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Una variable es una propiedad que puede fluctuar y cuya variación es susceptible de medirse u
observarse. Una variable según Ander-Egg, es una característica que puede tomar diversos valores
o magnitudes. Son atributos o características que se miden en los sujetos de estudio. Como
ejemplos de variables podemos citar: sexo, raza, tipo de población (urbana, rural), accesibilidad a
los servicios de salud, número de hijos, peso en kilogramos, talla en centímetros, etc.
El concepto de variable se aplica a personas u otros seres vivos, objetos, hechos y fenómenos, los
cuales adquieren diversos valores respecto de la variable referida. Por ejemplo la inteligencia, no
todas las personas la poseen en el mismo nivel, es decir, varían en ello.
Otros ejemplos de variables son la rapidez con que se ofrece un servicio, la eficiencia de un
procedimiento, la eficacia de una vacuna, el tiempo que tarda en manifestarse una enfermedad,
etc.
Las variables adquieren valor para la investigación científica cuando llegan a relacionarse con otras
variables, es decir, si forman parte de una hipótesis o una teoría. En este caso se les suele
denominar constructos o construcciones hipotéticas.
Al formular una hipótesis, es indispensable definir los términos o variables incluidos en ella por los
siguientes motivos:
Para que el investigador, sus colegas, los usuarios del estudio y en general cualquier persona que
lea la investigación le den el mismo significado a los términos o variables incluidas en las hipótesis,
siendo común que un mismo concepto se emplee de maneras distintas. Términos como “actitud”,
“inteligencia” y “aprovechamiento” llegan a tener varios significados o definirse de diversas
formas.
Asegurarnos de que las variables pueden ser medidas, observadas, evaluadas o inferidas, es decir
que de ellas se pueden obtener datos de la realidad.
Confrontar nuestra investigación con otras similares. Si tenemos definidas nuestras variables,
podemos comparar nuestras definiciones con las de otros estudios para saber “si hablamos de lo
mismo”. Si la comparación es positiva, confrontaremos los resultados de nuestra investigación con
los resultados de las demás.
Evaluar más adecuadamente los resultados de nuestra investigación, porque las variables, y no
sólo las hipótesis, se contextualizan.
Hay variables que no son difíciles de describir, definir o medir, como son la edad y el sexo, ya que
son variables simples cuya compresión y la práctica de la vida diaria nos las facilitan. Otras por su
composición y variación de criterios entre regiones, países, especialidades, autores, etc. son más
complejas. Entre ellas tenemos la calidad de la atención y accesibilidad a los servicios. Por ello es
importante conceptualizar y operacionalizar las variables, ya que cada investigador puede utilizar
un criterio diferente sobre las mismas, y por lo tanto puede obtener datos muy distintos. Las
variables deben ser definidas de manera conceptual y operacional.
Tales definiciones son necesarias pero insuficientes para definir las variables de la investigación,
porque no nos vinculan directamente con “la realidad” o con “el fenómeno, contexto, expresión,
comunidad o situación”. Después de todo continúan con su carácter de conceptos. Los científicos
necesitan ir más allá, deben definir las variables que se utilizan en sus hipótesis, en forma tal que
puedan ser comprobadas y contextualizadas.
Definición operacional: Constituye el conjunto de procedimientos que describe las actividades que
un observador debe realizar para recibir las impresiones sensoriales, las cuales indican la existencia
de un concepto teórico en mayor o menor grado (Reynolds, 1986, p. 52). En otras palabras,
especifica qué actividades u operaciones deben realizarse para medir una variable. Una definición
operacional nos dice que hay que hacer para recoger datos respecto de una variable. Además
articula los procesos o acciones de un concepto que son necesarios para identificar ejemplos de
éste (MacGregor, 2006). Por ejemplo; en la definición operacional de la variable “temperatura”
sería el termómetro; para definir operacionalmente la variable “personalidad” se cuenta con
diversas alternativas, como son las pruebas psicométricas o las diferentes versiones del Inventario
Multifacético de la Personalidad Minnesota (MMPI), etc.
La definición conceptual es de índole teórica, mientras que la operacional nos da las bases de
medición y la definición de los indicadores.
Cuando el investigador dispone de varias opciones para definir operacionalmente una variable,
debe elegir la que proporcione mayor información sobre la variable, capte mejor su esencia, se
adecue más a su contexto y sea más precisa. O bien, una mezcla de tales alternativas. Por ejemplo
el aprendizaje de un alumno en un curso se mediría con el empleo de varios exámenes, un trabajo,
o una combinación de exámenes, trabajos y prácticas.
Algunas veces la variable puede ser operacionalizada mediante un solo indicador, en otros casos es
necesario hacerlo por medio de un conjunto de indicadores. Por ejemplo, si hablamos de
inteligencia, podemos decir que está compuesta por una serie de factores como la capacidad
verbal, capacidad de abstracción, etc.