
guerra contra el pueblo.
Por: Henry Forero-Medina, Herwin Corzo Laverde, Jose Daniel Fonseca-Sandoval

nrique Dussel ha mencionado en su obra lo paradójico relaciones asimétricas de poder. La obsesión por los cambios
e irónico que resulta que se aplique un tratamiento ile- institucionales y jurídicos, paulatinos y parciales, se convierte en
gal a las luchas populares por lo justo, mientras que se la fetichización de legalidad, que termina por negar el lugar de
defienda la legalidad de medidas injustas. Esto obedece enunciación de quienes protestan y se movilizan.
a la cristalización del orden jurídico como un estatuto moral de-
finitivo e inmodificable, que solo puede modificarse sin tocar las Las expresiones populares en Haití, Chile, Colombia y Ecua-
relaciones desiguales de poder. De igual forma, atendiendo a que dor tienen en común la reacción de la institucionalidad a través
la protesta social no debe ni puede, realmente, ser regulada o re- del derecho, apelando al estado de excepción o de guerra que per-
glamentada (como ha propuesto antes el Ministro de Defensa en mite la militarización de los espacios públicos y la limitación del
Colombia), es construida por el discurso jurídico como un lugar derecho a la protesta, a la reunión y a la libre locomoción. Esta es
de anomia, de irreflexividad y de caos incompatible con la trans- la expresión más viva del monopolio de la fuerza y de la violen-
formación social. cia, y de cómo se derrumban los discursos de garantía legal de los
derechos humanos cuando se permite y se habilita la intervención
Esta alusión descansa en dos elementos fundamentales: el mo- militar y arbitraria de la calle, de las avenidas, de las plazas y de
nopolio de la violencia estatal y la fetichización de la legalidad. las universidades públicas. En las expresiones de Sebastian Piñe-
En primer término, la violencia para haber sido erradicado de la ra, de Guillermo Botero (en su momento Ministro de Defensa de
actuación del derecho. No porque haya desaparecido, sino porque Colombia) y de Lenín Moreno podemos ver este fenómeno:
las instituciones del Estado han optado por concentrar el uso de
la fuerza en sí mismas, dando a entender que cualquier indicio de “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable,
rechazo, resistencia u oposición a la estatalidad y el derecho es que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la
una afrenta contra todo el sistema. La ordenación social depende violencia y la delincuencia sin ningún límite, que está dispuesto
de un discurso jurídico que permita a las fuerzas del Estado fun- a quemar nuestros hospitales, el metro, los supermercados, con
gir como únicos autorizados para usar el uso de la violencia “le- el único propósito de producir el mayor daño posible” -Piñera
gítima” y justificada (de cualquier tipo), mientras que cualquier
disonancia, expresión y movilización que altere el orden es dis- “En el ámbito social, respetamos la protesta social, pero tam-
ruptiva y destructiva, por lo que merece ser disuelta (sin importar bién creemos que debe ser una protesta ordenada que verdadera-
las proporciones de la fuerza, ni las direcciones o sentidos de las mente represente los intereses de todos los colombianos y no solo
manifestaciones). En ese sentido, no interesa la gravedad de las de un pequeño grupo” -Botero
agresiones, sus resultados y consecuencias, sino quien la ejerce.
El derecho termina protegiendo el monopolio de la fuerza y no los “Las decisiones adoptadas ¡están en firme! He dispuesto el
derechos y reclamos de la ciudadanía. Estado de Excepción para precautelar el orden, la seguridad ciu-
dadana y con el fin de controlar a quienes pretenden provocar
En segundo lugar, la configuración del discurso jurídico como caos. No accederemos a chantajes y actuaremos acorde a la ley.
dispositivo moral absoluto establece que los cambios sociales de- #NoAlParo #DecididosACrecer” -Lenín Moreno
ben tramitarse siempre bajo su influjo y sus procedimientos. La
protesta y la movilización se enmarcan en la alteración del orden Las declaraciones evidencian la relación que para el estableci-
público para erradicar su capacidad de intervención al sistema ju- minto resulta como necesaria entre legalidad, orden y violencia.
rídico. A cambio, los sujetos tienen el derecho y sus acciones, Las manifestaciones populares incomodan y horrorizan a los go-
mecanismos y procedimientos formales para la garantía de su biernos que legislan y ejecutan políticas públicas que benefician a
dignidad. Ese es el relato hegemónico. En realidad, las demandas sectores privilegiados e insisten en dictar medidas antipopulares
de las movilizaciones se hacen en contra y no a través de la ins- en detrimento del bienestar colectivo y popular. Ante este escena-
titucionalidad de lo jurídico; también pueden realizarse a través rio, las reacciones parecen estar encaminadas al establecimiento
del derecho, pero sin dejar de tener en cuenta que la potencia de de un Estado de excepción permanente, en el que las fuerzas ar-
la movilización popular es inagotable. Esta última parte obedece madas tengan cada vez más poder, y las protestas sociales cada
al uso de todas las formas de lucha: las protestas anticapitalistas, vez menos espacio público, y en donde se justifique y establezca,
antirracistas, anticoloniales no se agotan en el cambio legal. sin cuestionamiento y oposición alguna, el terrorismo estatal y la
total sumisión de las multitudes y los proyectos populares antica-
Adicional a esto, los canales del dispositivo moral-orden-se- pitalistas.
guridad no son suficientes ni capaces de alterar ni enfrentar las
Por: Red Surgiendo
ecientemente, un grupo de enardecidos ciudadanos an-
tioqueños, decidió que las protestas que se llevarían a
cabo en el país en el marco del paro nacional del 21
de Noviembre, son ilegítimas, injustas y que atentan
contra el orden, la normalidad, y todos los otros valores que salen
a relucir siempre por parte de las instituciones cuando se trata de
estigmatizar la protesta social en el país.
Cabría lugar a preguntarse, si la decisión de ese grupo -que en-
tre otras cosas terminó con la amenaza de conformar de una banda
paramilitar que trabaje con la fuerza pública para frenar a los ma-
nifestantes- es en realidad una decisión autónoma y democrática
de algunas personas, o no más bien una expresión del fascismo
que toma fuerza con el gobierno de Iván Duque. Pues bien, desde
nuestra perspectiva, es esta última la que explica la iniciativa ciu-
dadana paramilitar. En los últimos meses se ha extendido la filo-
sofía del enemigo interno, o la lógica amigo-enemigo con la que
Noam Chomsky describiera con suficiencia el discurso de la gue-
rra fría y la amenaza del comunismo en occidente, o con la cual
Umberto Eco explicara la racialización de todo un país durante la
Alemania Nazi. Pero la estrategia paramilitar en Colombia, es de
vieja data:
4. Finalmente, ni el Estado Colombiano ha dejado de imple-
mentar en sus prácticas militares la doctrina del enemigo interno
-como lo muestra el caso de Dimar Torres o la masacre de 18
menores de edad en el Caquetá el pasado mes de Agosto6 -, ni los
medios de comunicación tradicionales han dejado de criminali-
zar, perseguir y estigmatizar cada vez con mayor descaro a los
sectores populares, como se ha visto en el interés de condenar el
supuesto vandalismo dentro de las protestas sociales.
Estas cuatro razones y muchas otras demuestran que, ni Co-
lombia es un Estado democrático, ni la sociedad colombiana en
su conjunto está asumiendo posturas críticas, racionales e infor-
madas frenta al genocidio histórico que ha venido sufriendo el
movimiento popular desde el siglo pasado.
Este tipo de políticas oficiales, son propias de regímenes dic-
tatoriales y más preocupante aun, del fascismo. Es natural que en
una sociedad donde las conciencias han sido fuertemente militari-
zadas y usadas, surjan grupos ciudadanos que defienden el poder
hegemónico y ataquen y persegan a los sectores sociales que se
movilizan.
Por todo lo anterior, nuestra cordial invitación es:

1. Como lo ha descrito el profesor Renán Vega, desde 1963

-como mínimo-, la fuerza pública, adoptó como propia la doc-
trina Yarborough4 , que propone la pacificación de la sociedad,
¡A PARAR PARA AVANZAR
a través de la eliminación del enemigo -inicialmente asociado al
comunismo-. A partir de entonces se legitimó la destrucción –a
VIVA EL PARO NACIONAL!
cualqiuer precio- de lo que ellos llamaban, bases de izquierda, *Postdata: la reacción de la policía Nacional de Medellín fren-
considerando entre ellas, al Partido comunista, las organizaciones te a este hecho fue decir que “no se permitirá que ningún ciuda-
sindicales, estudiantiles, campesinas, obreras, indígenas y demás dano tome justicia por mano propia, es deber de los ciudadanos
sectores que se movilizaban desde comienzos de siglo en contra permitir la acción de la policía”. ¿Quiere esto decir que las ins-
de los procesos de colonización agraria e industrial. tituciones de Medellín consideran que el lado de los justos es
2. De otra parte, la estigmatización contra el movimiento el lado de los represores?
popular, el encubrimiento de la realidad y la legitimación de los
crímenes de Estado ha sido históricamente una constante en el
país, en la que han jugado un papel importante los medios de co-
municación; siendo uno de tantos ejemplos de manipulación de la
verdad, lo informado sobre El bogotazo, y otras tantes expresio-
nes del terrorismo de Estado que vendrían después, abarcando por
supuesto el ocultamiento de todos los homicidios, desapariciones
forzadas y violaciones a los derechos humanos.
3. Asimismo, la militarización de la sociedad, siempre ha
sido justificada bajo el concepto de la seguridad ciudadana5 ,
convertido este en un asunto “todos”. Sin embargo, por “todos”
se ha entendido sólo a las clases dominantes, o a los sectores de la
población que no se movilizan. La seguridad en suma, ha sido en-
tendida desde la garantía de permanencia del status quo. Es bajo
el espíritu de esta política que en Colombia se promulgaron leyes
que normalizaron la existencia de grupos paramilitares, como las
CONVIVIR, en los años 90.
1
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50139270
2
https://www.elespectador.com/noticias/politica/regular-la-protesta-social-la-primera-propuesta-de-quien-sera-ministro-de-defensa-articulo-800876
3
https://www.elcomercio.com/actualidad/lenin-moreno-decreta-excepcion.html?fbclid=IwAR27r4xNgKbmPh34cX884Np7rnakRcI3ow5qBmZ8HnvUxz6MGgYT-
B3000fg
4
Propuesta por el militar estadounidense William Yarborough
5
Que ha obedecido a las políticas de seguridad propuestas por Ronald Reagan y Margaret Thatcher en los años 80
 ESTUDIANTIL

Por: Resistencia
Quieren que este tema quede de lado, marginado, que se sepa
pero que resulte ajeno a las disputas que se tienen que dar, ne-
gando el histórico derecho que tenemos los pueblos a la rebelión
armada, la cual se muestra como algo que pasó a segunda página.
Pero ¿cómo no hablar de lucha armada en las universidades,
cuando las causas del conflicto armado, político y social, siguen
muy ligadas a la disputa por la tierra en Colombia, que se sigue
dando al calor del fuego por la defensa de los territorios? ¿Cómo
negarnos a este tema cuando la academia está en la obligación de
escribir la historia y hacer de esta una sociedad que se ponga en el
lado de los oprimidos?
La violencia, que también es nuestro derecho, se viene desfi-
gurando como concepto. Desde el poder, se cuestionan las afren-
tas contra los bienes privados y a la vez se legitiman las acciones
que agreden a la vida. Especialmente durante las últimas protestas
se viene gestando con gran fuerza el llamado a la “no violencia”.
os partidos políticos de la burguesía ven en el movi- Gran jugada que desmoviliza a muchos y que conlleva a escena-
miento estudiantil la trinchera a acaparar, quieren hacer rios de acogida de discursos vacíos, de estadísticas y cifras que no
de este un escenario político propio de los social-de- se ponen en discusión. Esta es ahora la discusión, una disputa de
mócratas, un lugar donde la crítica queda de lado y se representaciones, de escenarios de dirección que tienen como in-
sustituye por una ajena a las problemáticas históricas que presenta tención pacificar y alejarnos de nuestro histórico derecho a cam-
este país, ligadas a la disputa de la tierra. biar nuestra historia.

