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CAPÍTULO VI

EL RESPETO1

I. Introducción

II. Formas de Manifestar el Respeto

Vuestros hijos no son vuestros hijos; son hijos e hijas de las ansias de vida que
siente la misma Vida.

1
En: MANUAL PARA EL ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES DE RELACIÓN INTERPERSONAL de
A. Medina y M.A. Recuero. Memoria para optar al título de psicólogo. Santiago: Universidad Católica de
Chile, 1981.
Vienen a través de vosotros; pero no desde vosotros; y aunque estén con vosotros,
no os pertenecen.

Podéis darle vuestro amor; pero no vuestros pensamientos: porque tienen sus
propios pensamientos.

Podéis hospedar sus cuerpos; pero no sus almas: porque sus almas habitan en la
casa del mañana que no podéis visitar, ni siquiera en vuestros sueños.

Podéis esforzaros para ser como ellos; pero no intentéis haceros como vosotros.
Porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.

KHALIL GIBRAN: “EL PROFETA”

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con
los otros.

Artículo primero de la DECLARACIÓN


UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
I. INTRODUCCIÓN

Padre: ¡Te dije que me trajeras la rueda, estúpido. Apúrate, tráela rápido, chiquillo imbécil!

Hijo: (enojado): Aah, no le traigo ninguna cosa tampoco....

Padre: (amenazante): tráela te digo, si no vas a ver no más....

Hijo: “No se la traigo.... así no se piden las cosas...”

Padre: ¡Qué te has imaginado, chiquillo de mierda, me vienes a faltar el respeto a mí!

En el ejemplo anterior podemos apreciar dos formas diametralmente opuestas de concebir


lo que es el respeto. Por un lado el padre, que entiende el respeto como obediencia a lo que
ordena porque él es la autoridad. Y por el otro, el hijo, que se resiste a acatar las exigencias del
padre porque se siente herido, pasado a llevar y humillado.

Implícitamente, el hijo manifiesta una concepción del respeto que incluye la valoración de
su dignidad como persona y que cuestiona la idea del respeto como obediencia. Una concepción
más cercana al amor que al poder.

Y precisamente en esta dirección es que los psicólogos conciben el respeto. Podríamos así
decir que respeto, en general, se refiere a la capacidad para aceptar y apreciar a las personas por
el sólo hecho de ser seres humanos, sin condicionar esta valoración a que las personas se
comporten de determinada manera.

Sin embargo, no es nuestra intención entrar a una discusión teórica de lo que se entiende
por respeto. Más bien nos interesa compenetrarnos de las formas en que se manifiesta
conductualmente para, de este modo, facilitar su entrenamiento.

El respeto es y se puede enfocar perfectamente como un valor. Y como todo valor, tiene la
responsabilidad de manifestarse en el comportamiento de cada cual o de ser asumido
pasivamente. Si es asumido activamente, un miembro del grupo será capaz de expresar tanto
verbal como gestualmente que valora y aprecia a sus compañeros en su calidad de personas llenas
de potencialidades. De este modo, los miembros del grupo se sentirán libres para sentir y
comportarse.

Al ser asumido pasivamente, probablemente un miembro de grupo no se preocupará por


descubrir las potencialidades de sus compañeros y apoyarlas; más bien tenderá a conformarse con
un mínimo nivel de cumplimiento de las normas que el grupo haya establecido respecto a esta
área.

Pero, no cabe duda que el respeto es un valor que, en última instancia, lo es realmente,
sólo si se traduce en comportamiento. En este sentido, las acciones hablan mucho más que las
palabras.

Veamos entonces, algunas formas que debe satisfacer la manifestación del respeto para
expresar el valor activamente.

II. FORMAS DE MANIFESTAR EL RESPETO

a) Expresando disponibilidad para el otro. El respeto influye en la manera de aproximarse a los


otros. Esta manera debe indicar que uno está disponible para el otro simplemente porque es
humano.

