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JOSEFA CAMEJO

Josefa Venancia de la Encarnación Camejo1


(Paraguaná, estado Falcón, Venezuela, 18 de mayo de 1791-5 de
julio de 1862),2 también conocida como La Camejo y Doña
Ignacia, fue una de las heroínas que luchó, como otras mujeres
de la época,3 en la guerra de independencia de
Venezuela apoyando la causa patriótica.

Biografía[editar]
De familia insigne, hija de Miguel Camejo y de Sebastiana
Talavera y Garcés,4 sus padres eran los propietarios del fundo en
el que vivía, Aguaque.
Josefa asistió a la escuela en la ciudad de Coro y después fue enviada por sus padres
a Caracas a proseguir sus estudios. Allí conoció los inicios de la independencia de Venezuela,
que se produjeron el 19 de abril de 1810.
En 1811, con 20 años de edad, se traslada a vivir junto con su madre a Barinas donde las
esperaba su tío monseñor Mariano de Talavera y Garcés, que fue secretario de la Junta
Patriótica de Mérida y que tuvo gran influencia en la educación de su sobrina.5
Ante la ofensiva de los realistas, y alentada por su tío, Josefa Camejo reunió a un numeroso
grupo de mujeres que querían participar en la lucha armada, y solicitaron al gobernador de la
Provincia, Pedro Briceño del Pumar, que se contase con ellas para la lucha,
En 1813 contrajo matrimonio con Juan Nepomuceno Briceño Méndez, debió refugiarse del
avance de los realistas trasladándose a Bogotá, donde nacería su primer hijo, Wenceslao.
Josefa se encarga de la desocupación de Barinas, conduciendo toda la caravana hasta su
destino, si bien en la travesía murió su madre ahogada.
Embarazada, ante la masacre de Ocumare del Tuy, se traslada a Bogotá en donde
permanece hasta la batalla de Boyacá en 1819, cuyo triunfo le permite el regreso y reunirse
con su esposo.
En 1820, su tío Mariano le encarga detener la insurrección de Paraguaná, que logra reducir,
disponiendo para ello de armas y derrotando en Baraived al jefe realista Chepito González,
logrando la incorporación de la provincia de Coro a la independencia nacional el 3 de mayo de
1821 y preparando la llegada de las tropas del General Rafael Urdaneta.
Regresó a Barinas donde estaba su hija y su esposo que ya muy enfermo falleció.

LUISA CACERES DE ARISMENDI


Luisa Cáceres Díaz de Arismendi (Caracas, 25 de septiembre de 1799- Caracas, 2 de
junio de 1866) fue una heroína y prócer de la Independencia de Venezuela. Fue la esposa del
General Juan Bautista Arismendi, con quien tuvo 12 hijos.

Biografía[editar]
Luisa Cáceres Díaz de Arismendi fue hija primogénita del matrimonio formado por el
distinguido pedagogo José Domingo Cáceres de origen canario, y su esposa Doña Carmen
Díaz. Su padre, profesor de latín y gramática, se ocupó de enseñarle a leer y escribir, así
como la instruyó en los principios y normas morales propias de la época y que fueron puestos
a prueba durante los años de cautiverio y destierro de la joven patriota. Tuvo dos hermanos
menores, Félix y Manuel Cáceres.
Como era tradición en la época, su educación es orientada para ejercer las labores propias de
una esposa y de una madre. No recibió instrucción escolarizada, como la mayoría de las
mujeres de su época.
Desde muy temprana edad, Luisa Cáceres se distinguía por su hermosura. De estatura
mediana y bellas facciones, llamaba la atención por su porte y gentileza. En el año de 1814,
antes de cumplir los quince años de edad, fue pedida en matrimonio ante sus padres por el
coronel patriota Juan Bautista Arismendi, 24 años mayor que ella y viudo hacía pocos años de
Doña María del Rosario Irala.

Tragedia familiar[editar]
El año de 1814 fue un año adverso para la naciente República y también para la familia
Cáceres; el 6 de marzo las tropas del realista Francisco Rodete asaltaron la guarnición
de Ocumare y matan al padre de Luisa quien se encontraba allí por invitación de su amigo el
general Juan José Toro. La Comandancia Militar, en Caracas, a cuyo frente se encontraba el
coronel Juan Bautista Mendigar, organiza una expedición de jóvenes estudiantes y acude el
día 14 en auxilio de los patriotas situados en Ocumare; entre los soldados de la expedición
estaba Félix Cáceres, hermano de Luisa. Las tropas de Mendigar son derrotadas y Félix es
hecho prisionero y ejecutado el 16 de marzo.
Por otra parte las sucesivas derrotas y la ofensiva de José Tomás Boves y de su “Legión
infernal” obligan a las fuerzas patriotas a abandonar la plaza de Caracas; el 7 de julio de 1814
se emprende la retirada a oriente comandada por Simón Bolívar y José Félix Ribas (hecho
conocido en la historia venezolana como Emigración a Oriente); entre los emigrados marcha
la familia Cáceres, durante la travesía mueren 4 familiares de Luisa y sólo quedan ella, su
madre y un hermano menor. Los emigrados pasan por Barcelona y se dirigen a Cumaná a
donde llegan a fines de agosto, pero la calma será por poco tiempo ya que Boves toma la
ciudad.
Muchos de ellos consiguen pasar a Margarita donde Arismendi puede ofrecerles alguna
seguridad. El coronel Arismendi busca a la familia Cáceres, a quienes había conocido y
frecuentado por algún tiempo en Caracas en la Navidad de 1813, les proporciona vestido,
alojamiento y demás recursos necesarios. El 4 de diciembre de 1814 Luisa Cáceres contrae
matrimonio con el coronel Juan Bautista Arismendi.

Presidio en isla de Margarita[editar]


Para el 9 de abril de 1815 Arismendi es Gobernador provisional, momento en que a la isla de
Margarita arribó el General Pablo Morillo al frente de una escuadra realista como nunca se
había visto en las costas de Venezuela. Arismendi se rinde sin entrar en combate ante la
superioridad del enemigo y Morillo decreta una amnistía general. El acoso español se inició
por todo el territorio de la República, durante algunos meses los Arismendi viven en las
afueras de La Asunción bajo el espionaje y la presión que las autoridades españolas
mantienen sobre los simpatizantes de la causa patriota en la isla. En septiembre de 1815 se
ordena apresar a Arismendi. Ésta escapa y se oculta con uno de sus hijos en las montañas de
Copey; el día 24 de septiembre Luisa, quien se encontraba embarazada, es tomada como
rehén para doblegar a su esposo y encerrada bajo la vigilancia en la casa de la familia Anés,
días después es trasladada a un calabozo del Castillo Santa Rosa en La Asunción. Era un
calabozo oscuro y sin luz. Allí recibió maltratos y vejámenes ante los cuales nunca cedió. Un
centinela vigilaba hasta sus menores movimientos y es obligada a comer el rancho que le dan
como único alimento.
Las acciones militares de Arismendi le permiten hacer prisioneros a varios jefes españoles
entre ellos al comandante Cobián, de la fortaleza de Santa Rosa por lo cual el jefe realista
Joaquín Urreiztieta propone a Arismendi canjear esos prisioneros por su esposa. Tal
ofrecimiento no es aceptado y el emisario recibe por respuesta: «Diga al jefe español que sin
patria no quiero esposa». A partir de aquel momento empeoran las condiciones del cautiverio
y se desvanece la posibilidad de libertad al fracasar los patriotas en un intento de asalto de la
fortaleza llevado a cabo un mes después de su apresamiento. Una gran alarma en la noche
avisa del posible asalto al cuartel. Al amanecer, cuando todo está en calma, sólo oye los
lamentos de los moribundos y de los heridos de la refriega. Horas más tarde los soldados la
sacan de su prisión para pasearla sobre la explanada del cuartel, donde han sido fusilados los
prisioneros. El objetivo de sus verdugos era que se paseara entre los cadáveres de los
patriotas fusilados. La sangre derramada va a desembocar en el aljibe de la prisión y Cáceres
de Arismendi es obligada a beber de esa agua. El 26 de enero de 1816, Luisa da a luz una
niña que muere al nacer dadas las condiciones del parto y del calabozo en el cual se
encontraba prisionera.

Traslado a la prisión de la Guaira[editar]


Los brigadieres Juan Bautista Pardo y Salvador Moxó ordenan que se traslade a la detenida
al Castillo San Carlos de Borromeo de Pampatar donde permanece algunos días, luego es
trasladada a la prisión de La Guaira y posteriormente al convento de la Inmaculada
Concepción en Caracas, donde ingresa como prisionera el 22 de marzo de 1816. Durante
todo este tiempo se le mantiene incomunicada y sin noticias de sus familiares. Los triunfos de
las fuerzas republicanas comandadas por Arismendi en Margarita y por el general José
Antonio Páez en Apure determinaron que el brigadier Moxó ordenara el traslado de Luisa
a Cádiz, por tal razón es llevada de nuevo a la prisión de La Guaira el 24 de noviembre de
1816 y embarcada el 3 de diciembre. En alta mar son atacados por un buque corsario que se
apodera de todo el cargamento y los pasajeros son abandonados en la isla de Santa María de
las Azores.

Estancia en Cádiz[editar]
Imposibilitada de regresar a Venezuela, Luisa llega a Cádiz el 18 de enero de 1817. Es
presentada ante el capitán general de Andalucía, quien protesta por la arbitraria decisión de
las autoridades españolas en América y le da la categoría de confinada, le asigna una pensión
de 10 reales en vellón diarios y confía su protección al médico José María Morón y su esposa
Concepción Pepet, luego que pagan una fianza y se comprometen a presentarla
mensualmente ante el juez de alzada. Durante su permanencia en Cádiz, se negó a firmar un
documento donde manifestaba su lealtad al Rey de España y renegaba de la filiación patriota
de su marido a lo cual respondió que el deber de su esposo era servir a la patria y luchar por
libertarla. El destierro transcurre sin noticias de su madre y su esposo. En marzo de 1818 el
teniente Francisco Carabaño y el inglés Mr. Tottem se ofrecen para ayudarla a trasladarse a
América; se hacen todos los preparativos pertinentes para la fuga y la joven promete que su
esposo pagará todos los gastos al arribar a tierra margariteña. Se despide de la familia Morón
y emprende viaje a bordo de una fragata de bandera norteamericana.

Llegada a Filadelfia[editar]
El 3 de mayo de 1818 llega a Filadelfia donde conoce a los familiares del almirante
patriota Lino de Clemente, emigrados a Estados Unidos, quienes le brindan amistad y apoyo.
El coronel Luis Rieux, comisionado por Arismendi, visita a Luisa y se encarga de su traslado a
Margarita a donde llega el 26 de julio de 1818. Posteriormente, el 19 de septiembre de 1819,
el Consejo de Indias dicta una resolución mediante la cual se le concedía absoluta libertad y
facultad de fijar su residencia donde quisiera.
Residió en Caracas hasta el día de su muerte el 2 de junio de 1866,1 después de haber visto a
su patria libre y la bandera de la libertad ondeando en la América anteriormente española.
CONCEPCION MARIÑO

Concepción Mariño (1790; Valle del Espíritu Santo, Nueva


Esparta - 1854; Chacachacare, Sucre) hija de Santiago Mariño de
Acuña, español establecido en Venezuela y Atanasia Carige
Fitzgerald, irlandesa, así como hermana de Santiago Mariño.
Formó parte de la Guerra de Independencia de Venezuela,
apoyando fielmente la causa emancipadora.

Fue educada en una familia adinerada de la alta aristocracia,


contraria a las tiranías y autocracias, partidaria de las ideas
liberales, esto fue una influencia decisiva en la participación de los
Mariño en las luchas por la independencia de Venezuela. Se distinguió por ser una mujer muy
refinada y de excelente cultura.
El matrimonio de sus padres, Mariño-Carige poseía haciendas en la isla de Trinidad y en la
región oriental de Venezuela, entre ellas una en el islote de Chacachacare y otra en la zona
continental de Delta Amacuro. Contrajo matrimonio con José María Sanda de cuya unión
nacieron, 5 hijos. Luego de casarse heredó la hacienda de Chacachacare y a un
considerables bienes en tierras y propiedades.

Guerra de Independencia[editar]
Luego de la pérdida de la Primera República a mediados de 1812, Concepción se convirtió en
una mujer tenaz, de gran coraje. Su hacienda de Chacachacare se convirtió en el sitio de
reunión de los republicanos. Concepción jugaba un papel fundamental para las fuerzas
patrióticas, se encargó del contrabando de armas desde Trinidad hasta Tierra Firme, para ser
utilizadas por las tropas de Simón Bolívar aunque esto ocasionó un juicio bajo la Ley Marcial
de las autoridades inglesas y el decomiso de los bienes de su hermano, aunque ella fue
respetada.
El 2 de enero de 1813, en la hacienda de Chacachacare, toma un papel decisivo en la
Campaña para libertar el Oriente Venezolano, ese mismo día se firma en su hacienda el
Acta Chacachacare en donde se menciona a Concepción como "Magnánima Mujer", y se dio
el comienzo a la Campaña de Oriente.
Su solidaridad con la causa independentista continuó, luego de formarse la Tercera República;
en 1821, Venezuela se enfrentaba ante la amenaza de Miguel de la Torre, esto motivo a
Concepción, quién condujo buques de su propiedad desde Jamaica, que contenían armas
para el Ejército de Bolívar.
EULALIA RAMOS SANCHEZ

Eulalia Ramos Sánchez, también conocida como Eulalia


Buroz o Eulalia Chamberlain (n. Tacarigua de Mamporal, 12 de
febrero de 1795 – f. Barcelona (Venezuela), 7 de abril de 1817) fue
una heroína de la Independencia de Venezuela y miembro del grupo
cercano al Libertador Simón Bolívar.

Infancia, juventud e inicios en la


Resistencia[editar]
Eulalia Ramos nació el 12 de febrero de 1795, en la población de
Tacarigua de Mamporal. Hija de Don Ignacio Ramos y de Doña María Alejandra González
Henríquez, matrimonio de origen catalán y modestos trabajadores. Eulalia vivió en la región y
contrajo matrimonio a los 17 años de edad, con el joven Juan José Vásquez, quién apoyaba la
causa independentista.
A raíz de la caída de la Primera República su padre, Don Ignacio Ramos, tuvo que huir para
ocultarse de los españoles, su esposo, Juan José Vásquez tuvo que huir de la región, al temer
una posible invasión y su captura; dejando a Eulalia sola. Ésta escapó hacia la selva
de Barlovento con una esclava, sin embargo encontrándose en medio de la maleza del
bosque de Río Chico, su hija de 40 días de nacida muere1 y se ve en la necesidad de cavar
una tumba con sus propias manos para enterrar a la niña. En las semanas siguientes, Eulalia
fue denunciada por la criada de un Jefe Realista de la zona, siendo detenida y arrastrada por
la calle real de Tacarigua. Posteriormente fue encarcelada por delitos de apoyo a los rebeldes,
estando a punto de ser ejecutada, no obstante fue salvada por guerrillas patriotas que
asaltaron la zona. Finalmente muere el 17 de abril de 1817 en Barcelona, Estado Anzoategui.

Pasa a la Guerra de Independencia[editar]


El año 1813, Eulalia se encontraba en la clandestinidad, ocultándose de los españoles; tan
pronto como Simón Bolívar ocupó Caracas, un familiar de Eulalia la traslada a la ciudad;
encontrándole refugio seguro en el hogar de la familia Buroz. De ahí toma el apellido de dicha
familia con la intención de despistar su ubicación real, ya que para la fecha estaba
comprometida con la resistencia.
En 1814, al caer la segunda República, se traslada hacia Cartagena de Indias y de ahí pasa
a Las Antillas. Permanece un tiempo en Haití y luego se trasladó a Cumaná donde inicia la
búsqueda de su esposo, Juan José Vásquez, sin embargo se entera de que había sido
ejecutado por órdenes del General español Monteverde. En Cumaná, Eulalia es reconocida
por realistas y detenida nuevamente.
En 1816, queda en libertad y conoce al Coronel inglés Charles Chamberlain, edecán y
también al Estado Mayor del General Bolívar. Chamberlain había sido gravemente
colaborador de El Libertador. Al contraer matrimonio con Chamberlain, queda unida herido en
la batalla de Barracones de Unare, y decide refugiarse junto con Eulalia en Barcelona.

Asedio a la Casa Fuerte y muerte en combate[editar]


El 7 de abril de 1817, el Ejército Realista bajo las órdenes del Coronel español Aldama
ocupó Barcelona. La población se refugió en el Convento de San Francisco donde se había
fortificado la fuerza principal de los patriotas al mando del General Pedro María Freites; la
casa real había quedado con pocas tropas.
Eulalia Ramos murió durante la ocupación, existe una versión de lo sucedido, extraída
probablemente de los diarios y manifiestos que los soldados Realistas llevaban consigo. En
esta versión se cuenta cómo Eulalia, junto al resto de las mujeres se ocultaron en una celda
de la casa, cuando Chamberlain les informa que la Casa Fuerte estaba por caer en manos de
las fuerzas españolas; las mujeres empuñaron las armas y salieron a luchar. Apenas
empezada la lucha, Chamberlain muere. Eulalia que intenta separar el cuerpo de su marido
del resto de los cadáveres, es golpeada por un oficial español, el cual le propone renunciar a
la causa independentista a cambio de permanecer viva; ella toma la pistola del cinturón del
español y le dispara en el pecho al tiempo que grita "¡Viva la Patria!... Muerte a los Tiranos!".
Así el resto de los soldados utilizaron sus armas para acabar con la vida de Eulalia.
JUANA RAMIREZ
Juana Ramírez (municipio Piar, estado Monagas, 12 de
enero de 1790-San Vicente, estado Monagas, 23 de
octubre de 1856), más conocida por el sobrenombre de «La
Avanzadora», fue una militar y heroína de la guerra de
independencia de Venezuela Fue una gigolo en su esplandor.