CÁRCEL Y SOCIEDAD

Por: Movimiento Nacional Carcelario - MNC

¿Cuántos derechos cree usted que son negados a una persona privada de la libertad en Colombia?
espondería un ciudadano de a pie, desprevenidamente,
que un privado de la libertad ya no puede salir a la
calle y estará castigado en el encierro, pagando una
pena por sus delitos. Alguien con algún conocimiento
de derecho penal podría afirmar que un privado de la libertad se
encuentra bajo una relación especial de sujeción, en que algunos
derechos son suspendidos, como es el caso de la libertad y de ele-
gir y ser elegido para cargos públicos; otros, como el de la edu-
cación y la familia, son restringidos; y, finalmente, están los que
nunca se pierden, como es el caso del de la salud y la vida. Segu-
ramente, alguien que se encuentre tras las rejas podría señalar que
no cuenta con la libertad de movilidad ni de interacción social, y
que aparte de éstos, el derecho a la salud, a la comunicación y a la
misma resocialización son permanentemente violentados dentro
del sistema penal, y carcelario, vigente en Colombia.
Con estas hipotéticas respuestas es posible pensar en cómo es
la vida de las personas reclusas y, tal vez arriesgarse a preguntar,
si al interior de las cárceles es viable conservar la dignidad como
núcleo central de los derechos humanos.
Para motivar este ejercicio social de reflexión, es preciso recor-
dar el supuesto, generalmente aceptado de “considerar a la prisión
y al castigo como medios eficaces para tratar a los individuos que
infringen la ley, y que luego de cumplir una pena, estos salen de la
cárcel totalmente renovados y listos para vivir en sociedad”. *¿Es
cierta esta premisa? *¿La prisión es un lugar adecuado
para rehabilitar a las personas? *¿es acaso, la solución a
los problemas que dan origen a la delincuencia? Una breve
radiografía del sistema carcelario, apoyada por algunas cifras, po-
drá ilustrar la realidad de esta práctica de la justicia colombiana:
a. La capacidad que tiene el sistema penitenciario con sus
134 centros de reclusión es de 80.236 cupos y según cifras del
INPEC, a septiembre de 2019, existen 191.540 personas reclusas;
esto quiere decir que el hacinamiento equivale al 52,58%. De es-
tas,124.640 personas se encuentran en establecimientos de reclu-
sión del orden nacional (65.1%); 61.881 personas en ubicación
domiciliaria (32.5%); 5.019 personas con vigilancia electrónica
(2.6%). Se puede calcular que, de la totalidad de habitantes del
país, de cada 100.000 habitantes 371 personas van a la cárcel.
b. Según la comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la pri-
sión preventiva (para personas sindicadas) basada en la presunta
peligrosidad, es arbitraria, viola la presunción de inocencia y el
principio de legalidad. Sumado que en la mayoría de los casos se
configura como una pena anticipada.
 c. Según el código Penitenciario (Ley 65 de 1993), la función
de la privación de la libertad es “preparar al condenado, mediante
su resocialización para la vida en Libertad”, labor que es reducida
al encierro dada la ausencia de programas educativos o laborales
suficientes y al hacinamiento.
d. La Corte Constitucional en tres ocasiones (1998, 2013 y
2015) ha declarado el Estado de Cosas Inconstitucionales en el
sistema penitenciario y carcelario; además de haber sido ratificada
en otras 11 sentencias, debido a la violación masiva y sistemática
de los derechos fundamentales de los reclusos.
e. En Colombia no existe una política pública de atención a
la población pos penada por delitos comunes; en promedio anual-
mente 30.000 personas salen en libertad. De 2015 a 2018, soló
1411 personas fueron atendidas por el único programa existente
“Casa libertad” equivalente al 0.02%. Situación que se agrava con
la estigmatización social que enfrenta quien ha estado en la cárcel;
la ruptura y transformación de sus relaciones sociales, por ejem-
plo, un alto porcentaje de los matrimonios o relaciones de pareja
terminan durante el tiempo de prisión; se pasa a ser desempleado;
no se sigue la formación educativa; se disminuye de estrato socio
económico.
f. Los centros de reclusión enfrentan un problema estructu-
ral, consistente en la ausencia de lugares para llevar a cabo el tra-
tamiento de resocialización; no hay condiciones sanitarias dignas
ni áreas adecuadas para actividades cotidianas como comer, re-
crearse o descansar. Igualmente, en las estructuras de tipo ERON,
el acceso al sol es inexistente, las áreas de recibo de la visita son
insuficientes y los espacios para atención de abogados son indig-
nas.
g. Diversos estudios indican que un 68% de la población re-
clusa tiene necesidades de atención mental, siendo el alcoholismo
(54%), la depresión (23%) y la ansiedad (22%), los diagnósticos
con mayor prevalencia. Existe un psicólogo por cada 1.000 reclu-
sos, y en la mayoría de casos no están presentes durante el tiempo
de reclusión.
h. De acuerdo a la ley 1709 de 2014, el INPEC tiene funcio-
nes de vigilar y atender la población privada de la libertad, y la
USPEC (unidad de servicios penitenciarios y carcelarios), debe
garantizar los derechos humanos, proveer elementos y equipos de
trabajo, sanidad, didácticos, deportivos, de recreación, vestuario,
asistencia y atención médica necesaria con medicamentos y trata-
mientos adecuados. Con un presupuesto que supera los 300.000
millones anuales, la USPEC suministra alimentos tres veces al día
durante todo el año. La alimentación es contratada con empre-
sas privadas. Según la Contraloría General de la Nación, en enero
de 2018 descubrió un sobrecosto por 36.442.756 pesos; así mis-
mo, alimentos preparados sin condiciones de higiene, con menor
gramaje, cocinas con roedores e insectos, y un acceso limitado al
agua potable durante el día.
i. La sentencia T-267 de 2019 señala que las empresas de
prestación de servicios de comunicación para las personas priva-
das de la libertad deben garantizar el derecho a la comunicación e
informar sobre las modalidades del servicio. Igualmente, en dis-
tintas sentencias se afirma que debe haber una implementación
progresiva de las nuevas tecnologías que facilite y mejore el ac-
ceso a la comunicación, y los centros carcelarios deben garantizar
progresiva y sosteniblemente el goce efectivo del derecho a la co-
municación, sin discriminación y con espacios de participación en
sus diferentes etapas de implementación. Lo que en la actualidad
se contradice, pues los costos de comunicación en la mayor parte
de centros carcelarios son muy altos. Un ejemplo se evidencia en
la cárcel ERON Picota, donde un minuto a celular cuesta 222 pe-
sos, uno a fijo 80 pesos. Además, cada minuto sólo tiene alrededor
de 45 segundos; el dinero debe ser consignado en un banco en su-
mas superiores a 15.000 pesos, de donde se deducen 1.600 pesos
por la transacción.
Con estos datos será viable pensar que ¿sólo la libertad es el
derecho que se niega a un recluso?, o más bien, hay una gran can-
tidad de derechos humanos que, a causa de la irracionalidad de la
política criminal, las precarios e ineficientes estructuras carcelarias
y la corrupción sistemática, son violentados permanentemente.
Seguir pensando como sociedad que la cárcel da solución a los
problemas sociales, políticos y económicos, y que sólo a causa del
encierro la gente dejará de infringir la ley es un error, que aparte
de denigrar la vida y la dignidad humana, reproduce nuevos pro-
blemas sociales.
Desde el Movimiento Nacional Carcelario – MNC seguimos
reflexionando sobre la urgencia de proponer otras alternativas dis-
tintas a la privación de la libertad para enfrentar los problemas
que, como sociedad, tenemos, y que en una democracia y un Es-
tado de derecho deberían ser resueltos en virtud del cuidado de la
integridad humana. Así mismo, es urgente humanizar las penas
asignadas a los distintos delitos; atender las miles de acciones de
tutela hechas por familias y personas privadas de la libertad, en
exigencia de garantías de derechos fundamentales, acatando los
llamados realizados por la Corte Constitucional; pensar una polí-
tica criminal restaurativa que permita afrontar conflictos sociales
de distinta índole y resolverlos de manera alternativa, permitiendo
al mismo tiempo diseñar herramientas de reconstrucción del tejido
social.
Es justo denunciar que a diario los derechos humanos son vio-
lentados al interior de las cárceles, ya sea con la mala alimenta-
ción, la nula atención en salud, la falta de programas laborales,
recreativos, culturales y educativos, la negación del derecho a la
comunicación dados los altos costos, la falta de programas de re-
inserción social y la corrupción estructural del INPEC y la USPEC
por la que las personas privadas de la libertad deben pagar diaria-
mente para sobrevivir.
Desde el interior de la cárcel llamamos a la solidaridad frente a
nuestra condición como privados de la libertad, convocamos a la
unidad de familiares, amigos y de todas las y los PPL de Colombia
para exigir el respeto de la dignidad y la vida, y a las instituciones
nacionales e internacionales veedoras de los derechos humanos
para que vigilen y cuiden la existencia de los que aquí nos encon-
tramos.
Por último, queremos dejar una pregunta para su reflexión per-
sonal y colectiva:
¿quiénes cree usted que son las personas que van a
la cárcel? ¿Están aquí los verdaderos responsables del
desastre nacional?
*¡Preso es quien no lucha!*
*¡Viva el Paro Nacional!*
Por: Lucha y Siembra
Después de pagar casi dos años de prisión, Mateo Gutiérrez resultó absuelto de los cargos de terrorismo
y concierto para delinquir por los que había sido acusado, en el marco de un montaje judicial diseñado
por la Policía. Producto del injusto procesamiento en su contra, sus estudios universitarios se vieron
truncados y tanto él como su familia y amigos, se vieron sometidos a una brutal persecusión y hostiga-
miento que aún no cesan. Desde el exilio, Mateo concede esta entrevista a Lucha y Siembra.