También significa una ayuda para que el otro pueda revisarse poniendo sus demandas al medio
dentro de sí y de esta manera actualice las potencialidades que correspondan. Ante cualquier
problema, parte de la solución proviene de nuestro interior.

b) Atendiendo. Atender es en sí mismo una forma de manifestar el respeto. Cuando atiendo,


estoy diciendo conductualmente: Estoy contigo, comparto tus preocupaciones, dedico tiempo y
esfuerzo a trabajar en ti. Por eso que las fallas en atender suelen evidenciar una falta de respeto.
c) Estando auténticamente dispuesto a trabajar con los otros. Un grupo de entrenamiento es
básicamente una comunidad de aprendizaje. Una forma de manifestar el respeto es entregarse
activamente al trabajo del grupo.

d) Considerando a cada individuo como persona única. La individualidad de los demás suele
ser un valor para las personas sanas. El comprometerse a apoyar a los miembros del grupo en su
unicidad los ayudará a desarrollarse como tales.

e) Aceptando la autodeterminación de los demás. Significa confiar en que los recursos que
tienen los otros les permitirán desarrollarse personal e interpersonalmente. Estos recursos pueden
estar bloqueados o ser desconocidos para la persona por no habérselos utilizado nunca. En un
grupo de aprendizaje los miembros se ayudan unos a otros a liberar estos recursos o a cultivarlos.
Pero en última instancia, cada persona se autodetermina.

f) Suponiendo que lo que el otro desea para sí mismo es lo mejor para él. El respeto significa
partir del supuesto que los demás miembros del grupo desean mejorar realmente su vida
interpersonal. Este supuesto debe mantenerse aunque pueda parecer errado. Si un miembro del
grupo actúa negativamente es importante preguntarse si uno mismo u otros miembros han
contribuido a ese comportamiento.

g) Suspendiendo los juicios de valor. Por lo menos en las fases tempranas de la vida de un
grupo, el respeto toma la forma de la suspensión de los juicios evaluadores acerca de los otros.
Rogers2 siguiendo a Standal llama a este respeto aceptación positiva incondicional”. Esta actitud
significa comunicar al otro un “profundo y auténtico cuidado por él como persona con
potencialidades, un cuidado no contaminado por evaluaciones de sus pensamientos, sentimientos
o conductas”. Esta aceptación no significa estar de acuerdo con lo que el otro expresa ni
abstenerse de una opinión propia; sino generar las condiciones para que el otro pueda explorarse
y descubrir los cambios de su conducta que sean necesarios.

2
Rogers, C.R.: El Proceso de Convertirse en Persona. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1972. Cap.3.
h) Comunicando Empatía. Una de las mejores formas de mostrar respeto es a través del esfuerzo
por comprender a los otros. Este trabajo requiere habilidad y paciencia. Uno puede reconocer
respeto en quien gasta tiempo y energía en comprender. Todas las conductas asociadas a la
comunicación de la empatía son entonces indicadoras de respeto3.

i) Alentando. Si además de atender y comunicar nuestra comprensión del otro, somos capaces de
reconocerle lo que está haciendo, esta expresión de reconocimiento es una forma de demostrar
respeto.

Este reconocimiento a los esfuerzos del otro por cambiar o por crecer no significa ser paternalista
y “premiar las cosas buenas” del otro. El alentar toma la forma de demostrar comprensión
(empatía) y estímulo a que el otro siga en sus esfuerzos por lograr desarrollar sus destrezas
interpersonales. Es un decir: Adelante, estoy contigo, respeto lo que tú hagas porque es tu
decisión, aún si estoy en desacuerdo. Por ejemplo:

Orieta: “Lo he pensado otras veces, pero esta semana me atreví a decirle que no volviera
más, que yo quiero tener algo serio y no estar para cuando él me necesite solamente”.

Alejandrina: “Te veo contenta con lo que dices, y no sé, me gusta que te hayas atrevido a
decírselo”.

Alex: “Hace tiempo que debieras haber hecho eso”.

En este caso, Alejandrina le expresa aliento y comprensión a Orieta, respetando su decisión, sea
lo que sea lo que ella piensa. Le gusta que se haya atrevido y no valora ni enjuicia como bueno o
malo. Alex, por su parte, no reconoce ni estima lo que Orieta ha hecho, sino más bien le
recrimina el haberse demorado tanto, sin respetar su decisión actual.

j) La autenticidad como respeto. Cuando uno es auténtico significa que se respeta a sí mismo. Y
si uno se respeta a sí mismo es más probable que respete a los demás. Por eso se puede decir que
ambas habilidades están íntimamente relacionadas.

3
Ver el capítulo sobre Agudeza Empática de este manual.
Por otra parte, si soy auténtico al comunicarme con los otros quiere decir que diré la verdad. Y
decir la verdad, sin rodeos ni acomodos, es una excelente forma de manifestar el respeto, pues
supone al otro capaz de enfrentarla y crecer en ella. Por eso, todas las conductas que indicamos
valiosas para la autenticidad lo son también para el respeto.

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