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Actividad 3 – Restricciones probatorias

1) Explique la posición de la Corte Constitucional en la Sentencia leída


respecto a la determinación del estado grave de enfermedad

De acuerdo con la Corte en la Sentencia C-163 de 2019 el grave estado de


enfermedad contemplado en el artículo 314 – 4, de la Ley 906 de 2004 debe ser
determinado por un profesional de la salud a través de un dictamen médico, bien
sea a través del que pueda rendir el Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses INMLYCF o siguiendo el dictamen pericial o el concepto de un
médico particular, con lo cual se refrena la libertad de configuración del legislador,
acudiendo a un medio de prueba idóneo que permita al juez determinar las
condiciones de salud de la PPL y concluyendo que, en todo caso, que “no se
introduce una especie de tarifa legal, en la medida en que la norma no cercenaría
en todo caso la libre y razonada apreciación probatoria del juez”.

2) ¿Según la guía del INMLYCF puede dicha entidad determinar la


incompatibilidad de la grave enfermedad con la vida en reclusión?

De acuerdo con la Guía anexa con la Actividad 3 “Guía para la


determinación clínica forense del estado de embriaguez aguda, Versión 02,
diciembre de 2015” no se halla información relevante sobre la determinación de la
incompatibilidad de la grave enfermedad con la vida en reclusión, al no encontrar
delimitantes en la guía expuesta se procede a la búsqueda de las determinaciones
medicolegales referentes a la grave enfermedad con la vida en reclusión.

Sin perjuicio de lo anterior, existe la “Guía para la determinación


medicolegal de estado de salud de persona privada de libertad –Estado grave por
enfermedad–“, adoptada mediante resolución 001086 del 3 de diciembre de 2018
(INMLYCF, 2018) por parte del INMLYCF, el cual sí determina que esta entidad es
la encargada de determinar la incompatibilidad de la grave enfermedad de la PPL,
en concordancia con los artículos 38 y 68 de la Ley 599 de 2000 y el artículo 314,
modificado por el artículo 27 de la Ley 1147 de 2007, así como los señalamientos
realizados por la SP de la CSJ, mediante sentencia del 15 de mayo de 2013, Exp.
41201 (Corte suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, 2013)

Así mismo, esta incompatibilidad puede ser firmada por cualquier médico
privado, adscrito o no a una entidad promotora de salud, sea a través de concepto
médico o de prueba pericial, esto ha generado varias posturas de opinión en
cuanto al área debatible de quien ejerce su defensa.

3) ¿Se viola el derecho de defensa o algún otro derecho al exigirse en


todo caso dictamen de médico oficial?

A consideración, no se viola el derecho a la defensa. Muy por el contrario,


se considera que el derecho a la defensa y al debido proceso se garantizan en
función de los fines de la pena contemplados en el artículo 4 del Código Penal,
particularmente, la protección al condenado. Claramente, es necesario proteger a
la sociedad de la PPL, atendiendo a que esta persona representa un peligro para
el interés común de la misma, sin perjuicio de que sea necesario también proteger
al procesado/condenado y brindarle las garantías constitucionales de dignidad
humana, salud, seguridad social y debido proceso.

Se considera que revestir de fundamentación científica a la decisión que


deba adoptar el juez por la incompatibilidad de la pena por grave enfermedad del
condenado resulta ser una carga compatible con la necesidad de la prueba
científica que también permite al procesado o condenado dimensionar su estado
de salud, las limitaciones del mismo y sobre todo, establecer, si según criterio
médico, puede o no ser recluido en un centro carcelario.

La prueba científica, a diferencia de aquella que versa sobre hechos


aislados o ajenos a la experticia de un profesional, es completamente necesaria
en ciertos casos, como los que atañen al estado de salud de cualquier persona,
los cuales son refrendados por la intervención de un profesional de la salud; se
trata entonces de un verdadero medio de convicción idóneo y conveniente para
que, en la valoración probatoria, el juez pueda definir con suficientes medios de
convicción si el procesado puede o no purgar su pena en la prisión, sin perjuicio
de que esta pueda ser decretada a petición de parte o de oficio al momento de
decidir sobre los subrogados de las penas alternativas que sustituyan la pena de
prisión, como la domiciliaria.

