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Nacemos todos dotados de razón, facultad, que nos habilita para poder entender
por el contrario, no podemos entender si no tenemos razón. Por ello, el hombre
es un animal capaz de razón; para decirlo de forma más clara y rápida: un animal
racional de cuya naturaleza forma parte la razón; antes de entender posee
la razón. Pues si quiere entender es porque le precede la razón.
. Esto que nos hace superiores a las bestias debemos cultivarlo con máximo
esmero, esculpirlo de nuevo en cierto modo y reformarlo. Pero ¿quién podrá
hacerlo, sino el artífice que lo formó? Nosotros pudimos deformar en
nosotros la imagen de Dios; podemos hacer un mal uso de la libertad que Dios
nos ha dado por el hecho de habernos dotado de razón reformarla, no podemos.
Resumiendo brevemente lo dicho, tenemos existencia como los maderos y
piedras, vida como los árboles, sentidos como las bestias e inteligencia como
los ángeles. Con los ojos distinguimos los colores, con los oídos los sonidos, con
las narices los olores, con el gusto los sabores, con el tacto los calores,
con el entendimiento las acciones. Fíjate. Todo hombre quiere entender; no
existe nadie que no lo quiera; pero no todos quieren creer. Me dice alguien:
«Tengo que entender para creer». Le respondo: «Cree para entender».
Habiendo, pues, surgido entre nosotros una especie de controversia al
respecto, en modo que él me dice: «Tengo que entender para creer » y yo
le respondo: «Más bien, cree para entender»,.
SAN AGUSTÍN. Sermón XLIII, 3
La tesis que defiende san Agustín en este fragmento afirma que Dios nos ha
dotado de inteligencia para que creyendo en él podamos entender.
Este texto es argumentativo.
Veamos a continuación las razones que expone para justificar la tesis que
hemos mencionado:
b) Relacionar la idea o ideas del texto con otras ideas de la filosofía del
autor (3)
El núcleo central del texto trata de la relación Fe y razón. Como bien sabemos,
el pensamiento de san Agustín no es fideísta, como lo era el de Tertuliano, en
donde la razón no aportaba nada para el acceso del conocimiento de Dios. Al
contrario, san Agustín , hace un tremendo esfuerzo por conciliar Fe y Razón.
Ahora bien, si nos detenemos en su pensamiento, especialmente en la teoría del
iluminismo, podremos observar cómo, delimita el campo de la razón y exalta el
de la Fe. Dios, dice el santo, incorporó en nuestra alma las razones seminales,
las ideas ejemplares, por pura gracia suya, es decir porque así le pareció
oportuno y, dotándonos de libertad, nos dispuso para que pudiéramos acceder
al a verdad revelada que es Dios mismo. Ahora bien, como muy bien dice el
texto, eso no impide que aunque tengamos las disposiciones naturales puestas
por Dios en nosotros, también nos ha conferido la plena libertad para querer o
no querer conocerlo.
No obstante, la Razón dispone al ser humano, le abre el camino, lo allana para
que sea la fe la que intervenga y dé el salto ontológico y cualitativo para acceder
al conocimiento pleno de Dios.
Por este motivo, en su demostración de Dios, toma en consideración que
teniendo el ser humano ideas eternas e inmutables y, siendo nosotros
contingentes y cambiantes, ha de existir un ser cuya naturaleza sea proporcional
al efecto, que son ese tipo de ideas. Por tanto, ha de existir necesariamente,
Para concluir en su teoría epistemológica observamos también la subordinación
de la razón, la filosofía a la fe, la teología, ya que cuando distingue los grados de
conocimiento, en el superior lo subdivide entre racional inferior, por medio del
cual alcanzamos los conceptos universales, la esencia de todas las cosas, y el
racional superior ,adquirimos pleno conocimiento de las ideas ejemplares. Pues
bien, este último grado de conocimiento sería imposible alcanzarlo con la sola
fuerza de la razón, es la fe, por medio del a Teología, quien eleva al ser humano
hacia dicho conocimiento divino.
Bien sabemos que todo el pensamiento de san Agustín quedó influido por la
doctrina platónica, a través del movimiento filosófico neoplatónco, con especial
mención de Plotino.
En esta pregunta vamos a comparar los parecidos o semejanzas y las diferencias
entre Platón y san Agustín.
En primer lugar, en el ámbito metafísico, san Agustín aprovechó la
concepción platónica de la existencia del mundo inteligible para ubicar a Dios y
su trascendencia. Pero no lo podía aceptar tal cual lo consideraba Platón porque
SIMULACRO DE EXAMEN.
tanto el mundo de las Formas como el Dios agustiniano son absolutos. De ahí
que tomara la doctrina plotiniana según la cual las Ideas son pensamientos de
Dios. El mundo sensible tampoco lo pudo tomar tal cual, pues el cristianismo
defendía que Dios había creado el mundo ex nihilo y Platón, por contra, que la
materia era eterna, al igual que las Formas.
El descubrimiento del mundo inteligible permitió a Agustín dar una solución no
sustancial al problema del mal y abandonar así la postura maniquea según la
cual tanto el mal como el bien son dos principios sustanciales y que contradice
el monoteísmo cristiano ortodoxo.
Por otra parte, la influencia pitagórica y platónica en la antropología
agustiniana es notable. Los hombres estamos formados por dos principios:
el alma, inmaterial e inmortal; y el cuerpo, material y mortal.
La Creación de Dios y la doctrina cristiana obliga a Agustín a desviarse de la
doctrina platónica en otros tres puntos:
Las almas han sido creadas como todas las demás cosas, por lo que no pueden
existir desde siempre.
La transmigración de las almas no es posible.
La anamnesis no es posible.
Por último, en la cuestión del conocimiento, Agustín sigue a Platón al
despreciar el conocimiento sensorial y al situar las Ideas que son causa y modelo
de la realidad como máximo nivel del conocimiento. El filósofo de Tagaste añade
a este nivel superior de conocimiento la doctrina de la iluminación. Según esta
es Dios quien nos aporta el criterio de la Verdad.