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Una travesía filosófica de la Psiquis del Sujeto al Onto del Objeto. .

Jesús Enrique Cruz


auditorjcruz@gmail.com

RESUMEN
El propósito de este ensayo es reflexionar desde el quehacer filosófico, sobre el problema
cognoscitivo de la relación sujeto-objeto del conocimiento. Esta reflexión emerge de la
inquietud de indagar sobre la posibilidad de conocer la realidad y el cómo hacerlo. Se
utiliza el símil de un viaje en un tranvía el cual tiene cinco estaciones a saber: comprando el
boleto del viaje filosófico; Una cita con la estación propia; posibilidad de conocer la
realidad; Contra Flujo y Hacia una estación inconclusa. En la primera de estas estaciones se
precisan los conceptos básicos del ensayo, en la segunda evoco mi lugar de enunciación; las
estaciones tercera y cuarta se refieren a una brevísima filosofía de la modernidad y la
quinta es el final del viaje, por los momentos, al parquear el tranvía en una estación
inconclusa a modo de concluir el ensayo. Es una travesía filosófica expresada en dos
interrogantes que mueven el tranvía, de principio a fin, estas son: ¿Es posible conocer la
realidad? ¿Cómo conocer la realidad?
Palabras Clave: Sujeto, Objeto, Conocimiento, Realidad, Cognoscente

A philosophical journey from the Psyche of the Subject to the Onto of the
Object.
ABSTRAC

The purpose of this essay is to reflect from the philosophical task, on the cognitive problem
of the subject-object relationship of knowledge. This reflection emerges from the concern
to inquire about the possibility of knowing reality and how to do it. The simile of a trip on a
streetcar is used, which has five stations: buying the ticket for the philosophical trip; A date
with your own station; possibility of knowing reality; Contra Flow and Towards an
unfinished station. In the first of these stations the basic concepts of the essay are specified,
in the second I evoke my place of enunciation; the third and fourth stations refer to a very
brief philosophy of modernity and the fifth is the end of the journey, for the time being,
when the tram is parked in an unfinished station as a way of concluding the essay. It is a
philosophical journey expressed in two questions that move the tram, from start to finish,
these are: Is it possible to know reality? How to know reality?

Keywords: Subject, Object, Knowledge, Reality, Knower

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INTRODUCCION
“vemos las cosas no como son sino como somos nosotros” 
Immanuel Kant

Contextualizar estas reflexiones sobre el conocimiento, como se genera y asimila una


vez que acontece la relación sujeto-objeto del conocimiento, es una aspiración filosófica de
envergadura, dado lo vasto, profundo y diverso, como ha sido estudiado esta temática en la
historia de la humanidad. Sin embargo tomando como referencia el material Contexto
Filosófico de la Modernidad (2019), trato de centrar este ensayo en el hecho de que “en la
modernidad se produce, asimismo, un giro subjetivista que consiste en dividir la realidad
entre un sujeto que conoce en su mente objetos a través de ideas”.

Inicio este viaje a bordo de un tranvía filosófico, vehículo con el cual intento transitar
por la relación sujeto-objeto del conocimiento, desde dos impulsadoras interrogantes a
saber: ¿Es posible conocer la realidad? ¿Cómo conocer la realidad? Una primera estación,
de este interesante recorrido, es establecer significados de: cognoscitivo, realidad, psiquis
del sujeto, onto del objeto. Esta estación la denomino comprando el boleto del viaje
filosófico.

Luego, formulo una cita con la propia estación, donde expongo el lugar de
enunciación de estas breves reflexiones etiquetadas como ensayo. A lo largo del viaje,
suben y bajan del tranvía, los pasajeros Pirrón de Elis, Platón, Kant, Facundo Cabral, Nava
Bedolla,, todos con sus ojos puestos en el escepticismo, pragmatismo, subjetivismo,
relativismo, empirismo

Posteriormente, el tranvía parquea en como conocer la realidad, como penúltima


estación llamada Contra flujo. De allí parte, para llegar al fin de la travesía al agotarse el
kilometraje del boleto: “La Filosofía en la Modernidad” en la parada: hacia una estación
inconclusa.

