Facultad de Humanidades. Escuela de Psicología. Teorías de la Personalidad.
Ficha de Lectura
Texto: Kline, P. (1993). Personality. The Psychometric View. Routledge.
Unidad: N°1: Subjetividad moderna, personalidad y psicología científica.
Para la lectura de este texto es relevante considerar la inclusión de aproximaciones
estadísticas en el estudio de la personalidad, asociado a una mirada molecular de la misma. Kline en su libro “Personality. The Psychometric View”, (1993) nos contextualiza en este escenario a partir de la revisión de los trabajos de Eysenck y Catell. Ambos autores trabajan desde el análisis factorial. Éste último es una técnica que permite la definición de constructos por medio de la explicación de correlación entre variables. Entendiendo el factor como una abreviatura de lo obtenido de la relación de un conjunto de variables. El uso de este análisis oscila entre descripciones, formulación de hipótesis o descarte/sustento de las mismas. Ante la diversidad de posibilidades que aparecen en este análisis, se sugiere la rotación hacia la estructura simple, la cual facilita explicaciones de los datos, guiándose por la ley de parsimonia. Cabe decir que existen diversos tipos de análisis factoriales empleados en el estudio de la personalidad. El análisis-factorial R se dirige a las variables. Análisis Q se preocupa de la factorización de las personas, siendo útil para grupos clínicos. El análisis P, se aboca a las puntuaciones de sujetes, permitiendo observar fluctuaciones en el tiempo. En la teoría de Eysenck encontramos el uso de escalas de evaluaciones que permiten considerar 3 factores de personalidad: Neuroticismo, Extraversión, Psicoticismo. Éstos últimos son las dimensiones más relevantes de la personalidad para el autor y son referidos como un síndrome de rasgos o conjunto de conductas. A través de las puntuaciones de les sujetes en estas dimensiones, es posible obtener una visión general de su personalidad. Hay una relación entre estos factores y zonas cerebrales, que brinda respaldo biológico y psicosomático a esta teoría, lo que conlleva la aparición de un factor genético determinante. Cuestión que fue abordada en el plano de la criminalidad atribuyéndole una determinación genética, sin embargo, se consideraron las condicionantes sociales en el estudio de ésta. Cabe decir que los estudios de Eysenck fueron en personas neuróticas, y el despliegue de su teoría fue en el campo de la neurosis, legitimando como única terapia válida a la cognitiva conductual. . Por su lado, Catell buscaba obtener las dimensiones más importantes de la personalidad por medio del análisis factorial. Para ello, pretende la definición de la población de sus variables, usando una esfera semántica de la personalidad, la cual estaba formada por elementos esenciales que describen la conducta. El autor propone 38 factores oblicuos (correlacionables entre sí) dividiéndose en factores de primer y segundo orden. Distingue entre factores normales, que son dirigidos hacia población neurótica, y factores anormales hacia personas psicóticas. Todos se subdividen en: factores temperamentales, factores de humor o temple, factores motivacionales, y factores de la fuerza del interés. Catell ha desarrollado tests y cuestionarios de personalidad para medir estos factores. Cualquier conducta puede traducirse en una ecuación. Kline aborda los cuestionarios de personalidad. Explica los 2 enfoques básicos involucrados en la construcción de éstos. El primero es el que alude al criterio, y persigue el propósito de distinguir a un grupo criterio de su grupo de control. La segunda forma se trata del método analítico-factorial, en el cual se simplifican datos complejos y vastos. Estos cuestionarios se construyen considerando fiabilidad y validez. En las investigaciones actuales aparecen críticas al análisis factorial disipado por falencias técnicas. Se pretende responder cuales son los factores que puedan dar cuenta de la personalidad. Finalmente ciertos factores estipulados por Catell y Eysenck se posicionan como factores manifiestos de la personalidad, por lo cual, Kline espera que las futuras teorías se constuyan en torno a estos, promoviendo así la aproximación molecular hacia la personalidad.