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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EL PROCESO SOCIAL DEL TRABAJO
INSTITUTO VENEZOLANO DE LOS SEGUROS SOCIALES
DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD
COLEGIO UNIVERSITARIO DE REHABILITACIÓN “MAY HAMILTON”
PNF TERAPIA OCUPACIONAL TRAYECTO INICIAL
SECCION 1

Heroínas de Venezuela

Docente: Autor:
Parra Yeditza Serrano Kail
C.I: 28.149.798
Caracas, noviembre 2021
Luisa Cáceres De Arismendi

Luisa Cáceres De Arismendi nació en Caracas, Venezuela el 25 de septiembre de 1799, Cáceres era
hija del matrimonio entre el pedagogo José Domingo Cáceres y Carmen Díaz. Su padre era profesor
de latín y le enseñó a leer y escribir junto a sus dos hermanos, Félix y Manuel Cáceres. Sin
embargo, siguiendo la costumbre de época su educación se centró en un futuro como esposa y
madre. En 1814 fue solicitada en matrimonio por Juan Bautista Arismendi tras conocerla en la casa
de José Félix Ribas, pero debido a la juventud de Luisa Cáceres (tenía menos de quince años de
edad), los avances de Arismendi fueron rechazados por sus padres.
Los eventos que sucederían en los próximos meses los uniría más tarde a pesar de la Guerra de
Independencia.
El 6 de marzo de 1814, las tropas del realista Francisco Rosette asaltaron la guarnición de Ocumare
y mataron al padre de Cáceres, quien se encontraba allí apoyando al comandante Juan José Toro a
pesar de no ser hombre de armas. Como comandante militar interino de Caracas, Juan Bautista
Arismendi organizó una apurada expedición de unos 800 adolescentes y estudiantes que el día 14
pretendió auxiliar de los sitiados en Ocumare. Esta expedición fracasó y en ella murió Félix
Cáceres, quien fue ejecutado machetazos el 16 de marzo. En abril, José Félix Ribas regresó a la
comandancia militar de Caracas y Arismendi tomó el mando de la isla de Margarita.
La derrota en Ocumare y el empuje de las fuerzas de José Tomás Boves desde los Valles de Aragua
y los valles del Tuy obligaron a los patriotas a abandonar Caracas a partir del 7 de julio de 1814.
Con Simón Bolívar a la cabeza, los caraqueños emprendieron a pie la llamada emigración a Oriente
en la que Luisa Cáceres perdió algunos miembros de su familia. El 25 de agosto llegó a Cumaná
junto a su madre y un hermano de 11 años y debido a los avances de los realistas siguieron a la isla
de Margarita, donde Juan Bautista Arismendi comandaba el único reducto patriota en el país. En esa
isla, Cáceres y Arismendi contrajeron matrimonio el 4 de diciembre de 1814.
En 1815, el teniente General realista Pablo Morillo desembarcó en Margarita al mando de una
numerosa escuadra. Entre sus órdenes estaban ocupar la isla y otorgar indultos para pacificar el
territorio en manos de Arismendi, quien no tuvo otra salida que acogerse al ofrecimiento el 11 de
abril de 1815. Por algunos meses Arismendi y Cáceres se dedicaron a la vida agrícola en la Villa de
Santa Ana del Norte, población en las afueras de La Asunción comandada por el teniente realista
Antonio Cobián, quien recibió órdenes de apresar a Arismendi en un banquete dado por el
Gobernador Joaquín Urreiztieta el 24 de septiembre para celebrar la caída de Napoleón. De estos
planes se enteró el amanuense de Cobián, un caraqueño llamado Pedro Berroteran, quien se los
comunico a Cáceres para evitar que Arismendi cayera en la celada.
Para ganar tiempo y escapar con su hijo Ignacio de 16 años, Arismendi escribió una nota de
disculpa y la dejó con su esposa para que la entregase en las vísperas de la fiesta. Cáceres, quien
entonces también tenía 16 años y estaba embarazada, esperó hasta el último minuto y cuando por
fin Cobian por fin se enteró del escape de Arismendi, la arrestó y confinó a la casa del realista
Cristóbal Amnés en La Asunción y el 17 de noviembre el gobernador Urreiztieta ordenó su traslado
al Castillo Santa Rosa. Esta decisión se tomó ya que el 15 de noviembre Arismendi se sublevó de
nuevo y con los pocos hombres y escasas armas que tenía tomó el Fuerte de Juangriego y otros
recodos realistas con el fin de marchar a la Asunción, tomar la plaza y rescatar a su esposa.

