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Debido a que en el estado de Quintana Roo los trastornos de la conducta alimentaria han
incrementado de manera exorbitante (principalmente en jóvenes mujeres), este articulo
pretende analizar cuáles son los principales causantes de estos trastornos para poder tomar
una postura de prevención, intentar disminuir la gran cantidad de jóvenes que caen en estos
padecimientos, crear una cultura que se enfoque principalmente en la prevención de los
trastornos alimenticios, e informarnos de qué manera influyen los factores de riesgo
tanto psicológicos como socioculturales; logrando brindar a personas que ya
padezcan o son propensas a padecer algún trastorno de la conducta alimentaria,
la información necesaria y hacer comprender a las personas qué es un trastorno
alimenticio y cuáles son los factores de riesgos que logran influir. Por lo anterior y
observando las características del panorama que se presenta, este articulo está
fundamentado en el método de investigación cualitativo y etnográfico con el
objetivo de recoger y analizar datos para comprender y estudiar a profundidad
cuáles han sido las causas frecuentes que detonan un TCA en las jóvenes
mujeres que radican en Chetumal, Quintana Roo, utilizando las técnicas de
observación participante y entrevistas personales, obteniendo información interna
sobre la vida de las jóvenes mujeres que padecen trastornos de la conducta
alimentaria, ayudando a describir, interpretar, e incluso comprender cuáles han
sido los fenómenos sociales que las han llevado a desarrollar estos trastornos.
Modelos conceptuales
Modelos multicausales
El primer modelo conocido, trata de poner en evidencia todos los factores. Este
modelo parte de tres factores: la predisposición biológica, la predisposición
psicológica y el entorno social, que interactuaría entre sí para dar lugar al trastorno
de la conducta alimentaria. Este modelo, se interesa en los determinantes
psicológicos en el origen y mantenimiento de la enfermedad (Ortiz, 2007).
La etiopatogenia de los TCA aún no se conoce. Se admite que es un trastorno de
causa multifactorial. En la amplia discusión científica existente sobre la etiología
de la enfermedad se identifican como causas los factores socioculturales como el
imperativo de la delgadez, la normatividad de los roles de género, experiencias de
abuso sexual y conflictos en el entorno familiar. También se han propuesto
factores biológicos como una predisposición genética, presencia de psicopatología
previa o su desarrollo como efecto secundario de la desnutrición, así como
características personales como una baja autoestima y un alto nivel de auto
exigencia. (Vargas, 2013). La expresión de estas conductas tal y como se
comentó anteriormente pueden darse en función de factores de diferente índole
permitiendo que la anorexia nerviosa tenga un carácter multifactorial donde los
aspectos psicológicos, biológicos y socioculturales interaccionan entre sí, dando
lugar a la vulnerabilidad de cada persona a desarrollar la enfermedad. Este primer
modelo, trata de poner en evidencia tres factores: la predisposición biológica, la
predisposición psicológica y el entorno social, que interactuaría entre sí para dar
lugar al trastorno de la conducta alimentaria. Este modelo, se interesa en los
determinantes psicológicos en el origen y mantenimiento de la enfermedad (Ortiz,
2007).
Modelos conductuales
En este enfoque se considera la conducta como aprendida ya fuera positiva o
negativa, con la presencia de procesos cognitivos, de igual manera aquí se
plantea que los pensamientos median las variables estímulo y respuesta de los
sujetos. Las conductas características de los sujetos con trastornos alimentarios
son en parte el resultado de las distorsiones cognitivas y las alteraciones de la
imagen corporal, específicamente el propuesto para explicar la B con su secuencia
de acontecimientos hasta producirse el atracón y conducta purgativa, así como el
ciclo bulímico. La ansiedad es el factor más importante en la enfermedad, la
conducta atracón-purgación acentuado por la ansiedad, se desarrollan en un
círculo vicioso donde ésta, genera la conducta de atracón y posteriormente se
genera mayor ansiedad ante el miedo a engordar por lo que la respuesta será el
vómito.(Ortiz, 2007).