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DESARROLLO
Estación: comprando el boleto del viaje filosófico
Dado que la intención del presente ensayo es reflexionar desde el quehacer filosófico,
sobre el problema cognoscitivo de la relación sujeto-objeto del conocimiento, cabe disertar
sobre lo cognoscente del sujeto. En este contexto se interpreta como cognoscitivo lo
referido a los procesos mediadores por los cuales los individuos están en capacidad de
generar y asimilar conocimiento. Cognoscitivo es una palabra que deriva del
latín cognoscĕre y significa “conocer”. De estos procesos, emerge la relación de
un sujeto cognoscente y un objeto por conocer, que se denomina conocimiento humano.

Siendo los elementos esenciales para la generación y asimilación del conocimiento,


el sujeto cognoscente, el objeto por conocer y la relación que debe establecerse entre ellos,
existe previo a esa relación, en la que se genera un conocimiento, el ser y estar del objeto y
el sujeto como entidades independientes uno del otro, incluso se ubican en mundos
distintos. Ese ser y estar la denomino onto del objeto y psiquis del sujeto.

Ahora bien, que se concibe por realidad, en el quehacer filosófico, una aproximación a
ella, la ofrece el Diccionario de Filosofía de Rosental y  Iudin (1965)

Realidad: Es aquello que realmente existe y se desarrolla, contiene en sí


mismo su propia esencia y sus propias leyes, así como los resultados de su
propia acción y desarrollo. Tal realidad es la realidad objetiva en toda su
concreción. En este sentido, la realidad se distingue no sólo de todo lo
aparente, imaginario y fantástico, sino, además, de lo que es solamente
lógico (concebido), aunque esto último sea por completo justo; también se
diferencia de todo lo que sólo es posible, probable, aunque aún no exista
(véase Ser, lo Real, Materia, Esencia, Existencia).

La realidad es un concepto abstracto para representar todo lo que esta fuera del sujeto
de su psiquis. Es el mundo exterior en contraposición al “yo” distintivo del ser humano.
Esta diferenciación de lo interno y lo externo, fue tema de disertación de los filósofos de la

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antigua Grecia, como Platón en el mito de la caverna. También lo fue de las
manifestaciones religiosas, místicas, teológicas.

Se trata de un tema ampliamente debatido, que por lo general, al final de la estancia


viajera, se expresa en; no existe una manera única de comprender la realidad y la misma
se divide en realidad objetiva y subjetiva. La primera vinculada a los objetos tangibles de
naturaleza material comprobable, pertenecientes a un espacio y tiempo. La realidad
subjetiva es producto de la percepción del individuo.

Para Kant, la realidad es explicable por un opuesto al fenómeno, que denomina


noúmeno, que consiste en la “cosa en sí” despojado de toda representación. El fenómeno es
percibido por los sentidos, es producto de condiciones subjetivas inherentes al ser humano.
Es decir, distingue real y realidad. Lo real es la esencia misma de las cosas.

Expuesto en breves líneas, lo cognoscitivo y la realidad, corresponde girar el tranvía,


hacia la psiquis del sujeto y el onto del objeto. Ambos son elementos esenciales en la
generación y asimilación de conocimiento, el problema está en que pertenecen a mundos
distintos y hasta opuestos, como razona Nava Bedolla (2016):

“el sujeto cognoscente es el alma humana, su psique, su pensamiento, su


razón, su mente, etcétera.; y, por lo mismo, se encuentra en la esfera
psicológica. En cambio, el objeto por conocer es la realidad (que puede
ser material o inmaterial), pertenece a la esfera ontológica. Hessen (2011,
p. 15) afirma que “…el conocimiento se presenta como una relación
entre estos dos miembros–se refiere al sujeto y al objeto–, que
permanecen en ella eternamente separados el uno del otro…”.