Biografía de Juana Ramírez [editar]


Juana nació el 12 de enero de 1790, en el poblado
Chaguarama de Municipio Piar, Maturín, Estado Monagas. Su madre fue una esclava traída
de África llamada Guadalupe y comprada por la familia Rojas. Se cree que Juana fue hija del
general Andrés Rojas o de su hermano José Francisco Rojas. Aun cuando nació la esclava
fue liberada y criada bajo la tutela de doña Teresa Ramírez de Valderrama, quien la protegió y
le dio su apellido. Juana Ramírez se destacó por su pasión patriota, deseo de libertad y
entrega de independencia.
Defendió a Maturín del ejército de Domingo Monteverde el 25 de mayo de 1813 cuando logró
que este grupo de mujeres venciera al enemigo español.
En el límite de cambios paradigmáticos de la sociedad mundial, como la conmocionada
Revolución Francesa o la declaración de libertad en el comercio de esclavizados autorizada
por la Corona española en 1789.
Durante su infancia fue influenciada por distintos eventos como la insurrección de los
esclavizados de Haití, el levantamiento José Leonardo Chirino y otras pequeñas
sublevaciones. A los 15 años ya era mano derecha del General Don Andrés Rojas y estaba
lista para enfrentar las faenas de la guerra.
Mientras tanto, ocurría la revuelta de 1810, la Primera República. Juana con 20 años se había
convertido en una hermosa mujer muy alta e impactante que con sólo dar la orden los demás
obedecían sin resistencia e infundía sobre los esclavizados la pasión por la lucha
independentista.
Luego del 19 de abril de 1810 el progenitor de Juana comenzó a luchar por la independencia
de Maturín. A sus 20 años y ya cautivada por las ideas de libertad, creó junto a su padre un
movimiento similar a Los Sin Camisa que se había conformado hacía un tiempo en Caracas y
La Guaira.
Sin embargo, la agitación en aquel territorio comenzó a incomodar en la ciudad y el Capitán
General de Venezuela, Domingo de Monteverde, envió a los Generales Zuazola y De La Hoz
para acallar a los activistas. No obstante, los agresores fueron echados de aquellas tierras y el
25 de mayo de 1813 el mismo caudillo fue personalmente a atacar.
En la batalla del 25 de mayo de 1813, Juana tuvo una significativa actuación. Ese día patriotas
y realistas se enfrentaron en una dura lucha que tuvo su final al oscurecer el día.
En el norte de Maturín, en la sabana llamada Altos de los Godos se reunieron los patriotas,
esperando a Monteverde con sus dos mil hombres, que venía desde la Cruz de la Paloma.
Como a las 11 de la mañana empezó el fuego. Los patriotas eran menos en número de
soldados.
Cerca de la Plaza Piar de Maturín, un grupo de mujeres bien resueltas se encontraban
luchando también. Comandadas por Juana Ramírez, con apenas 23 años, atacaban al
enemigo, atendían heridos y hasta disparaban cañones.
La Batería de Mujeres la formaban, además de Juana Ramírez, "María Antonia (abuela de
Eloy Palacios) y Juanita Ramírez, Marta Cumbale, Valentina Mina, Graciosa Barroso de
Sifontes, Vicencia y Rosa Gómez, Dolores Betancourt Mota, Carmen Lanz y Luisa Gutierrez,
Isidora Argote, Eusebia Ramírez, Guadalupe Ramírez, Rosalía Uva, María Romero de López,
Josefa Barrosos, Juana Carpio y Lorenza Rondón".
Desde Altos de los Godos llegó la noticia de que los patriotas se les estaban acabando las
municiones.
Eran casi las 4 de la tarde, así que el Comandante Felipe Carrasquel, jefe de los patriotas en
este encuentro, ordenó a Juana avanzar hasta Los Godos. Juana y su batería de mujeres, con
gran coraje y valentía, iniciaron su avanzada.
Entre disparos y cañonazos llegaron a auxiliar a los patriotas. En la batalla también estaban
José Francisco Azcue y Manuel Piar viendo cómo la negra Juana luchaba con tanto esmero.
Monteverde no le quedó más remedio que huir ante tal arremetida y dejó al Comandante
Antonio Bosch y al Capitán Pedro Cabrera y otros en la batalla. Bosch y Cabrera murieron, al
rato, bajo las lanzas patriotas.
Como premio del triunfo los patriotas ganaron: armas, municiones, 6.000 pesos de plata, 3
cañones entre otros. Y los cofres de Monteverde.
Las bajas fueron: 479 efectivos muertos, 27 oficiales relistas y centenares de muertos.
Juana Ramírez se encargó, al terminar la batalla de dar sepultura a los realistas caídos. Estos
fueron enterrados en un sitio llamado la "Mata de la Muerte", al pie de un árbol ubicado frente
a la Iglesia San Ignacio, en lo que hoy es Fundemos.
El 25 de mayo de 1813 se salvó Maturín. Sin embargo, el 11 de diciembre de 1814 la ciudad
cayó en las manos asesinas del español Tomás Morales: arrasó con la aldea, quemó todas
las casas y asesinó a todos los ancianos, niños y mujeres que pudo.
En su mayoría era la población caraqueña y del centro que se había venido a Oriente cuando
Boves entró a Caracas. Con esta batalla se termina de perder la Segunda República. Los
patriotas sufren una gran derrota.
Los pocos que se salvaron lograron irse a las montañas y desde allí en forma de guerrilleros
combatieron a los realistas. Se alimentaban de ganado perdido por el monte, plantas y otros
animales salvajes.
Con el tiempo se atrevieron a fundar algunos poblados, cercanos a los que estaban antes de
la quemazón de Morales. Juana siguió luchando como guerrillera por las montañas de El
Tigre.
Pero los republicanos dirigidos por José Francisco Bermúdez, el General Manuel Piar y José
Tadeo Monagas defendieron a Maturín, conjuntamente con la Batería de Mujeres, batallón
conformado por féminas de la zona, quienes habían sido formadas por Piar para disparar los
cañones y pelear con los hombres por la independencia. Juana era la cabeza de mando de
aquel pelotón.
Durante el enfrentamiento con Monteverde, Juana Ramírez fue la primera en avanzar hacia el
ataque utilizando la espada de un realista al que se la había quitado después de caer en otro
combate. Producto de ese acto valiente y aguerrido recibe el nombre de "La Avanzadora" por
parte de Piar.
Entre la humareda, la pólvora y cenizas se alzaba el pelotón de Juana para curar a los heridos
y enterrar a los muertos patriotas o realistas.
Pese al heroísmo de su población, la suerte de Maturín cayó bajo el poder del español
Morales, quien aplicó una política de genocidio en cuanto caserío pudo. Juana y sus
compañeras huyeron hacia las montañas para seguir la lucha como guerrilleras. Aunque esa
derrota no hizo menguar su fuerza sino que al contrario las fortaleció para luego hostigar
diariamente a los realistas que permanecían acantonados en Maturín.
Juana contrajo matrimonio con un patriota y tuvo 5 hijos: Clara, Juana, Juana Josefa y
Victoria.. Murió en tierras de oriente el 23 de octubre de 1856, a los 66 años de edad. Sus
restos fueron sembrados en el Panteón de la Parroquia San Vicente, que cobró carácter de
monumento Histórico en 1986.

Sepulcro[editar]
Unos cardones, donde primero los chaguaremos y después los vicenteños sembraban
continuamente, recordaban el sitio exacto donde está enterrada "La Avanzadora". Un
monumento, construido y declarado Santuario Patriótico Distrital en 1975, y luego, en 1994,
declarado Santuario Patriótico Regional, señala ahora el lugar donde reposan para siempre
sus restos. En su honor se erigió el monumento Juana La Avanzadora, en la avenida Bolívar
de Maturín.
El 23 de octubre de 2001, los restos simbólicos de Juana Ramírez fueron exaltados
al Panteón Nacional de Venezuela, lugar donde reposan los héroes de la independencia y
personalidades transcendentales de la sociedad venezolana. La Batería de Mujeres la
formaban, además de Juana Ramírez, "María Antonia (abuela de Eloy Palacios) y Juanita
Ramírez, Marta Cumbale, Valentina Mina, Graciosa Barroso de Sifontes, Vicencia y Rosa
Gómez, Dolores Betancourt Mota, Carmen Lanz y Luisa Gutiérrez, Isidora Argote, Eusebia
Ramírez, Guadalupe Ramírez, Rosalía Uva, María Romero de López, Josefa Barrosos, Juana
Carpio y Lorenza Rondón".
Este 23 de octubre de 2015 llegan sus restos simbólicos al Panteón Nacional, descansará
entre héroes nacionales y se convertirá en la primera mujer negra en ingresar al mausoleo de
Libertadores. El acto no solo representa la reivindicación de su fuerza individual, sino la de
Las Avanzadoras que cabalgaron con machetes en manos y senos al aire con gritos
aguerridos de libertad que aún resuenan en la patria libre.

TERESA HEREDIA

Teresa Heredia. Patriota independentista venezolana, sufrió


como muchas mujeres las consecuencias de la Guerra por la
emancipación, perdió a sus padres y otros familiares al ser
asesinados por estar con la causa de la independencia.
Comprometida con la gesta revolucionaria, fue apresada,
sufriendo maltratos, entre otras cosas al escarnio publico para
que fuese objeto de burlas, fue condenada a ser expulsada
de Venezuela.
Síntesis biográfica
Nació en Ospino , Portuguesa, Venezuela en año 1799, en el seno de una familia de
elevada posición tanto social como económica, que estaba emparentada con el
coronel Fermín de Heredia, jefe realista que murió en la Batalla de Araure, en 1813.

La niña creció en un ambiente en el que se hablaba mucho de las ideas de


emancipación, y siendo todavía muy joven optó por la independencia. Sus padres,
activistas de la causa patriótica, pagaron con la vida su amor por la libertad, dejando a
la joven huérfana, al cuidado de una tía que la llevó a vivir con ella a La Guaira, donde
comenzó a transformarse en la mujer de gran personalidad, comprometida con la
causa de la independencia.

A los 17 años, contrajo matrimonio con el canario José Antonio Agüero. Dos años
después, quedó viuda y se incorporó al movimiento emancipador, en el cual conoció
al coronel José Maria Ladrón de Guevara, un joven patriota cautivo de los realistas en
la cárcel de La Guaira, de quien se enamoró entrañablemente, y para procurar su fuga
se confabuló con el vigilante de la prisión, el soldado de artillería José Hidalgo,
haciéndose pasar por su prometida, para no despertar sospechas.

Su relación con los insurrectos, quienes habían buscado y encontrado asilo a su lado,
fue descubierta por las autoridades españolas; la interrogaron y ante su negativa a
reconocer alguna vinculación con los insurgentes y a informar sobre su paradero, fue
recluida en la prisión de La Guaira, donde vivió seis meses de angustia y amargura.

El 8 de mayo, la transfirieron a la cárcel de Caracas y le correspondió a Don Antonio


Guzmán, Sargento Mayor de la Plaza, hacerle el juicio sumario por sospecha de
infidelidad, para lo cual le pagó a un grupo de personas que testificaron en su contra.

La acusada se defendió con valentía y dignidad y negó que fuesen ciertos los cargos
que se le imputaban, así como toda vinculación con grupos insurgentes; denunció que
fue vejada por el Gobernador de Valencia, el capitán Dato, quien la arrestó sin fórmula
de juicio, le mando a cortar el pelo, la embadurnó con melado y dejó caer sobre ella
miles de plumas que se pegaron a su cuerpo, paseándola por las calles para después
ponerla en libertad, solo porque no quiso ser su cortesana.

El consejo de guerra no pudo probar su actividad revolucionaria, pero uno de sus


asesores, de apellido Oropeza, despiadadamente, propuso se expulsara a América
del Norte. Después que fue expulsada del país, nada más volvió a saberse de ella,
pero su nombre quedó escrito para la posteridad en el corazón de los venezolanos.
ANA MARIA CAMPOS

Ana María de Campos y Cubillán de Fuentes (Los Puertos


de Altagracia, 2 de abril de 1796-Maracaibo, 17 de
octubre de 1828)1 fue una heroína en la Guerra de
Independencia de Venezuela perteneciente al bando
libertador. Le fue dado el honor de «heroína», y se la conoce
como «guerrera» y «mártir».
Vida temprana[editar]
Campos era hija de Domingo José de Campos y Perozo de Cervantes, y María Ana Cubillán
de Fuentes y Vera. Desde muy joven fue partidaria de la expulsión del gobierno español.2
Ella provenía de una de las familias más aristocráticas de la región,nota 14 y recibió la educación
limitada que era tradicional para las mujeres en esas familias, que estaba restringida
principalmente al estudio del catolicismo. A pesar de esto, ella aprendió en las artes de la
sociedad e incluso en el código de caballería, llegando a ser conocida como «una amazona
consumada».2
Dentro de la alta sociedad, Campos estuvo expuesta indirectamente a los escritos y
pensamientos liberales de la era de la Ilustración, y desde muy joven se informó que tenía
«una sed de libertad, igualdad y fraternidad», una sed que le daría una razón para resistirse al
contragolpe realista de 1821-23.2

Campañas de resistencia y arresto[editar]


Simpatizante de las causas de la independencia desde la infancia y luego activa en ellas,
Campos abrió las habitaciones de su gran hogar familiar para la organización de estas
fuerzas, y conspiró con ellas.3
Campos es conocida por sus acciones durante la ocupación realista del lago de Maracaibo,
encabezada por el mariscal de campo Francisco Tomás Morales. Después de escuchar los
intentos de Campos de ayudar a la revolución, en septiembre de 1822, Morales la acusó de
organizar reuniones clandestinas para derrocar la corona y la arrestaron.5 Una de las pruebas
aportadas fue algo que dijo en una de las reuniones secretas: «Si Morales no capitula,
monda» (en la lengua vernácula de la época, «Si Morales no se rinde, muere»).2 Morales la
interrogó personalmente y confesó haber dicho la frase, que ya se había convertido en un
canto popular en Maracaibo.2
Ella se negó a pedir disculpas a España, y fue condenada y sentenciada a ser flagelada
públicamente. Esto implicaba andar por las calles descamisada, específicamente en un burro
en lugar de a caballo, como señal de oprobio. Fue golpeada al mismo tiempo por el verdugo
público, Valentín Aguirre. Se informa que, después de cada latigazo, él le preguntó si quería
arrepentirse, y cada vez ella respondía «Si no capitula, monda».2 Después de soportar la
tortura, fue liberada. Sin embargo, las lesiones sufridas eventualmente serían la causa de su
muerte.2

Batalla del Lago de Maracaibo[editar]


Aunque golpeada, Campos vivió varios años más. El año después de su arresto y tortura, la
batalla que había buscado ocurrió en la Batalla del Lago de Maracaibo, el 24 de julio de 1823.
Aunque todavía débil por la tortura, asumió un papel de apoyo en la batalla. Los
revolucionarios ganaron la batalla, asegurando la independencia de Maracaibo y obligando a
Morales a rendirse.2

Muerte[editar]
Campos murió a los 32 años, cinco años después de la victoria en el lago de Maracaibo,
debido a un ataque epiléptico a causa de sus heridas de tortura, en las orillas del lago de
Maracaibo el 17 de octubre de 1828
LUISA ARRAMBIDE DE PACANINS

Luisa Arrambide de Pacanins. Distinguida guiareña,


amante de la libertad y las ideas emancipadoras,
quien expuesta desnuda e interrogada públicamente,
en la plaza de San Juan de Caracas, y a pesar del
terrible suplicio no derramó una lágrima por el castigo
y a cada azote de los verdugos solo contestó “Viva la
Patria, mueran los tiranos”.

Síntesis biográfica
Esta mujer de extraordinaria y delicada belleza nace
en La Guaira en 1798 hija de Don Javier de
Arrambide -acusado de asociarse a la conspiración
de Gual y España- y Doña Petronila Roldan. Según dicen que era la chica más linda
de la Guaira y Caracas de aquellos tiempos, con una considerable fortuna y esmerada
educación.

En su residencia bajo el pretexto de fiestas, reuniones musicales, tertulias literarias y


conversaciones intelectuales donde en alguna de ellas hicieron presencia Simón
Bolívar y Tomas Montilla se organizan clandestinas organizaciones a favor de la
emancipación y futuros planes a ejecutar de los patriotas.

Como todos los jóvenes de la época, Luisa estaba apasionada con las ideas
emancipadoras, en su casa se dieron las primeras citas para discutir y planear la
liberación durante los largos años de la planificación y surgimientos de los motores
decisivos. Pero un día, como estrategia de disuasión los Regentes realistas, arrestan
a Luisa y la torturan en público, hasta perder el conocimiento en la Plaza de San
Juan (hoy Plaza Capuchinos). Se dice que cuando la azotaban desnuda en la plaza
publica Luisa repetía sin cesar y sin derramar lagrimas “viva la patria, mueran los
tiranos”.

Luisa Arrambide se casa con Tomas Pacanins y emigra a Puerto Rico donde tuvo


cinco hijos y muere a la edad de 28 años, como muchas mujeres de la época, dando a
luz su ultima hija, que se llamo Luisa. En su lecho de muerte fue atendida
personalmente por el doctor José María Vargas en el año de 1825.
JOSEFA JOAQUINA SANCHEZ
Josefa Joaquina Sánchez (18 de octubre de 1765, La Guaira,
Venezuela - 1813, Cumaná, Venezuela) fue una venezolana que participó
en la Conspiración de Gual y España organizada por su esposo, el militar
venezolano José María España; es recordada primordialmente por haber
promocionado la conspiración y por la confección de la bandera del
movimiento revolucionario, lo cual le ha llevado a ser considerada como la
«bordadora de la primera bandera de Venezuela».2

Biografía[editar]
Josefa Joaquina Sánchez nació el 18 de octubre de 1765 en el puerto de La Guaira,
Venezuela, hija de Joaquín Sánchez y Juana Bastidas.
El 27 de julio de 1783 contrajo matrimonio con el militar venezolano José María España, con
quien tuvo hasta nueve hijos. Junto a su esposo, se involucró en la Conspiración de Gual y
España que tenía como propósito levantar a la población venezolana en armas para liberarse
del yugo español. Sánchez fue la encargada de copiar los documentos del movimiento
revolucionario y de confeccionar las banderas que usarían los revolucionarios. Debido a ello,
se le considera como la «bordadora de la primera bandera de Venezuela».12
El 8 de mayo de 1799, su esposo fue asesinado por las autoridades venezolanas quienes
colgaron su cadáver como señal de advertencia para los demás conspiradores. Días antes,
Sánchez había sido interrogada por oficiales venezolanos respecto a España, luego de que un
esclavo negro llamado Rafael España los delatara.
Tras la muerte de su esposo, es arrestada y trasladada a Caracas, donde meses después
recibe su sentencia carcelaria con una duración de ocho años, la cual habría de cumplir en la
Casa Hospicio de Caracas.4 Sin embargo, en 1808, al término de su sentencia, es desterrada
de Cumaná junto con sus hijos.14 Una vez que inicia el proceso de Independencia de
Venezuela, regresó a Venezuela y solicitó una pensión al gobierno.4 Murió en 1813.
LEONOR DE LA GUERRA
Leonor de la Guerra es considerada heroína
de Venezuela, desde muy joven siempre apoyó la causa
independentista, al igual que su padre, y es recordada por
su acto de rebeldía ante las fuerzas reales, cuando decidió
colocarse una cinta azul en el cabello, el cual era el símbolo
utilizado por las fuerzas independentistas, dejándose ver a
la luz pública, lo cual le costó la vida.