4) ¿Se impone por parte de la Corte Constitucional una tarifa legal en


este caso?

Vale la pena revisar el salvamento de voto realizado por la M. Gloria Stella


Ortiz Delgado, donde señaló que se trataba de una Tarifa Legal Probatoria la
imposición de un dictamen médico legal (oficial o privado) para establecer el
estado grave de enfermedad en concordancia con el numeral 4 del artículo 314 de
la Ley 906 de 2004 y la sentencia que lo declaró condicionadamente exequible en
la forma que se comenta dentro del proveído aprobado por la mayoría de la Sala
Penal.

Sin embargo, en esta ocasión se acoge la postura de la Sala plasmada en


la sentencia de exequibilidad condicionada y se afirma que no existe tarifa legal
probatoria en un sistema donde existe la necesidad de que los medios de prueba
sean pertinentes y conducentes (idóneos); tampoco, donde la ciencia y los
avances tecnológicos nutren las actuaciones judiciales con la finalidad de refinar el
establecimiento de la verdad procesal. De remate, las pruebas científicas
(periciales, médicos oficiales, o de dictamen médico) son un verdadero medio de
prueba necesario que nutre de idoneidad demostrativa a los medios de convicción
llevados al juzgador sobre aquellos aspectos de la esfera profesional que no son
de competencia suya determinar y ¿por qué no valerse de las ciencias de la salud
para brindar suficiencia probatoria dentro de los medios de juicio?

De acuerdo con lo señalado en la providencia C-163 de 2019, no existe


tarifa legal probatoria, se considera que el principio de libertad probatoria en nada
impide que se sugieran medios de convicción idóneos para establecer asuntos de
relevancia y que de contera, sean de competencia de los profesionales de la
salud. Así, la Corte Suprema de Justicia en el proveído AP4151-Radicación
52485 (2018), señaló que no existía tarifa legal probatoria para la demostración de
las lesiones personales, sin perjuicio de que sí se deba probar, por ejemplo, a
través de la “declaración vertida del médico forense tratante”. (Corte Suprema
de Justicia, 2020)

Sin que medien suficientes elementos de convicción dentro del


contradictorio que le permitan establecer condiciones generales y específicas
sobre la enfermedad grave, el juez no puede dimensionar las implicaciones
negativas para la purga de la pena del procesado.

De ello se colige que la presencia del dictamen médico es crucial. Como


profesional conocedor de las ciencias de la salud, de acuerdo al principio de
integralidad del sistema de salud de la Ley Estatutaria 1751 de 2015, el galeno
puede y debe determinar: i) el diagnóstico médico, ii) los síntomas que afectan al
paciente, iii) las restricciones y recomendaciones propias tendientes a recuperar
su salud y/o impedir el avance progresivo de su enfermedad, iv) el tratamiento a
seguir, si lo hubiere.

Por tal motivo, su función no es otra más que la de describir la condición


detallada de la gravedad de la enfermedad, lo cual no desconoce el ejercicio de
valoración de la prueba bajo las reglas de la sana crítica que el juez debe realizar
para establecer si la PPL puede o no cumplir con la pena en un centro carcelario.
De esta forma, se logra garantizar también el fin de la pena de protección al
condenado bajo un criterio científico para los cuales están debidamente
capacitados académicamente, cabe dejar una brecha apuntalándole a los altos
índices, según las estadísticas de hacinamiento que empeora sus condiciones de
salud.

5) ¿Puede el Juez de control de garantías y el Juez de conocimiento


ordenar de manera oficiosa dicha prueba al INMLYCF?

De acuerdo con las Sentencias C-396 de 2007 y C-167 de 2019 de la Corte


Constitucional; y en concordancia con el Auto, AP-23562018 (50213) de la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia la facultad oficiosa del juez con funciones
de conocimiento para decretar pruebas se encuentra restringida únicamente para
la etapa del juicio oral, específicamente, durante el trámite de la Audiencia
Preparatoria, como quiera que se fundamenta en el principio adversarial que
sugiere la igualdad de armas dentro de la actuación entre la fiscalía y la defensa.

