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La familia de San Martín: su padre militar

y administrador, el recuerdo de Yapeyú y


qué fue de la vida de sus cuatro hermanos
Hace 243 años nacía José de San Martín. Sus padres
españoles se conocieron en Buenos Aires, y pasarían
buenos y malos tiempos repartidos entre Yapeyú, Buenos
Aires y España. A los cinco años dejó el país y volvería a
los 34 años con su proyecto de liberar América del yugo
español

Por

Adrián Pignatelli
25 de Febrero de 2021 - Infobae
La icónica imagen de José Francisco de San Martín y Matorras

Eran españoles, habían nacido y vivido en pueblos separados por escasos veinte kilómetros,
pero se conocieron del otro lado del Atlántico, por 1770 en esa gran aldea que era Buenos
Aires. Él, Juan, había nacido en Cervatos de la Cueza y ella, Gregoria Matorras, en
Paredes de Nava, ambos de la provincia de Palencia, en el norte de España.

Juan de San Martín había nacido el 3 de febrero de 1728 y Gregoria Matorras el 12 de


marzo de 1738. Él, un hombre bajo, robusto, pelo castaño, ojos azules, a los 18 años se
enlistó como soldado voluntario en el Regimiento de Lisboa, con la esperanza de hacer
carrera militar. Pero como los ascensos llegaban muy lentos, a los 36 años decidió probar
suerte en el ejército español en América. “Soldado oscuro y valiente, de cortos alcances,
aunque de noble alcurnia”, escribió Bartolomé Mitre en su historia sobre San Martín.

Juan de San Martín, el padre del Libertador, fue militar y un


eficiente administrador en Yapeyú

Fue instructor de tropas y logró que lo ascendieran a teniente. Y cuando expulsaron a los
jesuitas, le ordenaron hacerse cargo de la administración de Las Caleras de Vacas, una
estancia situada en el actual departamento de Colonia, Uruguay, de 140 mil hectáreas, en la
que trabajaban entre 250 esclavos e indígenas.

Mientras tanto Gregoria, a sus 29 años, llegaba a Buenos Aires acompañada por su primo
Jerónimo, quien terminaría siendo gobernador de Tucumán. Juan la conoció en los viajes
que Juan hizo a Buenos Aires. Cuando ya habían puesto fecha para el casamiento, él
debió regresar a su trabajo. Por eso, le encomendó a su amigo, el capitán de Dragones Juan
Francisco de Somalo, que lo representase en lo que sería un casamiento por poder, que se
celebró el 1 de octubre de 1770.
Gregoria Matorras, la mamá de José Francisco de San Martín

La pareja vivió en la estancia, donde Juan estaba haciendo un excelente trabajo, mejorando
la producción y aumentando notoriamente las ganancias. Esa buena labor fue
contraproducente, ya que le rechazaron sus pedidos de ser transferido a un puesto en
el ejército.

En la estancia pasarían los primeros siete años de matrimonio. Y llegaron los hijos. Primero
María Elena, nacida el 18 de agosto de 1771; luego Manuel Tadeo, el 28 de octubre de
1772; y Juan Fermín Rafael, el 25 de febrero de 1774.

Cuando las misiones jesuíticas fueron divididas en distritos, el gobernador Juan José Vértiz
designó a San Martín a cargo de Nuestra Señora de los Reyes de Yapeyú. Había sido una de
las poblaciones muy próspera, aunque luego venida a menos, e incluía además los pueblos
de San Borja, La Cruz y Santo Tomé. Vivían en esos dominios unos 160 mil indígenas.

Templete
que guarda las ruinas de la casa natal de San Martín, en Yapeyú
En abril de 1775 se hizo cargo de su nuevo puesto como teniente gobernador. La
familia vivía en el edificio que era el colegio, que además había sido residencia de los
padres jesuitas. Estaba frente a la plaza, junto a la iglesia y a los almacenes donde se
guardaba la producción de las misiones. Toda la plaza estaba rodeada por una doble galería
formada con altos pilares de urunday.

En febrero de 1776 nació Justo Rufino y el 25 de febrero de 1778 José Francisco, “el que
menos costo me ha tenido”, diría su madre años después. Al día siguiente, fue bautizado
por el fraile dominico Francisco de la Pera.

La suerte cambiaría para Juan de San Martín. Si bien en 1779 obtuvo los despachos de
capitán, una rebelión indígena mal manejada, lo sometió a un proceso del que salió airoso,
pero terminó siendo relevado de su puesto.

En 1781 toda la familia se trasladó a Buenos Aires, donde tenía dos propiedades. Una
casa pequeña, en el barrio de Monserrat, que se alquilaba, y una más grande, sobre la actual
calle Piedras, entre Moreno y Belgrano, en el barrio de San Juan, donde vivieron. El papá
enfermó gravemente, y estuvo al borde de la muerte. Dos años después, se le ordenó
regresar a España. A fines de 1783 los San Martín embarcaron en la fragata de guerra
“Santa Balbina” y arribaron a Cádiz en abril del año siguiente.

¿Qué pasó con los hermanos de San Martín?

María Elena se casó en Madrid en 1802. Tuvo una hija, Petronila, que el Libertador incluyó
en su testamento. Su madre Gregoria vivió con ella cuando su papá falleció a los 68 años.
María Elena murió en 1852.

María Elena de San Martín, la hermana mayor


de José Francisco

Manuel Tadeo, robusto y bajo como su padre, siguió la carrera militar. Su hermano José lo
consideraba como el mejor militar de todos sus hermanos. Falleció en Valencia en 1851.
Manuel Tadeo de San Martín, al que su
hermano admiraba sus condiciones militares

Juan Fermín Rafael también se enroló en el ejército, y vivió mucho tiempo en Filipinas,
donde formó familia y donde murió en 1822. Sus últimos descendientes llegaron a la
década del 50 del siglo veinte.

Juan Fermín de San Martín, desarrolló gran parte de su


carrera en Filipinas

Aseguran que Justo Rufino era el hermano predilecto de José. También militar, lo
acompañó en su exilio en Bruselas. Murió en Madrid en 1832.

Justo Rufino de San Martín acompañó a su hermano


en el exilio
Cuando José tenía 18 años, falleció su padre. A los 11 años había ingresado como cadete en
el Regimiento de Infantería de Murcia. Y al poco tiempo de su triunfo en el combate de San
Lorenzo, en 1813, moría su madre Gregoria.

En la calle La Solana, en el pueblo natal de Juan de San Martín, aún está la casa
donde nació, transformada en la “Casa Museo General San Martín”. En la entrada la
inscripción “De azores castellanos nació el cóndor que sobrevoló los Andes”, homenajea al
Libertador de América. Y en la plaza de San Juan, en pleno casco antiguo del pueblo de
Paredes de Nava, hay una estatua de Gregoria.

En Yapeyú se conservan las ruinas de la casa natal, construida con ladrillos de argamasa,
hechos en las misiones. En la plaza central, cuidan un retoño de higuera, donde el niño
José Francisco solía jugar.
Retoño de la higuera
en Yapeyú, donde el niño José Francisco solía jugar

Quedaría en el misterio la leyenda alrededor de Rosa Guarú, también conocida como Juana
Cristaldo que investigaciones históricas le atribuyen ser la madre de José Francisco. Son
una de las tantas historias que cuentan al visitante de Yapeyú, donde 243 años atrás, nacía
el mayor ícono de la historia argentina y latinoamericana.

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