Historia[editar]
Hija de Luis Beltrán de la Guerra, regidor, procurador y
depositario del Ayuntamiento de Cumaná en "1765", alférez
mayor en "1768" y fiel ejecutor en "1775". Su madre fue
Rosa Antonia Ramírez Valderrín, quién era hija del "alférez"
real Juan Dionisio Ramírez y de Leonor de Valderrín. Sus
hermanos fueron Luis de la Guerra Vega Ramírez, regidor y fiel ejecutor en "1802" y Salvador
de la Guerra, su otro hermano se llamó Vega Ramírez. Desde muy joven Leonor sintió
simpatías por la "independencia de Venezuela causa independentista", En su ciudad natal
contrajo nupcias con José Tinedo de quien tuvo una hija Francisca Antonia.
En "1816", el coronel Juan Aldama, jefe y gobernador interino de la "provincia de Cumaná"
enardecido por los triunfos de "Gregor MacGregor" en las batallas de Quebrada Honda,
Alacrán y Juncal, descarga su ira en Leonor Guerra quien osadamente se había asomado a la
ventana con una cinta azul, símbolo que adoptaron los patriotas como divisa política. Leonor
fue citada y se encontró frente al gobernador Aldama, siendo víctima de insultos, fue
amenazada con ser torturada, lo cual sin embargo no hizo que abjurara de sus convicciones
políticas, ni que revelará quién más apoyaba la causa independentista.

Tortura[editar]
Fue sentenciada a ir por las calles, montada en un burro, mientras recibía 200 azotes, por
"insurgente". En cada esquina se le amonestaría, y se le pediría que revelara los nombres de
quienes pensaban igual que ella, a lo cual ella siempre respondía "¡Viva la Patria, mueran los
tiranos!", Leonor se desmayó y fue llevada a su casa. Afectada por la ofensa sufrida, se negó
a ingerir alimentos y recibir asistencia médica, muriendo el mismo año. y fue distribuida con sí
misma
MARIA DEL CARMEN RAMIREZ

María del Carmen Ramírez. Heroína venezolana con


principios e ideas emancipadoras, puso sus propiedades y
bienes al servicio de la causa de la independencia.

Síntesis biográfica
Nació en San Cristóbal, estado de Táchira hija de Don José
Ramírez y doña Ignacia Gutiérrez de Caviedes. En el año
de 1796, se casó con el caballero trujillano Don Juan Antonio
Briceño Uzcátegui, de cuyo enlace nacieron varios hijos.

Trayectoria revolucionaria

Poseedora de valiosas propiedades, todos sus bienes y servicios personales


estuvieron a favor de la causa de la Independencia.Entre sus propiedades contábase
un hato de ganado en la región de San Camilo, una elegante y cómoda casa en San
Cristóbal, y entre varias casas de su propiedad en el Rosario de Cúcuta
en Colombia se incluía una de dos plantas amplísima y lujosa que fue sede del
Congreso del Rosario, celebrado en 1821, y también sirvió como mansión de
residencia del Poder Ejecutivo y fue llamada Palacio del Congreso y Palacio de
Gobierno de la Gran Colombia.

Su adhesión a la ideas de emancipación la hicieron blanco de la saña de los realistas,


incluyendo a sus familiares y propiedades. Durante los últimos meses de 1819 fue
capturada en San Cristóbal y fue conducida, junto a otras señoras patriotas, en
humillante calvario, hasta el pueblo de Bailadores, donde fue rescatada por un piquete
de caballería enviado por Bolívar desde Pamplona, al mando del Coronel Leonardo
Infante.

Convenció a su hijo de 15 años, Pedro Briceño Ramírez, para que se alistara en el


Ejército Patriota, este fue tomado prisionero y condenado a muerte. Él y sus
compañeros se salvaron de ser ejecutados por la intervención de una dama criolla,
favorita del jefe realista Antonio Tíscar. Este contratiempo no arredró al joven, quien
apoyado por su madre empuñó nuevamente las armas en las filas patriotas, peleó en
varios combates y alcanzó el grado de Capitán, falleció en una sangrienta batalla.
María del Carmen Ramírez gozó de merecida fama entre los adalides de la
Independencia.

Muerte

Falleció en San Cristobal, estado de Táchira, Venezuela, el 7 de febrero de 1857.


CECILIA MUJICA
Cecilia Mujíca (San Felipe del Rey, Yaracuy - 1813, Los
zunzunes , Yaracuy) Cecilia Mujica fue una de las venezolanas que
fueron asesinadas durante la Guerra a Muerte por fuerzas españolas
su padre era Mateo Mujica, de Familia muy acomodada; aun así
considerada una heroína gracias a su apoyo y soporte hacia las
tropas de la independencia.1

Vida y muerte[editar]
Cecilia Mujica como muchos otros Venezolanos que apoyaban la
independencia, provenía de una familia de gran poder en la nación.
Atravesando por la muerte de su padre en el terremoto de Caracas
de 1812. En tiempos de conflicto se compromete con Henrique de Villalonga, militar.
Participando junto a el en la causa libertaria y fomentando la causa independentista
de Venezuela.
Entre sus labores para con las tropas de la Independencia, Cecilia Mujica componía y cantaba
canciones patrióticas, cosía divisas tricolores y escarapelas para el uniforme de los patriotas
independentistas, realizaba boletines en San Felipe incitando a la emancipación contra las
fuerzas reales.
Al declararse la Guerra a muerte de Don José Millet, Teniente Realista, asedia San Felipe y
apresa a la mayoría de sus habitantes, entre ellos a Cecilia; siendo separada de su prometido
y llevada a una quebrada donde es atada a un tronco para ser ejecutada. Al enterarse de que
sería fusilada dio a los soldados que le vigilaban, su anillo de compromiso y un poco de su
cabello, pidiendo que le fueran entregado a su prometido dichas pertenencias, así como sus
palabras: "De quien no tuvo la fortuna de ser su esposa, pero si la gloria de inmolarse por la
Libertad". Según los registros históricos de la época, proveniente probablemente de los diarios
e informes que las fuerzas realistas llevaban consigo.
Cecilia Mujica fue fusilada en 1813 por las fuerzas realistas.

Francisco de Miranda
Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez Espinoza,
conocido como Francisco de Miranda (Caracas, 28 de
marzo de 1750-San Fernando (Cádiz), 14 de julio de 1816),
fue
un político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo 
venezolano y español, considerado El Precursor de la
Emancipación Americana contra el Imperio español. Conocido
como El Primer Venezolano Universal y El Americano más
Universal, participó en la Independencia de los Estados
Unidos, la Revolución Francesa y posteriormente en
la Independencia de Venezuela, siendo líder del Bando
Patriota y gobernante de la Primera República de
Venezuela durante esta última, en calidad de Dictador
Plenipotenciario y Jefe Supremo de los Estados de
Venezuela.1
Viajó durante gran parte de su vida participando en conflictos armados al servicio de diversos
países, entre los que destacan tres guerras concretas: la Independencia de los Estados
Unidos, la Revolución francesa, acontecimiento del cual fue protagonista destacado, por lo
que le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución, y las Guerras de Independencia
Hispanoamericana. Destacó en la política como un firme defensor de la independencia y la
soberanía de las naciones en el ámbito internacional. Militó con los girondinos en Francia, fue
firmante del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela e impulsor y líder de
la Sociedad Patriótica. También fue el creador del proyecto geopolítico conocido como Gran
Colombia que Simón Bolívar trataría de llevar a cabo tras la liberación de los territorios que
hoy conforman Colombia, Panamá, Ecuador y Venezuela en 1826, aspirando a unificarlos en
una sola nación.
Al militar en las filas de los ejércitos español y francés, alcanzó los rangos
de coronel y mariscal, respectivamente. Además, obtuvo el grado de coronel en el ejército
ruso, concedido por Catalina II la Grande, y fue el primer comandante en jefe de los ejércitos
venezolanos, ostentando el título de generalísimo. Su carrera militar contempla su
participación en cuatro contiendas: el sitio de Melilla (1774-1775) y la Invasión española de
Argel de 1775 en el norte de África, la Guerra de Independencia Estadounidense, las Guerras
Revolucionarias Francesas y la Guerra de Independencia de Venezuela. Entre sus gestas
militares destacan su actuación en el sitio de Melilla, la batalla de Pensacola en Estados
Unidos y la batalla de Valmy en Francia. Miranda fue combatiente destacado en tres
continentes: África, América y Europa.2
A pesar de haber formado parte de tantos procesos revolucionarios y gubernamentales en el
ámbito internacional, fracasó a la hora de poner en práctica sus proyectos en su propio
país, Venezuela. No obstante, su ideal político perduró en el tiempo y sirvió de base para la
fundación de la Gran Colombia, mientras que sus ideas independentistas influyeron en
destacados líderes de la «Emancipación Americana», como Simón Bolívar en Venezuela
y Bernardo O'Higgins en Chile.3
Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo de París. Su retrato forma parte de la Galería
de los Personajes en el palacio de Versalles; su estatua se encuentra frente a la
del general Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.

Infancia y vida familiar[editar]


Los orígenes de Francisco de Miranda fueron relativamente humildes. Su padre, Sebastián de
Miranda Ravelo, nació el 12 de septiembre de 1721 en Puerto de la Cruz,45 población del valle
de La Orotava, en Tenerife, una de las Islas Canarias (España). Fue bautizado en la parroquia
de Nuestra Señora de la Peña de Francia diez días más tarde.4 Era hijo de Gabriel de
Miranda, nacido también en Puerto de la Cruz el 6 de noviembre de 1686, y de María de la
Concepción Ravelo de León, hija de Domingo de Sosa de León y de Catalina Ravelo.4
Sebastián de Miranda, por razones de nacimiento, al sospecharse que
era mestizo de guanche, pertenecía a la categoría social de los blancos de orilla, considerada
inferior a los blancos españoles y a los criollos. Se sabe que el Cabildo de Caracas le acusó
de «mulato, mercader, aventurero e indigno por muchos antecedentes de desempeñar puesto
de categoría».4 No es de extrañar que, alcanzada cierta holgura económica, tratara de
demostrar en juicio que sus orígenes eran «puros» para así poder obtener mayores privilegios
sociales. José Chocrón Cohen ha señalado que en realidad, Miranda fue rechazado por su
posible origen judío y su condición de marrano converso. Las Islas Canarias fueron un
importante asentamiento de judíos que huyeron de otras regiones de España. Eventualmente,
los posibles antepasados judíos de Miranda se establecieron en Venezuela.6 En ese entonces,
para el judío era más difícil cambiar de profesión que de patria y apellido. La actividad
económica de la familia de Miranda estaba relacionada con el pueblo judío y no con
los católicos. Si Miranda no fue judío, por lo menos existieron razones para afirmar que era
descendiente de judíos.
En Caracas, su padre Sebastián de Miranda Ravelo se estableció como comerciante de
lienzos (actividad económica relacionada con los criptojudíos)6 y, con el tiempo, contrajo
matrimonio el 24 de abril de 1749 en la Iglesia Catedral con la caraqueña Francisca Antonia
Rodríguez de Espinosa (de posible origen hebreo-judío), también de origen canario y
necesariamente blanca; de lo contrario, la boda no hubiera aparecido en el registro de
matrimonios y sus hijos jamás hubieran podido ir a la Universidad. El primogénito de diez hijos
e hijas del matrimonio, Sebastián Francisco de Miranda, nació el 28 de
marzo de 1750 en Caracas. Sus hermanos fueron Ana Antonia, Rosa Agustina, Micaela
Antonia, Miguel Francisco, Javier, Francisco Antonio, Ignacio José, Josefa María y Josefa
Antonia.
El 5 de abril de 1750 fue bautizado en la iglesia catedral por el maestro Juan de Rada, siendo
su padrino el bachiller Tomás Bautista de Melo.7 El 27 de diciembre del mismo año le fue
administrado el sacramento de la confirmación por el obispo de Caracas, Manuel Machado y
Luna.89 En sus inicios, la familia Miranda era económicamente modesta y vivía dentro del
grupo socialmente discriminado de colonos canarios sin título de nobleza o blancos de orilla
llegados a Caracas que, en costumbres, trato y nivel, formaban un núcleo aparte de los
blancos criollos o mantuanos, los blancos españoles y los pardos.10
Con el tiempo, la situación de la familia mejoró notablemente y Sebastián de Miranda logró
hacer fortuna como comerciante en Caracas, llegando a ser propietario de diversos inmuebles
en la ciudad. Ya en aquellos tiempos existían roces y conflictos sociales que empezaron a
crear un problema de gobernabilidad para las autoridades coloniales, que además tenían que
aliviar las secuelas negativas de la presencia de la Real Compañía Guipuzcoana que
monopolizaba las transacciones comerciales en la provincia de Venezuela.
En La Orotava, la familia Miranda era considerada gente distinguida e ilustre, a diferencia de
lo que sucedía en Caracas. Su padre hizo fortuna con su trabajo y logró ser nombrado capitán
del Batallón de Milicias de Blancos de Caracas, pero por estar en entredicho su procedencia,
su nombramiento produjo un fuerte rechazo del estamento social conocido como mantuano,
sociedad compuesta de blancos criollos, descendientes de españoles, pero nacidos como
Sebastián Francisco en territorio americano, reflejo todo ello de conflictos sociales y raciales
latentes y una de las causas de la Independencia. Había cierta dosis de desprecio de los
mantuanos hacia su padre por ser un comerciante, ocupación que a sus ojos lo inhabilitaba
para ser capitán de Milicias.
Grave, verdaderamente grave, fue el enfrentamiento de Miranda, padre, con dos mantuanos
de fuste, como Nicolás de Ponte y Martín Tovar Blanco, cuyos descendientes terminaron
contándose entre los republicanos, enfrentamiento que sólo se solucionó cuando el rey Carlos
III ordenó a los caraqueños que se le permitiera a Miranda el uso del uniforme y el bastón por
considerársele hidalgo, lo cual ocurrió en 1772, cuando su hijo Sebastián Francisco ya tenía
un año fuera de Venezuela.

Educación[editar]
Pese al rechazo de los mantuanos, su padre Sebastián siempre perseveró en su empeño de
mejorar la situación de la familia, de modo que, además de acumular riquezas y cargos
importantes, sus hijos recibieran educación universitaria.
Así, el 10 de enero de 1762, Miranda comenzó sus estudios en la Universidad de
Caracas bajo la regencia del Dr. Antonio Monserrate, y durante dos años estudió latín, los
inicios de la Gramática de Nebrija y el Catecismo de Ripalda.
Desde el año 1764 hasta 1766, Miranda cursó estudios en la Clase de Mayores de la
misma Universidad, donde profundiza sus conocimientos de latín mediante el estudio de los
escritos clásicos de Cicerón y Virgilio, completa sus estudios de la Gramática de Nebrija,
nociones de historia sagrada y profana, religión, aritmética y geografía.
Finalmente, realizó el curso de Artes en la Universidad de
Caracas estudiando Lógica, Física y Metafísica y obtuvo el título de bachiller que permitía el
acceso a Teología, Jurisprudencia o Medicina.11 No se sabe de forma fidedigna si Miranda
llegó a obtener el título de médico y solo se cuenta con su testimonio personal afirmando
haberlo recibido en 1767 (con 17 años de edad).
Por testimonio personal de Miranda se sabe que algunos de sus maestros fueron los
doctores Domingo Velázquez, Francisco José de Urbina y Gabriel Lindo.
A partir de 1767 se produce una interrupción en los estudios de Miranda que, posiblemente,
se vieron afectados por las circunstancias vividas por su padre. Ser nombrado capitán de
las Milicias de Blancos de Caracas, siendo comerciante isleño, era algo que incomodaba a
los Mantuanos, pues había alcanzado una distinción social importante al convertirse en un
personaje de cierta influencia. Parece como si éstos empezaron a crear intrigas para
desacreditarle y anularle en la vida pública.
Esto desencadenó una serie de circunstancias en las que, después de una sentencia real, el
padre de Francisco obtuvo la victoria y sus derechos le fueron reconocidos, pero le crearon
una enemistad irreconciliable con los Mantuanos que nunca olvidaron el conflicto ni le
perdonaron el desafío, lo que influyó inevitablemente en las decisiones posteriores de
Miranda.
Después de la victoria judicial de su padre, las dificultades para desarrollar planes futuros en
una sociedad tan limitada como la caraqueña influyeron en que decidiera, con poco más de 20
años, marcharse a España. Embarcó, pues, el 25 de enero de 1771, desde el puerto de La
Guaira, en una fragata sueca denominada Príncipe Federico, para servir en el Real Ejército
español.