¿Por que no reflexionar, sin son mundos distintos o no? ¿Acaso no se puede dudar de
la relación sujeto-objeto de conocimiento? El sujeto se forma concepciones sobre el objeto,
allí ese objeto pasa a formar parte, aunque sea por instante, del sujeto. De su mundo

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interior, incluso puede llegar a integrarse a su cosmovisión que condiciona su percepción
sobre cualquier fenómeno. Desde todos los tiempos, el ser humano trata de captar los
objetos, representarlos en ideas, expresa Corona (2018) que en el dilatado devenir de la
humanidad, los recursos para conocer y producir espacios de certidumbre nos han llevado a
elaborar distintas concepciones del mundo (objeto) en el afán por mantener y orientar los
diversos matices de nuestra existencia (sujeto). (p.61)

Mientras que el Filosofo, Castro Edgardo (2018) con vehemencia señala “Hay algo
que, para entender la formación filosófica de la idea de sujeto, ustedes se tienen que sacar
absolutamente de la cabeza, y es la oposición sujeto-objeto. Hay que sacársela de la cabeza,
olvídense de que esto exista, si es que existe. (p. 514). No necesariamente es antagónica, la
relación sujeto-objeto de conocimiento, los nexos entre sí, son diversos.

Para no descarriar, intencionalmente el tranvía con las orientaciones del pasajero


Castro, presto atención a la Teoría del Conocimiento de Hessen, quien diserta “en el
conocimiento se hallan frente a frente la conciencia y el objeto, el sujeto y el objeto. El
conocimiento se presenta como una relación entre estos dos miembros, que permanecen en
ella eternamente separados el uno del otro. El dualismo de sujeto y objeto pertenece a la
esencia del conocimiento. (p.2)

Comprado este limitado boleto de viaje, me dirijo a ocupar la butaca correspondiente


al numero 1963, que coincide con el año de nacimiento, pues claro antes de echar a rodar el
tranvía, hacia una travesía filosófica, requiere un encuentro con el “propio yo”, vale decir,
una cita con la estación propia.

Una cita con la estación propia:


En esta estación del tranvía, el pasajero es mi propio yo, con sus vivencias,
experiencias, razones, intuiciones y percepciones aunadas a la formación académica, que
sin dudas condicionan este reflexionar. Es expresarse desde el lugar de enunciación:

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Desde esta posición ontológica, considero al conocimiento como producto de la
relación del sujeto consciente con el objeto o fenómeno en percepción —la percepción
entendida como la forma en la que el cerebro interpreta las sensaciones que recibe a través
de los sentidos para formar una impresión inconsciente o consciente de la realidad física de
su entorno— Una vez que se produce la correspondencia del objeto con la representación
interna que le otorga el sujeto, se genera el conocimiento. Desde luego, no es una ecuación
matemática, pues en esa relación surgen dificultades.

Una de esas dificultades es la existencia de los objetos independientemente del sujeto,


de allí el adagio popular “el hecho de que Ud., no lo conozca, no quiere decir que no
exista” algo similar al canto de Facundo Cabral: “aunque estés dormido no deja de
amanecer”. En el viaje filosófico se argumenta como posibilidad o limites para alcanzar el
conocimiento.

Otra dificulta se ubica en la fuente u origen del conocimiento, en el ¿Cómo


conseguirlo?, mediante la experiencia o la razón, si de centrarse en el debate filosófico
entre empirismo y racionalismo se trata, porque, en estos tiempos, se puede argumentar la
intuición, así como vivencias extrasensoriales. Desde este enfoque, se transciende hacia
otro problema, la esencia del conocimiento, vale decir el objeto o fenómeno realmente
existe o está determinado por el sujeto.

Desde mi percepción la posibilidad del conocimiento no tiene límites, y las formas de


conseguirlo son variadas y por lo general combinadas, experiencia, razón e intuición.
Considero la existencia del objeto independiente del sujeto y este último lo configura como
una representación ideal, que asume como realidad. Una especie de idealización del objeto
por parte del sujeto —Appiah, Kwame Anthony (2017), es un filósofo que ha defendido el
valor de la idealización, de manera más amplia, tanto en las ciencias como en las
humanidades y para fines distintos de la predicción, argumentando que la idealización
puede ayudar a nuestra comprensión de un fenómeno dado incluso cuando esa idealización
implica afirmaciones falsas sobre ese fenómeno.