Lucha y Siembra: El Tribunal Superior de Bogotá aca-
ba de proferir un fallo absolutorio a su favor. ¿En qué se
fundamenta esa sentencia?
La sentencia se basa en dos elementos: El primero la in-
capacidad de la fiscalía para demostrar la comisión del deli-
to, es decir la colocación de un artefacto panfletario en sep-
tiembre de 2015. Se estableció que los testigos de la fiscalía
fueron incoherentes y cayeron en reconocimientos viciados
e ilegales como el que hizo Brayan Stiven Gómez (único
testigo del hecho) quien sabia mi nombre y mi apariencia
antes de la diligencia, pues era miembro de la policía y un
superior perteneciente a la seccional de anti terrorismo le
ordenó identificarme. El magistrado señaló que la totalidad
de los testigos de la fiscalía eran incoherentes y presentaban
contradicciones. El segundo elemento es la pertenencia a la
organización de la cual me acusaban: la fiscalía no pudo pro-
barla, pero además para el magistrado el delito no calificaba
como concierto para delinquir con fines de terrorismo sino
rebelión, sin embargo ninguno de los dos fue probado.
generar miedo para que otras personas no se vinculen a los
procesos o se alejen, pretende instigar el espíritu de la au-
toinculpación o de la inculpación a compañeros, alimentar el
egoísmo y los comportamientos más mezquinos. Se vive en
una constante brega por no perder la moral.
Lucha y Siembra: ¿Qué mensaje le da usted a aquellas
personas que como usted, hoy se enfrentan a un proceso
penal?
Les diría que no dejen que el desaliento y el desespero les
gane. Aún en prisión seguiremos siendo libres pues los car-
celeros no entienden el peso de la dignidad, debemos unir-
nos y ser solidarios entre nosotros, no podemos dejar que rom-
pan nuestra moral y nuestros ideales. Hay que llenarse de valor
y perseverancia para no terminar de rodillas olvidando de donde
venimos.

Lucha y Siembra: ¿Qué significa realmente este fallo

absolutorio?
Significa que se cae una mentira más de la fiscalía, que
deja a la luz el actuar criminal de fiscales y policías en mi
caso y en otros montajes judiciales. Igualmente debe ser una
enseñanza para los activistas y abogados defensores, debe
servir para aprender como defenderse correctamente en este
tipo de situaciones.

Lucha y Siembra: ¿Cómo puede describir o caracterizar

el procesamiento judicial en su contra?
Un montaje, una persecución de tres años por parte de una
fiscalía mafiosa y agresiva. Cada una de sus afirmaciones se
apoyaban en las mentiras y los medios, en la presión a los
jueces y testimonios falsos, algo común para los dirigentes
populares.

Lucha y Siembra: ¿Qué significó y significa para el mo-

vimiento popular, el encarcelamiento. ¿Como se vive la
prisión desde adentro?
Para el movimiento popular significa un desgaste: busca
minar los procesos y debilitar a la militancia, busca acabar
el espíritu de las personas para alejarlas de la lucha. Intentan
 INTERNACIONAL

Por: Eva Fjellheim

En 2016, la práctica de la pesca ancestral de la comunidad indígena Sami, que se ubica cerca del río Deatnu en norte de Finlandia, fue
criminalizada por una nueva reglamentación. Sin embargo, el 6 de marzo del año 2019, la corte de la primera instancia emitió un dicta-
men a favor de tres mujeres Sami que fueron procesadas por la pesca ilegal. Ellas mismas se declararon culpables ante la policía, pero
destacaron que no hayan hecho ningún delito. Su objetivo era constatar que simplemente habían practicado su cultura. Es la primera vez
que una corte indica que una estructura legal viola con los derechos colectivos del pueblo Sami en Finlandia. A través del proceso legal,
aspiran cambiar la legislación de pesca en el país.

Cuando tu cultura se vuelve un delito
Imagínate despertar un día para salir a pescar en el río, dónde tus
papás, abuelos y ancestros han pescado para su sustento de vida por
cientos de años. Solo que ese día, lo que siempre ha sido parte de tu
cultura ancestral, se ha vuelto un delito.
Eso pasó a tres mujeres Sami, originarias del municipio Utsjo-
ki, en norte de Finlandia. A inicio de agosto 2017, Anne Nuorgam,
Heidi Eriksen, Kati Eriksen y su hijo Erke Eriksen de 17 años fue-
ron a pescar en el río Vetsijoki, como habían hecho desde que eran
pequeñas. El río Vetsijoki es un brazo del río Deatnu, uno de los
ríos de salmón más grandes del mundo, y al mismo tiempo marca
la frontera entre los países Finlandia y Noruega. Para los Sami que
habitan alrededor del territorio, ir al río para pescar era parte de su
vida cotidiana, hasta que los dos gobiernos firmaron un acuerdo bila-
teral que estableció una nueva reglamentación de pesca en 2016. La
nueva reglamentación requirió una licencia pagada para pescar en
un tiempo limitado durante el año. El argumento de los dos estados
para restringir la pesca, fue la sobre pesca y el cuidado del medio
ambiente. Sin embargo, no se tomaron en cuenta que el pueblo Sami
ha gestionado los bienes naturales en base a su conocimiento tra-
dicional y un principio de “no utilizar más de lo que necesitamos”,
y que la presión aumentada al río se debe al turismo de pesca. En
la práctica, el cambio legislativo significó que quienes continuaran
pescando sin licencia, fueran criminalizados, solo por practicar su
cultura ancestral.
Dictamen histórico en Finlandia
procesadas por pesca ilegal, destaca que, en el caso de Finlandia,
este dictamen es histórico:
“Estamos muy felices con el dictamen. Por primera vez la
corte protege los derechos de la tierra, el agua y el medio de vida
del pueblo Sami, y expresa que la legislación de pesca puede ser
inconstitucional”.
Anne explica que en Noruega y Suecia hay precedentes de la cor-
te sobre los derechos territoriales del pueblo Sámi, pero es la primera
vez que eso pasa en Finlandia.
Al iniciar el juicio, se hizo un acuerdo con el fiscal de llevar el
caso a la máxima instancia del sistema de justicia en Finlandia, por-
que el caso puede tener implicaciones para una revisión de la legis-
lación nacional sobre la pesca.
Los antepasados de Anne y las otras mujeres procesadas, han
utilizado los ríos y lagos como fuente de su sustento alimentario y
cultural. Durante la audiencia dieron sus testimonios sobre el uso
ancestral y el conocimiento transmitido entre las generaciones. Con-
taron sobre como aprendieron a utilizar los bienes del río de una
manera sostenible.
La corte dictó que no hay duda de que las familias de las mujeres
acusadas por pesca ilegal sean originarias del lugar, y que han utili-
zado esos ríos durante varias generaciones. Seguir utilizando los ríos
de manera ancestral es un derecho que establece la constitución de
Finlandia donde dice que los Samis tienen el derecho de mantener y
desarrollar su idioma y cultura, como también establece el artículo
27 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos, reconoci-
do por el país.

El 6 de marzo de 2019, la corte de la primera instancia emitió un Litigio Estratégico

dictamen favorable a las mujeres procesadas por pesca ilegal en la Ir a pescar ilegalmente ese día, era una estrategia consciente. Anne
municipalidad Utsjoki. Anne Nuorgam, abogada Sami, defensora de Nuorgam es una abogada Sami que integra el Foro Permanente para
los derechos humanos de los pueblos indígenas, y una de las mujeres las Cuestiones Indígenas de la ONU y recientemente fue electa como
su Presidenta en la 18 sesión del Foro. Tiene mucha experiencia de
trabajo internacional sobre los derechos de los pueblos indígenas, y
litigios pertinentes. Heidi Eriksen era parte de la autoridad local con
mandato de vigilar la implementación de la nueva reglamentación.
Utilizó su posición para presentar su propio “delito” ante la autori-
dad correspondiente que fue obligado a llevar el caso a la policía.
Cuando las mujeres se presentaron ante la policía, la primera res-
puesta por parte de las autoridades fue darles una multa por el delito
que habían cometido. Pero las mujeres rechazaron, y exigieron un
juicio para probar su caso. Cuando al fin la policía aceptó recibir su
testimonio, se declararon culpables ante la ley, pero destacaron que
no habían hecho ningún delito. Lo que habían hecho era practicar su
cultura ancestral y querían comprobar su derecho constitucional ante
el sistema. Así empezó el litigio estratégico planificado meses atrás.
Anne dice que el litigio estratégico se ha convertido en una estra-
tegia más común para los pueblos indígenas de diferentes partes del
mundo que buscan justicia frente a la falta de soluciones políticas.
Con sus aliadas está dispuesta a llevar el caso al sistema de justicia
internacional, porque no solamente están luchando por sus propios
intereses, sino para cambiar un sistema que discrimina al pueblo
Sami y sus prácticas ancestrales.

Introducción por: El Comité Noruego de Solidaridad con América Latina (LAG Noruega)-
Texto Contra la Prisión: Grupo de Trabajo “No Estamos Todxs”
Nota: Por convicción política hacia un mundo incluyente usamos “oa” /@/x para reflejar la diversidad del mundo.