Primeros viajes[editar]
En 1771, Miranda inició un largo periplo alrededor del mundo que duró la mayor parte de su
vida. También comenzó entonces la elaboración de un minucioso registro con el que
confeccionó su archivo personal, que alcanzó a ser de 63 volúmenes encuadernados y que
llevaba siempre consigo. Participó en los tres grandes movimientos históricos y políticos de su
tiempo: Guerra de Independencia de los Estados Unidos, Revolución francesa y Guerras de
Independencia Hispanoamericana.
Desembarcó en el Puerto de Cádiz 35 días más tarde, el 1 de marzo de 1771, hospedándose
en casa de José de Añino, quien sería un fiel intermediario entre él y sus parientes para
procurarle recursos de subsistencia, adquiriendo la vestimenta necesaria para seguir su viaje
entre el 1 y el 13 de marzo de 1771, en que partió de Cádiz a Madrid.
Desde entonces madura sus ideas concibiendo la unidad hispanoamericana en sus recorridos
por el mundo y en su relación con las personalidades más influyentes de la época. Combatió
bravamente en América, Europa y África, salvo en Oceanía y Asia —aunque pensó en
traer Cipayos de la India—, recorrió y escudriñó España y todo el continente europeo,
incluyendo a Gran Bretaña, Rusia y Escandinavia; Asia Menor, América del Norte, América del
Sur y las Antillas.
Mantuvo reuniones fructíferas con otros destacados personajes hispanoamericanos,
como Simón Bolívar, San Martín, Andres Bello, Bernardo O'Higgins, Carlos Montúfar, Carlos
María de Alvear, Fray Servando Teresa de Mier, Domingo José Martins, Manuel Palacio
Fajardo, Juan Germán Roscio, Manuel Gual y Pedro Gual, Hipólito Costa, José de
Antepara, José Bonifácio de Andrada e Silva, Matías de Irigoyen y Rodríguez Peña.
En Madrid[editar]
El 27 de marzo de 1771, Miranda llegó a Madrid y comenzó a estar consciente de realidades
que ignoraba hasta entonces y que le impresionaron notablemente, tales como una gran
biblioteca, la abundancia de obras de arte, la majestuosidad de los edificios y el espectáculo
de la nieve y los cultivos decorando el paisaje, que le parecieron fabulosos.
Durante sus primeros días estuvo hospedado en una posada hasta que logró trasladarse a
una vivienda particular, en la que se instaló de forma cuidadosa e inició sus primeros estudios
en la ciudad con lecciones de Matemáticas, Geografía y de los idiomas inglés y francés,
iniciando así un aprendizaje que no sólo comprendía la formación académica, sino también
recorridos minuciosos por la ciudad y sus alrededores.
La llegada de Miranda a Madrid coincidió con una etapa de transformación urbanística de la
ciudad iniciada por el rey Carlos III, que abarcó de forma directa e indirecta todos los aspectos
de la vida de sus habitantes, lo que dio un impulso renovador beneficioso para la ciudad.
Así Miranda contempló edificios y monumentos emblemáticos del Madrid de la época, como
la Fuente de Neptuno, La Cibeles, el Paseo del Prado, el Palacio del Buen Retiro, y
poblaciones aledañas, como El Escorial o Segovia.
En lo social, el Madrid de entonces concentraba su vida literaria en la Fonda de San
Sebastián, lugar frecuentado por ilustres escritores, y una actividad cultural pujante a la que la
obra de la Real Academia, las sociedades económicas y el auge de las imprentas
contribuyeron notablemente.
La Plaza de Toros y los teatros populares eran los centros de distracción cotidianos en los que
la Nobleza no podía evitar el contacto con «la plebe» y se entremezclaban las costumbres
populares con las cortesanas. Y también era el Madrid en el que la Santa Inquisición vigilaba
por todas partes a modo de policía cultural y política.
Es en el Madrid de esta época en el que Miranda tiene sus primeras impresiones fuera
de Venezuela y también comienza a crear su biblioteca personal, en la que empezó a tener
incluso libros que estaban prohibidos por la Inquisición y de la que mantuvo una lista detallada
en su archivo personal.
La naturaleza y el número de libros adquiridos en Madrid son una indicación precisa de que, a
pesar de la presencia de la Inquisición, existía en la ciudad un ambiente intelectual muy
amplio. Libros de matemáticas, arte militar, historia, religión, filosofía y literatura formaron
parte de sus lecturas.
Muchos de esos libros constituyeron para Miranda enseñanzas definitivas, que mantuvo cerca
de él durante el resto de su vida, entre los que destacan las obras de Maquiavelo, La
destrucción de las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas; obras de lord
Bolingbroke, Burke y Locke; Los principios del arte militar, de Federico de Suecia; La historia
filosófica, del Abate Reynal; Los principios de política natural, de Burlamaqui; los Comentarios,
de Julio César; El arte de la guerra, de Puyssegur; la Táctica, de Guibert; así como obras
de Pope y Virgilio.
Buscó ampliar sus conocimientos científicos y literarios con el estudio de la trigonometría,
la geometría, el álgebra, la física, la óptica, la gramática, la poesía y la comedia. También
complementó su cultura general con lecturas de religión e historia y mejoró sus conocimientos
de los idiomas italiano, inglés y francés.
Por último adquirió una flauta para ejercitarse en el arte de la música, leyendo las Reflexiones
sobre la música del Abate Dubos.
Asimismo, se ejercitó con la geografía mediante el uso de mapas y globos terráqueos y, como
quería presentarse para obtener el grado de Capitán en el Ejército real, se empeñó en
estudiar táctica, arte militar, arquitectura militar, ingeniería militar, artillería, fortificación y
ataque de plazas.
Después de una concienzuda preparación y del pago de 85000 reales de vellón, obtuvo
una Patente de Capitán según el trámite administrativo correspondiente, que le fue concedida
el 7 de enero de 1773 mediante escritura notarial.

Primeras campañas[editar]
Después de serle concedida la patente, el ahora Capitán Francisco de Miranda fue asignado
al Regimiento de Infantería de la Princesa, al mando del mariscal de campo Juan Manuel de
Cajigal y Monserrat, iniciando así su carrera militar.
Desde 1773 hasta 1780, Miranda estuvo asignado en las plazas militares
de Madrid, Granada, Melilla y Cádiz de forma intermitente y tuvo una vida social intensa en la
que aparecen sus dos primeras amantes.
Tuvo que compaginar a la vez la vida social con su actividad militar, que ya no fue de estudio,
sino de combate. Enfrentó problemas disciplinarios dentro del Ejército real y su carácter fue
evolucionando de forma que siguió cultivándose intelectualmente con libros que
inevitablemente hicieron que la Inquisición comenzara a vigilar sus actividades.
En esta época tuvo lugar su primera hazaña militar durante el sitio de Melilla, llevado a cabo
desde el 9 de diciembre de 1774 hasta el 19 de marzo de 1775, en el que las fuerzas
españolas lograron rechazar a las del sultán de Marruecos Sidi Muhammed ben Abdallah.
En dicha acción, Miranda presentó al comandante español Juan Sherlock un plan para
inutilizar la artillería enemiga mediante una especie de operación tipo comando que él mismo
estaba dispuesto a dirigir.
Después, en julio de 1775, Miranda fue enviado con las tropas españolas destinadas
a conquistar Argel en una acción militar que fracasó y de la que logró escapar milagrosamente
a pesar de estar herido en las piernas y de que su mosquete había sido destrozado por una
bala enemiga.
A pesar de las acciones realizadas y del peligro enfrentado, Miranda no obtuvo condecoración
o ascenso alguno y fue destinado a la guarnición de Cádiz.
Allí el conde O'Reilly le impone un arresto por fallas en el uso del uniforme y poco después su
situación se complicó aún más en Madrid. Tras la intervención del inspector general y de su
antiguo comandante Cajigal, el mismo rey dispuso que fuera trasladado al Batallón de
Aragón en Cádiz como Ayudante de campo bajo las órdenes de Cajigal.

Misiones en Norteamérica y las Antillas[editar]


España se involucró en la Guerra de Independencia de Estados Unidos con el objetivo de
ampliar sus territorios en Luisiana, recuperar Florida y obligar a Gran Bretaña a mantener
varios frentes bélicos simultáneamente y procurar, de paso, recuperar Gibraltar. El capitán
general de la Luisiana española, Bernardo de Gálvez, atacó en 1779 a los británicos en Baton
Rouge y Natchez, consiguiendo liberar la cuenca baja del río Misisipi de fuerzas hostiles que
pudieran amenazar su capital, Nueva Orleans.
Para reforzar el contingente español se organizó en Cádiz una flota expedicionaria a principios
de 1780 al mando del almirante José Solano y Bote, en la que Miranda participó como
miembro de las tropas de infantería de Cajigal. La flota partió de Cádiz el 28 de abril de 1780 y
llegó a La Habana el 4 de agosto del mismo año.
En 1781 se preparó un ataque contra Pensacola en la Florida en una acción conjunta en la
que debían participar las fuerzas españolas de Luisiana y la flota expedicionaria.
Miranda viajó con las fuerzas de Cajigal que salieron de La Habana el 9 de abril de 1781 para
participar en la batalla de Pensacola, acción militar que culminó el 8 de mayo de 1781 con
victoria de las fuerzas españolas. Miranda fue ascendido a teniente coronel por su labor en la
planificación y estudio del terreno.
Miranda permaneció destacado un tiempo en Pensacola, continuó adquiriendo libros para
aumentar su biblioteca personal y compró cuatro esclavos negros para proveerse de servicio
doméstico. Poco después, Cajigal le encargó que descubriera secretamente la situación militar
británica en Jamaica bajo el pretexto formal de ser un comisionado español encargado de
negociar un convenio de intercambio de prisioneros. Tras recibir el despacho oficial
encomendándole la misión, Miranda se embarcó con rumbo a Jamaica, vía Batabanó, y llegó
a Kingston el 20 de septiembre de 1781.
Al principio su presencia provocó una natural desconfianza en los ingleses, pero a pesar de
ello logró realizar con éxito su misión de reconocimiento y, además, negoció un convenio,
fechado el 18 de noviembre de 1781, que regulaba el canje de prisioneros españoles e
ingleses del mismo rango.
Con la información obtenida, Miranda volvió a Cuba y, tras tocar tierra en Batabanó, envió un
informe al capitán general de Cuba con detalles muy precisos sobre las operaciones y
capacidad de las tropas británicas en el sector.
Sin embargo, lo que debía culminar como una acción destacada en la carrera militar de
Miranda, terminó siendo empañada como consecuencia de una Sumaria de 155 hojas que la
Inquisición había remitido contra él en Sevilla el 11 de noviembre de 1778 por delitos de
proposiciones, tenencia de libros prohibidos y pinturas obscenas.
La orden de enviar a Miranda de regreso a España, en cumplimiento de la sentencia del 5 de
febrero de 1782 del Supremo Consejo Inquisitorial, no llegó a cumplirse debido a diversos
fallos de fondo y forma en el proceso administrativo que hacían que la orden se cuestionase, y
también en parte por el apoyo incondicional del comandante Cajigal.
Mientras se conseguía que el rey revisara el caso, Cajigal encomendó a Miranda la misión de
acompañarle en el ataque a las islas Bahamas, en el que se logró la capitulación inglesa el 8
de mayo de 1782 a favor de España en unas negociaciones dirigidas por Miranda y en las que
consiguió, además, la cesión de todas las islas.
La eficiencia demostrada por Miranda en las Bahamas le valió entonces la recomendación de
Cajigal para que fuera ascendido a coronel y pasó a estar bajo las órdenes del comandante
general de las fuerzas españolas en Cuba, Bernardo de Gálvez, como ayudante de campo en
la población de Guárico, del Saint Domingue francés, en la isla de La Española.
En aquel momento los españoles estaban preparando una acción conjunta con los franceses
para invadir Jamaica (último reducto inglés en el Golfo de México) y la población de Guárico
era el lugar idóneo para planificar estas operaciones por estar cercano a la isla y por su
posición de fácil acceso para poder reunir tropas. Los mandos consideraban a Miranda la
persona idónea para planificar las operaciones por tener un conocimiento de primera mano de
la situación de los ingleses en la zona.
No obstante, un ataque preventivo de los ingleses y las dificultades de la flota francesa, que
forzaron la paz entre Inglaterra y Francia, hicieron que la invasión no se concretara, y por lo
tanto Miranda permaneció así un tiempo en Guárico, en el que la Inquisición sería su principal
problema.

En Estados Unidos[editar]
Al no concretarse la invasión de Jamaica, las prioridades para las autoridades españolas
cambiaron y por consiguiente el proceso de la Inquisición contra Miranda tomó un nuevo
impulso. Con el tiempo los problemas de Miranda con la Inquisición se complicaron y le envían
a La Habana para ser detenido y enviado a España, pero por diversas circunstancias estos
planes se ven frustrados y ante la inminencia de su arresto decide irse a los Estados Unidos.
Gracias al apoyo de Cajigal consigue escapar de la vigilancia del Gobernador de La Habana
con la ayuda del norteamericano James Seagrove, que arregló su viaje en un barco que lo
llevó hasta New Bern, donde desembarcó el 10 de julio de 1783 a las cinco de la tarde, ya
terminada su guerra de independencia, y en una etapa de reconstrucción en que se debatía
sobre la forma política a adoptar entre el federalismo o la confederación. Durante el tiempo
que estuvo en Estados Unidos, Miranda realizó un estudio crítico sobre sus defensas militares
en el que demostró un conocimiento amplio sobre el desarrollo del conflicto norteamericano y
sus circunstancias.
Allí Miranda preparó y fijó la técnica de correspondencia que usó durante el resto de su viaje,
en el que conoce a las personas mediante el obsequio y préstamo de libros, y examina la
cultura y las costumbres de los sitios por los que pasa de una forma metódica. Pasa
por Charleston, Filadelfia y Boston y va tratando con diversos personajes de la sociedad
estadounidense en veladas y paseos, en los que llegó a tener algunas aventuras amorosas
que Miranda mismo calificó de intrascendentes hasta llegar a Nueva York.
En esta ciudad conoció a la importante familia Livingston, cuyos miembros ocupaban
destacadas posiciones políticas y tenían vínculos con otras familias relevantes de la ciudad. Al
parecer Miranda mantuvo una relación romántica con Susan Livingston, hija del canciller
Livingston, que se vislumbra cuando Miranda realiza un viaje a Boston y en el que la joven
parece estar enamorada de él según las cartas que le escribía.
Parece, sin embargo, como si Miranda no deseara pasar más allá de una simple amistad, lo
que explicaría su más bien precipitada salida de Nueva York. Aunque Miranda mantuvo el
contacto epistolar con Susan durante años, nunca volvió a verla, por lo que posiblemente
llegara a pensar que una relación que le llevara al matrimonio no era compatible con sus
planes y forma de vida. Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda conoció
a George Washington en Filadelfia cuando este venía de recibir el control militar de Nueva
York tras el fin de la guerra. También conoció a otros personajes como el general Henry
Knox o Samuel Adams. Además, tuvo conocimiento de ciertas instituciones de la nueva nación
que lo impresionaron favorablemente, como la biblioteca de New Port, el Princeton College,
Rhode Island College o el Cambridge College.
La permanencia de Miranda en los Estados Unidos solo se vio afectada por el conflicto de
intereses entre Francia y España en este país después de la guerra, ya que los franceses no
estaban interesados en que se divulgaran demasiado los aspectos negativos de su
intervención en el conflicto, y el fracaso de la invasión de Jamaica era uno de ellos. Al parecer
se habían enviado informes desde La Habana al gobierno norteamericano que acusaban a
Miranda como un traidor y desertor, informes que fueron divulgados por los franceses para
perjudicarle, puesto que él era la única persona que podía desmentir la acusación del fracaso
de la invasión de Jamaica como responsabilidad de España. La difusión de estos informes
hizo que la situación de Miranda fuera comprometida, dado que no podía defenderse sin
divulgar los detalles de su misión de espionaje en Jamaica que eran secreto de Estado, y por
lo tanto, ante esta situación, decide marcharse a Inglaterra.

En Europa[editar]
De Inglaterra a Rusia[editar]
El 15 de diciembre de 1784, Miranda salió del puerto de Boston en la fragata
mercante Neptuno a las cinco de la tarde rumbo a Londres, y después de un viaje que duró
unos 56 días, llegó a Inglaterra el 10 de febrero de 1785.
En Londres, Miranda fue vigilado discretamente por los españoles ante las sospechas de
traición que recaían sobre él. Los informes que redactaron resaltan tanto los tratos que
mantuvo Miranda con personas sospechosas de conspirar contra España como con
personajes considerados eminentes sabios de su tiempo.[cita requerida]
Por esa misma época llegó a la corte de Inglaterra, como secretario de la primera embajada
de Estados Unidos, el coronel William Stephens Smith, a quien Miranda conocía de su
estancia en Nueva York.12 Smith contraería matrimonio al año siguiente, el 12 de junio de
1786,13 con Abigail Nabby Adams, hija del embajador John Adams, quien más tarde sería el
segundo presidente de Estados Unidos, y Abigail Smith.
Miranda y el coronel Smith decidieron viajar a Prusia para presenciar las maniobras militares
preparadas por el rey Federico II el Grande. Bernardo del Campo, embajador de España en la
capital británica desde 1783, proporcionó a Miranda una carta de presentación para el ministro
de España en Berlín, mientras que James Penman, hombre de negocios inglés con quien
Miranda había trabado amistad en Charleston, se encargó de guardarle sus papeles mientras
estuviera de viaje.12
Sin embargo, la amabilidad del embajador español encubre su intriga para lograr que Miranda
viaje a Calais y allí pueda ser apresado y entregado a España. La farsa, que asignaba
también un papel a la esposa y a la hija del vicecónsul español en Londres con el pretexto de
salir de Inglaterra para ingresar a la joven en un monasterio, se desbarató porque el
venezolano y su amigo se dirigieron el 10 de agosto de 1785 a un puerto holandés
(Hellevoetsluis) y no a la ciudad del norte de Francia.14
Pasó por regiones de las actuales Bélgica, Alemania, Austria, Hungría, Polonia, se trasladó a
tierras griegas e italianas, donde permaneció durante más de un año, y visitó la corte
de Catalina II de Rusia en Kiev. En Hungría estuvo en el palacio del príncipe húngaro Nicolás
Esterházy (1765-1833), quien simpatizaba con sus ideas y, aparte de acogerlo amablemente,
lo envió en uno de sus carruajes con una carta de recomendación a encontrarse con el
conocido músico Joseph Haydn, que vivía y trabajaba en la corte del aristócrata húngaro.
Después de pasar por Constantinopla, capital turca, con la que los españoles mantenían
relaciones diplomáticas desde 1783, fue obligado a pasar una cuarentena sanitaria
en Kherson, y el príncipe de Potemkin le presentó a Catalina II en Kiev el 13 de febrero de
1787. Catalina mostró bastante interés por los asuntos de América y su sistema de gobierno.