Uno de los factores que tiene gran peso en las patologías alimentarias y más en la
Bulimia es la distorsión de la imagen corporal. Se caracteriza por una percepción
no real de la figura y el peso corporal, aun cuando éste se encuentre muy por
debajo del índice normal esperado. Hasta 1980, la American Psychiatric
Asociation lo consideró oficialmente como un criterio para el diagnóstico de estos
trastornos (Gáfaro, 2001). La distorsión de la imagen corporal puede tener dos
formas de expresión, una a nivel perceptual, refiriéndose al grado de realismo o
precisión reales que la persona tiene o estima de sus dimensiones corporales, la
otra es a nivel afectivo o emocional, que incluye las cogniciones y actitudes
respecto al propio cuerpo, e indirectamente al grado de satisfacción con el mismo
(Rivarola, 2003).
De acuerdo con los autores anteriores, se logra observar coincidencias tanto en
los modelos multicausales, como en los modelos conductuales a la hora de
analizar cuáles fueron los factores de riesgo que detonaron en las jóvenes mujeres
un trastorno de la alimentación. De acuerdo con las entrevistas de las cinco
jóvenes que padecieron o padecen AN y B, y de la joven que padeció AN, se
encontró una gran coincidencia con los modelos multicausales y con sus factores;
esto se puede corroborar mediante los comentarios de dos de ellas: “Los
cometarios fueron parte de, pero hubo un momento donde todo se me juntó y yo
creo que fue ahí donde empezó”, “Fueron varias situaciones, en primera fue una
situación que yo estaba pasando con una persona externa, en segunda los
cometarios que se realizaban dentro de mi familia y ciertas actitudes y en ultimo
plano el impacto que tenía la sociedad en mí”.
En los factores predisponentes, los sucesos biográficos críticos, conflictos
familiares, deportes de alta competencia (en este caso el ballet), fueron los que
estuvieron presentes a la hora de detonar estos trastornos; en voz de tres de ellas
se menciona lo siguiente, “El encajar en el estándar del ballet porque siempre
quise ser una bailarina”, “En ese momento yo estaba pasando una perdida
familiar, la separación de mis papás, entonces yo comía en exceso, entonces ese
episodio en mi vida detonó o desencadeno mi anorexia”, “El matrimonio de mis
papás y la manera en la que se llevaban fue lo que me hizo buscar un lugar
seguro en esos trastornos”.
Respecto a los factores precipitantes como los cambios corporales: “me desarrollé
antes que mis compañeras y por lo mismo mi cuerpo cambio, en si subí de peso
en ese momento”; criticas externas al cuerpo: “La secundaria para mí fue una
etapa muy dura, porque esos comentarios estaban presentes, eran comentarios
de todos los días y por lo mismo me fajaba aunque yo no tuviera un trastorno
como tal, yo me tenía que ir fajada. Yo me sentía muy incómoda con mi cuerpo
porque todos los días eran comparaciones y comentarios negativos hacia mi
cuerpo”, “Ciertas actitudes y comentarios que se me realizaban cuando estaba
más pequeña tuvieron mucho que ver con que yo padeciera algún TCA”, “Más que
nada creo que fueron más los comentarios de mi papá los que me afectaron.
También la sociedad tuvo que ver, por los comentarios respecto a mi cuerpo”;
dietas restrictivas: “las dietas extremas, así empezaba yo buscando dietas, ni
siquiera fui a buscar ayuda con un profesional o un nutriólogo ni nada, yo solita
me hacía mis dietas y de que me prohibía cosas a pesar de estar en desarrollo y
obviamente no lograba bajar de peso porque me estaba desarrollando”, vivencias
estresantes; “Todas ellas seguían molestándome respecto a mi cuerpo, las burlas
eran constantes y por lo mismo entré en depresión a la edad de 9 años, fue una
depresión tan fea y tan grave que llegue a lesionarme”, “Durante las vacaciones
tuve varios sucesos en mi vida que fueron muy duros para mí, mis papas se
divorciaron, mi papá se fue a vivir a otro lado, una amiga se suicidó, fueron
sucesos muy fuertes y por lo mismo caí en una depresión muy grande”; rupturas
familiares o de una relación: “Termine una relación que en ese momento me dolió
muchísimo y volví a decidir bajar de peso”; y los trastornos emocionales, fueron
alguno de los aspectos que estuvieron presentes en las jóvenes en un
determinado tiempo y que incrementaron el riesgo de que en ese momento el
trastorno se desarrollara.