El 15 de diciembre siguiente atacó sin éxito el Castillo Santa Rosa, pero debido a que en la campaña
había hecho algunos prisioneros, incluyendo al comandante Antonio Cobián, la tradición cuenta que
Urreiztieta le propuso canjear a estos por su esposa. Arismendi, según la historia, rechazó el
ofrecimiento diciendo, "Diga al jefe español que sin patria no quiero esposa".
En medio de la encarnizada lucha entre patriotas y españoles, Cáceres dio a luz una niña que murió
al nacer el 26 de enero de 1816. En relación con este hecho, el brigadier realista Juan Bautista Pardo
comentó al Capitán General Salvador de Moxó, "La mujer de Arismendi ha dado luz en su prisión
un nuevo monstruo...Arismendi, según voz, ha hecho matar a nuestros prisioneros, y en este caso
convendría decapitar a su mujer." Esto no sucedió debido a que los españoles consideraban a
Cáceres como pieza clave para capturar a Arismendi, y debido a su deteriorado estado de salud y el
riesgo que suponía para la Asunción, la trasladaron al fortín de Pampatar el 29 de enero y el 22 de
marzo a la prisión de La Guaira. De la Guaira fue enviada al Convento de la Concepción de
Caracas, donde fue mantenida en custodia hasta el 3 de diciembre, fecha en que fue remitida en el
buque "El Pópulo" hacia Cádiz, España.
En los alrededores de las islas Bermudas, "El Pópulo" fue tomado por un buque corso argentino que
apresó a la tripulación, los pasajeros y se apoderó de las naves y el cargamento. A las personas las
liberaron en la Isla Santa María, donde Cáceres tuvo la oportunidad de escapar, pero al final decidió
permanecer como prisionera en vez de volver a Venezuela sin recursos ni protección. Finalmente, a
los cuarenta y cinco días de haber salido de La Guaira arribó a San Lucas, de donde siguió por tierra
hasta el puerto de Santa María, y de allí por mar a Cádiz, donde llegó el 17 de enero de 1817.
En Cádiz, Cáceres fue presentada ante el capitán general de Andalucía, quien al no recibir
documentación que justificara su detención le dio la categoría de confinada y le asignó una pensión
de 15 duros. Como hogar se le asignó el del médico José María Morón y su esposa Concepción
Pepet, quienes pagaron una fianza y se comprometieron a presentarla mensualmente ante un juez.
Durante su permanencia en Cádiz, Cáceres se negó a firmar un documento para manifestar su
lealtad al Rey de España y rechazar la posición rebelde de su marido.
En 1818 el coronel republicano Francisco Carabaño se ofreció a ayudarla para regresar a América.
Con su ayuda se hicieron todos los preparativos para la fuga el 19 de marzo y Cáceres prometió que
su esposo pagaría todos los gastos al arribar a tierra margariteña. La noche anterior al escape, se
despidió de la familia Morón y abandonó España a bordo de una fragata de bandera norteamericana.
El 3 de mayo llegó a Filadelfia donde entabló amistad con la familia del general Lino Clemente y
fue contactada por el coronel Luis Rieux, comisionado por Arismendi para preparar su regreso a
Margarita, donde llegó el 26 de julio de 1818, 4 años después de haber sido arrestada.
Luisa Cáceres de Arismendi residió en Caracas en relativa oscuridad hasta el día de su muerte,
donde tuvo 12 hijos con Arismendi, 3 varones y 9 hembras, incluyendo la nacida en el Castillo
Santa Rosa. A saber,
Juana Bautista Arismendi Cáceres (nacida en el Castillo de Santa Rosa).
Juan Bautista Arismendi Cáceres.
Aurora Arismendi Cáceres.
Miguel Arismendi Cáceres.
María del Rosario Arismendi Cáceres.
Carmen Arismendi Cáceres.
Amalia Arismendi Cáceres.
Ana Teresa Arismendi Cáceres.
Abelardo Arismendi Cáceres.
Dolores Arismendi Cáceres.
Adela Arismendi Cáceres.
Luisa Arismendi Cáceres.
Juana Camejo