Miranda en la Revolución francesa[editar]


En 1791, Miranda tomó parte activa en la Revolución francesa. En París, hizo amistad con
los girondinos Jacques Pierre Brissot y Jérôme Pétion de Villeneuve. Sirvió brevemente como
general en una sección del Ejército revolucionario francés (llamado entonces «La
Convención») que luchó en la campaña de 1792 para detener el avance del ejército prusiano,
dirigido por el duque de Brunswick-Luneburgo, cuyo objetivo era invadir Francia desde
los Países Bajos. Miranda alcanzó el grado de mariscal de Francia bajo el mando de Charles
François Dumouriez. Durante la campaña participó en las batallas de Argonne, Wargemoulin,
Amberes, Lieja, Tongres, Paliemberg y Valmy, donde llegó a ser segundo jefe del ejército del
norte, del cual se separaría por grandes diferencias con Dumouriez tras haber replegado sus
tropas en Maastricht.
Durante el reinado del terror instituido por Bertrand Barère de Vieuzac,15 16 Miranda fue
arrestado varias veces por los jacobinos, incluso en La Conciergerie de París, cuyos reclusos
eran guillotinados en su mayoría. Sometido a juicio en el Tribunal Revolucionario (instituido
por Danton,17 16) por supuesta negligencia en la defensa de Maastricht, fue defendido
por Claude Chaveau-Lagarde ―insigne abogado que defenderá, a riesgo propio y sin el
mismo éxito, a la reina María Antonieta de Austria―, siendo amenazado con
ser deportado después de una medida del Directorio de la Monarquía y los Girondinos. Sin
embargo, fue absuelto de los cargos en 1795 y se trasladó a Inglaterra en 1798.

América del Sur (1806-1812)[editar]


Su contribución más grande está, probablemente, en las guerras de independencia
hispanoamericanas. Miranda tuvo la visión de un gran imperio independiente que agrupara a
todos los territorios que estaban en poder de españoles y portugueses desde la margen
derecha del río Misisipi en el norte hasta la Tierra del Fuego en el extremo sur del continente.
El imperio estaría bajo dirección de un emperador hereditario llamado Inca para apaciguar a
las etnias indígenas y tendría una legislatura bicameral. Concibió el nombre Colombia para
este imperio, inspirándose en Cristóbal Colón.
El 9 de noviembre de 1804, Miranda desembarca en Nueva York procedente del Reino Unido.
Allí, permaneció algo más de un año y mantuvo contactos con destacadas personalidades
públicas, como el presidente Jefferson y el secretario de Estado Madison, y privadas,
como Jacob Lewis, comerciante de Puerto Príncipe, y el coronel William Stephens Smith, a la
sazón inspector del puerto de Nueva York y a quien conocía desde 1783. Fue Smith quien le
puso en contacto con el armador y contrabandista norteamericano Samuel G. Ogden,
propietario de una corbeta que Miranda contrató y que rebautizó en inglés con el nombre de
su hijo Leandro.18 El Marqués Casa de Irujo, Embajador de España en Washington, denunció
el apoyo prestado al general Miranda para invadir a Venezuela violando la Ley de Neutralidad
de 1794.[cita requerida]
El 2 de febrero de 1806, con el beneplácito político y el apoyo económico de estadounidenses
y británicos, Miranda partió en la Leander hacia Haití, donde se le sumarían dos goletas y el
buque Emperador.19 Su intención era desembarcar posteriormente en Venezuela, obtener el
apoyo de la población y comenzar la lucha definitiva por la independencia.20 Tras ser
interceptada por la fragata británica Cleopatra, al mando del capitán Wright,21 la corbeta
prosiguió su travesía hasta tomar tierra en Jacmel, en la isla de La Española, el 20 de febrero.
Allí permaneció la expedición seis semanas y consiguió fletar las goletas Bacchus y Bee, con
las que también se dirigió a tierra firme.22 Después de fracasar en el desembarco de Ocumare
de la Costa, donde entabló combate con las fuerzas navales realistas al mando de Antonio
Tiscar, se refugió en Trinidad, adonde llegó con un solo navío, la corbeta Leander. La flota
realista escoltó a las dos goletas hasta Puerto Cabello junto a 58 prisioneros que fueron
encerrados en el castillo de San Felipe. En represalia, 10 prisioneros, en su mayoría
estadounidenses acusados de piratería, fueron ahorcados y descuartizados en la plaza mayor
de Puerto Cabello el 21 de julio de 1806. Los demás sufrirían prisión por más de diez años.
Uno de los ahorcados y descuartizados fue el impresor Miles L. Hall, quien por tal motivo ha
sido considerado como el primer mártir de la imprenta en Venezuela.
El gobernador británico de Trinidad, sir Thomas Hislop le facilitó a Miranda buques y
pertrechos. Con una expedición aumentada ahora a 11 buques y 300 hombres de
desembarco, llega a las costas de Coro (Venezuela) el 1º de agosto de 1806. En la
madrugada del día 3, mientras los buques descargaban su artillería, Miranda y sus hombres
se precipitan a tierra. Ese mismo día, en lo alto del Fortín de La Vela, la bandera
venezolana tricolor fue izada por primera vez. No obstante, al no encontrar apoyo popular, se
reembarcó diez días después con rumbo a Aruba y luego de algún tiempo en Trinidad como
huésped del gobernador Hyslop se dirige a Inglaterra.232425
El 19 de abril de 1810, Venezuela inició su proceso independentista, por lo que Simón
Bolívar y Andrés Bello persuadieron a Miranda, en misión diplomática en Londres, para que
volviera a su tierra natal. Cuando lo hizo, Miranda fue recibido con honores en el Puerto de La
Guaira. En Caracas se le confiere el grado de general del ejército y funda la Sociedad
Patriótica, que se convertirá en la principal promotora del rompimiento con España.
Posteriormente es elegido diputado por El Baúl, en la provincia de Caracas, al congreso
constituyente de 1811. El 5 de julio de 1811, tuvo el honor de firmar el Acta de la Declaración
de Independencia de Venezuela. Más tarde, ante el avance de las tropas españolas al mando
de Domingo Monteverde en 1812, asumió la presidencia con poderes discrecionales, tras ser
nombrado el 23 de abril dictador por el Triunvirato ejecutivo con el rango de generalísimo.26
Las fuerzas realistas contraatacaron, pero Miranda era incapaz de pasar a la ofensiva por las
constantes deserciones que se daban en sus tropas, situación agravada por el Terremoto de
Venezuela de 1812 (26 de marzo) que afectó en su mayoría a centros poblados bajo control
de los patriotas, además de la impopularidad de la causa de la independencia en la sociedad
venezolana. Miranda intentó resistir el ataque realista pero la caída de la plaza de Puerto
Cabello (bajo el comando de Simón Bolívar), la rebelión de los esclavos de Barlovento, así
como el creciente número de los ejércitos españoles que le atacaban
(Monteverde desde Valencia y Yáñez desde Calabozo), le hicieron imposible resistir.
Temiendo una derrota brutal y desesperado, en correspondencia con las facultades otorgadas
por el Triunvirato ejecutivo, que en el Decreto del 23 de abril de 1812, le había otorgado el
cargo de dictador plenipotenciario y jefe supremo, con rango de generalísimo,26 Miranda firma
la capitulación del ejército patriota, el 25 de julio de 1812, en la ciudad de San Mateo, hecho
que generaría confusión y se interpretaría como una traición, por lo que antes de embarcarse
en el puerto de La Guaira y salir rumbo al exterior para proseguir la lucha, un grupo de
oficiales dirigidos por Bolívar apresaron a Miranda, y el coronel José Mires lo encerró en el
fuerte San Carlos el día 31 de julio. Al parecer, la intención de Bolívar habría sido fusilarlo por
considerar que el pacto de San Mateo era un acto de traición, pero finalmente, atendiendo
diversos consejos, Miranda fue encarcelado bajo el coronel Manuel María de las Casas,
comandante militar del puerto, quien en secreto se pasó al bando español, entregando a
Miranda a Domingo de Monteverde, junto con los demás refugiados que no habían
conseguido zarpar (Simón Bolívar desconocía la traición de Manuel María de las Casas, y se
dirigió entonces a Caracas, ya en manos de los realistas, donde gracias a la intercesión de
algunas amistades en el bando enemigo, obtuvo un pasaporte de Domingo de Monteverde, de
quien se dice que expresó textualmente "Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar,
como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda", tiempo
después de salir de Venezuela, Bolívar regresaría a reiniciar la guerra).2728

Prisión y muerte[editar]
Desde el puerto de La Guaira, Miranda fue trasladado al castillo San Felipe de Puerto Cabello,
donde a principios de 1813 escribe desde su celda un memorial a la Real Audiencia de
Caracas exigiendo el cumplimiento de la capitulación de San Mateo. El 4 de junio de 1813 es
trasladado al Castillo San Felipe del Morro, ubicada en Puerto Rico, y de allí a España, donde
es encerrado en una celda alta y espaciosa en el penal de las Cuatro Torres del arsenal de la
Carraca, en San Fernando. Aquí sólo recibió pocas noticias y ayuda de algunos amigos.
Miranda planea escapar hacia Gibraltar, pero un ataque cerebrovascular frustra sus planes y
muere, a los 66 años de edad, el 14 de julio de 1816.29
Una pintura al óleo del artista venezolano Arturo Michelena, de título Miranda en la
Carraca (1896) —que retrata al héroe en la cárcel española en donde murió—, se ha
convertido en un símbolo gráfico de la historia venezolana y ha inmortalizado la imagen de
Miranda para las sucesivas generaciones de venezolanos. Como nota adicional, es importante
decir que Miranda también es considerado uno de los padres fundadores de la Masonería en
Hispanoamérica. En Venezuela se honra con el nombre de Miranda a distintas avenidas,
calles, plazas, autopistas y parques. Asimismo, lleva su nombre la tercera entidad más
poblada del país, después del Zulia y Caracas, el estado Miranda.
En el marco de su dedicación a la independencia del continente, Miranda empleó muchas
energías a preparar, publicar y difundir documentos de distinta índole: cartas, proclamas,
planes, proyectos, artículos, ensayos, etc. Gran parte de este material implicó una
transferencia cultural, ideológica y política a través de la traducción. Además de traducir del
latín y del griego, Miranda manejaba varias lenguas modernas (español, francés, inglés e
italiano), conocía el latín y el griego e incluso escribía utilizando varios idiomas. Su actividad
intelectual abarcaba los más diversos temas aparte de los políticos, filosóficos y militares. Fue
el primer hispanoamericano en pedir el 26 de octubre de 1792 la concesión de los derechos
políticos a la mujer a los pocos meses de que se publicase la Déclaration des droits de la
femme et de la citoyenne (1791) de Olympe de Gouges.30
Su hijo Leandro de Miranda fue director del primer banco en Venezuela, aunque de capital
extranjero, denominado Banco Colonial Británico que operó de 1839 a 184831.

Cenotafio[editar]
Hasta el día de hoy ha sido imposible el reconocimiento de sus restos, ya que al morir fue
enterrado en una fosa común en el cementerio del arsenal de la Carraca. Mientras tanto, le
fue dedicado un cenotafio en el Panteón Nacional de Venezuela, donde también están los
de Antonio José de Sucre y Andrés Bello. El monumento, diseñado por el
escultor italiano Julio Roversi,32 está coronado por una escultura del general sobre un pequeño
pedestal donde hay una placa con las fechas y lugares de su nacimiento y muerte. El pedestal
se asienta sobre un mausoleo simbólico decorado con motivos funerarios y con las puertas
abiertas. Delante hay un sarcófago que está siendo abierto por un águila, símbolo de poder, la
cual está custodiada, a su vez, por una alegoría de la libertad. A sus pies, una placa contiene
el siguiente epitafio:
Venezuela llora por el dolor de no haber podido hallar los restos del general Miranda, que han quedado
perdidos en la huesa común de la prisión en que expiró este gran mártir de la libertad americana. La
República los guardaría con todo el honor que les es debido en este sitio que les ha sido destinado por
Decreto del Presidente de ella General Joaquín Crespo, fechado el 22 de enero de 1895.

Las puertas y la tumba parcialmente abierta simbolizan la esperanza de Venezuela de


encontrar los restos del prócer, aguardando su llegada.

Ascenso post mortem[editar]
El 14 de julio de 2016 se conmemoró el Bicentenario de su fallecimiento en San
Fernando (España), se le rindieron honores militares y civiles y el entonces presidente de la
República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro en su investidura como comandante en
jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) asciende al grado de almirante en jefe
post mortem a Francisco de Miranda siendo este el grado más alto de la Armada Nacional
Bolivariana (ANB) en un oficial en ejercicio.
ANDRES BELLO
Andrés de Jesús María y José Bello López (Caracas, 29 de
noviembre de 1781-Santiago, 15 de octubre de 1865) fue
un polímita venezolano-chileno, quien fue a la
vez filósofo, poeta, traductor, filólogo, ensayista, educador, polí
tico y diplomático. Considerado como uno de
los humanistas más importantes de América, realizó
contribuciones en innumerables campos del conocimiento.
En Caracas (Capitanía General de Venezuela) fue maestro del
libertador y padre de la patria Simón Bolívar durante un corto
período de tiempo y participó en el proceso que llevó a
la independencia venezolana. Como parte del bando
revolucionario integró, junto con Luis López Méndez y Simón
Bolívar, la primera misión diplomática a Londres, ciudad en
que residió entre 1810 y 1829.
En 1829 embarcó junto con su familia hacia Chile, contratado por el gobierno de dicho país,
donde desarrolló grandes obras en el campo del derecho y las humanidades. En Santiago
alcanzó a desempeñar cargos como senador y profesor, además de dirigir diversos periódicos
locales. Como jurista, fue el principal impulsor y redactor del Código Civil de Chile, una de las
obras jurídicas americanas más novedosas e influyentes de su época. Bajo su inspiración y
con su decisivo apoyo, en 1842 fue creada la Universidad de Chile, institución de la cual se
erigió en primer rector por más de dos décadas.1
De entre sus principales obras literarias, destacan la Gramática de la lengua castellana
destinada al uso de los americanos (1847), obra de referencia aún hoy imprescindible para los
estudios gramaticales, los Principios del derecho de gentes, el poema «Silva a la agricultura
de la zona tórrida» y el ensayo Resumen de la Historia de Venezuela, entre otras.

Datos biográficos[editar]
Caracas (1781-1810)[editar]
Nació en Caracas (Venezuela) el 29 de noviembre de 1781 como hijo primogénito de
Bartolomé Bello, abogado y fiscal (1758-1804), y de Ana Antonia López. En su ciudad natal,
cursó las primeras letras en la academia de Ramón Vanlonsten. Leyó los clásicos del siglo de
oro, y desde muy joven frecuentó el Convento de Las Mercedes, donde aprendió latín de
manos del padre Cristóbal de Quesada, a cuya muerte en 1796 Bello tradujo el libro V de
la Eneida.2
En 1797 comenzó sus estudios en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, donde se
graduó de bachiller en artes el 14 de junio de 1800. Ese mismo año, antes de graduarse,
recibió en Caracas al naturalista alemán Alexander von Humboldt y a su compañero, Aimé
Bonpland, y los acompañó a escalar y explorar el Cerro Ávila, que separa la ciudad del Mar
Caribe.
También realizó estudios inacabados de derecho y medicina, aprendió por su propia cuenta
inglés y francés, y dio clases particulares, contándose el joven Simón Bolívar entre sus
alumnos. Sus traducciones y adaptaciones de textos clásicos le dieron prestigio, y en 1802
ganó por concurso el rango de Oficial Segundo de Secretaría del gobierno colonial. Durante el
periodo 1802-1810, Bello se convirtió en una de las personas intelectualmente más influyentes
en la sociedad de Caracas, destacándose al desempeñar labores políticas para la
administración colonial, además de ganar notoriedad como poeta, al traducir la
tragedia Zulima de Voltaire.2 Al llegar la primera imprenta a Caracas en 1808, la gran
notoriedad de Bello lo volvió el candidato ideal para asumir la dirección de la recién
creada Gaceta de Caracas, una de las primeras publicaciones venezolanas.
Los sucesos revolucionarios del 19 de abril de 1810, en los que participó Bello, iniciaron
la independencia de Venezuela, siendo destituido el capitán general Vicente Emparan por el
Cabildo de Caracas. La Junta Suprema de Caracas enseguida nombró a Bello Oficial Primero
de la Secretaría de Relaciones Exteriores. El 10 de junio de ese año, zarpó en misión
diplomática como representante de la naciente República: fue comisionado, junto con Simón
Bolívar y Luis López Méndez, para lograr el apoyo británico a la causa de la independencia.
Bello fue escogido por sus conocimientos y su dominio de la lengua inglesa, que había
adquirido de forma autodidacta.