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La otra dificulta se presenta, en la interrogante ¿Cuándo ese conocimiento es
considerado cierto, valido o verdadero y en que ocasiones es calificado como falso? Las
posturas filosóficas en este punto son disimiles, desde colocar limites a la validez
(sujetivismo); la inexistencia de la verdad absoluta universal (relativismo); la prueba de la
verdad como proposición de su utilidad práctica (pragmatismo); incluso hasta los que
admiten que de ser posible encontrar la verdad, esta no sería definitiva, sino una verdad
criticable (criticismo).

Aclarado en mí pensar, el lugar de enunciación, que una reflexión de esta naturaleza


amerita, sentado en la butaca 1963, fijo la mirada desde la ventana del tranvía para avanzar
hacia la estación “posibilidad de conocer la realidad”

Estación: Posibilidad de conocer la realidad


Reflexionar sobre las dificultades de la relación sujeto-objeto del conocimiento,
desde la inquietante pregunta: ¿cómo conocer la realidad?, permite indagar primeramente
en ¿Es posible conocer la realidad? Esta posibilidad para Pirrón de Elis — (ca. 365-275
a.n.e.) Filósofo antiguo griego, propulsor del escepticismo—, es negada, pues considera
que el sujeto no puede aprehender al objeto, por consiguiente no existe relación alguna
entre ellos, y no se genera conocimiento. La doctrina de Pirrón se conoce por las obras de
Timón, su discípulo. Según esta doctrina, no podemos conocer nada sobre las cosas, por lo
cual sería mejor abstenerse de todos los juicios sobre ellas: el valor moral de tal abstención
consiste en alcanzar la quietud espiritual.

No obstante, los filósofos de la modernidad, incluidos racionalistas y empiristas,


profesan que el conocimiento se inicia a partir del yo mismo, pues el “yo” primeramente se
aprehende a si mismo, antes de conocer la “cosa en si”, luego ese “yo” en su interior, en su
psiquis se forma ideas o capta impresiones o percepciones del mundo exterior. Esto es la
filosofía de la conciencia, el yo cognoscente, solo que se presenta una dificultad extrema:
demostrar la existencia de las cosas. He aquí los aportes de Descartes, demostración de su
existencia por medio de la evidencia.

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Se interrogaba a si mismo, este pensador francés ¿Es lo real cognoscible, racional?
¿No será acaso el universo algo totalmente inaprehensible por la razón humana, algo
esencialmente absurdo, irracional, incognoscible?” Aunque se trata de una filosofía
eminentemente racional y mecanicista, es oportuno en algunas ocasiones reflexionar y
desde la duda, elucubrar sobre, si realmente el universo es comprensible para el ser
humano.
Esto que llamamos universo es una realidad, lograremos comprenderla. En este
tiempo de desarrollo tecnológico y del ciberespacio se habla de multiverso, al distinguir al
universo observable y el infinito. Las disquisiciones sobre este aspecto son interesantes, y
de seguro en un futuro próximo, estarán en boga. El multiverso es una especulación cada
día más próxima a la filosofía que a la física, expresa Villatoro (2015)

Estación: Contra Flujo


En la estación contra flujo se da inicio a la inquietante pregunta ¿Cómo conocer la
realidad? La denomino contra flujo por tratarse de la habilitación de un carril para que el
tranvía nos lleve a las consideraciones finales de este viaje filosófico que hemos
emprendido desde las reflexiones como ser humano pensante.

¿Cómo conocer la realidad?


En la concepción de dos vías de un contra flujo, ubico en una de ellas al racionalismo
y en la otra al empirismo. El racionalismo centra el conocimiento humano en la razón,
como herramienta del ser pensante para llegar a la verdad de las cosas. Para esta corriente
filosófica lo que se aprende por medio de los sentidos, sensaciones son ideas vagas,
confusas, especulaciones, por consiguiente no valederas. Parten de la convicción que
realidad está gobernada por principios inteligibles, que pueden ser conocidos y
demostrables a través de evidencias igualmente racionales. Se dice que confían
plenamente en la razón.