Josefa Camejo nació el 18 de mayo de 1791, en el fundo de Aguaque, Curaidebo, población de


Pueblo Nuevo, actual estado de Falcón, Venezuela.
Sus progenitores eran los dueños del fundo Aguaque en la península de Paraguaná.
Ingresó en la escuela de las hermanas Salcedas en la ciudad de Coro y después se mudó a Caracas
para continuar sus estudios, donde le sorprendió los inicios de la revolución del 19 de abril de 1810,
a la que se sumó
En 1811, con 20 años de edad, se trasladó a Barinas junto a su madre y su tío, monseñor Mariano de
Talavera y Garcés, que fue secretario de la Junta Patriótica de Mérida. Allí lideró a un grupo de
mujeres opuestas a los realistas ofreciéndose al gobernador de la Provincia, Pedro Briceño del
Pumar para la lucha. El 18 de octubre de 1811, firma el documento titulado "Representación que
hace el Bello Sexo al Gobierno de Barinas".
A inicios de 1813, Barinas fue asediada por los realistas al mando de José Antonio Puey, por lo que
el gobernador Manuel Antonio Pulido ordenó el traslado de la población hacia San Carlos (estado
Cojedes), caravana a la que se incorporaron Josefa y su madre, quien murió ahogada cruzando el río
Santo Domingo.
En San Carlos, se unen a las fuerzas de Rafael Urdaneta en viaje hacia la Nueva Granada. Durante
el traslado Josefa Camejo se dedicó a curar a los heridos.
En Mérida contrajo matrimonio con el prócer Juan Nepomuceno Briceño Méndez. En 1814 se
refugió en Bogotá, por el avance de los realistas. Allí nacería su primer hijo, Wenceslao.
En 1819 regresó a Barinas y el 3 de mayo de 1821, Josefa Camejo sublevó la provincia de Coro en
favor de la independencia. En 1821, al frente de 300 esclavos que trabajaban en su hato de
Paraguaná, lideró una rebelión contra las fuerzas realistas, aunque fueron derrotados. El 3 de mayo
del mismo año, con un grupo de 15 hombres se presentó en Baraived, donde se enfrentó y derrotó al
jefe realista Chepito González.
Posteriormente se dirigió a Pueblo Nuevo, donde se apresó al gobernador, nombrándose en su lugar
al republicano Mariano Arcaya. Josefa Camejo leyó en Pueblo Nuevo el manifiesto en que se
declara libre a la Provincia de Coro y en el que se jura fidelidad a la República. Posteriormente
participa en la toma la capital de la provincia.
Su pasión por la libertad la llevó a estar presente en casi todo el territorio de Venezuela, lo que la
convierte en una heroína de carácter nacional.
Josefa Camejo murió probablemente el 5 de julio de 1862 (71 años) en Ciudad Bolívar, en donde
vivía su hija Teotiste.
Juana Ramírez