Londres (1810-1829)[editar]
La corbeta en la cual viajaba la comisión llegó al puerto de Portsmouth el 10 de julio de 1810,
lugar desde el que se dirigieron hacia Londres con el fin de establecer contactos con
miembros de las altas esferas británicas. La misión encomendada a Bello, Bolívar y López
encuentra graves problemas para desarrollar su labor, puesto que la situación política había
cambiado el eje de los intereses ingleses respecto de América. Por un lado, la invasión
napoleónica a España había acercado al Reino Unido con su tradicional enemigo, frente al
peligro común que consistía Napoleón Bonaparte. Esto significó para el gobierno de Londres
tener que ayudar a la causa hispana, otorgándole créditos y ayuda a la Junta Suprema
Central que gobernaba en nombre del "cautivo" Fernando VII. Sin perjuicio de aquello, y
utilizando un doble discurso, Londres toleraba la propaganda independentista americana en
su territorio, en especial la realizada por el también venezolano Francisco de Miranda, al
mismo tiempo que le otorgaba a los americanos la calificación de beligerantes. Los intereses
británicos con la independencia de las colonias españolas de América no iban más allá.
Con esos antecedentes, la delegación venezolana fue recibida por el canciller
británico Richard Wellesley, hermano del Duque de Wellington, en cinco entrevistas no
oficiales realizadas en su domicilio particular. La postura británica fue clara y desde el principio
dieron a entender que en esos momentos, el apoyo político a la causa de la independencia
era imposible y trataron de desviar las negociaciones hacia acuerdos comerciales más
acordes con los intereses británicos, en un intento además de presionar a España para que
les dejase comerciar libremente con sus colonias. Otra de las razones para permitir el
recibimiento informal de la embajada venezolana era el de evitar que los mismos tuvieran que
recurrir a la ayuda francesa, pese al escaso interés mostrado por Bonaparte hacia la región. El
fracaso de la misión provoca el regreso de Bolívar al Nuevo Mundo, con el fin de sumarse a
la guerra que arreciaba entonces en el continente. Bello y López quedan entonces a cargo de
la embajada, empezando a vivir diversas penurias económicas ante el cada vez más escaso
aporte realizado por el gobierno de la naciente república.
En esta época Bello empieza a desenvolverse dentro de la sociedad londinense, trabando una
breve pero influyente amistad, durante el escaso tiempo que confluyeron en dicha ciudad,
con Francisco de Miranda. Este aprovechó los amplios conocimientos de Bello para sumar a
distintos actores a la causa. Miranda en aquella época residía bajo el amparo británico en
Londres, con el fin de escapar de la constante persecución española, quien lo había
convertido en uno de sus principales enemigos. Bolívar, López y Bello fueron recibidos por
Miranda en su casa de Grafton Street, a donde concurrieron reiteradamente con el fin de
acceder a las esferas de influencia que Miranda había desarrollado.
Otro de los personajes que ejercería una amplia influencia sería su amigo José María Blanco
White, protegido de Lord Holland. Sería este último, bajo instancias de Blanco, quien le
proporcionaría cierta estabilidad a Bello, al contratarlo como su bibliotecario y profesor
particular. Junto con éste se desempeña en el periódico El Español, que no abogaba por una
independencia total de España. En tal medio se desempeñó como redactor, y en su calidad de
tal tomó contacto con personajes como Francisco Antonio Pinto, futuro presidente de
Chile, Antonio José de Irisarri, encargado de negocios de Chile y quien impulsaría su viaje a
Santiago; Servando Teresa de Mier, con quien colaboraría en El Español; James Mill,
economista y político escocés y padre de John Stuart Mill; Jeremy Bentham, filósofo inglés,
padre del utilitarismo; y los españoles Vicente Salvá, Bartolomé José Gallardo y Antonio
Puigblanch, entre otros.
Pese a la ayuda recibida por Blanco White, la situación económica de Bello se hace cada vez
más precaria. En 1812 manifiesta su intención de regresar a Venezuela, pero el
gran terremoto que asoló Caracas el 26 de marzo de 1812 no permitió aquello e impidió
además que su familia pudiera ayudarlo, dada la pérdida de buena parte del patrimonio
familiar. Para agravar más la situación, la derrota patriota y la caída de la Primera
República significan el fin de todo apoyo económico desde América y el encarcelamiento de
su amigo Francisco de Miranda. Ante tales descalabros, Andrés Bello presentó una solicitud
de amnistía que tentativamente había anunciado el gobierno español ante el fracaso
momentáneo de la independencia americana. Tal solicitud aparece presentada en la
embajada española en Londres, fechada el 31 de junio de 1813 (no 1812), un curioso error en
un eficiente y minucioso funcionario público. En una parte de aquella petición Bello expresó:
El suplicante puede alegar también en su favor la notoria moderación de sus opiniones y conducta, que
aún llegaron a hacerle mirar como desafecto de la causa de la Revolución; y cita en su abono el
testimonio de cuantas personas le hayan conocido en Caracas, de las cuales no será difícil se
encuentren muchas en Cádiz

Andrés Bello

La petición de Bello no tuvo ningún resultado. Al año siguiente trabó relación, por medio de El
Español, con el sacerdote Servando Teresa de Mier, destacado revolucionario mexicano que
publicaría varios textos en defensa de la causa americana. Además, se relacionó
con Francisco Antonio Pinto, quien en esos momentos se desempeñaba como agregado
comercial en la capital británica. Este le dio a conocer a Bello que los patriotas chilenos se
habían inspirado en el poema épico de La Araucana, de Alonso de Ercilla, para su causa.
Pinto, quien anteriormente se desempeñaba como agente comercial, había sido comisionado
por el gobierno de Chile como su agente (embajador), primero en Buenos Aires y después en
Londres. En este lugar confrontó, al igual que Bello, la caída del gobierno patriota tras
la derrota de Rancagua, que sumió a Pinto en una situación de grave carestía. Pese a
encontrarse en una situación similar, Bello ayudó en todo lo posible, junto a Manuel de
Sarratea, al infortunado diplomático. Así trabaron los dos una profunda amistad, siendo Pinto
uno de los escasos miembros de su círculo cercano. De regreso a Chile, Pinto tomaría parte
en las victorias patriotas en Chacabuco y Maipú, formando parte de la cúpula política del país.
En 1827, ante la renuncia del capitán general Ramón Freire a la primera magistratura, Pinto es
elegido como Presidente de Chile. Durante su breve ejercicio del cargo, en vísperas de
la guerra civil y la derrota liberal en Lircay, en uno de sus últimos decretos nombra a Bello
como oficial segundo del Ministerio de Hacienda de Chile, cargo que no ocupó.
En mayo de 1814 Bello contrajo matrimonio con la inglesa de 20 años Mary Ann Boyland. De
esta unión nacen sus primeros tres hijos Carlos (1815), Francisco (1817) y Juan Pablo Antonio
(1820). Su vida familiar se ve constantemente afectada por la falta de sustento, que intenta
mejorar solicitando un empleo al gobierno de Cundinamarca, en 1815, y al de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, al año siguiente. En este último caso, el trabajo fue concedido a
Bello, pero por razones poco claras nunca lo asumió en propiedad. Su situación alcanza
en 1816 a mejorar un poco al recibir alguna ayuda por parte del gobierno británico, con lo que
pudo realizar algunas investigaciones en la biblioteca del Museo Británico. En este lugar se
encontraba trabajando, cuando Thomas Bruce, conde de Elgin, presentó los mármoles del
Partenón, en 1819. Al año siguiente colaboró con James Mill en la transcripción de los
manuscritos de Jeremy Bentham. Su esposa se vio afectada por la tuberculosis, enfermedad
de la que falleció el 9 de mayo de 1821, seguida por su hijo Juan Pablo, en diciembre de aquel
año, siendo el primero de nueve de sus hijos que vio morir en vida.
En esta época trabaría también amistad con el granadino Juan García del Río y, más
importante aún para su futuro, conoció en 1819 al guatemalteco Antonio José de Irisarri, quien
se había desempeñado como director supremo interino de Chile en 1814, y después de la
independencia de Chile como canciller de la nueva República. Ese mismo año le escribió a
Irisarri solicitándole ayuda, con el fin de ser contratado en la legación chilena en Londres. Tal
designación demoró más de seis meses, aunque Bello logró finalmente ser designado para un
empleo estable, como secretario de la legación en junio de 1822. Sus dificultades económicas
terminaron con ese cargo.
Durante su desempeño como secretario, Bello sigue las instrucciones de Irisarri, a quien se le
encomienda lograr el reconocimiento de Chile por Francia y el Reino Unido, además de
conseguir un empréstito para la naciente república. El encargado Irisarri responde a órdenes
directas del director supremo Bernardo O'Higgins, quien se desempeña en el mando hasta su
forzada abdicación, el 28 de enero de 1823. Irisarri se ve entonces interpelado por un nuevo
delegado del gobierno, Mariano Egaña, quien mantenía una antigua disputa con Irisarri. Bello
se ve envuelto en medio de un desagradable conflicto, en el cual se enfrenta con el titular del
cargo y su superior directo (Egaña), al mismo tiempo que debe un gran aprecio a su antiguo
jefe (Irisarri). Sin embargo, las suspicacias y temores iniciales de Egaña se disipan en el
tiempo, al descubrir en Bello una mente brillante. No escatima entonces elogios para hablar de
quien se convertiría en uno de sus grandes amigos, haciendo presente en una recomendación
enviada en 1826, cuando Bello ya no se desempeñaba en la legación, con el fin de favorecer
su contratación por parte del gobierno de Chile. Dice Mariano Egaña en su informe:
La feliz circunstancia de que existan en Santiago mismo personas que han tratado a Bello en Europa,
me releva en gran parte de la necesidad de hacer el elogio de este literato: básteme decir que no se
presentaría fácilmente una persona tan a propósito para llenar aquella plaza. Educación escogida y
clásica, profundos conocimientos en literatura, posesión completa de lenguas principales, antiguas y
modernas, práctica en la diplomacia, y un buen carácter, a que da bastante realce la modestia, le
constituyen, no sólo de desempeñar muy satisfactoriamente el cargo de oficial mayor, sino que su mérito
justificaría la preferencia que le diese el gobierno respecto de otros que solicitasen igual destino

Mariano Egaña.

Durante esta época Bello realiza buena parte de su trabajo como escritor y poeta, dirigiendo y
redactando en gran medida el El Censor Americano (1820), La Biblioteca Americana (1823) y
siendo el director de El Repertorio Americano (1826). Todas estas obras constituyen por
muchos la más grande manifestación europea del pensamiento americano, en la cual se
publican diversas y variadas obras sobre ciencias eruditas, filología, estudios de críticas y
análisis. En ellas se publican dos de los grandes poemas de Bello, la Alocución a la poesía, de
1823, y la Agricultura en la zona tórrida, de 1826. Se desempeña en la legación chilena
hasta 1825, cuando termina su contrato. La situación de Bello mejoró temporalmente en 1822,
cuando el guatemalteco Antonio José de Irisarri, ministro de Chile en Londres, lo nombró
secretario interino de la legación. Bello le había escrito desesperado el 18 de marzo de 1821
pidiéndole el empleo, y una vez que lo obtuvo, incluso pudo casarse de nuevo, el 24 de
febrero de 1824, con Isabel Antonia Dunn, con quien tuvo 12 hijos (3 nacidos en Londres, el
resto en Chile). Este puesto lo dejó en 1824 al terminársele el contrato, pero por suerte la
secretaría de la Gran Colombia había quedado vacante recientemente y el
plenipotenciario Manuel José Hurtado lo nombró interino y propuso para el cargo permanente.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Pedro Gual, aprobó el contrato de Bello el 9 de
noviembre de 1824, y Bello tomó el cargo el 7 de febrero de 1825.
Este golpe de suerte, sin embargo, no resultó como esperaba. Por un lado, debido a la crisis
financiera en América, el modesto sueldo de Bello le era pagado irregularmente. Por otro, su
relación con Simón Bolívar se deterioró progresivamente por circunstancias tanto presentes
como pasadas. En este marco, el 21 de diciembre de 1826 Bello le escribió directamente a
Bolívar solicitando que interviniese en mejorar su situación en Londres. Aparte de las razones
económicas, su comunicación con Bolívar tenía que ver con la creencia de Bello de que, de
alguna manera, su amistad con su antiguo pupilo había decaído. Esto probablemente por los
rumores que corrían, desde su llegada a Londres, de que había sido él quien avisó a Vicente
Emparan del fracasado alzamiento del 2 de abril de 1810 en Caracas. También por las
diferencias ideológicas con el gobierno de Colombia, que había expresado en una carta al
patriota mexicano Servando Teresa de Mier, en 1821. Esta carta había caído en manos de
Pedro Gual, quien a pesar de haberle dado el trabajo, dudaba de su persona.(22) Quizás por
esto o por otras circunstancias, Bello era tratado con indiferencia por el jefe de la legación en
Londres, Manuel José Hurtado.
En abril de 1827, Bello le volvió a escribir a Bolívar, pero su situación no mejoró. Peor aún,
debido a numerosos retrasos en negocios personales que Bello adelantaba en Londres para
Bolívar (la venta de las minas de Aroa), la relación entre ambos se enfrió hasta el punto en
que el Libertador nombró a otra persona para finiquitar el negocio y Bello finalmente comenzó
a buscar trabajo en otra parte.
Bolívar finalmente escribiría a la legación en Londres el 27 de abril de 1829, informando del
envío de 3000 pesos para Bello y su nombramiento como cónsul general de Colombia en
París, pero entonces ya era demasiado tarde. Bello había partido hacia América el 14 de
febrero de 1829, tras aceptar otra oferta de empleo del ministro Plenipotenciario de Chile en
Londres, Mariano Egaña Fabres. En ese mismo año pasa a desempeñar labores iguales en la
embajada de la Gran Colombia, en las cuales sufre una gran decepción al no ser designado
titular del cargo, que ha quedado vacante por parte de Bolívar. En su intercambio epistolar
Bello manifiesta su decepción por lo sucedido, manifestando su deseo de abandonar de
manera definitiva Europa. En 1828, y ante reiteradas solicitudes de Mariano Egaña, el
gobierno de Chile contrata a Bello para un puesto en el Ministerio de Hacienda, abandonando
definitivamente el Reino Unido el 14 de febrero de 1829.

Santiago de Chile (1829-1865)[editar]


Bello llegó a Chile en 1829, junto con su esposa Isabel Antonia Dunn, con quien había
contraído matrimonio el 24 de febrero de 1824. Casado dos veces, Bello tuvo quince hijos, de
los cuales vio morir a nueve —entre ellos: Francisco (1817-1845), Carlos Bello Boyland (1815-
1854), Juan (1825-1860) y Emilio Bello Dunn (1845-1875)—.3 Manuel Antonio Tocornal, su
sucesor en la rectoría de la Universidad de Chile, señaló:
[Recuerdo] una conversación con el maestro, en la cual me contó que; cuando era muchacho, entró en
el dormitorio de su madre y oyó una voz que salía del gran Crucifijo colgado sobre el lecho. La voz
extrahumana anunciaba gloria, renombre, honores; y luego decía: "Pagarás todo esto con la muerte de
los que engendres, que serán también espíritus nobles y dignos de alcanzar gloria". Bello no era hombre
capaz de creer en supercherías; pero cada vez que la muerte le arrebataba a alguno de sus hijos,
repetía adolorido: "¡Ya me lo dijo el Cristo de Caracas!".4

Su designación titular fue de Oficial Mayor del Ministerio de Hacienda, académico del Instituto


Nacional y fue el fundador del Colegio de Santiago, rival del Liceo de Chile, creado por José
Joaquín de Mora. Tuvo una importante participación en la actividad literaria y cultural en la
llamada Sociedad Literaria de 1842. Ese mismo año, con la fundación de la nueva Universidad
de Chile, se le otorgó el título de primer rector.
Colaboró en la edición del diario El Araucano entre 1840 y 1860, siendo el medio cultural de
referencia casi obligatoria en aquella época. Participó en el debate y polémica sobre el
carácter de la educación pública, junto con Domingo Faustino Sarmiento. En estos años,
durante su estadía en Chile, publicó sus principales obras sobre gramática y derecho, y recibió
distintos reconocimientos por tal labor, siendo el más importante el recibido en 1851, cuando
fue nombrado miembro honorario de la Real Academia Española.
El Congreso Nacional le otorgó unánimemente la nacionalidad chilena, por gracia, el 17 de
octubre de 1832.5 Sin embargo, este acuerdo no fue publicado en El Araucano, el diario oficial
de la época. Posteriormente, en la edición del 7 de diciembre de 1832 de ese periódico, se
publicó un «aviso oficial» que señaló: «Se han dado cartas de naturaleza á favor de don
Benito Fernández Maqueira, de don Carlos Eduardo Mitchall, de don Victorino Garrido, de don
Andrés Bello y de don Tomas Ovejero». En consecuencia, Andrés Bello no recibió la
nacionalidad por gracia, sino que él la solicitó conforme al reglamento sobre la materia
publicado el 9 de noviembre de 1832, tal como cualquier otro extranjero.6
Se desempeñó como senador por la ciudad de Santiago entre 1837 y 1864. Fue el principal y
casi exclusivo redactor del Código Civil chileno entre 1840 y 1855, considerado una de las
obras más originales de la legislación americana. Entre su obra literaria, destaca su traducción
libre de la Oración por todos, de Víctor Hugo,2 considerada por muchos la mejor poesía
chilena del siglo XIX. Impulsor de la Universidad de Chile,7 fue designado su primer rector,
cargo que desempeñó hasta su muerte.
Falleció en la ciudad de Santiago el 15 de octubre de 1865, y fue enterrado en el Cementerio
General de dicha ciudad. Ignacio Domeyko señaló, para su funeral:
Dudaría la razón que en una sola vida, un solo hombre pudiera saber tanto, hacer tanto y amar tanto.8

Reconocimientos[editar]
 En 1883 una ciudad colombiana adoptó su apellido (la ciudad de Bello, en Antioquia); por
solicitud de sus pobladores, quienes consideraban el nombre de Bello “Más culto, más
propio y más digno del gran patriarca de las letras americanas”.9
 En 1927 Chile instituyó el Día del Libro, a celebrarse en el aniversario de su nacimiento.10
 El 24 de octubre de 1953 se fundó en Caracas la Universidad Católica Andrés Bello, una
de las instituciones privadas de educación superior más importantes de Venezuela.
 En 1957 el Instituto Caro y Cuervo de Colombia creó su unidad docente llamada "Centro
Andrés Bello" dando curso a la Resolución XX de la décima Conferencia Interamericana
de Caracas. Posteriormente el Centro integró el Convenio Andrés Bello de la Organización
de los Estados Americanos para la creación de un espacio cultural común
en Iberoamérica. Actualmente, bajo el nombre "Facultad Seminario Andrés Bello" continúa
ofreciendo formación en posgrado en las áreas de Lingüística, Literatura, Estudios
Editoriales, Español como L2 / Lengua extranjera y Escritura Creativa.
 Entre 1959 y 1999, existió la Radio Andrés Bello, dedicada a la música docta. Hoy es FM
Dos, de Iberoamericana Radio Chile.
 El 15 de octubre de 1965, el Congreso venezolano creó la condecoración de la Orden
Andrés Bello, con la que se premia a personajes destacados en el ámbito de la educación,
la investigación científica, las letras y las artes.
 En 1970 entró en vigor el Convenio Andrés Bello, organización internacional para la
integración educativa, artística y científica entre los países de Iberoamérica.
 El 29 de noviembre de 1981, en el bicentenario de su nacimiento, se inauguró
un cenotafio en su honor en el Panteón Nacional de Caracas, por ser uno de los
intelectuales caraqueños más destacados y por sus esfuerzos como diplomático a la
causa de la independencia de Venezuela.
 En 1988, una universidad privada de Chile adoptó su nombre, la actual Universidad
Nacional Andrés Bello.
 En diciembre de 1990, en El Salvador, se fundó la Universidad Dr. Andrés Bello, en su
honor. La universidad inició sus funciones en febrero de 1991 en San Salvador, la capital
del país. Actualmente ha extendido su cobertura a cuatro de los 14 departamentos
salvadoreños.11
 A finales del siglo XX, se le representaba primero en el billete de 50 y luego en el de
2000 bolívares de Venezuela y en los billetes de 20 000 pesos de Chile.
 El 2008, la Universidad de Chile crea una revista en su honor llamada "Bello Publico" en la
que se tratan temas de interés humano
 Desde 2014 el periódico británico The Economist edita una columna sobre temas
latinoamericanos, llamada Bello.