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Utiliza como método el postulado de la superioridad del pensamiento sobre todos los
sentidos, emociones y la voluntad. Por medio de la deducción se llega a un resultado
concreto, vale decir a partir de un enunciado universal al hilvanar una lógica deducción se
obtiene una especificidad de la cosa juzgada. El punto de partida es un conocimiento a
priori. Esto es el método deductivo.

El empirismo esta fundamentado la experiencia, casi todo el conocimiento humano es


producto de las impresiones sensibles, siendo la experiencia quien enseña las normas del
existir. Es un conocimiento desarrollado a posteriori al considera que al nacer la mente del
neonato esta en blanco, sin una idea innata. La mente se va llenando en la cotidianidad del
acto de vivir, es un aprendizaje constante, es una construcción por medio de hábitos de
pensamiento o de reiteración de determinadas impresiones como menciona Blanco Inclán
(2019)

El método utilizado por el empirismo es un proceso a la inversa del racionalismo,


parte de un “algo”, cosa o fenómeno especifico, para culminar en un enunciado general. Se
trata de un ensayo y error hasta lograr ser demostrados por la experiencia. Esto es el
método inductivo.

Desde estas dos vías en contra flujo, el tranvía se dirige hacia una estación inconcluso,
donde se esbozan las reflexiones finales de este interesante viaje filosófico por los senderos
de la modernidad, en ellas trato de escapar de un callejón sin salida, donde se perciben
opuestas las corrientes propulsoras del empirismo y el racionalismo.

Hacia una estación inconclusa


En la actualidad, si precisamos una filosofía de la cotidianidad, es visible que las
ciencias utilizan la experimentación y el entendimiento para poder comprobar verdades
(validar supuestos) y establecer leyes, en consecuencia es de reflexionar que ambas
posturas o corrientes filosóficas constituyen fundamentos necesarios para la adquisición del
conocimiento verdadero o validado.

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En este sentido, el empirismo y el racionalismo pueden ser complementarios, de modo
tal que cada postura filosófica aminore las falencias que cada una pueda tener. Verbigracia,
el filósofo alemán Immanuel Kant, dedico parte de su tiempo a la reconciliación de estas
dos corrientes, llegando a dilucidar que tanto la experiencia sensorial como el razonamiento
son necesarias para conocer el mundo.

REFERENCIAS CONSULTADAS

Appiah, Kwame Anthony (2017). Como si: idealización e ideales. Cambridge, MA:


Harvard University Press. pp. Passim. Disponible en:
https://hmong.es/wiki/Idealization_(science_philosophy)

Blanco Inclán (2019). Experiencia y Razón, Frente a Frente. Filosofía & CO. Disponible
en: https://www.filco.es/empirismo-racionalismo-experiencia-razon/

Castro Edgardo (2018). La formación de la noción filosófica de Sujeto y Subjetividad.


edgardocastro@fibertel.com.ar. Disponible en:
https://www.psicoanalisisapdeba.org/wp-content/uploads/2018/09/3-Ceps-Castro.pdf

Corona, Javier & Ups, SOPHIA. (2018). El sujeto trashumante de la filosofía moderna y las
transformaciones de lo real. Sophía. 25. 59-87. 10.17163/soph.n25.2018.01.

Contexto Filosófico de la Modernidad (2019). Mente Filosófica.


https://www.mentefilosofica.com/2019/06/contexto-filosofico-de-la-
modernidad.html

Hessen, J. (2002). Teoría del conocimiento. Editorial Panamericana. Colombia.

Nava Bedolla, J. (2016). La posibilidad del conocimiento; un problema filosófico sin


solución definitiva. RIDE Revista Iberoamericana Para La Investigación Y El
Desarrollo Educativo, 6(12), 340 - 361. Recuperado a partir de
https://www.ride.org.mx/index.php/RIDE/article/view/217

Rosental, M. M. y . Iudin, P. F (1965). Diccionario filosófico. Traducido del ruso por
Augusto Vidal Roget. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1965

Villatoro Francisco (2015). El multiverso, entre la física y la filosofía. Blog. La Ciencia de


la Mula Francis. Disponible en: https://francis.naukas.com/2015/12/05/el-multiverso-
entre-la-fisica-y-la-filosofia/

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