Juana Ramírez se destacó por su pasión patriota, su deseo por la libertad, y su entrega a la lucha
independentista. Defendió a Maturín del ejército de Domingo Monteverde en 1813, aquel glorioso
25 de mayo cuando logró que este grupo de mujeres se dirigiera hacia el enemigo español, y con
gran valentía se les enfrentó hasta que los realistas cayeron vencidos.
Juana nació en 1790, en un poblado llamado Chaguaramal, cerca de Maturín, en tierras de la
provincia de Barcelona. Su madre, llamada Guadalupe Ramírez, era una negra esclava, traída de
África y comprada por la familia del General Andrés Rojas.
La negra Guadalupe y su hija se dedicaban a trabajar las tierras que la familia Rojas tenía en
Chaguaramal.
Se dice que su padre fue uno de los Generales Rojas: Andrés o José Francisco. Doña Teresa
Ramírez de Balderrama crió a Juana, la protegió y le dio su apellido.
Así, pues, la niñez de Juana transcurrió en las haciendas del General Rojas en Chaguaramal.
En 1813, Maturín era una aldea de casas con paredes de bahareque y techos de paja. Era una aldea
muy pequeña. Perteneciente a la provincia de Barcelona.
La noticia de los sucesos de 1810 y las ideas independentistas habían llegado a través de un rico
ganadero maturinés que se hallaba en Trinidad e inmediatamente ganaron adeptos.
La Familia Monagas y los Rojas, entre otras, rápidamente se unieron a la lucha y formaron sus
ejércitos con los esclavos de sus haciendas.
Siendo Juana, una adolescente de 15 años, ya se interesaba en acompañar al General Andrés Rojas a
realizar las labores de la guerra independentista.
Estuvo en las batallas que se realizaron en las cercanías de Maturín, contra Antonio Zuazola, de La
Hoz, Monteverde y Morales. Era una negra alta, con mucho carácter y un gran coraje. Sabía
infundir a sus compañeros un gran ímpetu hacia la lucha patriótica.
Por los alrededores de Maturín, se ganaron cuatro batallas, entre 1813 y 1814: el 25 de mayo de
1813 (Alto de los Godos), Los Magueyes, Aragua, Uracoa. Se perdió una batalla, y con ella, se
hundió no sólo Maturín sino también la Segunda República.
En la batalla del 25 de mayo de 1813, Juana tuvo una significativa actuación. Ese día patriotas y
realistas se enfrentaron en una dura lucha que tuvo su final al oscurecer el día.
En el norte de Maturín, en la sabana llamada Altos de los Godos se reunieron los patriotas,
esperando a Monteverde con sus dos mil hombres, que venía desde la Cruz de la Paloma.
Como a las 11 de la mañana empezó el fuego. Los patriotas eran menos en número de soldados.
Cerca de la Plaza Piar de Maturín, un grupo de mujeres bien resueltas se encontraban luchando
también. Comandadas por Juana Ramírez, con apenas 23 años, atacaban al enemigo, atendían
heridos y hasta disparaban cañones.
La Batería de Mujeres la formaban, además de Juana Ramírez, "María Antonia y Juanita Ramírez,
Marta Cumbale, Valentina Mina, Graciosa Barroso de Sifontes, Vicencia y Rosa Gómez, Dolores
Betancourt Mota, Carmen Lanza y Luisa Gutiérrez, Isidora Argote, Eusebia Ramírez, Guadalupe
Ramírez, Rosalía Uva, María Romero de López, Josefa Barrosos, Juana Carpio y Lorenza Rondón".
Desde Altos de los Godos llegó la noticia de que los patriotas se les estaban acabando las
municiones.
Eran casi las 4 de la tarde, así que el comandante Felipe Carrasquel, jefe de los patriotas en este
encuentro, ordenó a Juana avanzar hasta Los Godos. Juana y su batería de mujeres, con gran coraje
y valentía, iniciaron su avanzada.
Entre disparos y cañonazos llegaron a auxiliar a los patriotas. En la batalla también estaban José
Francisco Azcue y Manuel Piar viendo cómo la negra Juana luchaba con tanto esmero. Monteverde
no le quedó más remedio que huir ante tal arremetida y dejó al comandante Antonio Bosch y al
Capitán Pedro Cabrera y otros en la batalla. Bosch y Cabrera murieron, al rato, bajo las lanzas
patriotas.
Como premio del triunfo los patriotas ganaron: armas, municiones, 6.000 pesos de plata, 3 cañones
entre otros. Y los cofres de Monteverde.
Las bajas fueron: 479 efectivos muertos, 27 oficiales relistas y centenares de muertos.
Juana Ramírez se encargó, al terminar la batalla de dar sepultura a los realistas caídos. Estos fueron
enterrados en un sitio llamado la "Mata de la Muerte", al pie de un árbol ubicado frente a la Iglesia
San Ignacio, en lo que hoy es Fundemos.
El 25 de mayo de 1813 se salvó Maturín. Sin embargo, el 11 de diciembre de 1814 la ciudad cayó
en las manos asesinas del español Tomás Morales: arrasó con la aldea, quemó todas las casas y
asesinó a todos los ancianos, niños y mujeres que pudo.
En su mayoría era la población caraqueña y del centro que se había venido a Oriente cuando Boves
entró a Caracas. Con esta batalla se termina de perder la Segunda República. Los patriotas sufren
una gran derrota.
Los pocos que se salvaron lograron irse a las montañas y desde allí en forma de guerrilleros
combatieron a los realistas. Se alimentaban de ganado perdido por el monte, plantas y otros
animales salvajes.
Con el tiempo se atrevieron a fundar algunos poblados, cercanos a los que estaban antes de la
quemazón de Morales. Juana siguió luchando como guerrillera por las montañas de El Tigre.
Al independizarse Venezuela, Juana se estableció en Guacharacas (hoy San Vicente), Monagas.
Formó una pequeña familia con sus cinco hijas: Clara, Juana, Juana Josefa y Victoria. Allí vivió de
la agricultura. Murió en 1856, a los 66 años. Fue enterrada en el cementerio antiguo de Guacharacas
en El Bajo. Un monumento, construido en 1975, recuerda el sitio donde reposan sus restos.
Ana María Campos