Introducción
La organización y la resistencia son las únicas armas que nos
acercan a la libertad plena, y más aún cuando nos quitan la libertad
física. Loas presoas de Chiapas se oponen al sistema capitalista que
tanto daño nos causa a todoas, y por el cual son sobrevivientes de
tortura tanto física como psicológica, persecución, desaparición for-
zada y prisión política.
Chiapas, en el sur-este de México, se reconoce por el levanta-
miento Zapatista en 1994. Se alzaron en armas y dijeron; ¡YA BAS-
TA! Ya basta con la invisibilización de los pueblos indígenas, la
represión, el despojo de los territorios, la pobreza sistemática, la
violencia contra las mujeres y las mentiras – todo proveniente del
sistema capitalista y patriarcal ejecutado por el estado mexicano.
Desde ese entonces loas zapatistas han construido su propio sistema
de gobierno, democrático, participativo y rotativo, donde el pueblo
manda y el gobierno obedece. También han construido centros de
salud y una educación propia, siempre reivindicando los saberes y
prácticas de los pueblos originarios, y siempre andando de la mano
con la arte, ciencia, solidaridad e internacionalismo para construir un
nuevo mundo donde quepan muchos mundos.
Parte de construir otro mundo, es construir otra justicia. En 2008
loas zapatistas lanzaron la iniciativa ¡Primero Nuestr@s Pres@s!, a
través de la red de solidaridad y lucha La Otra Campaña, para visi-
bilizar las injusticias cometidas contra loas presoas y sus familias,
y para reforzar la lucha por la liberación de todoas loas presoas. En
este marco en 2010 nace el Grupo de Trabajo No Estamos Todxs, un psicológica, la dispersión para la desestructuración política y comu-
colectivo anticarcelario que difunde, visibiliza y acompaña la lucha nitaria, el alejamiento del/a pres@ de su lugar de residencia… son
de loas presoas políticoas de Chiapas. Aquí compartimos un texto sólo algunas de las actuales herramientas del sistema carcelario que
sobre su visión anticarcelario: se han convertido ya en lugares comunes para mucha de la población
Contra la Prisión reclusa, evidenciando claramente que el régimen carcelario del siste-
A lo largo de nuestro caminar dentro y fuera de los penales, se fue
ma capitalista es un régimen punitivo, que no únicamente castiga al
formando nuestra visión anticarcelaria. pres@, también a sus familiares y allegados.
Como ya dijimos antes, los centros penitenciarios para nada
A partir de las experiencias vividas en los días de visitas, la ac-
cumplen con su supuesto objetivo de reinserción si no todo lo con-
titud de los custodios, los reglamentos internos, la corrupción que
trario, la prisión es generadora de comportamientos delictivos, es
denuncian los compañeros presos, los tratos que reciben, los castigos
claramente la mejor escuela del crimen, sólo hay que ver que un
que sufren,… la realidad carcelaria se fue desplegando ante nuestros
alto porcentaje de la población reclusa reincide. La lucha continua
ojos y el odio a la prisión se fue fraguando en nuestros corazones.
del/la pres@ por mantener ya no intacta, si no al menos mínima
Nos preguntamos si las prisiones cumplen su propósito de reedu-
o parcialmente íntegra su dignidad, le puede llevar ha vivir la pri-
cación y readaptación del individuo/a a la sociedad. Esta pregunta
sión como un enfrentamiento directo y diario con l@s custodi@s,
pierde todo su sentido tácito e incluso ético, si comenzamos a valo-
y padecer toda una serie de repercusiones, como el incremento de
rarla desde el aspecto político-social de las sociedades dominantes
los abusos de poder, la perdida de “privilegios” y la aplicación de
actuales. Aun así, sin entrar en ese tipo de argumentaciones, la pri-
nuevas condenas que alarguen la estancia en prisión. De lo contrario,
sión en sí, para nada cumple con ese sentido reformador que es la
de no darse este choque, el/la pres@ sufre un inevitable proceso de
supuesta intención institucional.
despersonalización, producido en gran parte por la imposibilidad de
La permanencia del ser humano entre muros, el trato vejatorio,
la toma de decisiones más básicas y el trato vejatorio que padece.
los regímenes de incomunicación, la tortura explícitamente física o
 Las cárceles del actual sistema capitalista son en sí un instrumen-
to de amenaza, de manejo estructurado del miedo para condicionar
el comportamiento social. La estructura que permite a los gobiernos
mantener al sujeto común y político controlado bajo la amenaza del
miedo constante. Es también administrador de mano de obra extre-
madamente barata para el lucro personal de las multinacionales, ya
que en prisión se reciben salarios irrisorios comparado con igual tra-
bajo fuera de ella. La cárcel pues, es un genocidio entre muros, es
una maquila infernal que descuartiza la dignidad, la integridad, los
sentimientos y la vida del pres@.
Aun así, dentro de las cárceles se dan lazos de solidaridad inque-
brantables, difícil de gestarse tan fuertemente en otros contextos. La
organización interna de los pres@s politic@s nos demuestra que la
prisión no es más que un cambio de escenario (con toda su crudeza)
donde seguir o gestar la lucha, donde los más “pequeños” logros
son una victoria que les hace más libres, ya que la libertad comienza
donde empieza la lucha.
También, y como algo que debería plantearse desde un aspec-
to inspirador y esperanzador, en muchas comunidades indígenas de
México se esta llevando a cabo una forma alternativa e antagonista
a los modos de impartir justicia de las sociedades dominantes. Don-
de la persona que delinque, no es encerrada, no es alejada de sus
familiares imposibilitando ya no sólo el desarrollo de la familia, si
no la sobrevivencia misma, si no que cumple la “condena” en su
comunidad. Es puesta a valoración de la asamblea, y allá se deciden
los trabajos que deberá de realizar como aportación a las necesidades
comunitarias. En este tiempo estará bajo vigilancia de los propios
comuneros, que serán los que valoren su rehabilitación. Tenemos
el ejemplo claro (entre otros, como son muchas de las comunidades
zapatistas de Chiapas) de la policía comunitaria de Guerrero, como
ejemplo de autonomía y desarrollo de una justicia interna, que trata
dignamente a quien comete el delito y a sus familiares, y cumple
A ell@s nuestro respeto y esfuerzo.
Por: Dana Farraj
l pasado martes 28 Enero 2020, la administración esta-
dounidense anunció el plan de Donald Trump para li-
quidar la causa palestina. Este plan, que fue rechazado
por los palestinos, busca convertir los palestinos a un
pueblo en meros asentamientos fragmentados en contravención
de sus derechos históricos.
El anuncio de este plan no fue una sorpresa, ya que las polí-
ticas coloniales occidentales apuntan continuamente a apoyar el
Estado de la entidad sionista, desde la declaración de la primera
conferencia sionista en 1897, hasta el acuerdo franco-británico
Sykes-Picot en 1916 y la declaración británica Balfour que pro-
metió en 1917 establecer un hogar nacional para los judíos en
Palestina. En cuanto a las políticas estadounidenses en particular,
los EE. UU. son el primer socio de Israel desde el momento en
que el estado fue declarado en 1948 hasta la actualidad. Las polí-
ticas de Trump pueden ser más pronunciadas que sus predeceso-
ras, por ejemplo, no solo está usando el poder otorgado a EE. UU.
como una superpotencia en un mediante el veto en el Consejo de
Seguridad, sino que también incurrió en la negación explícita de
las resoluciones anteriores y recientes del Consejo de Seguridad
y la Asamblea General de las NU con respecto al tema palesti-
no. Todo ello en violación directa de los principios del derecho
internacional y los derechos humanos. Quizás este es uno de los
claramente con el aspecto reformador.
Por ello pensamos que tod@ pres@ es víctima y rehén del siste-
ma, aún más tomando en cuenta que la gran mayoría de las personas
detenidas son hombres, mujeres, jóvenes que se enfrentaron a una
realidad hecha de pobreza, discriminación y falta de alternativas. El
sistema capitalista y colonial se rige sobre la explotación de la gran
mayoría de la población pero al mismo tiempo necesita atemorizar,
disciplinar y castigar esta gran muchedumbre que genera la plusvalía
que se acaparan los ricos y los poderosos.
En esta guerra social, en donde la cárcel juega un papel trascen-
dental, hay un estrago de víctimas. En Chiapas (al igual que en otros
estados de México), los y las indígenas sufren una discriminación
más, siendo blanco de las políticas coloniales y por ello los penales
están repletos de mayas. Nosotr@s luchamos para acabar el sistema
capitalista y colonial y, desde luego, deseamos un mundo donde ya
no se encierre a la gente sólo por ser pobre, indígena o no tener alter-
nativas viables para mantener su familia. A lo mejor, un mundo sin
cárceles y con la posibilidad de que la justicia se ejerza desde abajo
y sin venganza, como demuestran los experimentos sociales ya men-
cionados en el Guerrero de la Policía Comunitaria y en el Chiapas de
las Juntas de Buen Gobierno.
Con la esperanza en el corazón de ver salir libre cada persona
detenida y de abrir las puertas de las prisiones como en el aquel pri-
mero de enero del 1994, cuando l@s zapatistas insurrect@s corrie-
ron a los custodios del CERESO 5 de Los Llanos y dejaron libres a
la gente ahí encerrada, enfocamos nuestros esfuerzos en la difusión,
la movilización y el acompañamiento a l@s pres@s polític@s de
la Otra Campaña, es decir en aquellas personas que sentimos como
hermanas, que adentro de las cárceles luchan para concientizar a la
población carcelaria, que no canjean su libertad a cambio de la des-
articulación de sus organizaciones o luchas, y que no piden permiso
para ser libres, aún adentro de las celdas en donde el Poder l@s puso.
precedentes más peligrosos en el sistema de justicia internacional
y amenaza a todos los países y pueblos del mundo al abandonar
muchos principios legales y decisiones internacionales.
El “Acuerdo del siglo” viene como una coronación de las po-
líticas recientes de los EE. UU., y refleja la política de apoyo a
Israel por parte de cada presidente estadounidense, demócrata o
republicano. Trump reconoció recientemente a Jerusalén como
la capital de Israel y la soberanía de Israel sobre el Golán sirio,
además de dar por legales las colonias sionistas contraviniendo
la Resolución del Consejo de Seguridad en 2016 ‘2334’ sobre la
ilegalidad del asentamiento israelí en el territorio palestino ocu-
pado en 1967. La administración Trump también cortó los fondos
críticos de los EE. UU. para el Organismo de Obras Públicas y
Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina
en el Cercano Oriente (UNRWA) con el objetivo de socavar su
trabajo y transferir sus responsabilidades a los países de acogida.
Además, la administración Trump canceló el programa USAID
que, si bien contaba con el rechazo de una buena parte de los pa-
lestinos por exigir la renuncia a los justos derechos nacionales y
criminalizar la lucha de un pueblo, se consolidó a lo largo de los
años como un importante sustento para los habitantes de Cisjor-
dania y Gaza. Asimismo, cerró la oficina de la delegación general
de la Organización para la Liberación de Palestina en Washing-
ton. Es importante señalar que las políticas estadounidenses ha-
cia la causa palestina no son diferentes de sus políticas hacia los
otros pueblos oprimidos del mundo en busca de la liberación y la
independencia. En este sentido el caso Venezolano es ilustrativo.
El hecho de que Israel continúe cometiendo crímenes de gue-
rra, crímenes de lesa humanidad y violando los derechos de los
palestinos se presenta en el contexto de la ausencia de supervisión
y rendición de cuentas internacionales de acuerdo con las normas
del derecho internacional, e incluso resulta a veces de estímulo y
apoyo a las políticas israelíes a través de acuerdos económicos,
militares u otros con Israel. Así, dondequiera que se encuentren,
el pueblo palestino sufre la continua negación de los derechos de
los refugiados y las personas desplazadas a regresar a sus hogares.
La Nakba del pueblo palestino continúa en nuestros días a través
del desplazamiento forzado y la transferencia de la población en
Palestina. El “Acuerdo del Siglo” estipula que no se debe permitir
que el nuevo estado palestino vaya a la Corte Penal Internacional
para responsabilizar a Israel por sus crímenes, que han durado
más de 70 años, y que constituyen una violación clara y explícita
de la justicia penal internacional.
La continuación de las restricciones y el estrangulamiento del
pueblo palestino por parte de los EE. UU. con la complicidad
de algunos países árabes con sus gobiernos reaccionarios y algu-
nos países occidentales, y, más recientemente, las políticas de la
Unión Europea sobre el financiamiento políticamente condicio-
nal para las instituciones de la sociedad civil palestina, es sólo
una parte de un sistema global representado por la dominación
imperialista occidental de los pueblos del mundo. Por lo tanto, el
“Acuerdo del siglo” apunta no sólo a liquidar el problema pales-
tino, sino a completar las ambiciones económicas en la cuenca
del Mediterráneo y vincular Asia y África a Europa económica y
geográficamente a través de intereses comunes con Israel y su tu-
tor permanente; los EE. UU., además de imponer la hegemonía y
negar cualquier movimiento rebelión revolucionaria en la región.
Los supuestos planes de paz, desde 1967 hasta la década de
1990 con la OLP, la aceptación en el acuerdo de Oslo, la legi-
timación del colonialismo sionista-israelí en la mayor parte de
Palestina, y los acuerdos posteriores entre Israel y algunos regí-
menes árabes, como Egipto y Jordania, sólo exacerbaron las he-
rramientas del colonialismo y su manifestación sobre el terreno.
Una paz justa no será a través de regímenes imperialistas y polí-
ticas expansionistas que saqueen la riqueza de los pueblos y que
pretendan imponer más hegemonía y control. Los “esfuerzos” por
la paz y la supuesta prosperidad económica sólo han contribuido a
empobrecer a los palestinos y aumentar su dependencia, las tasas
de pobreza y el desempleo.
La ambición colonialista expansionista israelí no sólo se ex-
tenderá a Palestina, sino que se llegará a otros países árabes en
busca de una dominación internacional más amplia. Los pueblos
oprimidos sólo serán salvados por ellos mismos. Tenemos que
reconsiderar la Autoridad Palestina, que es una autoridad interina
que ejerce el autogobierno (su efectividad legal terminó técnica-
mente en 1999 bajo los términos de los acuerdos de Oslo) y está
prácticamente y completamente sujeta a la autoridad de Israel. Te-
nemos que reconsiderar a nuestros aliados, expandir las áreas de
cooperación y trabajar con otros países y pueblos que pueden ser
amigables; debemos definir nuestras demandas y derechos y di-
rigirlos al mundo, no esperar a que el mundo determine lo que es
aceptable, lógico y justo, sino que somos más capaces de determi-
nar lo que es una solución justa a nuestra causa. En conclusión, la
declaración de Trump no es más que una reproducción del status
quo y una legitimación de nuevas violaciones, expansión colonial
y reconocimiento de la legitimidad de los crímenes israelíes. Ante
la nueva arremetida del gobierno estadounidense y la entidad sio-
nista sólo el rechazo continuo y la firmeza del pueblo palestino
prevalecen como el estandarte de una lucha por la libertad que no
cesará hasta el reconocimiento de los derechos inalienables, el
retorno de los refugiados y la autodeterminación.
 En esta edición de Lucha y Siembra, Resistiendo al Olvido no solo va a recordar a las personas ase
altos mandos responsables de estas muertes. Presidentes de Colombia y ministros de defensa s
podemos permitir que continúe la afirmación de que fueron manzanas podrid

