Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRUEBA
SCP 0723/2919- S4
En ese orden de razonamiento para que este Tribunal pueda cumplir con esta tarea, es
necesario que la parte procesal, que se considera agraviada con los resultados de la
valoración efectuada dentro de un proceso judicial o administrativo, invocando la lesión
a sus derechos fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa en los
fundamentos jurídicos que sustenten su posición (recurso de amparo), lo siguiente:
El art. 115.I de la CPE, señala que: “Toda persona será protegida oportuna y efectivamente
por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos”.
En similar sentido, el Código de Procedimiento Penal, dentro del Título I referido a las
garantías constitucionales, establece:
Artículo 5º.- (Calidad y derechos del imputado). Se considera imputado a toda persona a
quien se atribuya la comisión de un delito ante los órganos encargados de la persecución
penal. El imputado podrá ejercer todos los derechos y garantías que la Constitución, las
Convenciones y los Tratados internacionales vigentes y este Código le reconozcan, desde el
primer acto del proceso hasta su finalización.
Se entenderá por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o participe de la comisión de un
delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el debido respeto
a su dignidad de ser humano (las negrillas son añadidas).
En el marco del respeto a la dignidad del ser humano, el art. 86 del CPP, determina que el
proceso no puede ser desarrollo cuando se advierta que la o el imputado padece alguna
enfermedad mental, que le impida comprender los actos del proceso, conforme a lo
siguiente:
Conforme los preceptos normativos señalados anteladamente, queda claro que el Estado
garantiza al imputado, en su procesamiento penal, el respeto y cumplimiento de todos sus
derechos fundamentales; debiendo en consecuencia, ser tratado con el debido respeto a su
dignidad de ser humano; ahora bien, esta premisa fue adoptada por el legislador al
incorporar el art. 86 en el CPP; pues, esta norma garantiza al imputado que sufre una
enfermedad mental, la suspensión del proceso, a efectos que pueda ser cuidado y atendido
por su entorno familiar, o en su caso, por un establecimiento adecuado, precautelado su
salud, integridad física y trato humano, evitando que el proceso agrave su situación; y
fundamentalmente, que sea llevado adelante, sin su comprensión; extremo, que generaría la
lesión de su derecho fundamental a la defensa. En este sentido vemos que el referido art.
86 del CPP, observa dos aspectos con trascendencia procesal; en efecto, el primero de ellos,
es el referido a la determinación de la suspensión del proceso; y el segundo, la
libertad o internación del procesado mientras dura su incapacidad.
Sobre la base de este entendido, y en caso de no ser viable la libertad del encausado, a
efectos que sea cuidado por sus familiares, dadas las connotaciones de su enfermedad
mental; todo juez o tribunal estará compelido a disponer su internación en un centro
psiquiátrico de su residencia o fuera de ésta, precautelando su bienestar, pero en ninguna
circunstancia, podrá determinarse su permanencia en un centro penitenciario, pues caso
contrario, se vulneraría el debido proceso del encausado; y principalmente, se pondrían en
riego sus derechos fundamentales a la vida y salud.
Ahora bien, es importante distinguir la suspensión del proceso por enfermedad mental, con
la inimputabilidad prevista en el art. 17 del Código Penal (CP), que establece:
ARTÍCULO 17.- (Inimputabilidad).- Está exento de pena el que en el momento del hecho
por enfermedad mental o por grave perturbación de la conciencia o por grave insuficiencia
de la inteligencia, no pueda comprender la antijuridicidad de su acción o conducirse de
acuerdo a esta comprensión.