ANDRES ELOY BLANCO

Andrés Eloy Blanco Meaño (Cumaná, Venezuela, 6 de


agosto de 1896 – Ciudad de México, 21 de mayo de 1955) fue
un poeta, abogado, humorista y político venezolano, incluido en
la Generación del 28.

Vida y obra[editar]
Fue hijo del matrimonio conformado por el doctor Luis Felipe Blanco Fariñas y Dolores Meaño
Escalante de Blanco. Estudió en Caracas, donde se incorporó al Círculo de Bellas Artes en
1913. En 1918 recibió su primer galardón por el poema pastoral "Canto a la Espiga y al
Arado", y publicó su primera obra dramática, El huerto de la epopeya. Ese mismo año fue
encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen, siendo ya estudiante de
Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
A su graduación comenzó a ejercer la abogacía pero continuó escribiendo. En 1923 obtuvo el
primer premio en los Juegos Florales de Santander (Cantabria), con su poema "Canto a
España". Viajó a España para recibir el premio, y permaneció allí más de un año,
familiarizándose con las vanguardias. En 1924 fue nombrado miembro de la Real Academia
Sevillana de Buenas Letras. Ese mismo año visitó La Habana, donde se reunió con
intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.
En 1928 comenzó a editar clandestinamente el periódico disidente "El Imparcial", con artículos
sobre las jóvenes Claudia Rodríguez, Isabella Avendaño, Katherine Saavedra, Elizabeth
Gómez, Paula Contreras y Vanescka León (Las Reinas del mundo). La cual fue nominada a la
feria de la ciudad de Maracaibo, además seria el órgano de difusión de las proscriptas
agrupaciones Unión Social Constructiva Americana y Frente de Acción Revolucionaria. Es
hecho prisionero tras el golpe de estado del 7 de abril, y confinado en Puerto Cabello hasta
1932, cuando fue liberado por motivos de salud.
Al ser liberado se le prohibió sin embargo realizar cualquier tipo de manifestación pública, por
lo que se dedicó nuevamente a las letras, publicando Poda en 1934, con poemas tan
conocidos como Las uvas del tiempo y La renuncia. Otros poemas muy famosos son Coplas
del amor viajero, Silencio (3) y La Hilandera. Un año después (1935) publicó La aeroplana
clueca.
A la muerte de Juan Vicente Gómez, Andrés Eloy Blanco fue nombrado por el
presidente Eleazar López Contreras jefe del Servicio de Gabinete en el Ministerio de Obras
Públicas. Sin embargo, su postura fuertemente crítica frente a la represión de las
manifestaciones del 14 de febrero de 1936 y su pertenencia a la Organización Revolucionaria
Venezolana llevan a la decisión de apartarlo de la política local. Ese mismo año es nombrado
Inspector de Consulados, cargo en el cual viaja a Cuba, Estados Unidos y Canadá; sin
embargo, en 1937 su descontento lo lleva a presentar la renuncia y regresar a Caracas.
Fundó poco después el Partido Democrático Nacional, como diputado del cual llegaría
al Congreso Nacional. A comienzo de los años 1940 integra su partido con la recién
fundada Acción Democrática. En 1943, contrae matrimonio con Liliana Iturbe con quien
engendró dos hijos: Luis Felipe y Andrés Eloy. Participó activamente en la campaña
presidencial de Rómulo Gallegos, quien fue electo presidente en 1947.
En 1946 fue electo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente convocada para la
reforma de la constitución, que instaura el sufragio universal, directo y secreto. En 1948 fue
nombrado Ministro de Relaciones Exteriores por el presidente Rómulo Gallegos. El Golpe
militar que derroca a Gallegos en noviembre de 1948 lo sorprendió encontrándose al frente de
la delegación venezolana que asistía a la Tercera Asamblea General de las Naciones
Unidas reunida en París. Se exilió en México, donde se dedicó a la poesía.
En 1955 perdió la vida en un accidente de tránsito y el 21 de mayo de ese año sus restos
fueron trasladados a Caracas para su sepelio.
ROMULO GALLEGOS
Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos
Freire (Caracas, 2 de agosto de 1884 - Ib., 5 de abril de 1969),
fue un novelista y político venezolano. Se le ha considerado
como el novelista venezolano más relevante del siglo XX, y
uno de los más grandes literatos latinoamericanos de todos los
tiempos. Algunas de sus novelas, como Doña Bárbara, han
pasado a convertirse en clásicos de la literatura
hispanoamericana.
Ejerce el cargo de Presidente de Venezuela en 1948 por
escasos nueve meses, convirtiéndose en el primer mandatario
presidencial del siglo XX1 elegido de manera directa, secreta y
universal por el pueblo venezolano, y ha sido el Presidente de
la República que ha obtenido el mayor porcentaje de votos a
su favor en elecciones celebradas en el país en todos los tiempos, con más del 80% de la
totalidad de los votos. Sin embargo, su separación del poder se debió al Golpe de Estado de
1948, liderado por Carlos Delgado Chalbaud.
En 1960 fue elegido como comisionado y como el primer presidente de la recién
creada Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cargo que ejerció hasta 1963. Desde
entonces vivió en Caracas hasta el día de su muerte.

Vida y obra[editar]
Infancia y juventud[editar]
Nació en Caracas. Hijo de Rita Freire Guruceaga y de Rómulo Gallegos Osío, inició la escuela
en primaria en 1888. En 1894 ingresó en el Seminario Metropolitano pero sale obligado por la
muerte de su madre el 13 de marzo de 1896 por la necesidad de ayudar a su padre a sostener
la familia. En 1898 ingresa en el colegio Sucre, donde tiene como maestros a Jesús María
Sifontes y a José Manuel Núñez Ponte. Recibe el título de bachiller en 1902 y en ese mismo
año se inscribe en la Universidad Central de Venezuela para seguir la carrera de leyes, que
abandona en 1905. En 1906, fue designado jefe de la estación del Ferrocarril Central, en
Caracas. Ya Gallegos había comenzado su larga trayectoria como escritor.2 El 1 de abril de
1912 se casó con Teotiste Candelaria Arocha Egui (1895-1950), hija de Rafael Arocha
Merchan y de María de Jesús Egui.

Vida literaria[editar]
El inicio de Rómulo Gallegos como escritor está asociado al teatro. Junto a sus compañeros
de la revista La Alborada compartió la pasión por este género. Llegó a escribir varias obras,
como «Los ídolos» (1909) y «El motor» (1910), de las cuales solo esta última se publicó en
vida del autor. «Los ídolos» fue una pieza de la cual hizo una versión probablemente del
mismo año, «Los predestinados» (la primera permanece inédita; la segunda fue publicada en
el n° 2 de La Alborada, el 14/2/1909). En las «Obras selectas», Editorial Edime, 1959, aparece
«El motor» y «El milagro del año» de 1915, que también publicó como cuento.
Gallegos hace referencias en diferentes momentos de obras de teatro que tenía en proyectos,
o que destruyó, como lo es el caso de «Listos» (que refiere en carta a su amigo Salustio
González) y «La espera» (probablemente de 1915). Su experiencia como dramaturgo luego se
mostrará en el cine con el guion de «Doña Bárbara»(1940), y de «La Trepadora», «Canaima»
y «La Señora del frente», para la industria mexicana. También en «Juan de la Calle» (1941).
Casi ninguno de sus guiones se conserva. Salvo una pieza en 32 actos llamada «La
doncella», que se publicó en México en 1957. Se trata de una emocionante pieza sobre la vida
de Juana de Arco, y donde su maestría del diálogo se muestra con fuerza, pero no se llevó a
cabo su rodaje pese a que era un encargo.
En sus comienzos como narrador, Rómulo Gallegos publicó Los Aventureros (Caracas, 1913),
una colección de cuentos. Otros relatos son recopilados en La Rebelión y otros
cuentos (Caracas, 1946), La Doncella y El Último Patriota (México, 1957).3 Su período como
cuentista abarca desde 1913 hasta 1919, aunque otros cuentos se publicarán en 1922. En sus
obras siempre mantendrá el realismo, las cuales se dividen en tres temáticas fundamentales:
Los de crítica de costumbres, los de ambiente criollo donde plantea la antinomia civilización y
barbarie, y los que describen pasiones, desequilibrios y anormalidades.
Sus novelas reflejan su interés por la vida del campesinado venezolano. Su primera novela, El
último Solar (1920), la reeditaría en 1930 con el título de Reinaldo Solar que relata la historia
de la decadencia de una familia aristocrática a través de su último representante, en el que se
adivina a su amigo Enrique Soublette, con quien fundará en 1909 la revista Alborada. En 1922
escribe El forastero pero lo publica empezando el año de 1942 por temor a la reacción del
dictador Juan Vicente Gómez. En 1922 logra publicar La rebelión y en 1925 La Trepadora,
retratando en ambas obras el problema del mestizaje, planteando como solución los
matrimonios mixtos. En 1926 viaja a Europa y redescubre en el santuario de Lourdes su fe
perdida.
En 1927 viaja para presenciar los Llanos venezolanos y así documentarse para su próxima
novela. El resultado sería Doña Bárbara publicada en 1929. Doña Bárbara representa aquella
Venezuela cruel e insensible afectada por la corrupción, la traición, el despotismo, la falta de
libertad, el latifundismo, la injusticia y la brujería; pero en el melodrama se muestra que en la
realidad existía también una raza buena que ama, sufre y espera para luchar contra la
dictadura desenfrenada de aquel entonces, representada en el personaje de Santos Luzardo.4
Esta novela lo llevaría al reconocimiento público, fue la más exitosa de sus obras. El
dictador Juan Vicente Gómez al ver su prestigio lo nombró en 1931 senador por el estado de
Apure, pero sus convicciones democráticas lo hicieron renunciar al cargo y expatriarse,
exiliándose en 1931 a Nueva York.
En 1932 va a España y permanece allí hasta que en 1935 muere el dictador y Rómulo
Gallegos decide volver a Venezuela. En el año de 1934 publicó Cantaclaro, y en
1935 Canaima. Así como para Gallegos el mestizaje era la solución de los conflictos entre
mantuanos e indígenas, el mestizaje también sería la solución de los conflictos de civilización
y barbarie.
En el año 1937 publicó Pobre negro, en 1942 El forastero, y al año siguiente Sobre la misma
tierra. En 1951 publicó La brizna de paja en el viento. En 1952 comienza a redactar su última
novela Tierra bajo los pies, que permanecería inédita hasta su tardía publicación en 1973.

Reconocimientos[editar]
La Universidad de Columbia le confiere el doctorado honoris causa en 1948, al cual renuncia
en 1955 cuando le otorgan la misma distinción al dictador guatemalteco Carlos Castillo Armas,
con esto sigue mostrando su convicción democrática. Es distinguido por otras universidades,
entre las que se encuentran la Universidad de San Carlos en Guatemala (1951), la
Universidad de Costa Rica (1951), la Universidad de Oklahoma en Estados Unidos (1951),
la Universidad Central de Venezuela (1958), la Universidad de Los Andes en Venezuela
(1958) y La Universidad del Zulia (1958). Ganó el Premio Nacional de Literatura (1958) y fue
nominado al Premio Nobel de Literatura en 1951 y entre los años 1959 y 1966.

Vida política[editar]
Comenzó su carrera política a muy temprana edad militando en oposición al dictador Juan
Vicente Gómez. En 1937 Gallegos es elegido diputado y poco a poco abandonará la literatura
para dedicarse a la política. Cuando el general López Contreras asume la presidencia en
1936, se inicia una era reformista en Venezuela y Gallegos fue nombrado Ministro de
Instrucción Pública, despacho que intentó reformar, llegando inclusive a cambiar su
denominación por la de Ministerio de Educación Nacional; sin embargo sus esfuerzos para
llevar a cabo una profunda reforma escolar fueron obstaculizados por un Congreso Nacional
ampliamente dominado por el gomecismo y se le obligó a dimitir. En 1941 Acción
Democrática (antes Partido Democrático Nacional), del cual figura como fundador, propone a
Gallegos como candidato a la presidencia de la Nación perdiendo con el general Isaias
Medina Angarita.
En 1945 participó en el golpe militar que llevó al poder a Rómulo Betancourt como presidente
provisional del país, y fue en las primeras elecciones libres de Venezuela de 1947 cuando es
elegido presidente de la nación mediante el sufragio universal, directo y secreto. Toma el
cargo el 15 de febrero de 1948 y se destacó por elevar la participación fiscal del estado en la
renta petrolera de 43% al 50%, un esquema tributario conocido como «fifty/fifty» y que fue
replicado posteriormente en varios países productores, notablemente Arabia Saudita.
Sin embargo en noviembre del mismo año el ejército se subleva en el Golpe de estado de
1948 bajo el mando de una junta militar encabezada por Carlos Delgado Chalbaud y lo
destituyen de su cargo; muere así la experiencia democrática. Exiliado de nuevo, se va a
Cuba y a México en 1949, y vive en la capital mexicana y en la ciudad de Morelia. Rómulo
Gallegos regresó a Venezuela al finalizar la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, pero
ya no se dedicaría a la política.
En 1960 fue elegido Comisionado y primer presidente de la recién creada Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, órgano de la OEA en Washington, D. C., cargo que
ejerció hasta 1963. Desde entonces vivió en Caracas hasta el día de su muerte.
ANTONIO GUZMAN BLANCO
Antonio José Ramón de La Trinidad y María Guzmán
Blanco (Caracas, 28 de febrero de 1829 - París, Francia, 28 de
julio de 1899), conocido como El Ilustre Americano,1 fue
un militar, estadista, caudillo, diplomático, abogado y político venezolano,
partícipe y general durante la Guerra Federal, Vicepresidente, Ministro de
distintas carteras y enviado diplomático del gobierno de Juan Crisóstomo
Falcón entre (1863-1868) y finalmente Presidente de Venezuela en tres
ocasiones (1870-1877, 1879-1884, y 1886-1888).
Es tradicionalmente considerado, en la historiografía venezolana, como el más notorio ejemplo
del autócrata Ilustrado en el país. 2 Fue un gobernante efectivo que promovió el progreso
de Venezuela en materia económica, educativa y política pero fue personalista y despótico en
el ejercicio del poder. Su permanencia como presidente del país durante tres períodos que
suman casi 14 años se complementó con 6 años de "gobiernos títeres" con figuras
como Francisco Linares Alcántara (1877-1878), José Gregorio Valera (1878), Joaquín
Crespo (1884-1886) y Hermógenes López (1887-1888), todos partidarios del «guzmancismo».
Estas dos décadas son conocidas en la historia de Venezuela como
el «guzmanato» o «hegemonía guzmancista».3
Su período al frente del país se caracterizó por numerosos avances en la economía y por un
marcado proceso de centralización política, con el gobierno central y el propio Guzmán Blanco
adquiriendo más peso que los caudillos regionales que hasta el momento habían sido los
principales factores de poder en el país. El punto culminante de esta política centralizadora
ocurrió durante su segundo gobierno, cuando introdujo la Constitución de 1881. La misma
reorganizaba territorialmente a Venezuela reduciendo la cantidad de estados, acortaba el
período presidencial a 2 años y establecía a un Consejo Federal, que seleccionaba al
presidente y agrupaba a las principales figuras del país en una misma entidad.
Bajo su férula la política exterior de Venezuela se tornó más asertiva y desafiante, con
conflictos con Colombia y los Países Bajos por un lado, mientras que por otro se produjeron
acercamientos a países como Francia, Alemania y Estados Unidos. Famosos fueron sus
desencuentros con la jerarquía de la Iglesia Católica en Venezuela durante su primer
gobierno, lo cual condujo a la confiscación de buena parte de sus propiedades y a la expulsión
o disolución de varias órdenes religiosas. También fue bajo su mandato que se medidas como
la introducción del bolívar como moneda única del país, la inauguración del ferrocarril
Caracas-La Guaira (1883); la instalación de la Academia Venezolana de la Lengua (1883); y la
introducción del servicio telefónico en la línea Caracas-La Guaira así como la extensión de las
líneas telegráficas. Otras grandes obras de sus gobiernos fueron la construcción del Palacio
Federal Legislativo en 1873 y el Teatro Municipal de Caracas en 1881.
Perteneció a la corriente denominada «Liberalismo Amarillo»,4 la cual él mismo desencadena
y consolida a lo largo de su hegemonía y que le permitió extender sus influencias políticas
hasta los últimos gobiernos pertenecientes a la misma, como lo fueron los de: Joaquín
Crespo (quien lo sucedió como caudillo principal del país), Juan Pablo Rojas Paúl, Raimundo
Andueza Palacio, e Ignacio Andrade.5 Esta corriente política no se extinguiría sino hasta la
caída de este último en 1899, a causa de la Revolución Liberal Restauradora.
RAFAEL URDANETA

Rafael José Urdaneta Farías (Maracaibo, Inmaculada


Concepción, Capitanía General de Venezuela, 24 de octubre de
1788–París, 23 de agosto de 1845) fue un militar y
político venezolano, prócer de la Independencia de Venezuela, el
«más leal de todos los leales a Simón Bolívar»1 y sexto presidente
de la Gran Colombia.2

Infancia y Adolescencia[editar]
Rafael Urdaneta fue hijo del matrimonio conformado por Miguel Jerónimo de Urdaneta
Barrenechea y Troconis y María Alejandrina de Farías y Jiménez-Cedeño de Cisneros, ambos
de connotada ascendencia española.
Estudió sus primeras letras en su tierra natal; luego ingresó al Seminario de Caracas donde
cursó Latinidad. Regresó a su ciudad natal en 1799, donde estudió Filosofía en el convento
franciscano. Con el fin de ampliar su formación intelectual, viajó a Santafé de Bogotá en 1804,
llamado por su tío Martín de Urdaneta y Troconis, quien desempeñaba el empleo de contador
mayor del Tribunal de Cuentas de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá.
En Santafé estudió en el Colegio de San Bartolomé y fue nombrado oficial tercero del
Tribunal, responsable por los pagos a las tropas del Virreinato de Nueva Granada. Allí también
adquirió experiencia en la administración de personal militar. Por su desempeño recibió las
felicitaciones de la Junta de la Real de Hacienda del Virreinato de Nueva Granada.