Año 1990 Año 1991

Carlos Arturo Garavito (10.feb.1990)
En San Vicente de Chucurí,
Santander. Carlos Arturo
Garavito fue detenido por
miembros del Batallón de
Infantería No. 40 Lucia-
no D´elhuyar cerca de la
cancha de futbol de la vereda
Caño Tigre. Fue subido a un
helicóptero, señalado de gue-
rrillero, torturado y asesinado
Teodolinda Agudelo y Justiniano Rodríguez
(16.mar.1991)
16 de marzo, San Alberto, Cesar. Teodolinda Agudelo, de 81
años, y Justiniano Rodríguez, de 83 años, fueron asesinados
dentro de su casa por miembros de la Contraguerrilla adscritos a
la Quinta Brigada de la ciudad de Bucaramanga. Según
los militares, los dos abuelos eran colaboradores de la guerrilla y
murieron en un supuesto enfrentamiento.

Año 2006
al día siguiente.

Noé Quintero y Gilberto Peñaloza(12.feb.1990)

Wilson Vacca, Diego Vacca y Rosmiro Peña
(27.ene.2006)

Dos días después, 12 de febrero, San Vicente de Chucurí. Noé

Quintero y Gilberto Peñaloza, vecinos de Carlos Arturo Ga-
ravito estaban haciendo limpieza a un potrero. Noé era el sobrino
de Gilberto. Justo a medio día subió a su casa a almorzar, en el
camino escuchó disparos y un helicóptero sobrevolando; cuando
regresó al potrero encontró a su tío muerto; por eso lo mataron a
él también.
27 de enero, Bucaramanga, Santander. Wilson Vacca, Diego
Vacca y Rosmiro Peña subieron a un taxi con la promesa de
un buen empleo, pero fueron engañados. Los tres fueron ase-
sinados por miembros del Gaula Militar Santander y
presentados como guerrilleros muertos en combate.
 esinadas por este Estado genocida, sino que también va a hacer memoria de quienes son los más
se encuentran en la cima de la línea de mando de las fuerzas de seguridad del Estado, por ello no
das cuando la realidad se trata de una política diseñada por las élites de poder.

Venicio Muñoz (28.mar.2006)

Dos meses y un día después, 28 de mar-
zo, vereda La Robada, Sabana de Torres,
Santander. El campesino, padre de familia
Venicio Muñoz fue detenido, asesina-
do, vestido con prendas militares, rodea-
do con armas de fuego y presentado como
combatiente guerrillero del Frente 20 de
las FARC-EP.
Año 2008
Luis añez y tomás ospino (23.mar.2008)
23 de marzo, La Sierrecita, Serranía del Perijá, Guajira. Las
FARC tomaron por rehenes a varias personas, entre ellos a Luis
Añez Ospino, de 15 años, estudiante de noveno grado de bachi-
llerato, y a Tomás Ospino Álvarez, de 48 años, paciente de
poliomielitis. Los dos fueron trasladados por la guerrillera hasta
ser emboscados por el Ejército Nacional, y en medio del cruce de

Año 2007
disparos fueron asesinados. Al día siguiente juntos fueron presen-
tados como guerrilleros muertos en combate.

Melkis Eugenio Meza Borja (25.feb.2007)
25 de febrero, Valledupar, Cesar. Melkis Eugenio Meza Borja,
el hijo de doña Rosa, salió de su casa en un barrio humilde de Valle-
dupar y nunca lo volvieron a ver. Melkis de 17 años fue encontrado
muerto en la vereda de La Gloria, Cesar, reportado como guerrillero
muerto en combate junto con tres muchachos más.
Marcos Quintero, Marcos Quintero Niño y Nelson Páez
(28.mar.2007)
Año 2017
ALDEMAR PARRA (07.ENE.2017)
7 de enero, vereda El Hatillo corregimiento de la Loma, juris-
dicción del El Paso, Cesar. Aldemar Parra, líder social de su
comunidad, defensor del territorio y de su gente fue asesinado por
dos hombres en una moto que le propinaron tres disparos por la
espalda. La vereda en la que vivía Aldemar ha sido un territorio
con constantes problemas por la explotación de carbono y mine-
rales que ha generado desplazamiento forzado de la comunidad y
un impacto ambiental severo.

Un mes y tres días después, 28 de marzo, Bucaramanga, Santander.