Nació el 2 de abril de 1796 en Los Puertos de Altagracia, estado Zulia, Venezuela. Sus padres
fueron Domingo José de Campos y Perozo y Doña María Ana de Cubillán de Fuentes.
Partidaria de las ideas emancipadoras, contribuyó activamente con los movimientos patriotas y fue
además conocida por su constante prédica contra el dominio español.
Después de la batalla de Carabobo, la provincia de Maracaibo fue ocupada por los realistas, al
mando de Francisco Tomás Morales, en 1822. Para esa fecha contaba con 27 años de edad.
La adhesión de Ana María a los ideales emancipadores la llevan a ser organizadora y partícipe de
las reuniones clandestinas que realizaban los patriotas en la planificación de la erradicación
definitiva del poder español en tierras marabinas.
La guerra había dejado de ser continental, el teatro de operaciones era ahora marítimo,
específicamente lacustre, ya que el lago de Maracaibo es el escenario donde se ratificaría
definitivamente la independencia venezolana lograda en los Campos de Carabobo en 1821.
En una de las reuniones republicanas clandestinas, la heroína llegó a decir:
“¡O monda o capitula! ¡Si no capitula, muere!"
Esta afirmación se convirtió en el lema de toda la población, y como pólvora encendida recorrió
toda la región zuliana, no faltando quien la llevara hasta los oídos de Morales.
Esa afirmación le valió ser llevada prisionera ante el jefe español, el cual sentenció que fuese
castigada públicamente.
Ana María fue conducida por las calles de la ciudad de Maracaibo montada en un burro,
semidesnuda y soportando los latigazos del verdugo Valentín Aguirre. El hecho de ir semidesnuda
ya era una afrenta a la moral y dignidad humana de una mujer para aquella época, muchas ventanas
se cerraron a su paso, como símbolo de respeto y no herir su condición femenina. Ana María,
erguida sobre el animal, firme en sus ideales independentistas, a cada latigazo del verdugo, repetía
para martirio del jefe español:
"sí Morales no capitula, monda"
El suplicio no logró doblegarla ni física ni intelectualmente.
Un año más tarde Ana María Campos presenció el triunfo de la escuadra patriota al mando del
Almirante José Prudencio Padilla sobre la escuadra realista al mando del capitán de navío Ángel
Laborde y Navarro, por consiguiente, la aceptación a capitular del general español Francisco Tomás
Morales, último Capitán General de la Provincia de Venezuela.
Ana Murió en Maracaibo, Venezuela, en el año 1828.
Eulalia Buroz