Conclusión
Gracias a este trabajo logramos comprobar que en Chetumal, Quintana Roo, los
trastornos de alimentación han sido un problema en la sociedad que cada día
están más presentes, logrando afectar la salud psicológica y física de las jóvenes
mujeres. De igual manera se logra observar que no solo la Anorexia Nerviosa y la
Bulimia son los trastornos que rodean a nuestra sociedad, sino que también
existen los Trastornos de Alimentación no identificados que comparten ciertas
características con la AN y B; este tipo de trastorno puede compartir síntomas del
cuadro de la bulimia y del cuadro de la anorexia. Se permitió identificar que las
causas más frecuentes que detonan un trastorno de la alimentación van de la
mano con los modelos multicausales y los modelos conductuales, ya que se logra
observar que la aparición de los TCA son fenómenos heterogéneos y
multifactoriales que surgen de la interacción de diferentes factores psicológicos,
familiares, socioculturales y biológicos. De esta manera, gracias al modelo
conductual, se logra comprobar que los TCA son conductas que con el tiempo las
o los jóvenes aprenden junto con la presencia de procesos cognitivos, logrando
de esta manera un complejo patrón conductual caracterizado por conductas que
se adquieren y se mantienen en el tiempo como consecuencia de reforzadores y
castigos extremos y/o internos.
Durante las entrevistas con las jóvenes que padecen o padecieron estos
Trastornos de la Alimentación, se identificó que una de las causas más
significativas para detonar estos trastornos son los comentarios; comentarios que
han ido recibiendo a lo largo de su vida por personas externas o de su misma
familia, poniéndolas como un blanco fácil para caer en este trastorno. Se debe
tener en consideración que la presión que se ejerce hoy en día en la sociedad con
el estereotipo del “cuerpo perfecto” y la importancia de los medios de
comunicación en su desencadenamiento es muy elevada, ya que proponen un
cuerpo excesivamente delgado, relacionando así ese tipo de cuerpo con la
aceptación y lo bello para la población.
Estos trastornos de la conducta alimentaria no solo son los signos de
problemas con la comida, sino que son los síntomas de un modelo
sociocultural compuesto de significantes confusos sobre la imagen de las
personas y el ideal de belleza; a su vez, estos afectan la salud física y
emocional de la persona, y de igual manera afecta su entorno social. Es
importante reconocer que hoy en día en la sociedad de Chetumal, Quintana Roo,
muchas jóvenes pasan por estos trastornos y es importante que la sociedad
también reconozca que esta enfermedad existe y que se deje a un lado el tabú o
estigma sobre el tema y de quienes lo padecen. Con la información y la educación
sobre este tema podremos tener una sociedad con una cultura más amable hacia
los cuerpos y las herramientas suficientes para prevenir que nuestra generación y
las futuras generaciones sean víctimas de este trastorno.
Bibliografía
Gáfaro, A. (2001). Anorexia y bulimia. Bogota, Miami: Norma. Extraido el 10 de Mayo del
2022
Rivarola, M. (2003). La imagen corporal en adolescentes mujeres: Su valor predictivo en
trastornos alimentarios. Obtenido de Redalyc:
https://www.academia.edu/37011938/Redalyc_La_imagen_corporal_en_adolescen
tes_mujeres_Su_valor_predictivo_en_trastornos_alimentarios Extraido el 13 de
Mayo del 2022