Marcos Quintero Rivera, Marcos Quintero Niño y Nel-
son Páez, celadores, salieron para su trabajo en un barrio del norte
de la ciudad, pero antes de llegar a su destino ese mismo día fueron
asesinados por miembros del Gaula Militar Santander. Según
la versión militar, fueron dados de baja en combate en un paraje del
municipio del Playón, Santander.
Por: Gearóid Ó Loingsigh
l mundo arde, los ríos se oscurecen por los residuos que
llevan, llueve sobre agua y hay sequía donde falta. El
clima está en crisis y una vez más surgen voces ecolo-
gistas clamando por una solución. Pero ¿quiénes son los
ecologistas? Se supone que son los que defienden el medioam-
biente, pero la respuesta es mucha más compleja que esa banali-
dad verde.
Primero debemos tener claro que es lo que está ocurriendo con
el planeta, los diversos ecosistemas y el clima. Están siendo des-
truidos por una sencilla razón: es rentable. Contaminar genera
más que problemas, genera riquezas, saldos bancarios abultados,
dividendos para los accionistas de las empresas e impuestos para
el erario con que se supone que se financia entre otras cosas el
sistema de salud y educación. Ante ese escenario hay quienes
proponen que salvar el medioambiente sea rentable, ponen un
precio a los ríos, los bosques, la flora y fauna y proponen medi-
das para que cada bosque sea provechoso, cada especie tenga su
valor económico. En muchos casos son las mismas empresas que
contaminan, los mismos políticos que lo facilitan quienes hacen
estas propuestas. Son propuestas que no rompen con la dinámica
capitalista, su consigna es: ¡Salvemos lo que es rentable! Valga
recordar que para estos canallas hay millones, sino miles de mi-
llones de seres humanos que no son rentables. Su fascismo verde
luce de progresista y anda campante por nuestra sociedad.
Al lado de estos fascistas verdes encontramos los liberales que
comparten muchas de sus posturas. Allí vemos personajes como
Claudia López del Partido Verde, partido que no tiene posturas
claramente ecologistas de ninguna clase y también pone precio
al medioambiente, algo que es entendible si tenemos en cuenta
que ella misma reconoce que no sabe mucho de temas ambien-
tales. Es decir, es un partido que se llama verde pero no lo es,
como fue el primer partido verde de Colombia dirigido por Ingrid
Betancourt personaje cuyo record no era precisamente el de una
ambientalista. En Colombia, dice el viejo refrán que cualquier
hijueputa se llama Doctor, y no es tan cierto, pero sí cualquiera se
hace llamar verde, ambientalista etc.
Luego vienen los que tienen propuestas agrícolas verdes y pro-
puestas de economía verde. Lo primero que se debe destacar es
que por un lado la palma africana y el biodiesel son propuestas
verdes, o por lo menos sus adalides las presentan así. No todo lo
que brilla es oro, y no todo lo que es verde es realmente ecologista
o ambientalmente sostenible. Las propuestas de economía verde
son iguales de problemáticas y no por el daño que hacen -pues no
son comparables a un proyecto agroindustrial- y sus defensores
sí se preocupan por el medioambiente y buscan prácticas soste-
nibles. Entre los campesinos existen muchas prácticas negativas
como la quema, el uso de químicos (entre los que tienen plata) y
una tendencia a sembrar poca variedad de cultivos o talar bosque
y sembrar en lomas muy pendientes. Los que buscan poner fin
a esos prácticas y generar circuitos económicos locales sí contri-
buyen a una mejora en el medio ambiente a nivel local, pero son
estrategias de resistencia, más no de cambio. La clave está en la
palabra economía. La economía no es neutral no es verde. Tene-
mos que tener claro de qué clase de economía estamos hablando.
Toda economía capitalista pone un precio sobre la destrucción del
planeta y otro precio sobre los esfuerzos para salvarlo. Se salva
lo que es rentable y si hace falta echar a la gente que vive en esas
zonas, pues que así sea!, si hace falta dejar a la gente morir de
hambre que así sea!. Nada de eso cambia en absoluto el sistema
capitalista y su lógica de destruir las dos fuentes de su riqueza, los
seres humanos y la naturaleza, como lo dijo Marx.
Por último vienen los individualistas, los que creen que sus op-
ciones personales, generalmente de clase media, son la salvación
del planeta. No comen carne, algunos son veganos y no utilizan
productos animales de ninguna clase (aunque caminan sobre el
cemento que tienen restos de huesos de animales). Sus opciones
son válidas a nivel personal, pero solo para ellos. Pueden dejar
de consumir leche si quieren, pero las economías más grandes
del planeta, la de Unión Europea y los EE.UU. subvencionan con
miles de millones de dólares a los productores de carne y leche y
varios monocultivos.
Los ejércitos más poderosos del planeta arrasan a países como
Irak y Siria, tienen sus ojos puestos sobre Irán. Y sus aviones vue-
lan con petróleo, sus tanques también, dejan caer bombas hechas
con materiales sacados de las minas de los mismos países que
bombardean. Todo eso lo hacen para defender al sistema capita-
lista, su modo de producción y consumo. Las opciones persona-
les de unos cuántos no cambian eso, buscar oportunidades dentro
Por: Equipo Jurídico Puebos
egún datos de la Organización del Tratado de Cooperación
Amazónica –OTCA-, de toda la vasta extensión del territorio
de la selva tropical del Amazonas, 2,1 millones de kilómetros
cuadrados constituyen zonas protegidas, y aproximadamente
el 60 % se encuentra localizado en Brasil. Además, alberga
un santuario de biodiversidad único en el mundo, y una cuarta parte
de las especies de la tierra se encuentran allí; a saber, 30.000 tipos de
plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos,
550 de reptiles y 2,5 millones de insectos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espa-
ciales de Brasil –INPE-, este país muestra un aumento de incendios
forestales equivalente al 83% entre enero y agosto del 2019, com-
parado con el mismo periodo del año pasado, y el área arrasada por
el fuego actualmente es equivalente a la extensión ocupada por los
departamentos de Boyacá y Quindío.
Dada la situación actual de la Amazonía brasileña y boliviana,
en la que se estima hubo una pérdida aproximada de 2,5 millones
de hectáreas de selva tropical solo el pasado mes de agosto de 2019,
por causa de los incendios forestales que se han multiplicado masi-
vamente en toda la zona en el último tiempo, es menester realizar la
siguiente pregunta: ¿Tiene responsabilidad política el actual gobier-
no de Brasil, y su primer mandatario Jair Bolsonaro, en el desastre
ambiental producido en la selva amazónica de Brasil y Bolivia; en
razón a su público y constante desprecio hacia el medio ambiente,
del sistema capitalista no cambia eso. Los verdes fascistas bom-
bardearían a esos mismos países con el mismo gusto que Trump.
Así, volviendo a la pregunta ¿Quiénes son los ecologistas?
La respuesta es sencilla. Los verdaderos ecologistas son los an-
ti-capitalistas, pues el planeta arde por las políticas y el funciona-
miento económico capitalista. Solo una ruptura con la economía
capitalista a nivel global (el capitalismo es un sistema global, no
local) puede salvar al planeta. De ahí nos surge otra pregunta
importante. ¿Quienes son los anti-capitalistas? La respuesta es:
Son los socialistas, pero ese es tema para otro día.
los territorios aborígenes y las minorías étnicas; sumado al hecho
de promover de forma incendiaria la locomotora de las prácticas
propias del capitalismo salvaje en la búsqueda de la expoliación y
la acumulación del territorio?
Diversas organizaciones internacionales de carácter ambientalis-
ta como Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza, han
denunciado públicamente que la mayoría de los focos de ignición
que se iniciaron en las primeras semanas de enero y en los meses
subsiguientes del 2019, fueron provocados intencionalmente, y en
gran número, por terratenientes brasileños cuyo objetivo sería
avanzar en la deforestación de la selva para posteriormente usar
su territorio para actividades de ganadería y plantación de soya.
Estas instituciones han hecho énfasis en la catastrófica gravedad de
la situación en la que se encuentra la selva amazónica, y han realiza-
do fuertes y directas críticas al gobierno de Brasil, por la inexistencia
de políticas de protección ambiental.
Se estima que, a partir de estos puntos de inicio de los incen-
dios forestales, se fueron creando masiva y descontroladamen-
te muchos más, llegando a detectarse el pasado mes de agosto,
30.901 focos de ignición, según información publicada por el
INPE.
Sobre la provocación intencional de los incendios, los medios
de comunicación brasileños revelaron que la Policía y la Fiscalía
federal de ese país actualmente se encuentran investigando un he-
cho acaecido el 10 de agosto de este año, en el que presuntamen-
te se desplegó una acción coordinada y planificada por parte de
los terratenientes del estado norteño de Pará, cuyo objetivo fue el
de deflagrar la selva e invadir su territorio con fines económicos.
Esta acción fue bautizada por sus ejecutores, y fue conocida a
nivel regional como el “Día do Fogo”.
Por otra parte, durante la primera jornada del tercer Congreso
Internacional de Justicia Ambiental realizado el día 5 de septiem-
bre de 2019, el presidente de la Comisión Nacional de Gestión
Ambiental del Poder Judicial de Perú, el juez Duberlí Rodríguez,
se refirió al presidente de Brasil, Bolsonaro, como el autor inte-
lectual de los recientes incendios que han arrasado millones de
hectáreas en el territorio de la selva amazónica de ese país. Lo
acusó por no contar con políticas ambientales de regulación de
actividades económicas en la Amazonía Brasileña, lo cual, efecti-
vamente, es un hecho atribuible directamente al gobierno de Bra-
sil.
Varios países europeos como Alemania y Noruega, -que han
sido donantes del Fondo para la Amazonía- han bloqueado el en-
vío de los recursos de la cooperación que destinaban a Brasil,
argumentando justamente la falta de interés en la implementación
Por: Equipo Jurídico Pueblos
*Artículo publicado originalmente en la revista `SEPA`edición No. 30 y el periódico ‘El colectivo’ No. 50.
n los departamentos de Santander, Norte de Santander y
Cesar se palpan las consecuencias de las políticas extracti-
vistas aplicadas por el gran capital desde décadas atrás, con
efectos tangibles de destrucción identitaria de las comuni-
dades campesinas y urbanas que han pretendido oponerse. El libro
Extractivismo y Muerte en el Nororiente escrito por el periodista
irlandés Gearóid Ó Loingsigh, con prólogo del fiscal general de Tu-
cumán (Argentina) Antonio Gustavo Gómez, examina algunas de las
políticas socioeconómicas de estos tres departamentos, profundiza
su impacto en las comunidades y el medio ambiente.
El libro es una crítica al modelo extractivistas aplicado por todos
los gobiernos neoliberales que han ocupado el poder en Colombia.
El texto es producto de un proceso de investigación social que per-
mitió al autor recorrer los territorios afectados y asegurar la parti-
de políticas de preservación del medio ambiente, pero además,
por la incitación al aprovechamiento económico sin límite alguno
como bandera de su programa y la evidente negligencia del actual
gobierno brasileño en el manejo de la situación de los incendios
forestales en la Amazonía.
Así que no cabe duda el papel del Estado de Brasil en la des-
trucción del recurso forestal de la Amazonía, por lo tanto, es di-
rectamente responsable del desastre ambiental que está ocurrien-
do allí.
Ahora, el interrogante que surge, de mayor envergadura políti-
ca es: Más allá de los Estados y los gobernantes de turno ¿Es el
capitalismo un sistema que existe a costa de la vida y la natura-
leza, y provoca el arrasamiento ambiental en los territorios del
mundo?
La actitud complaciente de los Estados –como el brasileño-
con la destrucción del medio ambiente, no obedece al capricho de
un dirigente político, sino a las dinámicas del capitalismo. Dicho
de otra forma, el papel de los Estados es saciar la sed de riquezas
de las clases dominantes, obtenidas mediante el saqueo de los te-
rritorios. Esto es lo que se llama, la coorporativización del Estado.
Es exactamente por eso que, si se ha de establecer la responsa-
bilidad primaria del arrasamiento ambiental en el mundo, enton-
ces nosotros decimos: “El capitalismo es el culpable”.
cipación de las comunidades. Lo que permite que sea más que una
simple publicación académica y más bien pueda considerarse una
herramienta de compresión que fortalece la resistencia de los pro-
cesos organizativos que han sobrevivido al genocidio colombiano.
En Extractivismo y Muerte en el Nororiente, se estudian aspectos
importantes de los proyectos mineros, particularmente Carbón, las
propuestas hidroeléctricas y la actividad petrolera como el fracking;
igualmente evalúan los grandes proyectos de monocultivos como la
palma aceitera y caucho. En sus páginas se contextualizan entrevis-
tas realizadas a pobladores de la región chucureña (Santander) que
actualmente resisten a las empresas beneficiarias y que en los 80 y
90 vivieron la mas fuerte violencia paramilitar promovida por agen-
tes del Estado. El libro también recoge las voces de campesinas/os
del centro y sur del departamento del Cesar que sobrevivieron a las
masacres y desplazamientos y hoy enfrentan los resultados e impac-
tos de grandes megaproyectos económicos. Asimismo, nos trasmite
la lucha de la mujeres afectadas por la represa de Hidrosogamoso
(Santander), implantada en una región en la que años atrás se acudió
al accionar cívico-militar para causar el desplazamiento y la destruc-
ción de comunidades que vivían de economía campesina y la pesca
y se pensaban un relacionamiento distinto con la naturaleza.
Como lo precisa con claridad el autor, estos proyectos se impusie-
ron en territorios sometidos a la presencia y terror paramilitar, a los
que años más tarde se les suma el efecto devastador del extractivis-
mo. Situación que no asocia al conflicto armado, sino que enmarca
en las formas de violencia inherentes a la naturaleza explotadora del
modelo económico y de producción vigente; que opera así, no solo
en el nororiente colombiano, sino en todo el continente americano.
El análisis parte de una precisión necesaria: El desastre humano
y ambiental generado por las empresas trasnacionales y nacionales
como la Drummond, Prodeco (subsidiara de Glencore), Centromin
S.A, Hidrosogamoso S.A, Isagen, Indupalma o gremios como Fede-
palma y Fedecacao, entre otras, ocurre no por ausencia de una legis-
lación que proteja las comunidades, sino que por el contrario, existe
todo un cuerpo jurídico e institucional que obedecen a una concep-
ción que blinda las políticas económicas, permitiendo que prime los
intereses económicos de las grandes empresas y las familias dueñas
de estas. Esto es, que la regulación estatal se ha enfilado a garan-
tizar la acumulación de capital de unos pocos, uy no a prevenir (o
siquiera mitigar) impactos de gran calado como la contaminación
de los suelos, las aguas y el aire, la causación de afectaciones en la
salud de las comunidades, los cambios en los usos del suelo y con-
secuencia de ello, la puesta en peligro los medios de subsistencia, la
cultura y las costumbres campesinas, pero ante todo, de la soberanía
alimentaria de todo nuestro pueblo.
El libro Extractivismo y Muerte en el Nororiente, no contiene las
conclusiones tradicionales de la mayoría de las investigaciones, sino
que invita a responder a la pregunta de cómo y por qué hemos llega-
do a este punto. Mismas preguntas válidas para toda la humanidad.
El nororiente es el espejo que espera a los pueblos del mundo que
resisten al Extractivismo, que no es más que al capitalismo en una de
sus facetas más violentas. Bien lo deja claro Gearoid “El Nororiente
de Colombia no tiene opciones distintas al resto del planeta. Nues-
tras opciones son el fin del planeta o el fin del capitalismo. No existe
un punto medio de conciliación en la vida y la muerte”.

FEMINISMO

¿Quiénes y cómo somos las mujeres de las fronteras? ¿Cuáles son nuestras luchas,
sueños, temores y nuestra realidad?