Nació en la localidad de Tacarigua de Mamporal, estado Miranda Venezuela, el 12 de


febrero de 1796. Sus padres fueron Francisco Antonio Ramos y María Isabel Sánchez de
Alcalá. De familia rica, y desde muy joven vinculada a la gesta de emancipación
venezolana, cuando apenas contaba con 14 años sus padres, se adhirieron al movimiento
revolucionario de 1810.
Eulalia Ramos contrajo matrimonio a los 17 años de edad, con un joven llamado Juan José
Vásquez, quien apoyaba la causa de la independencia.
Para 1808 ya se habían manifestado múltiples deseos emancipadores en Venezuela. “La
conspiración de Los Mantuanos”, fue el trampolín para que la ciudad se convirtiera en foco
de insurgencia y pensamientos independentistas. Caracas estaba alborotada. Y es el
momento cuando una nueva Junta Suprema declarada en Caracas destituye al Capitán
General Vicente Emparan. Fue un 19 de abril de 1810 en el que, si bien no se declara la
independencia se dio el primer paso hacia ella, con la posterior organización del primer
Congreso de Venezuela el 2 de marzo y la instauración del triunvirato ejecutivo de
Cristóbal de Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón, quienes declararon la
independencia el 5 de julio de 1811, denominando al territorio Estados de Venezuela.
Luego de la caída de la primera república su padre, Don Ignacio Ramos, tuvo que huir para
ocultarse de los españoles, su esposo, Juan José Vásquez tuvo que huir de la región, al
temer una posible invasión y su captura; dejando a Eulalia sola. Ésta escapó hacia la selva
de Barlovento con una esclava, sin embargo, encontrándose en medio de la maleza del
bosque de Río Chico, su hija de 40 días de nacida muere y se ve en la necesidad de cavar
una tumba con sus propias manos para enterrar a la niña. En las semanas siguientes, Eulalia
fue denunciada por la criada de un jefe Realista de la zona, siendo detenida y arrastrada por
la calle real de Tacarigua. Posteriormente fue encarcelada por delitos de apoyo a los
rebeldes, estando a punto de ser ejecutada, no obstante, fue salvada por guerrillas patriotas
que asaltaron la zona.
Posteriormente regresó a Caracas con su padre, sin tener noticias de su esposo, quien
finalmente fue fusilado en la Plaza Mayor de Río Chico en 1814.
Después de la pérdida de la "Segunda República" (agosto de 1814), Eulalia Ramos se
refugió con unos familiares en Cartagena de Indias, donde tuvo amistad con la familia
Buroz, parientes del general Carlos Soublette, por lo que ha sido confundida como
miembro de dicha familia. En 1815, regresó a Cumaná. El año siguiente conoció al oficial
inglés coronel William Charles Chamberlain, edecán del Libertador, con el que contrajo
matrimonio en 1817, radicándose en Barcelona. En los primeros meses del mismo año, el
coronel realista Juan Aldama se dirigió hacia esa población con una división armada; las
tropas republicanas y muchas personas se refugiaron en el edificio del Convento de San
Francisco, que después tomaría el nombre de Casa Fuerte. En este lugar resistieron los
patriotas 3 días. El 7 de abril irrumpieron los realistas en la fortaleza, muriendo allí Eulalia
Ramos que ofrendó su vida en la Casa Fuerte de Barcelona. Al grito de "Viva la Patria,
mueran los tiranos", recibió una descarga en el pecho, fue mutilado su cuerpo y amarrado a
la cola de un caballo.
De inmediato el resto de los españoles se abalanzan sobre la heroína, matándola a golpes de
bayoneta, mientras el ejército caía en manos de las fuerzas realistas.

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