Sin perjuicio de lo anteriormente señalado, de acuerdo al auto de la Sala


Penal de la Corte Suprema de Justicia AP-23562018 (50213) de mayo de 2018,
dicha restricción del artículo 361 del estatuto procesal punitivo recae únicamente
sobre el juez penal con funciones de conocimiento dentro de la audiencia
preparatoria, se reitera. Esto quiere decir, que la ley no prohíbe el decreto y
práctica de pruebas de oficio a los jueces penales con funciones de control de
garantías, inclusive, al juez penal con funciones de conocimiento dentro del
incidente de reparación integral, o al juez penal de ejecución de penas y medidas
de seguridad. Así las cosas, es completamente viable que los jueces de control de
garantías, los jueces penales con funciones de conocimiento (en etapa distinta a la
audiencia probatoria) y los de ejecución de penas y medidas de seguridad puedan
decretar un dictamen médico de manera oficiosa en aras de salvaguardar la vida,
dignidad humana e integridad física del procesado/condenado.

Se resalta la función de velar por el interés general y especial, garantizar los


fines de la pena, como el de la protección al condenado/procesado, que radica en
las autoridades judiciales mencionadas, lo cual se convierte en el objetivo esencial
de los asuntos de su competencia y cuya esencia es distinta al debate probatorio
del juicio oral, el cual sí debe respetar las garantías de contradicción, igualdad de
armas y la connotación adversarial propia del juicio oral, cuya etapa para decreto y
práctica de pruebas se consolida dentro de la audiencia preparatoria, donde el
artículo 361 de la ley 906 de 2004 sí prohíbe al fallador hacer el decreto oficioso
de las mismas.
Referencias

Asamblea Nacional Constituyente. (20 de Julio de 1991). Constitución Política de


Colombia. Constitución Política de la República de Colombia. Bogotá D.C.

Congreso de la República. (24 de Julio de 2000). Ley 599 de 2000. Por la cual se
expide el Código Penal. Bogotá D.C., Colombia.

Congreso de la República. (1 de Septiembre de 2004). Ley 906 de 2004. Por la


cual se expide el Código de Procedimiento Penal. Bogotá D.C., Colombia.

Corte Constitucional. (23 de Mayo de 2007). Sentencia C-396/07. M.P. Marco


Gerardo Monroy Cabra. Bogotá D.C., Colombia.

Corte Suprema de Justicia. (2 de Marzo de 2020). Sentencia del 2 de marzo de


2020. M.P. Eyder Patiño Cabrera. Bogotá D.C., Colombia.

Corte suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. (15 de Mayo de 2013).


Sentencia 15 de mayo de 2013. M.P: Gustavo Enrqiue Malo. Bogotá D.C.,
Colombia.

Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. (30 de Mayo de 2018). Auto AP-23562018
(50213). M.P. Eugenio Fernández Carlier. Bogotá D.C., Colombia.

INMLYCF. (2018). Guía para la determinación medicolegal de estado de salud de


persona privada de libertad –Estado grave por enfermedad–. Bogotá D.C.,
Colombia: Disponible en:
https://www.medicinalegal.gov.co/documents/20143/305310/RESOLUCI%C
3%93N+001086-2018-
DG+GU%C3%8DA+DETERMINACI%C3%93N+M%C3%89DICOLEGAL+D
E+ESTADO+DE+SALUD+VERSI%C3%93N+02.pdf/5c44fbae-ba8c-e432-
8d56-1e648e1d484a.

INMLYCF. (18 de Diciembre de 2018). Resolución 001086 del 3 de diciembre de


2018. Por la cual se adopta la segunda versión de la "Guía para la
determinación medicolegal de estado de salud de persona privada de
libertad Estado grave por enfermedad-. Bogotá D.C., Colombia.
Juanatey, C. (2012). Política criminal, reinserción y prisión permanente revisable.
Alicante: Universidad de Alicante.

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