Por: Migrantes colombianos en Venezuela.

as mujeres migrantes por lo general somos de extracción

campesina, de bajo nivel académico, pero con una dedica-
ción enorme al esfuerzo por desarrollar y cumplir nuestros
sueños. Somos trabajadoras, casi siempre madres y padres
a la vez, creadoras de sociedades y formadoras de personas
para la defensa de la soberanía y del territorio. El territorio entendido
no como el espacio donde se nace o vive, sino donde se lucha.
Somos mujeres que tengamos o no el status legal de refugiadas,
no nos sentimos así, pues a donde llegamos, establecemos nuestro
hogar y vínculos de hermandad con otras y otros, construimos cultu-
ra y sociedad. Hacemos de las zonas fronterizas, en especial, verda-
deros centros de amor al prójimo.
Históricamente hemos estado vinculadas a la producción: En la
pequeña huerta casera o en el patio productivo, en la fabricación de
los alimentos. Hemos generado toda una familia que integralmente
conforma la sociedad.
Hemos sido víctimas dobles del conflicto social y las más afecta-
das con la crisis humanitaria y de valores que vive el mundo. No es
fácil, criar hijos en medio de esta descomposición que ha causado el
flagelo de la humanidad llamado capitalismo. No es fácil ver cómo
nuestros jóvenes se autodestruyen, cómo se consumen en las mise-
rias de este sistema social y económico. No es fácil parir hijos para
verlos sufrir, con sus sueños y alegrías truncados.Por eso nuestra
participación en la reconstrucción del tejido social destruido por las
consecuencias fatales y funestas de la implantación del capitalismo Es allí donde queremos estar las mujeres, de otra forma no. No que-
en su etapa imperialista, nos tiene que activar, pues es fundamental remos ser invitadas a adornar la mesa, queremos ser parte activa,
en la construcción de paz y la lucha por la emancipación de todos los determinante y vinculante que exhorte al mundo a seguir nuestro
seres humanos. ejemplo.
Y no solo hablamos de la participación en la solución pacífica y Como mujeres migrantes rechazamos la política de fumigación y
negociada al conflicto militar o bélico, sino de una paz con trans- erradicación forzada ya que esto conlleva al deterioro del ambiente
formaciones profundas de la sociedad, así como en la construcción y contaminación de las cuencas hídricas de nuestro territorio y tam-
de una nación comprometida con el ser humano, una nación que bién de nuestra hermana república bolivariana de Venezuela.
destruya al capitalismo, y que cree un verdadero progreso social, Desde aquí nos unimos a las acciones de protestas y moviliza-
por encima del individual; una nación de nuevos y humanos valores, ción popular y a todas las luchas por construir una Colombia justa,
una nación con gobernantes honestos comprometidos con el pueblo. equitativa democrática y en paz con justicia social.
 COLUMNA DE OPINIÓN
Por: Resistencia Guane
e pone a pensar y reflexionar las repetidas e insisten-
tes veces en que he tenido que oír a viejos dirigentes
campesinos, incluso, de esos que se las saben todas,
sobre el problema del campo respecto del mercadeo
de sus exiguas cosechas de maíz, arroz, yuca, pláta-
no, ajonjolí, algodón, ñame…
Cuántas veces habrán repetido el mismo discurso, en cuántos
tipos de eventos y reuniones dentro del bloque popular y de la ins-
titucionalidad del régimen, como un cacareo: Es que no nos com-
pran las cosechas. Es que los intermediarios no pagan ni lo de los
costos de producción. Es que el campo está abandonado. Es que
explotan al campesino, es que lo mismo les sucede a los demás
campesinos…
Me hace recordar una historia vivida en mi niñez, sucedida en la
finca de mi taita; se trata de la vaca que se plantaba a bramar todos
los días en el mismo lomacho en el potrero llamado pangola, luego
del ordeño salìa a pastar comenzando su martirio, pués la pobre se
pisaba una teta… y bramaba y bramaba sin descanso.
Me gritaban desde la casa: ¡vaya y corra la vaca un poco¡; iba y
la empujaba, y listo, al dar un paso el animal, pasaba el tormento,
pues dejaba de pisarse la teta.
Me regresaba pensativo, algo ofuscado, me decía: vaca pinga
que se pone a gramar la geta como loca todos los días en vez de
levantar la pata.
Vuelvo y me pregunto, cuántos años llevarán esos viejos cam-
pesinos con su discurso, el que, en lugar de ser un llamado a la
acciòn, a la unidad, más bien parece un gemido lastimero.
Es que en años de vivir la misma situación, incluso generación
tras generación, no se han planteado ni decidido a conformar algún
grupo asociativo o cooperativo, o mejorar los conocimientos sobre
esos u otros cultivos y sobre la cadena de mercadeo.
Cierto es que nos volvemos opositores al régimen con justa ra-
zón, pero damos muy pocos esfuerzos por ser transformadores y
alternativos.
Ahora, irrumpe el tema de las semillas. Que toca sembrar y pre-
servar ese patrimonio o ese bien de la tierra que debe ser inne-
gociable ya que las multinacionales nos quieren robar el derecho
natural a hacer uso de ellas. Pero yo veo que se trata de un discurso
ideologista o político que debe ir más allá del sentir nacionalista,
por tratarse de la soberanía del país al estar las multinacionales de
alimentos, de medicamentos patentando nuestra fauna y flora au-
tóctona y muchas veces endémica.
El campesino en medio de sus afugias para vivir, no puede dedi-
carse a sembrar semillas que no le sean de su beneficio inmediato
para su alimentación, trueque o comercio. No puede darse el lujo
de quemar energías o gastar tiempo, menos su dinero en labores de
preservación de semillas, porque con lo poco que dispone le toca
es cultivar pancoger para al menos la sobrevivencia familiar, máxi-
me cuando sabe que de esas semillas no va a obtener renta alguna.
Tan es así la situación del campesino pobre, que si uno va de
visita o de paso por su casa en la parcela, puede a primera vista
comprobar que el entorno de la vivienda está enmontada y algunas
obras locativas exteriores derruidas. No es porque sea descuidado,
sino porque no puede sacar de su tiempo de jornalero para ese tipo
de labores que no son remuneradas.
Los pequeños campesinos que practican ancestralmente gene-
ración tras generación, la preservación de semillas lo hacen por su
propia sobrevivencia y sostenimiento económico familiar; el maíz
es quizá la más preservada en nuestro país, luego de cosechado, el
campesino calcula cuanto va a utilizar para el consumo familiar y
para la alimentación de sus animales domésticos, para las semillas
necesarias de la siguiente cosecha, guardándolo en “Trojas”, que
son pequeños ranchos aislados de roedores, de gorgojos y otras
plagas, el resto de la producción es la que se lleva al mercado o al
trueque con sus vecinos. Ese mismo procedimiento se le aplica al
cultivo del millo, el frijol, el arroz secano, el ajonjolí, el trigo, la
cebada, la arveja, el cilantro, el perejil, la papa, la remolacha, el
ñame, entre otras semillas.
Los campesinos de manera natural, por su propia necesidad de
sobrevivencia han hecho a través de los años y las generaciones la
labor de guardas y preservadores de semillas, seleccionando con
el tiempo las más resistentes y de mejor rendimiento, pero ello no
indica que haya una conciencia y claridad política frente al embate
de las multinacionales ni sobre el tema de la seguridad alimentaria,
como tampoco puede dimensionar del grave peligro que se cierne
cuando aparecen leyes que los van arrinconando prohibiéndoles
ejercer sus labores culturales autóctonas, como las prohibiciones a
tener gallinas y demás aves de corral, a comercializar los huevos, a
comercializar la leche de vaca, a producir y comercializar panela.
Uno de los objetivos de la oligarquía colombiana en asocio con
los empresarios y las multinacionales es exterminar el campesina-
do quitándoles su capacidad y autonomía productiva, para articu-
larlos al régimen consumista implantado por los monopolios de los
alimentos.
De nuevo surge el imperativo de que a la par con los proce-
sos organizativos de las comunidades se deben impulsar formas
de economía solidaria en diferentes niveles según sea la situación
socioeconómica, los tipos de cosecha y el nivel organizativo de
cada comunidad, pues no todas son de economía primaria de so-
brevivencia, otras han saltado a economías de resistencia, de soste-
nimiento, de desarrollo con formas de comercialización del campo
a los centros de acopio, o en doble vía regresando con insumos y
productos básicos por medio de grupos asociativos o cooperativos
Para hablar de un proceso real de preservación de semillas se
requiere de la participación consiente y dirigida de grupos espe-
cializados que coordinen y apoyen técnicamente a los procesos
campesinos en resistencia, que tengan los recursos necesarios para
ello, que cuenten con los conocimientos necesarios para la selec-
ción y clasificación de semillas, que no pretendan lucrarse de esta
labor, sino que mantengan e impulsen las banderas de autonomía,
de soberanía alimentaria de lucha directa contra los monopolios y
multinacionales que vienen imponiendo los agrotóxicos, las semi-
llas trasgénicas, los monocultivos para uso industrial y el hambre
como un arma de guerra contra los pueblos del mundo que lucha-
mos por nuestra liberación, además que sepa confrontar las políti-
cas entreguistas y arrodilladas de los gobiernos de turno respecto
de la entrega de la soberanía nacional y la pérdida de la seguridad
alimentaria, entre otras agencias el congreso con sus leyes vende-
patria y el ICA que va dejando de ser un espacio de investigación
y desarrollo científico en materia agropecuaria para convertirse en
un organismo de policía judicial perseguidor del campesinado po-
bre de colombia.
 ARTE Y CULTURA
Por: Red Surgiendo
n esta, “nuestra” sociedad solemos pensar y por momen-
tos nos logran hacer sentir, que el arte es un escenario
más de donde habitamos de manera simplista y apresu-
rada, es así, como en este “remanso de paz” cada día es-
tamos haciendo parte de una obra de teatro que de manera irónica
nos está llevando lejos de la visión de arte que hemos querido
construir. Estamos olvidando el sentido político del arte y el artis-
ta, estamos olvidando que el “arte” ha sido usado como el recurso
a favor de las clases dominantes para reprimir al pueblo, para ha-
blar por el pueblo e incluso usando al propio pueblo.
El arte a punta de olvidos, mucho hemos escuchado respecto a
la contemplación de una pintura, del teatro, de la música e incluso
allí volvemos a olvidar, nos han querido engañar enmarcando las
expresiones artísticas donde no haya cabida a la interpretación,
el cuestionamiento propio, al artista e incluso a nuestra sociedad,
como si las historias que se plasman en cada expresión fuesen
creaciones intocables por el pueblo, como si no fuese un lenguaje
universal, como si el arte fuese de unos pocos privilegiados que
lo pueden manosear.
“Algunos fuegos, fuegos bobos,
no alumbran ni queman;
pero arden la vida con tantas ganas
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende.”
-Fuegos, Eduargo Galeano.
Arte, arte popular, arte para la transformación social, artistas
con sentido político; en esta, sí, NUESTRA sociedad que entiende
de lucha de clases, de dignidad, organización, la cual teje sobre
lazos de solidaridad, artistas y arte sin subasta al mejor postor,
el que hemos venido construyendo en escenarios aparentemente
pequeños como lenguaje para esos sentires que nos conectan y
nos sacan de esa obra mal interpretada que hemos aceptado, y que
pretendemos sea nuestra, también desde el arte.
Sabemos que nuestras expresiones artísticas no son un espec-
táculo que observamos, el arte que estamos construyendo tiene
un carácter político capaz de confrontar el pensamiento desde los
sentires de cada territorio que confluye en nuestra sociedad. Va
más allá de la denuncia o del esparcimiento, interactuamos con