Familia[editar]
El general Urdaneta contrajo matrimonio en la Catedral de Santa Fé de Bogotá el 31 de
agosto de 1822 con Dolores Vargas París, heroína de la independencia de la Nueva Granada,
hija del mártir Ignacio de Vargas Tavera y sobrina de los próceres José Ignacio París
Ricaurte, Manuel París Ricaurte, Mariano París Ricaurte, Cristóbal Mendoza y Joaquín París
Ricaurte. Fueron hijos de este matrimonio Rafael Guillermo Urdaneta Vargas, Luciano
Urdaneta Vargas, Octavio, Adolfo, Nephtali Urdaneta Vargas, Eleazar Urdaneta Vargas.

Carrera militar[editar]
El 20 de julio de 1810, Urdaneta se incorporó al movimiento revolucionario que estalló
en Santafé de Bogotá y tres días más tarde, pasó a las filas del batallón de Voluntarios de la
Guardia Nacional creado por la Junta Suprema de Santafé. El 1 de noviembre de 1810 fue
creado el primer batallón de la Nueva Granada, en el que Urdaneta se incorporó con el grado
de teniente. En ese batallón también se iniciaron militarmente otros notables protagonistas de
la guerra de independencia como Atanasio Girardot, Francisco de Paula Santander, Antonio
Ricaurte y José D'Elhuyar.
Urdaneta participó en varias acciones durante laliderada por Simón Bolívar, destacándose
bajo las órdenes del Coronel José Félix Ribas el [2 de julio] de 1813 en la Batalla de Niquitao y
siendo decisivo en el triunfo de la Batalla de Taguanes contra las fuerzas realistas del
Coronel Julián Izquierdo. En el informe al Congreso de la Unión en Tunja, Bolívar describió a
Urdaneta como "digno de recomendación y acreedor de todas las consideraciones del
gobierno por el valor e inteligencia con que se distinguió en la acción".
Después fue protagonista en numerosas acciones militares, entre las cuales destacan
la batalla de Bárbula en 1813, la retirada hacia Oriente en 1814, el Asedio de Santafé de
Bogotá en 1814, la toma de Maracaibo en 1821 y la marcha hacia San Carlos, previa a
la batalla de Carabobo, en la cual no pudo participar por órdenes de Bolívar, dado el grado de
agotamiento de sus tropas. Sin embargo, por los servicios prestados, Bolívar pidió su ascenso
a General en Jefe.
Posteriormente quiso acompañar al ejército libertador en las Campañas del Sur, pero Bolivar
consideraba que su presencia era más importante en Colombia, y por lo tanto permaneció ahí.
En 1824 fue nombrado Intendente del Zulia.
Fue uno de los jefes más leales a Bolívar. En 1828, desde la Secretaría de Guerra, le tocó
juzgar a los responsables de la llamada Conspiración Septembrina, que atentaron contra
Bolívar para ese momento presidente de la Gran Colombia. Convencido de la culpabilidad
de Francisco de Paula Santander, a pesar de que la evidencia era poco concluyente, lo
condenó a muerte en juicio sumario. Bolivar creía que esto significaría el fin de la unidad entre
neo-granadinos y venezolanos, y por lo tanto le otorga el destierro de por vida.
En 1830, en el Congreso Admirable trató de salvar la obra bolivariana y la unidad de la Gran
Colombia encargándose de la presidencia al derrocar a Joaquin Mosquera, convirtiéndose en
dictador [cita requerida]. Famosa es la frase que, en una carta íntima, le transmitió Bolívar
desde Barranquilla en 1830, poco antes de su muerte: "El no habernos compuesto con
Santander nos ha perdido a todos". Muerto Bolívar, Urdaneta propuso se convocase al pueblo
para decidir sobre el Gobierno. En 1831 se celebró en Apulo una entrevista "El Convenio de
Juntas de Apulo" [1] con el vicepresidente Domingo Caycedo y firmaron un acuerdo, bajo el
cual Urdaneta cedería el mando. Allí mismo pidió Urdaneta pasaporte. Escaparía al asesinato
milagrosamente y se trasladó a Santa Marta.

Acciones en Nueva Granada[editar]


En Tunja, el presidente de la Unión, Camilo Torres Tenorio, le dio apoyo a Urdaneta y sus
tropas para continuar la lucha en Venezuela, pero el Congreso de las Provincias Unidas
primero le encomendó a Bolívar someter a Manuel de Bernardo Álvarez, quien gobernaba la
provincia de Cundinamarca, la cual no formaba parte de la federación. Urdaneta sirvió con
Bolívar, quien se tomó a Santa Fé el 12 de diciembre de 1814; con este triunfo consolidó la
Unión granadina. Por su actuación en Nueva Granada, Urdaneta fue ascendido a general de
división el 5 de enero de 1815, cuando apenas contaba con 26 años de edad.
En octubre de 1815, el brigadier realista Sebastián de la Calzada al mando de 1.600 infantes
de la quinta división marchaba desde Guasdualito, Venezuela, hacia la Nueva Granada con el
encargo de asediar a Santa Fé de Bogotá, en apoyo a la operación que ejecutaba el jefe de
las fuerzas expedicionarias Pablo Morillo contra Cartagena de Indias. Urdaneta y Joaquín
París Ricaurte trataron de impedir la ofensiva realista por los llanos de Casanare y la cordillera
de los Andes. Urdaneta al mando de unos 1.000 infantes sufrió un grave revés en la batalla de
Bálaga el 25 de noviembre de 1815. El encuentro ocurrió en el río Chitagá, cuyo paso
Urdaneta inmediatamente trató de impedir, pero debido al bajo nivel del río, tal acción fue
imposible y entraron en combate. La batalla comenzó a las cinco de la mañana y terminó a las
cuatro y media de la tarde con una derrota avasallante para Urdaneta, que apenas pudo
escapar con unos 200 hombres a Cácota de Velasco.
Por la pérdida de esta batalla, Urdaneta fue relevado por Custodio García Rovira y llevado
a Consejo de Guerra para justificar su actuación frente al Congreso de la Nueva Granada,
pero fue absuelto a principios de 1816. El general Pablo Morillo aplicó el "Régimen del terror"
que comenzó en Cartagena de Indias y ejecutó a los líderes patriotas a quienes pudo echar
mano. Sebastián de la Calzada entró con Morillo en Santa Fé de Bogotá el 6 de mayo de
1816.
Etapa final[editar]
En abril de 1831, el general Juan Nepomuceno Moreno, se puso en marcha desde Pore,
acompañado por trescientos soldados de caballería y cuatrocientos de infantería, para forzar
la salida del país del General Urdaneta, tras la Batalla de Cerinza y con esta acción y
respetando los acuerdos de Apulo, se garantizó el regreso del General Santander, el cual se
encontraba exilado en Europa.
Al salir desterrado de Colombia en 1831, el General Paez le cerraría las puertas a Urdaneta
en Venezuela ya que había sido uno de los más fieles seguidores de Simón Bolívar, y por lo
tanto adversario de la idelogia de Paez. En 1832, después de haber perdido su fortuna en el
exilio, se le permitiría vivir en la provincia de Coro. Allí tuvo la satisfacción de que se le eligiese
representante al Congreso. Fue Ministro en el Gabinete del presidente Carlos Soublette.
Cumpliría comisión en Angostura a la muerte de Tomás de Heres. Su última actuación como
político la realizó en 1845, cuando fue nombrado ministro plenipotenciario y enviado
extraordinario de Venezuela ante el gobierno de España para entregar las ratificaciones del
Tratado de Reconocimiento, de Paz y Amistad, celebrado en Madrid el 30 de marzo de ese
año y aprobado por las cámaras del Congreso de Venezuela. Durante el viaje cayó enfermo y
se sometió a un examen médico durante una escala en Londres. Los médicos recomendaron
una intervención quirúrgica que Urdaneta aplazó para terminar su misión, pero a su llegada
a París se agravó, y después de varios días en cama falleció el 23 de agosto de 1845.
La integridad moral de Urdaneta llegó al punto de que al morir, a pesar de que como él mismo
decía, dejaba como testamento una viuda y once hijos en la mayor miseria; pidió a uno de sus
hijos que le acompañaba que devolviera al Tesoro Público los viáticos que no habría de
utilizar si fallecía antes de concluir el viaje.
ARTURO USLAR PIETRI

Arturo Uslar Pietri1OL (Caracas, 16 de mayo de 1906 - Caracas, 26 de


febrero de 2001), fue
un polímata: abogado, periodista, filósofo, escritor, productor de
televisión y político venezolano.234En su país ha sido considerado como
uno de los intelectuales más importantes del siglo XX.

Biografía[editar]
Infancia y juventud[editar]
Arturo Uslar Pietri nació en Caracas en una casa situada en la avenida Este número 2, entre
Romualda y Manduca.56Fue hijo de Arturo Uslar Santamaría y de Helena Pietri Paúl de Uslar,78
6
hija del doctor y general Juan Pietri Pietri.8Entre sus antepasados se incluye a Johann von
Uslar,1un oficial alemán que luchó en la batalla de Waterloo y por la independencia de
Venezuela,6al general Carlos Soublette9y a Juan Pietri Pietri.89
Los primeros años de Uslar Pietri transcurrieron en Caracas, donde cursó estudios en una
escuela de primeras letras ―la Escuela Unitaria de Alejandro Alvarado―10y luego en el
colegio de los padres franceses ―ubicado en la esquina Mijares―.10En agosto de 1916, la
familia Uslar Pietri se instala en Cagua por pocos meses, su padre había sido nombrado jefe
civil, y luego se trasladan a Maracay,10ciudad de residencia del general Juan Vicente
Gómez desde 1913, lo cual la hacía centro del poder político-militar de entonces. El propio
Uslar comentó al respecto:
Era imposible no verlo. No recuerdo exactamente la primera vez que llegué a atisbarlo. Pero todos
sabíamos que él salía dos veces al día. Un paseo por la mañana y otro a las cinco de la tarde.
Atravesando caminos polvorientos. Visitando potreros. Su presencia resultaba inevitable. En un
automóvil de turismo, con capota de lona. A menos de 40 kilómetros por hora. Sin escoltas ni
motocicletas. Ni parafernalia. Seguido solo por un carro donde estaban sus edecanes.11

Pietri culmina sus estudios primarios en el Colegio Federal Felipe Guevara Rojas (1919) y
cursa la mayor parte de la secundaria en el Colegio Federal de Varones, salvo una
interrupción en 1921 cuando es inscrito en el Colegio de los Salesianos en Valencia y en 1923
cuando cursa su último año de secundaria en el Liceo San José de Los Teques.12

Etapa universitaria[editar]
En junio de 1923 aparece su primer cuento, El silencio del desierto en la revista Billiken y en
octubre retorna a Caracas a cursar Derecho, única alternativa para quienes tenían vocación
humanística o literaria, en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de
Venezuela. Como otros jóvenes provenientes de la provincia, vive en pensiones durante los
primeros años de estudios. En enero de 1924, la universidad expide su título de bachiller en
Filosofía tras la presentación de la tesis titulada Todo es subjetividad .
Sus años universitarios son de intensa actividad: forma parte del Centro de Estudiantes de
Derecho y de la Federación de Estudiantes de Venezuela, para la cual trabaja como
bibliotecario (1925), dicta su primera conferencia titulada Ideas sobre una morfología de la
historia del Derecho (1925) y publica cuentos en la revista La Universidad (1927); conoce a
algunos de los futuros participantes de los acontecimientos estudiantiles de 1928; trabaja
como escribiente en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Distrito Federal (1926-
1929) y desempeña el mismo oficio esporádicamente en el Congreso Nacional. Como muchos
jóvenes de su generación, entra en contacto con nuevos autores, corrientes literarias y de
pensamiento, a través de la Gaceta Literaria y la Revista de Occidente. Asiste a diversas
peñas, medio por excelencia de circulación de ideas, de comunión de aspiraciones, de
contacto entre nuevas y anteriores generaciones. Mientras que en la tipografía Vargas -editora
de la prestigiosa revista Elite- se reúne con la nueva generación literaria, los vanguardistas.

Comienzo de su carrera literaria[editar]


En 1930 se producen dos acontecimientos que marcan la historia literaria y política
venezolanas. En el primero, Uslar Pietri juega un papel de primer orden: el 5 de enero de ese
año se publica el primer y único número de la revista Válvula, en la cual si bien participan 29
colaboradores Uslar escribe cuatro de los textos incluidos entre los cuales el editorial Somos y
el artículo Forma y Vanguardia, considerados como las piezas programáticas del movimiento
vanguardista; y en septiembre publica su primer libro de cuentos, Barrabás y otros relatos. Los
especialistas coinciden en afirmar que ambas publicaciones constituyen un punto
demarcatorio en la literatura venezolana. El 29 de julio de 1929, recibe el título de Doctor en
Ciencias Políticas de la Universidad Central, tras presentar una tesis titulada El principio de la
no imposición de la nacionalidad de origen y el 6 de agosto el de abogado, otorgado por la
Corte Suprema del Distrito Federal.
En 1931 publicó su primera novela, Las lanzas coloradas ―relato histórico situado durante la
independencia de Venezuela―. La obra fue muy bien acogida y supuso el comienzo de una
fructífera carrera.
En 1948, Arturo Uslar Pietri consideraba el cuento venezolano dominado por «una adivinación poética
de la realidad, un realismo mágico».13En su ensayo Letras y hombres de Venezuela aplicó la expresión
«realismo mágico» a la literatura de Latinoamérica.14
Vida política[editar]
En 1936, Uslar Pietri se volvió muy activo en el debate político con la muerte del dictador Juan
Vicente Gómez. En 1939, con 33 años, se casó con Isabel Braun Kerdel, con la que tuvo dos
hijos, Arturo y Federico Uslar Braun. Ese mismo año, se convirtió en Ministro de Educación.
Fundó el Partido Democrático Venezolano y fue diputado del Congreso a partir de 1944. En
1945 fue nombrado Ministro de Relaciones Interiores por el presidente Isaías Medina Angarita.
El golpe de Estado del 18 de octubre de 1945 lo obligó a abandonar el país y mudarse
a Nueva York. Durante su permanencia en Nueva York dio clases en la Universidad de
Columbia. Cinco años después volvió a Venezuela. Entre 1950 y 1958 trabajó en la agencia
de publicidad ARS junto a Alejo Carpentier y como profesor de literatura en la Universidad
Central de Venezuela. Fue electo en 1958 senador por el Distrito Federal en las listas
de Unión Republicana Democrática, como candidato independiente. En esta etapa de la
política venezolana se puede notar como, Arturo Uslar Pietri marcó distancia desde su
juventud con las ideologías socialdemócrata, marxista y socialcristiana en Venezuela. Si algo
se puede comprobar, es que el personaje en cuestión se negó a militar en los partidos AD,
Copei y PCV, situándose dentro de un espacio conservador y liberal secular, plataforma que
se observa con mayor nitidez en el marco de su candidatura presidencial en el año 1963.15 En
1963, fue candidato por el partido Comité Independiente Pro Frente Nacional (CIPFN), para
la presidencia de Venezuela, pero fue derrotado por Raúl Leoni.
Después de su derrota, siguió activo como senador. En mayo de 1964, en un contexto político
agitado, propone al presidente electo Raúl Leoni la formación de un gobierno de Amplia Base,
del cual el Frente Nacional Democrático (FND) forma parte hasta marzo de 1966 cuando se
retira por divergencias en la conducción de las políticas del gobierno. En los comicios de 1968,
junto con Wolfgang Larrazabal del FDP y el Movimiento Electoral Nacional Independiente
(MENI), Uslar apoyó la nueva empresa política de Jóvito Villalba de URD, el llamado Frente de
la Victoria, cuyo candidato presidencial fue Miguel Ángel Burelli Rivas que terminó perdiendo
con Rafael Caldera de Copei. Uslar renuncia a la secretaria general del FND y se fue
distanciando poco a poco de la vida política.
Se convirtió en director del diario El Nacional desde 1969 hasta 1974, año en que se trasladó
a París como embajador venezolano en la Unesco. Cuando volvió en 1979, se concentró en
trabajar en sus escritos y en la educación, dejando la política activa.
En 1972, en "El Nacional" y como contestación a Kenneth Clark que en su obra "Civilization"
convertida en serie por la BBC, dejó fuera de los creadores de la civilización occidental a los
países hispanos, publicó "Los expulsados de la civilización" por el que le ganó el premio de
periodismo hispanoamericano "Miguel de Cervantes" (1973)16
Uslar Pietri fue una figura muy familiar de la televisión debido al programa televisivo semanal
llamado Valores humanos, enfocado en la Historia y las Artes que comenzó a emitirse el 25 de
noviembre de 1953 en Radio Caracas Televisión (RCTV).
En Venevisión produce Raíces y Cuéntame a Venezuela sobre el devenir histórico del país.
En el año 1983 retoma su programa Valores Humanos, pero esta vez producido
por Venezolana de Televisión y transmitido por este último canal y la Televisora Nacional.

Muerte[editar]
Uslar Pietri murió debido al Infarto agudo de miocardio en su casa del sector de La Florida,17
Caracas, el 26 de febrero del año 2001 a los 94 años de edad.18
Fue cercano a Hugo Chávez antes de que este llegase al poder pero progresivamente
comenzó a alertar sobre el rumbo que llevaba su país puesto que era de ideas socialistas, e
hizo oposición al gobierno de Chávez. Este último lamentaría públicamente la muerte de Uslar
Pietri.19
Uslar Pietri escribió durante toda su vida sobre el desarrollo político de su país. Desde las
páginas de los diarios nacionales fue un duro crítico, en especial desde su conocida
columna El Pizarrón (del periódico El Nacional), la cual dejó de escribir en 1998.
Uslar Pietri poseía, junto a su vecino de la Florida, el escritor Pascual Venegas Filardo, una de
las bibliotecas personales más extensas de Venezuela. Dicha biblioteca fue donada a
la Universidad Metropolitana de Caracas.20
El hecho de pertenecer a cuatro Academias Nacionales de manera simultánea, es un rarísimo
caso de erudición, solamente igualado en la historia venezolana por Blas Bruni Celli.

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