expresiones como la música, el teatro, la pintura, la fotografía, el
circo, el muralismo. Es ahí donde está el arte para la transforma-
ción social, que es más que un escenario de contemplación y se
transmiten incomodidades, alegrías, rabias, luchas, aun cuando
las expresiones artísticas se ven reprimidas por decisiones políti-
cas que pretenden callar el arte del pueblo.
Han asesinado en este territorio poetas como Manuel Gustavo
Chacon o Chucho Peña que consideraron que el arte era una he-
rramienta política de transformación, donde cualquier lugar era
escenario preciso. Pretendieron silenciarlos como a muchos, e
hicieron arder sus letras, historias y sentires del pueblo. En este
país pensar diferente nos sigue costando la vida, por ello segui-
mos siendo semillas y fuegos, por ello nuestro arte es esa esencia
impregnada de nuestras luchas, de nuestros valores culturales de
manera consiente, el fin es la incidencia política, la transforma-
ción social.
Por: Colectivo Regional para la Promoción Humana y Social -CORPHUS-
l conjunto de imaginarios, representaciones mentales, sis-
temas de significación y estructuras simbólicas nos permite
leer, interpretar y aprehender una realidad de determinadas
maneras. En otras palabras, nos permiten configurar una
cosmovisión.
El conjunto de formas y códigos colectivos de expresión nos per-
miten transmitir costumbres, ritos, tradiciones, narraciones y sabe-
res; así como constituir estructuras e instituciones de convivencia
social.Fruto del proceso histórico y de su carácter dinámico, la Cul-
tura no sólo representa o refleja mecánicamente una sociedad, tam-
bién permite el ejercicio de comprender y transformar un sistema
social y las relaciones sociales que se desarrollan en su interior. En
este sentido, la Cultura debemos entenderla vinculada con grupos y
clases sociales y, por lo mivsmo, debemos asumirla como una cons-
trucción dinámica, conflictiva, dialéctica, en permanente movimien-
to, atravesada por antagonismos y contradicciones, confrontada por
diversas identidades.En consonancia con éste planteamiento, todo
individuo que crece en el seno de un grupo, comunidad o clase espe-
cífica, no sólo es influenciado, condicionado e incluso, determinado
por un modelo cultural, sino que igualmente tiene la posibilidad de
comprenderlo y transformarlo.
Desde esta perspectiva es posible distinguir una pluralidad de
culturas correspondientes a la diversidad de grupos, comunidades,
clases y pueblos existentes al interior de una sociedad. Y también
desde esta perspectiva se puede determinar la presencia de una cul-
tura dominante, oficial, hegemónica e implantadora de paradigmas,
símbolos, apalabramientos, códigos, prácticas, valores e institucio-
nes.Con los elementos anteriormente esbozados se puede recapitular
que la Cultura nace cuando nacimos las sociedades humanas, cuan-
do empezamos a desarrollar formas de vida colectivas plasmadas
en sistemas de organización social, de administración política y de
producción económica como forma de responder a problemáticas,
necesidades, deseos e intereses comunes.
En esta orden de ideas, la Cultura se ha venido concretando en la
vida de grupos, comunidades, clases y pueblos que paulatinamente
han configurado espacios de encuentro; en las costumbres, símbolos,
valores y tradiciones que le dan identidad; en la memoria colectiva y
la narratividad oral y escrita que preserva mitos, leyendas y relatos;
en las creencias e imaginarios arraigados en sus habitantes.
Se plasma en el acervo de ritos, cultos, vivencias espirituales y
expresiones religiosas de las distintas iglesias. Se dibuja en las di-
versas manifestaciones artísticas que perpetúan legados ancestrales,
exteriorizan pensamientos y sentimientos o reflejan crítica o acríti-
camente el presente. Se sintetiza en el conjunto de saberes, cono-
cimientos científicos y desarrollos técnicos y tecnológicos; en sis-
temas normativos y jurídicos que regulan los distintos espacios de
interacción social.
La cultura es Creación Humana
Mujeres y hombres tenemos capacidad creativa, ingenio, espíritu indus-
trioso, inventiva, por tanto, Formamos, De-formamos, Re-formamos,
Trans-formamos e In-formamos.
La cultura es Construcción Mental
Ideas, sueños, aspiraciones, arquetipos, utopías, imaginarios… nos
permiten crear paradigmas que a su vez, se instalan como referentes so-
ciales. Pero entre las diversas construcciones mentales de un individuo
o colectividad (grupo, comunidad, pueblo o clase), destaca la Ideología
por su misma estructura, pero a su vez, por su capacidad estructuradora.
Se entiende por ideología al conjunto sistemático de imaginarios,
normas y creencias que hunde sus raíces en la experiencia individual
y colectiva, que intenta explicar al ser humano y su mundo, así como
orientar su conducta a partir de determinados valores y modos de actuar
aceptados como referentes.
La ideología otorga a los valores un significado práctico en la ac-
ción. En sentido general, toda teoría del mundo es una ideología. Desde
la teoría marxista, la ideología comporta además, las siguientes carac-
terísticas:
En sentido amplio abarca el derecho, la política, el arte, la reli-
gión, la filosofía…, por lo que en cierto modo puede identificarse con
la cultura.
Describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad de
una manera distorsionada, como consecuencia del interés de la clase
dominante que, para mantenerse en su situación de dominio controla los
medios de producción material, pero también espirituales.
Como producto social, las ideologías son conse¬cuencia de la
sociedad en que se vive, particularmente del orden económico vigente;
por lo mismo, las distintas formas de ideología que pretendan ex-
plicar el mundo, deben desentrañar las relaciones existentes entre
los sistemas de producción e intercambio que aparecen a lo largo
de la historia y los sistemas de pensamiento de los que son un
reflejo.
Como toda construcción mental, no existe un único mode-
lo de ideología. Algunas pretenden conservar el sistema vigen-
te -conservadoras-, otras promueven su transformación radical
-revolucionarias-, unas, intentan lograr cambios gradualmente
-reformistas-, y unas más procuran sencillamente revitalizarlo
-restaurativas-. En cualquier caso, un sistema ideológico puede
desarrollarse e implementarse gradualmente, a través de procesos
dialógicos que deriven en consensos y otros, suelen ser impues-
tos, incluso violentamente, por grupos dominantes interesados en
ejercer el control y la conducción integral de una sociedad.
 EXPERIENCIA DE RESISTENCIA
Por: Movimiento Festival del Río
Porque para resistir, o somos todo/as o somos nadie
n día de la milenaria historia de lucha de los pueblos, los
campesinos, correteados por el sistema opresor en cabeza
de las oligarquías vende patria,entramos a este territorio
para unirnos a la resistencia indígena del Catatumbo.
A este sendero llegamos uno, dos, tres familias labriegas que fui-
mos creciendo y en nuestro andar por el Río de Oro, nos sumamos a
otros/as en la defensa del territorio.
Hoy convivimos nos comunidades de dos nacionalidades; dos
pueblos con una sola historia, con un legado de lucha común que
nos hace conscientes de seguir caminando hacia la unidad.
Hemos confluido en un espacio que se nos dio por llamar Festival
del Río, al cual llegamos quienes creemos que otro mundo es posi-
ble. Ahí nos encontramos para compartir y construir nuestras visio-
nes y definir la dirección en la que debemos continuar caminando.
Nuestro primer encuentro político-cultural, se desarrolló en Ana
María Campo, ubicado territorio Bokshi. Concurrió mucha gente de
distintos rincones de Colombia y Venezuela. Las y los colombianos
dolidos por la recién pasada avalancha paramilitar que había deja-
do muchas víctimas. Animaba y generaba grandes expectativas, en
ese entonces, el avance del proceso venezolano liderado desde el
comandante Chávez como máximo líder de ese proyecto que tras-
cendía las fronteras.
La experiencia de este espacio, trajo muchas cosas buenas, pero
también arrojo algunas críticas constructivas. Seguimos andando, a
pesar de la decisión de alguno de cerrar Ana María Campo como
sede.
Nuevos senderos se abrieron. Con posterioridad pudimos realizar
uno y otro Festival, en el comunal Antonio José de Sucre II y en
Simón Bolívar.
El Festival del Río se creó como un espacio de discusión de dis-
tintos sectores sociales que estamos y luchamos en contra de las
políticas que agreden la región, entre ellas: La explotación y des-
trucción de la naturaleza a costa de la vida y la existencia del pla-
neta; los monocultivos que afectan la economía tradicional de los
campesinos; y todas las medidas del gobierno en lo social, tributario
y económico que profundizan la pobreza (contenidas hoy en el pa-
quetazo de Duque).
Todas estas políticas e imposiciones solo sirven a los intereses
imperialistas y al puñado de ricos de este país, sin importar lo que
nos pase a las y los de a pie, en esta region norte santandereana.
En este camino de lucha han pasado muchos compañeros y com-
pañeras y han nacido muchas ideas para organizar la resistencia y
la lucha por una sociedad que garantice un verdadero bienestar a
quienes habitamos este territorio y que se practiquen nuevas formas
de relacionarnos entre nosotros/as y la naturaleza.
Unos van y otras vienen, pero hoy escribiendo estamos los que
recogemos toda esa historia bonita, y nos proponemos fortalecer
el Movimiento social Festival del Río, en defensa del territorio y
la vida.Por el incalculable valor que tiene este espacio histórico de
construcción y encuentro popular, seguimos buscando a los com-
pañeros y compañeras que quieran sumar sus fuerzas y voluntades,
para continuar nuestro recorrido.
Hemos llegado a escenarios donde se prioriza el espíritu de uni-
dad, buscando ser una fuerza regional contra toda la avalancha cri-
minal y de exclusión que hoy recorre las ciudades y los campos de
Colombia.
Desde el Catatumbo, junto al bloque de juntas de la Frontera, la
Asociación latinoamericana de migrantes, las Juntas unidas de Tibú,
Sardinata y El Zulia, Ascamcat, el Movimiento comunal Catatumbo,
Asinor (en donde se representan los profesores), la USO Tibú, los
comerciantes de Tibú, queremos materializar la mesa regional del
paro porque seguimos creyendo que debemos juntar nuestros espíri-
tus, nuestras voces, pero sobre todo nuestro accionar, porque en este
camino de la resistencia y la lucha o somos todos o somos nadie.
Los capitalistas del mundo dirigen todo su poder para destruir
nuestros proyectos de vida y trabajan muy duro, con todas las he-
rramientas a su alcance, para dividirnos. Buscan comprar nuestras
conciencias con prebendas a pequeños sectores de nuestra propia
clase. Se esfuerza por generar una cultura de corrupción en nuestra
dirigencia. Pero esas, son trampas que debemos superar.
Basta de ignorancia. Recordemos el ejemplo de la pasta: Una sola
es fácil de partir, pero si juntamos muchas, es imposible hacerlo. La
unidad es la única alternativa que tenemos.
¡¡Queremos ser más!! ¡Te necesitamos Palmita, Caño Azul,
Caño Escondido, Caño Tomás, Caño Ramón, Río de Oro en-
tero, Catatumbo, Norte de Santander!! ¡Ye necesitamos a tí
campesino/a, indígena... a tí profesor/a, dirigente/a a todos
y cada uno de los/as pobres de nuestra región!!
Necesitamos sumar esfuerzos para hacer de nuestro territorio una
región de bienestar para las mayorías, donde nuestras futuras gene-
raciones puedan disfrutar de un mundo sin miedo ni explotación, sin
pobreza, unidos y organizados.
Necesitamos una verdadera unidad, actuar a través de comités
que aporten desde la acción política de hombres, mujeres, niños y
niñas, jóvenes, de todos/as buscando el camino del bien común, bus-
cando un mundo donde sea más importante el bienestar del pueblo y
no de unos pocos.
CULTURAL
POEMAS DE RESISTENCIA